Luz Andrea Castillo
Nació en San Andrés, Santander, Colombia, en 1983. Reside en Bucaramanga. Es licenciada en Español y Literatura de la Universidad Industrial de Santander. El rumor de las voces, su primera obra, obtuvo el Premio Nacional de Poesía convocado por la Universidad Externado de Colombia en 2004, y Espejo cubierto mereció el Premio Nacional de Poesía, 2006, organizado por la Gobernación del Cauca y la Sociedad Caucana de Escritores. De agua y silencio, su tercer libro, fue publicado en el marco de la celebración de la llamada Generación del Bicentenario.
La muerte
La he visto
No le caben las vidas en el rostro
Ni le bastan las bocas que sostiene
Tan anchas como el hambre
Yo no sé
Pero creo que padece
Porque bebe del amor y del sueño
Del floripondio y del pájaro
De la semilla y el polvo
Y no se sacia
pluma
El poeta y el lenguaje se saquean mutuamente
hasta que cambian de lugar. Entonces un idioma
entra en el caos y un hombre en la indiferencia.
Por duro que sea, no hay nada en este mundo
que no se pueda romper con una pluma.
*
Te he dicho
Afuera habitan bestias encendidas
y su furia está colmada de lo raro
Deja que tu luz baste
Lava el golpe
El agujero
No mires
Pues el ojo traga como el hambre
y el alma jovencita
También se indigesta
*
La muerte se levanta
Emerge en la noche desde el centro de las ramas
Y crece en los sueños como negra mariposa
*
no hallarás puerta
insana
está la casa
no hables
las paredes te dirán
que de espaldas
errará tu voz hasta secarse
(la escalera tampoco te lleva a ningún lado
la escalera es sólo un largo salto
por la lisa piel del muro)
*
si eres frágil por qué vienes a mí
que estoy hecha de piedra
yo que estoy ciega
porque podría concebirlo todo
menos tu sonrisa
hecha de hueso
no vengas
y no tendré que cansarme
del sonido tibio
de tu espalda al irse
porque tú
y tu sonrisa de carne
tienen la misma forma
de este delirio blanco
de pensar
que la línea que trazaste
entre mi cuerpo y la muerte
es tan tierna madre
como tu bendición
*
qué era aquello redondo
que daba vueltas en torno a tu cuerpo
qué era aquel centro donde tus pies giraban
cuál era el nombre
el lugar del espanto
el diosecillo de barro subido a la espalda
que te jalaba el pelo
mientras decía en tu oído
redondo el vacío
ronda el vacío
*
digo cuerpo
y dices hueco al que caí
es el agujero por el que Dios
saca las manos y aplaude
*
pero dime por qué madre
ni siquiera una luciérnaga
ni siquiera un bastón para cruzar la noche
Latido
y el corazón
que toca y toca y toca
en la puerta de la vida
y la muerte es la que abre
era un destino abandonar la casa
recoger una a una
intactas
las migas de pan
y no volver a hallarla
*
El espejo de Dios
tomarás cada trozo de cristal
harás tu casa
y allí habitarás
eso fue lo que dijiste antes de partir
y llevabas en tus manos
una piedra
te vendas
pero la herida
es más grande que el cuerpo
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