Magaly Quiñones nace en Ponce, Puerto Rico en el 1945. Su vocación literaria se manifiesta desde los años pre-adolescentes. Escribe poemas, cuentos, ensayos, reseñas y crítica de arte en periódicos, revistas, índices y antologías nacionales e internacionales. La precisión y la síntesis en el uso del lenguaje son elementos característicos de su poesía. Ofrece lecturas, recitales y talleres literarios en y fuera del país.. Su interés por las artes gráficas ha motivado a pintores de la talla de Antonio Martorell y Rafael Trelles a ilustrar algunos de sus libros. Ha publicado quince libros. La Muñeca, poemario para niños, está próximo a publicarse. Tiene al presente dos nuevos poemarios en preparación. Su obra literaria ha sido premiada por el PEN Club de Puerto Rico, la Editorial Mairena y el Instituto de Cultura Puertorriqueña. Ha realizado estudios en artes gráficas, bibliotecología y periodismo. Tiene una Maestría en Literatura Comparada y lenguas extranjeras de la Universidad de Puerto Rico y está jubilada como Bibliotecaria de la Universidad de Puerto Rico. Libros: Entre mi Voz y el Tiempo, 1969; Era que el Mundo era, 1974; Zumbayllu, 1976; Cantándole a la noche misma, 1978; Cosas de poetas (cartas literarias) 1978; En la pequeña antilla, 1982; Nombrar, 1985; Razón de lucha, 1989; Sueños de papel, 1996; Patio de Fondo, 2003; Mi Mundo, 2003, Poemas para los Pequeños, 2006; Quiero una noche azul, 2007; Pasión y Libertad, 2008; Nana al Niño Jesús, 2008.
EDADES
Lo que el ratón halló,
bajo la dulce almohada de la infancia,
fue un dolor de guijarros
y un tazón de monedas apretadas
al pie del arcoiris de mis sueños.
Lo que el ratón dejó,
a cambio de un primer diente de leche,
fue una infancia apretada
encabalgando hambrunas junto al río.
Lo que me conmovió cuando la vida
hundió su uña afilada por mi boca,
fue un verso que con sílabas preciosas
alzó días de sol
sobre mis puentecitos de vidrio.
La adolescencia desgranó cristales.
La adultez, sin saberlo, escanció el vino.
Y ahora que la vejez se acerca sigilosa,
encallando mi sueño en un lucero,
hundo mi mano en el sentir que agota
y rompo el calabazo del mito contra el cerro.
Con un niño en la piel, rasgo el papel
como quien troza un calendario nuevo.
(2001)
EXILIO
Caminando hacia el norte de la Tierra
subió la sierra, traía nombre de flor,
cabello en trenzas y un dolor de cadenas en el cuerpo.
Distinguida en las cúpulas antiguas,
oprimida en los túmulos modernos,
llegó al reino del sol con conciencia de estrella,
cruzó el cordón del mar y no salía de su asombro.
Africa le dio pájaros, España le dio lengua,
Borinquen, brío y caña y el cántico del gallo,
El mar, en su vaivén, descorrió el velo de las latitudes,
el sol, en su carrera, le dio la llama de la persistencia.
Siempre pensando en regresar al nido,
juntó sus pertenencias
y a riesgo de su vida se sumergió en un lago de aguas puras
y cruzó nuevamente el hemisferio
Ya en tránsito hacia adentro
se dio cuenta que el nido se elevaba con ella,
que ya no era española ni india ni africana,
traía un aura distinta, otra forma de ser, otro olor, otra lengua.
Y un coro de luciérnagas, le descubrió otra voz,
la voz del alma.
Se supo, para siempre, caribeña
y aún no salía de su asombro.
ESPEJOS
Lo habrás notado, ya no me estremezco,
no se agita mi pulso ni se quiebra mi voz
cuando te acercas.
Y, si has mirado bien, habrás notado
que no busco ocasión para hablarte
ni lucho por lucir interesante,
ni me río a destiempo, sólo porque me notes.
Sobrevivo el rencor.
Algo cambió en mis huesos y en mi sangre
cuando sentí la burla de tu engaño,
algo cambió en mi sangre y en mis huesos.
Ahora, vuelta hacia adentro, he olvidado tu olor,
la curva de tu pecho, el tono de tu voz
y hasta la fecha de tu cumpleaños.
Ahora soy una tonta admirable.
Conozco cada esquina de la jaula
y la alegría de la puerta abierta.
Hay quien dice que rujo como tú,
que huelo como tú, que pienso como tú.
Yo añadiría, que te me parezco.
POSIBILIDADES
Hoy podría conquistarte, si quisiera,
llevo un imán de amor entre los brazos,
podría seducirte de una y mil maneras,
traigo la seducción pegada al pecho.
Porque me sé el aroma de tu piel,
la curva de tu sombra, el dulzor de tu aliento
Y porque siento, sentada bajo el sol cada mañana,
todos y cada uno de tus preciosos besos,
puedo,
allegando mi copa a tus heridas,
fortalecer el árbol de la vida,
liberarnos del velo de la muerte,
pero, no quiero.
Soy una abeja que ha llegado tarde,
a destiempo a tu reino.
Soy un ladrón que, ajeno a tu compás,
sin previa invitación, te ha alborotado el lecho.
Porque llevo tu luz pegada al párpado,
la hiel de tu dolor pegada al pecho,
hoy podría, buenamente, consolarte,
precipitar tu tedio, ilusionarte
y rendirte de amor, pero,
¡no quiero!
PIER 17
Esta tarde sin sol me has preguntado,
de qué lado se inclina el corazón
cuando amor nace y nos sentimos viejos.
Ahora que caminamos
por las obscenas calles de New York,
que recortamos sueños y poemas
-desde Strawberry Fields hasta West Village-
regando-como Lennon-
la música del alma sobre el cuerpo,
se te nubla la voz y aún me preguntas.
Te podría decir que todo importa
que tú y yo, como todos,
conformamos la inmensa postal de rascacielos.
Podría hasta jurar que amar, besar,
son ejercicios sin edad ni tiempo.
Pero, me quedo lela,
meditando en la hondura de tus ojos.
Me quedo lela ansiando y sopesando
lo que cuesta soltar nudos y velas
en medio de una historia de hundimientos.
Esta tarde sin sol en que preguntas
-rimando el fuego de tu corazón-
Con qué mano se enciende el universo,
no hallo respuestas en mi corazón,
a lo sumo unos versos, estos versos.
PARA MEJOR MIRARNOS
Un árbol es un cielo y no es un cielo,
retado por la luz es un paraje
donde se incendian todos los veranos.
Un jardín es jarrón sin ser jarrón,
si lo tienta el color es una inmensa falda de cristal
bordada por abejas de oro.
Y el mar no es sólo el mar,
cazado y cazador, quieto y alado,
el mar es más que el mar, nombra y desnombra
discreta y sabiamente como el día.
Y un poeta es aún más, mucho más
que algún vuelo refugiado
en la fosa voraz de un esqueleto,
es piedra de amoríos contra el pecho,
furgón de mil caballos.
Pero ahora, amigo, hablemos de poesía,
sabia y discretamente, como el día,
para mejor mirarnos.
http://www.jornaldepoesia.jor.br/BHBHmagalyquinones.htm
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