sábado, 25 de agosto de 2012

RUBÉN DARÍO ARROYO [7.555] Poeta de Colombia


Rubén Darío Arroyo 

Sincelejo, Sucre, Colombia, 1955. Poeta y ensayista, es Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad del Atlántico, donde es profesor en las Facultades de Ciencias Humanas y Educación. Ha publicado los poemarios: Postales para Martha, 1987; Crónica y Ausencias, 1997 y Hojas de Diario, 2001. Sus dos primeros libros fueron publicados bajo el sello editorial Escarabajo, constituido en grupo Literario y cuya revista del mismo nombre circuló en Barranquilla, la Costa Atlántica, otras regiones de Colombia y del exterior, durante la década de los 80.





Epigrama octavo

¿Qué habrá sido de ti?,
me pregunto hoy
que todavía sigo en esta patria de nadie:
entre miles de huérfanos, de viudas
y de tantos niños saltando el abismo del suicidio.
Por lo pronto, siento que sigo esperando,
No sé qué cosas, me muestren
Una leve esperanza
Para no sucumbir ante tu ausencia.
Es probable que este tiempo de masacres,
de tragedias y silencios,
no me alcance para volver a verte.
Por esas circunstancias se me hace imprescindible
seguir manteniendo, como una gota de mercurio,
este sueño entre las manos.





Epigrama tercero

A falta de campos
para ejercer ese noble oficio 
de sembrar semillas
que multipliquen los panes 
de esta tierra desolada 
por tantas guerras, sin sentido ya, 
te regalo el milagro de mis manos 
siempre dispuestas
a acariciar tu piel para encenderla.
Por favor:
No tardes en dar la bienvenida,
Desde los más lejanos meridianos
Se anuncia una eclosión irremediable.





EL AMANTE I 

Mientras la luna 
intenta besar a las palmeras de las costas, 
los amantes ríen 
de aquellos que esperan su retorno. 





EL AMANTE II 

En cada infiel 
siempre hay un equívoco infinito: 
el amante desconoce 
los oficios –non santos- 
de su pareja en la otra orilla.





EL AMANTE III 

El amante espera, mira su reloj, transpira, 
dibuja un paisaje en miniatura, 
mira al espejo para ver 
a quienes lo ven agonizando en su ritual. 
La amante sin afán alguno, 
perfila sus pestañas en el espejo 
del auto que la lleva, 
se da un nuevo toque de perfume. 
La cita se consuma: 
los amantes se beben el último aliento 
entre el aire fresco de la tarde, 
algunos sorbos de licor y música de ayer. 
regresan a sus lechos de orígenes. 
Es posible que mañana cada uno se pregunte 
entre prevenciones y viejos temores 
¿Quién estará engañando a quién?.





ESQUELA. 

A veces 
me siento 
como Heráclito sin fuego. 
Puede pensarse 
que es por las guerras 
de este tiempo. 
Es por tu ausencia. 






MOMENTO 

En un momento 
Un hombre viejo 
Y muy sabio 
Escondió la cicuta 
Para evitarme 
El final de la nada 
Que llevo en estas manos indefensas.








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