Luci Collin
(Curitiba-Brasil, 1964). Poeta, narradora y traductora. Es catedrática de Literaturas de lengua inglesa en la Universidade Federal do Paraná (Brasil) y, actualmente, desarrolla una investigación posdoctoral en la Universidad de São Paulo (Brasil). Ha traducido a autores como Gertrude Stein, E. E. Cummings, Gary Snyder, Eilean Ní Chuilleanáin, entre otros. Ha publicado 17 libros, 8 de estos de poesía como Querer hablar (2014) o La palabra algo (2016), entre otros.
(Curitiba-Brasil, 1964). Poeta, ficcionista e tradutora. Leciona Literaturas de Língua Inglesa na Universidade Federal do Paraná (Brasil) e cumpre estágio pós-doutoral na Universidad de São Paulo (Brasil). Também já traduziu Gertrude Stein, E. E. Cummings, Gary Snyder, Eiléan Ní Chuilleanáin, entre outros. Tem dezessete livros publicados entre os quais Nossa Senhora D’Aqui (romance, 2015), A árvore todas (contos, 2015), Querer Falar (poesia, 2014) e A palavra algo (poesia, 2016), entre otros.
Curador de la muestra Fabrício Marques
Traducción por Eleonora Frenkel
Poemas de Luci Collin
De veras
el poeta finge
y mientras tanto
chicharras estallan
puentes caen
azaleas claudican
edipos resuenan
vacunas vencen
la bolsa quiebra y
el poeta finge
y mientras tanto
olas inmensas explotan
el pan adolece
astros se desvían
manadas enteras se pierden
la noche rechina
el viento derriba nidos y
el poeta finge
y mientras tanto
voces rajan
venas obstruyen
galeones hunden
medeas abaten crias
chorreras se enturbian
el zapato aprieta y
el poeta finge
que las manos llenas de súbitos
no son las suyas
Ontivo
Nos encontraremos y yo estaré ajetreada
y tú estarás inmerecible
y yo estaré cansada para el café
y tu estarás exhausto para el cine
y yo estaré amorfa
y tú palimpsesto
y yo estaré rendida a las evidencias más ocultas
y tú descomedido a las vivencias absolutas
y yo estaré apurada
y tú en aquella hora imprevisible
y yo estaré en aquella hora portentosa
y tú estarás en aquel momento increíble
y yo estaré en aquella mañana lluviosa
y tú estarás en aquella noche audible
y yo retrocederé hasta el alba
y tú avanzarás a occidentes
y yo comprenderé infinitudes
y tú desvestirás los contratiempos
y yo deslizo por la superficie y me voy
y tú zambulles mar adentro y refloreces
Álbum
como son enormes
las osamentas de animales en el museo nacional
(“No se dice ‘huesos’, advirtió la tía solterona
egresada de filosofía pura)
cuando descubrí el inmenso libro de anatomía
de crustáceos y moluscos
bajo impulso científico enclaustré
insectos en los vidriecitos de remedio
de la bisabuela
la bisabuela lloraba a tontas y a locas, además
y vagaba por la casa riñendo (en véneto)
con fantasmas que la habían
abandonado
justo allí
como son enormes
los recuerdos
cuando mi padre me perdió en el mar
cuando mi madre me perdió en la salida del cine
debe haber durado treinta segundos
y hasta hoy
cuando el carillón marca cinco
(que era la hora de los buñuelos de viento)
me siento para el té solitario
y hojeo un atlas de imágenes transcurridas
que se debaten como insectos
y el trago tiene un gusto deshabitado y yermo
porque perdí el código
con el que se argumenta
con los fantasmas
Estética de la escena
lo que mi ojo imagina
entre migaja y galaxia
es el deslumbramiento de aquello que
inaugura adornos
y que ocupa la boca florecida en una
sonrisa
lo que mi ojo cogita
entre esquirla y elipse
es el reconocimiento de la voz
siempre pincel
una dobladura y sus compases
un refresco
y dos voces son muchas
la partitura esculpida
entre la saliva y el soplido
aquel sin esfuerzo de la mano
que toca la fruta
es mi mirada que arma la escena
y el gusto
es mi mirada que usa la piel
para leer el espacio
y resultar el espacio
y convertir el día en pulso
es mi mirada que descubre la cáscara
y el gesto
y los nombres escurren
molusco e infinito
el texto un palafito
y el ojo engendra
una manumisión que se funda
en leerse en si el borrador
de la propia mirada
Schriftsteller
(el libro de fotos)
asustador un hombre que inventa
otros hombres
lo que ven sus ojos
abiertos o cerrados
noche o día
asustador un nombre que al ser pronunciado
hace existir las frases que esperan en la estante
Nabokov caza mariposas
con una red adecuada y pisará sobre flores
¿Estaremos en una primavera?
Beckett mira cualquier botón de la camisa
en el cuarto de negra totalidad
¿Estaremos roncos?
Char sostiene un bastón
o una espada
¿Estaremos muertos?
Kerouac ve sillas, techo, alfombra,
cortina y un despertador automático
¿Estaremos prontos?
Borges, si sales de esa enorme ventana
no logra la eternidad
¿Estaremos riendo?
Genet sentado en el piso desconsidera
la última moda en pañuelos de cuero
¿Estaremos a mano?
Y tú, escritorcito sin fotografía,
necesitas de un blazer a cuadros
con mangas raídas
un alquiler vencido
un pelo sin corte
una mirada indescifrable
un perro ladrando
un dolor agudo en la espalda
o en el brazo
o en el diente
un vaso vacío
otro vaso
buses ruidosos pasando
toda la mañana
toda la tarde
toda la noche
pasando
una soledad que semeja a brasa
comiendo el cigarrillo
(a falta de imagen más noble)
necesitas abrazar una enorme estatua
y pensar en una palabra no inventada
¿Estaremos salvos?
Días
Era mentira que el dolor envejece
Yo quiero oír las historias antiguas
Y recomponer las tramas que ya conozco
(Mi abuelo subiendo la calle silbando:
es domingo)
No quiero historias que cambian
Yo quiero los personajes de siempre
Las escenas antiguas
Las puertas antiguas
Las noches antiguas
Las antiguas manos
(“Abu, ¿la vida es mala?
Risas)
Y aquella certeza de que el mundo mañana
Sigue igual al mundo aquí adentro
Y yo pertenezco al día
en que veo a esta figura que también
me ve
y puedo decir:
mucho gusto
en volver a verte.
Extravagante
este perro que me sigue
en la noche insignificada
desconoce mi desaliño
este estar parado en esquinas
los tragos de café ruinados
la doctrina de los ácidos
este encarar sauces retóricos
de gestos calcificados
que vuelcan exilios e hidalguías
y los soles de madera
de esta ciudad inmediata
que me habita
este perro que me sigue
ignora mi desenganche
mi breviario de errabundo
la huida de las emergencias
el rosario de los inválidos
el desalme de las piedras mal asentadas
la aflicción de lo que es virgen
el escenario flácido donde flotan
lunas y escapularios
donde tiemblan ineludibles escalinatas
y ramas desnudas que disputan
en barroquismo
con los brazos de la iluminación pública
inexperto y cojo
ejemplar de inhabilidad
este perro me sigue
como yo sigo a los dioses
inventados por la oscuridad
Una tarde que cae
Cuando lo vemos está sentado en el banco de la plaza
Ella está en casa presa a la trama silenciosa
En la plaza pájaros y flores son sinceros
En la ventana pájaros son fantasmagóricos
Con el pañuelo del bolsillo él se seca el sudor de la frente
Ella enjuga los ojos con la manga
Él gruñe pero solo por adentro
Ella supura pero nunca los domingos
Él lamenta porque el pan es azul
Ella suspira y la tarde muda envejece
Él pregunta si las ventanas son sinceras
Ella piensa en arrojarse a algún lecho
Son fantasmagóricos los azules que salen de los ojos
La gangrena y la borra son absolutos
Cuando lo vemos está en frente a la tele inmaterial
Ella está de espaldas boca abajo de bruces
Él se está escarbando los dientes a la espera
Ella vacía
Él atardece y arde
Ella flota sobre el agua azulísima
Él tose escupe rezonga alancea gime
Ella se hizo las uñas y la torta simples
La previsión del tiempo anuncia lluvia
Ella toca la piedra friísima
Él se ofende
Ella se ofelia
Haberes
I.
el caballo único
que reaparece en este aquí
es aquel que se inauguró lo lejano
y aquello que patea sobre una hierba de sigilos
que cuando examinados de cerca
son puntos de exclamación
el caballo más que inmediato
que vibra en el destino de las lejanías
trama una dispersa coreografía
que es su discurso de casco
e informa todo lo que se dice
de ojos cerrados
amplitud redención
y revés
de la geografía menor
y de la espera
el caballo que alimenta la luna
en mí en ti
y que destempla las mareas y los bermejos
de las chicas de las venas de las cortinas
es un lirio apenas y un silbido
es ventrílocuo de las sonrisas
y espantos tanto de las montañas
como de las murallas
y de las millas
el mejor pintor de la aldea
carcajeará para siempre porque
intentó captar la gracia de lo visto
pero confundió la inmensidad de los escampados
con el sonido de las patas
sobre todo lo que es cristal
y la locura es el mínimo precio
de querer conjugar
lo invisible
II.
el pájaro que se tiene como exageración
conocido de los reyes y de los insomnes
ya hace mucho se enajenó de alas
y de rumbos
y ahora se divierte con la rectitud de las hipérboles
y lleva en el pico el por qué primero
pájaro absuelto y soberano
practica la descostumbre de la monta y de las cifras
asperje vuelos y deseo de vuelos
por entre los ojos que esperan la buenaventura
y la señorita se persigna
y los narcisos se avergüenzan
y los bálsamos y los sándalos
al sonido de las risueñas maracas
se volatilizan
el pájaro reza en un curso intransitivo
y desimportan huecos
en las tejas en las estatuas en las bocas
porque construyó un alfabeto inédito
de pajas de colorantes de arenas
y nunca entenderán que él es siempre
el mismo pájaro
de mostacillas
cuya luz calla la intención
de las heridas
III.
porque no hay sinónimo para él
este pez de aquí no participa de los enunciados
no tiene anhelos ni dedos
y su respiración jamás perturbó cartapacios
no tiene miradas ni mandíbula
y son parábolas sus alas de fiebre y de noche
con el ateísmo de los papeles en blanco
él se esconde entre las pestañas
los hombres con el capricho de conocerlo
forjan extravagantes registros sobre lo que
no saben
sobre el pez y el cansancio del pez
anónimo
las palabras de esas bocas fastidiosas
quieren conformar el efímero
pez-nube – farol – unicornio – hielo
son teatrales adjetivos
para el misterio que reaparece
en ese aquí
sin ni siquiera serlo
Ceremonia de composición
el hombre de letras
desestima alfabetos creídos
porque todos los días estrena uno
suyo
es un niño que practica
arrojos y sintaxis
tiene la experiencia de las estrellas
no sabe historias de amores
por eso pasa sin rimas
pero urde las profundas de pozo
y acero
habla de los movimientos
y da siempre en el clavo
solo por mirar
mira colorido
y dice colorido
pormenorizando rocha y cáscara
solemniza liquens
crea la más singular exposición
de brisas blanduras e inclasificables
y entiende que dios se escribe
con mayúscula
y debe estar
en los detalles
Escena-muda
yo que era único
e indivisible
ahora creé tentáculos
ávidos
que no controlo
roban rojos vivos
que ni sé para qué sirven
desean tanto, usurpan
violan cantos sagrados
esparcen cenizas
ríen
manotean
cínicamente desmenuzan
pedazos lícitos de pan
distribuyen las fichas
barajan cartas
trapacean noches adentro
ajenos a mi disgusto
traen oro profano a casa
colman mesas
y yo, mudo y polifacético,
miro la insana riqueza
que mis propios brazos acumulan
e intentando escuchar mi vano discurso
no consigo
porque las frenéticas manos que no controlo
aplauden ruidosamente
Cover
si yo pudiese querría ser de verdad
lo que sé pasado en limpio
como me sentí como me siento
cuando quepo
cuando no invierno
dígame por favor lo que vibra lo que ve
dígame qué es lo próximo
ya que ahora es todo en vivo
de noche gatos hambrientos y el hambre mismo
era la verdad este griterío y este dolor
sí, es aguardiente la mirada emancipada
que atisba las flores mendaces
en la boca herrumbre – es boca sin hambre
frases llenas de alfileres
los instrumentos van abandonando la escena
y el sol adentro de nadie es solo jamás su puesta
un hombre dicta las hablas todas
y en el palco es como en un acuario
vamos a apagar estos compases
de voz agresiva y mohosa
vamos a saltar esta página
que es solo jadeo
yo estaba buscando por algún tú
por algún pedazo apócrifo de mi
y piel y sudor tienen sus súbitos precios
tú que ríes sesgado que te atragantas
no hay vacantes
no hay más ventanas disponibles
y es equívoco esperar que nazcan manos
voy a fingir que estoy aquí
con la integridad de este vodka de esta lamparilla
y feliz como desvestir
tú vas a despertar cantando vivir es fácil
sí, yo tengo un último acorde para gastar
(los caballos por adentro tantas patas)
lo que la sonrisa de la taza nos niega
cuadro en donde la nieve no vence
no es más el infinito aquí estar
en este momento terminan todas las intenciones:
las ratas entraron al poema
con sus voces indescifrables
y la avidez de sus mandíbulas
dañará esta página
Tanteado
e entre nós e as palavras, o nosso querer falar
Cesariny
no había palabra que cupiera
en la caricia que los dedos hacen en las cuerdas
palabra que fructificara al hablar
del desierto
un instrumento desafinado
que rasca la plenitud del lago
que casi inexiste
trae un dolor desconcebible y húmedo
de día frío de voz rajada
de precauciones
no había palabra que se aproximara
de la caricia hecha a las cuerdas de este instrumento inhabitado
y la voz descoyuntada se esforzaba por traer
la mañana de vuelta
yo permeable pudiera en esta giga saber
que una aridez ternaria jamás no duele
no esboza seguridad ni pareja
es arrítmica esta inquietud de perfumes abandonados
voz subsistida en el sonido de las caricias
en las horas erizadas en la suspensión
y yo aquí deseando que la palabra que habla
no sea apenas
el propio desierto
—
(poemas en su lengua original, português)
La poeta Luci Collin. Crédito de la foto: César Lavalle
Deveras
o poeta finge
e enquanto isso
cigarras estouram
pontes caem
azaleias claudicam
édipos ressonam
vacinas vencem
a bolsa quebra e
o poeta finge
e enquanto isso
vagalhões explodem
o pão adoece
astros desviam-se
manadas inteiras se perdem
a noite range
o vento derruba ninhos e
o poeta finge
e enquanto isso
vozes racham
veias entopem
galeões afundam
medeias abatem crias
turvam-se as corredeiras
o sapato aperta e
o poeta finge
que as mãos cheias de súbitos
não são as suas
Ontivo
Nos encontraremos e eu estarei atarefada
e você estará imerecível
e eu estarei cansada para o cafezinho
e você estará exausto para um cinema
e eu estarei amorfa
e você palimpsesto
e eu estarei rendida às evidências mais ocultas
e você descompassado às vivências absolutas
e eu estarei com pressa
e você naquela hora imprevisível
e eu estarei naquela hora portentosa
e você estará naquele momento incrível
e eu estarei naquela manhã chuvosa
e você estará naquela noite audível
e eu retrocederei até auroras
e você avançará aos ocidentes
e eu compreenderei infinitudes
e você desvestirá os contratempos
e eu deslizo pela superfície e vou embora
e você mergulha mar adentro e refloresce
Álbum
como são enormes
as ossadas de animais no museu nacional
(“Não se diz ‘ossos’”, advertiu a tia solteirona
formada em filosofia pura)
quando descobri o imenso livro de anatomia
de crustáceos e moluscos
sob impulso científico enclausurei
insetos nos vidrinhos de remédio
da bisavó
a bisavó chorava à toa, aliás,
e zanzava pela casa ralhando (em vêneto)
com fantasmas que a haviam
abandonado
bem ali
como são enormes
as lembranças
quando meu pai me perdeu no mar
quando minha mãe me perdeu na saída do cinema
deve ter durado trinta segundos
e até hoje
quando o carrilhão dá cinco
(que era a hora do bolinho de polvilho)
sento-me pro chá solitário
e folheio um atlas de imagens decorridas
que se debatem como insetos
e o gole tem um gosto desabitado e ermo
porque perdi o código
com que se argumenta
com os fantasmas
Estética da cena
o que meu olho imagina
entre migalha e galáxia
é o deslumbramento daquilo que
inaugura adornos
e que ocupa a boca florescida um
sorriso
o que meu olho cogita
entre estilhaço e elipse
é o reconhecimento da voz
sempre pincel
uma dobradura e seus compassos
um refresco
e duas vozes são muitas
a partitura esculpida
entre a saliva e o sopro
aquele sem esforço da mão
que toca a fruta
é meu olhar que monta a cena
e o gosto
é meu olhar que usa a pele
para ler o espaço
e resultar o espaço
e converter o dia em pulso
é meu olhar que descobre a casca
e o aceno
e os nomes escorrem
molusco e infinito
o texto uma palafita
e o olho engendra
uma alforria que se funda
em ler-se em si o rascunho
do próprio olhar
Schriftsteller
(o livro de fotos)
assustador um homem que inventa
outros homens
o que veem seus olhos
abertos ou fechados
noite ou dia
assustador um nome que ao ser pronunciado
faz existir as frases que aguardam na estante
Nabokov caça borboletas
com uma rede adequada e pisará sobre flores
Estaremos numa primavera?
Beckett mira qualquer botão da camisa
no quarto de negra totalidade
Estaremos roucos?
Char segura uma bengala
ou uma espada
Estaremos mortos?
Kerouac vê cadeiras, teto, tapete,
cortina e um despertador automático
Estaremos prontos?
Borges, se você sair desta enorme janela
não vinga a eternidade
Estaremos rindo?
Genet sentado no chão desconsidera
a última moda em lenços de couro
Estaremos quites?
E você, escritorzinho sem fotografia,
precisa de um blazer axadrezado
com mangas puídas
um aluguel vencido
um cabelo sem corte
um olhar indecifrável
um cachorro latindo
uma dor aguda nas costas
ou no braço
ou de dente
um copo vazio
outro copo
ônibus barulhentos passando
a manhã inteira
a tarde inteira
a noite inteira
passando
uma solidão que semelha a brasa
comendo o cigarro
(por falta de imagem mais nobre)
precisa abraçar uma enorme estátua
e pensar numa palavra não inventada
Estaremos salvos?
Dias
Era mentira que a dor envelhece
Eu quero ouvir as histórias antigas
E recompor os enredos que já conheço
(Meu avô subindo a rua assobiando:
é domingo)
Não quero histórias que mudam
Eu quero os personagens de sempre
As cenas antigas
As portas antigas
As noites antigas
As antigas mãos
(“Vô, a vida é ruim?”
Risada)
E aquela certeza de que o mundo amanhã
Continua igual ao mundo aqui dentro
E eu pertenço ao dia
em que olho pra esta figura que também
me olha
e posso dizer:
prazer
em revê-la.
Extravagante
este cão que me segue
na noite insignificada
desconhece meu desalinho
este estar parado em esquinas
os goles de café ruinados
a doutrina dos ácidos
este encarar salgueiros retóricos
de gestos calcificados
que vazam exílios e fidalguices
e os sóis de madeira
desta cidade imediata
que me habita
este cão que me segue
ignora meu desalistamento
meu breviário de orbívago
a fuga das emergências
o rosário dos inválidos
o desalme das pedras mal assentadas
a aflição do que é virgem
o cenário flácido onde boiam
luas e escapulários
onde fremem iniludíveis escadarias
e galhos nus que competem
em barroquismo
com os braços da iluminação pública
inexperto e manco
exemplar de desabilidade
este cão me segue
como eu sigo os deuses
inventados pela escuridão
Uma tarde que cai
Quando o vemos está sentado no banco da praça
Ela está em casa presa à trama silenciosa
Na praça pássaros e flores são sinceros
Na janela pássaros são fantasmagóricos
Com o lenço do bolso ele seca o suor da testa
Ela enxuga os olhos com a manga
Ele rosna mas só por dentro
Ela supura mas nunca aos domingos
Ele lastima porque o pão é azul
Ela suspira e a tarde muda se avelhanta
Ele pergunta se as janelas são sinceras
Ela pensa em se atirar nalguma água
São fantasmagóricos os azuis que saem dos olhos
A gangrena e a borra são absolutos
Quando o vemos está em frente à TV imaterial
Ela está de costas de bruços de borco
Ele está palitando os dentes à espera
Ela vazia
Ele está entardecente e flama
Ela boia sobre a água azulíssima
Ele tosse cospe resmunga lanceia vage
Ela fez as unhas e o bolo simples
A previsão do tempo anuncia chuva
Ela toca a pedra friíssima
Ele se ofende
Ela se ofélia
Haveres
I.
o cavalo único
que reaparece nesse aqui
é aquele que inaugurou-se o longínquo
e aquilo que pateia sobre uma relva de sigilos
que quando examinados de perto
são pontos de exclamação
o cavalo mais do que imediato
que vibra no destino das lonjuras
trama uma esparsa coreografia
que é seu discurso de casco
e informa tudo o que se diz
de olhos fechados
amplitude redenção
e avesso
da geografia menor
e da espera
o cavalo que alimenta a lua
em mim em ti
e que destempera as marés e os vermelhos
das moças das veias das cortinas
é um lírio apenas e um assobio
é ventríloquo dos sorrisos
e espantos tanto das montanhas
quanto das muralhas
e das milhas
o melhor pintor da aldeia
gargalhará para sempre porque
tentou flagrar a graça do visto
mas confundiu a imensidão dos escampados
com o som das patas
sobre tudo que é cristal
e a loucura é o mínimo preço
de se querer conjugar
o invisível
II.
o pássaro tido como exageros
conhecido dos reis e dos insones
de há muito alheou-se de asas
e de rumor
e ora diverte-se com a retidão das hipérboles
e leva no bico o porquê primeiro
pássaro absolvido e soberano
pratica o desábito da monta e das cifras
asperge voos e desejo de voos
por entre os olhos que expectam a bem-aventura
e a senhorinha persigna-se
e os narcisos se encabulam
e os bálsamos e os sândalos
ao som de risonhos chocalhos
se volatizam
o pássaro reza num curso intransitivo
e desimportam vãos
nas telhas nas estátuas nas bocas
porque construiu um alfabeto inédito
de palhas de corantes de areias
e nunca entenderão que ele é sempre
o mesmo pássaro
de miçangas
cuja luz cala a intenção
das feridas
III.
porque não há sinônimo para ele
este peixe daqui não participa dos enunciados
não tem ânsias nem dedos
e sua respiração jamais perturbou alfarrábios
não tem olhares nem mandíbula
e são parábolas suas asas de febre e de noite
com o ateísmo dos papéis em branco
ele se esconde por entre os cílios
os homens na cisma de conhecê-lo
forjam extravagantes registros sobre o que
não sabem
sobre o peixe e o cansaço do peixe
anônimo
as palavras dessas bocas aborrecidas
querem conformar o efêmero
peixe-nuvem -farol -unicórnio – gelo
são teatrais adjetivos
para o mistério que reaparece
nesse aqui
sem nem sê-lo
Cerimônia da composição
o homem das letras
desnecessita de alfabetos cridos
porque todo dia estreia um
seu
é um menino que treina
arremessos e sintaxes
tem a experiência das estrelas
não sabe histórias de amores
por isso passa sem rimas
mas urde as profundas de poço
e aço
conta dos movimentos
e acerta sempre na mosca
só por olhar
olha colorido
e diz colorido
minuciando rocha e casca
soleniza liquens
cria a mais rara exposição
de brisas branduras e
inclassificáveis
e entende que deus se escreve
com maiúscula
e deve estar
nos detalhes
Cena-muda
eu que era único
e indivisível
agora criei tentáculos
ávidos
que não controlo
roubam vermelhos vivos
que nem sei para que servem
desejam tanto, usurpam
violam cantos sagrados
espalham cinzas
riem
esbofeteiam
cinicamente esfarelam
pedaços lícitos de pão
distribuem as fichas
embaralham cartas
trapaceiam noites adentro
alheios ao meu desconforto
trazem ouro profano para casa
abarrotam mesas
e eu, mudo e multifacetado,
olho a insana riqueza
que meus próprios braços acumulam
e tentando escutar meu vão discurso
não consigo
porque as frenéticas mãos que não controlo
aplaudem ruidosamente
Cover
se eu pudesse eu queria ser de verdade
o que eu sei passado a limpo
como me senti como me sinto
quando caibo
quando não inverno
diga-me por favor o que vibra o que vê
diga-me o que é o próximo
já que agora é tudo ao vivo
à noite gatos famintos e a fome mesmo
era a verdade esta gritaria e esta dor
sim, é aguardente o olhar emancipado
que divisa as flores mendazes
na boca a ferrugem – é boca sem fome
frases cheias de alfinetes
os instrumentos vão abandonando a cena
e o sol dentro de ninguém é só jamais se pôr
um homem dita as falas todas
e no palco é como num aquário
vamos apagar estes compassos
de voz agressiva e mofada
vamos pular esta página
que é só arfagem
eu estava procurando por algum você
por algum pedaço apócrifo de mim
e pele e suor têm seus súbitos preços
você que ri enviesado que engasga
não há vagas
não há mais janelas disponíveis
e é equívoco aguardar que nasçam mãos
vou fingir que estou aqui
com a integridade desta vodca desta lamparina
e feliz como desvestir
você vai acordar cantando viver é fácil
sim, eu tenho um último acorde pra gastar
(os cavalos por dentro tantas patas)
o que o sorriso da xícara nos nega
quadro onde a neve não vence
não é mais o infinito aqui estar
neste momento encerram-se todas as intenções:
os ratos entraram no poema
com suas vozes indecifráveis
e a avidez de suas mandíbulas
machucará esta página
Tentame
e entre nós e as palavras, o nosso querer falar
Cesariny
não havia palavra que coubesse
na carícia que os dedos fazem nas cordas
palavra que frutificasse ao falar
do deserto
um instrumento desafinado
que arranha a plenitude do lago
que quase inexiste
traz uma dor desconcebível e úmida
de dia frio de voz rachada
de sobreavisos
não havia palavra que se aproximasse
da carícia feita nas cordas deste instrumento inabitado
e a voz desconjuntada se esforçava para trazer
a manhã de volta
eu permeável pudesse nesta giga saber
que uma aridez ternária jamais não dói
não esboça certeza nem parelha
é arrítmica esta inquietação de perfumes abandonados
voz subsistida no som das carícias
nas horas eriçadas na suspensão
e eu aqui querendo que a palavra que fala
não seja só
o próprio deserto
http://www.vallejoandcompany.com/12-1-poemas-de-luci-collin/
-
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