lunes, 11 de agosto de 2014

EMMA CABAL [12.798] Poeta de Asturias


EMMA CABAL

Mi nombre es Emma. Mi madre siempre dice que me lo puso porque leyó Madame Bovary estando embarazada, pero no sé si es del todo cierto o lo dice porque sabe que a mí me gustaría que hubiera sido así. Lo que sí es verdad es que me salvé por los pelos, o por Flaubert, de ser la quinta Mercedes de la familia.

Empecé a leer yo sola, sin que nadie me hubiera enseñado, a los cuatro años. Eso dice mi madre, pero yo no lo creo.

Y empecé a escribir cuando iba al colegio. Tanto las monjas como mis abuelas decían que lo hacía muy bien, y lloraban cuando leían mis cuentos. Me presentaba a todos los concursos literarios de los que tenía noticia, y mi madre dice que gané algunos; pero yo ya no lo recuerdo.

Ahora soy profesora de literatura. Estoy casada. He tenido dos hijos. He plantado varios árboles. Jamás he escrito un libro.

Mi madre cree que soy feliz. Pero yo creo que es mentira.





SE suicidó en defensa propia.





LAS mancaduras
sólo estaban entonces
en las rodillas.





MANTRA

Todo va a ir bien
Todo va a ir bien
Todo va a ir bien
Todo va a ir bien

Repítelo
Hasta que alguien
se lo crea.




PREPARADA PARA SALIR

Estabas harta. Harta
de sentirte sola,
confusa,
abandonada.

Ya está bien. Se acabó.

Te pusiste
la minifalda más corta
los tacones más altos
y la chaqueta roja
y decidiste
comerte el mundo,
comerte la noche,
dejarte comer.

Saliste a la calle y entonces
ocurrió.

Un viejo borracho
se acercó
mucho a ti y quiso
manosearte
mientras te echaba en la cara
su aliento a vino.
Sentiste
unas ganas inmensas de vomitar.
                                                           
Y es que los lobos
ya no son lo que eran,
Caperucita.
                                


Pienso en ti

Pienso en ti
y me crecen alas.
Y vuelo.
Y llego hasta tu pueblo
y te beso
y me tocas
y hacemos el amor en el aire.

Pero bastan una voz,
un ruido, una puerta que se abre
o se cierra,
para hacerme volver a la tierra.
Y para darme cuenta
de lo mucho que pesan
mis zapatos.




Frágil

Eres frágil. Lo sabes.
Vulnerable.
Débil.
Lo descubriste pronto.
Para hacer que tiembles,
a veces bastan un verso

y un mar.




COSTOCONDRITIS

Sólo me duele,
Como tu ausencia,
Cuando respiro





NO SOY ALICIA (3). DESPEDIDA.

Sí, sí, ya lo sé. Te vas. No te preocupes, podré soportarlo; he salido ya de varias. Y lo entiendo, claro, sé que mi vida no es fácil.

Ahí está, en esa maleta, al lado de la cama.

Claro, puedes llevarte los discos; llévate lo que quieras.

¿Los niños? Están bien, están bien. Han sobrevivido a su padre, así que de esto no van ni a enterarse. Tampoco ha sido tanto tiempo. Tú tranquilo.

Y yo estoy bien también. Que sí, de verdad.

No. Hoy no voy a quedar con Ana. Tiene una cena de trabajo. Pero mañana iremos al cine.

¿Las fotos? Sí, claro, llévatelas también.

¿Te llamo un taxi? No sé si vas a poder con todo.

Sí, tienes razón, ha sido muy bonito, ha sido estupendo, pero a veces las cosas se acaban.

Hale. Tú no te preocupes por nada y sé feliz. Todo está bien. Hablamos. Sí, claro, seguimos siendo amigos. Llámame cuando quieras.

Venga, dos besos, como los amigos.

Ten cuidado al salir. Cierra bien la puerta.

Hijo de puta, hijo de puta, hijo de puta…







Nunca pensé que el dinero
fuera a acabar con lo nuestro.

Francamente,
siempre creí
que sería tu madre.





Emma Cabal: La mujer que tengo más a mano:



NORIA

Me tienes
constantemente
subida
en una noria:
ahora arriba
un minuto más tarde
abajo
luego arriba
y abajo otra vez.

Me canso,
me agobio,
me mareo,
vomito,
lloro,
me trastorno.

Pero no quiero bajarme.

He pagado cien viajes
y yo no soy de tirar el dinero.





LOS POETAS QUE TE GUSTAN

Los poetas que te gustan
han estado en la cárcel y en una clínica
de desintoxicación,
beben, se drogan, son huérfanos y han sido
maltratados por sus padres,
están en el paro y divorciados,
son homosexuales y se han enamorado con locura,
al menos una vez,
de una prostituta.

Los poetas que te gustan
tienen cosas que contar.

¿Qué haces tú escribiendo, infeliz?
¿Dónde te crees que vas?
¿A quién puede interesarle
la mediocre vida
de una burguesita,
de una niña pija que vive
en una aburrida
ciudad
de provincias?

Venga,
déjalo ya,
no te esfuerces.

Dedícate a lo tuyo: limpia el polvo,
cuida a tus hijos,
conserva tu trabajo
y a tu marido.
Y si lo que quieres es
hacer algo nuevo,
emocionante,
motivador,
arriesgado,
no estaría de mças
que te apuntaras
a un curso
de cocina.


Emma Cabal en La mujer que tengo más a mano (Canalla Ediciones, 2015).












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