Elena Iglesias
Nació en La Habana, Cuba y actualmente vive en Miami, Florida. Ha vivido además en México y Venezuela. Estudió literatura en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. También es periodista y escribe para El Nuevo Herald sobre arte, literatura, salud y espiritualidad.
Es autora de cinco poemarios: Península/1977; Mundo de Aire/1978; Campo Raso/1983; Temblor de Luz/2009; y Apremiante deseo de manantial/2012, compilación de todos sus poemarios. Es además autora de Cuenta el Caracol/1995, recreación de patakíes de la tradición afrocubana; dos libros de cuentos infantiles, Aloni Gabriel y Mariposa/Aloni Gabriel and Butterfly/2004-2011, y Who am I Butterfly?/2011. The Philosophy of My Wandering Cat del 2009, un libro de fábulas, fue publicado al español como La filosofía de mi gata andariega en el 2014.
1.
Mi Dios es el Dios de los Salmos
el que obra maravillas
en el día de la angustia
el que viene de pronto como un ruido
como una violenta ráfaga de viento
que lo llena todo
hasta las manos vacías
el Dios que me dice:
“¡Levántate y anda!
queda mucho por hacer
remienda tu corazón herido
y sígueme”
A mi Dios lo encontré una vez
sentada al borde del camino
ciega y suplicante
oyendo el paso de la gente
como en Jericó.
Cuando no pude más con mi silencio
empecé a gritar y a gritar
con una fuerza prestada:
“Jesús, hijo de David, ten compasión de mí
¡Señor, que vea!”
Ese día supe que el origen de la luz
son las tinieblas
2.
Misterio
aquí me tienes de nuevo
tocando a tu puerta
Rondé por el mundo
buscando respuestas
y un amor
Mi herida se hizo más honda
Aquí me tienes Misterio
con mi fidelidad rebelde
confiada
3.
No llores por tu perla, Perdedor
Yo te la buscaré hora tras hora
guijarro tras guijarro y flor tras flor.
Me queman los restos de un oro antiguo
del héroe mítico
que quiso robarle el fuego a los dioses
Su sombra se hace en mí
según la claridad del desierto
Dime, Señor, de forma que lo entienda,
¿qué hago yo en esta hora,
en pie sobre la tierra
con mi desesperada esperanza?
No pido un dios para mi noche oscura
solo una gota de miel
para los que se han atrevido a volar
(Del poemario Península)
MUÑECOS
Vida
sudor de muerte convulsa
tatuando en la piel
muñecos de tinta
helados de sentido
vacíos de porqués
Como planetas ilusos
giran y gravitan
aparentando vida propia.
Sol bullicio algarabía
se mueven los muñecos
con venas dibujadas
sobreviven y vegetan
un día y otro día
un año y otro año
un siglo y otro siglo
Desnuda
en mi incómodo rincón
espero la hora de los milagros
cuando el agua se convierta en vino
el vino en sangre
la sangre desborde los contornos
y los vuelva carne tibia:
espero que la muerte
engendre vida
un día
Del poemario Campo raso:
Encierro en mi puño
los castillos de mi infancia
los golpes de un absurdo adiós
Vano afán
de intimidar al tiempo
Del poemario Temblor de luz, con versos de Dulce María Loynaz
entrelazados a los míos:
XV
Dices que amor es apretarse a la cruz y clavarse a la cruz, y morir y resucitar…
Pero hoy el sol ha abierto mis ojos dormidos hace años
y quiero un amor amable
de plenitud de árbol y música de agua
Un amor de Blanca Nieves
después de todas las brujas y todos los bosques
Vengo de desenredar marañas en caminos de tiniebla
y quiero un amor de alba y de sonrisa
que me llene los poros de alegría
Sé que amor es amar desde la raíz negra
pero agota el sudor de cada día
Amor también es manantial
y la dulzura de una tarde llena de luz
entre mariposas y pájaros
Amor es un vaso de agua en la inmensidad del desierto
cada vez más germinal
Amor es la llave que abre la fuente de la esquina
para que todos calmen su sed
(Pero antes hay que refrescarse en un lago cristalino
egoístamente acogedor)
Amor es reconocer tu sangre
comprenderla y rendirle pleitesía
para luego avanzar hacia amores más complejos
menos suyos
más del alma
Sangre y alma en armonía
¡Amor es resucitar!
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