Andrea Herrera Rojas
(Puebla-México 1991) es estudiante de lingüística y literatura hispánica en la B.U.A.P. Ha participado en distintos congresos sobre literatura y creación literaria a nivel estatal y nacional (9 CONEL 2011-Canon de mujeres 2012, Poética y retórica 2012 entre otros.) Como poeta colabora con revistas de corte literario como Cuatro patios 2010-Óclesis 2012-Complemento cultural Síntesis 2012. Está preparando la publicación de su primer plaquete de poesía, usando como tema el recorrido de la muerte y todas sus explosiones.
CALENDARIO MORTUORIO
Las muertes suelen ser diarias,
suma y resta.
Un beso negado,
palabras iracundas que serpentean y caen
dos gotas de simulacro,
viviendo la extracción del día.
Un vanidoso embriago,
y el sobrante de luz
quebranto del perfume necio.
Y gritos, supurando
aquello que es vida.
Cuervo muerto, nuestro augurio del quizá
Ayer / hoy
mientras caminaba torpe
y vacías mis pupilas
te escuchaban.
Descubrí un cuervo.
Resto inerte
de un vuelo caído.
El azul de su negrura
palpitaba.
Tal vez
se fue lejos
siguió tu sombra
buscando tus pasos.
Tal vez
como yo
con el deseo abierto
e inmortal de la pupila
más negra que el cielo
extraño.
Y entonces se encerró
con sus kilométricos olvidos
de agua fresca
y planeó al llanto.
Era un fénix
no renacerá
de sus plumas
ni de su ceniza.
En sus alas azules
vi mi historia
y cómo el corazón le estalló
al descubrir tu abandono sin regreso
de vuelos mutilados.
Las flores que vivas marchitan
Estas flores que me viven dentro
son noche saliendo de la boca,
clamor de lenguas y pistilo,
segando el dolor como de violeta.
Y esperas que repita
nuestras palabras selectas
que un tronco ligero acalla
en su vaivén de palabras.
Igual que a estos narcisos
siembro abismales oquedades,
de sangre con sus hojas lóbregas.
La savia de astillas
Solían dictaminar
que las frescas lagrimas
debían de cegarse
con fruta lozana.
Para sucumbir
en quebrantando
y en extravió
durante la batalla.
Ya nada duele
ser sin forma
con sangre.
Obnilunado
suelo recordar
la dictaminación.
Entonces
sollozó ante
la tinta oblicua
y la naturaleza sosegada
De rodillas
En está cárcel
de piel y huesos
abró desnuda la conciencia
que me revuelca al sol
y obliga a comerme el placer
que acalla las sombras
que me quieren cerrar.
Descubro la boca
los ojos
las manos.
En el silencio sangrante
deseo sostener
una aguja de reloj
granos de arena
todo el cielo
Posibilidad es elección
Me he dado al destino enteramente desnuda y me astilló con su filo inconmensurable de dolor/ olvido. Mi elección entonces ,no es lo mejor o lo conveniente, como la venda de mi verdad lo había decidido- En este segundo que marco suicida, elegiré como debe de girar el oráculo para que en una suerte de tiempo Edipo no posea a Yocasta y Paris no llegue jamás a la perdición en los rosados pezones de Helena, para que Cicerón ignoré sus sueños, para que Prometeo nazca sin hígado y desconozca el sonido milenario de cualquier cadena, Ítaca entonces será tu isla cercana a casa, Sísifo tendrá miles de monedas al momento de su muerte y Virgilio no recorrerá el purgatorio.
Pero sobre todo para que yo no cargue con tu olvido y entonces evite quedarme sola con mi nada.
ANGUSTIA
Sé que esta el silencio
que me abraza
mientras recorro el jardín
de pasto seco
Marte y la luna
lucen del mismo
árido modo
Recorro buscando
siempre buscando
una piedrita
un cabello tan tuyo
lo que cayó de mi bolsillo
sin darme cuenta
Pero no hay nada
Ni siquiera tiempo
Todo se borra
El paso que he dado
el paso que no he dado
mi sombra perdida
Yo no quiero
andar buscando
por la luna y Marte
lo que no encontraré
Sin embargo
busco
en este planeta tan roto y ajeno.
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