José Vicente Sala. Nacido en Oliva(Valencia) en 1973. Crítico literario del periódico Crónica de Oliva.
Es autor de los poemarios Diario de retorno, Premio de Poesía "Eladio Cabañero" 2001 (Ediciones Vitruvio, 2002), y Ciclo austral, Accésit del XV Premio Internacional de Poesía "Jaime Gil de Biedma" (Visor Libros, 2005).
NI META NI AFICIÓN
Si supiera qué es la poesía, no escribiría ni un verso. Como en tantas otras cosas de la vida, sí sé lo que no es. Resulta más sencillo descartar. La escritura es un acto que nace de la necesidad y, al explorar demasiado, se corre el riesgo de encontrar lo que menos esperamos. Quizá nuestro rostro en un mal día. Quizá un sabor olvidado.
La poesía no es ni meta ni afición. Latido constante que se detendrá con nosotros y que, seguramente, no habrá cambiado el mundo pero sí nuestros mundos.
Vamos uniendo palabras, cosiéndolas, desgarrando los retales ya hilados. Y seguimos, con un impulso que nos viene dado, con una tradición que pesa y que se traiciona, porque en poesía hay que ser infieles y no tener sentimiento de culpa.
Lo que escribo no soy yo pero no puede ser otro.
Los poemas y los seres humanos inacabados son siempre los mejores. O no.
POEMAS
SÁBADO
A mediodía la Pariser Platz es el lugar menos indicado para fumar tranquilamente un cigarrillo. Llega una multitud porque éste será el punto de partida de la gran manifestación contra la energía nuclear. Todos los niños llevan camisetas amarillas. Podría unirme a ellos y reivindicar una causa tan justa. Pero no sé cuándo seré dueño de otro sábado en la Pariser Platz. Además, tengo hambre y mi mayor problema es que me pica un huevo.
LA PERFECCIÓN DEL FUEGO
Podemos darle vida y apagarlo,
retirar con asombro las cenizas,
mas no podremos nunca
indagar sus contornos.
La perfección del fuego nos humilla.
Abrazarlo es morir.
Guardando las distancias,
lo que pasa contigo.
PARAÍSOS NOCTURNOS
Las avenidas tienen longitud de sorpresa
y en cada nuevo anuncio, nueva tentación brilla.
La noche es un instante que huele a eternidad.
Besamos al amigo en la tercera copa
y hay quien gime despacio, con voluntad de verso,
y en las habitaciones se olvida de la historia
que algunos conjugaron en buen condicional.
Amar es un intento de combatir al frío,
porque la vida tiene mitades con escarcha.
Será nuestra tarea buscar otros calores,
hundirnos en el fuego distante de la tierra
y ver que estamos solos, ajenos a la gloria,
con la mirada limpia que tuvo el primer hombre.
Paraísos nocturnos. De qué sirven las normas
cuando nada está escrito pero hay punto final.
UNA MAÑANA CUALQUIERA
Te levantas y el mundo sigue siendo
una espiral de labios y carcoma,
un espejo en el borde de la luna,
un mirar sin estar, nostalgia y humo.
Y una forma en mi boxer y unas ganas
de comer cualquier cosa que me quiera.
Te levantas y el cielo sigue mudo.
No hay señales ni tímidas sorpresas.
Sólo un hombre que duda y va extendiendo
la espuma de afeitar por la mejilla.
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