martes, 10 de mayo de 2016

ANTONIO ANSÓN [18.672]

Ambrotipo por Martí Llorens y Atelieretaguardia. Barcelona, 2010



ANTONIO ANSÓN

Villanueva de Huerva, Zaragoza, 1960.

Autor de las obras de narrativa Como si fuera esta noche la última vez (Los Libros del Lince, 2016), Llamando a las puertas del cielo (Artemisa 2007, premio Cálamo 2008), El limpiabotas de Daguerre (Puertas de Castilla, 2007) y El arte de la fuga (Eclipsados 2009).

Y en poesía señalar Pantys mortels (Le Grand Os, 2007), Don‘t disturb (Filigranes, 2001) y Nada más que piedra, ortigas y alacranes (El Gato Gris, 2003), en colaboración con el fotógrafo Rafael Navarro, Este mensaje es para ti que tienes mucha soledad como yo (Huerga & Fierro, 2000), La misiva (Moreno-Avila, 1990), Memoria del limo (P.U.Z, 1989).
Ha publicado igualmente, entre otros ensayos, El ruido y la lira (Eclipsados, 2012), Novelas como álbumes (Mestizo, 2000, finalista del premio Anagrama de ensayo), y El istmo de las luces (Cátedra, 1994).

Colabora habitualmente en las revistas Fronterad y Clarín con ensayos/entrevistas sobre fotógrafos contemporáneos, y Quimera publicó algunos de sus microrrelatos. Como traductor, destacar la versión de Islas flotantes de Joyce Mansour (Periférica, 2012).



Poemas de Pantys mortels (Toulouse, Le Grand Os, 2007,  con dibujos de Pepe Cerdá y versión francesa de Aurelio  Díaz-Ronda) y Este mensaje es para ti que tienes mucha  soledad como yo (Madrid, Huerga & Fierro, 2000).




El atracaniños o cuento del Coco

Quietito y las pesetas, y el reloj
de los abuelos para tu primera comunión
con que medir el tiempo, y la muerte.
Sin rechistar y gracias vacía
los bolsillos, vacía el alma, pequeño, o te lleno de agujeritos con esta luz
afilada la barriga dulce de cabello
de ángel y los libros con sangre a la hora
que cierran las escuelas y los ojos
sin papás ni cuento ni noches
buenas ni beso ni música ni nada.


Le dévaliseur d'enfants ou le conte 
du croque-mitaine

Bouge pas : les pesetas et la montre
de papy pour ta première communion
celle qui mesure le temps, et la mort.
Pas d'histoire et merci vide 
tes poches, vide ton âme, petit,
ou je te remplis de petits trous avec cette lueur
aiguisée ta bedaine sucrée de cheveux
d'ange et les livres de sang à l'heure
où ferment les écoles et les yeux
sans papa-maman ni histoire ni bonne
nuit ni bisou ni musique ni rien.



Dios Padre despachando a las 9.30 A.M.

A ti por bajito y tú,
tú por llevar corbata.
Y también el rubiales 
que asoma sonriente y duda
antes de echarse a la calle ;
por rubiales y por simpático.
Tampoco tengo la culpa de que seas calvo,
ni de que hoy eligieras el jersey 
rojo en lugar del marino (detesto el rojo),
aunque en azul marino te hubiese dado lo mismo.
La señora del abrigo de pieles también,
y la que cruza el portal a toda prisa
en zapatillas y tejanos, y al niño
con cara de bobo, también, y al estudiante
que amarra su bicicleta
a la señal de stop, también, y a ese viejo también, se repetía
Anthony Palacios entre dientes apretando 
los disparos, casi sin tiempo para oírse los pensamientos, 
en su Kalachnikov turbado y decidido.



Dieu le Père réglant ses comptes à 9.30 A.M.

Toi parce que tu es petit et toi,
toi parce que tu portes une cravate.
Et aussi le blondinet
qui se penche en souriant et hésite
avant de se lancer sur le trottoir ;
parce que blondinet et parce que sympathique.
Ce n'est quand même pas de ma faute si tu es chauve,
ni que tu aies choisi aujourd'hui le pull
rouge au lieu du pull marine (je déteste le rouge),
quoiqu'en bleu marine pour toi ça n'aurait rien changé.
La femme au manteau de fourrure aussi,
et celle qui traverse l'entrée à toute allure
en baskets et en jean, et aussi l'enfant
avec sa tête d'imbécile, et l'étudiant
qui attache sa bicyclette
au panneau stop aussi, et le vieux aussi, répétait 
Anthony Palacios entre ses dents tout en appuyant
sur la gâchette, le temps à peine de s'écouter penser,
troublé mais décidé, de sa Kalachnikov.


Tonadilla dominical II

Porque yo fútbol y tú concurso,
porque estoy hasta las pelotas
de que acapares el mando a distancia y cocines
los huevos duros rellenos
demasiado duros, porque estoy cocido ya
de oirte sermonear por el pasillo, a puñaladas jamoneras 
te despido al barrio calladito de los muertos, aquí 
en el bajo vientre y el corazón cupido de lado a lado,
como las banderillas de olivas y salmuera,
como los pinchos morunos que nunca más
comeré domingos y fiestas de guardar con champiñones
fritos y tomate en ensalada. Y dame el jodido mando,
añadió Ernesto Rosales, con las manos ensangrentadas
y lágrimas en los ojos aturdidos.


Chansonnette dominicale II

Parce que moi c'est le foot et toi les jeux télévisés,
parce que j'en ai plein les couilles
que tu monopolises la télécommande et que tu fasses
les œufs durs farcis
trop durs, parce que je suis farci moi-même
d'écouter tes sermons dans le couloir à coups de couteau
je te renvoie dans le quartier silencieux des morts, ici
dans le bas-ventre et dans ton cœur cupide de part en part,
comme les banderilles d'olives et cornichons, 
comme les brochettes de viande que jamais plus
je ne mangerai le dimanche et les jours fériés avec champignons
frits et tomates en salade. Et donne-moi cette putain de télécommande,
ajouta Ernesto Rosales, les mains ensanglantées
et des larmes dans ses yeux ahuris.


Ballade du boucher de Rostov

Je vais te manger la langue,
et les tétons,
et le con.
Et il les mangea.


Balada del carnicero de Rostov

Te voy a comer la lengua,
y los pezones,
y el coño.
Y se los comió.
Isla desierta



Bolsas basura

Aspirinas
Fruta
Lejía
Verdura
Costillas
Yogures
Ajos
Cerveza
Jamón
Cuchillas
Macarrones
Olivas rellenas
Île déserte



Sacs poubelle

Aspirine
Fruits
Javel
Légumes
Côtelettes
Yaourts
Ail
Bières
Jambon
Lames de rasoir
Macaronis
Olives farcies




Adela López Cantín no quiso
salpimentar con matarratas las cebollas
de su tortilla aquel domingo de merienda hogareña y ensalada 
con tomate. Tampoco se propuso rematarlo
de rencor y asfixia con el cojín de punto y flores
amarillas, verdes y encarnadas.
Negó haber deseado su muerte con toda el alma y seguir
lavando sus calcetines y sus camisas como si nada y colgar
del tendedor un murmullo ronco de carrucha vieja
que parecía decir "que te jodan
cara mierda". Nunca hubo
intención de cortarlo en pedacitos 
y embalarlo y certificarlo y esparcirlo por los cuatro continentes, 
repetía ante el juez sin derramar una lágrima, a pesar del mal olor 
de su podrida memoria a pan con boquerones
en la oficina postal de Guadalajara.



Adela López Cantín n'avait pas voulu
assaisonner de mort aux rats les oignons
de sa tortilla ce dimanche de goûter familial et
salade de tomates. Pas plus qu'elle n'avait eu l'intention de l'achever
par asphyxie et rancune avec le coussin brodé de fleurs
jaunes, vertes et rouges.
Elle nia avoir désiré sa mort de toute son âme avant de se remettre
à laver ses chemises et ses chaussettes comme si de rien n'était puis d'accrocher
au fil à linge un murmure rauque de vieille poulie
qui semblait dire « va te faire foutre
tête de merde ». Elle n'avait jamais eu 
l'intention de le couper en petits morceaux
ni de l'emballer et le recommander avant de le disperser aux quatre continents,
répétait-elle au juge sans verser la moindre larme, en dépit de la mauvaise odeur
de pain aux anchois de sa mémoire pourrie
dans le bureau de poste de Guadalajara.






Pum-pum, muerto, con cara de malo 
y la pistola echando humo se derrumba 
sangrando por un costado y diciéndose que al fin 
llegó ese día tan esperado 
en mitad de curiosos que aguardan impasibles 
el último suspiro para romper 
en aplausos y olés y vivas 
a la madre que lo parió. Circulen, 
increpa el municipal, por allí,  
señalan los dedos de la culpa calle arriba,  
por la cuesta de guijo y farolillos, 
que me estoy muriendo, piensa, 
pienso, se está muriendo, y se apagó, 
dijeron los periódicos, como un pajarito 
en mitad de un charco de sangre, flash, 
de repente, mamica mía, fueron 
sus últimas palabras de reo libérrimo, 
de muerto triste, sin cartón ni trampa 
ni tercer día embalsamado en los afeites negruzcos 
de la última página,  
más allá del tiempo y los deportes y la bolsa  
de la vida.



Tonadilla dominical I

Dónde está el mando 
a distancia, joder, que te quedaste
viendo la tele hasta las tantas y nunca
recuerdas dónde lo metes,
con esa puta manía tuya de recogerlo todo.
Me importan una leche los bocadillos 
de salchichón, que vengas a buscar el mando, coño.
No, no está en el aparador de arriba,
ni en la cesta de los periódicos; tampoco,
ya he mirado debajo de los cojines. Vale. Ya vendrás
la próxima vez que se atasque la batidora diciendo
que no se qué que no se cuántas, le irás a preguntar 
a tu padre, que lo sabe todo. Y ni se te ocurra
insinuar de comprar una nueva, ¿me oyes?, 
que se atasca, que se atasca, el brazo se te va atascar 
de batir los huevos en esta casa,
¿me estás oyendo?, pues contesta,
me cago en dios, contesta, ¿dónde joder
has metido el mando a distancia?



Te voy a rajar, cabrón, a rajar,
repetía mientras le pateaba la cara
bajo aquellas botazas. Y tumbado
en el suelo, a cada puntapié rebotaban 
sus occipitales secamente en el zócalo 
del portal: chonk, chonk.



Cafetería Las Palmeras, domingo, 
tomando unas cañitas y salmuera a las dos menos cuarto



A mi Adriana, explicaba
Josemari el Tarjetas, la gusta
que la follen, que la follen
de muchas maneras y, por encima de todo, 
que la follen mucho rato.



Deja libre al animal que llevas dentro.
HOMBRE ATRACTIVO. Sumiso. Transformismo.
Para humillar y ser humillado.
Discreción. Relax. Tarjetas de crédito. 358970G






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