Manny López
(Morón, Cuba 1969) Poeta y narrador.Llegó a Estados Unidos en el éxodo del Mariel, a los 10 años de edad. Fundó en 2006 la Galería Zu, espacio alternativo y de tertulia que mantuvo hasta el 2010 en Miami, donde actualmente reside. Es director de Project Zu, un programa de fomento y difusión de actividades culturales que presenta mensualmente en la Alliance Francaise de Miami. Sus poemas han aparecido en diversas publicaciones como La Peregrina Magazine, Linden Lane Magazine, y Contratiempo. Su primer poemario, "Yo, el arquero aquel" se se publicó en Octubre del 2011 por la Editorial Velámenes.
Su poesía en español ha sido publicada por las revistas Anterior Review, Arique, Baquiana, Crear en Salamanca, Contratiempo, Delirium Tremens, La Peregrina Magazine, LaFanzine, Letras Salvajes, Linden Lane Magazine, Nagari, Revista Conexos, Revista Literaria Ombligo, Surco Sur y Ventana Abierta, entre otras. Su poesía fue incluida en la antología poética La luna en verso, publicación de La Noche en Blanco de Granada (Ediciones El Torno Gráfico, 2013). Fue columnista de la revista digital Sub-Urbano (2013-2014). Su primer libro de poesía, Yo, el arquero aquel, fue publicado por la Editorial Velámenes (West Palm Beach, 2011). La editorial TheWriteDeal le publicó una versión digital de su libro de cuentos cortos en inglés Room at the Top (New York, 2012) y una versión impresa del mismo fue publicada por la editorial Eriginal Books (Miami, 2013), la cual fue presentada en la Feria Internacional del Libro de Miami. La Editorial Betania publicó su libro de poesía Los poetas nunca pecan demasiado (Madrid, 2013), ganador de la Medalla de Oro en los premios Florida Book Awards en el 2013. El barro se subleva (Ediciones Baquina, 2014), se presentó dentro del marco de la XXXV Feria del Libro en el Palacio Minería en el Distrito Federal. Ha participado del IV Festival Atlántico de Poesía “De Canarias al Mundo”, en Las Palmas de Gran Canaria y en el V Festival de Poesía de Lima en Perú.
La fruta del deseo
Han cortado a medias la glándula
que provoca deseo.
Fue pulposa en su momento
prometía frutos.
Al tocarla con la yema de los dedos
se abría esplendorosa
como lo hizo alguna vez
la Puerta de Jaffa.
Hace tiempo que reposa fermentada
perdió el brillo
y el olor constante
que perfumaba cada habitación.
La cesta que ha llevado a cuesta
se ha roto
como aquel sillón de pajilla
que nunca pudo ser restaurado.
Lo que perdí y puedo perder
Se perdió el pie derecho
después de caminar por el Zócalo
y la uña del dedo gordo izquierdo
se disfrazó con una burka
para pasar inadvertida
aunque terminó descubierta
por el dulcero de la esquina
quien la salpicó con miel
y grajea
haciéndola más dulce.
Se perdieron los ojos
mientras leían la Biblia
por primera vez
buscando respuestas a preguntas
que permanecen sin contestar.
Se perdió un pene
que no era el italiano
más bien chino
encogido por la pena
y la falta de deseo.
Se pierde la mente
a pasos agigantados
mientras formamos fila
bayonetas apuntando al espacio
a un nombre común
enemigo silencioso
equivalente a la guerra
que ambos queremos ganar.
Equivocarse
Equivocarse es tan común estos días
pensar que el extracto de la pasión
vive encerrado en el cuerpo adolorido
de un poeta a punto del suicidio.
Perder la noción de la realidad
malgastar segundos
confundir el olor a fosa
con el frescor de un omiero
que resbalará sin dogales
por el cuerpo apuntalado de un hombre
que recién descubre haberse equivocado.
Libélula soñadora
Una sonrisa a medias
cigarro de lado
y una perenne tacita
con alguna poción.
Revoletea en calma
libélula que
sueña… sueña… sueña…
una eterna letanía.
Esta mañana
silenciosa ha llegado
pronunciando excusas
entre tantas ya dichas.
El centauro que
a diario y cabizbajo la
lleva por toda la ciudad
hoy decidió quedarse pastando.
Marcianos con acentos isleños
la encerraron en un congelador
rodeada de orquídeas carnívoras.
Hasta ahora ha podido escapar…
Ya tarde en el día
cuando ha dejado a
un lado sus llantos
con pincel en mano
navega por el lienzo
con destreza.
Duerme poco
lasiempre enamorada
quiere tomar vinos italianos
tener ciudadanía española
a las 5pm: té con la princesa.
Anda más callada que
de costumbre
se marcha sin rumbo
un hada la abandona.
Turandot
Turandot viene y va como sonámbula
toma pildoritas para calmarse
como si fueran golosinas.
Pero ya nada lo logra.
Turandot viaja por compromiso
gritando ostias
porque en realidad lo detesta...
Detesta casi todo.
Turandot se compra zapatos de renombre
alivia sus dolores con algo que le cae en la cartera
lee libros en las noches desoladas...
Que son todas las noches.
Turandot es una experta en el veneno
riega a todos con su elixir
desde al desamparado con el corazón roto
hasta al señorito de porcelana.
Turandot emite alaridos
intimida con palabrotas de bar de marineros
Ella es una víctima más
de su desmesurado odio.
Turandot mira desde la torre con la espada en alto,
se le han derrumbado todos los puentes
siempre ha dependido de la bondad de los extraños.
Y mañana será otro día.
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