MARA GONZÁLEZ DE OZAETA
(Madrid, 1985). Estudió Filología Inglesa y crítica literaria en la Universidad Complutense de Madrid. Como autora académica publicó un ensayo de literatura comparada titulado Los niños perdidos encuentran al dios Pan: Peter and Wendy y Lord of The Flies en la antología Barrie, Hook, and Peter Pan: Studies in Contemporary Myth (Cambridge Scholars Publishing, 2012). Colabora con la revista Détour y ha creado un sitio web donde se escribe sobre cómics desde otro ángulo [angulocritico.wordpress.com].
Ha escrito tres volúmenes de poemas desde 2012: "La Lengua Dulce y el Signo Mágico", "Sintoniza Radio Juventud" y "Cosía un -ía con antipatía", aún sin publicar.
EL MINUTO DE LOS 200 SEGUNDOS
Es como, por ejemplo… cuando estás frente al lavavajillas y
resulta que he tenido que poner el lavavajillas a
hacer un segundo aclarado. Tengo que poner más
tazas con el té, pero están dentro del electrodoméstico
y cuando creo que por fin se han terminado de lavar
en realidad están cubiertas del polvito ese que deja
el jabón antes del enjuagado. Total, pienso en ponerlo a
aclararse porque sólo le tomará cinco minutos
más. El mecanismo indica que son seis, pero me marcho a
hacer otras cosas
y cuando vuelvo ya sólo queda un minuto más, dice. Pues
espero aquí y empiezo a servir el té a los invitados. Pero el
minuto que indica el temporizador es en realidad un agujero
negro de masa invisible cuyas moléculas han aparecido de
pronto en esta cocina y de pronto se produce un hondo
hueco
en el espacio/tiempo. Y allí estoy yo, con pantalón amarillo y
top de tirantes negro. De espaldas a la entrada, con la cabeza
muy quieta y los brazos cayendo a ambos lados de mi cuerpo.
Ensimismada, como estaría una recién llegada de otro planeta.
Estoy
encogida de hombros por el adormecimiento pos-almuerzo.
Cómo cuelgan las anchas cortinas blancas de la ventana de la
cocina. Al perro le falta algo más de agua en su plato y no ha
pedido nada desde hace un rato.
¿Qué le pasará?
Ahora corre una brisa. No puedo imaginar ya el calor que hemos
aguantado este verano. Mañana cuando visitemos Patones percibiremos
un anuncio del ocaso de este agosto de 2015 que en pocos días se
marcha y
entenderemos sin rechistar que viene septiembre, que siempre
aparece
un nuevo invitado en nuestras vidas y que hay que dejarle pasar.
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