domingo, 22 de mayo de 2016

DON MEE CHOI [18.761]


DON MEE CHOI

Nació en Seúl, Corea del Sur en 1962 y ahora vive en Seattle. Además de su propia poesía, Choi es un prolífico traductor de poetas modernos mujeres coreanas, incluyendo varios libros de Kim Hyesoon .

Don Mee Choi es poeta y traductora de poetas contemporáneos de Corea, autora de los poemarios Hardly War (Wave Books, 2016) and The Morning News Is Exciting (Action Books, 2010). 

Es la ganadora de un Premio Whiting Writers 'y el Premio Lucien Stryk traducción de 2012. Vive en Seattle.

Libros 

The Morning News is Exciting, Action Books, 2010
Petite Manifesto, Vagabond Press, 2014 (chapbook)
Hardly War, Wave Books, 2016

Traducciones 

Mommy Must Be a Fountain of Feathers by Kim Hyesoon, Action Books, 2005
Anxiety of Words: Contemporary Poetry by Korean Women, Zephyr Press, 2006
All the Garbage of the World, Unite! by Kim Hyesoon, Action Books, 2011
Sorrowtoothpaste Mirrorcream by Kim Hyesoon, Action Books, 2014
I'm OK, I'm Pig! by Kim Hyesoon, Bloodaxe Books, 2014

Premios 

2011 Whiting Award
2012 Lucien Stryk Asian Translation Prize for All the Garbage of the World, Unite! by Kim Hyesoon


Nació en Corea del Sur en 1962 y llegó a los 19 años a Estados Unidos, luego de una estancia en Hong Kong. Su primer libro de poesía —que va del fragmento al verso, de la nota suelta al párrafo completo— interroga esta experiencia desde el punto de vista más íntimo de la historia personal pero también desde la crítica acérrima e inteligente al neocolonialismo y sus sintaxis. A veces, el que se va deja a un gemelo imaginario en su lugar. A veces, cuando la poesía lo hace posible, estos dos intercambian mensajes que, con suerte y gracias a Action Books que publicó este libro en el 2010, podemos leer.

Aquí va una traducción de “Un viaje de la neocolonia a la Colonia”, en The Morning News Is Exciting! (Action Books, 2010), p. 81-85.

Cristina Rivera Garza
http://cristinariveragarza.blogspot.com.es/2012_01_01_archive.html




Se fue a Hong Kong en 1972. Tenía diez años y entonces sólo hablaba coreano. Imaginó que había dos de ella. Me imaginó. Yo crecí en Corea del Sur mientras que ella crecía en Hong Kong. Yo me quedo donde estoy.

Mi mensaje para ti:
Me quedé atrás. El hogar es una cosa en capas.

Tu mensaje para mí:
El té verde es la norma y no se le añade nada más. En la economía de la Colonia es esencial que se aproveche cualquier oportunidad para darse a conocer. Si vienes de una neocolonia desconocida, entonces eres nada y así permanecerás hasta la fecha de tu partida. Toma un trago y quédate cerca de tus familiares. Tu equipaje pronto absorberá la niebla. Al transbordador en que viajas le depara una sorpresa —Té y los Ingleses. Ahora resulta evidente que la Colonia espera poder mantener a su creciente población en un estándar de vida razonable. Tu lengua es optativa. Es ideal para tu nueva situación doméstica: un departamento de tres recámaras con un balcón lo suficientemente grande para ti y tu tristeza. Todos admiramos la vista al puerto. No busques árboles ni sus flores. Los gorriones dejarán de gorjear después del crepúsculo. No te dejes enterrar por tu abrigo. No hay inviernos aquí. Por supuesto que puedes estar desolada. Esa es la Ley. Establecer residencia en una Colonia usualmente implica una cierta seguridad e incertidumbre. Toma otro trago. El té verde es la norma y no se le añade nada más. No te dejes embaucar por la ausencia de un toque de queda. Sabemos que la distancia es abrumadora. Ese es un aspecto esencial de la Colonia. Si vienes de una neocolonia desconocida, es necesario que te identifiques. No nos interesa. Aquí apreciamos el crecimiento rápido.

Mi mensaje para ti:
La hogar es una cosa en capas. Vivo como si no te hubieras ido nunca. Vivo en la casa en que naciste y hablo tu lengua optativa. Aquí sí hay inviernos. Me pongo seguido tu bufanda de listones y los guantes rojos. Te imagino de niña. Tú tienes una vista al puerto y yo una al río. La distancia es abrumadora. Se ha registrado un cambio en la Ley. La ley de 1972 ratifica la ley de 1961. ¿Qué pide la Ley? Estamos desoladas. Tu madre envió la maleta con la ropa usada. Me pongo tus vestidos sin mangas y huelo tu niebla. Mis gorriones no tienen ningún lugar al cual ir. No sé si mis nubes te alcancen o no. Te imagino de niña. Espero tu regreso.

Tu mensaje para mí:
Sé de la nostalgia. Es inimaginable e involucra a la comunidad de alguna manera. Empieza con una familia en la distancia. La seguridad no es nada. Partir no es nada. La Colonia es algo pero la neocolonia no es nada. El invierno no es nada; sin embargo, la Ley es algo. El caso es que estás desolada. La ideología es una cosa en capas. La Colonia es espacial. Una teoría descriptiva, que le llaman. La cena, el alimento más importante del día, que originalmente se tomaba a mediodía, y que gradualmente empezó a tomarse más tarde, no se empezó a servir entre las 3 y 4 de la tarde sino hasta el siglo XVIII. A media tarde se sirve el té, la hora de las visitas decentes. Tu familia se puede sentir incómoda en la mesa. Ahora los separan las sillas. Ahora duermen separados del suelo, bajo sábanas removibles. Y sueñas en capas: la montaña, el mar, el río, el puente, y el transbordador se traslapan, se doblan, y parten. Es posible que tu lengua optativa se deforme. A tu madre puede aquejarla un mal —el precio de tener un mundo interior. Quitarse los zapatos al entrar en casa está bien, pero no es apropiado hacerlo frente a la Ley. El hogar es nada y esa nada eres tú. Las nubes desaparecen con el tiempo. Debes soportar la distancia. La niebla es tu hogar.

Mi mensaje para ti:
Te fuiste. Por favor, regresa. Tengo tu peine. Sé de la nostalgia. Se abre como el paraguas de mamá. Juego a vestir a tus muñecas de papel, el clóset dibujado a lápiz. Camino despacio sobre el puente, tu horquilla para el pelo en mi pelo. El río tiene las aguas revueltas. Arrojo mis brazos y me quito los zapatos. Soy ninguna. Por favor, regresa. Tengo tu peine. Deprímete. Desaparece. Dile que no a la cena y a la niebla.

Tu mensaje para mí:
Olvidar es maravilloso y la noria de mi padre no tiene fondo. Freud dice: la manera en que se desarrollan la tradición nacional y la memoria de la niñez de cada individuo podría llegar a ser totalmente análoga. En efecto, alguna alta autoridad puede cambiar el objetivo de resistir por el de recordar. La locura puede ser una forma de resistencia. Olvidar es maravilloso y la noria de mi padre no tiene fondo. Para poder recordar un incidente doloroso para la sensibilidad nacional, la agencia psíquica de base tiene que resistir a la alta autoridad. Sin embargo, esto va contra la Ley. Té y recuerdos falsos. ¿Qué es más adorable? ¿La Colonia o la neocolonia? El cambio en el objetivo es menor. Olvida algo y, luego, recuerda cualquier otra cosa. Lo más adorable es el inconsciente, es tan vívido. En defensa de la paramnesia de la nación, el té debe servirse a todas horas. Migración, ¡mi nación! La familia en la distancia debe estar separada por un océano. La cercanía puede provocar accesos de nacionalismo. Obedece tus obsesiones de orden. La soledad de la niñez puede cambiar de objetivo. La soledad de la nación es una falsa categoría. Sé un fraude. Sé la Ley.

Mi mensaje para ti:
¿Estás triste? No estoy enojada. Te sentaste sobre el regazo de tu padre. 1972 fue el año de tu partida. Me acuerdo de tu falda de flores y tus shorts, la horquilla en tu cabello. La Ley se estaba acercando y tú te estabas alejando. Mis nubes te persiguieron. ¿Eres adorable? Yo soy tan vívida. Mis gorriones viajan sobre el océano a través de la noche y recuerdan tus flores. No soy tierra baldía. Yo sigo.






Untitled [1950 June 27]

1950 June 27: my father heard the sound of the engine of a North Korean fighter plane, Yak-9. Foremostly and therefore barely consequently in the highest manner, he followed the sound, running towards the city hall. After all it was hardly war. Yak-9, made in Russia, flew over the plaza of the city hall. Then in the most lowly predictably ethically unsound manner from the point of view of everything that is big and beautiful, the sound of the machine gun. He missed the chance to capture the Yak-9 with his camera. That late afternoon the yet-to-be nation’s newspapers were in print, but no photos of the war appeared in any of them. After all it was hardly war, the hardliest of wars, neverthelessly Yak. And it turns out that one thing is better than another. Hence still going forward, napalm again. Always moving up to Choson Reservoir. Always another hill, for in no circumstance can man be comfortable without art. Why that is so has nothing to do with the big problem—what to do with the orphan kids. And always the poor hungry kids. Now look at this and look at it and look at it. This is what the Republic of Korea is fighting for—miles and miles and miles of order words that are given in our society. Merry Christmas, Joe! Phosphorous and flamethrowers. Fire them up!—burn them!—cook them! Beauty is pleasure regarded as the quality of a thing from the point of view of everything that is big and beautiful in the highest manner possible and why that is so has nothing to do with hills and more hills, rivers and more rivers, and rice paddies and more rice paddies. How cold does it get in Korea? Brass monkey cold.







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