viernes, 13 de febrero de 2015

PEDRO LÓPEZ DE AYALA [18.850]



Sepulcro del Canciller Ayala y su esposa Leonor de Guzmán en el torreón-capilla de la Virgen del Cabello, en el conjunto palaciego-conventual de Quejana, casa solar de los Ayala (Álava)


Pero López de Ayala

Pero López de Ayala (Vitoria, 1332 - Calahorra, 1407), conocido también como Pedro López de Ayala, fue un poeta, historiador y estadista del Reino de Castilla. Era hijo de Fernán Pérez de Ayala, señor de Ayala, y de Elvira Álvarez de Ceballos.

Fue señor de Ayala y Salvatierra, canciller mayor de Castilla, camarero mayor del rey Pedro I de Castilla, alférez mayor del pendón de la Orden de la Banda, corregidor y merino mayor de Guipúzcoa, alcalde mayor de Toledo, merino y alcalde mayor de Vitoria, y oidor de la Audiencia Real en el reinado de Juan I de Castilla.

Nació en Vitoria una noble familia, hijo de Fernán Pérez de Ayala y de Elvira Álvarez de Cevallos. Su padre era sobrino del cardenal Pedro Gómez Barroso y había recibido instrucción clerical hasta que tuvo que asumir el mayorazgo de su casa; era hombre famoso por su elocuencia y dotes de negociador y de él debió de recibir su hijo la educación moral y religiosa que caracteriza su obra y la frecuentación de los Salmos y la Biblia; sin embargo, al igual que su amigo, el poeta judeoconverso Pero Ferrús, pasó su juventud en lecturas más profanas, en especial libros de caballerías:

Plogome otrosí oír muchas vegadas
libros de devaneos, de mentiras probadas;
Amadís e Lançalote, e burlas escantadas,
en que perdí mi tiempo a muy malas jornadas... 
(Rimado de Palacio, 163)

Tras la temprana muerte de su hermano mayor, la familia decide cancelar los planes eclesiásticos para él dispuestos y regresa de la Corte de su tío para empezar a representar los intereses familiares como su toledano padre en la Corte Regia. Así, cuando contaba poco más de 20 años, entró al servicio de Pedro I de Castilla, llamado por el pueblo "el Justiciero" y por los nobles "el Cruel". En 1359 navegaba a lo largo del litoral valenciano y catalán en calidad de Capitán de su flota.

Paso al bando de los Trastámara

En 1366 empezó en firme la rebelión de Enrique de Trastámara contra su medio hermano el Rey Pedro I. Pero López de Ayala y su padre se pasaron al bando del pretendiente bastardo al trono, el futuro Enrique II de Castilla:

Por el rey matar omnes, non llaman justiçiero,
ca sería nombre falso: más propio es carnicero.
Pedro I había ajusticiado a muchos nobles, 
a juicio de muchos, más por rencor que por otro motivo. 

El propio escritor afirmó que

Viendo que los fechos de don Pedro no iban de buena guisa, determinaron partirse dél.

Los Ayala recibieron ventajas y mercedes por esa defección. Al futuro canciller se le otorgó el título de Alférez mayor del Pendón de la Banda (segundo teniente) de la Orden de la Banda, que ostentó cuando luchó a favor de Enrique en la batalla de Nájera (1367). La acción resultó un revés para las fuerzas insurgentes y el poeta fue capturado por el Príncipe Negro, lo que en el fondo fue una suerte, pues el Rey Pedro lo habría ejecutado sin más. El Príncipe Negro se hizo pagar un crecido rescate por su familia y lo dejó en libertad a los seis meses, llegando a tiempo a Burgos para ver entrar a Enrique victorioso en la ciudad. De éste recibió en pago por su lealtad mercedes como ser nombrado Alcalde mayor de Vitoria y de Toledo, amén de obtener los señoríos de Arceniega, Torre de Valle de Orozco y Valle de Llodio, ricos, fértiles y pintorescos lugares, así como la designación de miembro del Consejo Real. En 1378, viajó a Francia para negociar una alianza contra Inglaterra y Portugal.

Bajo el reinado de Juan I

Al morir Enrique II (1379), su hijo y sucesor Juan I de Castilla confirmó los privilegios otorgados y además los acrecentó, encargándole difíciles misiones diplomáticas, entre ellas su embajada a Carlos VI de Francia, a quien aconsejó tan acertadamente en la batalla de Roosebeke contra los anglo-flamencos (1382), que el monarca francés lo nombró su camarero y le otorgó una pensión vitalicia de mil monedas de oro a Ayala y a su hijo primogénito.

La proclamación de Juan de Avís por los portugueses desvanecía los proyectos que Juan I albergaba de coronarse Rey de Portugal. López de Ayala, que no era partidario de una guerra de Castilla contra los portugueses, se esforzó por disuadir de ello al monarca, mal aconsejado por la joven generación de cortesanos, pero no rehuyó la lucha cuando se produjo, empuñando de nuevo el estandarte de la Orden de la Banda y tratando de neutralizar las imprudencias temerarias de los donceles cortesanos en el desastre de Aljubarrota (1385). Peleó con bravura y cayó preso cubierto de heridas y "quebrados dientes e muelas". Esta vez su cautivero fue mucho peor, pues estuvo prisionero durante un año en el Castillo de Leiria y después en el de Obidos. Mientras esperaba su rescate escribió su Libro de la caza de las aves y parte de su Rimado de Palacio. Fue devuelto a cambio de 30.000 doblas después de que muchos intercediesen en su favor, como su mujer, Leonor de Guzmán, el maestre de la Orden de Calatrava y los reyes de Castilla y de Francia.

Y conviene señalar que el rey Juan I de Castilla dispuso en su testamento, otorgado el día 31 de julio de 1385, que Pero López de Ayala continuara siendo el alférez mayor del pendón de la Orden de la Banda cuando subiera al trono su hijo, el infante Enrique de Castilla, que llegaría a reinar como Enrique III en 1390, a la muerte de su padre.

Tras su liberación en 1388 ó 1389, recibió nuevos honores, como ser nombrado camarero y copero mayor de la corte. Además prosiguió su actividad diplomática en Francia. Negoció acuerdos entre Inglaterra y Castilla que condujeron a la Paz de Troncoso (1388); también intervino en la boda entre el Príncipe heredero Enrique con Catalina de Lancáster, e instituyó el título de Príncipe de Asturias. Se opuso con prudencia a la división del reino que proponía Juan I en las Cortes de Guadalajara y, al fallecer este monarca en 1390, formó parte del Consejo de Regencia durante la minoría de edad del futuro Enrique III. En 1392 logró que se firmara la paz entre castellanos y portugueses, dando fin a una guerra prolongada y desastrosa para ambos reinos, y se retiró algún tiempo a sus posesiones, donde se dedicó al estudio y a las letras. Volvió a Castilla para ser nombrado canciller mayor del reino en 1398, y todavía proseguía sus actividades como representante exterior de Castilla cuando súbitamente murió en Calahorra a los 75 años de edad (1407).

Se conserva su estatua yacente, junto con la de su mujer, en el Monasterio de Quejana (Álava), cuyos cuidados dependían de las monjas dominicas que habitaron el convento hasta el año 2008. Las dos estatuas yacentes, en alabastro, se encuentran al pie del retablo del monasterio, junto a otras estatuas yacentes de los padres del Canciller, Fernán y Elvira. Este retablo es una réplica inaugurada el 4 de agosto de 1959, del original, que se halla en Chicago.

El Canciller Ayala vivió una época turbulenta también para toda la Cristiandad, a causa del llamado Cisma de Occidente, que es aludido angustiosamente en su Rimado de Palacio, pues existía la creencia de que mientras hubiera ese cisma ningún alma se salvaría. Su actitud es la de un noble bien intencionado que se indigna ante la inmoralidad imperante, como Quevedo en el siglo XVII, José Cadalso en el XVIII y Larra en el XIX.

El de los Ayala fue uno de los linajes que pasó al primer plano social y político de la corona de Castilla con la instauración de la dinastía Trastámara. El célebre canciller Ayala (1332-1407), al final de sus días, estableció una división de su descendencia en dos ramas independientes: la de su primogénito Fernán Pérez de Ayala y Guzmán se establecería en Álava, en el solar ancestral del linaje; la de su hijo segundo Pedro López de Ayala y Guzmán se asentaría en Toledo.

Obra literaria

La instrucción del canciller Ayala era muy extensa para lo que se acostumbraba en la época. Aparte de la Biblia, conocía la obra de Tito Livio, Valerio Máximo, San Agustín, Boecio, San Gregorio, San Isidoro, Egidio Romano, Vegecio, Boccaccio y alguna de las versiones de la Estoria de España de Alfonso X el Sabio. Conocía además las colecciones jurídicas de su tiempo, como Juan Andrés, Giovanni Andrea, el Decreto de Graciano.

Rimado de Palacio

Resulta especialmente famosa su obra satírica y didáctica, el Libro Rimado de Palacio, también conocido como Los Rimos, unos 8.200 versos escritos en su mayor parte en cuaderna vía y donde, tras efectuar una confesión general de sus pecados, pasa revista a la sociedad de su tiempo describiendo con ironía a sus contemporáneos de la jerarquía civil (y religiosa: "Si estos son ministros, sonlo de Satanás / ca nunca buenas obras tú fazer les verás"), atacando sus hipócritas valores políticos, sociales y morales y mezclando cuadros realistas y disquisiciones moralizantes. Tampoco salen muy bien parados los judíos. Se queja amargamente de cómo se acumulan los impuestos sobre los pobres pecheros y cómo ello provoca una gran crisis demográfica:

Do moraban mil omes, non moran ya trezientos;
más vienen que granizo sobre ellos ponimientos;
fuyen chicos e grandes con tales escarmientos,
ca ya vivos los queman, sin fuego y sin sarmientos (261)

La prisión, alegórica o real, pone fin a estas reflexiones y el poeta se desahoga en canciones líricas. Unas están dedicadas a la Virgen o prometen visitar diversos santuarios; otras son oraciones de una religiosidad más íntima, puesto que dejan ver una angustia real ante la posibilidad de que Dios haya condenado su alma por sus pecados. La parte final del poema es en realidad un centón y paráfrasis de diversos pasajes de los Morales, un comentario del Libro de Job por San Gregorio Magno que López de Ayala había traducido.

El Rimado de Palacio es en realidad una mezcla heterogénea de diversos materiales poéticos a los que su autor ha dado cierta unidad con estrofas de transición de unos temas a otros. Las composiciones líricas están hechas en zéjel, y los pasajes en cuaderna vía poseen algunos hemistiquios de ocho sílabas; otros pasajes de composición más tardía, como el Deitado del Cisma de Occidente, usan ya el verso largo. El libro fue comenzado antes de 1385 y quedó concluido en 1403.

Libro de la caza de las aves

En su Libro de la caza de las aves, trató de recoger todo el conocimiento práctico que había acumulado acerca del arte de la cetrería. Lo redactó mientras estuvo preso en Óvidos (Portugal) tras la derrota de Aljubarrota. De esta obra se conservan una treintena de copias, la mayoría en la Biblioteca Nacional de España, pero también las hay en Gran Bretaña (1 copia), Francia (2 copias), Italia (3 copias), Estados Unidos (4 copias) así como en manos privadas (más de seis copias).

Historia de los reyes de Castilla

Escribió asimismo las crónicas de los reinados de Pedro I de Castilla, Enrique de Trastámara (Enrique II de Castilla) y Juan I de Castilla, y una que quedó incompleta del reinado de Enrique III de Castilla, recogidas todas bajo el título de Historia de los reyes de Castilla. En ella se muestra como un historiador de bastante mayor rigor que sus contemporáneos Matteo Villani o Froissart, pues poseía dotes de penetración psicológica y observación más agudas que éstos, como se deduce del hecho de que, por ejemplo, ambos busquen las escenas pintorescas y se recreen en las pompas caballerescas, mientras que a López de Ayala sólo le preocupan los hechos y las circunstancias que los rodean. Vivaz en los retratos, logra con su narración un sobrio dramatismo que hace olvidar por completo ya y por siempre la sequedad de los viejos cronicones.

Traducciones

Tradujo las obras de algunos autores de la Antigüedad, como Tito Livio (las primeras Décadas), en quien estaba interesado como historiador que era, pero también de filósofos como Boecio (De consolatione philosophiae) y de autores más modernos, como San Isidoro (De summo bono), San Gregorio Magno (Morales) o incluso contemporáneos (Guido da Colonna, Crónica troyana) y Boccaccio (Caída de príncipes). Puso especial empeño en los comentarios morales de San Gregorio al Libro de Job y no sólo los editó aparte con el título de Flores de los morales de Job, sino que versificó parte de esta obra en su Rimado de Palacio.

Su Linaje de Ayala es un estudio genealógico. El poeta castellano Pero Ferrús (hacia 1380) dedicó una de sus cantigas a López de Ayala.




Libro de Palacio
Pedro López de Ayala

[Nota preliminar: presentamos la edición de Libro rimado de Palacio, de Pedro López de Ayala, manuscrito 4055 de la Biblioteca Nacional de Madrid, basándonos en la edición de Jacques Joset (López de Ayala, Pero, Libro rimado del Palaçio, Madrid, Alhambra, 1978, 2 vols.), cuya consulta recomendamos. Se opta por mantener las grafías del original eliminando las variantes gráficas no significativas, y por eliminar las marcas de editor, asumiendo, cuando lo creemos oportuno, las correcciones, reconstrucciones y enmiendas propuestas por Joset.]


- I -


   En el nombre de Dios, que es uno, Trinidat,
Padre, Fijo, Espíritu Santo, en simple unidat,
eguales en la gloria, eternal majestat,
e los tres ayuntados en la divinidat.

   El Padre non es fecho, nin de otro engendrado, 5
nin por otra materia de ninguno criado;
engendrado d'Él Fijo, su solo muy amado:
de los dos el Espíritu procede inflamado.

    Es alta tología, scïencia muy escura:
los señores maestros de la Santa Escriptura 10
lo pueden declarar, ca lo tienen en cura;
yo podrié, como simple, errar por aventura.

   D'esta Santa Escriptura abastante creer,
en nuestra madre Eglesia firmemente tener,
quien bien así obrare podrá seguro ser, 15
e quien mal lo fiziere habers'a de perder.

   Aquesta Trinidat llamo con grant amor,
que me quiera valer e ser merescedor
de ordenar mi fazienda en todo lo mejor
que a mi alma compliere, que só muy pecador. 20

   E el pecado de Adam, nuestro padre primero,
nos trae obligado a pecar de ligero:
por ende yo, Señor, la tu merced espero,
que Tú eres Jüez justo e verdadero.

   Pensando yo en la vida d'este mundo mortal, 25
que es poca e peligrosa, llena de mucho mal,
faré yo confisión en la manera cual
mejor se me entendier, si Dios aquí me val.

   Lo primero encomiendo en este escripto yo
la mi alma a Dios, que [...] e crió; 30
por su preciosa sangre después la redimió;
que perdonar la quiera, si en algo fallesció.

   Fallesció, non es dubda, contra su Criador,
que la crió muy limpia e sin ningunt vigor,
siguiendo los deleites del cuerpo pecador, 35
que está muy manzellada delante el Salvador.

   A Él pido merced, que non quiera catar
las mis grandes maldades en que le fui errar,
que nunca yo podría sofrir nin soportar
las penas que meresco, si s'han de egualar. 40

   Del limo de la tierra muy bajo só formado,
de materia muy vil: por eso inclinado
en pecar a menudo e ser así errado;
por ende yo debía ser ante perdonado.

   Justicia sería asaz, con pïedat, Señor, 45
perdonar al errado que cae en error
por la flaca materia que l'faz merecedor,
si ha de sus pecados contrición e dolor.

   Para esto la tu gracia será muy menester,
ca sin ella el homne non puede bien fazer: 50
otórgame, Señor, que yo la pueda haber,
e haya la mi alma por ende salva ser.

   Cobdicia la mi alma a Ti, Señor, servir
como a mi Criador a quien ella ha de ir;
el cuerpo sin ventura luego me va fallir: 55
¿quién puede tal batalla soportar nin sofrir?

   A tu noble figura, Señor, Tú me formaste
de espíritu de vida Tú me vivificaste,
por tu preciosa sangre caramente m' compraste,
del poder de enemigo cruel Tú me libraste. 60

   De todo contra Ti fui yo desconoscido,
en te fazer enojo mucho apercebido;
el bien que me feziste te he mal gradecido:
por end', Señor, perdón con gemido te pido.

   Conosco yo, Señor, que nunca te serví 65
como leal cristiano: en todo fallescí
e todo el mi tiempo malo lo despendí:
por ende me confieso luego, Señor, a Ti.

   Segunt dize un sabio, conoscer el pecado
es señal de salud al homne que es errado: 70
por ende de tu gracia estó yo esforzado,
que tal conoscimiento de Ti es otorgado.

   E, Señor pïadoso, Tú quieras perdonar
los mis grandes pecados en que te fiz pesar,
e me otorga tiempo, espacio e logar 75
que a Ti pueda servir e a Ti solo loar.

   Los yerros que te fiz, aquí, Señor, diré
algunos, ca he rescelo que muchos olvidaré,
e cómo tus mandamientos, cimientos de la feé,
por la mi muy grant culpa todos los quebranté. 80


Aquí comienzan los Diez Mandamientos


Mandamiento primero

   Luego en el primero, Señor, Tú nos mandaste
adorar a Ti solo, e por él nos vedaste
creer en otros dioses, e siempre recelaste
nuestra flaca creencia: por ende lo ordenaste.

   Contra esto pequé, Señor, de cada día, 85
creyendo en agüeros con grant malicia mía,
en sueños e estornudos e otra estrellería,
ca todo es vanidat, locura e follía.

   Ca de todas las cosas Tú fueste el Criador,
non puede ser llamado ninguno otro Señor; 90
Tú eres solo Dios, e yo tu servidor:
en otro adorar sería grant error.


Mandamiento segundo

   Lo segundo: defendiste en vano non jurar
por el tu santo nombre; te debemos loar
los hinojos fincados, loando, e adorar: 95
e contra esto luego me quiero acusar.

   Juro muy a menudo por tu nombre, Señor,
e maliciosamente, de que só pecador,
e por muy vanas cosas e sin ningunt color:
por ende merced pido a Ti de tal error. 100

   Quebranté muchos votos que fize en sazón
que estaba en grant cuita e en grant tribulación;
librásteme, Señor, de toda ocasión,
mas los promesos votos aún hoy por complir son.


Mandamiento tercero

   En el tercero mandaste las tus fiestas honrar, 105
dejarnos de obras vanas e a Ti, Señor, orar,
e en buenos pensamientos aquel día pasar,
limosnas a los pobres de nuestros bienes dar.

   Guardelo yo, Señor, muy poco tal mandado:
el día de la fiesta nunca fue apartado 110
por mí del otro día que estaba otorgado
de fazer todas obras: por que yo só muy culpado.

   El día del domingo caminos comencé,
mis homnes e mis bestias muy mal los trabajé,
con aves e con canes aquel día cacé, 115
de fazer obras santas poco me empaché.

   De oír dezir las oras non tomé devoción
a la tu casa santa, ni a la predicación;
en vanos pensamientos puse mi corazón,
mentir, escarnescer era mi entinción. 120


Mandamiento cuarto

   Honrar a nuestros padres en el cuarto contiene;
al que así lo faze tu gracia le mantiene,
las honras d'este mundo e todo bien le viene:
si ventura habemos, pasar non lo conviene.

   Cierto, Señor, pequé en él por mi ventura, 125
ca nunca los honré nin tomé dende cura
como servir debía, por la mi grant locura:
por que agora mi alma siente mucha tristura.

   Mi padre e mi madre, Señor, me engendraron,
a la luz d'este mundo ellos me aportaron, 130
con muy grandes cuidados chiquillo me criaron;
después en los sus bienes ricament m' dotaron.

   Siempre les fiz enojos e les fui mal mandado,
pequeña reverencia les tove, ¡mal pecado!
Con lágrimas lo lloro, ca só muy manzellado: 135
merced, Señor, demando séam' perdonado.

Señor, merced te pido, que hayas pïedat
de mi alma mesquina, e a la mi grant maldat
venza en tu Jüizio tu noble caridat,
ca mucho mal meresco e mucha crueldat. 140


Mandamiento quinto

   Lo quinto: defendiste a homne non matar,
ca quien así lo faze quiérese egualar
contigo, Señor grande, que lo fueste formar,
e a Ti solo pertenesce de tal caso usar.

   Pecado es muy grande e muy contra razón 145
que un homne mate a otro por cualquier ocasión,
que es contra natura, ca veemos que el león
nin el lobo non mata tales como ellos son.

   Quien matare su prójimo, de Dios será judgado
en este mundo, e en el otro gravemente penado: 150
en Caím lo verás cuál es este pecado,
en las penas que hobo, cómo fue castigado.

   Quien a tal cosa ayuda, en consejo o favor,
así es homecida como el matador:
verlo has por Judás, aquel falso traidor, 155
que fue en el consejo de matar al Señor.

Otrosí quien enfama de mal a su cristiano,
matador le dirán, e non es nombre vano,
ca mata e sotierra vivo a su hermano:
por ventura l' valdría más morir por su mano. 160

   Otrosí quien no acorre a quien puede ayudar,
matador le diremos, que mucho es de culpar;
quien puede fazer bien e non toma logar,
finca en muy grant culpa e non s' puede salvar.

   Si vieres tu cristiano de fambre perescer, 165
de frío o de sed o de otro menester,
acórrele si puedes, non le dejes perder:
si por tu culpa muere, habrás de padescer.

   Señor, só muy culpado contra tu mandamiento,
e de todo en todo por errado me siento: 170
maté e enfamé e dejé al fambriento
perescer, e acorrí muy tarde al sediento.

   Di mucho mal consejo e otorgué mi favor
por estorbar a muchos de quien habié rencor;
Señor, Tú me perdona de tan feo error: 175
non se pierda el alma por cuerpo pecador.


Mandamiento sesto

   El sesto mandamiento me dize: «Non farás
ni acometrás fornicio, que sabe que habrás
por ende grandes penas, e por la ley verás
como d'este pecado a Dios enojarás». 180

   Leemos qu' el deluvio, que el mundo sumió,
por este pecado solo Nuestro Señor lo dio,
porque los hombres todos que Él fizo e crió
amaban a las gentes que les Él defendió.

   Ha en este pecado maneras departidas: 185
las unas son muy malas, otras aborrecidas;
pecado es muy suzio e acórtales las vidas
a los que en él caen: nunca en él comidas.

   Si quieres defenderte d'este pecado tal,
atiempra tu comer, non sea desigual, 190
escusa ver mujeres, nunca pienses en ál,
e siempre te acuerda que eres homne mortal.

   Señor, vuelve tu cara, non cates mis pecados,
ca son feos e muchos e muy desaguisados,
e dame la tu gracia que sean perdonados, 195
porque pueda salvarme con los tus apartados.


Mandamiento seteno

   Seteno mandamiento dize: «Non furtarás,
e los bienes ajenos nunca los robarás;
e si así non lo fazes, contra Dios errarás:
si te salvar cobdicias, d'ello te guardarás». 200

Pequé mucho en esto con mucha ladronía,
tomando lo ajeno e mucha robería
de que non fize emienda fasta en este día,
nin nunca hobo el dueño de mí la su valía.


Mandamiento ochavo

   El ochavo defiende: «Non serás mal testigo 205
por amor nin pavor, amigo ni enemigo;
nunca por el tu dicho otro pierda su abrigo».
Habrá buena ventura quien fiziere el castigo.

   Nunca te pagues mucho de querer profazar,
nin de escarnecer nin de falso burlar, 210
ca esto non es ál sinon mal enfamar
al prójimo inocente por le muy más dañar.

   De vivos e de muertos, Señor, yo profacé:
afirmé muchas vezes cosas que non las sé,
enfamé al cristiano e su fama dañé: 215
por que, Señor, te pido perdón pues que erré.


Noveno mandamiento

Noveno mandamiento me viene defender
que nunca yo cobdicie lo ajeno haber,
ca sin ello muy rico me puede Dios fazer,
e cuál es lo mejor, Él l' sabrá escoger. 220

Cobdicio yo, Señor, asaz de cada día
los bienes de mi hermano e toda su cuantía,
e que lo él perdiese yo poco curaría,
e poca caridat sobre esto lo ternía.

Cobdicio yo, Señor, e só muy avariento, 225
e pasé muchas cosas contra tu mandamiento:
dame, Señor, tu gracia e tu defendimiento,
que faga yo a mi alma otro mejor cimiento.


Mandamiento décimo

   La mujer del mi prójimo el dezeno defiende;
será de grant ventura el que lo bien entiende 230
e lo guarda por siempre e non faga porque emiende
en el fuego durable que siempre se enciende.

   Lo cuenta el insiemplo d'este duro pecado
cómo el rey David por él fuera penado,
cuando tomó a Urías, el su siervo cuitado, 235
una mujer que había, estando en el fonsado.

   Viera el rey David de un soleador
bañar a Bersabé e tomole amor;
luego de la robar, e fue él forzador:
por que después grant pena le dio Nuestro Señor. 240

   De aqueste pecado Dios mucho se ensañó,
por que al rey David en mucho lo penó:
matole luego el fijo que ella d'él concibió
e después del su pueblo setenta mil mató.

   Señor muy pïadoso, yo me confieso a Ti 245
que en este pecado algunt tiempo fallí
e después muy tarde e muy mal me arrepentí:
por que tu pïedat, Señor, espero aquí.

   Señor mío, Tú quieras tu siervo perdonar
por la tu misericordia de que sueles usar, 250
a este pobre homne, que Tú fueste formar,
pueda por la tu gracia en la tu gloria morar.


Aquí comienzan los siete pecados mortales


   Otrosí, Señor, pequé en los siete pecados
muy malos e muy feos, de muerte condenados,
que son dichos mortales por su nombre llamados, 255
cuales yo aquí diré, ca los he bien usados.

   El primero es soberbia, en que el ángel pecó,
muy limpio e muy noble, cual Dios a él crio;
Lucifer en el cielo luego en sí pensó
de ser egual de Dios, e por ende cayó. 260

   Por soberbia pecó nuestro padre primero,
Adam, en paraíso, contra Dios verdadero;
pasando el mandamiento, él fue el delantero;
después de nuestra madre, él fue el consejero.

   Que serién tus eguales en alcanzar saber, 265
-les dijo la serpiente por les fazer perder-
si comiesen la fruta que fueste defender;
e así por tal soberbia hobieron a caer.

   El rey de los pecados soberbia es llamado,
de todos es señor e príncipe coronado; 270
su fijo el dïablo por él es heredado
en los bajos abismos do yace condenado.

   Por soberbia perescen muchos e perescieron:
cuidando ser señores, los sus bienes perdieron;
los gigantes muy grandes que la torre fizieron 275
por su muy grant soberbia allí se confondieron.

   Por muy grant soberbia fue Roboán dañado,
fijo de Salomón, ca fue desmesurado:
en desechar sus pueblos fizo cruel mandado,
e perdió en un día diez tribus del regnado. 280

   E fue Senacherib, segunt dize Isaías,
soberbio e cruel en todos los sus días:
por ende fue ferido en sus caballerías
de los sus enemigos, a grandes peorías.

   Otros muchos soberbios abajó el Señor, 285
así como a Olefernes e Nebucodonosor,
Hamán e al fariseo: por ende es mejor
esquivar tal pecado que tanto es dañador.

   Pero que non só rey, asaz soberbia he,
en lo que fazer pude, con todos me egualé; 290
perdóname, Señor, ca por voluntad pasé
a todos de talante, si de fecho no obré.


Pecado de avaricia

   Avaricia es pecado, raíz e fundamiento
e de todos los males este es muy grant cimiento:
esquivarlo debe homne de buen entendimiento, 295
ca d'este nasce al alma muy grant destrüimiento.

   E a este pecado s' cuenta la fea usuría,
e las fuerzas e furtos e toda robería,
echar los grandes pechos, falsa mercaduría;
aquí son abogados en esta cofradía. 300

   Por aqueste pecado fue vendido el Señor
por los treinta dineros de Judas el traidor;
por esta fue de muerte Acab merescedor
que tomara su viña al pobre servidor.

   Esta trae las guerras, destruye lo poblado, 305
a la viuda e al pobre tiene desheredado,
e faze de buen pleito muy malo el abogado,
al huérfano chiquillo deja mal consejado.

   Aquí es ximonía que faze mucho mal:
a quien tiene oro e plata cinco obispados val; 310
aunque sea letrado, si aquesto le fal,
non le dan beneficio por la su decretal.

   Esta trae los pechos en los pueblos cuitados,
monedas, alcabalas, empréstidos doblados,
sueldo a caballeros e homnes escudados; 315
galeotes, ballesteros por ello son echados.

   Al que tien' buena casa, échanle fuera d'ella,
quien cuida estar en paz, déjanlo con querella,
a ricos e a pobres, tráenlos a la pella:
levanta muchos males esta chica centella. 320

   Esta faze perder a muchos mercadores
su alma e su fama, e los faz' mentidores:
venden lana por lino e son engañadores;
quieren con una tinta teñir cuatro colores.

   Esta trae usuras que lievan con engaño 325
por ciento cuatrocientos antes del medio año;
si l' tomares fiado la vara de su paño,
aunque muy bueno sea, liévaslo con grant daño.

   En aquesta cobdicia peco de cada día,
con mucha avaricia vivo la vida mía; 330
parto mal con los pobres de toda mi cuantía,
después, cuando me duele, llamo Santa María.

   Nuestro Señor consiente e es muy sofridor:
no acaloña al culpado luego en el fervor;
después de que le pide acorro el pecador, 335
non recabda en un día por ser muy rezador.

   E, Señor pïadoso, ave merced de mí,
ca en este pecado asaz yo fallescí;
cobdiciando e robando e sin razón pedí
algo a mis vasallos, que mal les gradescí. 340


Pecado de lujuria

   Lujuria es pecado de la carne mortal
que destruye el cuerpo e faze mucho mal
al alma e a la fama; a todos es egual
en darles perdimento: por lo que cedo fal.

   Es de muchas maneras este feo pecado: 345
en él es adulterio, que es de homne casado;
otro es el incesto de monja de sagrado,
del santo monesterio que a Dios está fundado.

   Otrosí es estrupo quien peca con parienta:
pecado es que a Dios pesa e d'ello mucho s' sienta; 350
pone en grant vergüença a homne e en afruenta,
e penal' gravemente si se non arrepienta.

   A todos es común nombre fornicación:
cualquier que así peca en esta ocasión
fornicador lo llaman, e es tribulación 355
si en ello persevera el mesquino varón.

   Los viejos que a Susaña falsamente acusaron,
por esto, ¡mal pecado!, a sí mesmos cegaron;
muchos señores grandes en esto trompezaron;
cuál fue la fin de ellos, muchos la señalaron. 360

   Esta es la enemiga de la virginidat,
de santa continencia e noble castidat;
su contraria es d'ella la limpia puridat,
la simple inocencia, la derecha bondat.

   D'esta son ocasión el mucho conversar 365
siempre con las mujeres e non se bien temprar
en comer e en beber, e ocïoso estar:
por ende de todo nos conviene bien guardar.

   Tú me libra, Señor, d'este duro pecado,
ca por él mucho tiempo só a tierra abajado; 370
la tu gracia me acorra, e sea ayudado,
non me venza el dïablo, que asaz me ha dañado.


Pecado de envidia

   Envidia es un pecado que muchos males ha:
de bienes de tu prójimo grant pesar te fará,
e de sus grandes daños siempre te alegrará; 375
esta pierde al alma e al cuerpo gastará.

   Peca en el Spíritu Santo quien de envidia pecó,
que contra la bondat de Dios Señor erró
e de cierta malicia d'ella se embargó:
por ende es menester perdón si fallesció. 380

   El dïablo artero, que del cielo cayó,
por aqueste pecado al homne engañó,
cuando en paraíso del árbol le mandó
comer porque perdiese el bien que Dios le dio.

   Los fijos de Israel con envidia perdieron 385
a Josep su hermano, cuando le así vendieron
e después a su padre con malicia mintieron:
que bestia fiera l' matara falsamente dijeron.

   Leemos que Saúl por esto aborrescía
a David maguer mucho menester lo había, 390
con grant envidia pura siempre lo perseguía:
por ende después hobo fuerte postrimería.

   Envidioso e malo e de mal corazón
fui yo siempre, Señor, e en toda sazón:
busqué mal a mi hermano sin ninguna razón, 395
plógome de su daño e de su perdición.

   Señor, perdón te pido, non quieras Tú catar
a tanta culpa mía en que te fiz pesar;
haya yo tu perdón e puédame emendar
e, segunt Tú m' mandaste, a mi prójimo amar. 400


Pecado de gula

   Gula e tragonía es un mortal pecado:
por este fue Adam de paraíso echado,
porque quiso comer lo que le era vedado;
maguera lo comió: caro costó el bocado.

   Leemos que Noé, después que fue podar 405
la viña, el vino [...] quiso ende gustar;
bebiendo mucho d'ello, hóbose a desnudar,
mostrando sus vergüenzas, non podía acordar.

   El uno de sus fijos luego le fue cobrir,
el otro comenzó fuertemente a reír; 410
cuando el padre lo vio, hóbole a maldezir:
en él la servidumbre comenzó a venir.

   Lod, el que de Sodoma no l' pudieran vencer,
venciolo mucho vino, por que se fue perder,
e hobo sus dos fijas él mesmo a conoscer: 415
d'esto muchos enjiemplos se podrían traer.

   Escripto es que Esaú por un pobre manjar
la primogenitura a Jacob fuera dar
fincó desventurado por una vez fartar
el vientre, que non puede farto mucho durar. 420

   Léese que Judit, que Olifernes mató
desque de mucho vino muy farto lo sintió
e con el desatiento luego se adormeció:
pero mujer e flaca la cabeza l' cortó.

   E dejé yo al pobre de fambre perescer, 425
que con pan e con agua le pudiera acorrer,
e d'él he poco duelo por verlo ir a perder,
tanto que al mi cuerpo cumpla al su plazer.

   Busco muchas vïandas costosas e preciadas,
de diversos sabores, ricamente adobadas, 430
que a yantar e cena siempre finquen sobradas;
muchos pobres fambrientos las tienen deseadas.

   Por este tal pecado el rico peresció,
que con el pobre lazraro su pan muy mal partió;
comié muchos manjares, mas en cabo murió; 435
después en el infierno perdido descendió.

   Comer ante de la hora e tiempo ordenado
es pecado sin dubda e muy acaloñado:
por esto Jonatás de muerte fue judgado,
si el pueblo non hobiera por él mucho rogado. 440

   Señor, ¿e qué será de mí, muy pecador?
que en este e en los otros yago en grant error,
ca siempre fui e só muy mal ayunador
e con los pobres tuyos escaso partidor.


Pecado de ira

   Ira es un pecado que a muchos escarnece; 445
pierden por ello el alma e el cuerpo padesce;
al que la ha usada, nunca le ella fallesce
con mala compañía cual él d'ella meresce.

   Esta trae discordias e guerras todavía
e toda malquerencia e toda robería; 450
esta quema los regnos e destruye en un día
lo que en muy grant tiempo cobrar non se podría.

   Esta faz maldizientes e faz malrazonados
los unos contra otros, por que son enfamados
muchos homnes sin culpa: son por ende menguados 455
algunos de sus honras que son poco culpados.

   Esta faze homecidos e los homnes matar,
faze muchas cruezas e muchos decepar:
pierden mano e narizes e son de apïadar,
ca pierden lo que nunca jamás podrán cobrar. 460

   Esta faze sañudos los homnes sin razón
contra sus servidores, con mucha ocasión,
ca los fieren con saña donde viene lisión:
después que non han cobro, querrién ver perdón.

   Maguer só yo el menor del mundo en estado, 465
muchas vezes pequé en tal yerro e he pecado
con ira e con saña, e dije mal de grado
enfamando a muchos: por que agora só cuitado.

   En Ti, Señor, espero que habrás merced de mí
e me perdones yerros en que te yo fallescí, 470
que son tantos e tales que yo bien merescí
haber muy grandes penas, si non acorres ý.


Pecado de acidia

   Acidia es un pecado en que viene tristura,
de bien fazer pereza e una grant flojura
muy muelle e sin pro, que pierde homne cura 475
de fazer buenas obras: si las faz, poco dura.

   Esta faz a los homnes vivir en nigligencia:
nunca en bien trabajan ni en ninguna scïencia;
a sí mesmos malquieren e han poca pacïencia,
si algunt mal les contesce, súfrese sin conciencia. 480

   Pecado es muy laído e de poco plazer,
mas tibio e muy frío para se mal perder:
el hombre que lo ha, sin ningunt bien fazer,
por ende del dïablo ligero es de vencer.

   Los que los sus pecados non quieren confesar 485
e cras e cras diziendo lo quieren alongar,
con grant desesperança a Dios han de olvidar:
aqueste grant pecado los faze así cegar.

   Han poca devoción a Dios e a sus santos,
ca son tales sus yerros, e tan feos e tantos 490
que nombrarlos solamente de sí toman espantos:
mejor es con el alma fazer aquestos llantos.

   Aquí pueden poner un pesado dormir,
que han algunos homnes que non pueden partir
del lecho donde yazen para poder oír 495
las misas e las horas do a Dios suelen servir.

   A hombres oçïosos muchos yerros contescen,
e muchas buenas obras por tal yerro fallescen;
piensan en otros males, por que después padescen
las penas del infierno que nunca desfallescen. 500

   De la su vida mesma están tan enojados,
non saben lo que quieren, así están pesados,
e con razón lo fazen, que cargan sus pecados
por les levar a feria, do les serán pagados.

   Señor mío, ¡merced! Non seas achacoso, 505
contra mí, pecador, non seas querelloso;
otórgame tu gracia, ¡oh Padre pïadoso!,
e guárdame de mal tan grande e espantoso.


Aquí comienzan las siete obras de misericordia

   Acusarme yo puedo otrosí de maldat,
ca nunca yo complí obras de pïedat; 510
e si me non acorre la tu noble bondat,
en grant rüido só, si vale la verdat.

   El día del Juizio tomarás cuenta, Señor,
cada uno cómo fizo e cuál es pecador:
¿quién será aquel día sin miedo e sin pavor, 515
si tu merced non vale contra su grant error?

   Mandaste Tú, Señor, al pobre acorrer:
si peresciés' de fambre, que l' diesen a comer;
al que sed padescía, que l' diesen a beber;
al desnudo e lazrado, algunt bien le fazer. 520

   Vesitar al enfermo, mucho le apïadar,
cual hombre a sí querría, a su cristiano dar,
con poco de tu algo le podría pagar
e podría el doliente de mucho mal sanar.

   Otrosí ver el homne cativo, encarcelado, 525
su prójimo cristiano, que está aprisionado;
debe con caridat fazerle bien de grado,
ca mucho es menester a aquel que es lazrado.

   Si vieres algunt muerto pobre por aventura,
que está en grant pobreza, sin haber sepoltura, 530
sotiérralo por Dios e toma d'ello cura,
e Dios te acorrerá do sintieres tristura.

   Leemos que Tobías estas obras cumplió:
en captiverio estando nunca d'ello cesó;
a los pobres fartando, los muertos soterró, 535
e por ende de Dios muchas gracias tomó.

   Con grant vergüenza estó, Señor, delante Ti;
de todas estas cosas ninguna non complí;
nin vesité enfermos nin al fambriento di
una pobre limosna, nin dar non comedí. 540

   Si yo vi pobre muerto, d'él muy poco curé
de le dar sepoltura, mas los ojos cerré
por non le ver de enojo; muchas vezes dejé
pasar por la carrera do muerto lo fallé.

   El cuitado enfermo, lazrado e doliente, 545
o de otra majadura que fuese padesciente,
aborrescí de verlo de todo buen talente
e gómito fazía si me venía emiente.

   Non hobe pïedat del que vi en prisión,
nin le di mi esfuerço nin la pobre ración; 550
de le ver en cadena non hobe compasión,
mas olvidelo siempre con duro corazón.

   Con mi palabra sola pudiera yo acorrer
algunt cuitado preso: non lo quise fazer
e dejelo así en cárcel morir e podrescer 555
de fambre e de frío; allá s' fue a perder.

   Tenía muchos paños de mi cuerpo presciados,
e de todos colores, senzillos e doblados,
los unos e los otros ricamente broslados,
e vi morir de frío pobres desamparados. 560

   Con valor de mis paños a mil pobres vestiera,
e grant bien e grant pro de mi alma fiziera;
en mis tribulaciones mejor cabdal toviera,
ca Dios me ayudara por quien lo yo partiera.

   Sintiera yo muy poca mengua en mi fazienda 565
si a los pobres lazrados fiziera alguna emienda;
e nunca se vería en tan mala contienda
quien lo así fiziere que Dios non lo defienda.

   Mas ¿qué cumple a los pobres aquesto yo dezir,
e tan mal e tan tarde d'ello me arrepentir? 570
Por ende, mis señores, quien me quisier oír,
madrugue de mañana quien grant jornada ha d' ir.

   Verná Dios a Jüizio aquel día de espanto,
tan grande e tan fuerte e de tan grant quebranto
que tremirá de miedo el homne que fuer santo: 575
e ¿qué será mesquino de mí que pequé tanto?

   Como Justo Jüez allí será el Señor:
dará a cada uno como es merescedor,
e de la su sentencia non habrá reclamor,
non podrá apelar para ante otro mayor. 580

   En cuanto sanos vives e Dios nos da logar
de fazer buenas obras, nuestras almas salvar,
pongamos grant acucia, non le demos vagar,
que cuando non cuidamos, nos verná a llamar.

   Verná muy sin sospecha, así como ladrón, 585
aquel día espantable do no ha escusación
de ir al otro mundo: non sé cuál corazón
está siempre seguro si piensa en tal razón.

   Si bien o mal fezimos, todo conusco irá;
si es prieta o blanca, allá parescerá; 590
non ha logar de emienda, ca cesado habrá;
el tiempo que tenemos jamás non tornará.

   Non fallaré allá ningunt encarcelado
nin quien pida del pan, desnudo nin lazrado,
nin muerto sobre tierra, enfermo nin llagado: 595
cada uno estará o bien o mal pagado.

   En esta corta vida conviene apercebir
de fazer algunt bien e limosnas partir;
cuando llegare el plazo que allá habemos d' ir,
vamos apercebidos, non nos puedan nuzir. 600

   E vamos sin vergüenza las nuestras cuentas dar
a Aquel que sin engaño las sabrá bien tomar,
ca delante Él será muy cedo a declarar
cómo fizo cada uno: no s' podrá encelar.


Aquí comienzan los cinco sentidos

   Non podría yo, Señor, atanto me escusar 605
que muchas más non sean mis culpas de contar,
ca los cinco sentidos non debo yo olvidar,
los que por muchas vezes me fizieron pecar.

   Caté yo con los mis ojos donde fize pecado,
logar do non complía, que me era devedado; 610
desque visto lo había, fincaba cobdiciado
de mí, e por complirlo era yo muy quejado.

   Estos fueron comienzo en que Adam pecó,
desque vio la mançana, fermosa l' paresció,
e luego por talante comerla cobdició; 615
asaz fue virtüoso quien d'ello se guardó.

   Si non viera David a Bersabé bañar,
non muriera Urías nin fuera él pecar;
si non viera Amón a su hermana Tamar,
nunca la cobdiciara nin la fuera forzar. 620

   Por esto el santo Job a Dios Señor dezía
que con sus ojos mesmos enemistad ponía,
porque de ver la virgen mejor se defendría,
ca todo mal achaque de allí le descendía.

   Muchas vezes, Señor, algunas cosas vi 625
que después con pecado en ellas comedí,
e por ende, Señor, merced te pido aquí:
que mis yerros perdones, pues los confieso a Ti.

   E otrosí, Señor, en el oír pequé,
ca muchas cosas vanas oírlas cobdicié: 630
donde tomé grant queja e mucho trabajé
de fazer algunt yerro a toda mala fe.

   Lo que el homne oye luego concebirá
en corazón rencor e luego pensará
cómo cumpla talante e nunca catará 635
que a Ti, Señor, enoja nin d'ello curará.

   Por mis pecados m' plogo alguna vez oír
cosas que me fizieron de tu gracia partir,
e luego esforcé mi voluntad complir,
que nunca lo dejara por yo saber morir. 640

   Oí muchas mentiras con falsa opinión
de fama de mi hermano; luego mi corazón
creyolo e afirmolo, e busqué ocasión
de le traer en daño sin otra condición.

   Si Judas non oyera, non cayera en error 645
nin fiziera tal pleito por vender al Señor;
oyó al falso pueblo, e luego el traidor
cumpliolo por la obra como pudo peor.

   Plógome otrosí oír muchas vegadas
libros de devaneos, de mentiras probadas, 650
Amadís e Lanzalote e burlas estancadas
en que perdí mi tiempo a muy malas jornadas.

   Si fazían sermón, oír non lo quería,
diziendo: «Non lo entiendo, que fabla tología»;
e luego yo cataba alguna compañía 655
do fablase en burlas por pasar aquel día.

   Señor mío, acorre, que non puedo contar
a Ti más por menudo en lo que fui pecar;
oí e escuché, e fui por ello obrar
grant daño de mi alma: non lo puedo negar. 660

   Gustar es un sentido do puede, ¡mal pecado!,
pecar asaz el hombre si no es avisado;
con aqueste pecado Adam fue malfadado,
que lo que l' non cumplía quiso haber probado.

   Gustó de la manzana del árbol defendido, 665
gustó tragos de muerte por que fuera perdido
e perdió a nosotros por ser mal comedido:
mucho mal de tal gusto después nos ha venido.

   Muchos enjiemplos d'estos podría aquí dezir,
cuantos mal se fallaron por mal gusto seguir, 670
mas suso, en la gula, lo fuemos departir:
por ende non conviene otra vez repetir.

   Tañiendo peca hombre cuando toma plazer
en cosas deshonestas que non debe tañer;
e Dios por la su gracia nos quiera acorrer, 675
ca muchas ocasiones nos fazen ir perder.

   En abriendo el ojo e luego lo cerrando,
faze mortal pecado hombre non sospechando;
pero buena entinción lo puede ir salvando,
e por la su simpleza Dios le irá judgando. 680

   Pero que la simpleza non sea apartada
de todo bien saber, ca sería judgada
por muy grant bestiedat e nescedat pesada,
mas sea el hombre simple con cordura acordada.


Del sentido de oler

   Oler es un sentido, si es desordenado, 685
que se sigue de él muchas vezes pecado:
si lo faze el hombre por ser más avivado
peca en la lujuria, que es grant mal vedado.

   Achaques de pecar, ¡por Dios!, nunca busquemos,
ca mal pecado asaz conusco nos traemos; 690
e si con la su gracia d'ellos nos defendemos,
non tengamos que poco en aquesto fazemos.

   Por todo el mundo tienen pecados sus anzuelos,
con que pesan las almas, sus llantos e sus duelos;
por doquier que pasamos, llenos están los suelos, 695
que siembra el enemigo de padres e de agüelos.


Aquí comienzan las siete obras espirituales

   Entre los mis pecados e los mis grandes males,
confesaré, Señor, obras espirituales
que son siete por cuenta: aquí porné yo cuáles,
que, non las complir homne, son pecados mortales. 700

   Ver homne a su prójimo fallido e errado,
débelo, por Dios, d'él ser bien aconsejado
que non caya en lazo donde sea dapñado,
e quien lo bien fizier, a Dios habrá pagado.

   Ponerlo en camino do se pueda salvar 705
su cuerpo e su alma, no l' debe dar vagar;
e si le viere errado, débele aconsejar
porque así lo guarde de ir a mal logar.

   Al que por su simpleza mucho podrié fallir,
enséñalo de grado en fazer e en dezir; 710
si Dios seso te dio, con él debes partir,
e nunca de tal obra t' podrás arrepentir.

   Si tú vieres alguno que con tribulación
le fallesce el esfuerzo e mengua el corazón,
esfuérzalo, por Dios, non haya ocasión 715
que por desesperanza vaya en perdición.

   Si a ti alguno erró, por Dios, perdonarás:
de como Él lo fizo enjiemplo tomarás,
ca si en tu corazón el rencor guardarás,
non te aprovechan bienes por muchos que farás. 720

   Si vieres tus hermanos que son desacordados,
faz tú la paz entr'ellos que sean egualados;
en esto pon tu esfuerzo e todos tus cuidados:
tales obras como estas desatan los pecados.

   Además del perdón que debieres fazer 725
por el que te mal fizo, debes a Dios tener
oración señalada qu' Él quiera acorrer
al cuerpo e alma: non le deje perder.

   De cada día pide a Dios al tú rogar
que las tus grandes culpas te quiera perdonar, 730
así como tú perdonas a quien te fue errar:
esto en el «pater nóster» lo puedes devisar.

   Por esto te apercibe: non seas engañado
por la tu petición, ca serás condepnado;
ca con Jüez lo has justo e muy guardado: 735
como lo tú dizes, así serás judgado.

   Pero no es tan cruel nin tan fuerte el Señor,
que, si tú perdonares a quien te fizo error,
no haya merced de ti e oya tu clamor,
ca mucho es pïadoso siempre al pecador. 740

   De la su pïedat ¿quién podría dezir?
Él que por nuestras menguas así vino a morir,
a Él devotamente vayamos a pedir
que d'este mundo malo nos quiera redemir.

   Dize Sant Agustín, maestro e señor 745
muy grande en la ley e grant predicador
que Dios Padre muy alto, del mundo formador,
envió morir su Fijo con derecho color.

   El homne a su imagen a Él plogo formar
en spritu razonable, e de otras gracias dar, 750
después por su pecado le fue así errar:
por la su muerte propia se había de emendar.

   Púsonos en el mundo por los nuestros pecados,
por padescer en él como los desterrados
e que en penitencia estemos apartados, 755
porque, cuando muriéremos, partámosnos pagados.

   E por nuestra ventura acaesce todavía
que por nuestra maldat habemos peoría,
ca non nos emendamos ni habemos mejoría,
mas doblamos querellas muy más de cada día. 760


   Está el mundo en queja e en tribulación:
los nuestros regidores son d'ello ocasión;
e así crescen los males -además muchos son-,
ca cobdicia les ciega todo su corazón.

   Los físicos lo dizen, si bien me viene miente: 765
si la cabeza duele, todo el cuerpo es doliente;
e agora, ¡mal pecado!, hoy es este acidente,
ca nuestro mayoral en todo mal se siente.

   El obispo de Roma, que papa es llamado,
que Dios por su vicario nos hobo ordenado, 770
el logar de Sant Pedro a él fue otorgado,
está cual lo vos vedes, ¡malo nuestro pecado!

   Leemos que después que Sant Pedro murió,
el logar que tenía tomar nunca osó
el mártir Sant Clemente, ca él non se sintió 775
tan digno para ello: por ende se apartó.

   E otros dos primeros hobieron el logar
de aquesta vicaría cuales podré nombrar:
Lino e Anacleto que fueron bien usar
e en santo martirio hobieron de acabar. 780

   Después d'ellos Clemente tomó la vicaría:
ordenó muchos bienes que duran este día;
de morir coronado hobo postrimería:
esta trae entre ellos la su santa porfía.

   Agora que el papadgo es puesto en riqueza, 785
de le tomar cualquiera non toman grant pereza;
maguer que sean viejos, nunca sienten flaqueza,
ca nunca vieron papa que muriese en pobreza.

   En el tiempo muy santo non podían haber
uno que este estado se atreviese tener; 790
agora, ¡mal pecado!, l' podedes entender
do se dan a puñadas quién podrá papa ser.

El uno dize: «En Roma, do era ordenado,
de todos cardenales por papa fui tomado
e después, solepnemente, por ellos coronado; 795
rescibieron de mi mano el cuerpo de Dios sagrado».

   Dizen los cardenales otrosí su entinción:
«Non fue, como debía, fecha la elección,
ca hobo en ella fuerza e pública imprisión,
que segunt los derechos non vale con razón». 800

   Repite el primero que fue puesto así:
«Después d'esto en Roma de todos vos oí
llamarme Padre Santo, e de vos rescebí
muchas suplicaciones que vos libré allí.

   Si la elección era ninguna e contra derecho, 805
serié reteficada sólo por este fecho,
ca nunca vos yo di ningunt prescio nin pecho:
vos solos me nombrastes por el vuestro provecho».

   Dizen los cardenales que todo esto pasaba
el grant temor e miedo que en ello duraba; 810
el capítulo si quis así lo declaraba,
e in nomine Domine muy más lo afirmaba.

   Con estas malas porfías anda mal perdimiento
en estado tan santo, que es todo fundamiento
de nuestra fe católica, e cávanle el cimiento 815
soberbia e cobdicia que non han escarmiento.

   Los príncipes, que debrían tal caso adobar
con sus buenas maneras que pudieran tomar,
tomaron luego bandos e fuéronse armar:
unos llaman Sansueña e otros Trasfalgar. 820

   Ya fueron otros tiempos por los nuestros pecados
cismas e grandes males; mas fueron acordados
por tener ý los reyes sus consejos loados,
e después por concilio libraron los perlados.

   Dios quiera por su gracia cedo nos acorrer: 825
hayamos un perlado que quiera mantener
en justicia el mundo, e no s' vaya a perder,
e en paz e en concordia podamos fenecer.

   Aquí estorbaron mucho algunos sabidores
por se mostrar letrados e muy disputadores; 830
fizieron sus cuestiones como grandes dotores:
por esto la Eglesia de sangre faz sudores.

   Los moros e judíos ríen d'esta contienda
e dizen entre sí: «Veredes qué leyenda
tienen estos cristianos, e cómo su fazienda 835
traen bien ordenada: ¡así Dios los defienda!

   E dizen cada día a nos que nos tornemos
a aquella su ley santa e que la adoremos;
e como la ellos guardan cuidan que non lo vemos:
por ende nos cuidamos que lo mejor tenemos». 840

   E por nuestra ventura hoy así para esto:
contra nos son paganos en fabla y en gesto,
por nuestras malas glosas ellos niegan el testo:
así se vierte el agua, tomándola en cesto.

   La nave de Sant Pedro está en grant perdición 845
por los nuestros pecados e la nuestra ocasión;
acorra Dios aquí con la su bendición,
que vengan estos fechos a mejor conclusión.

   El que dijo a Sant Pedro: «Tu fe non falleszrá»,
en Él fío e espero que esto emendará, 850
e a los que lo fizieron su gualardón dará,
e a los pobres sin culpa non acaloñará.

   Ca muchos homnes simples por esto mal padescen;
cuidan que fazen bien, por ventura fallescen;
otros con gran soberbia en perigro perescen, 855
pero todos habrán segunt que lo merescen.

   Yo só un homne simple e de poco saber,
con buena entinción quiérome atrever
a fablar en aquesto e cómo podrié ser
que tal cisma pudiese algunt remedio haber. 860

   E segunt me paresce, maguer non só letrado,
si Dios por bien toviese que fuese acordado
que s' fiziese concilio, segunt es ordenado,
el tal caso como este allí fuese librado.


   Mas los nuestros perlados, que lo tienen en cura, 865
asaz han que fazer, por la nuestra ventura
-cohechar los sus súbditos sin ninguna mesura-
e olvidan conciencia e la santa scriptura.

   Los unos son muy flacos en lo que han de regir,
los otros rigurosos, muy fuertes de sofrir; 870
non toman tempramiento cómo deben vevir,
aman al mundo mucho, nunca cuidan morir.

   Desque la dignidat una vez han cobrado,
de ordenar la Eglesia toman poco cuidado;
en cómo serán ricos más curan, ¡mal pecado!, 875
e non curan cómo esto les será demandado.

   El noble sacramento que Jesucristo ordenó,
cuando con sus deciplos en la cena cenó,
cuáles menistros tiene el que por nos murió
vergüenza es de dezirlo quien esta cosa vio. 880

   Unos prestes lo tratan que verlo es pavor,
e tómanlo en las manos sin ningún buen amor,
sin estar confesados, e aún, qu' es lo peor,
que tienen cada noche consigo otro dolor.

   Segunt dize el Apóstol, ellos se han a perder, 885
pues resciben tal cosa sin ellos dignos ser;
a todos quiera Dios por su merced valer,
que en grant perigro somos por tal mal defender.

   Cuando van a ordenarse, tanto que lieven plata
luego pasan examen sin ninguna barata, 890
ca nunca el obispo por tales cosas cata;
luego les da sus letras con su sello e data.

   Non saben las palabras de la consagración,
nin curan de saber nin lo han a corazón;
si puede haber tres perros, un galgo e un furón, 895
clérigo del aldea tiene que es infanzón.

   Luego los feligreses le tratan casamiento
de alguna su vezina, ¡mal pecado!: non miento;
e nunca por tal fecho resciben escarmiento,
ca el su señor obispo ferido es de tal viento. 900

   Palabras del bautismo e cuáles deben ser,
uno entre ciento non las quiere saber;
ponen así en perigro e fazen perescer
a sí e a otros muchos por su poco entender.

   Si estos son menistros, sonlo de Satanás, 905
ca nunca buenas obras tú fazer les verás;
grant cabaña de fijos siempre les fallarás
derredor de su fuego, que nunca ý cabrás.

   En toda el aldea non ha tan apostada
como la su manceba, nin tan bien afeitada; 910
cuando él canta misa, ella le da la oblada,
e anda, ¡mal pecado!, tal orden bellacada.

   Non fablo en ximonía ni en otros muchos males
que andan por la corte entre los cardenales:
quien les presenta copas buenas o sus señales, 915
recabda obispados e otras cosas tales.

   Como son por obispos eglesias requeridas
de los sus ornamentos e como son servidas,
así les Dios aluengue los días de las vidas;
e después d'este mundo las almas han perdidas. 920

   Quien vee los corporales con que deben cobrir
el cuerpo del Señor antes de l' consumir,
miedo he de contarlo e qué les vi dezir:
asaz tiene mal día quien lo faz consentir.

   Por estos tales yerros anda en la cristiandat 925
poco amor, ¡mal pecado!, e poca caridat,
ca ya non quiere Dios sofrir tanta maldat:
ya mucho ha que consiente por la su pïedat.

   Poderoso Señor, Tú que esta fe nos diste
e por tu sangre preciosa de muerte redemiste, 930
pues que las nuestras menguas e tales cosas viste,
hayamos por Ti emienda, segunt nos prometiste.


Del gobernamiento de la república


   Los reyes e los príncipes e los emperadores,
los duques e los condes e los otros señores
gobiernan las sus tierras con los sus moradores, 935
que hado moraban ciento, fincan tres pobladores.

   Cuando en otro tiempo los judíos pidieron
a Nuestro Señor rey, d'Él entonces oyeron
lo que después por fecho e por los ojos vieron:
si algo recabdaron en su pro, lo sintieron. 940

   Este nombre de rey de buen regir desciende
-quien ha buena ventura bien así lo entiende-;
el que bien a su pueblo gobierna e defiende,
este es rey verdadero: tírese el otro dende.

   De un padre e de una madre con ellos decendemos, 945
una naturaleza ellos e nos habemos,
de vivir e morir una ley tenemos,
salvo que obediencia de les tener debemos.

   Quiera por su merced Dios bien les ayudar,
que puedan los sus pueblos regir e gobernar 950
con paz e con sosiego, que grant cuenta han de dar
a aquel rey verdadero que la sabrá tomar.

   Dios les guarde de guerras e de todo bollicio,
puedan bien responder a Dios de su oficio;
mas, ¡mal pecado!, andan todos fuera de quicio: 955
quien les dize el contrario no entiende qué es servicio.

   Dios les dé buen consejo que lo quieran creer,
e puedan en sus tierras justicia mantener;
segunt que lo yo entiendo mucho es menester,
que veo los sus pueblos sospirar e gemer. 960

   E Dios non menosprecia la pobre oración
mas ante la rescibe e oye toda sazón:
quien humilmente l' ruega e de buen corazón,
si justamente l' pide, oído es su sermón.


   Los huérfanos e viudas, que Dios quiso guardar 965
en su grant encomienda, véoles vozes dar:
«Acórrenos, Señor: non podemos durar
los pechos e tributos que nos fazen pagar».

   De cada día veo asacar nuevos pechos
que demandan señores demás de sus derechos; 970
e a tal estado son llegados ya los fechos
que quien tenía trigo non le fallan afrechos.

   Ayúntanse privados con los procuradores
de cibdades e villas; fazen repartidores
sobre los inocentes cuitados pecadores; 975
luego que han acordado, llaman arrendadores.

   Allí vienen judíos, que están aparejados
para beber la sangre de los pobres cuitados;
presentan sus escriptos, que tienen concertados,
e prometen sus joyas e dones a privados. 980

   Perlados que sus eglesias debrían gobernar
por cobdicia del mundo allí quieren morar
e ayudan revolver el regno a más andar,
como revuelven tordos un pobre palomar.

   Allí fazen judíos el su repartimiento 985
sobre el pueblo que muere por mal defendimiento;
a ellos entre sí apartan medio cuento
que han de haber privados, cuál ochenta, cuál ciento.

   E dizen los privados: «Servimos cada día
al rey: cuando yantamos es más de mediodía, 990
e velamos la noche, que es luenga e fría,
por concertar sus cuentas e la su atasmía.

   E así sin conciencia, sin ningunt otro mal,
podemos nos sacar de aquí algunt cabdal,
ca dize el Evangelio e nuestro decretal 995
que digno es el obrero de levar su jornal».

   Dizen luego al rey: «Por cierto vos tenedes
judíos servidores e merced les faredes,
ca vos pujan las rentas por cima las paredes;
otorgádgelas, Señor, que buen recabdo habredes». 1000

   «Señor», dizen judíos, «servicio vos faremos:
tres cuentos más que antaño por ellas vos daremos
e buenos fiadores llanos vos prometemos,
con estas condiciones que scriptas vos traemos».

   Aquellas condiciones, Dios sabe cuáles son 1005
para el pueblo mesquino negras como carbón.
«Señor», dizen privados, «faredes grant razón
de les dar estas rentas, encima gualardón».

   Dize luego el rey: «A mí plaze de grado
de les fazer merced, que mucho han pujado 1010
hogaño las mis rentas»; e non cata el cuitado
que toda esta sangre sale del su costado.

   Después d'aquesto llegan don Abrahan e don Simuel,
con sus dulces palabras que vos parecen miel,
e fazen una puja sobre los de Israel, 1015
que monta en todo el regno cuento e medio de fiel.

   D'esta guisa que oídes pasa de cada día
el pueblo muy lazrado llamando pía pía:
«¡Dios por merced nos guarde e val Santa María!».
Non hayamos las penas que diz la profecía: 1020

   segunt que David cuenta, dize Nuestro Señor:
«Por mesquindat del pobre e por el su clamor,
haberme he a levantar e seré judgador.
Non me lo logrará quien fuere robador».

   E cuenta Isaías, segunt que leeredes: 1025
«Si el huérfano guardades e la viuda defendedes,
venid, dize el Señor, pedid lo que queredes:
vuestros negros pecados blancos los tornaredes».

   El que faze el contrario ya entendedes será:
a Dios pone en enojo e su daño fará, 1030
e bien se pare mientes que cuanto levará
de haber así ganado poco lo logrará.

   Escúsanse los reyes con su grant menester,
ca dizen que han carga del regno defender:
fagan como quisieren, Dios les dé a entender 1035
fazer a su servicio e a todo su plazer.


   Pues ¡cómo caballeros los fazen, mal pecado!:
en villas e logares qu' el rey les tiene dado,
sobr' el pecho que l' deben, otro piden doblado,
e con esto los tienen por mal cabo poblado. 1040

   Do moraban mil homnes, non moran ya trezientos,
más vienen que granizo sobre ellos ponimientos;
fuyen chicos e grandes con tales escarmientos,
ca ya vivos los queman sin fuego e sin sarmientos.

   E tienen para esto judíos muy sabidos, 1045
para sacar los pechos e los nuevos pedidos;
non lo dejan por lágrimas que oyan, nin gemidos;
demás, por las esperas aparte son servidos.

   E aún para esto peor lo vi fazer:
en las rentas del rey suelen parte tener, 1050
por que non se les pueda el pobre defender
de les dar lo que piden o todo lo perder.

   Maguer non tienen viñas, siempre suelen comprar
muchos vinos de fuera e ý los encubar;
ciertos meses del año los suelen apartar, 1055
que los beba el concejo, a como l' suelen dar.

   Así es ello; cierto muchas vezes lo vi
lo que non val dinero costar maravedí,
el vino agro, turbio, muy malo, baladí,
quien pasa e lo bebe, nunca más torna ý. 1060

   Conviene que lo gasten los pobres labradores,
beberlo o verterlo, non les valdrán clamores;
e fagan luego pago a judíos traidores,
o lo sacan a logro de buenos mercadores.

   Así como es del vino, en carne es otro tal: 1065
si el señor tiene algunt buey viejo cuïtral,
conviene que lo coman o con bien o con mal,
e luego en la mollera tienen presta la sal.

   Fazen luego castillos al canto de la villa,
grandes muros e fuertes, torres a maravilla, 1070
siquiera sean altos como los de Sevilla,
por meter los mesquinos más dentro en la capilla.

   Mas antes de que sea la tal obra acabada,
viene luego la muerte e dale su mazada:
parte de aquí el alma asaz envergonzada, 1075
e sotierran el cuerpo en muy peor posada.

   En el su Evangelio nos dize el Señor:
«Tú non fagas injurias nin seas caloñador».
Por Dios paremos mientes de aquel fuerte temor
del día del Jüicio que espera el pecador. 1080

   Todas estas riquezas son niebla e rocío;
con honras e orgullos e aqueste loco brío
échase homne sano e amanesce frío,
ca nuestra vida corre como agua de río.


   Los privados del rey e los sus allegados 1085
asaz tienen de quejas e de grandes cuidados,
ca, ¡mal pecado!, muchos consejos son errados
por querer tener ellos los reyes lisonjados.

   Cuando en el consejo la cuestión es propuesta,
luego cata el privado a cuál cabo se acuesta 1090
la voluntad del rey e va por esa cuesta
cuidando a su casa levar buena respuesta.

   Do él cuida que gana, cuido que pierde asaz
si conseja la guerra e estorba la paz;
el que por sus pecados en tales cosas yaz 1095
algunt tiempo habrá la salsa del agraz.

   El rey d'ellos se fía: por ende quien lo daña
ha muy mala ventura con lisonja lo engaña;
dígale su servicio, ca si un hora se ensaña
el rey, non le echará por end' de su compaña. 1100

   Siempre debe el consejo dezir al rey verdat
e siempre lo inclinar a fazer pïedat,
e todo el tiempo l' guarde non faga crueldat,
ca clemencia es en reyes muy loada bondat.

   Los reyes poderosos, si catan su alteza, 1105
naturalmente se inclinan a fazer toda crueza;
por ende han menester virtud de fortaleza
non los dejen ser caídos e guarden su nobleza.

   Segunt dize Valerio en su libro mayor,
la virtud que en los reyes es más noble e mejor 1110
es perdonar al caído toda culpa e error;
d'esto muchos enjiemplos nos mostró Nuestro Señor.

   Amar bien a quien te ama non es de agradescer,
mas si te alguno erró e te fue fallescer,
tú l' debes perdonar e a Dios en gracia haber, 1115
que te da tiempo e logar que así lo puedas fer.

   Mucho só maravillado qu' el mundo lo defiende
quien a su señor conseja ál de lo que se le entiende,
e si por la cobdicia en este mal se enciende,
tal consejo el rey al dïablo lo encomiende. 1120

   Quien quisier consejar muy bien a su señor
conséjel' que non sea mucho acaloñador
e que a todos sea muy dulce amador:
quien ál le consejare será lisonjador.


   Por dos cosas se puede el consejo dañar: 1125
o por ira o por queja; por ende es de guardar
ca muchos son los homnes que se han de gobernar
por lo que cuatro o cinco hobieren de ordenar.

No m' vala Dios, amigos, si grant plazer non es
que se afine consejo por uno o dos o tres, 1130
cualquier que sea el fecho siquier sobre un tornés,
ca podrié muy aína tomar un grant revés.

   Do ha muchas cabezas, ha más entendimiento:
los muchos porfïando toman mejor el tiento;
a vezes falla uno lo que non fallan ciento, 1135
nin fagan del consejo ligero espedimiento.

   Sobre los grandes fechos tener luengo consejo,
e sean los que entraren tan claros como espejo,
lisonja nin cobdicia non traigan en pellejo,
e sean bien atantos que parescan concejo. 1140

   Entre todas las cosas sea siempre guardada
la grant pro comunal de la tierra lazdrada;
ca en tanto fue Roma de todos señoreada,
en cuanto así lo fizo; después yaze abajada.

   E sean con el rey al consejo llegados 1145
prelados, caballeros, doctores e letrados,
buenos homnes de villas, que hay muchos honrados,
e pues a todos tañe, todos sean llamados.

   Quien del rey o del regno entendiere ocasión,
luego le aperciba e muestre su razón; 1150
segunt ley de Partida caería en traición
el que lo encubriese un punto nin sazón.

   Los reyes deben ser muy mucho avisados
de bien examinar entre los sus privados:
non amen lisonjeros nin mucho arrebatados; 1155
si así se engañaren, ellos son los culpados.

   Otrosí al consejo deben siempre llamar
a aquellos que sopieren en tal caso fablar,
ca, segunt dizen en Francia, mucho es de rebtar
aquel que se entremete de ánsares ferrar. 1160

   Quien non sabe la cosa nin la hobo ensayado
non puede en el consejo ser mucho avisado,
e serié grant perigro e grant yerro probado
si el tal consejo hobiese a ser llamado.

   Séneca diz: «Las artes habrién buena ventura 1165
si los que las bien saben las toviesen en cura»;
ca nunca bien disputan en la Santa Escriptura
ferrero, carpintero, alfayate de costura.

   Segunt diz Sant Gregorio, débese entremeter
cada uno en su arte e en su menester, 1170
ca nunca puede un filósofo con todo su saber,
gobernar una nao nin mástel le poner.

   Si quisieres fer nao, busca los carpinteros;
si quisieres zamarra, busca los pellejeros;
oficios son partidos caminos e senderos: 1175
por unos van a Burgos, por otros a Zebreros.

   El buen zelo me faze en aquesto fablar:
non digo por ninguno en esto acusar
mas por apercebir, e conviene avisar
al que ha por consejos sus fechos gobernar. 1180

   Ca de tal masa somos formados, ¡mal pecado!,
que todos fallescemos, cualquier en su estado:
por ende el poderoso Señor sea rogado
que de nos emendar lo tenga en cuidado.

   En todos los estados hay perigros asaz: 1185
príncipes e señores, en guerra e en paz,
este mundo los turba e muy quejados faz;
quien cuida que ha sosiego asaz tiene de agraz.


Aquí comienza de los mercadores

   Pues ¿qué de los mercadores aquí podría dezir,
si tienen tal oficio para poder fallir, 1190
jurar e perjurar e todo siempre mentir?
Olvidan a Dios e alma: nunca cuidan morir.

   En sus mercadurías ha mucha confusión,
ha mentira e ha engaño e ha mala confesión;
Dios les quiera valer e hayan su perdón, 1195
que, cuanto ellos, non dejan dar quinta por bordón.

   Una vez pindrán cincuenta doblas por un paño;
si vieren que estades duro e entendedes vuestro daño,
diz: «Por treinta vos lo dó», mas ¡nunca él cumpla el año
si non l' costó cuarenta ayer de un homne estraño!». 1200

   Diz: «Tengo escarlatas de Brujas e Mellinas;
veinte años ha que non fueron en esta tierra tan finas».
Diz: «Tomadlas vos, señor, ante que unas mis sobrinas
las lieven de mi casa, que son por ellas caninas.

   Si vos tenedes dineros; si non tomaré yo plata, 1205
ca en mi tienda fallaredes toda buena barata».
El cuitado que lo cree e una vez con él se ata,
a través yaze caído si delante non se cata.

   Non se tienen por contentos por una vez doblar
su dinero, mas tres tanto lo quieren amuchiguar. 1210
Diz: «Somos en perigros por la tierra e por la mar,
ca nos faze agora el rey otros diezmos pagar».

   Nunca verdat confiesan, así lo han acostumbrado;
siempre paresce pequeño el pecado que es usado,
mas otra guisa lo judga aquel Jüez granado, 1215
que en las sus entinciones non l'es cosa encelado.

   Juran a Dios falsamente, esto de cada día,
mal l' pasan allí los santos e aún Santa María,
e con todos los dïablos fecha tienen cofradía
tanto que ellos en el mundo trasdoblen la contía. 1220

   Las varas e las medidas, Dios sabe cuáles serán:
una vos mostrarán luenga e con otra medirán;
todo es mercaduría: non entienden que en esto han
ellos pecado ninguno, pues que siempre así lo dan.

   Si son cosas que a peso ellos hayan de vender, 1225
que pesen más sus cosas sus artes van fazer;
en otros pesos sus almas lo habrán de padecer
si Dios por la su gracia non los quiere defender.

   En la vieja ley defiende esto Nuestro Señor:
«Nunca ternás dos pesos, un pequeño, otro mayor; 1230
si de otra guisa lo fazes, yo seré corregidor
e con saña muy grande tornaré por tal error».

   Si quisieres haber plazo, el prescio les doblarás:
lo que daban por cincuenta, ciento les pagarás;
d'esto luego buen recabdo con ellos obligarás, 1235
e si el día pasare, interese otorgarás.

   Aún fazen otro engaño al cuitado comprador:
muéstranle de una cosa e danle de otra peor,
e dizen: «En la primera d' esto vos mostré, señor»;
¡si non, él nunca vaya velar a Rocamador. 1240

   Fazen escuras sus tiendas e poca lumbre les dan;
por Brujas muestran Ipre e por Mellinas Roán;
e los paños violetes bermejos parescerán;
al contar de los dineros las finiestras abrirán.

   Segunt que en el Evangelio de Nuestro Señor paresce, 1245
el que quiere fazer mal siempre la luz aborresce;
e, pues, quien tiniebras ama, verlas siempre meresce,
e con el cabdillo d' ellas el tal pecador peresce.

   Por malos nuestros pecados la cobdicia es ya tanta
que de fazer tales obras ninguno non se espanta, 1250
nin saben dó mora Dios ni aun santo nin santa,
mas bien paga el escote quien en tales bodas yanta.

   Asaz veo de perigros en todos nuestros estados:
de cualquier guisa que sean, asaz son ocasionados,
prestos de mal fazer e del bien muy arredrados, 1255
en que pecan los muy simples e perescen los letrados.


Aquí comienza de los letrados

   Si quisieres parar mientes cómo pasan los dotores,
maguer han mucha scïencia, mucho caen en errores,
ca en el dinero tienen todos sus finos amores:
el alma han olvidado, d'ella han pocos dolores. 1260

   Si quisieres sobre un pleito con ellos haber consejo,
pónense solepnemente e luego abajan el cejo;
dize: «Grant cuistión es esta e grant trabajo sobejo:
el pleito luengo será, ca atañe a todo el concejo.

   Pero pienso que podría aquí algo ayudar, 1265
tomando muy grant trabajo en mis libros estudiar,
mas todos mis negocios me conviene a dejar
e solamente en aqueste vuestro pleito estudiar».

   E delante el cuitado sus libros manda traer:
e veredes decretales, clementinas revolver, 1270
e dize: «Veinte capítulos fallo por vos empecer
e non fallo más de uno con que vos pueda acorrer.

   Creed», dize, «amigo, que vuestro pleito es muy obscuro,
ca es punto de derecho, si lo ha en el mundo, duro;
mas si tomo vuestra carga e yo vos aseguro, 1275
fazed cuenta que tenedes las espaldas en buen muro.

   Pero non vos enojedes si el pleito se alongare,
ca non podrían los términos menos se abreviare,
veremos qué vos piden o qué quieren demandare,
ca, como ellos tromparen, así conviene danzare. 1280

   Yo só un bachiller en leyes e decretales,
pocos ha en este regno atán buenos nin atales;
esto aprendí yo pasando muchos males
e gastando en las escuelas muchas doblas e reales.

   Heredat de mi padre toda la fiz vender 1285
por continuar el estudio e algunt bien aprender;
finqué ende muy pobre del mueble e del haber,
e con aquesta scïencia me conviene mantener.

   Yo non quiero conbusco ningunt prescio tajado;
como yo razonare, así m' faredes pagado; 1290
mas tengo un buen libro en la villa empeñado:
vos traedme veinte doblas o por ellas buen recabdo».

   «Señor», dize el cuitado, «cométenme pleitesía
que me deje d'este pleito e darme han una cuantía
e cuanto mi mujer en consejo sería, 1295
e a mí en confisión así mandan cada día».

   «Sería grant vergüenza», le dize el bachiller,
«que podiendo algunt tiempo lo vuestro defender,
sin probar vuestros derechos o lo que puede ser,
así baldíamente vos hayades a vencer. 1300

   Los pleitos en sus comienzos todos atales son:
quien lo cuida tener malo después falla opinión
de algunt doctor famado que sosterná su razón,
e pasando así el tiempo, nasce otra conclusión.

   Solamente por mi honra, pues en esto me habés puesto, 1305
non querría que vos viesen los otros mudar el gesto.
¡Vos, amigo, esforzadvos!, que con glosas e con testo
ý será don Johan Andrés, e yo con él mucho presto».

   Con estas tales razones el pleito se comienza;
e pone en su abogado su fe e su creencia, 1310
nin quiere pleitesía nin ninguna avenencia;
e comienza el bachiller a mostrar la su scïencia.

   Pero fíncale pagado lo que primero pidió,
e luego un grant libello de la respuesta formó:
poniendo las exepciones, el pleito se alongó, 1315
e los primeros días la su parte esforzó.

   Dura el pleito un año, más non pudo durar;
el cabdal del cuitado ya se va rematar;
cada mes algo le pide e a él conviene dar,
véndense de su casa los paños e el ajuar. 1320

   Pasado es ya el tiempo e el pleito segudido,
el cuitado finca dende condenado e vencido;
dize el abogado: «Por cierto yo fui fallido
que en los primeros días non lo hobe concluido.

   Mas tomad vos buen esfuerzo, non dedes por esto nada, 1325
que aún vos finca ante el rey de tomar la vuestra alzada,
e dadme la vuestra mula que aquí tenedes folgada:
ante de veinte días la sentencia es revocada.

   Pues lo ál aventurastes, non vos debe de doler
lo que aquí despendierdes de todo vuestro haber; 1330
e veremos los letrados cómo fueron entender
las leyes, que este pleito así lo han de vencer».

   Non ha que diga el cuitado, ca non tiene corazón;
prometiol de dar la mula por seguir la apelación.
Después dize el bachiller: «Prestadme vuestro mantón, 1335
ca el tiempo es muy frío, ¡non muera por ocasión!

   De buscarme mil reales vos debedes acuciar,
ca en esto vos va agora el caer e el levantar;
si Dios e los sus santos nos quieren ayudar,
non ha leyes que vos puedan nin sus glosas dañar». 1340

   El cuitado finca pobre, mas el bachiller se va;
si no es nescio o pataco, nunca más le perderá:
así pasa, ¡mal pecado!, e pasó e pasará;
quien me creer quisiere de tal se guardará.

   Por esta tal avaricia anda hoy, ¡mal pecado!, 1345
con muy poca caridat todo el mundo dañado;
non es este mal solo en el tal mal abogado,
que allí anda todo homne, e aun caballero armado.


Aquí fabla de la guerra

   Cobdician caballeros las guerras de cada día
por levar muy grant sueldo e doblar la cuantía: 1350
e fuelgan cuando veen la tierra en robería
de ladrones e cortones que traen en compañía.

   Olvidado han a los moros las sus guerras fazer,
ca en otras tierras llanas asaz fallan qué comer;
unos son ya capitanes, otros envían correr, 1355
sobre los pobres sin culpa se acostumbran mantener.

   Los cristianos han las guerras, los moros están folgados;
en todos los más regnos ya tienen reyes doblados:
e todo aquesto viene por los nuestros pecados,
ca somos contra Dios en todas cosas errados. 1360

   Los que con los sus bueyes solían tierras labrar,
todos toman ya armas e comienzan a andar:
roban la pobre gente e la fazen hermar;
Dios solo es Aquel que esto podría emendar.

   Non pueden usar justicia los reyes en la su tierra, 1365
ca dizen que lo non sufre el tal tiempo de guerra;
asaz es engañado e contra Dios más yerra
quien el camino llano desampara por la sierra.


Aquí fabla de la justicia

   La justicia que es virtud atán noble e loada,
que castiga a los malos e la tierra tien' poblada, 1370
débenla guardar reyes e ya la tienen olvidada,
seyendo piedra preciosa de la su corona honrada.

   Al rey que justicia amare Dios siempre le ayudará,
e la silla de su regno con Él firme será;
en el cielo comenzó e por siempre durará: 1375
d'esto el Señor cada día muchos enjiemplos nos da.

   A esta traen la paz e verdat acompañada,
resplandece como estrella en la tierra do es guardada;
el rey que la toviere ceñirá muy noble espada,
mas bien cate, si la hobiere, que la tenga bien temprada. 1380

   Muchos ha que por crueza cuidan justicia fazer,
mas pecan en la manera, ca justicia debe ser
con toda su pïedat e la verdat bien saber;
al fazer la ejecución siempre se debe doler.

   Ca en todas virtudes los medios son loados, 1385
e d'ellas los estremos siempre serán tachados:
así lo ponen filósofos e todos los letrados,
e leemos dende ciertos aspiramentos probados.

   Por el rey matar homnes non le llaman justiciero,
ca sería nombre falso, mas propio es carnicero; 1390
ca la muy noble justicia nombre tien' verdadero
el sol de mediodía, de la mañana luzero.

   El que en fazer justicia non tiene buen tempramiento
e por queja o por saña faze sobrepujamiento,
o por que sea loado que es de buen regimiento, 1395
este tal non faz justicia mas faz destruimiento.

   Por los nuestros pecados en esto fallescemos:
los que cargo de justicia en algunt logar tenemos,
si algunt tiempo acaesce que alguno enforquemos,
esto es porque es pobre o que loados seremos. 1400

   Si toviere el malfechor alguna cosa que dar,
luego fallo veinte leyes con que lo puedo ayudar;
e digo luego: «Amigos, aquí mucho es de cuidar
si debe morir este homne o si debe escapar».

   Si va dando o prometiendo algo al adelantado, 1405
alongarse ha su pleito fasta que sea esfriado;
e después en una noche, porque non fue bien guardado,
fuxó de la cadena: nunca rastro le han fallado.

   Si el cuitado es muy pobre e non tiene algunt cabdal,
non le valdrán las Partidas nin ningunt decretal: 1410
«¡Crucifige, crucifige!», todos dizen por el tal,
«ca es ladrón manifiesto e meresce mucho mal».

   Danos el rey sus oficios por nos fazer merced,
e sus villas e logares en justicia mantener;
e cómo nos las regimos, Dios nos quiera defender: 1415
e puedo fablar en esto, ca en ello tove que ver.

   Con mujeres e con fijos ý nos imos a morar,
e con perros e cabaña nuestras casas a sentar,
las posadas de la villa las mejores señalar,
ado moren nuestros homnes que sabrán bien furtar. 1420

   Sin el propio salario demandámosles ayuda;
dánnoslo de mala mente, aunque la fruente les suda;
el rey, que buen jüez en su villa tener cuida,
tiene una mala yerba que peor fiede que ruda.

   E ponemos luego ý al nuestro logarteniente, 1425
que pesquiera e escuche si fallare acidente,
por que nos algo levemos, e será bien deligente;
si alguno estropieza, faga cuenta que es doliente.

   Luego es puesto en la prisión, cargado de cadenas,
que non vea sol nin luna, menazándol d'haber penas; 1430
pero si diese un paño de Melinas con sus trenas,
valerle ha pïedat: no l' pornién de las almenas.

   Viene luego el concejo; diz: «Señor, ¿qué fue aquesto?
Este es un homne llano, siempre l' vimos de buen gesto:
dadlo sobre fiadores, cualquier de nos será presto 1435
de tornarlo a la prisión». Digo yo: «Otro es el testo:

   este es un grant traidor, meresce ser enforcado;
días ha que lo conosco por homne mal enfamado;
si agora el rey lo supiese, por cierto serié pagado
por cuanto yo lo tomara, e lo tengo recabdado». 1440

   Viene a mí después aparte a fablar un mercador,
diz: «Señor, dadme aqueste homne, pues só vuestro servidor,
e tomad de mí en joyas para en vuestro tajador,
estos seis marcos de plata o en oro su valor».

   Dígole yo: «Non faría por cierto tan mal fecho: 1445
vos bien me conoscedes, non me pago de cohecho,
pero por vuestra honra, si entendedes ý provecho,
levadlo a vuestra casa, non vos salga de so el techo.

   Nunca lo sepa ninguno, nin lo tengades en juego,
ca me perderién el miedo los malfechores luego; 1450
dezidle que se castigue, de mi parte ý vos ruego,
ca en amar la justicia así ardo como fuego».


Aquí comienza de los arrendadores

   Pues las rentas de la villa, cuando se han de arrendar,
allí llegan los alcaldes para en ellas encarnar;
fablan con unos e otros por las siempre abajar; 1455
pues ý veen oficiales quien las osará pujar.

   Al través viene un judío e dize: «Alcalde, señor,
pues vos deben el salario, a la villa es mejor
que hayades vos las rentas por algunt precio menor
antes que otro ninguno, e seré yo el cogedor». 1460

   «Hayades buena ventura», responde luego el alcalde,
«las rentas d'este concejo non las quiero yo de balde,
mas vos dadles por mí tanto, por la villa e arrabalde;
si vierdes que puja alguno, fablad con él e pechalde».

   Hay algunos buenos homnes que les pesa mucho d'esto; 1465
fablan entre sí llorando: «Amigos, ¿qué será esto?
¿Quién pujará tal renta?, ca bien vemos en su gesto
qu' el alcalde se las toma, por ende anda tan presto».


Aquí comienzan casamientos

   Si sopiere en la villa algunt casamiento fino,
luego pone corredores, e anda por el camino; 1470
e dize: «Dadme esta moza para un mozo mi sobrino,
ca siempre será buen homne, yo lo veo en su signo.

   Fijo es de una mi prima, mi pariente caronal».
Non ha con él más debdo que en Roma un cardenal,
conviene que gela den siquier con bien o con mal; 1475
para costa de las bodas siempre les paga la sal.


De los regidores

   Si vienen los regidores e ponen la fieldat,
bien sabe cuáles él pone e tómales la verdat,
que guarden sobre sus almas al rey toda lealtat,
mas aparte a cada uno dízeles: «Esto me dat». 1480

   Nin valen Evangelios, nin juras nin sacramento;
si el mes monta trezientos, nunca ellos dan los ciento,
los otros lieva el alcalde, o los más, si non vos miento:
con esto anda la justicia con todo destruimiento.



Justicia

   A Dios tiene de su parte quien justicia puede amar 1485
e la bien quisiere haber; debe d'ella bien usar
e siempre con buen tiento la debe en sí temprar,
ca justicia e piedat bien se deben egualar.

   En usar de las virtudes podrié ser homne engañado:
cuidando que faze bien, caería en grant pecado, 1490
así como razonamos por un homne descuidado,
que dezimos que es manso e mucho asosegado.


Perdón

   Perdonar algunt yerro que escarmiento meresce
non es dicho pïedat, ca justicia peresce,
mas pura nigligencia, ca todo bien fallesce: 1495
esto a muchos homnes d'este mundo contesce.


Franqueza

   Franqueza es virtud e libertad, llamada
de todos los filósofos virtud noble e loada;
mas quien diese cuanto ha non la tiene alcanzada,
el tal es gastador con vida mal ordenada. 1500


Del escaso

   Otrosí non puede ser ningunt caso llamado
un triste avariento que l' diga que es temprado,
ca lo faz con cobdicia e corazón pesado,
ningunt buen tempramiento en él non es sosegado.


Tempranza

   Tempranza es virtud que sabe aquel que la ha 1505
que en sí debe tener, otrosí lo que dará;
en todo tiene manera, mas el escaso terná
lo uno e lo otro, e nada non partirá.


Humildat

   Humildat es otrosí virtud de grant loor,
pero si la homne faze con recelo o pavor, 1510
esta non es loada, ca paréscese el error,
que el grant miedo la encubre e le pone aquel color.


Fortitudo

   Mostrarse homne por justo en la verdat defender
es virtud de fortaleza; mas si homne por querer
dar grandes vozes en plaza e grant predicador ser, 1515
non diremos que lo faze por justicia mantener.

   Ser homne apercebido e en todo bien avisado
es grant virtud e buena que al homne faz loado;
mas si lo faze con queja e es mucho arrebatado,
llámanle al tal como este quejoso, aferventado. 1520

Andan aquestas tachas las virtudes engañando,
péganse quedo con ellas e vanse apoderando:
desque lo tienen preso, muestra cuál es su bando,
como roba el ladrón a homne non sospechando.


Malicia

   Un homne va por camino solo e sin compañía; 1525
llégasele un ladrón diziendo: «Señor, querría
ser yo vuestro compañero e muy bien vos serviría».
Dize el simple: «A mí plaze, nunca vi tan buen día».

   El tiempo fue ya pasado e muy bien le aseguró:
el otro d'él se fía, nunca d'él resceló; 1530
con la mula e con los paños, desque dormido le vio,
el ladrón se va camino, el cuitado allí fincó.

   Así fazen estas tachas desque son apoderadas
del homne, e él cuidando que son virtudes loadas;
déjanlo en los estremos malfadado, bien a osadas; 1535
por ende siempre te vela: non te engañen tales fadas.




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