viernes, 22 de agosto de 2014

GWENDOLYN MacEWEN [13.005]


Gwendolyn MacEwen 

Toronto (Canadá),  1941-1987

Abandonó los estudios a los dieciocho años para dedicarse a escribir. Vivió una vida bohemia, y viajó a Israel y Egipto en su juventud. Fue escritora residente en la Universidad de Western Ontario y en la Universidad de Toronto. Ganó en dos ocasiones el premio Gobernador General de poesía. 




"Me ofreciste fuego para encender mi cigarrillo 
Pero cuando me incliné a la llama 
me chamusqué las cejas y el pelo 
Ahora pasa siempre lo mismo _ No importa donde 
nos juntemos, me quemas.

Siempre tengo que detenerme y frotarme los ojos 
y sacudir el fuego que vive en mi pelo."


                                          (Gwendolyn MacEwen)


Gwendolyn MacEwen comenzó su carrera literaria siendo prácticamente una adolescente. A los dieciséis años publica su primer poema en la revista The Canadian Forum, aunque empieza a ser reconocida como parte integral del panorama literario canadiense a los veintidós años. Desde el principio se caracterizó por ser una escritora con una confianza sorprendente en sus propias capacidades. 

Tal y como hicieran Blake y Yeats, MacEwen se inspira en lo oculto y místico más que en una mitología tradicional. Sin embargo, se afana por encontrar cómo lo mitológico y lo mágico emanan de lo mundano y doméstico. Esta percepción del mundo y de la vida hace que su obra adquiera un aspecto visionario en el que el sentido del tiempo y del espacio se desvanece.

Consecuentemente, se produce en su obra una correspondencia inmediata entre países distintos y entre seres humanos diferentes, sin importar a qué lugar geográfico ni a qué época histórica pertenezcan. MacEwen crea, asimismo, ambientes de magia y fantasía, paisajes y figuras oníricas que más que alejar al lector de la realidad, lo que hace es inducirle a que la contemple con nuevos ojos. Su primera sensación, sin embargo, es la de sentirse arrastrado hacia un mundo antiguo y mítico hasta que descubre que ese mundo de sueños es sólo el medio utilizado por la escritora para acentuar su compromiso personal con una realidad compleja y contemporánea en la que el mito se halla inmerso. Desde un punto de vista formal, el mito es representado en su obra a través de la totalidad de la paradoja, de la lógica invertida y de la yuxtaposición constante de lo profundo y lo profano. [ González Rodríguez, María Luz ]

Publicaciones:

Poesía:

Selah. Toronto: Aleph Press, 1961.
The Drunken Clock. Toronto: Aleph Press, 1961.
The Rising Fire. Toronto: Contact Press, 1963.
Terror and Erebus (1965)
A Breakfast for Barbarians. Toronto: Ryerson Press, 1966.
The Shadow-Maker. Toronto: Macmillan, 1969.
The Armies of the Moon . Toronto: Macmillan, 1972. ISBN 978-0-7705-0868-5
Magic Animals: Selected Poems Old and New. Toronto: Macmillan, 1974. ISBN 978-0-7705-1214-9
Trojan Women, 1981.[8]
The Fire-Eaters. Ottawa: Oberon Press, 1982. ISBN 978-0-88750-179-1
The T. E. Lawrence Poems. Oakville: Mosaic Press, 1982.
Earth-Light: Selected Poetry 1963-1982. Toronto: General Publishing, 1982. ISBN 978-0-7736-1117-7
The Man with Three Violins 1986 HMS Press (Toronto) ISBN 0-919957-83-8
Afterworlds. Toronto: McClelland and Stewart, 1987. ISBN 978-0-7710-5428-0
Atwood, Margaret and Barry Callaghan, eds. The Poetry of Gwendolyn MacEwen: The Early Years (Volume One). Toronto: Exile Editions, 1993. ISBN 978-1-55096-543-8
Atwood, Margaret and Barry Callaghan, eds. The Poetry of Gwendolyn MacEwen: The Later Years (Volume Two). Toronto: Exile Editions, 1993. ISBN 978-1-55096-547-6
Gwendolyn MacEwen, Meaghan Strimas, Rosemary Sullivan, Barry Callaghan (2008). The Selected Gwendolyn MacEwen. Exile Editions, Ltd. ISBN 978-1-55096-111-9.

Ficción:

Julian the Magician. Insomniac Press. 2004 [1963]. ISBN 978-1-894663-57-1.
King of Egypt, King of Dreams. Insomniac Press. 2004 [1971]. ISBN 978-1-894663-60-1.
Noman. Ottawa: Oberon Press, 1972.
Noman's Land: stories Coach House Press, 1985. ISBN 978-0-88910-312-2

No-Ficción:

Mermaids and Ikons: A Greek Summer. Toronto: House of Anansi, 1978. ISBN 978-0-88784-062-3
Children's books[edit]
The Chocolate Moose. Toronto: N/C Press, 1979. ISBN 978-0-919601-57-4
The Honey Drum. Oakville: Mosaic Press, 1983. ISBN 978-0-88962-228-9
Dragon Sandwiches Black Moss Press, 1987. ISBN 978-0-88753-157-6

Traducciones:

Euripides. The Trojan Women. 1979.[8]
Aristophanes. The Birds. 1983.[8]




La luz del sol en la esquina de Sherbourne y Bloor

Ya muy tarde mi bicicleta me lleva a través de la ciudad.
Me pregunto como nosotros
amoldamos nuestras vidas, estos desórdenes brillantes,
estos finos errores inspirados cuando – Mira –

El futuro está totalmente implícito en el presente,
el presente es el resultado lógico

De todos los puntos en el pasado y ese edificio al cruzar la calle

su construcción que viene desde Siempre.
Todo lo que hacemos hoy contiene las semillas de su propia transformación.
El puente yace sobre la quebrada honda.

Algo me dice: Nunca harás nada más vital, más
profundo, más perfecto o más necesario que

lo que estás haciendo en estos momentos.

Hoy ha sido Viernes, ese era su nombre – Viernes – y 
la luz del sol en Sherbourne y Bloor complementa la ciudad.





*



El Parque: veinte años más tarde

No es el mismo parque, pero podría serlo.
Es Christie Pits al fin del verano,
La tristeza colosal del fin del verano.
Otra arena, otro coliseo,
Atletas diferentes con su esbeltez poderosa,
Diferentes corredores con su fuerza esbelta.
Sentado en la grama reverdecida y lujosa comtemplo
Estos espléndidos jugadores al fin de su juego.


Traducción de estos dos poemas al español por Lidia García Garay



*



Sunlight at Sherbourne and Bloor

Late afternoon my bike takes me across the city. I wonder how we
fashion our lives, these brilliant disorders, these fine, inspired errors when

– look – the future is utterly implicit in the present, the present is the logical outcome

Of all points in the past, and that building going up across the
street has been going up forever. Everything we do now contains the
seeds of its own unfolding.  The bridge eases over the deep ravine.

Something tells me:
You will never do anything more vital, more profound, more perfect or more
Necessary than what you are doing right now.

Today has been Friday, that was its name – Friday – and  the
Sunlight at Sherbourne and Bloor completes the city.



*



The Park: twenty years later

It’s not the same park, but it may as well be.
It’s Christie Pits at the end of summer,
The colossal sadness of the end of summer.
Another arena, another colosseum,
Different athletes and their mighty slenderness,
Different runners with their slender might.
I sit on the extravagant overgreen grass and watch
These splendid players at the end of their game.





I have come to uncover the famous secrets
of earth and water, air and fire.
I have come to explore and contain them all.
I am an eye.

I need tons of yellow space, and nothing
in the spectrum is unknown to me.
I am the living center of your sight; I draw for you
this thin and dangerous horizon.

 (MacEwen, “The Mirage”, The T. E. Lawrence 
 Poems 37)




A BREAKFAST FOR BARBARIANS

my friends, my sweet barbarians, 
there is that hunger which is not for food–
but an eye at the navel turns the appetite 
round
with visions of some fabulous sandwich,
the brain’s golden breakfast
eaten with beasts
with books on plates

let us make an anthology of recipes, 
let us edit for breakfast
our most unspeakable appetites–
let us pool spoons, knives
and all cutlery in a cosmic cuisine,
let us answer hunger
with boiled chimera
and apocalyptic tea,
an arcane salad, of spiced bibles,
tossed dictionaries–

 (O my barbarians
we will consume our mysteries)

and can we, can we slake the gaping of our desires?
we will sit around our hewn wood table
until our hair is long and our eyes are feeble,
eating my people, O my insatiates,
eating until we are no more able
to jack up the jaws any longer–

to no more complain of the soul’s vulgar cavities,
to gaze at each other over the rust-heap of cutlery,
drinking a coffee that takes an eternity–
till, bursting, bleary, 
we laugh, barbarians, and rock the universe–
and exclaim to each other over the table
over the table of bones and scrap metal
over the gigantic junk-heap table:

by God that was a meal (BB 1).






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