Jesús Ramón Ibarra
Nació en Culiacán, Sinaloa, México el 29 de julio de 1965. Poeta. Colaborador de Blanco Móvil, La Jornada Semanal, y Tierra Adentro. Premio Estatal de Poesía Inés Arredondo 1989 por Poemas dispersos. Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura 1994 por Barcos para armar y 1997 por Amigo de las islas. Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2006, en poesía, por Crónicas del Minton’Playhouse.
Obra publicada
Poesía: Paraíso disperso, DIFOCUR, 1991. || Defensa del viento, FONCA/Toque de Poesía, 1994. || Barcos para armar, CONACULTA, Tierra Adentro, núm. 171, 1998. || Heroicas. Andraval ediciones (Punto luminoso), 2013.
Solo de Clifford Brown en una habitación de hotel*
I
Al silencio de la habitación corresponde el silencio de la sangre:
Sólo el latir del pulso como un pájaro errado
Entre los hilos del pentagrama.
A la temperatura de la habitación corresponde la temperatura del
tiempo:
Sólo el incendio de la trompeta, al fondo de un impostado mar de
avispas.
II
Clifford Brown toca The Shadow of Your Smile mientras la habitación reproduce un bosque de signos ineludibles: el cigarrillo en el cenicero, la sábana que alienta su oleaje en el piso, la ventana como una hoja de aire donde, de memoria, diciembre escribe una carta de desarraigo.
De este sonido nace el polvo y se instala en la luz, como un habitante condenado a su quemante sosiego. De este sonido, también, nacen mujeres destinadas al abrazo duro de la noche, a sus armas, a la especulación de su infortunio.
Al silencio de la habitación
*Este poema forma parte del libro Crónicas del Minton's Playhouse, que obtuvo el Premio Gilberto Owen 2007.
ANTONIN PANENKA EJECUTA SU PENALTY
Por hoy doma las renegadas bestias
que conminan tu sangre a su derrumbe
por hoy aniquila el corazón acerado
que transporta su labia
su lengua magnética
su garra de ácidos exactos
a la gravedad de tu pulso
al visible temblor de tus rodillas
Por hoy concéntrate en dibujar tu territorio
tu patria chica –no más de doce pasos-
y toma el aire de los asesinos
a punto de dar
el golpe que los manda
a ese ignoto -y necesario-
país donde los impíos
celebran.
DE HEROICAS
Se nos fueron los trenes
nos dejaron
su imperio de zozobra
la velocidad de la luz
autos de iridiscente rabia
nichos
donde van a morir
los ácidos metales
Se nos fueron los trenes
y de pronto aparecieron
clubes de polizontes desterrados
un puñado de historias de suicidio
Se nos fueron los trenes
sin embargo
entre sueños de dura carne
sexo
premeditados crímenes
luz incierta
al fondo de un pasillo
alguien sueña con trenes que vendrán
a cruzar el jardín
de alguna casa
que asaltarán el campo de pelota
donde pastan hambrientos
los sueños de la tribu.
LEV YASHIN A SUS DISCÍPULOS
No es necesario
el resorte
preciso
de la fieras
y sí
en cambio
la certeza
de un paraíso
concentrado
inalcanzable
No es necesario
el magnetismo
de la mano
ni el músculo
abastecido
como un trozo de silencio
donde llegan sílabas
letras
pacientes oraciones
conjuradas
elipsis
Se necesita la impronta
de un vuelo
que altere
la gravedad
se necesita
la ligereza
sibilina
del dardo
cuando alcanza
el pecho
Volar es la victoria
de los ángeles
más no
de los audaces
que pulen
sus hallazgos aéreos
rescatan
tesoros
flotan en su potestad
y ahí
en esa imagen
de animal
captado en su caza
eternamente
perduran.
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