viernes, 18 de mayo de 2012

6878.- JOSÉ RAÚL UBIETA


José Raúl Ubieta Santiago
Nació en Arecibo, Puerto Rico (1973). Es escritor, fotógrafo y artista. Él, en su visión de su génesis, asegura haber nacido durante un naufragio en alta mar, llegando a las costas de la isla flotando sobre un madero y escoltado por una caravana de delfines. Nos dice que su madre era una gitana nigromante y su padre un equilibrista tragafuegos. Según afirma, sus laureles como mentiroso patológico le han traído serios problemas y ahora intenta a través de la literatura sacarle algún partido a su fama de embustero. Ha sido publicado en la revista Boreales (2011) y obtuvo una mención honorífica en el Certamen de Cuento del Nuevo Día (2004). Participo del movimiento literario Kapiarte así como de múltiples lecturas y performance alrededor de la Isla. Actualmente trabaja en su primer poemario “Cámara Obscura”. Maneja el blog “Pseudología Fantástica” http://hipomenes.wordpress.com/author/hipomenes/.





Cámara obscura (consideraciones técnicas)

Persevera en su óptica
reflejarán superficies convexas
tus ojos duplicados
espiral irreductible
deslizando(se) mil mundos
por el radio focal
exceso de revoluciones

Extraerás de tu boca
la materia obscura contenida
perforarás con tecla
pluma
lengua
dedos entintados
un agujero suspendido al vacío
acerca tu ojo con devoción
allí estará tu lente

Hazte muñecas
sobre  espejo
página
abismo
todos convulsados
calco imposible
cada quark una letra
cada protón una sílaba
cada palabra un planeta
cada verso mil mundos
cada poema la correa
repetida de universos
en el intersticio
entre el quark y la letra

Alerta
con el reflejo vivo
duendes deicidas
escapan del teclado
un duende
por punzada de tinta
se hace cromosoma
el cromosoma se hace hombre
el hombre pájaro
el pájaro relámpago
el relámpago cometa
el cometa ojodedios
y dios vuelve a ser cromosoma
recogido
por la punzada de la tinta

Prometo
finalizada la obra
detenido admirándola
chorreando
dedos fracturados
hemorragias de tinta
entre dos espejos
que se miran cara cara
verás invertido
soid ed ortsor le





Oculus Dei

Señor
tu duende clama
por más páginas de vida
con tecla no me liquides
recuerda señor
también te debes
a otra tintura
sucesión fractal
de artefacto cíclope
todos tenemos
un ojo polifémico
por encima del hombro
algún día
serás suprimido
no olvides señor
que tu forma
de igual forma
es duende sobre papel






La orante

        para Ivelisse,

Mandíbula cáncer(bera)
tritura tu seno
cuando llora el pezón
ojo del alma
la orgía celular
carcome la noche

Acentuando la fé
entre tus manos orantes
examinas
junto al fuego
el artefacto sagrado

El can te atraganta
la calvicie medita
devolver a dios
con todo y empaque
a aquella tienda
con paredes de espejo
pero renuncias
como quien sabe
que la vida
no tiene recibo





Borderline

Morir  al despertar en la intemperie
bajo un aguacero las secreciones avivan    
una suma de mentes violentas encarando el azar
frente al escuadrón de fusilamiento
reflejado por el espejo antropófago
mi bate ebrio amenaza el vidrio
pero
caigo
derribado

una bala atraviesa imaginaciones

rifles se ríen de los paredones
mientras tu dios me venda los ojos
las flores de tu blusa se deshojan
recuerdo rumiante de orfandad repetida
huérfano de los turistas
impostores de Woodstock
amamantados por la tele a colores
tierno parapeto en pañales
demorando el impacto de ojivas
fuimos el maldito niño frontera
entre Ho Chi Min y Reagan
desenrollo un hilo de sangre
desprendidas las alas ruedo por tierra

una bala atraviesa imaginaciones

ya en el parto doloroso de salir humeante
cabalgando un casquillo de plomo






Confesión al reflejo

Confieso que quiero tragarme la ciudad
para no sentirme despoblado
mientras me espían los maniquíes tras los escaparates
y el striptease de los semáforos suspendidos

Los edificios veloces se me escapan por el rabo del ojo
edificios donde desnudo brinco al vacío
como un dios desechable contra algún cielo de goma
desde el infierno que baña mi glande en llamas

la muerte firma mi fémur fracturado
atado a una camilla
o
al asiento torcido de un automóvil

desaguó anestesia entre los derrames de aceites
mis dendritas intentan atraparte
antes de exiliarte del cráneo desangrado sobre breas
meditabundo por las transformaciones sufridas
entre la vagina y la tumba

Pateo las latas sobre las sordas aceras
tratando de buscar mi imagen en los charcos
o
en el pedazo de retrovisor frente a mi cara cortada

confieso que aún confundo mi nombre con el tuyo
nunca debemos confiar en los espejos


http://www.enlaorilla.com/





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