martes, 11 de abril de 2017

ENRIQUE NEGRETTI [20.079]


ENRIQUE NEGRETTI 

Enrique Negretti (Eduardo Martínez) nació en Maracaibo, Estado Zulia (Venezuela), el 12 de febrero de 1985. Cursó la carrera de Derecho en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín (Venezuela), obteniendo la licenciatura en 2007. También obtuvo un posgrado en Derechos Humanos de la Universidad de Santo Tomás (EE.UU.) en 2009. Vive en el sur de la Florida desde hace ocho años. La nostalgia de Caín es su primer libro publicado.




De La nostalgia de Caín (Editorial Echarper, 2016).


The Jesus Prayer

Jesús, Hijo de Dios,
dime si los puntos G de María
han desarrollado anti-cuerpos.

Jesús, Hijo de Dios,
sera que algún día nos llamaremos
Sarah y Tobías,
los ungidos.

Jesús, Hijo de Dios,
a la cuenta de tres que aparezca un tequila,
que tampoco me llamo Bartimeo y me estoy quedando afónico.

Jesús, Hijo de Dios,
concédeme el milagro hormonal,
pues si mi alma se pierde por frigidez,
la de ella hará lo propio por forfeit.



Oracular

¿Por qué lo hiciste Kurt?
¿Por qué lo hiciste?

Ya no huele a espíritu joven en el recinto
o es que acaso peco
de especulativo con tu alma
si tu biografía iba a ser así desde el vientre,
condenada,
como el destino de la Fender Stratocaster
que devastabas al final de conciertos,
y el riff desesperado
lúgubre
que le antecedía.

Bodahh,
tu conciencia trabajada para el desastre,
ahora te da la bienvenida
al club de los 27

con hedor,

De Jimmy M. irradiabas la oscura idea
psicotróica de rehuirle a la fama.
De Joplin y Hendrix
la estridencia en el escenario.
Tanto para ti
como para ellos, Kurt,
no hay sacrificio dominical en el altar
que valga;

los gusanos
recorren a su rockero más apetitoso,
y a nosotros
nos queda la pregunta dura de remorder:
¿quién haló el gatillo de la Remington 11 Gauge?

En Seatle, Washington,
rebobinando el rastro de la víctima,
son las 11:30 a.m. de la mañana del 4 de abril de 1995
y Kurt Cobain morirá en 24 horas.



En el Pẻre-Lachaise
quiero yacer
en compañía de letrado
y famosos don-nadies,

El meollo del asunto está
en labrarse una lápida sin estar parcelado;
todos los que allí moran a la espera de que les armen el rompecabezas metafísico
lo han hecho no por derecho de sucesión
sino a punta de mito,

a la Morrison,

que así sea sin el lastre claroscuro.







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