Adán de Maríass
[Seudónimo de Miguel Ángel Colán Ramos] nació en Lima, Perú 1960. Estudió en la Universidad San Martín de Porres en la Facultad de Educación, y Literatura en La Universidad Nacional Mayor de San Marcos [estudios no concluidos]. Pertenece a la A.N.E.A. y a la Asociación Peruana de Autores y Compositores desde mayo de 1990. Ha publicado los poemarios Sol de Madrugada y Júbilo en un solo libro gracias al auspicio de CONCYTEC en 1989, Donde apenas empezaba a ser yo (Edición Electrónica por Editorial Obrapropia). Ha colaborado con diversas revistas literarias como Cinosargo, Matemáticas y Poesía, Revista Papirolas y Blackbird.
Poema que da vueltas como un trompo
la palma de la mano
libre y limpia
como mamá me enseñó
se la muestro una vez más
y ella discretamente deja
a un lado el agua y el jabón
es el pequeño dios de mi infancia
mi niño trompo
quien viene dando el baile más exagerado
en esa suave hondura de líneas cruzadas
donde las rutas de la vida se me antojan
como un desorden creativo planteado por
un yo arbitrario de miradas diversas
pero en repentina crispación
la palma de la mano se contrae
por acción de ese clavo que ya no es
de cuatro pulgadas
al sur del trompo
desde la palma de la mano
el trompo del pasado ya se fue zigzagueando
en el aire fabulador
de unas traviesas circunstancias
claro que ya no soy el mismo
niño ni el trompo está conmigo
ni tengo miradas diversas
desde donde se iniciaba el arte agresivo
de un yo arbitrario
me resigno sin apelar a
recursos gastados de tristezas nulas
mirando sin emoción
las palmas de mis manos
imagino que en esas rutas de líneas cruzadas
alguien camina sin prisa y sin rostro
bajo la repentina lluvia de los años vividos
que descarga la sucia hipocresía
de una muerte que sigue amenazando
ATMÓSFERA HOPPER
En la austera habitación
de un antiguo hotel neoyorkino
una mujer desnuda y de perfil
miraba a través de la ventana abierta
qué estará mirando
imaginemos que
algunas nubes blancas
se desprenden de ese cielo que las contiene
hasta caer sobre el ebrio mar de la irrealidad
como si fueran ángeles sedientos
el viento apurado de la noche
dispara su aire frío que la estremece
con la desnuda sensación
de sentir mojados los pies
al cerrar la ventana un inesperado vértigo
inclina su cabeza golpeando el vidrio donde
se duplica la imagen
deja pasar algunos segundos se viste con cierto cuidado
y sale de todos los espejos de su habitación
al bajar por esas escaleras
se encuentra con una mujer que extrañamente se le parece
quien sube pensativa como si alguien la estuviera esperando
algo sorprendida intenta hablarle
pero el ruido lejano de un presentimiento la detiene
a dónde se irá es la pregunta que deja escapar como una bocanada de humo
afuera el sospechoso vacío de la noche
la recibe entre los fríos paréntesis de la callada vida
mientras la luna se va perdiendo en la agreste lejanía
donde desciende premeditadamente el olvido
otra vez se desperdician los pasos del tiempo
y la desolación de la muerte arroja sus cenizas a las veredas
para que nadie vuelva a caminar sobre ellas
una noche cualquiera de 1942
al llegar a la esquina donde está el bar Phillies
observa que adentro hay cuatro personas y un gato que sólo ella ve
allí la mujer pensativa busca establecer una conversación
al lado de un señor que al entrar
aún no se ha quitado el sombrero
como si se conocieran
como si la consoladora tregua del aire de los recuerdos
los señalara discretamente
la mujer desnuda y de perfil
cree reconocer al señor del sombrero negro y pies grandes
dice que se llama Edward Hopper
es pintor y todas estas noches viene como si no estuviera
Los niños
ellos juegan en el amplio
y bien cuidado jardín
uno lanza la pelota con inusitada fuerza
que desaparece tras
los matorrales de la casa de al lado
en esa casa vive un ciego
con su mamá bien sentada en el sillón
muerta hace años
los cinco niños no se quedan mirando
actúan como si no pasara nada
el otro lanza nuevamente
¿pero con qué pelota?
y el juego continúa
no muy lejos desde el comedor
la señorita Maxi observa
le cuesta creer que esos niños existan
toma el cuaderno y con un lápiz bien afilado
empieza con un par de líneas
hasta completar la página
levanta la vista y los niños ya no están
pero aún se oyen sus voces
se pone de pie deja a un lado el cuaderno
y se dirige hacia el amplio jardín
donde observa pisadas que se mueven
en distintas direcciones
se sofoca porque le cuesta respirar
regresa hacia el comedor y se sienta
hace una obligada pausa
luego abre nerviosamente el cuaderno
hasta encontrarse con la sorpresa de que los niños
están dentro del cuaderno
desde ese día su imaginación
tiene más preguntas que respuestas
Composición del amor puro
soy como la ausencia que aparece
el que no esperabas
el que amanece y permanece
el que sueña y ensueña
el que besa tu sonrisa
el que cae y se levanta para llegar hacia ti
el que desliza entre tus largas piernas mucha agua de caricias
el que ve en tus ojos la desesperación del amor
el que interrumpe el paso del viento para abrazar tus deseos
el que te ama sin pausas conjugando tus latidos
el querer que te quiere y mucho
él de ti lo que perturba y consagra
tú con él lo que trasciende y encarna
soy yo y la luz reflejada en el inquieto y suspirado mar de tu corazón
amorosos
intensos
inagotables
devorados
soy como la ausencia que enloquece tu destino
el que nunca esperabas
tu amor de hombre
mi maravillosa preciosa
Aseo
como quien se desata
de los poderes letárgicos
de la su(o)ciedad
se sueltan las manos los temores los pecados
como ese esmirriado cuerpo
que ni llega a los sesenta kilos
y que el espejo impostor de la realidad
delata que soy yo (lo pongo en duda)
se verticaliza en la presumida altivez
de su metro ochentaitantos
aliviándose con el aseo correspondiente
apenas unas cuantas gotas de agua
¿alguna exigencia o escasez?
trato en lo posible de no demorarme
pero mi distraída lentitud
sigue enjabonándose
felizmente el agua empieza a caer
libre deliberadamente eficaz
sin restricciones
en contados minutos la toalla
que fue de color blanco
justificara esta necesaria limpieza del cuerpo
breve sensación catártica
de generalizado frescor
donde se abren los pensamientos
y se agua la memoria
cuando dispongo de mi poca ropa
sin ningún criterio
violentado por la brusquedad
del apuro rutinario
desayunando aires de prisa
casi vuelo hacia la puerta
que alguien disimuladamente la entreabrió
cuando veo pasar la combi desesperada
conducida con tan demencial velocidad
sin que nadie pueda detenerla
igual corro tras ella
como si el premio de todos los días fuera
la necesidad de trabajar comer dormir y luego
trabajar dormir sin haber comido y trabajar de nuevo
entonces comer sin dormir y trabajar durmiendo
es una exquisita barbaridad vivir así
o será mejor ignorar el hambre que acecha
hasta el desarrollo de mi forma de mirar
o justificar el retraso exhausto
cuando hay tanta ansiedad vacía
es en ese momento de fragilidad
y lastimada esperanza
cuando aparece delante de mí
la amorosa presencia de mi mujer
trayéndome con su sonrisita resignada
-ayer mismo los lustré
por tanto ir y venir hacia ninguna parte-
el nuevo amanecer embetunado
de mis cansados zapatos sin taco
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