miércoles, 23 de julio de 2014

ALEXANDRE SOUMET [12.464]


Alexandre Soumet

Louis-Antoine-Alexandre Soumet (8 de febrero de 1786 - 30 de marzo de 1845) fue un poeta y dramaturgo francés nacido en Castelnaudary (Aude) y fallecido en París.

Poeta florido escribió versos en honor de Napoleón Bonaparte que le valen ser nombrado auditor en el Consejo de Estado de Francia en 1810. Adquirió popularidad en 1814 gracias a una elegía exitosa, La Pauvre Fille. Más tarde, en 1815, la Academia Francesa reconoció y premió dos de sus poemas: La Découverte de la vaccine y Les Derniers moments de Bayard. Entonces fue electo mantenedor de la Academia de los Juegos Florales en 1819.

Durante la Restauración fue nombrado bibliotecario del rey en el castillo de Saint-Cloud. En 1822, publicó dos tragedias exitosas, Clitemnestra y Saúl. Con este triunfo fue electo miembro de la Academia Francesa el 29 de julio de 1824 reemplazando a Étienne Aignan. Cleopatra (1824) y Juana de Arco (1825) también resultaron apreciadas del público y la crítica. Elisabeth de Francia (1828), adaptación de Don Carlos de Schiller, contribuyó a dar a conocer al poeta alemán en Francia.

Después de la revolución de 1830, Soumet se alineó a la monarquía de julio. Fue nombrado bibliotecario del rey Luis Felipe I en el castillo de Compiegne. En 1831, su obra Norma o la infanticida triunfó en el teatro del Odeón, en parte gracias a la interpretación de Mademoiselle George; la obra fue usada poco después como libreto de la célebre ópera de Vincenzo Bellini.

Obra

Obra dramática

Clytemnestre, tragedia, representada en la Comédie-Française el 7 de noviembre de 1822
Saül, tragedia, representada en el théâtre de l'Odéon el 9 de niviembre de 1822
Cléopâtre, 1824
Jeanne d'Arc, 1825
Pharamond, ópera en 3 actos escrita en colaboración con Jacques Ancelot y Alexandre Guiraud, música de François-Adrien Boieldieu, representada en la Opéra de Paris el 1o de junio de 1825.
Le Siège de Corinthe, tragedia lírica en 3 actos, en colaboración con Luigi Balocchi, música de Gioachino Rossini, 1826
Emilia, drama, 1827 : inspirada en la novela Kenilworth de Walter Scott
Elisabeth de France (título inicial:Le Secret de la confession), tragedia, 1828
Une fête de Néron, con Louis Belmontet, 1829 : suite romántica de Britannicus de Jean Racine
Norma ou l'infanticide, tragedia en 5 actos, en verso, representada en el théâtre de l'Odéon el 16 de abril de 1831 (texto en la base Gallica de la Bibliothèque Nationale de France)
Le Gladiateur, Tragedia, en colaboración con su hija Gabriela, representada en la Comédie-Française el 24 de abril de 1841
Le Chêne du roi, comedia, en colaboración con su hija, representada en la Comédie-Française el 24 de abril de 1841
Jane Grey, tragedia, en colaboración con su hija, 1844
David, ópera, 1846
Monseigneur se marie, comedia.

Obra poética

Le Fanatisme, 1808
L'Incrédulité, 1810
Les Embellissements de Paris, 1812
La Divine épopée, poema en 12 cantos, 1841: El tema de este poema en el estilo de la Divina Comedia del Dante, es la redención del infierno por el Cristo.
Jeanne d'Arc, epopeya en 3 partes, 1845

Obra diversa

Les Scrupules littéraires de Mme de Staël, ou Réflexions sur le livre De l'Allemagne, 1814
Oraison funèbre de Louis XVI, 1817




El cielo

La contemplación de un himen lleno de misterio,
de estrellas que encantan las flores de nuestra tierra,
de una noche en la que la sílfide Ariel parece
haber derramado la miel de su aliento.
Constelaciones radiantes
que aspiran la primavera,
ocultando el ardor de Géminis
en el temblor y la modestia de un beso.
La galaxia se ve clara y feliz
en medio de una columna florida
y aterciopelada, en nombre
de la gran gloria del mundo.
El hermoso cisne etéreo
se mezcla en la noche de la primavera
con su ligero perfume místico,
dulce e invisible y sus encantos
de celoso ruiseñor.
Los ojos de la estrella se esconden
en la rosa, Adonis es deslumbrado
por el sol, el amanecer se niega
a sonrojar al dormido valle con las
caricias del amante celestial
y, cómplice, la tierra abandonada
sin velas, desprecia al sol. 





Infierno

En un sufrimiento vago y terrible que adopta todas las formas, 
como brazos desnudos o la niebla de un olmo viejo,
se levanta y se expande en estos campos del dolor,
siendo el fantasma y el ser del mismo color.
El ojo cerrado por el miedo, en la sombra expiatoria
halla una visión más oscura.
Tal como una montaña de bronce, a veces para siempre
maldice la inmovilidad de los seres;
y a veces la ira imprime sus tormentos en un círculo de terror.
Bajo el vértigo del rayo pálido,
los amantes de la noche huyen
de sus dudosas sombras, rasgando
el aire en un ángulo espinoso.
Cada demonio persigue un grupo
de condenados, de cuerpos en torno
al contorno hiriente del azufre,
un lugar desolado, de dolor distante
y confuso.
La muerte es como una arena negra
que arruina todo en el laberinto
del Minotauro, donde crece la sombra
infernal de Satanás.
Los viajeros difieren en la
inmensidad de su eternidad y giran
sobre sí mismos en el eje de la 
rueda del infinito infierno. 





Norma (fragmento)

NORMA

Vete, sí, abandóname, indigno;
abandona a tus hijos, tus promesas, tu honor.
Maldito por mi ira
no gozarás de un amor impío.
Día y noche mi venganza
tronará a tu alrededor.


POLLIONE
Brama cuanto quieras, y que tu furor
conjure contra mí la angustia eterna!
Este amor que me gobierna,
es más fuerte que tú y que yo.


ADALGISA
¡Ah! No permitas que yo cause
a tu corazón un dolor tan cruel.
¡Ah! Interpónganse mares y montañas
entre el traidor y yo para toda la eternidad. 



Norma antes de Bellini: el drama de Soumet

En abril de 1831 se estrenaba en París un drama en cinco actos, Norma ou l'infanticide, de Alexandre Soumet (que podéis encontrar por esos mundos de Internet gracias a Google Books), que sería meses más tarde la inspiración del libreto de Romani para la Norma belliniana. Su autor nació en Castelnaudy en 1788 y murió en París en 1845. Su padre habría preferido a un militar antes que a un poeta, pero tuvo que rendirse a la evidencia; admirador de Schiller, en 1810 publicó algunos poemas en honor a Napoleón que le valieron un empleo (curiosa forma de otorgar los puestos de trabajo). Su popularidad se dispara en 1814 con una elegía titulada La pauvre fille. Después de la Restauración, Soumet volvió a publicar poemas en honor a sus soberanos (aunque esta vez fueran de la casa de Borbón), y el éxito de las tragedias Clitemnestra y Saul (1822) acabarían por abrirle las puertas de la Academia Francesa. A estas dos obras siguieron más de temática histórica, como Cleopatra (1824) , Juana de Arco (1825) o Isabel de Francia (libremente adaptada por Soumet del Don Carlos de su admiradísimo Schiller), estrenada en 1828. Con la llegada de la Revolución de 1830 y el nuevo destronamiento (esta vez definitivo) de la dinastía borbónica, Soumet se adaptó nuevamente a las circunstancias y fue nombrado del rey Luis Felipe.


Frontispicio de la tragedia de Soumet que inspiraría a
Bellini y Romani: Norma ou l'Infanticide


Soumet escribió Norma para una mujer que había sido la protagonista de algunos de los dramas arriba citados (concretamente de Saul, Cleopatra y Juana de Arco): Marguerite-Josephine Weimer, más conocida en los escenarios como Mademoiselle George (o Georges, según las fuentes), una gran trágica (según los testimonios de los contemporáneos, y en estos testigos podemos incluir a Hugo o a Dumas padre), nacida en 1787. Desde los cinco años anduvo por los escenarios, hasta su debut en la Comédie Française en 1802. Los aficionados al cotilleo histórico conocerán su nombre por haber sido amante de Napoleón durante el Consulado (Me habría dejado matar por él, decía la George). La propia actriz contaría con detalle la relación en sus Memorias, publicadas muchos años más tarde. En aquel entonces, se desató una feroz rivalidad entre sus seguidores y los de otra diva de la época, Mademoiselle Duchesnois. Partidarios de una y de otra llegaban a las manos y se arrojaban cuanto tuvieran a su alcance (asientos incluídos) si las dos coincidían en una representación.



La primera Norma de Soumet, Mademoiselle George (o Georges)

Después de la caída del Imperio, Mademoiselle Georges fue "represaliada" por bonapartista durante algún tiempo. Finalmente pudo volver a París. Para cuando tuvo lugar el estreno de Norma, la actriz había reconquistado todo el terreno perdido. Según testimonios de la época, en la escena de locura del Acto V (después de haber retratado todos los aspectos de Norma a lo largo de los cuatro actos precedentes) "alcanzó lo sublime" y enloqueció al público, asegurando el éxito de la tragedia de Soumet. El argumento varia en bastantes aspectos del de la ópera belliniana, aunque las líneas generales se conservan. Norma, hija de Orovèse, jefe de los galos, ha quebrantado su voto de castidad al convertirse en amante del procónsul Pollion, con el que ha tenido dos hijos, Agénor y Clodomir. Pero Pollion no piensa en la fidelidad y se siente atraído hacia Adalgise, una joven gala que sirve en el templo. Al contrario que en Bellini/Romani, la Norma de Soumet transcurre ya en la era cristiana. Clotilde, la confidente de la sacerdotisa, tiene aquí un mayor peso y es precisamente el único personaje de esa religión. Con frecuencia alecciona a Norma y a los hijos de ésta al respecto, sobre todo al que tiene mayor peso en el drama, Agénor, cuyas premoniciones sobre la muerte (la visión de Pollione, el de Bellini, en el Acto I, se corresponde con un sueño del muchacho en el drama original) acaban cumpliéndose. Y es que al contrario que en Bellini, Norma, que pierde la razón tras el abandono de Pollione, consumará el asesinato de sus hijos. Después de esto, invitará irónicamente al procónsul a casarse con Adalgisa antes de arrojarse al vacío, en una escena final que parece calcada (como muchas otras cosas en esta tragedia) de Medea. La última palabra del drama queda para Oroveso, que anuncia a Pollione que es entonces cuando comienzan sus sufrimientos, mientras que los de Norma han acabado con el suicidio.



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