jueves, 17 de julio de 2014

ÁNGELA GRASSI [12.364]


Ángela Grassi

Ángela Grassi nació en Cromá, Italia el 2 de agosto 1823, hija de Lucía Techi y el músico Juan Grassi, quienes se casaron después de la conquista de Véneto por las tropas de Napoleón en 1805. En 1829, la familia se trasladó a España cuando Juan Grassi consiguió un puesto de músico en el teatro de Santa Cruz, en Barcelona. Esta experiencia llegaría a ser un tema importante en las futuras obras de Grassi en forma de la nostalgia que siempre tenía por su 'paraíso perdido,' su patria italiana. Durante estos años, la vida artística del padre influyó mucho en el pensamiento de su hija, quien aprendió a tocar el arpa y el piano a los once años. También, Ángela Grassi estudió la geografía, la retórica, la literatura, el arte francés e italiano y se licenció de maestra. La profundidad de sus estudios fue poco común para una mujer de la época.

Vida artística

En 1837, la fundación del Liceo barcelonés causó muchos problemas para el teatro de la Santa Cruz, dada la rivalidad iniciada con este nuevo teatro lírico. En consecuencia, la familia Grassi decidió mudarse a Madrid. En aquel entonces, Grassi ya había tenido cierto éxito gracias a la publicación de varias de sus obras teatrales; en Barcelona, había iniciado su carrera como escritora cuando se estrenó en el teatro de la Santa Cruz su drama romántico Lealtad a un juramento o Crimen y expiación. Al año siguiente, junto con su hermano Carlos Grassi (1818-1886), compositor operístico de cierto renombre, ella realizó Il proscrito d'Altermburgo, un drama lírico en tres actos con música de Carlos y libreto de Ángela. Cuando llegó a Madrid, Ángela conoció a su futuro marido, Vicente Cuenca, quien era periodista y crítico de música. Él se enfermó muy poco después y Grassi tuvo que cuidarlo por muchos años.

Premiada en 1866 por su novela Las riquezas del alma, ella ganó su ingreso en la galería de escritores españoles contemporáneos y en 1873 le fue ortogado el Premio Rodríguez Cao por su obra más melodramática, La gota de agua. Grassi recibió mucha atención internacional cuando su libro de lecturas instructivas, Palmas y laureles (1876) se hizo obligatorio en las escuelas públicas de la República de Venezuela. También, adquirió su propia revista, El correo de la Moda, de su hermano en 1867 y ella la dirigió entre los años 1867 y 1883. Grassi se dedicaba a escribir mucho para las revistas literarias, y sobre todo para El correo de la Moda. Ella también participaba con frecuencia en El Pensamiento, ''La Ilustración Católica y La Violenta. La mayor parte de sus artículos y folletines en estas publicaciones se caracterizaban por su apoyo de los valores conservadores dada la nueva mentalidad social de la época y la censura de las publicaciones periódicas femeninas. Las novelas populares de Grassi, Los juicios del mundo (1882-1884) y El favorito de Carlos III (1884-1887), fueron publicadas por primera vez en las páginas de El Correo de la Moda, al igual que las reimpresas de El lujo (1881) y Las riquezas del alma (1881-1882). Su marido Vicente Cuenca murió en 1881 y su muerte coincidió con la venta de El Correo de la Moda, pero Grassi no dejó de trabajar para el nuevo propietario hasta su muerte el 17 de septiembre de 1883.

Contexto histórico

El romanticismo

El romanticismo, a diferencia de sus tempranas manifestaciones en Alemania, Inglaterra y Francia, no floreció en España hasta la tercera década del siglo XIX por las fuertes raíces católicas del país y la invasión de Napoleón en 1808.

El mercado literario y las revistas para mujeres

El papel de las mujeres en el campo literario también era marcado por las revistas escritas exclusivamente para mujeres desde los 1820s hasta su apogeo en los 1840s y las décadas después. Las revistas de los años 1820 y 1830, tales como el Periódico de las Damas (1822-1823) y El Correo de las Damas (1833-1835), eran escritas por hombres para un público femenino, pero otras no menos populares como El Defensor del Bello Sexo (1845) también empezaban a verse compuestas de artículos y poemas por mujeres.

Las románticas

Durante la época romántica en España, había una transición a lo largo de la cual la mujer empezaba a conseguir sus propios derechos. Como nos recuerda Susan Kirkpatrick, en un mundo en que la existencia feminina era limitada al mundo doméstico, la mujer era definida por sus relaciones con los hombres y la casa. No era vista como un individuo autónomo, sino como la extensión de su marido, la perfecta casada y el ángel del hogar. O sea, la subjetividad feminina se entendía sólo dentro de la esfera doméstica. Por su parte, Grassi cuestionaba esta imagen patriarcal al reconocer las contradicciones y las relaciones de desigualdad que esa construcción social mantenía. Tanto Grassi como las otras autoras de la época luchaban por subvertir sus roles a través de la literatura. Sin embargo, a pesar de todos estos esfuerzos, el progreso quedaba bastante circunscrito: “… tanto las mujeres como sus producciones poéticas estaban sujetas a fuertes presiones sociales que exigían que se conformasen a ciertas normas,” (Museo Romántico). En otras palabras, durante la época, “por el mero hecho de escribir y dar sus escritos a la prensa, una mujer se exponía al ridículo o la desaprobación” (Museo Romántico). En el caso de Grassi, la literatura le servía como una extensión del alma y un foro para promover la emancipación de la mujer.

Producción literaria de Grassi

La mayoría de sus obras, casi exclusivamente publicadas en folletines, se caracterizaban por sus tramas amorosas de finales felices. A menudo las historias son didácticas en su afán de predicar los valores tradicionales de la época con digresiones moralizantes. Grassi solía lamentar la pérdida de las costumbres tradicionales, el peligro de una libertad mal entendida y el frío racionalismo de la época que había dejado a la mujer en un estado de disilusión. Grassi colaboró con algunos autores del día — Mesonero Romano, Hartzenbusch y Antonio Ferrer del Río, quienes fueron los que la animaron a escribir regularmente por la revista Crónica de ambos mundos.

A partir de 1860, ella escribía muchas novelas sentimentales en vez de dedicarse a la poesía y al teatro como en los años anteriores. Ella se adaptaba con facilidad a las nuevas demandas de una sociedad en desarrollo económico y con sus folletines pedagógicos aconsejaba que las mujeres evitaran el avance de las doctrinas francesas y los efectos nefastos del rechazo de la familia. Así, sus obras promovían los vínculos familiares a fin de enseñar la importancia del amor desinteresado. Sin embargo, en algunas de sus obras ella reformulaba sus digresiones hasta confundir sus lecciones morales con transgresiones feministas en que pasajes melancólicos, como los de El primer año de matrimonio, Cartas a Julia y El copo de nieve, parecen cuestionar el tratamiento de la mujer.

Muchos de los temas de las novelas de Grassi, tales como la religión, la maternidad y el amor también son evidentes en sus poemas como "La Fé", "Consejos de una madre á su hija" y "Recuerdos de la Pátria". En 1871 ella publicó una colección titulada Poesias en que todos estos versos salieron unidos y editados. Después de la publicación de este libro Grassi definió su poesía como “páginas arrancadas a la historia de mi vida” “palpitaciones de mi corazón” y “ensueños de mi mente”. Su poesía romántica formó una parte importante de la literatura femenina de la época y la crítica actual sigue celebrando su lirismo subjetivo.

Grassi condenaba las obras de muchos románticos bien respetados, como Byron y Espronceda, pero al mismo tiempo ella participó en este movimiento literario y por tanto el estilo romántico es una parte fundamental de su producción literaria. Grassi usaba su imaginación y sus experiencias personales en la vida para crear lecciones de virtud en sus historias que dignificaban a las mujeres. Sobre todo, Angela Grassi fue una escritora de mujeres y para mujeres. Por lo general sus protagonistas femeninos, las madres, las hijas y las esposas, eclipsan a los personajes masculinos. No obstante, en última instancia, la representación de la mujer en la literatura de Grassi es fundamentalmente tradicional, aun si existen algunos trasfondos feministas que protestan discretamente la injusticia de la sociedad y reivindican los derechos y la dignidad de las mujeres.

El copo de nieve

El copo de nieve, publicado en forma de folletín en 1876, ejemplifica la escritura de Grassi. Es una novela sentimental con rasgos costumbristas — una "historia breve de lágrimas" según el prólogo de Grassi — que se centra en el contraste de dos mujeres. Clotilde, la protagonista, se siente insatisfecha con la vida doméstica por ideal que sea y quiere escaparse del tedio en busca de sí misma. Juana es la antítesis, una mujer humilde que después de la muerte de sus padres sacrifica todo por su hermano adoptivo, Miguel.

El tono moralizante es bien didáctico, con el fin de "desenmascarar los efectos corruptores de las producciones literarias realizadas por escritores impíos" (Sánchez Llama). A pesar de su postura aparentemente conservadora, Grassi utiliza la yuxtaposición de la mujer sumisa con otra más ambiciosa para arrojar luz sobre las contradicciones inseparables del papel tradicional asignado a la mujer en una sociedad en que quedaba marginalizada.

De acuerdo con las tendencias románticas, Grassi recurre a imágenes de la naturaleza como reflejo de la disposición humana y emplea las técnicas de claroscuro y peripecia. Los temas principales de El copo de nieve incluyen las pasiones engañosas, la abnegación y sobre todo la fugacidad de la felicidad, destacada en las últimas palabras de la novela:

¡No teme a la vejez la que saborea los goces inefables del deber cumplido, la que sabe en qué consiste la poesía de la vida! ¡Dichosa la que refrena su imaginación y sigue las estrechas vías del deber y la prudencia, porque la felicidad es un copo de nieve que si toca al suelo se convierte en lodo! (Grassi)

Obras

Novelas

El último rey de Armenia. Novela histórica. (Detalles desconocidas)
El bêlsamo de las penas. Novela de costumbres. 4 Tomos. Madrid, 1864.
El lujo. Novela de costumbres. Madrid: Academia Tipográfica, 1865.
El camino de la dicha. Novela original. Madrid: Imprenta de ‘El Cascabel’, 1866.
Las riquezas del alma. Novela de costumbres. Madrid: Imprenta de ‘El Cascabel’, 1866. Dos tomos.
Los que no siembran, no cogen. Madrid: M. Galiano, 1868.
La dicha de la tierra. Diario de Barcelona, 1868.
La gota de agua. Madrid: Imprenta de G. Estrada, 1875. Dos tomos.
El copo de nieve. Novela de costumbres. Madrid: Imprenta de G. Estrada, 1876.
El capital de la virtud. Novela de costumbres. Valencia: Imprenta Católica, 1877. Dos tomos.
Marina. Madrid: Imprenta de G. Estrada, 1877. Dos tomos.
Los jucios del mundo. Novela de costumbres. El Correo de la Moda, 1882-84.
El favorito de Carlos III. Novela histórica. El Correo de la Moda, 1884-1887.
Cuentos pintorescos. Barcelona: Bastinos, 1886. Dos tomos. (Fecha del tomo primero desconocido)

Obras dramáticas

El príncipe de Bretaña. (Detalles desconocidas)
Lealtad de un juramiento o Crimen y expiación. Barcelona: D. M. Saurí, 1842. Dos tomos.
Il proscrito d’Altemburgo. Barcelona, Tipografía del Constitucional, 1843.

Obras poéticas

Poesías de la señorita doña Angela Grassi. Madrid: J. Trujillo, 1851.
Poesías. Madrid: M. Campo-Redondo, 1871.

Otros trabajos

Rafael o los efectos de una revolución. (Detalles desconocidas)
Los últimos días de un reinado. (Detalles desconocidas)
El heroísmo de la amistad o los Condes de Rocaberti. Barcelona: Mayol y Cfa, 1842. Dos tomos.
Manual de urbanidad para uso de la juventud de ambos sexos. Madrid, Calleja, López y Rivadeneyra, 1862.
El primer año de matrimonio. Barcelona: Salvador Manero, 1877.
Palmas y laureles. Barcelona: Bastinos, 1884.







Consejos de una madre a su hija

Mujer, ay, flor ignorada 
en un desierto perdida, 
por los vientos combatida 
y por el calor calcinada. 
Mujer, ángel de dolor 
que, peregrino en el suelo, 
vaga triste y sin consuelo 
sin arrimo protector. 
Juguete del hombre altivo 
que te tiende odiosos lazos 
y al cansarse, hecho pedazos, 
le arroja a sus pies esquivos. 






Alfabeto para una niña

Amor de patria comprende 
cuanto el hombre debe amar 
su Dios, sus leyes, su hogar, 
y el Honor que los defiende. 

Bondad, el que la merece 
con ánimo siempre igual, 
ni se abate con el mal 
ni en el bien se ensoberbece. 

Candor en toda expresión 
callar lo más que pudiere; 
muy cortés con las mujeres; 
pero sin afectación. 

Dios es el sabio creador 
que conserva y ama al hombre, 
sea cual fuere su nombre, 
condición, secta y color. 

Estudio y aplicación 
forman a la juventud 
y emulación de virtud 
sin envidia ni ambición. 

Franqueza, nunca indecencia, 
usa en la conversación; 
disimulo y no ficción; 
libertad, nunca licencia. 

Gratitud siempre al favor 
es un deber justo y grato 
y por eso el hombre ingrato 
es un monstruo que da horror. 

Honor es en sumo grado 
el alma del ciudadano 
sin honor es miembro vano, 
o pernicioso al Estado. 

Ira hace al hombre un tirano 
de inferiores y de iguales; 
la ira es propia de animales, 
porque no es afecto humano. 

Juego es una diversión 
honesta, si es moderado; 
pero si es inmoderado 
causa nuestra perdición. 

Libertad ¡oh dulce nombre! 
hermoso y celeste don: 
tú eres la misma razón, 
tú eres el alma del hombre. 

Moral, la sana moral 
consiste en amarse bien, 
en hacer a todos bien 
y en no hacer a nadie mal. 

Naturaleza sagaz 
llena y rige el universo: 
todo es bien; el perverso 
solamente está de más. 

Oro es un bien apreciable 
para el cómodo sustento; 
pero es el mayor tormento 
la sed del oro insaciable. 

Pereza es enfermedad 
tan mala como la muerte 
así no cabe el inerte 
en ninguna sociedad. 

Quijotería es un vicio 
que causa risa y desprecio 
pues en un quijote necio 
corre aventuras el juicio. 

Respeto a los superiores, 
respeto y amor al padre, 
amor, ternura a la madre, 
reverencia a los mayores. 

Sociedad es el Estado 
en que con otros vivieres 
y serás social si fueres 
justo, modesto y aseado. 

Tiranía y opresión 
suenan y expresan lo mismo; 
para salir de este abismo 
es honrosa toda acción. 

Venganza, nunca jamás: 
nunca, nunca odio o rencor; 
porque no hay placer mayor 
como amar y perdonar. 

Yo debo ser el primero 
para mi conservación 
más por buena educación 
en sociedad postrero. 

Zelo en cumplir su deber 
en cualquiera condición 
será la única ambición 
que un niño debe tener. 

Estas reglas, hijo amado, 
te harán un niño gracioso, 
un joven pundonoroso, 
un hombre bueno y honrado 
y un anciano respetado, 
que a sus iguales auxilia 
sus diferencias concilia, 
con bondad, no con rigor 
y muere siendo el honor 
de su patria y su familia.





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