sábado, 25 de agosto de 2012

7552.- FLORIE KRASNIQI RITTINER







Florie Krasniqi Rittiner nació en Suiza el año 1982, pero reside en España desde 1990. Se licenció en 2005 en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Granada, y en Filología francesa en 2008. El mismo año obtuvo el Diploma de Estudios Avanzados tras cursar un doctorado y presentar una tesina titulada “La carta y lo kafkiano. Del discurso epistolar de Franz Kafka”.

Fueron editadas entre 2001 y 2002 algunas de sus composiciones poéticas breves. Publicó en 2004 el artículo «Lolita de Nabókov-Kubrick: ¿cómo pudo rodarse?», en Mundo Eslavo, Revista de Cultura y Estudios eslavos, Universidad de Granada. Ha recibido en 2005 una Mención de Honor por el relato “Réquiem” en el Concurso literario XICóATL “W.A.Mozart”. Fue publicado el mismo año el relato “Doscientas cuarenta y cuatro palabras, la eternidad” en un volumen colectivo editado por Publicaciones Acumán. Colaboró como redactora de artículos y relatos en la revista cultural granadina y de formato electrónico Lenguas de Fuego.





NARCISO FILÁNTROPO

Mira.
Las noticias exhiben clónicos infantes,
príncipes de la malaria:
África doliente.
Al otro lado del televisor,
en la parte cómoda del universo,
sólo sé escribirme versos y cartas de amor:
lucha entre mi suficiencia
y el vivo impulso de olvidarme de mí.
Bajo los neones de Beijing
epilépticos mendigos laten
en la sien de Occidente.
La flor de loto enferma de poesía,
flotando sobriamente al fondo del jardín.
Tu vientre abultado, Asia,
la escasez en Moscú: mi pluma arroja
tinta oscura, egocéntrica y fútil,
mientras ellos agonizan en tu hoguera
de vanidades: el dilema
de apagar una máquina en un hospital,
cuando una flor pequinesa se muere
en un portal abandonado.

Basta.
Cese su estruendo la máquina
que construye un edificio más alto
que el imperio lindante.
Basta de ruido,
de bacanales a medianoche:
un minuto de silencio
por el mundo, que se apaga.

Oíd (oíd…)
como África late, ¡Escuchad!
como África yace, igual que palpita
reservada, el hambre en Kosovo.
Una moneda brilla así en la nieve como en la duna,
una moneda por este oro azul
que exprimirás un día de la flor de loto:
candorosa aguarda que occidente la descubra,
al fondo de su jardín secreto,
junto a los jazmines marchitos de Palestina.

La tierra se desgaja sedienta
bajo los pies desnudos,
lagos helados que devuelven
impasibles mi reflejo a este lugar
donde descansan en paz mi metáfora,
mi narcisismo, toda la poesía
fugada de mis versos.





Manifiesto del subconsciente
-paradoja-

Ahora que me perdí (laberíntica),
prometes regresar con una larga hilera
aviforme siguiendo tus pasos.
Mi memoria,
      rota en un espejo.
                                     Usurpaste todas mis quimeras,
tú, fantasma cuyo tacto inventé
en el vacío de la almohada.
Ahora, mientras te escribo,
no soy ya una tragedia,
aunque es extraña
mi alma reluciente
cayendo sobre mí.
Me vuelco en la mesa,
cabello líquido
derramado en esta carta.
Al otro lado de la habitación
la tormenta
nace, y me erijo junto a mí
murmurándome al oído
el futuro, o el destino.
Te dije que me desvanecía
y ahora crees que estoy muerta,
profecía antojadiza, o hechizo indoloro,
no recuerdo, a veces,
todas mis palabras.
Aquí no importa la verdad
acérrimas ramas amargas de muérdago
sino lo que –tomándome por musa-
 quieras hacerme creer.






Manifeste du subconscient
-Paradoxe-

À présent que je suis égarée
tu promets
de revenir
suivi d'une longue allée
 d'oiseaux-labyrinthes.
    Ma mémoire, éreintée,
choit dans un miroir
brisé.
 Tu confisques
mes chimères, toi,
      fantôme découvert dans le vide
       de l'oreiller, livide comme un cri.
Je ne suis plus une tragédie
mais une âme scintillante
qui s’effondre sur moi.
Renversés sur cette lettre,
mes cheveux
liquides;
de l'autre côté de la pièce,
la tempête se lève et je m’élève
tout près de moi,
me murmurant à l'oreille
le futur, le destin.
Désormais tu me crois morte,
prophétie capricieuse, ou sortilège indolore,
dis-tu.
Ici la vérité n'a plus d'importance
amères branches de gui, acharnée,
mais si les phantasmes que j’invente
pour nous abriter.







Vida cotidiana de un viajero en el tiempo

Lo sabes tú, extraño
mago
de Oz. Detén ahora
mis espasmódicos vinilos,
enraízan con mis nervios
en la flor de la piel.
Te duermes en la oquedad
de mi cuello
como un humanoïde de papel y yo,
provista de tu etérea maleta,
ya estoy tan lejos…
Avanzo rápida en la máquina del tiempo
en busca de H.G. Wells,
su castillo verdegris,
decrépito museo.
Recupero del pasado mi lápiz
de labios, un decadente gramófono,
espejos de mercurio.
Nuevos y futuros Londres,
burbujas de chicle y piezas de pop art,
en este viaje me rescato de la Antigüedad,
antes de que me alcances
y devuelvas
al ahora efervescente
y diáfano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario