lunes, 23 de febrero de 2015

RICARDO FLORES MAGÓN [15.026]


RICARDO FLORES MAGÓN

México. (Eloxochitlán, Oaxaca 16 de septiembre de 1873 - Kansas, EE. UU., 21 de noviembre de 1922) fue un periodista, escritor, político y anarquista mexicano. Uno de los tres hermanos Flores Magón.

La figura de Ricardo Flores Magón es imprescindible para comprender el hecho más importante de la historia del siglo XX mexicano: la revolución de 1910-1917. Es en este contexto –junto con Emiliano Zapata–, el prototipo de luchador social indoblegable, de una entereza intelectual y moral excepcionales. Nació el 16 de septiembre de 1873, en el sureste mexicano, en el poblado de San Antonio Eloxochitlán del estado de Oaxaca (Zertuche, 2000: 13). Hijo de una modesta familia de tradición liberal juarista. Tuvo oportunidad de convivir de cerca con los indígenas mazatecos, de conocer sus formas de organización social y laboral; esto fue significativo para la formación de su pensamiento, esencialmente comunitarista. En la ciudad de México se instruye académicamente en la Escuela Nacional Preparatoria, donde se encontró con las ideas positivistas dominantes en el ambiente intelectual de la época (Blanquel, 1985: 23), y posteriormente toma el camino de la jurisprudencia, estudios que no concluye. El campo de lucha contra la opresión hace que dedique toda su vida, incluso en las duras condiciones de reclusión en México y Estados Unidos, al periodismo. Por la incesante persecución política, vive en Norteamérica desde 1904 y hasta su muerte.


El pensamiento de Ricardo Flores Magón:
su concepción antropológica

Por Enrique Ochoa Ávila

La ruta que sigue su pensamiento parte del liberalismo, que de menos a más se acentúa en radicalismo hasta llegar al anarquismo (Blanquel, 1985: 26). En sus últimos días, preso y con su salud enormemente deteriorada, escribe de una manera propia del poeta, que ya no sólo siente y encarna lo que profesa, sino que “sueña el futuro” (Ibíd: 42).

Su obra se expresa fundamentalmente en artículos periodísticos, manifiestos y cartas, además de los discursos que fueron registrados y algunos dramas. Ricardo Flores Magón no es un teórico en el estricto sentido de la palabra, es más bien un hombre de acción (Ibíd.: 31) que utilizó los recursos a su alcance para educar, organizar y animar al proletariado mexicano en su lucha por la emancipación.

Parte importante de su vida transcurre en las cárceles, tanto de México como de Estados Unidos. En la prisión de Leavenworth, Kansas, EEUU, encuentra la muerte la mañana del 21 de noviembre de 1922 en condiciones sospechosas (Zertruche, 2000: 63)

La esencia o naturaleza humana

Solidaridad. Este aspecto merece especial atención en el pensamiento de nuestro autor, ya que al sostener la doctrina del anarquismo, la solidaridad pasa a ser eje fundamental, motor de impulso para fundamentar el cambio social y estructurar la nueva sociedad basada en la fraternidad universal. Este importantísimo concepto lo define de la siguiente manera:

La solidaridad es fuerza. Se puede limpiar del dedo una gota de agua; pero se requiere la fuerza del arrecife para resistir el empuje del océano. La solidaridad es progreso, pues la vida significa evolución, y la solidaridad es condición de la vida. La solidaridad es armonía, cooperación entre los seres humanos, gravitación para los cuerpos celestes. ¿Qué es la luz solar? La solidaridad de los siete colores del arcoiris (Zertuche, 2000: 212).

Libertad. Para Flores Magón, la libertad es la aspiración máxima del hombre, aunque es preciso reconocer que la percibe de una manera abstracta, idealizada. Distingue entre libertad económica y libertad política: la libertad económica la define como la “posibilidad de vivir sin depender de nadie” (Flores Magón, 1993: 99), la entiende como la emancipación del trabajo explotado, teniendo como referente obligado la propiedad de la tierra, adquirida originalmente por medio de la violencia (Ibíd.: 11); por lo que respecta a “la libertad política requiere de la concurrencia de otra libertad para ser efectiva: esa libertad es económica” (Zertuche, 2000: 156). La concepción de libertad se ubica en nuestro pensador de una manera absoluta, aspira a “una libertad sin límites, como no sean los límites naturales, esto es, una libertad que no dañe la libertad de la especie” (Flores Magón, 1983: 106). Los ejecutores de la emancipación, de la liberación definitiva, serán los trabajadores (Zertuche, 2000: 233). Es importante hacer notar que esta idea de libertad a la que nos referimos, es la más elaborada y radical, ya que las aproximaciones iniciales que se encuentran es sus primeros escritos se refieren a una delimitación dentro de las posiciones del liberalismo clásico; a medida que radicaliza su análisis, profundiza también en esta importante idea.

La enajenación. La sociedad dividida en clases es la que genera la separación de hombre de la naturaleza, de su “estado originario”; aún así, para Flores Magón se deben hacer a un lado a aquellos que no sean aptos para la transformación revolucionaria de la sociedad. El revolucionario considera que la empresa del cambio social radical debe prescindir de los hombres que no sean capaces de darse cuenta de su propia opresión: “Que mueran borregos de esa naturaleza, está bien. No hacen falta hombres que son un obstáculo a los deseos de libertad de los individuos de su clase.” Y como si fuera un proceso de selección natural afirma que “son un lastre que nos hace caminar penosamente” (Ibíd.: 38-39), por lo que no se debe tener compasión ni derramar lágrima por ellos. Humanizar el trabajo es trabajar para satisfacer necesidades y no para enriquecer al patrón (Flores Magón, 1993: 53).

Postura gnoseológica. No hay en el pensamiento magonista referencias explícitas al problema del conocimiento a la manera tradicional, ni planteamientos concretos sobre abordamientos filosóficos clásicos, pero de su enfoque de la realidad se desprende su cercanía al empirismo, sin olvidar algunas referencias que plantea sobre la proyección que el hombre puede hacerse para transformar la realidad. “Los pueblos no entran a la razón con frases persuasivas, sino con hechos, y mejor cuando estos hechos son de aquellos que sacuden brutalmente las conciencias, que hieren de crueldad los sentimientos” (Flores Magón, 1983: 47). Es de destacar también, la positiva valoración que hace nuestro pensador sobre el filósofo y su labor, cuando reconoce que éste es capaz de ver más allá de lo aparente: “el filósofo, al leer las constituciones de los pueblos cultos, no puede menos que sonreir. La palabra ‘ciudadano’ es un sarcasmo, la palabra ‘libertad’ es una ironía” (Flores Magón, 1987: 239). Se ve pues, el reconocimiento de la filosofía como instrumento para llegar a la verdad. Asimismo, es de imprescindible importancia señalar su cercanía con la praxis marxista, con su preocupación por la separación insalvable entre el pensamiento y la práctica; por ejemplo cuando menciona: “Se piensa de un modo y se obra de otro distinto; ninguna relación hay entre el pensamiento y la acción” (Flores Magón, 1993: 88). Esta es la mejor muestra del fundamento que da base a su práctica revolucionaria, y que puede observarse a lo largo de toda su vida como alguien que encarnó su ideal, que siempre se comportó como pensó. ¿No es ésta la tarea del filósofo, como lo había señalado Marx, criticando a especulación filosófica? (Marx, s/f: 26).

El hombre y la naturaleza. Hay en Flores Magón una estrecha cercanía con el original “estado de naturaleza”, que proponen los filósofos ilustrados franceses. Esta idea permanece sobre todo en la etapa claramente anarquista, la retoma algunas veces incluso con nostalgia (Zertuche, 2000: 216). La relaciona también con las formas de vida de los pueblos indígenas que no tienen contacto con la desigualdad social de la moderna civilización.

La escuela. Acerca de la educación, considera el anarquista que la escuela desempeña el mismo papel que las demás instituciones en la sociedad de clases, que degradan a las masas llevándolas al servilismo: “las escuelas oficiales [burguesas, E.O.] educan al pueblo en el sentido de hacer de cada hombre un sostenedor del sistema actual” (Flores Magón, 1987: 240). Entiende que es necesaria una educación de distinto tipo, donde el objetivo no sea perpetuar la esclavitud asalariada. La educación, junto con la unión de los trabajadores será lo que rompa la cadena de explotación (Loc. cit.). Definitivamente este pensador no es un pedagogo, sin embargo, en sus relatos se percibe una clara intención didáctica, dirigida evidentemente hacia la educación proletaria para la revolución.

La mujer. Con respecto al género femenino, reivindica la igualdad en todos los aspectos. Incluso apela al matriarcado para demostrar la irracionalidad del sostenimiento de la dominación masculina como el orden ideal de vida. En muchos de sus artículos se expresa al mismo tiempo refiriéndose “al hombre y la mujer” (Zertuche, 2000: 236), lo que no puede ser considerado una insignificancia, dado el fuerte arraigo de la tradición patriarcal en la cultura mexicana, incluso hasta el día de hoy. Las reivindicaciones que sugiere a la mujer no se distinguen en lo esencial de las del hombre, ya que son dirigidas hacia la lucha por la emancipación: “Si el hombre es esclavo, vosotras lo sois también. La cadena no conoce sexos” (Flores Magón, 1987: 236). “Que cada hombre y cada mujer amen el ideal anarquista” (Zertuche, 2000: 129). Ésta es la línea cultivada por los anarquistas en la cuestión, y de hecho, la primera posición clasista del problema de la desigualdad femenina en el contexto capitalista.

 La pareja. Con respecto a las relaciones amorosas de pareja, encontramos en nuestro autor una intención de dejar al margen las consideraciones materiales que se pudieran interponer en la sociedad capitalista, viviendo su relación con libertad y plenitud, ajenos a los prejuicios y vicios habituales. Esta referencia la podemos encontrar en una proyección de la sociedad ideal: “los jóvenes y las doncellas, cogidos de la mano y meciéndose rítmicamente” (Flores Magón, 1993: 130). Lo anterior implica el retomar la identificación sentimental y emocional como lo esencial en las relaciones de pareja, y no el característico interés económico de la sociedad contemporánea.

Los valores. En el terreno axiológico centra su análisis en la crítica al sostenimiento moral del capitalismo, en la degradación que trae al hombre el sistema económico-social, en su búsqueda por la satisfacción de los ideales de éxito material. Su concepción moral es histórica, sostiene que “la moral se ha venido modificando con la desaparición de algunas necesidades y el surgimiento de otras”. Distingue en la moral, como en otros aspectos, su carácter clasista, ubicando una moral liberadora (la impronta del revolucionario) y una conservadora, “que encierra la virtud en el círculo de la obediencia y la resignación” (Flores Magón, 1987: 180). Explica esta última a partir “de la desigualdad económica, fuente de toda esclavitud, moral y material” (Ibíd.: 387). Es importante esta caracterización materialista, ya que sus acercamientos formales a posiciones filosóficas de este tipo, más elaboradas –por ejemplo el materialismo dialéctico-, fueron muy superficiales. Considera que el padecimiento humano puede tener distintas manifestaciones en el oprimido, lo puede envilecer o despertarle sentimientos de rebelión (Flores Magón, 1993: 107). Hay referencias también en sus reflexiones de cierto estoicismo: “sacrifiquemos nuestro bienestar, nuestra libertad y aún nuestra vida” (Ibíd.: 109); todo en aras del ideal libertario. Considera que la ausencia de satisfactores materiales y espirituales es la razón por la que el hombre se aparta del deber ser; así, para este pensador “el bienestar por sí solo, obra benéficamente en la moralidad del individuo” (Ibíd.: 93]. Y en otro artículo menciona “que el bienestar y la libertad son fuentes de la bondad” (Ibíd.: 33). “La felicidad se consigue –dice- obteniendo la libertad económica por medio de la toma de posesión de la tierra y de la maquinaria de producción, para aprovechar todo en común” (Ibíd.: 41). Nuestro personaje es, sin duda, un ejemplo de prédica y práctica de sus ideales, para abordarlo desde el aspecto de su comportamiento moral. Como ejemplo de su rectitud y su entereza, tendría que ser mencionada toda su vida, ya que en ningún momento transgrede sus convicciones; a pesar de las graves penurias por las que atravesaba en el exilio, en la vida clandestina y en prisión; es la fortaleza moral la que le mantiene firme hasta el último momento. Esto se observa también cuando da respuesta al arrepentimiento que le solicitan para obtener su libertad, en una de sus cartas responde: “mi conciencia no me reprocha de haber hecho algo malo; y por lo tanto, arrepentirme de lo que estoy convencido ser justo, sería un crimen de mi parte; un crimen que mi conciencia jamás me perdonaría” (Ibíd.: 140). Es igualmente digno de mencionar la actitud que asume frente al favor concedido, aunque éste no pueda ser aceptado, en observancia de sus profundas convicciones.

Propuesta política. Identifica al Estado con el gobierno, rehusándose a toda gestión política, considerando la “acción directa” y centrándose sobre la lucha económica. En sus primeros textos podemos encontrar que el centro de su crítica a la injusticia se dirige al ataque solamente al porfirismo (Blanquel, 1985: 15) y, conforme su pensamiento se transforma, el blanco de sus punzantes palabras se orienta al sistema capitalista, a explicar la injusticia, la explotación y la opresión a partir de la estructura económico-social, lo que le acerca a las posiciones del socialismo. En el desarrollo de su pensamiento se puede palpar una evolución a partir del nacionalismo, de la lucha por los derechos de los mexicanos. Esto se puede apreciar en el Manifiesto de 1906 del Partido Liberal Mexicano; desplazándose a un internacionalismo, acorde con las posiciones clásicas del anarquismo y otras concepciones libertarias.

Concepción ideológica. La ideología de Ricardo Flores Magón es sin duda el anarquismo. Esta es su concepción política. Son obvias sus fuentes, mismas que él mismo cita, con respecto a Bakunin, Kropotkin y otros. Matizando las particularidades de su propuesta, se puede decir que es anarco-comunista, según él mismo se define; y además por la incorporación a las propuestas básicas del anarquismo (contra la autoridad, el capital y el clero), de algunas ideas de raigambre marxista (las clases y la lucha de clases, la propiedad privada como fundamento del capitalismo, el partido como instrumento organizativo, entre otras). De su ideología dice: “El anarquismo tiende al establecimiento de un orden social basado en la fraternidad y en el amor... El anarquismo aspira a establecer la paz para siempre entre todas las razas de la tierra, por medio de la supresión de esta fuente de todo mal: el derecho de propiedad privada” (Flores Magón, 1993: 138). Es de suma importancia la concepción anarquista de nuestro revolucionario, ya que se enmarca entre las posiciones más importantes de la escuela en mención, mereciéndose lugar como uno de los principales teóricos de esta propuesta.

Patriotismo. En general concibe al patriotismo dentro de la sociedad de clases como una herramienta de enajenación de masas,  y en todo caso, como un mito que “se desvanece a la luz de la razón” (Flores Magón, 1983: 106). Distingue dos tipos de patriotismo: el burgués, que cataloga como irracional; y el que cataloga como amor a la tierra donde se nace, identificación con la comunidad (Flores Magón, 1993: 67). El primero es “la patria es de los burgueses... a ellos únicamente beneficia” (Ibíd.: 59). Al segundo lo llama patriotismo sano (Loc. cit.)

La iglesia. Concibe a la iglesia como apéndice del sistema de explotación, y que junto con él debe desaparecer. Compara a esta institución con un “nido de víboras” “que se enroscan en el corazón humano para infiltrar en él el veneno de la paciencia, de la mansedumbre, de la resignación” (Flores Magón, 1983: 36). Así el destino de esta institución es claro: “la iglesia como parte de ese sistema tendrá que perecer también” (Ibíd.: 33]. Concretamente sobre la idea de Dios, sólo tenemos referencias que hablan de usar esta idea como referente para perpetuar la dominación clasista. “Los sacerdotes –afirma- infun[den] temor a Dios, para que no piensen jamás en rebelarse”(Flores Magón, 1993: 109).

Ideas jurídicas. En este rubro apela a la “justicia natural”, en cuyo nombre “...tiene derecho todo ser humano... a vivir y a desarrollar su cuerpo y su inteligencia” (Ibíd.: 27). Para nuestro autor no debe haber confianza alguna en que por medios legales se pueda obtener la satisfacción de las necesidades inmediatas, y menos aún la libertad económica; a su manera de ver no es posible que un gobierno que se mantiene de la explotación de unos por otros, pueda ser la vía de la transformación. También aquí se puede observar un desarrollo desde las posiciones del liberalismo al anarquismo, donde ya no es posible recurrir a ninguna institución del régimen como instrumento de liberación. Su posición es tajante en este sentido.

Literatura. Flores Magón utiliza recursos literarios con fines didácticos de educación revolucionaria. Así se encuentran fábulas como “El mendrugo y el ladrón”, “Las dos tendencias”, “Las tres piedras” (Flores Magón, 1987: 370-371, 358), y su drama, “Tierra y Libertad”.

Progreso. Reconoce esta idea en un sentido ascendente. “Las ideas –menciona– de la humanidad varían siempre en un sentido de progreso” (Flores Magón, 1993: 8). Entendido como progreso capitalista lo descalifica, y cuestiona cómo este afán de dominación lleva a la humanidad a la guerra (Ibíd.: 105]. Hay en la concepción magonista una idea de progreso evolutivo, que se entiende naturalmente, como producto de su contacto con el positivismo que dominaba la educación en el México de principios del siglo XX. Sobre el desarrollo, se inclina más a un evolucionismo hacia la libertad, que a la idea del desarrollo dialéctico. Presenta, sin embargo, algunos referentes importantes que es necesario destacar, como por ejemplo: “En el universo nada es estable, todo cambia” (Blanquel, 1985: 104), sin olvidar algunas fuertes tendencias al mecanicismo: “La humanidad no pasó de la autocracia a la democracia por grados, sino en el acto” (Flores Magón, 1993: 121). En una de sus cartas finales manifiesta una evidente “fe en el progreso” (Zertuche, 2000: 212). Es preciso no pasar por alto que sus ideas, tanto acerca del progreso como en otros aspectos, no se definen desde una posición universalista abstracta, sino que hay una clara definición crítica y un señalamiento muy preciso con respecto a la manera en la cual la burguesía se apropia de esta falsa pretensión de universalidad (Flores Magón, 1993: 104).

Capitalismo. Frente al capitalismo presenta una sólida beligerancia, tanto desde el punto de vista material como espiritual, aunque no hay en sus textos referencia o análisis concienzudo de la economía en cuanto tal, en tanto ciencia; lo que presenta es en general una condena moral, percibiendo que es “el sistema económico vigente es malo e injusto” (Blanquel, 1985: 35). Como propuesta para un nuevo orden económico, se refiere a las comunidades indígenas en México, de quienes dice son anarquistas sin saberlo (Flores Magón, 1993: 63); contrapone la propiedad comunal a la propiedad privada en términos por demás generales, apelando únicamente al instinto bondadoso (Blanquel, 1985: 35) y libre del estado de naturaleza cancelado por la apropiación individual. En sus primeros textos se dirige particularmente contra el capitalismo extranjero.

Ideas sobre el industrialismo. Considera que el industrialismo es el espacio donde el hombre se deshumaniza, donde se pierde en definitiva el estado de naturaleza al que se refiere de manera recurrente en diversas partes de su obra.

Socialismo. Se identifica con la Revolución Socialista de Octubre, celebra el hecho de que los obreros rusos hayan tomado el destino en sus manos; aunque se muestra, como todo anarquista, receloso de la idea de que por medio de una dictadura –así sea la del proletariado-, pueda avanzar la humanidad hacia la igualdad y la libertad. Se impone aquí el principio ácrata. Distingue un socialismo autoritario de uno anarquista, obviamente inclinándose por éste último (Flores Magón, 1983: 71).

Comunismo. En este aspecto, Flores Magón sostiene que “el pueblo mexicano es apto para llegar al comunismo, porque lo ha practicado, al menos en parte, desde hace siglos, y eso explica por qué, aún cuando en su mayoría es analfabeto, comprende que mejor que tomar parte en farsas electorales para elevar verdugos, es preferible tomar posesión de la tierra, y la está tomando con grande escándalo de la ladrona burguesía” (Flores Magón, 1987). A su manera de ver, “en las rancherías se ha practicado el comunismo” (Ibíd.: 54). Es pertinente aclarar, que el comunismo al que se refiere no es del mismo tipo que el comunismo científico marxista, sino uno apoyado en las tesis anarquistas.

Indigenismo. Se puede considerar a Flores Magón como precursor de las reivindicaciones indigenistas, aunque no distingue con claridad un problema étnico, sino social (Saladino García, 1994: 96). Sus alusiones al tema son varias, desde las referencias a la trascendetal obra de Juárez (“el indio sublime, el indio inmenso”), hasta su apología de las formas de trabajo y organización de pueblos como el yaqui y el maya (Flores Magón, 1993: 35), conceptualizándolas como sociedades comunistas (Ibíd.: 63). Sin embargo, como se dijo arriba, no identifica un problema nítido y diferenciado en la situación indígena, sino como parte del problema de exclusión social en el que se ubica el proletariado y campesinado explotado y oprimido. La importancia en este rubro está en su consideración para la participación como agente de cambio social, ubicándolo a partir de su situación material (económico-social) y no sobrevalorándolo, como se observa en otros pensadores mexicanos y latinoamericanos.

Guerra. En sus referencias a la I Guerra Mundial, de la que tenía noticias en prisión, se desprende su postura frente a la guerra. Después de catalogarla como “carnicería insensata”, y “matadero”, menciona que al final puede traer algún bien:

Ella tiene que producir inmensos bienes a la humanidad, y en lugar de entregarnos a tristes reflexiones considerando tan sólo el dolor, las lágrimas, y la sangre, alegrémonos, regocijémonos de que tal hecatombe haya tenido lugar. La catástrofe mundial que contemplamos es un mal necesario. Los pueblos, envilecidos por la civilización burguesa, ya no se acordaban de que tenían derechos, y se hacía indispensable una sacudida formidable para despertarlos a la realidad de las cosas ( Ibíd.: 107).

Es radical su posición, como se observa, además se debe tener en cuenta que el método anarquista reivindica la violencia como medio eficaz para destruir la vieja sociedad y construir la nueva.

Paz. Cuestiona la concepción de paz en el régimen actual, denunciando el carácter clasista y opresivo que la sostiene. “La paz será una cosa deseable cuando exista la igualdad, porque mientras la desigualdad subsista, la paz será una bendición para el amo y sacrificio y fatiga para el trabajador” (Flores Magón, 1983: 82). Como en muchos otros puntos, distingue la concepción clasista que se tiene sobre el particular, asumiendo una clara actitud crítica, cualidad de filósofo que este pensador mantiene como constante.

Conclusiones

El pensamiento de Ricardo Flores Magón contribuyó de manera relevante a la tradición emancipatoria en la que participan muchos de los intelectuales del siglo XX en Latinoamérica. Más aún, la obra de Flores Magón se entiende en directa correspondencia con las condiciones de explotación, opresión, y despotismo que la hicieron surgir. La obra de este pensador reacciona contra esa realidad de exclusión e injusticia, de inhumanidad. Critica con enorme lucidez la falsa humanidad de la que se habla desde las clases dominantes, reivindicando el derecho de combatir tal desigualdad. Este revolucionario, como es preciso identificarlo, lucha con la pluma, no pretende disertaciones teóricas o reflexiones puramente abstractas sobre la desigualad y la falta de libertad; sino que pone manos a la obra en la transformación práctica de esa realidad. En Flores Magón se advierte la actitud del filósofo que sagazmente descubre y va más allá de lo aparente, que cuestiona y problematiza sin prejuicio. Actitud que caracteriza a los filósofos comprometidos, a los pensadores que no sólo piensan la realidad, sino que dedican su vida a transformarla.

Para este autor, el hombre es un ser libre por naturaleza, estado del que ha sido despojado por la división clasista de la sociedad y la implantación de la propiedad privada. Buscando pues, la esencia humana, plantea la revolución social como vía de la transformación radical, llevada a cabo por los trabajadores (obreros, campesinos e indígenas, fundamentalmente), clase que ha sido la base en la que descansa la explotación. La esencia humana, concluimos, se encuentra para este autor en el reino de la libertad, estado al que hay que llegar mediante la lucha.


Corridos de Ricardo Flores Magón,  Biblioteca de literatura mexicana, Editorial Cultura, 1963, México. 




CORAZÓN MAGONISTA

No queremos dictadores. 
No nos hacen falta amos. 
Queremos ser solidarios 
para vivir como hermanos

No queremos capataces, 
autoridades ni palos. 
Los hombres sin distinción 
deben estrechar sus manos.

Amarillos, negros, rojos, 
mulatos, también los blancos, 
ganan con sangre su pan 
y beben agua de esclavos.

Pero todos los que sufren 
no dejan  de ser humanos, 
serán gordos, serán flacos, 
serán chicos, serán altos.

¿ Será otro el corazón, 
los sentimientos extraños ? 
¿ Serán otras sensaciones ? 
¿ Serán distintos los brazos ?

Pero somos camaradas 
que por lo mismo luchamos 
Si maltratamos los días 
para que libres vivamos.

No será mucho, no mucho, 
lo que a la vida pidamos. 
Agua y pan, ropa sencilla, 
y un rincón donde durmamos. 


No es nuestra la piel, no es nuestra, 
a la vida la prestamos 
y luego viene la muerte 
y no más se la entregamos

Pos qué andamos presumiendo 
de que somos meros blancos 
para el Apóstol Ricardo 
todos éramos hermanos.

No se arrodille, compadre, 
¿ Porqué  nos  arrodillamos ? 
Si toditos somos hombres 
estemos todos parados.

A los verdugos los vemos 
más que nosotros, más altos, 
porque estamos de rodillas 
y los vemos desde abajo.

Ricardo soñaba un mundo 
para todos los humanos. 
Donde viva un soñador, 
la libertad está a salvo.

Desde la escuela, p?al niño 
hay un grito autoritario 
y el niño crece con miedo 
y así llega a ciudadano.

Luego lo atenazan todos 
prencipalmente el estado. 
No hagas esto, no hagas lo?tro. 
La razón la tiene el amo.

Si vienen las rebeliones 
y las balas traen reclamo, 
con cambiar los Presidentes 
no más se cambian los amos. 
  
  


Yo soy hombre soberano 
si vivo con otros hombres 
con respetar sus derechos 
todos estamos a mano.

No requiero que me griten 
el argumento del palo. 
Podemos vivir en paz 
y entregados al trabajo.

Luchamos por la armonía. 
Cuando el fruto repartamos 
sin querer guardar ganancias 
para vivir como avaros

La tierra, la tierra sin amos, 
la tierra p?al campesino, 
para el pión que la trabaja, 
no sólo para unos cuantos.

La propiedad es un robo. 
No es el fruto del trabajo. 
Primero jué de los indios 
y Cortés los ha robado.

La conquista no es derecho. 
Y los indios conquistados 
vivieron en la Colonia 
mesmamente como esclavos.

Llega entonces Tata Hidalgo 
con los derechos agrarios; 
mas fue el enorme Morelos 
libertador de los campos.

Pero no hay Independencia 
si han persistido los amos. 
Era Iturbide un astuto 
no más les comió el mandado. 
  
Las cosas siguen iguales. 
En las ciudades los amos, 
los dueños de las haciendas, 
mas hambrientos los esclavos.

Luego llegó la Reforma 
Juárez, Ramírez, Ocampo; 
El rubio Maximiliano, 
el de las barbas tenango.

Separaron a la Iglesia 
de los fines del Estado; 
pero los indios perdieron 
y más pobres se quedaron.

No alargaré las historias, 
que otros ya les han contado. 
Así llegó don Porfirio 
y en la silla se ha pegado.

En el Valle Nacional, 
Quintana Roo, desterrados, 
en el Belén tenebroso, 
en  Ulúa  encarcelados.

A todo el que dice no 
o su protesta ha gritado, 
el pacífico Porfirio 
lo tiene bien amolado.

El ?mátalos en caliente? 
acaba con los alzados, 
¡ qué paz ni que ojo de niño, 
es puro cuento contado !

De los derechos del pueblo 
el Dictador se ha burlado. 
Gobierno de miserables. 
Flores Magón lo ha probado. 
  

El corazón magonista 
es corazón solidario 
un corazón con cariño, 
es un corazón humano.

Que no haya ricos ni pobres 
nomás hombres con trabajo 
cubran sus necesidades 
sin dinero acumulado.

Cuando cada quien produce 
y trabaje con sus manos 
o produce con su mente 
para bien de los humanos.

Cuando cada quien coopere 
¡ libres, alegres, ufanos !, 
Sin necesidad de leyes, 
de autoridad o de amos.

Que esta sociedad sin gritos 
es desorden, inventaron. 
Desorden es el que se vive 
cuando hay patrones y esclavos.

Seguro que no traduzco 
con este lenguaje vano 
lo que Magón predicaba 
que era un evangelio santo.

Seguro me quedo corto, 
seguro no me ando largo; 
pero Ricardo era bueno, 
un corazón  proletario.

Ricardo golpeaba duro 
con su discurso incendiario; 
era gallo de pelea 
con espolón afilado. 
  
No le quitaron los bríos 
cadenas, puños, palos; 
no le cortaron las alas 
los miserables gusanos.

Era una águila caudal 
sólo volaba muy alto, 
las injurias, las perfidias 
no pudieron salpicarlo.

Cuando en infamante cárcel 
los gringos lo asesinaron, 
un águila de anchas alas 
en el pecho le encontraron.

El corazón magonista 
es corazón denodado. 
Mientras más sufre más canta. 
más se ofrece iluminado. 
  


CORRIDO DE RICARDO FLORES MAGÓN

Ojo la parche, valedores, 
aquistá el Cotonpintero 
dándole vuelo ala hilacha 
a ver que sale primero

Mejorando lo presente, 
porque soy muy comedido, 
sólo traigo mi guitarra 
pa? cantar este corrido

¡Ay! Cielo azul de Oaxaca, 
Oaxaca de mis quereres, 
que me toquen la Zandunga, 
también el "Dios nunca Muere".

Era varón oaxaqueño 
el héroe que les presento. 
No entretengo sus pisadas, 
no más les robo un momento.

Voy a referir la historia 
de un varón infortunado 
que de prisión en prisión 
siempre vivió desdichado

Apegado alos humildes, 
de apelativo Magón. 
los pobres lo train adentro, 
hablando  de su corazón.

No se le arrugó el pellejo, 
ni se le doblaron los huesos, 
vivió como libertario 
y murió como los buenos. 


Nació un quince de setiembre 
por Teotitlán del Camino. 
Nació pa? la Libertad, 
ya lo traiba en su destino

Otro quince de setiembre 
fue que nació don Porfirio, 
y  los dos se propinaron 
sus raciones de martirio.

Don Teodorao fue su tata, 
Teodoro Flores, juarista 
de corazón colorado; 
y su madre, Margarita.

Procrearon tres chilpayates 
cuando dejo de ser sardo. 
Don Jesús, Ricardo, Enrique; 
yo palabro de Ricardo.

Pos digo que don Teodoro 
fue un chinaco muy bragado, 
pelió contra los franceses, 
liberal muy afamado.

Era don Teodoro indígena, 
y Margarita mestiza. 
Juerte como toro bravo, 
dulce como una sonrisa.

Educaron a susu hijos 
en amor ala bondad, 
con  un corazón doble ancho, 
para amar lalibertad.

Fueron Ricardo y Porfirio, 
el águila y la serpiente. 
Han de ser del mismo palo 
para que la cuña apriete. 
  
  


¡Ay! cielo azul de Oaxaca, 
Oaxaca de mis quereres, 
la paloma oaxaqueña 
cuando no es libre se muere.

Palomita cantadora 
de Teotitlán del Camino, 
empréstame tus alitas 
pa? llegar a mi destino

A Ricardo las montañas 
le enseñaron a ser juerte. 
le tatuaron en el pecho: 
la libertad ola muerte.

Nació un águila latanera 
cuando Ricardo nació. 
Volaron juntos, volaron, 
vuelo que nunca acabó.

Hay que correr por los campos 
y subir alas montañas, 
montar en potros de viento 
a robarse a las mañanas.

Hay que bañarse enlos rios, 
domar los broncos vientos, 
pa? tener juertes pasiones 
y claros pensamientos.

Ricardo Flores Magón 
fue muchachón de adeveras 
Fue con leche de montaña 
que nutrió sus  primaveras.

Pero el viento, la montaña, 
el cielo, su eternidad, 
le enseñaron desde niño 
su credo de libertad 
  
Nunca Oaxaca fue esclava. 
No hubo cadena en sus manos. 
En la tierra de Oaxaca 
no hay lugar para tiranos 





HUELGA ESTUDIANTIL DE 1892

Los  estudiantes, señores, 
según piensa mi memoria, 
el año noventaidós 
pellizcaron la gloria

El amor del estudiante 
es como sabor de menta. 
es dulce pa? los que quiere 
pa? los enemigos menta.

No porque estudian macizo 
tienen  los ojos cerrados 
en achaques de la Patria 
son ciudadanos honrados

Cuando el viejo don Porfirio 
aceptó su releición... 
los estudiantes al punto 
prendieron el vacilón.

Organizan un desfile 
y llevan un cartelón 
¡ Que muera Porfirio Díaz ¡ 
Viva la no releición.

Los muchachos dan el pecho 
y se encaran a la suerte 
se juegan la libertad 
apuestan a vida o muerte

Córranle muchachos, 
que  ya vienen los rurales... 
Hay viene la polecía 
con pistolas y puñales

Viene también la montada, 
¿ Quién será mas animal 
el cuico o la bestia flaca ? 
Ay, jijos de la tostada 


Los tecolotes asedian 
a los bravos estudiantes 
Y los machetes relumbran 
y las pistolas calientes

Hay un muchacho fornido 
de muy ancho corazón. 
Ricardo es su apelativo 
y se apellida Magón.

Es quien arenga  a las masas 
con sus palabras valientes 
y pone fuego en las venas 
y valor en los presentes

Lo siguen los estudiantes 
a la señal  de su mano 
Ricardo grita que muera 
el Presidente tirano

Este muchacho gigante 
es un discurso con  alas 
Aqui está Flores Magón 
no tiene  miedo a las balas

Ya son muchos los polecías, 
muchos cuicos a montón, 
a los pobres estudiantes 
los llevan a prisión

A golpes y machetazos 
por enmedio de la vía. 
Los estudiantes no lloran 
y no pierden la alegría

Siguen gritando en la calle 
a lo que dan los pulmones 
¡ Qué muera Porfirio Díaz, 
y que mueran los pelones ! 
  
  


Aquí llevan a Magón 
con asombro de la gente 
Ricardo es un estudiante, 
por estudiante, valiente.

Va arrogante y decidido, 
asi  las gentes lo ven. 
Se llevaron a Ricardo 
a  la cárcel de Belén.

¿ Cuándo han visto un estudiante 
que se cuartié en la pelea ? 
El es puro corazón, 
pero también es idea

Ahora sí, paloma mía, 
lo digo y lo digo bien, 
son munchos los estudiantes 
qu?están presos en Belén.

No te rías don Porfirio, 
Ya lo ves,  ya no es como antes. 
PA' QUE RUEDE LA BOLA 
PRENCIPIAN LOS ESTUDIANTES !! 
  




FLORES MAGÓN PERIODISTA

Cuando está angustiado el pueblo 
los mejores pasan lista... 
Les contaré el pormenor 
de unos héroes periodistas.

En esto del periodismo 
hay un asigún y un tanto. 
No todos son lucifres 
hay uno que otro qu'es santo

Año del noventaitrés. 
Salió del bote Ricardo. 
Don Porfirio está contento 
con sus sabios y usu sardos.

Hay un montán de valientes 
que escriben contra el tirano. 
Juventud que no se vende 
y no le tiembla la mano.

No escriben con tinta negra 
sino con sangre se expresan. 
Con la sangre de los buenos 
la revolución empieza.

Año del ochenta y uno 
El fuego va a comenzar. 
Es don Filomeno mata 
con El Diario del Hogar

Dizque las revoluciones 
son del campo y obreristas. 
En México prencipiaron 
con tinta de perioditas.

Citaremso: El Demócrata 
mas otro El noventa y trés 
Los persiguen, duran poco, 
van de revés en revés. 


Aquí plantaré un recuerdo 
de luto por Luis González 
Lo mataron en Morelia, 
de seguro los rurales

A fin del noventaitrés, 
señores, recuenten bien, 
cuarenta y cinco prisiones 
sumaba Mata en Belén.

Yo conocí a Lauro Aguoirre, 
un rebelde muy cabal. 
El año noventa y seis 
sacó Reforma Social

¡Qué viva Teresa Urrea, 
que fue de Sonora autora, 
amiga de Lauro Aguirre 
fue la santa de Cabora !

¡Bravo, Paulino Martínez, 
un periodista esforzado. 
La Voz de Juárez  pegaba 
al déspota despiadado !

¡Viva Regeneración 
que fue la roja tribuna 
donde el pueblo se llamaba 
Ricardo Flores Magón !

Mil novecientos, un siete, 
del merito mes de agosto, 
salió Regeneración, 
la tribuna del Apóstol.

¡Viva Regeneración 
casi un rojo catecismo, 
cuna de la libertad, 
ejemplo del periodismo ! 
  
  


Hay quienes venden su pluma, 
hipotecan su conciencia. 
Los judas venden al pueblo 
no abusen de supaciencia.

Ricardo Flores Magón 
lanzó Tierra y Libertad 
como grito de combate 
por la justicia social 






RENACIMIENTO LIBERAL EN SAN LUIS 

Allá en el cincuenta y siete 
hubo un don Ponciano Arriaga 
que combatió contra el clero 
convertido en una plaga.

Era don Ponciano arriaga 
lo que se llama un hombrón. 
Tenía el pecho muy estrecho 
pa' guardar el corazón.

Todos fueron más entonces 
porque ninguno era menos. 
Los hombres de la  Reforma 
fueron buenos entre buenos.

No más echamos un ojo 
 a la historia en un brinquito. 
Ocampo, Zarco, Ramírez, 
y más alto don Benito.

Arriaga  le sacó la  punta 
A su convicción social. 
Fue modelo de valientes 
y un ejemplo liberal.

Dad a Dios lo que es de Dios, 
dad al César lo pactadao. 
Gracias a los reformistas 
esto quedó separado.

Pero en virtud de los fueros 
gozaban delas prebendas 
los mílites y los curas, 
dueños de grandes haciendas.

Los liberales, entonces, 
en contra de estos indinos, 
lucharon porque las tierras 
jueran a los campesinos.

Era época deleyendas 
y de tiranías macabras. 
Losliberales hicieron 
fueran libres las plabras.

Y el derecho a los trabajos, 
y el dercho de reunión, 
y atacaron la injusticia, 
eran la revolución.

Las ambiciones del rico 
pos les resultaron vanas... 
Llamaron alos franceses 
orgullosos de su fama.

¡Ah! Qué sonso Emperador 
que no estudió nuesrtra historia. 
Hubiera sabido luego 
que nos morimos con gloria.

¡Pobrecito Emperador 
con sus pretensiones vanas! 
Aquí para los traidores 
hay cerros delas Campanas.

Ya me ando desorientando 
y por poquito me olvido 
de lo que iba yo a narrarles 
con guitarra y en corrido.

Nieto de Ponciano arriaga 
en San Luis hubo un Camilo, 
que al Chillón del Icamole 
nolo dejaba tranquilo.

A luego pensó en formar 
en su San Luis un Congreso. 
¡ Salgan de la ratonera, 
lo de menos es el queso! 
  
Respondeindo a su llamado 
acuden los liberales. 
Lo que piden es que cumplan 
puntos constitucionales.

Firman con camilo rriaga, 
tizones en esa llama, 
Batalla, Tagle, Morales, 
y el orador Soto y Gama.

Con fuego de Prometeo 
responde en esta ocasión 
con genio vibrante, recio, 
Ricardo Flores Magón.

En mil novecientos dos, 
del cinco al oance sesionan 
durante el mes de febrero, 
en que su labor coronan.

Todos hablaban muy bien 
expresando su martirio, 
pero nadie se atrevía 
a mencionar a don Porfirio.

Fue Ricardo, en su discurso 
que se aventó hasta la cumbre. 
Se armó la de Dios es Cristo 
con susu palabras delumbre.

Con sencillez y heroísmo 
y los gestos decididos 
dijo que todo el gobierno 
era cueva de bandidos.

Corrió un estremecimiento, 
hubo inciertos cuchicheos, 
¡Atacar a don Porfirio! 
prencipiaron los iseos. 
  
  
Ricardo sin inmutarse 
repite con voz certera: 
la dministración dde Díaz, 
de bandidos madriguera.

Siguieron los descontentos 
y Ricardo repitió: 
En tonces, a la tercera, 
todo el mundo lo aplaudió.

Así fue, d'esta manera, 
que con su gran decisión, 
jue Ricardo quienle puso 
mecha la revolución.

Es fácil en estos tiempos 
hablar de revoluciones. 
Era necesario entonces 
tener muchospantalones.

Ricardo se distinguió 
por sus ardientes ideas. 
Ya se apuntaba al apóstol 
delas mas libres tareas.

Soñó con la libertad; 
para los pobres, la tierra, 
para todos los tiranos 
juró implacable la guerra.

Una cosa es también cierta, 
¿ qué da la Constitución 
por más perfecta que sea, 
si su texto es letra muerta

A multiplicar los clubes 
van estos hombres cabales, 
¡Qué viva Camilo Arriga 
y los hombres liberales! 




ACCIÓN QUE PASO EN LAS VACAS

Les cantaré una tragedia 
sin grito y sin alharacas. 
La cosa fue muy  mentada 
en el pueblo de las Vacas.

No lloro porque soy hombre 
y pongo mi voz tranquila. 
Pero el hecho es rete triste 
en un rincón de Coahuila.

Este Praxedis Guerrero 
supo vivirla y contarla. 
Siempre en a pz y enla guerra 
fue Praxedis elprimero.

No llegaban a cuarenta, 
son cuarenta liberales, 
con el alma entre los puños, 
cuarenta diablos cabales.

Con elelma entre los puños 
como una bomba crispada. 
¡Entrenle, pelones jijos! 
Ya les llegó su laborada.

Estuvo lloviendo a cántaros, 
estuvo lloviendo juerte... 
El barro detiene el paso 
sólo anda libre la muerte.

Qué le cuento que no sepa, 
qué le contaré compadre: 
era un montón de pelones 
y los cuarenta, sus padres.

A un kilómetro del pueblo 
los cuarenta camaradas 
se forman entres guerrillas 
con las armas preparadas. 


En el centro va Canales 
con el porte decidido. 
Pa? saludar a un valiente 
que se descubran les pido.

Cubriendo el frente derecho 
se hace más alto Díaz Guerra. 
Emréstame tu jusil 
por la libertá y la tierra.

Y enfrentándose al cuartel 
a la izquierda caminando, 
Ramírez no se pandea, 
ya le?stamos, dimos, dando.

Así cruzan el arroyo 
susu jusiles retobando. 
A ver si elpobre despierta 
conlos balazoz sonando.

Por las casas del poblado 
cuarenta libertadores arreciaron la pintura, 
la pólvora de sus flores.

Ay, llanto tan despiadado, 
ay, llanto para llorar, 
para morderse las manos 
que al justo van a matar.

Pero ahí frente alcuartel 
Canales con la muerte roja.... 
y las armas parpadeaban 
comolos cigarros de hoja.

También se rompió el gatillo 
en la vida de Miranda. 
Las carabinas tan buenas, 
pero la suya ya no habla.

Señores, pido atención 
para seguir mis decires: 
con una bala pelona 
rodó muerto Ramírez.

Sus compañeros deseaban, 
como la decencia manda, 
levantarlo, más él dice: 
- Hermano, dame agua y anda.

¡Ah! Muerte más juguetona, 
- ¡No hagan olas, no hagan olas !- 
lo salpicaron las balas, 
mal herido cayó Arreola.

Sonriéndole  ala calaca, 
compañeros, estoy vivo, 
no se acaban los ganados 
no más porque muere un chivo.

Con su anhelo de justicia 
asi  jue como esos hombres 
en el pueblo de las Vacas, 
nos heredaron sus nombres.

Pue? que los niños burgueses 
le hagan a esta aición el feo. 
Mas cuarenta libertarios 
dieron fama al jaripeo.

Jaripeo dela gloria, 
la puritita verdad, 
estos son los precursores 
que nos dieron lalibertad.

A qué Praxedis Guerrero, 
tan cabal y tan valiente, 
tan leido y tan escrebido. 
y muy hombre y buena gente.

Con su prosa tan bonita 
él nos relató esta aición. 
Cuarenta dinamiteros: 
la bomba, su corazón 
  





CORRIDO DE FRANCISCO MANRIQUE

Ya mi guitarra norteña 
con sus cuerdas hace ruido 
para impedir en el tiempo 
que sea posible el olvido

Ya no hago versos alegres 
no soy hombre de comedia 
lo que les vengo a contar 
es puritita tragedia.

Los hombres se van muriendo 
y con ellos lo stestigos. 
Es posible que hoy no sepan 
lo que por saberlo les digo.

Jue en mil novecientos ocho, 
uno de julio de ese año. 
Murió Francisco Manrique 
y su muerte fue un gran daño.

este es el recio romance 
que nos escribió Guerrero, 
siempre en lapaz y en la guerra 
fue Praxedis el primero.

Fue en el pueblo de Palomas 
que cuelga dela frontera. 
A este Francisco Manrique 
lo alcanzó la balacera.

Apenas llegaban a once 
los rebeldes esforzados 
que aposténdole ala muerte 
se jugaron un ?volado?.

Escasos sus armamantos, 
con bombas mal fabricadas, 
pero llevaban las almas 
eso sí, bien pertrechadas. 
  


Apenas llegaba el sol 
al filo de la mañana, 
los once rebeldes  iban 
buscando tomar la aduana.

Los rurales se escondieron 
mesmamente en su cuartel. 
Aspilleras y azoteas 
con sus balas a granel.

Ay! paloma, palomita, 
perdida entre los combates, 
Guerrero y Manrique fueron 
en relidad como cuates.

Pero Francisco Manrique 
era varón muy entero 
y solito iba adelante 
en medio del mezquitero.

No tan de prisa, Francisco, 
no busqyes tu mala suerte, 
le vas pisando el talón 
a la bala de la muerte.

A él apuntan los pelones 
con su mejor puntería. 
Eran soldados de leva 
los que de muerte lo herían.

Ay! paloma, palomita, 
esta revuelta incendiaria 
la intentaron once locos, 
con locura libertaria.

La bala de paso falso, 
la de la artera carrera, 
como si quebrara un árbol, 
dobló su cuerpo en la tierra. 
  
  


Las paredes delas casas 
con la sangre se mancharon. 
Que viva la libertad. 
Tierra y Libertad gritaron. 
Pelones jijos del maíz, 
ya se echaron a Francisco. 
Echénles bombas, muchachos, 
vámoslos haciendo cisco.

Casi ni uno salió ileso, 
tuvieron que devolverse 
y tristes, ensangrentados, 
dispersarse y esconderse.

Así jue como en Palomas, 
once revolucionarios 
jueron once precursores, 
precursores libertarios.

Posible es que ya no sepan 
ni se acuerden de su nombre, 
pero Francisco Manrique, 
jue lo que se llama un hombre.

No hay que olvidar, que peleaban 
por derrocar al tirano, 
no para que  nuevos jefes 
den al pbre con la mano.

Murió Francisco Manrique 
con muerte de gravedad 
para que el pueblo gozara 
con tierra y con libertad. 
  
  


PRAXEDIS GUERRERO

Hoy comienzo otra tragedia. 
Como voy a hablar d'este hombre 
es bueno que lo presente. 
Pos Praxedis  es su nombre.

Es corrido verdadero 
el que voy a palabrar. 
Si Praxedis se llamaba 
además era Guerrero.

Endeviduo de primera 
d'esos a quien nada espanta. 
Que nacen con una estrella 
que en el aire los levanta.

Nada  los tumba en la tierra 
ni jamás se van de bruces. 
Suben, suben y aluminan 
como los cuetes de luces.

Un día se acaba la historia 
y se hace polvo la suerte. 
Todo les salió derecho 
y sólo chueca la muerte.

Dicen que por otro país 
- lo dicen y yo locreo - 
Hubo un Dios para hombres libres 
se apellidó Prometeo.

Otro Dios, juerte tirano, 
lo castigó por valiente 
 y a un arica montaña, 
le encadenó las dos manos. 
  


Ahí se estaba clavado 
mientras un cuervo picaba 
en el hígado sangrando 
que inclemente devoraba.

Pero el hígado en la noche 
le crecía como un castigo. 
Así lo hacen los tiranos 
devoran a us enemigos.

D?esta raza de gigantes 
nacen los libertadores. 
Son hijos de Prometeo 
y han de vivir con dolores.

pos volvamos a la historia. 
Don Práxedis-Prometeo 
nació en mero Guanajuato, 
en Ibarra, según creo.

En un veintiocho de agosto 
del año ochenta  y dos. 
De padres acomodados 
y muy creyentes en Dios.

Entre el verde de los campos 
y los azules del cielo 
creció el niño en Guanajuato 
agarrándolas al vuelo.

Ya joven era muy listo 
y muy afecto alas bromas. 
Pero también la gustaban 
las flores y las palomas.

Aunque con padres católicos 
no era muy mocho, no tanto, 
le gustaba ler la Biblio. 
No selas daba de santo. 
  
  


Gustaba de los jolgorios, 
y entre rancheros y charros, 
le daba vuelo a la hilacha 
con "músicos de catarro"

Como no hurtó rebeldías, 
que del abuelo heredó 
Un día que lo regañaron 
de la hacienda se juyó 
Se fue a San Luis Potosí 
donde trabajó de pión, 
allí con elpan sudado 
se ensanchó su corazón.

Supo allí lo que son penas 
y los callos en la mano 
y supo que los obreros 
eran también sus hermanos

Cuando regresó a la hacienda 
por querencia maternal, 
ya  Praxedis, hombre serio, 
era un hombre de verdad.

Año de mil novecientos, 
el tiempo estira su riata, 
Prexedis entra en plabras 
con don Filomeno Mata.

El tiempo tiene sus cosas 
pocos escapan de ellas. 
Praxedis fue reservista 
y es fácil seguir sus huellas.

El tiempo tiene susu leyes. 
era el tiempo en que crecía 
su cola de pavo rial 
al dicho Bernardo Reyes.

Le repugnaba la sangre 
que se regó en Nuevo León. 
ya estaba leyendolibros 
que hablaban de revolución.

Ya andaba diciendo cosas 
Ricardo Flores Magón. 
Ricardo jue como antorcha 
que encendió su corazón.

No quiso ser reservista. 
A todo le puso fin. 
Leyó a Gorki y a Kropotkin, 
y también a Bakunín.

En mil novecientos cuatro 
se decide y pone corte 
y con su amigo Manrique 
emigra al país del norte.

Allí si que se une juerte 
conlos meros liberales 
y comienza a destinguirse 
en grupos de intelectuales.

Jué con Francisco Manrique 
a trabajar de minero. 
Sus ojos de soñados 
ya jueron los del obrero.

Con nostalgias de la tierra 
de la voluntad del padre, 
del amor delos hermanos, 
la ternura de su madre.

Su amigo Manuel sarabia 
lo unió con Flores Magón. 
No fue un apretón demanos, 
jue apretón de corazón.

Ayudó a los liberales 
y vino su evolución 
leyó los mejores libros 
de Bakunin y Prudhón. 
  


Cuando luego fueron presos 
los Magón y otros cuatachos, 
Praxedis se quedó al frente 
de los valientes muchachos.

Deciden prender la mecha 
y prencipian el quemón... 
ora sí pelón del diablo 
ya te llegó el atorón.

Así Viesca, con Palomas 
y otras heroicas aiciones 
en que un puñado de machos 
le dió duro alospelones.

Pero en Janos lo mataron. 
¡Bravo Praxedis Guerrero, 
siempre en la paz y enla guerra 
jue Praxedis el primero!

Un solo tiro le dieron 
y se perdió la cabeza 
que era la de más talento 
más verdad y más belleza

Amigos tengan presente 
que no es un varón cualquiera, 
este es Praxedis Guerrero. 
Valiente entre los valientes.

Era muy joven, muy joven, 
y de arrogante figura. 
Con su grande inteligencia 
jué más grande su ternura.

Gritaba Flores Magón 
con los ojos hechos agua: 
Ya mataron a Praxedis, 
lo mataron en Chihuahua. 
  
  
  


HUÉSPED DE NEGRA CÁRCEL

Las prisiones son iguales. 
Hay una angustia maldita 
que hace más altoslos muros 
y más profunda la cuita.

Toda prisión es un pozo 
con una noche infinita. 
Hay lágrimas de agua turbia 
y un lucero de visita.

¡Qué larga espera, qué larga! 
Desesperanza infinita. 
El tiempo es manchón de esperas 
que no asisten a su cita.

La aurora es gallo sin canto. 
Amarga aurora proscrita. 
Un callejón  de silencios 
donde sólo el dolor grita.

Con lalepra de estos muros 
lalibertad se limita. 
Claman en inglés las rejas. 
y en  gringo la fe crepita.

¡Ay, Ricardo-Prometeo, 
con tu alma de dinamita, 
ciudadano delos cielos 
donde tu espíritu habita !

Querer ser libre es delito 
Lalibertad los irrita. 
Les atormenta la voz 
y su mirada marchita.

El hombre, roba, asesina, 
y compra laley maldita 
sólo elibertario lleva 
su condenación escrita. 


Es que el hombre libertario 
la injusticia decapita 
y esta sociedad con amos 
la injusticia necesita.

Clan de verdugos sin nombre 
deshojan su margarira: 
muerte-cárcel; cárcel-muerte 
y una amargura infinita.

¿Quién osa mirar de frente ? 
¿Quién a rebelarse invita ? 
¿Quién desdobla las espaldas 
y a ser hombres los incita ?

¿Quién ha vencido ala muerte 
y en libertad resucita ? 
¿Y quién destronó a los Dioses 
y ya en su lugar habita ?

rebeldía sin fronteras 
a insurrección precipita 
¡ Viva Tierra y Libertad ! 
esto es lo que le publo grita.

Pero Tierra y Libertad 
en la cárcel se amerita; 
¡Qué triste que está Ricardo, 
con su tristeza infinita !

Un corazón, el más ancho, 
en las prisiones gravita. 
Agulia de libres alas 
que enla justicia milita.

Aguila de alas tan anchas 
que enlas prisiones se agita. 
Estos infamentes muros 
su vuelo imposibilitan. 
  
  


Cómo maldice tu pueblo 
la cárcel que supedita 
la infinitus de los vientos 
que lalibertad contrista

¡Viva Tierra y Libertad 
que a la libertad incita ! 
No hay cadenas para el hombre 
que en la libertad habita

Mas los verdugos no saben 
que enla muerte resucita 
quien por ser libre se muere 
porque su muerte crepita.

Ay. Ricardo.Prometeo, 
con tu alma de dinamita, 
ciudadano delos cielos 
donde tu espíritu habita !

Porque en tu nombre, Ricardo, 
asistimos ala cita 
de la libertad sin amos, 
la libertad infinita !

Toda prisión es un pozo 
con una noche infinita. 
Hay lágrimas de agua turbia 
y un lucero de visita. 
  
  


ÁGUILA CAÍDA 

Maldita cárcel de Leavenworth ! 
Toda cárcel sea maldita ! 
Afrenta de los humanos 
y escranio dela justicia !

Juez disfrazado de Dios, 
que con tu voz fementida, 
que infalible has decidido 
la buena y la mala vida.

La justicia está al servicio 
de la clase consentida. 
Fácil la ley pa'los ricos 
y dura con la enemiga.

Cuantimás con los rebeldes 
que ya la llevan perdida. 
Pué que salgan los  ladrones, 
y los rebeldes ni pizca.

a los hombres libertarios 
les temen los polecías... 
los jueces, porque son jueces, 
les tomaron la medida.

Afeminados, ladrones, 
bandoleros a cuantía, 
pueden salir del presidio, 
todo es cuestión de mordida.

Pero Ricardo está preso 
por las injusticias gringas 
por querer dar alas masas 
la libertad prometida. 
El águila mexicana 
tiene las alas heridas 
se golpeó conlos barrotes 
de las ergástulas gringas. 


La libertad se refugia 
en las estrellas perdidas, 
Flores magón semi-ciego 
en elalma las devisa.

¿ En dónde están las montañas 
de su Oaxaca querida ? 
Da vueltas su corazón 
en la celda maldecida.

Pero es hombre de adeveras 
y no hay que esperar que pida 
misericordia o perdón 
buscando salvar la vida.

Las plabras de susu cartas 
son palomitas sin cinta, 
llevan recados de lágrimas, 
sus rebeldes palomitas.

Las águilas montañeras 
extrañarán la visita 
del Hombre Flores Magón 
que nunca faltó a su cita.

Esta penitenciaría 
para sus alas es chica. 
cada apístola es un águila 
con que a volar nos convida.

En donde hay un soñador 
la esperanza está prendida... 
Lalibertad con cadenas 
nunca jamás se aniquila.

A todo el mundo le escribe 
palabras de rebeldía. 
Con pedazos de sus ojos 
mantiene la fe encendida 
  
  


Ah! Qué cartas tan valientes, 
ah! Qué cartas tan bonitas, 
las escribió con su sangre 
las rubricó con sus cuitas.

Le encarcelaron el cuerpo 
y lo llenaron de heridas. 
No encarcelaron su espíritu 
ni sus protestas ardidas

Los dos gobiernos de acuerdo, 
con susu mañas entendidas, 
lo han encerrado en su celda, 
temen susu acometidas.

¡Qué verguenza, qué verguenza, 
y es para toda la vida, 
que se pusieron de acuerdo 
para impedir su salida !

Los gringos, los mexicanos, 
los dos gobiernos conspiran 
y tienen preso a Magón, 
águila caudal cautiva.

No quiso ser Presidente, 
nole importa la política, 
pero Tierra y Libertad 
duele a los capitalistas.

Todo perdonan y olvidan 
los amos imperialistas, 
si no se toca su bolsa 
porque eso sí nolo olvidan.

Por esta razón Ricardoi 
no figurará en la lista 
de los que son perdonados 
por la flamente justicia. 
  
  


Estaba enfermo, muy pobre, 
la dura carne vencida, 
su recio cuerpo de atleta 
es su sombra diluída.

Entonces, allá en la Cámara 
de Diputados, se expida 
una pensión a los presos 
Soto y gama les inspira.

Flores Magón se conmueve. 
Lloran susu ojos sin vista. 
Pero no acepta laoferta 
por verguenza socialista.

Si el dinero me viniese 
de las masas obreristas 
lo aceptaría yo al instante 
porque yo soy en sus filas.

Los dineros que el gobierno 
enviaría para mis cuitas, 
son los dineros robados. 
Yo sigo siendo anarquista.

Sigue fiel a su miseria 
víctima de la injusticia, 
mas qué limpia su conciencia 
y sus manos anarquistas.

Ahí enla cárcel con El, 
está Librado rivera 
profesor de matemáticas, 
alma anarquista y entera.

El tampoco acepta nada 
de las arcas hacendarias, 
qué diferentes serían 
las ayudas proletarias. 
  
  


Quiero hacer mención, señores, 
de una carta en que se cita 
la insurrección en la URSS, 
la revuelta comunista.

Es carta que don Ricardo 
envió a Bernal con grande prisa 
porque en ella le define 
sus ideales socialistas.

Fue en el año diecisite: 
?Tengan la atención muy lista 
No vayan a equivocarse 
con la lucha bolchevista.

Una cosa no me gusta, 
que en dictaduras insistan. 
La dictadura es odiosa 
no le?aunque sea comunista.

Burgueses o proletarios 
los dictadores irritan. 
Importa la Libertad 
la dictadura asesina?.

Con estas y otras palabras, 
Flores Magón nos avisa 
para no vivir incautos, 
para ser siempre anarquistas.

Nadie un patrón necesita 
para trabajar contento 
solidario delos hombres, 
y libre de pensamiento.

Los ignorantes proclaman 
que la anarquía es maldecida 
porque promueve el desorden 
y así no es buena la vida. 
  
  


Alto, señores burgueses, 
¡ qué bonita la anarquía 
donde sólo el amor reine 
en muy buena compañía !

El ?catorce mil quinientos 
noventaiseis? por mancilla, 
es el nombre de Ricardo, 
en la penitenciaría.

¿Cómo le llama el verdugo ? 
¿Cuál fue la mano asesina ? 
Que son muchos los verdugos 
y las manos enemigas.

Pero su nombre es la gloria. 
Lo dice la voz sencilla 
del campesino en el surco 
y del obrero en la usina.

Lo gritan, lo están gritando, 
desde una orilla a otra orilla, 
las mazorcas del maíz 
y del trigo las gavillas.

Todos los pobres del mundo 
lo gritan en sus guaridas. 
Ricardo es fé y esperanza 
y es su bandera encendida.

Una bandera de andrajos, 
una bandera prendida 
enla sangre de los pobres, 
en sus abiertas heridas.

El ?catorce mil quinientos 
noventaiséis? es la vida, 
el evengelio entre llamas, 
la Biblia del anarquista. 
  
  


SOL CLAVADO EN LA SOMBRA

¡ Qué viva don Angel Falco, 
el anarquista uruguayo 
que salvando las distancias 
le dió la mano a Ricardo ! 
Hoy releo su corrido, 
el ?Corrido de Ricardo? 
y los ojos se me llenan 
con un ejército de astros. 
?el eco en el corazón 
de un juramento en los labios... 
el catorce mil quinientos 
noventaiséis.... ¡Oh Ricardo !?

Con su vestido de cárcel, 
su pan a rayas amargo, 
los ojos ya cegatones 
pero los sueños más claros. 
Está presa la tormenta. 
¿Cómo es que está preso el rayo 
y al insurrecto relámpago 
con un número marcaron? 
Con su ceguera por aula, 
de laluz enamorado, 
llegan las sombras alumnas 
a sus plantas a escucharlo.

¿Quién encarcela la idea ? 
Su pensamiento volando, 
como paloma encendida 
con el pico colorado, 
va alos maizales parientes, 
es delibertad el recado. 
¡Viva Tierra y Libertad ! 
¡Qué sean libres los arados! 
?Las esperanzas anónimas 
ya ese nombre lo adoptaron. 
¡Qué las alondras del día 
no se cansen de nombrarlo!? 
  


Cabe el dolor de este mundo 
en el pecho de Ricardo. 
No tienen color los hombres 
amarillo, negro, blanco. 
En su tórax de gigante 
cabe su dolor armado. 
Pueden los niños sin techo 
ser pájaros en su mano. 
está sembrando sonrisas 
este Cristo más humano. 
?Ricardo Flores Magón, 
el sembrador libertario!?

En Santa Cena este laico 
repartió su cuerpo magro. 
como pan y como vino, 
reparto de luz agrario. 
Su corazón sin adanas 
lleve el viento tumultuario. 
por encima de las rejas 
su corazón proletario. 
?Murió en la cárcel quien tuvo 
a lalibertad del brazo 
y le dió rumbos certeros 
y la asistió en sus desmayos?.

Los pobres, los peones pobres, 
los obreros, levantaron 
su cuerpo de águila herida, 
su vuelo de luz tronchado. 
Toda la bondad la tuvo 
y si a veces incendiario 
golpeó las recias espaldas, 
fue la espalda de los amos. 
pero lleno de ternuras 
estuvo con los esclavos 
llorando sus mismas lágrimas, 
sus mismas penas llorando. 
  
  
  
  
  


Era ese niño gigante 
que no lastimaba un pájaro 
el amante delas flores... 
Quién más soñador....Ricardo... 
Las bestias rubias sin nombre 
lo mataron, lo mataron....

Era espina en su conciencia, 
remordimiento a su lado. 
?esto es lo que hay que decir 
en todo lenguaje humano, 
por si los nuevos no saben 
olos viejos lo olvidaron... 
esto habrá que repetirse... 
¡murió en la cárcel Ricardo!?

Lo mataron enla cárcel 
los hombres civilizados... 
su voz pariente del indio 
la estrangularon los blancos. 
Netzahualcóyotl dormía 
ahí entre su pexcho bravo, 
las montañas de Oaxaca 
eran en su sangre barcos. 
¿Y cuál era su delito? 
¿Porqué lo crucificaron? 
Porque quiso que los hombres 
se tratarn como hermanos.

Quiso que enla humanidad 
no existieran explotados, 
el pan y lalibertad 
sin capataces, sin amos. 
Ser como el agua que a todos 
ofrece azules las manos, 
como la flor y el perfume 
que no reconoce extraños, 
como la sombra del árbol 
que si detiene los pasos 
es por eliviar fatigas 
en sumaternal regazo.

¡Cómo lellora elpaisaje! 
Fue la muerte de Ricardo 
como un morir de montañas 
o cricifixión de lagos. 
Los árboles de Oaxaca 
con sus verdes lolloraron. 
Están huérfanos los pinos, 
qué huérfanos se quedaron. 
?Un sol clavado en las sombras.... 
siete llaves....cuatro clavos.... 
pero está enla Eternidad 
con el signo libertario 
su nombre de sombra-luz... 
en su cruz cricificado?.

Amigos, amigos míos, 
¿quién soy yo para cantarlo? 
El sublime presidiario 
está encima delos cantos. 
El hombre puro, más puro. 
con su pureza por marco. 
¡Dadme un varón en la historia 
con el corazón más ancho!

Ricardo Flores Magón 
que era ateo y era santo.

Proliferan los políticos 
con su espíritu barato; 
buscan poder y dinero 
y acaban or ser tiranos.

Ricardo no buscó nada 
quele ensiciara las manos. 
Vivió por lalibertad 
y por ella lomataron. 
¡El sol sale para todos! 
¡El sol es un libertario! 
¡Un sol clavado en la sombra! 
¡Ese sol era Ricardo! 


Amigos, amigos míos, 
en este corrido el llanto 
se mezcla con la violencia 
por la muerte de Ricardo. 
por eso recuerdo triste 
los corridos de Angel Falco, 
ese poeta uruguayo, 
poeta fusil albrazo. 
Yo prometo algún día 
el pueblo vendrá acantarlo, 
izado en la bayoneta 
como bandera de andrajos.

En los jacales con hambre, 
que son protesta en los campos; 
en las fpabricas feroces 
que son máquinas con llanto; 
enlas escuelas del barrio 
que lloran un llanto largo; 
en los surcos de la sangre 
donde libertad sembraron; 
donde quiera que el dolor 
sus espinas ha sembrados, 
con su esperanza y su fé, 
¡Ricardo ha resucitado!

Barro de Coyotepec, 
sonoro de limpuio barro, 
con tu corazón campana 
suenas libertad... ¡Ricardo! 




CORRIDOS DE RICARDO FLORES MAGÓN, 
por José Muñoz Cota, se imprimió en la Editorial Cvltvra, T.G., S.A., Av. Rep. de Guatemala 96, México D.F. Justificación de la tirada: 100 ejemplares en papel Coriscan firmados por el Autor, 900 ejemlares enpapel R. L.CH. de 106grms.

La  edición estuvo al cuidado del Lic. JOAQUÍN FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA 
Viñetas de SALVADOR PRUNEDA. 





EL MENDIGO Y EL LADRÓN

A lo largo de la avenida risueña van y vienen los transeuntes, hombres y mujeres, perfumádos, elegantes, insultantes. Pegado a la pared está el mendigo, la pedigueña mano adelantada, en los labios temblando la súplica servil. - ¡Una limosna por el amor de Dios!

De vez en cuando cae una moneda en la mano del pordiosero, que éste mete presuroso en el bolsillo prodigando alabanzas y reconocimientos degradantes.

El ladrón pasa, y no puede evitar el obsequiar al mendigo con una mirada de desprecio.

El pordiosero se indigna, porque también la indignidad tiene rubores, y refunfuña atufado:

– ¿No te arde la cara, ¡bribón! de verte frente a frente de un hombre honrado como yo? Yo respeto la ley: yo no cometo el crimen de meter la mano en el bolsillo ajeno. Mis pisadas son firmes, como las de todo buen ciudadano que no tiene la costumbre de caminar de puntillas, en el silencio de la noche, por las habitaciones ajenas. Puedo presentar el rostro en todas partes; no rehuyo la mirada del gendarme; el rico me ve con benevolencia y. al echar una moneda en mi sombrero, me palmea el hombro diciéndome: ¡buen hombre!

El ladrón se baja el ala del sombrero hasta la nariz, hace un gesto de asco, lanza una mirada escudriñadora en torno suyo, y replica al mendigo:

– No esperes que me sonroje yo frente a ti, ¡vil mendigo! ¿Honrado tú? La honradez no vive de rodillas esperando que se le arroje el hueso que ha de roer. La honradez es altiva por excelencia. Yo no sé si soy honrado o no lo soy; pero te confieso que me falta valor para suplicar al rico que me dé, por el amor de Dios, una migaja de lo que me ha despojado. ¿Que violo la ley? Es cierto; pero la ley es cosa muy distinta de la justicia. Violo la ley escrita por el burgués, y esa violación contiene en sí un acto de justicia, porque la ley autoriza el robo del rico en perjuicio del pobre, esto es, una injusticia, y al arrebatar yo al rico parte de lo que nos ha robado a los pobres, ejecuto un acto de justicia. El rico te palmea el hombro porque tu servilismo, tu bajeza abyecta, le garantiza el disfrute tranquilo dé lo que a ti, a mí y a todos los pobres del mundo nos ha robado. El ideal del rico es que todos los pobres tengamos alma de mendigo. Si fueras hombre, morderías la mano del rico que te arroja un mendrugo. ¡Yo te desprecio!

El ladrón escupe y se pierde entre la multitud. El mendigo alza los ojos al cielo y gime:

– ¡Una limosna, por el amor de Dios!

(De Regeneración, del número 216, fechado el 11 de diciembre de 1915).




Ricardo Flores Magon 
- Antología libertaria


3 de Abril de 1911

MANIFIESTO A TODOS LOS TRABAJADORES DEL MUNDO

"Compañeros: Hace un poco más de cuatro meses que la bandera roja del proletariado flamea en los campos de batalla de México, sostenida por trabajadores emancipados, cuyas aspiraciones se comprendían en este sublime grito de guerra: ¡TIERRA Y LIBERTAD!
El pueblo de México se encuentra en estos momentos en abierta rebelión contra sus opresores y, tomando parte en la general insurrección, se encuentran los sostenedores de las ideas modernas.
Los convencidos de la falacia de las panaceas políticas para redimir al proletariado de la esclavitud económica.
Los que no creen en la bondad de los gobiernos paternales ni en la imparcialidad de las leyes elaboradas pro la burguesía, (· ).
Los que saben que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos, los convencidos de la acción directa, los que desconocen el "sagrado derecho de propiedad".
Los que han empuñado las armas para el encumbramiento de ningún amo, los que luchan para destruir la cadena del salario. Estos revolucionarios están representados por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (519 ½ E. 4th St. Los Ángeles Cal. USA) cuyo órgano oficial, Regeneración, explica con claridad sus tendencias.
El Partido Liberal Mexicano, no lucha por derribar al dictador Porfirio Díaz para poner en su lugar a un nuevo tirano.
El Partido Liberal Mexicano toma parte en la actual resurrección con el liberado y firme propósito de expropiar la tierra y los útiles de trabajo para entregarlos al pueblo, esto es, a todos y cada uno de los habitantes de México, sin distinción de sexo.
Este paso lo consideramos esencial para abrir las puertas a la emancipación efectiva del pueblo mexicano.
Ahora bien: se encuentra igualmente con las armas en la mano otro partido: el Antirreleccionista, cuyo jefe, Francisco I. Madero, es un millonario que ha visto aumentar su fabulosa fortuna con el sudor y con las lagrimas de los peones de sus haciendas.
Este partido lucha por hacer "efectivo" el derecho de votar, y fundar, en suma, una república burguesa como la de Estados Unidos.
Este partido netamente político, es, naturalmente, enemigo del Partido Liberal Mexicano.
Porque ve en las actividades de los liberales un peligro para la supervivencia de la república burguesa.
Que garantiza a los políticos, a los buscadores de empleo, a los ricos, a todos los ambiciosos, a los que quieren vivir a costa del sufrimiento y de la esclavitud del proletariado, la continuación de la desigualdad social, la subsistencia del capitalista, la división de la familia humana en dos clases: la de los explotadores y la de los explotados.
La dictadura de Porfirio Díaz está por caer; pero la revolución no terminará por ese solo hecho; sobre la tumba de esa infame dictadura quedarán en pie y frente a frente, con las armas en la mano, las dos clases sociales; la de los hartos y la de los hambrientos.
Pretendiendo la primera, la preponderancia de los intereses de la casta, y la segunda, la abolición de esos privilegios por medio de la instauración de un sistema que garantice a todo ser humano el pan, la tierra y la libertad.
Esta lucha formidable de las dos clases sociales en México es el primer acto de la gran tragedia universal que bien pronto tendrá como escenario la superficie de todo el planeta.
Cuyo acto final será el triunfo de la fórmula generosa, libertad, igualdad, fraternidad, que las revoluciones políticas de la burguesía no han podido cristalizarla en hechos, porque no se han atrevido a hacer pedazos la espina dorsal de la tiranía: capitalismo y autoritarismo.
Compañeros de todo el mundo: la solución del problema social está en las manos de los desheredados de toda la tierra, pues solamente exige la práctica de una gran virtud: la solidaridad.
Vuestros hermanos de México han tenido el valor de enarbolar la bandera roja.
No para hacer un pueril alarde de ella en inofensivas manifestaciones en calles y plazas que casi siempre terminan en arresto y la descalabraduras de los manifestantes por los cosacos de los tiranos, sino para sostenerla firmemente en los campos de batalla como un reto gallardo a la vieja sociedad que se trata de aplastar, para fundar en terreno sólido la sociedad nueva de justicia y amor.
Nuestros esfuerzos, por poderosos y abnegados que sean, serían aniquilados por la acción solidaria de la burguesía de todos los países del mundo.
Por el solo hecho de haber efectuado su aparición la bandera roja en nuestros campos de batalla mexicanos, la burguesía de Estados Unidos ha obligado al presidente Taft a enviar veinte mil hombre a la frontera de México y barcos de guerra a los puertos mexicanos.
¿Qué hacen entretanto, los trabajadores de todo el mundo?
Cruzarse de brazos y contemplar, como en las sillas de un teatro, las personas y las cosas de este tremendo drama.
Que debería conmover todos los corazones, que debería sublevar todas las conciencias, que debería hacer vibrar intensamente los nervios de todos los desheredados de la tierra, y ponerse en pie como un solo hombre para detener las escuadras de guerra y marcar el alto a los esclavos de uniforme de todos los países.
¡Agitación! Es el supremo recurso del momento.
Agitación individual de todos los trabajadores concientes.
Agitación colectiva de todas las sociedades obreras y de la del libre pensamiento.
Agitación, en el seno de los hogares de todas partes donde pueda haber oídos dispuestos a escuchar, conciencias capaces de indignarse, corazones que no se hayan encallecido con la injusticia y la brutalidad del medio.
Agitando por medio de cartas, de manifiestos, de hojas sueltas, de conferencias, de mítines.
Por cuantos medios sea posible, haciendo comprender la necesidad de obrar pronto y con energía a favor de los revolucionarios radicales de México que necesitan tres cosas; protesta mundial contra la intervención de las potencias en los asuntos mexicanos, trabajadores concientes y decididos a propagar la doctrina de emancipación social entre los inconscientes y dinero, dinero y más dinero para el fomento de la revolución social de México.
Compañeros: reimprimid este manifiesto, traducidlo a todos los idiomas y hacedlo circular por todos los ámbitos del mundo.
Pedid a la prensa obrera que lo inserte en sus columnas, leed Regeneración, y enviad vuestro óbolo a la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano; 519 ½ E. 4th St.. Los Ángeles, California, USA.
Nuestra causa es vuestra; es la causa del taciturno esclavo de la gleba, del paria del taller y de la fábrica, del galeoto de la marina, del presidiario de la mina, de todos los que sufrimos la inquietud del sistema capitalista.
Nuestra causa es la vuestra; si permanecéis inactivos cuando vuestros hermanos reciben la muerte abrazados a la bandera roja, daréis con vuestra inacción un rudo golpe a la causa del proletariado.
No nos ocuparemos en demostraros que ha sido a vuestra indiferencia, a vuestra falta de solidaridad, al desconocimiento del deber que tenéis de uniros para precipitar el advenimiento de la revolución a lo que se ha debido el retardo lamentable de la era nueva, en la que existirán la patria universal de los libres y de los hermanos.
Ahora tenéis a la vista la revolución social de México, ¿qué esperáis para obrar?
¿Aguardáis a que este generoso movimiento sea aplastado para llenar el espacio con vuestras protestas, que serán impotentes para volver a la vida a vuestros mejores hermanos y para extirpar de los pechos el desaliento que provocaría el fracaso, fracaso que vosotros mismo habéis preparado con vuestra indiferencia?
Meditad, compañeros, y obrad en seguida, sin pérdida de tiempo, antes de que vuestra ayuda llegue demasiado tarde.
Comprended el peligro en que nos encontramos enfrente de todos los gobiernos del mundo, que ven en el movimiento mexicano la aparición de la revolución social, la única que temen los poderosos de la tierra.
Compañeros: cumplid con vuestro deber.

Dado por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano en la Ciudad de los Ángeles California, USA, a 3 de Abril de 1911.

Ricardo Flores Magón,Librado Rivera Figueroa Anselmo L. Figueroa, Enrique Flores Magón". (De Regeneración)
22 de Abril de 1911





CADA QUIEN SU CLASE

"Proletario: duélete de tu propia condición. Tus hijos anémicos, canijos, mugrientos, reclaman tu atención.
Tu compañera sufre, casi siempre en silencio; las consecuencias de tu docilidad para tus verdugos.
Tú eres el culpable de que tus hijos tengan hambre; sobre tu conciencia debe pesar el dolor y la desventura de los tuyos.
Sí, tú eres el culpable porque desprecias a los de tu clase y admiras, sigues, aplaudes y vitoreas a los ricos, a los que brillan por el oro que han amontonado con tu sudor.
De esa manera como tu mismo forjas las cadenas que te hacen esclavo.
Rebélate proletariado; pero rebélate con los tuyos, quienes como tú, tienen las manos encallecidas por el trabajo y las espaldas encorvadas por las duras tareas.
Mas no te rebeles así como quiera.
No seas fuerza ciega, sino esfuerzo consciente.
Ataca, incendia, derriba, destruye, reparte la muerte.
Llevando en tu cerebro la idea por tu clase, de que vas a emancipar tu clase, de que vas a destruir el derecho de propiedad individual para que la riqueza no siga por más tiempo siendo el patrimonio exclusivo de los ricos y de los intelectuales, esto es, de los hombres de estudios.
Únete a las filas del Partido Liberal Mexicano.
Rechaza indignado a todos aquellos que traten de decirte a que sigas a Madero, porque óyelo bien: Madero es un verdugo, es el verdugo de clase.
Madero es rico y no piensa sino en aumentar su riqueza.
Ayer hizo millones explotando a tus hermanos en sus haciendas.
Ahora quiere hacer millones con la sangre de los humildes.
Despierta, proletario: llama a la vergüenza en tu auxilio.
¿No te sientes humillado ante la altanería del rico?
Te roba el producto de tu trabajo y se mofa de tu mugre y de tus andrajos.
Para el rico tu no eres el creador de la riqueza y del lujo que él goza, sino un "pelado".
Tú haces sus palacios, y si te atreves a llegar a ellos, llamará a la policía para que te lleve a la cárcel.
Tú levantas sus cosechas, más debes cuidarte de rondar por sus almacenes porque puedes morir de un balazo o ir a para a la cárcel.
Tú fabricas las ricas telas y los confortables muebles y tapices que no son para tu compañera ni para tus hijos.
Tú haces todo lo que contribuye a que la vida se más agradable, arreglas los paquetes, construyes y pules las carreteras, compones las calles, tiendes los rieles, haces las casa para tener que pagar tú mismo por habitarlas.
En fin, lo hace todo, todo sale de tus manos creadoras.
Sin embargo, no ganas más que lo estrictamente necesario para que medio repongas las fuerzas perdidas para seguir creando riquezas, riquezas, riquezas.
Obteniendo, para ello el desprecio de los que te explotan; pues para ellos no eres otra cosa que un "plebeyo", un ser de condición inferior, perteneciente al populacho y a la canalla.
Rebélate, indignado, hermano. Ve a tomar las armas; pero no con tus verdugos, no con Madero, sino con tus hermanos los miembros del Partido Liberal Mexicano.
Madero quiere que sigas trabajando como hasta aquí pues la revolución de él solamente beneficia a los hombres de clases encumbradas.
Rebélate con la resolución inquebrante de tomar posesión de la tierra y de los instrumentos de trabajo, para el beneficio de todos.
Recuerda que la tierra vino a quedar en poder de unos cuantos por medio de la conquista, esto es, de la violencia, y por otros medios más o menos malos como el robo, el fraude, la astucia, el agio.
Los que no la obtuvieron por alguno de estos medios la compraron o la recibieron por herencia, si la compraron lo hicieron con el dinero que representaba el sudor de la clase trabajadora.
No es un robo lo que vamos a cometer los liberales mexicanos, sino un acto de justicia, el más hermoso que ha contemplado los siglos, el más sublime de que han sido testigos las edades.
Compañeros: empujad a vuestros compañeros a que trabajen por la felicidad de la familia.
Es una vergüenza que en este siglo haya pobres y ricos, La ciencia ha venido a descubrir que todos somos iguales; que todos, por lo mismo, tenemos derecho de vivir.
Para conquistar este derecho debemos tomar posesión de la tierra y de la maquinaria y no trabajar más para los amos".
(De Regeneración)
13 de mayo de 1911
MUERA EL ORDEN
"¡Ah, el orden! Así gimen en estos momentos, todos los partidos de lo que se llama orden.
El orden es para esas pobres gentes que sólo puede subsistir estando la humanidad sometida a la férula del polizonte, del soldado, del juez, del carcelero, del verdugo y del gobernante.
Pero eso no es el orden.
Yo entiendo por orden; armonía, y la armonía no puede existir mientras haya sobre la superficie del planeta seres humanos que tienen qué comer en abundancia, y seres humanos que no tienen un pedazo de pan que llevarse a la boca.
Si todas las cosa estuvieran bien arregladas, si toda criatura humana tuviera qué comer, tuviera dónde resguardarse de la intemperie sin tener que pagar alquiler de casa, en una palabra, si todos tuvieran lo necesario para vivir con decencia y sin incertidumbre por el porvenir, entonces no habría nadie que se atreviera a decir: yo soy más que tú, ¡obedéceme!
Entonces habría orden porque habría armonía.
Nadie tendría que disputar a otro, nadie tendría envidia a nadie.
Todos seríamos hermanos y saldrían sobrando el polizonte, el soldado, el juez, el carcelero, el verdugo y el gobernante.
Saldrían sobrando porque conquistada la armonía entre los seres humanos por la conquista de la libertad económica el parasitismo de los funcionarios públicos no tendrían ya razón de ser.
Los funcionarios públicos no son, como se cree, los guardianes del orden.
El orden, que es la armonía, no necesita guardianes, precisamente porque es orden.
Lo que si necesita guardianes es el desorden, desorden escandaloso, vergonzoso y humillante para los que no nacimos para esclavos, es el que reina en la vida política y social de la humanidad.
Desorden es que una clase social pese sobre otra clase social, pues no debe existir más que una sola clase; la de los productores, esto es, la de los trabajadores.
La humanidad se convertirá en clase trabajadora, cuando la tierra y la maquinaria pertenezcan a todos, pues entonces todos tendrán que trabajar para comer.
Para mantener el desorden, esto es, para mantener la desigualdad política y social, para mantener los privilegios de la clase alta y tener sometida a la clase baja, es para lo que se necesitan los gobiernos, los carceleros, los jueces, los verdugos y toda una caterva de altos y pequeños funcionarios que chupan las energía de los pueblos de la tierra.
No es para proteger a la humanidad para los que existen esos funcionarios, sino para tenerla sometida, para tenerla esclavizada en beneficio de los que se han dado maña para retener hasta hoy la tierra y la maquinaria.
¡Ah, el orden! Así gimen en estos momentos los partidos del desorden, esto es, los partidarios de la desigualdad social y política de la especie humana.
No; el desorden no es la esclavitud de una parte de la humanidad por otra parte de ella, sino la libertad de toda la especie humana,
Al orden burgués, los mexicanos contestamos con nuestra rebeldía.
Contra ese orden gritamos: ¡muera el orden! Porque es un orden que maniata la libre iniciativa del ser humano, porque es un orden del cuartel o de presidio.



MUERA EL ORDEN
(De Regeneración)
3 de junio de 1911


LA PAZ

"Muy lejos está todavía el día de la paz.

El arreglo Madero- Díaz sólo ha venido a demostrar dos cosas: que Madero no es el jefe de la revolución y que el pueblo no se conforma con el cambio de tirano.
El pueblo quiere una cosa bien definida: la abolición del hambre, y como la boleta electoral no es harina sino papel, quiere algo más substancioso: Pan.
Eso es en cuando a las aspiraciones de los trabajadores.
Por lo que respecta a la burguesía, se ha dividido en diferentes banderías: reyistas, maderistas, obregonistas, "científicos", figueristas, orozquistas y así por el estilo.
El clericalismo, por su parte, levanta la cabeza y se presenta osadamente cono Partido Católico Nacional.
Los que esperaban que esta revolución sería una revuelta de ópera bufa que terminaría con el encubrimiento de un nuevo tirano, están ahora espantados.
La anarquía reina en México, dicen esos pobres de espíritu, sin saber que la anarquía es orden basado en el apoyo mutuo.
Lo que hay en México es estos momentos es el desbordamiento de todas las ansias, buenas y malas; las malas ansias de los caudillos de llegar al poder y oprimir a su vez; las buenas ansias de los libertarios de acabar con los privilegios para establecer la igualdad bajo las firmes bases de la emancipación económica del proletariado.
Madero, es un simple madero flotando sin rumbo en ese mar encrespado.
Díaz es un náufrago que se agarró del "madero" para no perecer ahogado en ese océano de aplastantes pasiones.
¡La Paz! Pobre paja en medio del torbellino revolucionario.
El Partido Liberal Mexicano lucha sin tregua enarbolando su Bandera Roja por todas partes y sosteniendo con vigor su generoso principio: Tierra y Libertad.
El triunfo será para los desheredados si resueltamente se adhieren al Partido Liberal Mexicano".
(De Regeneración)
24 de junio de 1911



TRABAJADORES ABRID LOS OJOS

"La prensa maderista y, en general, la prensa burguesa, continúa su tarea de desprestigio del movimiento del Partido Liberal Mexicano.
Protestamos una vez más, y no nos cansaremos de hacerlo, contra la absurda imputación de que los liberales pretendemos segregar la Baja California para entregarla a los Estados Unidos.
No, mexicanos; no pretendemos hacer tal cosa.
Nuestro movimiento es bastante amplio, y no se reduce a la actividad revolucionaria de Baja California.
No se trata de un movimiento mezquino confiado en un rincón del país, sino de un amplio movimiento en casi todos los Estados de la República Mexicana.
La prensa diaria de México, fijaos bien, habla de persecuciones a cuadrillas de bandidos de todo el país.
No hay tales bandidos: son libertarios, son hombres generosos que no han depuesto sus armas ni las depondrán hasta que los trabajadores sean libres por medio de la toma de posesión de la tierra y de la maquinaria de producción, para el libre uso de todo ello por todos y cada uno de los habitantes.
¿Quién se ha preocupado por los pobres?
¿Bajo la férula de que presidente ha sido feliz la clase trabajadora?
Los gobiernos se han preocupado únicamente por el bienestar de las clases ilustradas y ricas.
Para esas clases si ha habido libertad; para esas clases si ha habido bienestar.
Para el pobre, lo de siempre: el cuartel, el presidio, la ley fuga, el trabajo agobiador, la miseria, el hambre y el desprecio de los que están arriba.
Tantos siglos de servidumbre y tiranía han hecho que los liberales de hoy no confiemos en promesas de aspirantes a la presidencia.
Todos los gobernantes que hemos tenido han ofrecido al pueblo la misma cosa: la libertad y la felicidad del pueblo.
Torrentes de sangre ha costado al pueblo el encumbramiento de sus gobernantes, y el resultado ha sido siempre el mismo; la tiranía y la miseria.
El remedio no es el voto, mexicanos.
El remedio está en vuestras manos: conquistad la emancipación económica.
Libres de patrones y de capataces, seréis libres políticamente.
Nuestros padres y todos los generosos luchadores por la libertad y la felicidad del pueblo mexicano, creyeron que la libertad política era bastante para conseguir la Libertad, la igualdad y la fraternidad.
La experiencia nos ha demostrado que la libertad política es una mentira más o menos bella cuando se trata de los pobres.
Libertad política la hubo y muy amplia bajo la administración del Gran Indio Benito Juárez, y si interrogáis a vuestros padres sobre si fueron felices entonces, os contarán que no. El problema del hambre estuvo en pie bajo la administración de Juárez como sigue estando hoy.
Eso se explica, porque los gobernantes, por bien intencionados que sean, no pueden acabar con la miseria, es preciso que el gobernante ponga en poder del pueblo trabajador la tierra y la maquinaria de producción, y ningún gobernante puede hacer tal cosa desde el momento en que los gobiernos están instituidos precisamente para velar por los intereses de la clase capitalista.
Es una ilusión figurarse que el gobierno es la representación del pueblo.
El gobierno es la representación de la clase capitalista.
El pueblo trabajador no hace otra cosa que nombrar como gobernante a quien las clases ilustradas y ricas quieren imponer.
Es en los bufetes de los abogados, en las oficinas de los comerciantes y de los dueños de negociaciones de todas clases donde se encogen los hombres que han de tener por misión el gobierno del País,
De esos bufetes, de esas oficinas no pueden salir hombres pertenecientes a la clase trabajadora, sino simples burgueses cuyo interés no es otro que prolongar la agonía de los humildes, que refrenan la ansia de libertad y de justicia de los proletarios, que tener la ignorancia y en la miseria a los trabajadores, convencidos de que el hombre se envilece por la miseria y el sufrimiento, y un hombre envilecido no piensa en su redención.
Mexicanos: se os engaña cuando se os dice que con el derecho de votar vais a ser libres.
Comprended de una vez que hay dos clases sociales que nada tienen en común: la de los ricos y la de los pobres.
Los ricos quieren que siempre haya pobres, porque gracias a la desigualdad social pueden vivir en la holganza.
Los pobres, por el contrario, no quieren que haya ricos, porque sin ellos no habrá quien los explote.
Entre estas dos clases debe existir necesariamente un estado de guerra hasta que los pobres tomen posesión de la tierra y de la maquinaria de producción, cosa que logrará por medios pacíficos, sino por medio de la violencia.
Los que tienen en su poder la riqueza, no van a conseguir de que se les despoje de ella, y si esperásemos que por medio de la ley se declarase la expropiación de los bienes que detentan los ricos, sería tanto como pretender un imposible.
Contra una ley semejante, se levantarían en armas todos los explotadores.
En vista, pues, de que una reacción de la burguesía para defender sus bienes será la violencia, el Partido Liberal Mexicano considera que es indispensable que los desheredados hagan uso de la fuerza para obtener los bienes materiales que necesitan para ser verdaderamente libres.
Ni Madero ni ningún otro hombre podrá hacer libre a la clase trabajadora; es la clase trabajadora misma la que tiene que luchar por su libertad, uniéndose resueltamente al Partido Liberal Mexicano que esta propuesto a no rendir las armas, pues por medio de ellas tendrá que arrebatar de las manos de los poderosos estos dos grandes bienes que tiene inscritos en la gloriosa Bandera Roja: Tierra y Libertad".
(De Regeneración)

1º. De julio de 1911


A LOS TRABAJADORES MEXICANOS


Compañeros:
La prensa diaria informa de nuestras huelgas que están teniendo lugar en muchas partes de nuestro infortunado país.
La misma prensa da cuenta de como sois tratados los huelguistas por parte de la nueva Dictadura Madero-De la Barra.
Por esa prensa se sabe que se os está asesinando en diferentes partes del país por los llamados soldados del Ejército libertador.
Esto os enseñará que no debéis esperar protección del gobierno.
El gobierno está instituido para proteger a los ricos y para aplastar a los pobres.
El gobierno no tiene corazón.
No esperéis enternecer al gobierno con el cuadro de la miseria de vuestros pobres hogares.
En vano mostraréis al gobierno el dolor conjunto de vuestros hijos enflaquecidos por el hambre y de vuestra leales y sufridas compañeras extenuadas por las privaciones y la desnudez.
A vuestras demandas de pan, responderán las ametralladoras del gobierno y con el hierro y con el fuego se acallarán los gritos angustiados de vuestros estómagos vacíos.
Para el proletario no hay justicia precisamente porque es pobre y la ley sólo sirve para ultrajar y befar al pobre.
Esto os enseñará, compañeros, a no pedir.
Es necesario tomar. Armaos, compañeros, Armaos, hermanos de miseria y de cadena.
No os declaréis más en huelga: tomad posesión de la fábrica, del taller, de la mina, del campo.
Desconoced resueltamente el derecho de propiedad que es un derecho inicuo que condena a una mayor parte de la humanidad, a la gran mayoría de la humanidad, a estar sujeta a la voluntad de los ricos.
Declarad guerra a muerte a los ricos, tomad todo lo que ellos poseen para que, de hoy en adelante: tierra, minas, fábricas y talleres sirvan para el uso y disfrute de todos, hombres y mujeres.
De este modo conquistaréis vuestra emancipación económica que es la base de todas las libertades.
Los ricos son libres precisamente porque no dependen económicamente de nadie.
Lo que se gana por medio de las huelgas es ilusorio.
Suponed por un momento que por falta de solidaridad entre los mismos ricos ganaseis una huelga.
Trabajéis ocho horas y vuestros salarios serán un tanto mejores; pero entonces vuestros amos tendrán más caro lo que producís y os encontraréis, sino en una condición peor, al menos igual a la que os hacia sufrir ante la huelga, y la agonía de vosotros y de la de los vuestros continuará como siempre.
No abandonaréis el lugar de trabajo ni os crucéis de brazos tomad posesión de la mina, del taller, de la fábrica, del campo; trabajad bajo un pie de igualdad y estableced un sistema de intercambio de productos.
Fúndense almacenes en que se depositen los productos de toda clase y a los cuales tengan acceso todos aquellos que hayan contribuido con su trabajo a la producción, para que tomen de ellos lo que necesiten.
Todo esto es posible, compañeros, No se necesita más que una cosa: no reconocer a los patrones el derecho de apropiarse una parte de la producción.
Si el patrón quiere comer, debe empuñar él mismo la herramienta y trabajar codo con codo con sus esclavos emancipados ya.
Armaos, compañeros.
Haced buen acopio de la dinamita y de nitroglicerina.
Contra la fuerza brutal de nuestros verdugos, debemos emplear los oprimidos la fuerza bruta también.
Con ruego no se obtiene otra cosa que el desprecio de los de arriba.
Escupid el rostro de los que dicen "todavía no es tiempo".
Abofetead al que se atreva a deciros: "es preciso que los trabadores se eduquen primero para que puedan gozar e tales beneficios".
Esos, compañeros, son los que quieren vivir a costa de vuestro sacrificio y de vuestro infortunio.
Ellos saben bien que en las condiciones en que vivís, nunca podréis educaros.
Ellos saben bien que desde niño, tiene el proletario que abandonar la escuela para alquilar sus bracitos a los maldecidos capitalistas.
Ellos saben bien que después del trabajo agobiador de cada día, no tenéis otro deseo que el de descansar para volver a reanudar al día siguiente la tarea de presidiario que os veis obligado a ejecutar por unos cuantos centavos.
¿Cómo podríais educarlos así?
Y aun cuando pudierais educaros, en las escuelas oficiales se enseña al niño precisamente lo contrario de lo que debe enseñársele para que cuando hombre ya, pueda emanciparse.
En las escuelas se enseña a los niños a respetar todo aquello que debe ser cordialmente odiado.
En el cerebro tierno de la infancia se prenden ideas erróneas que más tarde es muy difícil hacer que desaparezcan.
Se enseña al niño a considerar a su patrón como su segundo padre.
Se enseña al niño a odiar a los hombres de otra raza distinta a la suya.
Se enseña al niño a considerar al capitalista como a un hombre que se ha deslomado para amasar una fortuna.
Se enseña al niño a venerar un trapo de determinado color al que hay que defender, aunque no tenga un palmo de tierra de la patria.
Se enseña al niño a considerar al gobernante como un individuo que resume en sí el poder de todo el pueblo, cosa que es una solemne mentira, porque el gobernante no pertenece más que a la clase privilegiada, cuyos intereses defiende, intereses que, por lo demás, son diametralmente opuestos a los de la clase proletaria.
Con una educación así, se forman esclavos, pero no hombres libres.
Así, pues compañeros de miseria y de esclavitud, abrid los ojos.
Enarbolad la Bandera Roja de los humildes de la tierra y gritad: ¡Mueran los ricos! ¡Viva Tierra y Libertad!
Si así lo hacéis, el movimiento reivindicador del Partido Liberal Mexicano que ésta en pie, recibirá un vigoroso impulso y arrancará hasta las más profundas piedras el cimiento del odioso edificio de la sociedad vieja y prostituida, para elevar el edificio de la Sociedad Nueva de justicia y amor.
Compañeros: Uníos resueltamente al Partido Liberal Mexicano que es el de vuestra clase.
Recordad que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos.
Romped las boletas electorales y con vuestra saliva arrojadlas a la cara de Madero".
(De Regeneración)

29 de julio de 1911


HACIA EL COMUNISMO

"Nuestra conducta, siempre digna, nos permite dirigir la palabra a todos aquellos que han asumido una actitud diametralmente opuesta al espíritu de ánimo de la revolución triunfante".
Estas palabras son de Juan Sarabia y las tomo de un artículo escrito por él en "El Diario del Hogar", de la ciudad de México, bajo ese título: "Democracia, no Anarquía".
Es largo el artículo, pero poco dice.
Se reduce a manifestar que el pueblo mexicano es ignorante y que, por lo mismo, no entiende nuestros principios, y se tira por todo lo alto con estas palabras: ¿Qué conciencia puede tener la inmensa mayoría de un pueblo que ha vivido treinta y cinco años en la opresión y el la ignorancia, de esas altas filosofías, de esas revolucionarias doctrinas sociológicas que ni cerebros preparados y cultos pueden digerir fácilmente?
La mayor parte del artículo de concreta a invitarnos a que digamos a nuestros hermanos libertarios que depongan las armas y se retiren a sus hogares.
Los liberales no hemos asumido una actitud diametralmente opuesta al espíritu que animó la revolución que Juan llama "triunfante".
Nosotros no creemos que Madero es la revolución.
Tampoco creemos que los proletarios que militaros bajo las ordenes de Madero hayan empuñado el fusil con el único deseo de ganar "Sufragio efectivo y no reelección".
En tal cerebro de esos proletarios alentaba la idea de cambiar de condición.
Las gentes sencillas creyeron que se trataba de acabar con la miseria, que se trataba de hacer algo a favor de los humildes.
Madero mismo comprendió cual era el espíritu de la revolución y, para atraerse a nuestro hermanos proletarios, les decía, por medio de sus agentes, que nosotros estábamos de acuerdo con él, y hacia promesas de dar tierra y de dignificar al trabajador.
Nosotros no nos unimos a Madero; pero desde que se inició la insurrección, mejor dicho desde el primer número de "Regeneración", en Septiembre del año pasado, advertimos a los trabajadores que lucharan por el exclusivo beneficio de su clase y que desconfiasen de los movimientos encabezados por la clase ilustrada y rica que promete mucho a los pobres para ser ayudados por éstos, olvidándose de sus promesas cuando ven cumplidas sus ambiciones.
Ahora se están convenciendo los trabajadores de que fueron víctimas del engaño, pues el Gobierno no puede ponerlos en posesión de la tierra y de la maquinaría de producción, y es por eso por lo que el movimiento esencialmente económico del Partido Liberal Mexicano está siendo día con día reforzado por cientos de soldados maderistas que, con armas y bagaje, se lanzan a luchar bajo la bandera roja del proletariado, sostenida por los liberales que luchan por Tierra y Libertad.
La prensa capitalista anuncia con pavor que los maderistas, que están resistiendo a ser desarmados, se resisten porque los agentes de Madero les dijeron que luchaban por lo mismo que continúa luchando el Partido Liberal Mexicano.
La misma prensa capitalista anuncia, casi a diario, que los soldados maderistas están pasando a las filas liberales.
La misma prensa capitalista espantada, está acusando a Madero por haber hecho promesas, entre ellas las de la tierra, que no puede cumplir.
La misma prensa capitalista da noticias diarias que la huelga general casi toda de carácter revolucionario.
La toma de posesión de la tierra por los habitantes del Estado de Morelos, por los peones del campo del Estado de Yucatán, por los compañeros Yaquis del Estado de Sonora, por los indios de las márgenes de Playa Vicente, en Veracruz, etc., etc...
La misma Prensa capitalista da cuenta del movimiento del Partido Liberal Mexicano en casi todo los Estado de la República, movimiento puramente económico.
Ve, pues, Juan Sarabia, que nosotros no hemos asumido una actitud diametralmente opuesta al espíritu que animó y ANIMA actualmente la revolución.
Naturalmente los políticos de las clases directoras quisieron detener el movimiento revolucionario con la caída de Díaz para sentar a Madero en el Sillón Presidencial.
Pero los liberales que no nos conformamos con eso y queremos que la lucha llegue a su fin.
El fin que espanta a los convenencieros, a los cobardes, a los que se sienten con fuerza para acometer una empresa titánica, pero salvadora: la toma de posesión de la tierra, de la maquinaria de producción y de los medios de transportación para el uso y disfrute de todos y cado uno de los habitantes de México, hombres y mujeres.
Este fue el espíritu de la revolución y sigue siéndolo, por supuesto, radicalizándose cada vez más, como que cada día despiertan nuevas conciencias y el movimiento toma mejor orientación.
Ya ves Juan Sarabia que no se necesita un pueblo de sabios ni de filósofos para que haya revolución económica.
Se necesita solamente un pueblo de valientes, y valientes que están mostrando los mexicanos en su tarea de aplastar el privilegio que tienen los ricos de aprovecharse del trabajo humano, y el privilegio que se arrogan los gobernantes de declararse amos de los pueblos.
El pueblo mexicano es ignorante en su mayoría; pero es inteligente y comprende que su salvación no está en elegir un nuevo gobernante, sino en tomar posesión de la fábrica, del taller, de la mina, del campo, del barco, del ferrocarril, de todo, en fin, para que ya no haya hambre, para que todos seamos iguales y hermanos,
Compañeros trabajadores; continuad ingresando al Partido Liberal Mexicano.
No esperéis nada bueno de los gobiernos.
Haceos justicia desconociendo el derecho de propiedad individual.
Que todo sea para todos.
No esperéis a que este hecha la paz para que un gobierno misericordioso ponga en vuestras manos todo lo que existe.
Tomad inmediata posesión de todo".
(De Regeneración)

29 de julio de 1991


LOS PLEBEYOS DEBEMOS ARREGLAR LAS COSAS

"¡Romperé la Constitución y el Plan de San Luís...!"
"Estas fueros las airadas palabras que salieron de los labios del "apóstol" de la Democracia, Don Francisco I. Madero, cuando una comisión de potosinos se acercó a él pidiéndole que no apoyara la candidatura del Doctor Cepeda para la Gubernatura de San Luís Potosí.
Asegura la comisión potosina que conforme a la Constitución no puede se Gobernador el Doctor Cepeda, porque no nació en el Estado.
Ni ha vivido en él por un espacio de cinco años.
Por otra parte. Alega la comisión Potosina que el Plan de san Luis ofrecía el "sufragio efectivo" y que, por lo tanto, madero no debe imponer candidaturas.
Cuando oyó esto el tiranuelo dijo rojo de rabia: "Cepeda debe ser Gobernador, y para seguirlo, romperé la Constitución y el Plan de San Luís".
Maderistas de buena fe; mucho os he hablado sobre la inocencia de los pueblos que creen en las promesas de los que ambicionan encaramarse sobre sus hermanos.
Madero fue ayer el defensor de la Democracia.
¿Qué es ahora que ya consiguió?:encaramarse sobre los hombros del pueblo? ¡Un tirano!
La ley, lo repito una vez más, es el trapo de suelo de los gobernantes.
No luchemos para encaramar a nadie sobre nuestros hombros.
Luchemos por conquistar algo efectivo: la tierra y la maquinaría de producción.
Maderistas: imitad el noble ejemplo de muchos de vuestros hermanos que han desertado de las filas del maderismo, para unirse a los liberales que luchan con entusiasmo para obtener la libertad económica al grito sublime de ¡Tierra y Libertad!
No esperéis que un gobierno ponga en vuestras manos la tierra.
El taller, la fábrica, la mina, el barco, el ferrocarril, todo lo que es necesario para la producción y distribución de la riqueza.
Esto debemos tomarlo con las armas en la mano desconociendo el "derecho" que los capitalistas se otorgan a sí mismos, de retener en sus manos lo que las manos de los trabajadores han hecho.
Neguemos resueltamente ese "derecho" que es inicuo; que no se derrame más sangre para encumbrar ambiciosos.
Que se derrame, sí, toda la que sea necesaria, para que no haya miseria, para que todos tengan que comer, para que no haya hombres que tengan a su servicio otros hombres, para que todos seamos iguales, hermanos, libres y tan felices como humanamente se pueda serlo.
Todo esto seguirá si nos apartamos todos de la política y luchamos resueltamente para arrancar de las manos de los ricos todo lo que detentan para que sea de todos.
Arriba, pues, soldados maderistas.
Enarbolad la Bandera Roja poniendo en ella esta inscripción en letras blancas: Tierra y Libertad.
Volved la boca de vuestro fusiles contra Madero, contra De la Barra, contra cualquiera que pretenda gobernar.
Por donde quiera que vayáis, aconsejad a los peones que trabajen las haciendas por su cuenta.
A los mineros decid que traigan los metales y el carbón también por su cuenta.
A los obreros de las fábricas invitadlos a que hagan lo mismo y así sucesivamente.
Aconsejad que formen grandes almacenes con lo que produzcan los trabajadores, para que todos los que hayan contribuido a la producción, tengan derecho a tomar lo que necesiten.
Hombres de buena voluntad pueden levantar estadísticas de todo lo que existe en los almacenes de la burguesía para que las comunidades sepan con qué elementos se cuenta para la subsistencia de la misma mientras se ara la tierra, se siembra el grano y se recoge la primera cosecha.
Mientras en las fábricas, en las fundiciones, en los talleres, en las minas, se activa la producción de todo lo que sea NECESARIO.
Hágase libre uso de los ferrocarriles, barcos y otros medios de transportación y distribución de los efectos elaborados, de los granos cosechados, de todo lo que necesiten otras comunidades productoras, las que harán otro tanto con lo que necesiten las primeras, estableciéndose así un intercambio de productos de las comunidades.
Todo eso es sencillísimo, para llegar a ello no se necesita la intervención del polizonte ni del gobierno.
Se necesita: buena voluntad.
Dejémonos los pobres de confiar de que los "inteligentes" piensen por nosotros: pensemos con nuestra cabeza.
Dejémonos de romper las crismas unos con otros por elevar a la Presidencia a este o aquel individuo.
Lo primero es comer, trabajar menos, habitar casas sanas que, después, habrá tiempo bastante para educarnos.
Pero todo eso hay que obtenerlo por la fuerza.
No hay que esperar nada de ningún gobierno porque estos no son otra cosa que los guardianes de la clase capitalista.
Ya es tiempo de que la plebe arregle las cosas.
Ya es tiempo de que los pobres, los eternos humillados, los eternos esclavos, nos resolvamos a hacer algo digno de la cultura del siglo. ¡Abajo los ricos! ¡Viva Tierra y Libertad! ¡Muera el hambre!"
(De Regeneración)
5 de agosto de 1911





A LOS HUELGUISTAS Y A LOS TRABAJADORES EN GENERAL

"Las circunstancias especiales en que se encuentra el país son excepcionalmente propicias para que los trabajadores se aprovechen de ello y conquisten, de una vez para siempre, su libertad económica.
El capital y la autoridad se desquician en la casta extensión del territorio nacional a los golpes reivindicadores del Partido Liberal Mexicano.
Los negocios se suspenden; las fábricas, los talleres, las minas cierran las puertas; en las haciendas yacen inactivos los instrumentos de agricultura.
El tráfico ferrocarrilero denuncia una baja considerable en las transportaciones; el pánico producido por la actividad de los liberales que luchan por la Tierra y Libertad, determina la explotación de millones de cabezas de ganado de todas las clases, de las haciendas de madero, Treviño, terrazas y otros bandoleros.
La desobediencia plausible de los soldados maderistas que no rinden las armas; la división de la clase capitalista en un sin número de banderías; la ruptura de las relaciones amigables entre madero y De la Barra.
El reyismo preparándose para el cuartelazo; la clerigalla asomando la cabeza y enarbolando audazmente la bandera negra del retroceso.
El caciquismo flaqueando a los pueblos con la rabia del que se siente perdido y orillado a tomar resoluciones extremas.
Los "científicos" afilando el puñal que ha de atravesar el corazón de reyes y dado el carácter de Madero un puntapié para hacerlo llegar más pronto al fondo del sepulcro que con sus ambiciones bastardas ahondó él mismo.
Los rescoldos del odio entre maderistas y federales avivados por el soplo oportunismo de las ambiciones de los jefes de ambos bandos.
El ansia del poderío y de grandeza de los politicastros de todos los matices, soliviantando las pasiones de las masas con los beneficios ilusorios de la boleta electoral.
Las legislaturas u asambleas municipales disueltas por las fuerza, cuando no se presentan a servir a un cacique les ofrece menos que el cacique que regatea esos rebaños de "representantes del pueblo".
Los combates frecuentes entre maderistas por cuestiones de supremacías.
La huelga general desconcertando por igual a amos y tiranos; el ejército de los "sin trabajo" desfilando por las calles y las plazas de las ciudades.
Las multitudes hambrientas y enflaquecidas comenzando a lanzar miradas hacia los palacios de la espantada burguesía.
La toma por medio del saqueo de las existencias de las tiendas y de las fábricas por mujeres, niños y ancianos.
Los peones vengando seculares agravios con el incendio de sembrados y la muerte de los amos.
Todo esto es el caos, la ebullición formidable de todas las tendencias buenas y malas, de toas las ambiciones, de todos los apetitos.
El crimen y la virtud, el bien y el mal, lo grande y lo pequeño.
Todo contribuyendo a avivar el fuego que tendrá como consecuencia o la total desaparición de una raza si ésta es incapaz de regenerarse por medio de la lucha y se somete cobarde a sus verdugos, o su luminosa regeneración si sin cobardía continúan la lucha hasta su fin: la emancipación económica, política y social del pueblo mexicano.
Compañeros mexicanos: en estos momentos solemnes de la historia de las luchas de la humanidad por su progreso y su perfección millones de ojos os contemplan a través de los océanos desde otros continentes; desde otras tierras, con la emoción del que opera una resolución definitiva de vida o de muerte.
Sabedlo, trabajadores mexicanos, vuestro triunfo será la aurora de un nuevo día para todos los oprimidos de la tierra, así como vuestra derrota determinará el remache de las cadenas de todos los trabajadores del mundo.
Cientos de huelgas se registran en estos momentos en todo el país de carácter más o menos revolucionario.
Hasta hoy, las mejores huelgas han sido las de los peones del campo del estado de Yucatán, porque los compañeros trabajadores no han asumido esa actitud inofensiva de dejar caer la herramienta y cruzarse de brazos en espera de mejores salarios y reducción de horas de trabajo.
Los peones de las haciendas yucateca han tomado posesión de muchas de ellas y las están trabajando por su cuenta, desconociendo resueltamente el derecho de los ricos de tener a salario a los trabajadores.
Otros actos notables de reivindicación de los derechos del os productores, han sido la toma de posesión de las tierras de los habitantes del estado de Morelos, para trabajar sin amos, pues se ha desconocido a éstos el derecho de propiedad.
La toma de posesión de las tierras de los camarada yaquis y la heroica lucha de éstos contra las fuerzas de Madero que pretenden desalojarlas de sus tierras.
La toma de posesión de las tierras de algunos pueblos de las costas de sotavento de Veracruz.
La toma de posesión de las tierras de algunas comunidades indígenas del estado de Jalisco.
En otros estados de está haciendo lo mismo por poblaciones dignas que han perdido la fe en los gobiernos y que hacen justicia por su propia mano.
Las huelgas de carácter revolucionario se han concretado a volar fábricas con dinamita, a arrancar plantíos, a desplomar minas, peor hay que reflexionar sobre esto.
Si se destruye la maquinaria, poco se ganará.
Hay que tomar resueltamente posesión de las fábricas, de los talleres, de las minas, de las fundiciones, etcétera.
En lugar de dejar caer las herramientas y cruzarse de brazos, en lugar de destruir el patrimonio común.
Compañeros, hermanos trabajadores, seguid trabajando; pero con una condición: de no trabajar para los patrones, sino para vosotros y vuestras familias.
Dejad en pie la fabrica, no desploméis la mina, no arraséis, los sembrados y aprovechaos de todo.
Mientras vuestros hermanos liberales se baten con los sicarios del capital y la autoridad, continuad vuestro trabajo y armaos también, para defender lo que ya es vuestro.
No penséis de que los ricos tienen derecho a explotaros.
Ese derecho es criminal, porque todo lo que tienen los ricos ha sido de vuestras manos o es bien natural, común a todos, como la tierra, los bosques, los ríos.
Trabajad para que nada os falte durante esta tremenda lucha contra todas las opresiones.
Los trabajadores del campo surtirán de víveres y de materia prima a los trabajadores de las fábricas y de los talleres y, recíprocamente, los trabajadores de las fábricas y los talleres surtirán a sus hermanos del campo de herramientas, vestidos, etcétera.
Lo mismo harán los trabajadores de las minas, de las fundiciones, de las construcciones de casas, quedando establecido un intercambio de productos, para cuya distribución hay que usar libremente los ferrocarriles y todos los medios de transportación de materia prima o elaborada.
Compañeros: La ocasión es propicia para que los trabajadores conquisten su libertad económica.
La autoridad es en estos momentos una pluma a merced de todos los vientos.
El capital es un trono minado hasta sus cimientos.
No se necesita otra cosa para triunfar, que desconocer el derecho de la propiedad individual y dar el golpe de gracia a la autoridad.
¡Manos a la obra, camaradas! A tomar posesión inmediata de todo cuanto la
Naturaleza nos brinda y la mano y el cerebro del hombre ha creado.
La huelga no es redentora, La huelga es una vieja arma que perdió su filo dando golpes contra la solidaridad burguesa y la ley de hierro de la oferta y la demanda.
La huelga no es redentora porque reconoce el derecho de propiedad, considera que el patrón tiene derecho a quedarse con parte del producto del trabajo humano.
Se gana una huelga; pero el precio de los productos aumenta y la ganancia para el trabajador es perfectamente ilusoria.
Lo que antes de la huelga valía, por ejemplo, un centavo, después que ha sido ganada la huelga valdrá dos, con lo que el capital nada pierde y si pierde el trabajador.
La abolición de la miseria se obtendrá cuando el trabajador se haga el propósito de desconocer el derecho de propiedad.
Mexicanos: este es el momento oportuno.
Tomad posesión de todo cuanto existe. No paguéis contribuciones al gobierno; no paguéis renta de la casa que ocupáis.
Tomad las haciendas para trabajar la tierra en común, haciendo uso de la excelente maquinaria que tienen los burgueses.
Quedaos con fábricas, talleres, minas, etcétera.
Así acabaréis con la miseria, así os dignificaréis ante los ojos inteligentes que en estos momentos solemnes dirigen sus miradas hacia México.
No tengáis miedo a la muerte; tened miedo a la humillación de ser esclavos, de ser apaleados, de ser vistos con desprecio por los señores barrigones que os explotan.
Escupid el rostro de los que dicen que todo se puede conseguir por medios pacíficos.
Escupid al rostro de los que os prometen redimiros para cuando estén en el poder. A ésos, ¡Ahorca
Con que, camaradas: ¡A la expropiación!"
(De Regeneración)
2 de septiembre de 1911



EL PUEBLO MEXICANO ES APTO PARA EL COMUNISMO


"Los habitantes del estado de Morelos, así como los del Sur de Puebla, de Michoacán, Durango, Jalisco, Yucatán y otros estados, en que vastas extensiones territoriales han sido invadidas por multitudes proletarias que se han dedicado desde luego a cultivarlas demuestran al mundo entero, con hechos, que no se necesita una sociedad de sabios para resolver el problema del hambre.
Para llegar al resultado práctico de la toma de posesión de la tierra y de los instrumentos de trabajo en México, no se ha necesitado de "líderes ", de "amigos" de la clase trabajadora, ni ha hecho falta "decretos paternales", "leyes sabias" ni nada de eso.
La acción lo ha hecho y la esta haciendo todo.
México marcha hacia el comunismo más aprisa de lo que esperábamos los más exaltados revolucionarios y el gobierno y la burguesía se encuentran ahora sin saber que hacer en presencia de hechos que creían muy lejanos todavía de que se realizasen.
No hace aún tres meses de que Juan Sarabia, en una extensa y fastidiosa carta abierta dirigida a mí y que fue publicada por casi toda la prensa burguesa de México, me decía que la clase trabajadora no entendía lo que predicábamos y que el pueblo estaba satisfecho con la conquista de la revuelta de Madero; la boleta electoral.
Los hechos lo van demostrando que no somos unos ilusos los liberales y que luchamos convencidos de que nuestra acción y nuestra propaganda responden a las necesidades y al modo de pensar de la clase pobre de México.
El pueblo mexicano odia, por instinto, a la autoridad y a la burguesía.
Todo aquel que haya vivido en México se habrá cerciorado, de que no hay individuo más cordialmente odiado que el gendarme; que la palabra "gobierno" llena de inquietud a las personas sencilla; que el soldado, en todas partes admirado y aplaudido, es visto con apatía y desprecio; que toda persona que no se gana el sustento con el trabajo de sus manos es odiada.
Esto es ya más que suficiente para una revolución social de carácter económico y antiautoritario; pero hay más.
En México viven unos cuatro millones de Indios, que hasta hace veinte o veinticinco años vivían en comunidades, poseyendo en común la tierra, las aguas y los bosques.
El apoyo mutuo era la regla en esas comunidades, en las que la autoridad sólo era sentida cuando el agente de la recaudación de rentas hacía su aparición periódica o cuando los rurales llegaban en busca de varones para hacer los ingresar a la fuerza al ejército.
En estas comunidades no había jueces, ni alcaldes, ni carceleros, ni ninguna polilla de esa clase.
Todos tenían derecho a la tierra, al agua para los regadíos, al bosque para la leña y a la madera para construir sus jacales.
Los arados andaban de mano en mano, así como las yuntas de los bueyes.
Cada familia labraba la extensión del terreno que calculaba ser suficiente para producir lo necesario, y el trabajo se escarda y de levantar las cosechas se hacía en común, reuniéndose toda la comunidad hoy, para levantar la cosecha de Pedro, mañana para levantar la de Juan y así sucesivamente.
Para fabricar un jacal, ponían manos a la obra todos los miembros de la comunidad.
Estas sencillas costumbres duraron hasta que, fuerte la autoridad por la pacificación completa del país, pudo garantizar a la burguesía la prosperidad de sus negocios.
Los generales de las revueltas políticas recibieron grandes extensiones de terrenos; los hacendados ensancharon los limites de sus feudos; los más viles politicastros obtenían como baldíos terrenos inmensos, y los aventureros extranjeros obtuvieron concesiones de tierras, bosques, aguas, de todo.
Quedando nuestros hermanos indios sin un palmo de tierra, sin derecho a tomar del bosque ni la más pequeña rama de un árbol, en la miseria más abyecta, despojados de todo lo que era de ellos.
En cuanto a la población mestiza, que es la que forma la mayoría de los habitantes de la república mexicana, con excepción de la que habitaban las grandes ciudades y los pueblos de alguna importancia, contaba igualmente con tierras comunales, bosques y agua libre, lo mismo que la población indígena.
El mutuo apoyo era igualmente la regla; las cosas se fabricaban en común; la moneda casi no era necesaria, porque había intercambio de productos.
Pero se hizo la paz, la autoridad se robusteció, y los bandidos de la política y del dinero robaron descaradamente las tierras, los bosques, todo.
No hace aún cuatro años, todavía podía verse en los periódicos de oposición que el norteamericano X, o el alemán Y o el español Z habían encerrado a su población entera en los límites de "su" propiedad con la ayuda de la autoridad.
Se ve, pues, que el pueblo mexicano es apto para llegar al comunismo, porque lo ha practicado, al menos en parte, desde hace siglos, y eso explica por qué, aun cuando la mayoría es analfabeto, comprende mejor que tomar parte en farsas electorales para elevar verdugos.
Es preferible tomar posesión de la tierra, y la está tomando con grand escándalo de la ladrona burguesía.
Ahora sólo resta que el obrero tome posesión de la fábrica, del taller, de la mina, de la fundición, del ferrocarril, del barco, de todo en una palabra.
Que no se reconozcan amos de ninguna clase y ese será el final del presente movimiento.
¡Adelante, camaradas!"
(De Regeneración)
9 de septiembre de 1911


EL GOBIERNO Y LA REVOLUCIÓN ECONÓMICA

"Al trote andan los señores del gobierno mexicano tratando de resolver, a su manera, el problema del hambre.
Cuando los que gobiernan consideran serias las aspiraciones de los pueblos, se apresuran a obrar de una manera que, sin comprometer los intereses de la clase rica –de los que son celosos guardianes-, calme aunque sea por un momento, el ímpetu revolucionario de las masas.
Ya nadie niega en México que la revolución marcha a pasos agigantados hacia el comunismo.
El espanto de la burguesía se refleja en su prensa.
El Imparcial del 30 de agosto, en un editorial titulado "El Plan de Texcoco y la revolución es la revolución", asegura que el sentimiento que ha predominado en la revolución es el de la explotación de la tierra de las manos de los ricos, y juzga, por lo tanto, natural, que los habitantes de varios estados de la República estén tomando posesión de la tierra –palabras textuales—sin permiso de sus dueños".
La intensa agitación que están provocando en todo el país los grupos liberales armados; los diarios combates que éstos sostiene contra las fuerzas maderistas y federales, el clamor inquietante de todo un pueblo que no quiere otra cosa sino ¡tierra! ¡Tierra! ¡Tierra!, han hecho que el gobierno simule preocuparse por los pobres, y, según la prensa burguesa, está ya por resolverse el problema agrario.
Dicen los periódicos capitalistas que el gobierno va a comprar vastas extensiones territoriales, las que serán fraccionadas y repartidas entre agricultores, QUE TENDRÁN QUE PAGARLAS en plazos más o menos largos.
Esto, mexicanos, es una engañifa miserable de vuestros verdugos.
Tengamos bien entendido que no tratamos de comprar tierra, sino de tomarla, desconociendo el derecho de propiedad.
Lo que el gobierno llama solución del problema agrario no es tal solución, porque de lo que se trata es de crear pequeña burguesía rural, quedando de ese modo la tierra en más manos, sin duda, de lo que está actualmente; pero no en todos y cada uno de los habitantes de México, hombre y mujeres.
De lo que se trata es de que todos sean dueños de la tierra y no unos cuantos que tengan con qué pagarla.
Por otra parte, el gobierno se daría mañas para que los agricultores pobres no pudieran hacer pagos, y entonces serían recogidas las tierras por falta de pago y los pobres quedarían tan pobres como siempre, o peor.
Pero aun suponiendo que no se tuviese que pagar nada por un pedazo de tierra ¿de dónde podrían sacar elementos los pobres, tanto para cultivarlas como para sostenerse ellos y sus familias durante el tiempo que transcurre desde que se comienzan los trabajos hasta la recolección de las cosechas?
¿No tendría que pedir fiado al tendero, al agiotista, a todo el mundo, de manera que al levantar sus cosechas nada aprovecharía de ellas?.
Por el sólo hecho de no quedar abolido el derecho de la propiedad individual, ¿no quedarían los agricultores pobres a merced, como siempre, del poder absorbente del gran capital?.
Los grandes propietarios rurales harán una terrible competencia que éstos no podrían resistir y se verían obligados a abandonar el pedazo de tierra que la hipocresía gubernamental hubiera puesto en sus manos en los momentos del peligro para el principio de autoridad, como es el actual.
No os dejéis engañar, mexicanos, por lo que, temerosos de vuestras acciones revolucionarias, tratan de adormeceros con reformitas que no salvan.
El gobierno ha comprendido que os rebeláis porque tenéis hambre, y trata de calmar vuestra hambre con una miga de pan.
Entended que hay que abolir el derecho de propiedad privada de las tierras y de las industrias, para que todo: tierra, minas, fábricas, talleres, fundiciones, aguas, ferrocarriles, barcos, ganados, sean propiedad colectiva, dando muerte de este modo a la miseria, muerte al crimen, muerte a la prostitución.
Todo eso hay que hacerlo por la fuerza a sangre y fuego.
Los trabajadores por sí solos, sin amos, sin capataces, deben continuar moviendo las industrias de toda clase, y se concertarán entre sí los trabajadores de todas las industrias para organizar la producción y la distribución de las riquezas.
De esa manera nadie carecerá de nada durante la presente revolución".
(De Regeneración)
23 de septiembre de 1911


MANIFIESTO

"Mexicanos:
La junta organizadora del Partido Liberal Mexicano ve con simpatía vuestros esfuerzos para poner en práctica los altos ideales de emancipación política, económica y social, cuyo imperio sobre la tierra podrá fin a esa ya bastante larga contienda del hombre contra el hombre, que tiene su origen en la desigualdad de fortunas que nace del principio de la propiedad privada.
Abolid ese principio significa el aniquilamiento de todas las instituciones políticas, económicas, sociales, religiosas y morales que componen el ambiente dentro del cual se asfixia la libre iniciativa y la libre asociación de los seres humanos.
seres que se ven obligados, para no perecer, a entablar entre sí una encarnizada competencia, de la que salen triunfantes, no los más buenos, ni los más abnegados, ni los mejor dotados en lo físico, en lo moral o lo intelectual, sino los más astutos, los más egoístas, los menos escrupulosos, los más duros de corazón, los que colocan su bienestar personal sobre cualquier consideración de humana solidaridad y de humana justicia.
Sin el principio de la propiedad privada no tiene razón de ser el gobierno que sólo es necesario para tener a raya a los desheredado de sus querellas o de sus rebeldías contra los detentadores del la riqueza social.
Ni tendrá razón de la iglesia, cuyo exclusivo objeto es estrangular en el ser humano la innata rebeldía contra la opresión y la explotación, por la prédica de la paciencia, de la resignación y de la humildad, acallando los gritos de los instintos más poderosos y fecundos con la práctica de penitencias inmorales, crueles y nocivas a la salud de las personas.
Para que los pobres no aspiren a los goces de la tierra y constituyan un peligro para los privilegios de los ricos, prometen a los humildes, a los más resignados, a los más pacientes, un cielo que se mece en el infinito, más allá de las estrellas que se alcanzan a ver.
Capital, autoridad, clero: he ahí. La trinidad sombría que de esta bellas tierra son un paraíso para los que han logrado acaparar en sus garras por la astucia, la violencia y el crimen, el producto del sudor, de la mugre, de las lágrimas y del sacrificio de miles de generaciones de trabajadores.
Y un infierno para los que con sus brazos y su inteligencia trabajan la tierra, mueven la maquinaria, edifican las casas, transportan los productos.
Quedando de esa manera dividida la humanidad en dos clases sociales de intereses diametralmente opuestos: la clase capitalista y la clase trabajadora.
La clase que posee la tierra, la maquinaria de producción y los medios de transportación de las riquezas y la clase que no cuente más que con sus brazos y su inteligencia para propiciarse el sustento.
Entre estas dos clases sociales no puede existir vínculo alguno de amistad ni de fraternidad.
Porque la clase poseedora está siempre dispuesta a perpetuar el sistema económico, político y social que garantiza el tranquilo disfrute de sus rapiñas.
Mientras la clase trabajadora hace esfuerzos por destruir ese sistema inicuo para instaurar un medio en el cual la tierra, las casas, la maquinaria de producción y los medios de transportación sean de uso común.
Mexicanos: el Partido Liberal Mexicano reconoce que todo ser humano, por el solo hecho de venir a la vida, tiene derecho a gozar de todas y cada una de las ventajas que la civilización moderna ofrece, porque esas ventajas son el producto del esfuerzo y del sacrificio de las clases trabajadoras de todos los tiempos.
El Partido Liberal Mexicano reconoce como necesario, el trabajo para la subsistencia y, por lo tanto, todos, con excepción de los ancianos, de los impedidos e inútiles y los niños, tienes que dedicarse a producir algo útil para poder dar satisfacción a sus necesidades.
El Partido Liberal Mexicano. Reconoce que el llamado derecho de propiedad individual es un derecho incluso, porque sujeta al mayor número de seres humanos a trabajar y a sufrir para la satisfacción y el ocio de un pequeño número de capitalistas.
El Partido Liberal Mexicano reconoce que la autoridad y el clero son el sostén de la iniquidad del Capital, y, por lo tanto, la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano ha declarado solemnemente guerra a la autoridad, guerra al capital, guerra al clero.
Contra el capital, la autoridad y el clero, el Partido Liberal Mexicano tiene enarbolada la bandera roja en los campos de acción en México, donde nuestros hermanos se baten como leones, disputando la victoria a los huestes de la burguesía o sea: maderistas, reyistas, vazquistas, científicos.
Y tantas otras cuyo único propósito es encumbrar a un hombre a la primera magistratura del país, para hacer negocio a su sombra sin consideración alguna a la masa entera de la población de México, y reconociendo, todas ellas, como sagrado, el derecho de propiedad individual.
En estos momentos de confusión, tan propicios para el ataque contra la opresión y la explotación.
En estos momentos en que la autoridad, quebrantada, desequilibrada, vacilante, acometida por todos los flancos por las fuerzas de todas las pasiones desatadas, por la tempestad de todos los apetitos avivados por la esperanza de un próximo hartazgo.
En estos momentos de zozobra, de angustia, de terror para todos los privilegiados.
Masas compactas de desheredados invaden las tierras, queman los títulos de propiedad, ponen las manos creadoras sobre la fecunda tierra y amenazan con el puño a todo lo que ayer era respetable; autoridad, capital y clero; abren el surco, esparcen la semilla y esperan, emocionados, los primeros frutos de su trabajo libre.
Estos son, mexicanos, los primeros resultados prácticos de la propaganda y de la acción de los soldados del proletariado, de los generosos sostenedores de nuestros principios igualitarios, de nuestros hermanos que desafían toda imposición y toda explotación con este grito de muerte para los de arriba y de vida y de esperanza para todos los de abajo: ¡VIVA TIERRA Y LIBERTAD!
La tormenta se reduce día a día: maderistas, vazquistas, reyistas, científicos, delabarristas os llaman a gritos, mexicanos, a que volvéis a defender sus desteñidas banderas, protectoras de los privilegios de la clase capitalista.
No escuchéis las dulces canciones de esas sirenas, que quieren aprovecharse de vuestro sacrificio para establecer un gobierno, esto es, un nuevo perro que proteja a los intereses de los ricos.
¡Arriba todos; pero para llevar a cabo la expropiación de los bienes que detentan los ricos!
La expropiación tiene que ser llevada acabo a sangre y fuego durante este grandioso movimiento, como lo han hecho y lo están haciendo nuestros hermanos los habitantes de Morelos, sur de Puebla, Michoacán, Guerrero, Veracruz, norte de Tamaulipas, Durango, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Chihuahua, Oaxaca, Yucatán, Quintana Roo y regiones de otros estados.
Según ha tenido que confesar la propia prensa burguesa de México, en que los proletarios han tomado posesión de las tierras sin esperar a que un gobierno paternal se dignase hacerlos felices, conscientes en que no hay que espera nada bueno de los gobiernos y de que "la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos".
Estos primeros actos de expropiación han sido coronados por el más risueño de los éxito; pero no hay que limitarse a tomar tan sólo posesión de la tierra y de los implementos de agricultura; hay que tomar resueltamente posesión de todas las industrias por los trabajadores de las mismas, consiguiéndose se esta manera que las tierras, las minas, las fabricas, los talleres, las fundiciones, los carros, los ferrocarriles, los barcos, los almacenes
De todo género y las casas queden en poder de todos y cada uno de los habitantes de México, sin distinción de sexo.
Los habitantes de cada región en que tal acto de suprema justicia se lleva a cabo no tienen otra cosa qué hacer que ponerse de acuerdo para todos los efectos que se hallen el las tiendas, almacenes, graneros, etcétera., sean conducidos a un lugar de fácil acceso para todos, donde hombres y mujeres de buena voluntad pr4acticarán un minucioso inventario de todo lo que se haya recogido, para calcular la duración de esa existencias, teniendo en cuenta las necesidades y en número de los habitantes que tienen que hacer uso de ellas, desde el momento de la expropiación hasta que en el campo se levanten las primeras cosechas y en las demás industrias se produzcan los primeros efectos.
Hecho el inventario, los trabajadores de las diferentes se entenderán entre sí fraternalmente para regular la producción; de manera que, durante este movimiento, nadie carezca de nada, y sólo se morirán de hambre aquellos que no quieran trabajar, con excepción de los ancianos, los impedidos y los niños, que tendrán derecho a gozar de todo.
Todo lo que se produzca será enviado al almacén general de la comunidad del que todos tendrán derecho a tomar todo lo que necesiten según sus necesidades, sin otro requisito que mostrar una contraseña que demuestre que se está trabajando en tal o cual industria.
Como la aspiración del ser humano es tener el mayor número de satisfacciones con el menor esfuerzo posible, el medio más adecuado para obtener ese resultado es el trabajo en común de la tierra y de las demás industrias.
Si se divide la tierra y cada familia toma un pedazo, además del grave peligro que se corre de caer nuevamente en el sistema capitalista, pues no faltarán hombres astutos o que tengan hábitos de ahorro que logren tener más que otros y que puedan a la larga poder explotar a sus semejantes;.
Además de este grave peligro, está el hecho de que si una familia trabaja un pedazo de tierra, tendrá que trabajar tanto o más que como se hace hoy bajo el sistema de propiedad individual para obtener el mismo resultado mezquino que se obtiene actualmente.
Mientras que si se une la tierra y la trabajan en común los campesinos, trabajarán menos y producirán más.
Por supuesto que no ha de faltar tierra para que cada persona pueda tener una casa y un buen solar para dedicarlo a los usos que sean de su agrado.
Lo mismo que se dice del trabajo en común de la tierra, puede decirse del trabajo en común de la fábrica, del taller, etcétera.
Cada quien, según su temperamento, según sus gustos, según sus inclinaciones podrá escoger el género de trabajo que mejor le acomode, con tal de que produzca lo suficiente para cubrir sus necesidades y no sea una carga para la comunidad.
Obrándose de la manera más apuntada, esto es, siguiendo inmediatamente a la expropiación de organización de la producción, libre ya de amos y basada en las necesidades de los habitantes de cada región.
Nadie carecerá de nada a pesar del movimiento armado, hasta que terminado este movimiento con la desaparición del último burgués y de la última autoridad o agente de ella, hecha pedazos la ley sostenedora de privilegios y puesto todo en manos de los que trabajan, nos estrechemos todos en fraternal abrazo y celebremos con gritos de júbilo la instauración de un sistema que garantizará a todo ser humano el pan y la libertad.
Mexicanos: por eso es por lo que lucha el Partido Liberal Mexicano.
Por esto es por lo que derrama su sangre generosa una pléyade de héroes, que se baten bajo la bandera roja al grito prestigioso de ¡Tierra y Libertad!
Los liberales no han dejado caer las armas a pesar de los tratados de paz del traidor Madero con el tirano de Díaz y a pesar, también, de las incitaciones de la burguesía, que ha tratado de llenar de oro sus bolsillos.
Esto ha sido así, porque los liberales somos hombres convencidos de que la libertas política no aprovecha a los pobres, sino a los cazadores de empleos.
Nuestro objetivo no es alcanzar empleos ni distinciones, sino arrebatar todo de las manos de la burguesía, para que todo quede en poder de los trabajadores.
La actividad de las diferentes banderías políticas que en estos momentos se disputan la supremacía, para hacerla que triunfe, exactamente lo mismo que hizo el tirano Porfirio Díaz.
Porque ningún hombre por bien intencionado que sea, puede hacer algo a favor de la clase pobre cuando se encuentra en el poder.
Esa actividad ha producido el caos que debemos aprovechar los desheredados, tomando ventajas de las circunstancias especiales en que se encuentra el país.
Para poner el práctica, sin pérdida de tiempo, sobre la marcha, los ideales sublimes del Partido Liberal Mexicano, sin esperar a que se haga la paz para efectuar la expropiación, pues para entonces ya se habrán agotado las existencia de efectos en las tiendas, graneros, almacenes y otros depósitos.
Como al mismo tiempo, por el estado de guerra en que se había encontrado el país, la producción se había suspendido, el hambre sería la consecuencia de la lucha.
Mientras que efectuando la expropiación y la organización del trabajo libre durante el movimiento, ni se carecerá de lo necesario en medio del movimiento ni después.
Mexicanos; si queréis ser de una vez libres no luchéis por otra causa que no sea la del Partido Liberal Mexicano.
Todos os ofrecen libertad política para después del triunfo.
Los liberales os invitamos a tomar la tierra, la maquinaria, los medios de transportación y las casas desde luego, sin esperar a que nadie os dé todo ello, sin esperar a que una ley decrete tal cosa.
Porque las leyes no son hechas por los pobres, sino por los señores de levita, que se cuidan bien de hacer leyes en contra de su casta.
Es el deber de nosotros los pobres trabajar y luchar por romper las cadenas que nos hacen esclavos.
Dejar la solución de nuestros problemas a las clases educadas y ricas es ponernos voluntariamente entre las garras.
Nosotros los plebeyos; nosotros los andrajosos; nosotros los hambrientos; los que no tenemos el terrón donde reclinar la cabeza.
Los que vivimos atormentados por la incertidumbre del pan de mañana para nuestros compañeros y nuestros hijos.
Los que llegados a viejos, somos despedidos ignominiosamente porque ya no podemos trabajar, toca a nosotros hacer esfuerzos poderosos, sacrificios mil, para destruir hasta sus cimientos el edificio de la vieja sociedad, que ha sido hasta aquí una madre cariñosa para los ricos y los malvados, y una madrastra huraña para los que trabajan y son buenos.
Todos los males que aquejan al ser humano provienen del sistema actual, que obliga a la mayoría de la humanidad a trabajar y a sacrificarse para que una minoría privilegiada satisfaga todas sus necesidades y aun todos sus caprichos, viviendo en la ociosidad y el vicio.
Y menos mal si todos los pobres tuvieran asegurado el trabajo.
Como la producción no está arreglada para satisfacer las necesidades de los trabajadores, sino para dejar utilidades a los burgueses, éstos de dan mañas para no producir más que lo que pueden expender, y he ahí los paros periódicos de las industrias o de la restricción del número de trabajadores, que provienen también, del hecho del perfeccionamiento de la maquinaria, que suple con ventajas los brazos del proletariado.
Para acabar con esto es preciso que los trabajadores tengan en sus manos la tierra y la maquinaria de producción y sean ellos los que regulen la producción de la riqueza atendiendo a las necesidades de ellos mismos.
El robo, la prostitución, el asesinato, el incendiarismo, la estafa, productos son del sistema que coloca al hombre y a la mujer en condiciones en que para no morir de hambre se ven obligados a tomar de donde hay o a prostituirse.
Pues la mayoría de los casos, aunque se tengan deseos grandísimos de trabajar, no se consigue trabajo, o es éste tan mal pagado, que no alcanza el salario no para cubrir las más imperiosas necesidades del individuo y de la familia.
Aparte de que la duración del trabajo en el presente sistema capitalista y las condiciones en que la duración del trabajo, en el presente sistema capitalista y las condiciones en que se efectúa, acaban en poco tiempo con la salud del trabajador, y aun con su vida, en las catástrofes industriales, que no tiene otro origen que el desprecio con que la clase capitalista ve a los que se sacrifican por ella.
Irritado el pobre por la injusticia de que es objeto; colérico ante el lujo insultante que ostentan los que nada hacen; apelado en la calle por el polizonte por el delito de ser pobre.
Obligados a alquilar sus brazos en trabajos que no son de su agrado; mal retribuidos, despreciados por todos los que saben más que él o por los que por dinero se creen superiores a los que nada tienen.
Ante la expectativa de una vejez tristísima y de una muerte animal, despedido de la cuadra por inservible, inquieto ante la posibilidad de quedar sin trabajo de un día para otro.
Obligado a ver como enemigo aun a los mismos de su clase, porque no sabe quién de ellos será en que se vaya a alquilarse por menos de lo que él gana.
Es natural que en estas circunstancias se desarrollen en el ser humano instintos antisociales y sean el crimen, la prostitución, la deslealtad los naturales frutos del viejo y odioso sistema, que queremos destruir hasta en sus más profundas raíces para crear un nuevo de amor, de igualdad, de justicia, de fraternidad, de libertad.
¡Arriba todos como un solo hombre! En las manos de todos están la tranquilidad, el bienestar, la libertad, la satisfacción de todos los apetitos sanos.
No nos dejemos guiar por directores; que cada quién sea el amo de si mismo; que todo
se arregle por el consentimiento mutuo de la individualidad libre.
¡Muera la esclavitud! ¡Muera el hambre! ¡Viva la Tierra y Libertad!
Mexicanos: con la mano puesta en el corazón y con nuestra conciencia tranquila os hacemos un formal y solemne llamamiento a que adoptéis, todos, hombres y mujeres, los altos ideales del Partido Liberal Mexicano.
Mientras haya pobres y ricos, gobernantes y gobernados, no habrá paz, ni es de desearse la haya porque esa paz estaría fundada en la desigualdad política, económica y social, de millones de seres humanos que sufren hambre, ultrajes, prisión y muerte.
Mientras una pequeña minoría goza de toda suerte de placeres y libertades por no hacer nada.
¡A la lucha! A expropiar con la idea de beneficio para todos y no para unos cuantos.
Esta guerra no es una guerra de bandidos, sino de hombres y mujeres que desean que todos sean hermanos y gocen, como tales, de los bienes que nos brinda la naturaleza y el brazo y la inteligencia que el hombre ha creado, con la única condición de dedicarse cada quien a un trabajo verdaderamente útil.
La libertad y el bienestar están al alcance de nuestras manos.
El mismo esfuerzo y el mismo sacrificio que cuesta elevar a un gobernante, esto es, un tirano, cuesta la expropiación de los bines que detentan los ricos.
A escoger, pues; a un nuevo gobernante, esto es un nuevo yugo, o la expropiación salvadora y la abolición de toda imposición religiosa, política o de cualquier otro crimen.
¡Tierra y Libertad!"
Dado en la ciudad de los Ángeles, Estado de California, Estados Unidos de América a los 23 días del mes de septiembre de 1911.

-Ricardo Flores Magón
-Librado Ribera
-Anselmo L. Figueroa
-Enrique Flores Magón"
(De Regeneración)

30 de septiembre de 1911




¡MUERA LA AUTORIDAD! ¡MUERAN LOS RICOS!

"¿Quién hizo la tierra? Los creyentes dicen Dios.
Los que creemos en la vida eterna de la materia decimos: nadie la hizo.
Pero nadie dice que la tierra fue creada por la burguesía que la retiene en su poder.
En ninguna parte consta que la tierra fue creada por esos señores barrigones que dicen que es suya.
¿Con qué derecho, pues se atreve la burguesía a retener para su casta lo que, según las religiones fue hecho por Dios o, según los materialistas, no fue hecho por nadie?
La tierra debe ser para todos, como para todos es el aire, el calor solar, el agua.
Todo lo que la naturaleza nos brinda.
¿Qué haríais si de la noche a la mañana se decretase un impuesto, esto es, una renta por el aire que respiráis y el calor y la luz del sol de que os aprovecháis?
Indudablemente de que tu indignación tomaría proporciones de rebelión y que os lanzarías enfurecidos contra los bandidos que tal impuesto decretasen.
Y, harías eso, precisamente porque comprendéis que el aire y los demás bienes naturales, forman parte del patrimonio común a todos los seres vivientes.
Sin embargo, cuando se trata de ese bien natural: la tierra veis casi con naturalidad de los que la poseen os cobren renta para aprovecharos de ella, cuando la tomáis en alquiler, o que se os pague a ración de hambre cuando la trabajáis para el amo.
Tan injusto es el adueñarse de la tierra para tener en constante dependencia a los pobres, como justo sería el adueñarse del aire y de la luz, si eso pudiera hacerse.
Por eso los liberales enarbolamos la bandera Roja y gritamos ¡Viva la Tierra y Libertad!
¿Quién hizo la espléndida maquinaria que admiramos, los túneles que atraviesan las montañas, los muelles donde atracan los barcos.
En pocas palabras, quién hizo todo lo que contribuye a hacer agradable y bella la vida de las clases privilegiadas?
Todo lo que vemos, todo lo que constituye la riqueza social, es el producto de muchas generaciones de trabajadores que han dejado sus huesos en las minas, que han dejado su sangre en los campos.
Obreros que han acortado su vida en el taller, en la fábrica, en todos los lugares de explotación, en el laboratorio, en el taller de artistas, etc., dejando a cada generación laboriosa a la siguiente el desarrollo y perfección de lo que ya creado.
Si todo lo que constituye la riqueza ha sido creado por generaciones de trabajadores, de inventores de todo género, ¿Con qué derecho se declara dueño de todo ello un reducido número de capitalistas?
Pusieron ellos su inteligencia y sus brazos para crear esa riqueza? ¡NO!
Por eso los liberales decimos que puesto que la riqueza es el producto del esfuerzo y de la inteligencia de nuestros antepasados trabajadores presentes, todo debe ser para todos en común.
Y como la clase privilegiada no quiere devolver a los trabajadores lo que les ha robado, y la Autoridad apoya el latrocinio de la burguesía, gritamos indignados: ¡Muera la autoridad! ¡Mueran los ricos!"
De Regeneración)
24 de febrero de 1912



SIN GOBIERNO

"Hay personas que de buena fe hacen estas preguntas: ¿Cómo ha de ser posible vivir sin gobierno?, y concluyen diciendo que es necesario un jefe supremo, un enjambre de funcionarios, grandes y chicos, como ministros, jueces, magistrados, legisladores, soldados, carceleros, polizontes y verdugos.
Esas buenas personas creen que, faltando la autoridad, todos nos entregaríamos a cometer excesos, resultado de eso es que el débil sería la víctima del fuerte.
Eso podría suceder solamente es este caso: que los revolucionarios, por una debilidad digna de la guillotina, dejaran en pie la desigualdad social.
La desigualdad social es la fuente de todos los actos antisociales que la ley y la moral burguesa consideran como crímenes, siendo el robo el más común de esos crímenes.
Pues bien, cuando cada ser humano tenga la oportunidad de trabajar la tierra o de dedicarse, sin necesidad de andar alquilando sus brazos, a cualquier trabajo útil para poder subsistir ¿Quién será aquel que haga del robo una profesión como se ve ahora?
En la sociedad que anhelamos los liberales, la tierra y todos los medios de producción no serán más objeto de especulación para un determinado número de propietarios.
Cuando la propiedad sea común para todos los trabajadores, con derechos todos de producir y consumir en común ¿qué necesidad habrá de robar?
Se dirá que hay personas dadas a la holgazanería, y que éstas, en vez de trabajar, se aprovecharían del trabajo ajeno para vivir.
Yo he vivido en diferentes presidios; he hablado con muchos ladrones, con cientos de ellos; casi todos ellos habían robado por necesidad.
No hay trabajo constante; los salarios son mezquinos; la jornada de labor es verdaderamente agotante; el desprecio de la clase proletaria a la clase proletaria es irritante;.
El ejemplo que la clase capitalista da a la clase trabajadora de vivir holganza, en lujo, en la abundancia, en el vicio sin hacer nada útil, todo esto hace que algunos trabajadores, por hambre por indignación o como una protesta a su manera contra las capacidades de burguesía, la roben y se conviertan en criminales, llegando hasta el extremo de matar para tomar lo que necesitan para vivir.
La profesión del robo no es ciertamente un a de las más fáciles.
Ella requiere de una gran actividad y mayor energía que la que en muchos casos se requiere para desempeñar alguna tarea.
pues, para llevar acabo el robo, el ladrón tiene que espiar a su víctima, estudiar sus costumbres, cuidarse del polizonte, trazar planos, arriesgar la vida o la libertad.
En continua zozobra, sin límite en esa clase de trabajo, y es de suponerse que un hombre no se entrega a él por placer, sino empujado por la necesidad o por la cólera de verse en la miseria.
Cuando la clase rica pasa por su lado ebria de vino, de lujuria, la boca retorcida por el hipo del hartazgo, arropada en sedad y el trapos finos, envolviendo en una mirada de desprecio a la gente pobre que se sacrifica en el taller, en la fábrica, en la mina, en el surco...
La inmensa mayoría de la población de las cárceles está compuesta de individuos que han cometido delitos contra la propiedad; robo estafa, fraude, falsificación, etc.
Mientras un pequeña minoría de delincuentes se encuentran prisioneros por delitos contra las personas.
Abolida la propiedad privada, teniéndose todas las facultades de escoger un trabajo de su agrado, pero útil a la comunidad.
Humanizado el trabajo en virtud de que no se efectúa para que el patrón acumule riquezas, sino para satisfacer necesidades, devueltos a la industria los miles y miles de brazos que hoy acapara el gobierno en sus oficinas, en los cuarteles, en las prisiones mismas; puestos todos a trabajar para ganar el sustento, con la ayuda poderosa de la maquinaria de toda especie, se necesitara trabajar solamente unas dos o tres horas diarias para tener de todo en abundancia.
¿Habrá entonces quien prefiriese el robo para poder vivir?
El hombre, aun el más perverso, gusta siempre de atraerse la estima de los demás, de estar bien con los demás.
Eso puede observarse hoy mismo, a pesar de que el medio en que vive la humanidad embota los mejores instintos de la especie, y si esto es cierto,
¿Por qué no admitir que el hombre sería mejor en el seno de una sociedad libre?
En cuanto a los delitos contra las personas, en su mayor parte son el producto del medio malsano en que vivimos.
El hombre vive en constante sobreexcitación nerviosa.
La miseria, la inseguridad de ganar el pan de mañana.
Los atentados de la autoridad.
La certidumbre de que es víctima la tiranía política y de la explotación política y de la explotación capitalista.
La desesperación de ver crecer a la prole sin vestido, sin instrucción, sin porvenir.
El espectáculo más edificante de la lucha de todos contra todos, que nace precisamente del derecho de propiedad privada, que faculta a los astutos y a los malvados a amansar capitales explotando a los trabajadores.
Todo eso, y mucho más, llena de hiel el corazón del hombre, lo hace violento, colérico y lo precipita a sacar el revólver o el puñal para agredir, a veces por cuestiones baladíes.
Una sociedad en la que no exista esa brutal competencia entre los seres humanos para poder satisfacer todas las necesidades, calmaría las pasiones, suavizaría el carácter de las personas y fortalecería en ellas el instinto de sociabilidad y solidaridad, que son tan poderosos que, a pesa de la secular contienda de todos contra todos, no han muerto en el ser humano.
No, no hay que temer una vida sin gobierno; anhelémosla con todas nuestras fuerzas de nuestro corazón.
Habrá naturalmente algunos individuos dotados de instintos antisociales, pero la ciencia se encargará de atenderlos, como enfermos que son.
Esas pobres personas son víctimas de atavismos, de enfermedades heredadas, de inclinaciones nacidas al calor de la injusticia y la brutalidad del medio.
Mexicanos: recordad cómo han vivido las poblaciones rurales de México, en las rancherías donde ha practicado el comunismo; la autoridad no ha hecho falta.
Antes, por el contrario, cuando se sabía que algún agente de la autoridad se acercaba huían los hombres al bosque, porque la autoridad solamente se hacía presente cuando necesitaba hombres para el cuartel o contribuciones para mantener a los parásitos del gobierno.
Y, sin embargo, se hacia vida tranquila en esos lugares donde no se conocían las leyes ni amenazaba el gendarme con su garrote.
La autoridad no hace falta más que para sostener la desigualdad social.
Mexicanos: ¡Muera la Autoridad!
¡VIVA Tierra y Libertad!"
(De Regeneración)
23 de marzo de 1912



¡MUERA LA AUTORIDAD!

"Me explico que el burgués ponga el grito en el cielo cuando escucha este grito: ¡muera la autoridad!.
El burgués tiene razón, porque si desapareciera la autoridad, en el mismo sepulcro caerían los privilegios del Capital para no levantarse más.
La autoridad es necesaria para perpetuar la desigualdad social, que garantiza al rico vivir en el ocio y condena al pobre al rudo trabajo y a la abyecta miseria.
El burgués, pues, necesita que haya autoridad, pues de lo contrario, tendría que tomar el arado, la garlopa o el martillo para ganarse la subsistencia y la de su familia.
Pero el pobre ¿Para qué necesita la Autoridad?
La Autoridad nunca ha sido para el desheredado la madrastra huraña, castigadora y malvada, castradora de voluntades.
Todavía no sé que en algún país del mundo haya sido la Autoridad el escudo o el ángel guardián de los pobres, y eso es así, porque no se puede servir a dos amos al mismo tiempo: al rico y al pobre.
La Autoridad fue instituida para cuidar los bienes materiales de la clase rica que se veían amenazados por los hambrientos.
Los que no tenemos un terrón donde reclinar la cabeza, no necesitamos más Autoridad, por el contrario, la detestamos porque ella arrebata de nuestra filas a los más vigorosos de nuestros hermanos, para amontonarlos en un cuartel y hacerlos empuñar las armas a favor de la burguesía.
Y en seguida nos cobra contribuciones para mantener esos soldados y todo ese enjambre de funcionarios grandes y chicos que forman lo que se llama gobierno.
Somos nosotros, los desheredados los que no tenemos nada que nos roben, los que estamos obligados a pagar los gastos que origina el mantenimiento de la Autoridad, cuando lo justo sería que esos gastos fueran pagados por los beneficiados, que son los burgueses.
El soldado con el arma en el brazo, el gendarme con el garrote en la mano, el rural con el sable desvainado, ¿han servido alguna vez para proteger al débil?
¿Se ha dado el caso de que el soldado, el gendarme o el rural se hayan interpuesto entre el amo y el trabajador para evitar que el primero chupase el sudor del segundo?
Cuando el pobre no puede pagar la renta del sueldo o de la casa, han volado alguna vez en su auxilio el soldado, el gendarme o el rural para evitar que sea puesto de patitas en la calle o el ser expulsado de la ingrata tierra que regó con su sudor?
Y si indignados por la injusticia social que nos obliga a poner al servicio de los ricos la fuerza de nuestros músculos y la luz de nuestro cerebro, conspiramos y nos rebelamos, ¿se pone la Autoridad de nuestra parte, esto es, de parte de los débiles, de las víctimas de la voracidad capitalista?
¿No la vemos siempre con sus soldados, sus gendarmes y sus rurales repartir la muerte entre los pobres que se rebelan por un reparto más equitativo del pan?
Me explico por que el burgués ponga el grito en el cielo cuando escucha ese grito salvador ¡Muera la Autoridad!
Pero no me explico que el pobre, el desarrapado, el trabajador se encabrite y eche espumarajos de rabia cuando se de da este amistoso consejo: no elijas autoridades; gobiérnate por ti mismo.
Mirabeau dijo una gran verdad cuando exclamó: "de todos los animales, el más estúpido es el hombre, porque al menos los animales no eligen al carnicero que ha de degollarlos".
Y los hombres hasta nos matamos a favor de quien ha de pasarnos a cuchillo cuando este en el poder. ¡Así somos de estúpidos!
Demos nuestra libertad, demos nuestra tranquilidad, demos nuestra sangre, pero no para elegir verdugos, sino para acabar con ellos, para acabar con los burgueses, para fundar la sociedad libre de todos para uno y uno para todos.
No elevemos al poder ni a Vázquez Gómez ni a nadie.
Seamos tan dignos como los animales que no eligen al carnicero que ha de degollarlos.
Tomemos la tierra, la maquinaria de producción, las casas y las provisiones; concertémonos fraternalmente para la producción y el consumo en común y levantemos la frente, mexicanos, orgullosos de haber sabido resolver el problema social".
(De Regeneración)
20 de junio de 1912



LA REVOLUCIÓN SOCIAL

"Digan lo que quieran los enemigos de la Revolución Mexicana, ésta es de carácter marcadamente económico.
Desde un principio afirmamos que el proletariado mexicano no se había levantado en armas por el simple gusto de tener un nuevo verdugo.
Desde un principio dijimos que el pueblo mexicano se había levantado en armas porque tenía hambre de pan y de justicia.
Los hechos, no las palabras, han venido demostrando que estábamos en lo justo y, todavía más, que hemos obrado como verdaderos revolucionarios procurando que el gran movimiento tome una orientación decidida hacia el comunismo.
Ese es nuestro deber de revolucionarios sinceros.
Algunos sociólogos de estrato han criticado el movimiento mexicano porque no comenzó siendo netamente comunista desde el principio.
Pretendían esos señores, entre los que descuellan Luigi Gallean y Juan Grave, que la Revolución Social fuera obra de un día, de una semana o de unos cuantos meses.
Sin recordar que el maestro Pedro Kropotkin, dijo en una carta fechada en Londres el 16 de noviembre de 1909, las siguientes sabias palabras:
"Toda revolución se inicia tímidamente con hechos de importancia infinitamente pequeña; pero toda la revolución asciende a medida que se prolonga, si ella dura dos, tres, cuatro años.
Si los revolucionarios son bastante inteligentes para no permitir la consolidación de un gobierno fuerte, esa revolución ascenderá hasta el comunismo.
Y si no se comienza la revolución con alguna cosa, aunque sea bastante alejada del comunismo, no se logrará nunca nada, como en Rusia".
Nuestra obra de agitación por medio de la idea, y la agitación por nuestros bravos compañeros que sostienen la Bandera Roja en los campos mexicanos, están dando sus frutos… pues desde el principio hemos creído como nuestro viejo camarada Kropotkin, que mientras mayor duración tenga un movimiento revolucionario, más se radicalizan las tendencias; más amplias son las aspiraciones populares y más fácil es llegar al comunismo.
Otro de los frutos de nuestra incesante propaganda, es la expropiación de la tierra y de la maquinaria de producción.
Desde hace muchos números REGENERACIÓN ha venido dando cuenta de los actos de expropiación de la tierra llevados a cabo por multitudes de proletarios que se han puesto a trabajar con el fusil terciado.
Los lectores de REGENERACIÓN habrán visto que, cuando los proletarios no pueden sostener la expropiación de la tierra, por falta de armas, arrasan las haciendas y los poblados para que, si ellos tienen que sufrir, que sufran también los verdugos.
Habrán visto también los múltiples casos de sabotaje, de huelga revolucionaria, de conciencia de clase de los proletarios mexicanos.
La prensa de todos los colores admite que no se trata de una revolución política, sino de un movimiento político, sino de un movimiento económico, de una guerra de clases que si los libertarios la fomentamos, terminará en el comunismo.
Y hemos visto, igualmente que, por instinto, por herencia, el pueblo mexicano, pueblo no corrompido con los hábitos de ahorro, pueblo sencillo, es apto para el comunismo, comunismo que, en parte, ha practicado por miles de años.
Además, sabido es que el pueblo mexicano, odia cordialmente a la Autoridad y al Capital, a pesar de las prédicas del clero embaucador.
"EL imparcial" del 22 de marzo, al hablar del movimiento revolucionario del Estado de Oaxaca dice: "Las principales plantas despepitadoras de algodón de Jamiltepec, han sido destruidas por los revolucionarios, para salvarse de los rebeldes del rumbo.
Algunas personas permanecieron en los bosques de playa, escondidas varios días, alimentándose sólo de cocos y de tortugas, los pueblos que rodean la finca de San José Ejutla desean repartirse sus terrenos y al efecto se disponen a atacarla".
El mismo periódico, dice el 29 de marzo al hablar del movimiento revolucionario del el distrito de Tlapa, Estado de Guerrero: "La finca de Jicayán, propiedad del señor Daniel Pérez Ruiz, fue vaciada por completo, los indígenas se repartieron los terrenos y los revolucionarios se llevaron veinte mulas y diez caballos e incendiaron los campos de caña".
El mismo periódico del cinco de este mes, en un telegrama que le remite su corresponsal en Oaxaca, revela la gravedad de la situación en aquel importante y riquísimo Estado.
Dice así: "A consecuencia de las pérdidas socialistas de ciertos agitadores, los indígenas de algunos punto del estado, están cometiendo atentados, varios con motivos de la cuestión agraria, han cortado las cosechas de varias fincas ajenas, han suprimido el agua de regadío y han efectuado otros excesos".
El mismo periódico dice el 7 de abril: "Siguiendo los consejos del os zapatistas que estuvieron en Tepeaca, Estado de Puebla, algunos indígenas se han posesionado del terreno de la hacienda de San Miguel, la Pila propiedad del señor Luís Pacheco, y situada por aquel rumbo".
Estos datos unidos a todos los que han sido presentados en las columnas de REGENERACIÓN desde hace muchos meses, demuestran que el movimiento es económico y que no necesita más que buena voluntad, firmeza y lealtad a la causa del proletariado, para que al fin veamos ondear triunfadora la bandera del os pobres, la gloriosa Bandera Roja de los libertarios mexicanos".
(De Regeneración)

Por Humberto Escobedo Cetina



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