SELENE FALLAS
(San José. Costa Rica, 1978). Estudió Literatura en la Universidad Nacional hasta obtener el grado de Licenciatura, también es egresada de la Maestría en Literatura Latinoamericana de la Universidad de Costa Rica y fue profesora en esta casa de estudio durante diez años. Ha publicado diversos artículos sobre literatura costarricense y latinoamericana y participado en varios congresos especializados. En 2015 publicó el libro “El teatro en Paradiso”, un análisis sobre la novela del cubano José Lezama Lima. En ese año también publicó su primer poemario “Hijas de Safo” (de donde son los textos que les comparto). De este libro el poema “La cólera de Tetis” fue traducido al italiano y publicado en la revista Proa (Italia). Actualmente, por un proyecto personal, reside en Montgomery, Alabama. EEUU.
HIJAS DE SAFO
Para leer este poema
debés llevar un sostén negro
con encaje, sin cordones.
Lo irás soltando poco a poco
como si fuera de palabras,
como si no tuviera comas,
ni ganchillos, ni botones.
Tomarás el tirante como un renglón
que nada pesa
y liberarás tus pezones,
versos sin candado
que no apuntan a la rima.
Comenzarás en la estrofa
que se parezca más a vos,
no tenés que detenerte.
Terminarás desnuda
en el regazo de Érato,
pero no serás poesía,
ni musa, ni ninfa.
Serás la poeta,
la hija de Safo,
la castradora de Zeus.
ANIVERSARIO
“si yo quisiera te encontrara un día
plácidamente al borde de mi muerte,”
Eunice Odio
¿Estarás al borde de mi sábana,
esa noche, que será un lapso de frío?
¿Tendrás valor para no odiarme
mientras me restriego con Anubis?
¿Soportarás que esté en los labios de Hades,
ignorando los tuyos?
¿Observarás como manosea mi cuerpo
con su lengua?
¿Escucharás mientras me grita perra
y le respondo jadeante?
¿Estarás cuando mi cuerpo se retuerza
en su último intento de ser piel?
¿Te quedarás mientras grito y me revuelco
en las sábanas del mismísimo demonio?
¿Podrás siquiera oler mi nombre en la mañana
cuando hasta el café te sepa a muerte?
LA CÓLERA DE TETIS
El dolor es un animal políglota,
su grito empapa desde el sema,
desde la lágrima seca de la tierra.
Su grito invade, esgrime, lacera…
llueve, mancha, sella…
llega, abraza, penetra…
marchita, deshoja, desmiembra.
Su grito amenaza, lulle, despelleja…
muerde, cansa, increpa…
habla, gime, aúlla, cacarea…
roe, muge, croa, ronronea…
escupe, ultraja, blasfema…
escarcha, estía, envenena…
reclama, recorta, resuena…
infarta, maltrata, enferma.
No solo está en tu lengua,
el maldito se desborda de unas tetas,
de unos ojos, de una hilera.
El maldito camina, cojea,
se arrastra, se desvela,
se comporta, se rebela,
me consume, me condena.
Maldito cuerpo el tuyo de marea,
maldito cuerpo el suyo de ballena,
maldito dolor, maldita pena,
maldita necedad de tanta esperma,
maldito corazón de anacoreta,
maldita voluntad de cadeneta,
infame mi quimera:
de que el mundo se haga mierda.
PLATO DEL DÍA
¿Adónde remojaremos
las esquinas del fracaso?,
¿dónde esperan los zánganos
oficios que debimos cumplir?
El cromo de la niña enfermera,
profesora, madre, estilista,
pero nunca verás mi rostro
esmaltado junto a una vidriera.
¡Tanto odio cabe en un solo plato!
Soy experta en cálculos
alimento día con día doce tropas.
Me encantaría servirte
un filete en salsa de bastardo
o un arroz con maldiciones y patadas,
pero en vez de eso,
no te serviré.
Cerraré esta puerta y me dedicaré
a resolver crucigramas
y terminaré coleccionando estampillas,
practicaré rodar por los salones del vicio
y la pedantería,
no por imitarte,
sólo para saber si me equivoco.
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