CRISTINA PÉREZ ESCRIBANO
Nacida el 4 de mayo de 1971 en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real).
Me vino la ciudad más tarde, como una epidemia de sombras y de ojos abiertos. Hice tanto como tan poco y variado. O no tan variado. Pedí perdón al suelo y me nacieron libros que no llegaron a ser libros: Beso. Violines. Trenes, Martes 21, Aurora, Miradoradelunas.
Descansé, miré al frente y vi atardeceres rojos.
Anteayer como quien dice gané un premio de novela corta y descubrí a Dulce Chacón más dulce, más viva, más poeta.
Y ahora sigo caminando.
Iniciados.
Dos. Inician
Caminos de dos.
Sobre camas estrechas.
Cumbres de lenguas
Tientos despacios
Camicaces voraces
de camas
Dos.
Hechos de uno.
Apoyados de miedo
Se filtran, quién lo diría!
Torciendo las cosas
Amoldando figuras,
Dotando
De llantos antiguos el mundo.
Qué repetición tu mano en mi mano
Tu pie sobre mi sangre...
TRES.
Amanecía.
He acogido la aurora
Abrochada a tu vientre,
El sol naciente sufría pariéndose
Y el son primero bailaba juntando las aguas.
Amanecía en tu boca también,
Boca enjuagada de soles,
Tildada de bella,
Caída,
A las comisuras feroces de mis bocas.
He nacido yo también a la par
Que el día.
Qué nacer más bello
Cuando se ha nacido muerta tantas veces.
Oración
Madre que tierra pones
En el tiesto eterno de la genética
Abona de abrazos dados mi cuerpo.
Roza mi cara con la tuya ida
Dóname tus gestos,
Mírame desde entonces, hazte mañana
De cara redonda y sonrisa fija.
Pon tus ojos negros en mi vientre hinchado,
Habla verdades con el habla mía,
Detén tu mano, enséñame las uñas,
Cántame aquello del Dios bueno.
Di lo de la felicidad que vendrá un día
Para quedarse.
Duda. Desde la mente mía.
Téjeme un jersey nuevo.
Y no vengas en sueño que me parece triste
Agarrarte en distancias que no ataja mi mano.
Qué fácil volar a la huella tuya
Qué cerca temer con tus mismos miedos
Madre de agosto. De diciembre fría.
Las macetas se secaron (no sé si
Lo sabes)
Vuelvo a plantarlas
Cada primavera.
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