Josu Montero
Josu Montero (Baracaldo, España, 1962) es poeta, dramaturgo y crítico literario español. Desde su fundación, en 1983, pertenece a La galleta del Norte, colectivo que ha realizado múltiples actividades literarias, entre las que se incluye la edición de revistas y una colección de libros. Ha sido crítico literario del diario Egin y de Mugalari, suplemento cultural del diario Gara. Sus poemas, trabajos de investigación, reseñas y críticas se han publicado, además, en revistas como La Galleta del Norte, Zurgai, Pérgola, Artez, Aullido, Ekintza Zuzena, La factoría valenciana, Veneno, Cuadernos del matemático, Palimpsestos, Ínsula, Menú o la mejicana Alforja.
OBRA:
Montero, Josu (2007). Pornografía. Artezblai. ISBN 978-84-934898-6-1.
Montero, Josu (2002). Vendaval. Ayuntamiento de Santurce.
La galleta del norte (2007). Surtido y crujir de comedietas. Argitaletxe Hiru. ISBN 978-84-89753-47-1.
PUNK & TAO
“El budismo zen es una experiencia magnífica,
siempre y cuando te lleve paulatinamente al terrorismo”
–ROQUE DALTON–
I
BARAKALDO RÍA 2000
De mis pasos la ciudad se escapa
cuando tras descender
empinadas calles suburbiales,
la ensimismada ría vislumbrando,
por entre siderúrgicas fantasmales factorías
al gasolino presto me encamino.
Y un campo atravieso de batalla:
los herrumbrosos gaseoductos,
los astillados astilleros,
la desolada majestad rendida
de las altas chimeneas, .
los henchidos rimeros de olvidada escoria,
los muros desconchados de la patria mía
cubiertos de los restos de pasquines
y pintadas ya ilegibles.
–¿Qué se hizo El Capital?
¿Las asambleas y huelgas
qué se hicieron?–
Todo aquí es ceniza, humo, polvo, sombra, nada.
Esto es una mierda, pienso. Todo, una mierda.
Y ante mis atónitos ojos de repente
aparecen futuros y temáticos parques,
autopistas, grandes superficies comerciales…
… Alma de desalmado mundo.
–Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la ETT,
que es el morir;
allí van los grandes
reconvertidos capitales
prestos a rentabilizar y plusvalir.–
En estas ensoñaciones anda mi mente trajinando
cuando adelántanme dos chavales
de los de estrechísimos vaqueros, crestas,
negras botas y sucias camisetas de La Polla,
de los de imperdibles y candados
y demás apocalíptica ferralla escandalosa.
Cargados también de costo van y de litronas
y su presencia me arranca del delirio y me devuelve
al perdido mundo perdido de los vivos.
Es sólo unos minutos después,
atravesando esta cortante lámina
de turbio acero o arruinado caudal de metáforas tullidas,
desde el audaz gasolino de los boteros de Erandio,
que puedo verles de frente,
sentados ambos en el muelle miserable
con las botas colgando sobre la ría,
bebiendo cerveza y liándose un canuto.
Y al pasar ante ellos me doy cuenta
de que uno de los punks es una chica
pálida de ojeras kilométricas
y pelo verde a la que en este momento él
tiende de Oro Lujo la botella oscura.
Y, de existir,
os juro que ahí está
la poesía de estos versos,
en esa litrona que le ofrece
y en el canuto que con su lengua
ella ahora sella y luego prende,
en la volada y balbuciente mirada de él
y en esos ojos de ella que airados miran
por parecer quizá menos hermosos…
vano empeño, mundo vano.
Y a medida que con su traqueteo se aleja el gasolino,
ellos devienen minúsculos garabatos
mientras que, agazapada, la ciudad sin fondo
tras de ellos surge y les devora.
II
A punto de tragarse el más ardiente sol del año,
la gran montaña se alza sobre la urbe desangrada.
Allá arriba, cerca de la cima solitaria,
bajo las agujas de un oculto bosque de pinos,
guijarro que para siempre cayera en el Río de Piedra,
el monje taoista medita.
El mundo de rocío
es un mundo de rocío, sin embargo,
sin embargo…
Mas el ronco rugir de los camiones
se acerca a las interminables hileras
de desnudos troncos apilados
junto a la pista de embarrada tierra
por los gruesos neumáticos herida.
Una grulla de ceniza emprende el vuelo.
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