martes, 26 de agosto de 2014

ANTON LUNA [13.035]


ANTON LUNA

José Antonio Luna, (Anton Luna), político, periodista poeta y viajero incansable. Nació en Managua, Nicaragua un 20 de Julio de 1950. Se gradúo de Licenciado en Periodismo en 1974, con opción de periodismo escrito, en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).

Hizo un post-grado de Periodismo para el Desarrollo en Roma, Italia.  Ha publicado en diferentes revistas, periódicos y medios electrónicos. Su poesía dispersa es como dijo Alberto Cuadra: "La suma de visiones de crudo realismo en un mundo alucinante".






LA VERDAD

En el silencio eterno de la noche
En el azul profundo de la luz
En el infinito viaje a las estrellas
En la callada creación de la mente
En la pasión artífice de la vida
En el gran todo
Allí estás tú
DIOS





MISTERIOSA Y ROMÁNTICA

Managua de mi corazón, ciudad laberinto
de cielo azul perenne, perfil de mujer.
Managua misteriosa y eterna siempre
amenazada por la cruel Gea.
Tus entrañas trémulas con incesante
vigor se mueven.
Para conocerte hay que recorrerte:
Del lago a la montaña
de abajo hacia arriba
Ciudad de sol intenso, encendidos
oros ardientes
Testigo de desconocidos viajeros,
Acahualinca y sus huellas herencia
de siglos.
Managua, "Novia del Xolotlan"
metrópoli dispersa como muchos de
tus hijos que mueren en tierras lejanas.
Managua orgullosa hija del Náhuatl ancestral
Momotombo sonoro milenario, como el zanate en el jocote
Eres siempre acogedora y amistosa
Algunas veces te sueño, Managua, con tus calles
estrechas, Tu lago, Tu Tiscapa, Tu Montaña.
A veces en visiones recuerdo a la Roosevelt
bulliciosa, La 15 de Septiembre y sus dos finales:
El cementerio general abajo y Chico Pelón
arriba.
Managua de las cantinas acogedoras, boca de
Jocote. El gato Abraham,
Bigote de Larreynaga. Entre Ríos.
Managua de los jardines cerveceros, vaso sudoroso.
De los mercados: Central, San Miguel,
El Boer con sus fritangas, el Oriental con sus
cargadores, cerca de la "Caimana" y
'La Conga Roja"...
Managua de los aguaceros copiosos., de arco iris
fantásticos. Las corrientes bajando de la montaña
y el lago creciendo.
Managua de los entierros vespertinos por la 15
de septiembre.
La carretera norte con sus rieles y el tren pitando
en el cruece de Candelaria. Los vagones cargados
de campesinos. La Estación y su bullicio. Las cantinas
y las putas.
Managua de los matines de los domingos. Los cines
Ruiz, González, Margot, Salazar, Trébol.
Managua de mis sueños,
Managua mi linda tierra, te amo.





11 de septiembre

Desnuda como el aire
como el agua
como el fuego:
La palabra
Horacio Peña

¡Ah Sodoma!... la destrucción llegó del cielo
El fuego purificador
Muerte silenciosa, sin aviso ni permiso.
¿El infierno de Dante o Nostradamus?
Y retrocedimos otros nuevos siglos...
Hombres contra hombres; sangre y muerte
Y la tierra preñada de dolor y de llanto
Dios.
Unidos, los muertos reclaman
Justicia... Justicia de almas perdidas, lamentos
Del Apocalipsis.
Túnel infinito, las ánimas
Llamándonos.
Llamas inmensas reviven horrores fatales... Sirenas de
llanto asustan el alma. El dolor incesante de las madres,
de niños, de hermanos.
Caballos metálicos de guerra. Tristeza y dolor
del beso de la despedida.
Allá junto a la luz, pensando en los vivos las almas perdidas
el viaje infinito, la muerte infalible.
Sintiendo en las carnes de su hijo el dolor.
La aurora triste nace.
El sol de oriente se cubre de nubes
funestas.
Los tambores de guerra redoblan de nuevo
el rugir de los cañones, el llanto de los mutilados
La guerra mediática,
¡Las torres cayendo!
¡La muerte, y el clamor de justicia y el miedo a las trompetas
del juicio divino!

Tampa, Florida, 15 de septiembre 2001.





Los niños en el siglo XXI

Los niños de la calle, esos inocentes solos, harapientos
descalzos.
Venden agua, dulces, periódicos, jocotes, chiclets,
lápices y tantas otras baratijas para subsistir.
Los niños de las calles, esos maltratados arriesgando sus
vidas diariamente entre el tráfico.
Piden limosna, limpian carros, llevan mensajes, botan
basura, sobreviven trabajando como mandaderos.
Los niños en grupos o solos.
Hembras y machos, blancos y morenos. Todos flaquitos.
Esos niños de las calles... esos millones de niños
desnutridos, famélicos, ¿comen diariamente?
Se alimentan de desperdicios de restaurantes, sobras de
las comiderias.
Agua con leche, pan duro, y a veces un pedazo de carne.
Esos niños de las calles, ¿Sin padres?
Niños abusados, seducidos, maltratados,
repudiados, humillados.
Los niños de las calles para vivir; para matar el hambre
fuman, beben alcohol, huelen pega.
Esos niños de las calles, ¿son el futuro?
Ellos, esos inocentes, ¿Van a la escuela?
Los niños abandonados, vagabundos, solitarios
tienen alma, tienen anhelos, ríen lloran, aman entre la miseria.
Los niños de las calles, Cristo y la Madre Teresa.
Los niños de las calles, sin niñez.
Los niños de las calles y Nicaragua.
Los niños de las calles viven y mueren allá en Latinoamérica.
Y aquí en la abundancia ya hay niños de las calles.

North Plainfield, New Jersey, Octubre 1997.





La noticia

El viento gélido bajando silencioso.
Las hojas convirtiéndose en cieno en el húmedo lecho.
El sol tenue, triste, se asoma entre las nubes tímidamente.
La brisa mueve a regañadientes
La basura en las calles y los transeúntes silenciosos, corren hacia los autos, los autobuses.
A lo lejos las luces de los rascacielos.
En la esquina el rechinar de los rieles y el tren nuevamente.
La oscuridad se apodera rápidamente de la urbe.
La soledad del ruido se confunde con el
silencio de las paredes. En los callejones
penumbra...y sombras.
El busca como cubrirse con su raído abrigo.
El hambre consumiéndolo. ¿El hombre?
Las sombras del cansancio en su cerebro. El
miedo indescriptible de la muerte.
La noticia solo un misterio, como la vida
misma...
Devastadora
cruenta, malévola.
AVISO: EL PARQUE ESTA CERRADO










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