Rupert Brooke
Rupert Chawner Brooke (también Chaucer) (3 de agosto de 1887 – 23 de abril de 1915) fue un poeta inglés conocido por sus sonetos idealistas sobre la guerra, escritos durante la Primera Guerra Mundial (especialmente El soldado); sin embargo, nunca experimentó con el combate de primera mano. También era famoso por su apariencia física que llevó al poeta irlandés William Butler Yeats a describirlo como "el joven más guapo en Inglaterra".
Brooke nació en el 5 Hillmorton Road en Rugby, Warwickshire, siendo el segundo de los tres hijos de William Parker Brooke y de Ruth Mary Brooke. Asistió a la escuela preparatorio Hillbrow antes de ingresar al Rugby School. Mientras viajaba por Europa, preparó su tesis títulada John Webster y el teatro isabelino, que le permitió obtener una beca del King's College en la Universidad de Cambridge, donde se hizo miembro de los Apóstoles de Cambridge.
Hizo amigos en el Círculo de Bloomsbury de escritores, algunos de los cuales admiraban su talento, mientras que otros estaban más impresionados por su apariencia física (Virginia Woolf alardeaba ante Vita Sackville-West de haber nadado desnuda con Brooke en una piscina mientras estuvieron juntos en Cambridge).
Brooke perteneció a otro grupo literario conocido como los Poetas georgianos y fue uno de los más importantes de los poetas Dymock, asociados con el pueblo Dymock de Gloucestershire, donde pasó algún tiempo antes de la guerra. También vivió en Old Vicarage, Grantchester.
En 1913, Brook sufrió una severa crisis emocional que tuvo como resultado la ruptura de una larga relación con Ka Cox (Katherine Laird Cox).
Como parte de su recuperación, Brooke viajó por los Estados Unidos y Canadá para escribir diarios de viaje para la Westminster Gazette. Realizó un viaje a lo largo del océano Pacífico y se quedó algunos meses en Asia. Mucho después se descubrió que podría haber tenido una hija con una mujer tahitiana (Taatamata) con quien habría mantenido una intensa relación emocional.
Brooke se enamoró muchas veces en su vida, de hombres y mujeres, aunque su bisexualidad fue negada por su primer albacea literario. Muchas más personas se enamoraron de él. Brooke estuvo involucrado románticamente con la actriz Cathleen Nesbitt y estuvo comprometido con Noel Olivier, a quien conoció cuando tenía 15 años en la escuela Bedales. También sostuvo una relación amorosa con James Strachey, el traductor de las obras completas de Sigmund Freud al inglés. Brooke fue objeto de inspiración para el poeta John Gillespie Magee, Jr., autor del poema "High Flight." Magee idolatraba a Brooke y escribió un poema sobre él ("Soneto a Rupert Brook").
Brooke se enamoró muchas veces en su vida, de hombres y mujeres, aunque su bisexualidad fue negada por su primer albacea literario. Muchas más personas se enamoraron de él. Brooke estuvo involucrado románticamente con la actriz Cathleen Nesbitt y estuvo comprometido con Noel Olivier, a quien conoció cuando tenía 15 años en la escuela Bedales. También sostuvo una relación amorosa con James Strachey, el traductor de las obras completas de Sigmund Freud al inglés. Brooke fue objeto de inspiración para el poeta John Gillespie Magee, Jr., autor del poema "High Flight." Magee idolatraba a Brooke y escribió un poema sobre él ("Soneto a Rupert Brook").
Bibliografía
Keith Hale, ed. Friends and Apostles: The Correspondence of Rupert Brooke-James Strachey, 1905-1914.
Arthur Springer. Red Wine of Youth--A Biography of Rupert Brooke (New York: Bobbs-Merrill, 1952). Basado parcialmente sobre la extensa correspondencia entre el escritor de viajes estadounidense Richard Halliburton y los personajes que habían conocido a Brooke.
Christopher Hassall. "Rupert Brooke: A Biography" (Faber and Faber 1964)
Sir Geoffrey Keynes, ed. "The Letters of Rupert Brooke" (Faber and Faber 1968)
Colin Wilson. "Poetry & Mysticism" (City Lights Books 1969). Contiene un capítulo sobre Rupert Brooke.
John Lehmann. "Rupert Brooke: His Life and His Legend" (George Weidenfield and Nicolson Ltd 1980)
Mike Read. "Forever England: The Life of Rupert Brooke" (Mainstream Publishing Company Ltd 1997)
Nigel Jones. "Rupert Brooke: Life, Death and Myth" (Metro Books,1999)
THE SOLDIER
If I should die, think only this of me:
Taht there´s some corner of a foreing field
That is for ever England. There shall be
In that rich earth a richer dust concealed:
Adust whom England bore, shaped, made aware,
Gave, once, her flowers to love, her ways to roam,
A body of England´s, breathing English air,
Washed by the rivers, blest by suns of home.
And think, this heart, all evil shed away,
A pulse in the eternal mind, no less
Give somewhere back the thoughts by England given;
Her sights and sounds; dreams happy as her day;
And laughter, learnt of friends; and gentleness,
In hearts at peace, under an English heaven.
EL SOLDADO
Si yo muero, pensad esto sólo de mí:
que allí donde me entierren habrá un rincón de tierra
extraña, que será para siempre Inglaterra.
El polvo generoso que ha de esconderse allí
el ser debió a Inglaterra que maternal le dio
flores que amar y sendas que recorrer, un día,
y un cuerpo todo suyo, pues de su aire vivía,
lo bañaron sus ríos y su sol lo curtió.
Y pensad que este pecho, de mal purificado,
hará con ritmo eterno, donde muera el soldado,
brotar los pensamientos porque Inglaterra es;
sus campos, sus rumores, ensueños de ventura,
y risas aprendidas de amigos, y ternura
en pechos que atesoran paz, bajo un cielo inglés.
(versión de Domingo Rivero)
The Hill
Breathless, we flung us on the windy hill,
Laughed in the sun, and kissed the lovely grass.
You said, "Through glory and ecstasy we pass;
Wind, sun, and earth remain, the birds sing still,
When we are old, are old. . . ." "And when we die
All's over that is ours; and life burns on
Through other lovers, other lips," said I,
---"Heart of my heart, our heaven is now, is won!"
"We are Earth's best, that learnt her lesson here.
Life is our cry. We have kept the faith!" we said;
"We shall go down with unreluctant tread
Rose-crowned into the darkness!" . . . Proud we were,
And laughed, that had such brave true things to say.
---And then you suddenly cried, and turned away.
La colina
En la ventosa colina jadeantes
Nos echamos sobre el pasto precioso riendo y besándonos al sol.
Dijiste "Extasiados, gloriosos pasamos
El viento el sol la tierra permanece y las aves aún cantan
Cuando estamos viejos, viejos, y morimos
Todo lo nuetro termina; y la vida sigue quemando
Otros amantes labios". Y yo dije
"Corazón de mi corazón éste es el cielo que hemos conquistado
Somos lo mejor de la tierra. Aquí aprendimos la lección.
Nuestro grito es la vida. Conservamos la fe". Dijimos
"Bajaremos con paso firme
De rosas coronados a la oscuridad" ...
Orgullosos reíamos de tan valientes palabras
Pero de pronto lloraste y te fuiste.
Versión de Silvina Ocampo
A Letter To A Live Poet
Sir, since the last Elizabethan died,
Or, rather, that more Paradisal muse,
Blind with much light, passed to the light more glorious
Or deeper blindness, no man's hand, as thine,
Has, on the world's most noblest chord of song,
Struck certain magic strains. Ears satiate
With the clamorous, timorous whisperings of to-day,
Thrilled to perceive once more the spacious voice
And serene unterrance of old. We heard
-- With rapturous breath half-held, as a dreamer dreams
Who dares not know it dreaming, lest he wake --
The odorous, amorous style of poetry,
The melancholy knocking of those lines,
The long, low soughing of pentameters,
-- Or the sharp of rhyme as a bird's cry --
And the innumerable truant polysyllables
Multitudinously twittering like a bee.
Fulfilled our hearts were with the music then,
And all the evenings sighed it to the dawn,
And all the lovers heard it from all the trees.
All of the accents upon the all the norms!
-- And ah! the stress of the penultimate!
We never knew blank verse could have such feet.
Where is it now? Oh, more than ever, now
I sometimes think no poetry is read
Save where some sepultured Csura bled,
Royally incarnadining all the line.
Is the imperial iamb laid to rest,
And the young trochee, having done enough?
Ah! turn again! Sing so to us, who are sick
Of seeming-simple rhymes, bizarre emotions,
Decked in the simple verses of the day,
Infinite meaning in a little gloom,
Irregular thoughts in stanzas regular,
Modern despair in antique metres, myths
Incomprehensible at evening,
And symbols that mean nothing in the dawn.
The slow lines swell. The new style sighs. The Celt
Moans round with many voices.
God! to see
Gaunt anapsts stand up out of the verse,
Combative accents, stress where no stress should be,
Spondee on spondee, iamb on choriamb,
The thrill of all the tribrachs in the world,
And all the vowels rising to the E!
To hear the blessed mutter of those verbs,
Conjunctions passionate toward each other's arms,
And epithets like amaranthine lovers
Stretching luxuriously to the stars,
All prouder pronouns than the dawn, and all
The thunder of the trumpets of the noun!
1914 I: Peace
Now, God be thanked Who has watched us with His hour,
And caught our youth, and wakened us from sleeping,
With hand made sure, clear eye, and sharpened power,
To turn, as swimmers into cleanness leaping,
Glad from a world grown old and cold and weary,
Leave the sick hearts that honour could not move,
And half-men, and their dirty songs and dreary,
And all the little emptiness of love!
Oh! we, who have known shame, we have found release there,
Where there's no ill, no grief, but sleep has mending,
Naught broken save this body, lost but breath;
Nothing to shake the laughing heart's long peace there
But only agony, and that has ending;
And the worst friend and enemy is but Death.
La Vieja Vicaría, Grantchester
(Café des Westens, Berlín, mayo de 1912)
Justo ahora estarán en flor las lilas
Frente a mi pequeña habitación;
Y en mis macizos de flores, supongo,
Sonreirán la fucsia y el clavel;
Y abajo en las lindes del camino
Florecen, bien lo sé, la malva y la amapola...
Oh, allí los castaños, en verano,
Junto al río, construyen para uno
Un túnel de verde penumbra, y sobre nosotros
Profundamente duermen ellos; verde y profunda
Se desliza misteriosa la corriente contigua,
Verde como un sueño, profunda como la muerte.
¡Maldita sea! ¡Ya lo sé! Y sé también
lo dorados que están en mayo los campos,
y cuando el día es dulce y joven,
cómo doran de gloria el pie desnudo
que corre para bañarse...
Du lieber Gott!
Y aquí estoy yo, sudando, enfermo, acalorado,
Y allí las frescas aguas en penumbra
Se aúpan y se abrazan a la carne desnuda.
Judíos alemanes temperamentvoll
Beben cerveza por aquí... y allí el rocío
Es dulce en la dorada mañana.
Aquí los tulipanes florecen como se les ordena:
Descuidada, en aquellos setos florece
Una rosa inglesa no oficial;
Allí un sol sin normativas
Baja a descansar cuando termina el día,
Y despierta a una vaga estrella impuntual,
Una Hesperia en zapatillas… y hay también
Prados hacia Haslingfield y Coton
Donde das Betreten no está verboten.
Eithe genoimen... ¡si pudiera estar
en Grantchester, en Grantchester!...
Algunos, es posible, pueden ponerse allí en contacto
Con la Naturaleza, o con la Tierra, o algo así.
Hombres listos y modernos han podido ver
Faunos espiando entre las hojas,
Y han sentido que los clásicos no han muerto
Al entrever la cabeza de junco de una náyade
O al escuchar la suave flauta de los pies de cabra...
Pero ésas son cosas que yo desconozco.
Tan solo sé que puedes pasarte tumbado
El día entero mirando el cielo de Cambridge,
Y arrullado por las flores en la hierba soñolienta,
Escuchar el fresco espacio de las horas pasar,
Hasta que los siglos se mezclan y confunden
En Grantchester, en Grantchester...
Aún en las frescas aguas aurorales
Del estanque, nada su fantasmal señoría,
Y ensaya las zambullidas y brazadas, hace tiempo
Aprendidas en Estigia o Helesponto.
Dan Chaucer oye aún a su río
Parlotear junto a un molino fantasmal.
Tennyson anota, con mirada de estudioso,
Cómo las aguas de Cambridge se apresuran...
Y en aquel jardín en blanco y negro,
Toda la noche se arrastran entre el césped los susurros;
Y espectrales danzan, hasta la aurora,
Cien vicarios en los prados;
Coadjutores, ya cenizas, van y vienen
Con pie sin huella, clerical y grácil;
Y a menudo entre las ramas puede verse
La astuta sombra del deán rural...
Hasta que el cielo se estremece,
Y se esfuma con satánicos chillidos
La remilgada desbandada eclesiástica
Sin dejar más que un durmiente estremecido,
Cielos grises, el piar adormilado de los pájaros,
La casa en ruinas que jamás se viene abajo.
¡Dios! ¡Voy a hacer la maleta, a coger un tren,
y a plantarme otra vez en Inglaterra!
Porque sé que Inglaterra es la única tierra
Adonde van los hombres de espléndidos corazones,
Y el condado de Cambridge, de toda Inglaterra,
El condado de los hombres que comprenden;
Y de ese distrito yo prefiero
La bella aldea de Grantchester.
Porque la gente de Cambridge apenas sonríe,
Pues son de ciudad, bajitos y astutos;
Y los de Royston, lejos al Sur,
Son oscuros y fieros, de bocas extrañas;
Y en Over maldiciones te lanzan,
Y algo peor que maldiciones en Trumpington,
Y las chicas de Ditton son vulgares y sucias,
Y las gentes de Shelford y alrededores
Tienen el gesto torcido y el corazón retorcido,
Y los hombres de Barton hacen rimas soeces,
Y en Coton abundan los crímenes nefandos,
Y se hacen cosas que nunca creerías
En Madingley, en Nochebuena.
Hombres fornidos han corrido millas
Al ver sonreír a alguno de Cherry Hinton;
Hombres fornidos se han quedado blancos,
Y le han pegado un tiro a sus mujeres,
Antes que dejar que fueran a Saint Ives;
Hombres fornidos han llorado como niños, vaya,
Al escuchar lo que ocurrió en Babrahan.
Pero Grantchester... ¡oh, Grantchester!
Hay santa quietud y paz allí,
Grandes nubes en cielos pacíficos,
Hombres y mujeres de mirada honesta,
Ágiles niños más hermosos que un sueño,
Un bosque frondoso, un río dormido,
Y pequeños vientos agradables que se arrastran,
Soñolientos, en torno a las esquinas del crepúsculo.
En Grantchester tienen pálida la piel;
Se bañan por el día y se bañan por la noche;
Las mujeres hacen lo que deben;
Los hombres observan las leyes de la razón.
Aman el bien, rinden culto a la verdad;
Cuando son jóvenes se ríen a carcajadas;
(Y cuando ya se sienten viejos,
Cogen y se pegan un tiro, me han dicho)...
¡Oh, Dios! ¡ver agitarse las ramas
Ante la luna en Grantchester!
Aspirar el dulce, emocionante, pútrido,
Inolvidable, nunca olvidado
Olor del río, y escuchar a la brisa
Durmiendo en los árboles pequeños.
Dime, ¿son aún los grandes olmos
Guardianes de esa tierra consagrada?
¿Dan sombra los castaños, en su sueño venerable,
al río todavía no académico?
¿Es la aurora una tímida y fría, secreta
Anadiómena de plata y oro?
¿Y es el ocaso aún un mar dorado
desde Haslingfield a Madingley?
Y después, antes que nazca la noche,
¿Salen las liebres aún a los trigales?
Ah, ¿y es el agua dulce y fresca,
Marrón y suave, arriba en el estanque?
¿Y sigue riendo el río inmortal
Bajo la aceña, bajo la aceña?...
Dime, ¿puede hallarse allí la belleza todavía?
¿Y la certeza? ¿Y la amable quietud?
¿Y los profundos prados, para olvidar
Las mentiras, las verdades, el dolor? ¡Ah! ¿y aún
Marca el reloj de la iglesia las tres menos diez?
¿Y hay todavía miel para tomar el té?
Traducción Ismael Belda
Wonderful..., thank you!
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