viernes, 3 de julio de 2015

LEE SI-YOUNG [16.452] Poeta de Corea del Sur


Lee Si-young 

Lee Si-Young (nacido el 9 de noviembre de 1949) (Hangul: 이시영) es un escritor surcoreano.

Lee Si-young nació en Gurye, provincia de Jeolla del Sur, Corea del Sur. Empezó a publicar poesía en 1969. Su primer volumen de poesía, Luna llena (Manweol), vio la luz en 1976. Diez años después publicó su segundo volumen. Fue vicepresidente de la editorial Chagjakgwa Bipyeong durante muchos años. También ha trabajado como mánager del Centro de Escritura Creativa en la Universidad Dankook y en el año 2012 se convirtió en Presidente del Consejo de la Asociación de Escritores de Corea.

Obra

Un poeta de sensibilidad delicada, empezó su carrera describiendo la vida diaria bajo la dictadura militar de Park Chung-hee en los setenta y en los ochenta desde la perspectiva de la gente corriente, un tema que ha explorado con amor y simpatía. Tal amor se ha manifestado bajo la forma de algo más que una poesía confesional: busca transformar su arte en una canción para las gentes que sufren. Sus primeros poemas son largos y prosísticos, expresan su compasión por el pobre y el débil, y al mismo tiempo manifiestan una fuerte determinación de conservar su humanidad incluso en medio de las dificultades.

En los noventa sus poemas se volvieron mucho más cortos. Compuestos solo de dos o tres líneas, se parecen a los poemas budistas zen en su uso de un lenguaje mínimo y una forma compacta para sintetizar un mensaje profundo y una resonancia simbólica. Sus poemas de este periodo nos recuerdan que el poeta debutó con el sijo, que es la poesía tradicional coreana caracterizada por sus restricciones en la forma.

Esa evolución en su poesía muestra que la urgencia y las acuciantes emociones de los primeros años han sido reemplazadas por la calma psicológica y el lujo contemplativo. Lee Si-young ha manifestado que le basta que sus poemas no sean más que pequeñas ondas que trasmiten su corazón a los lectores y "se queden en su regazo como hojas caídas antes de desaparecer". En esta época de excesos, desea que su poesía permanezca bajo la forma de pequeñas ondas. Su poesía es un suave reproche a los poetas excesivamente sentimentales y, al mismo tiempo, la humilde confesión de un poeta mayor que ha soportado grandes dificultades y se ha mantenido fiel a su arte.

Obras en coreano (lista parcial)

Poemarios

Luna llena (Manwol, 1976),
Dentro del viento (Baramsokeuro, 1986),
Pararrayos y corazón (Piroichimgwa shimjang, 1989),
Estampado (Munui, 1994),
En el medio (Sai, 1996),
El calmo cielo azul (Joyonghan pureun haneul, 1997),
Silbido de plata (Eunbit hogak, 2003),
Mar, lago (Bada hosu, 2004)

Premios

Premio Literario Seorabeol (1994)
Premio Literario Jeong Ji Yong (1996)



Contemplación

Mátame
todo lo que ahonda y ensancha el yo dentro de mí
mátame
todo lo que hace florecer carmesís a las camelias
en las ramas secas que hay en mí
mátame
en un día de lluvias granizadas
todo lo que trae a miles de aceradas hojas de cuchillo agitándose en el vacío 
[huerto de bambú de mi corazón,
que las hace inclinarse gentilmente hacia mí en la más ligera brisa.



Cuando veo esa colina

Cuando veo esa colina, mi corazón arde en llamas.
La colina que durante todo el invierno solía ver yo
desde la ventana de la prisión
apenas sobreviviendo con sus costillas de blanco inmaculado
hoy abraza para sí misma una multitud de cimas infantes,
con su vasto pecho desnudo expuesto a la nieve de marzo,
expuesto a la nieve de marzo.



La nieve está cayendo

La nieve está cayendo
en la tierra donde nadie vive.
Una palabra, una solemne promesa, condenada al eterno olvido,
tiembla, lívida, y se colapsa.
Un grito que no alcanza a escuchar a aquel grito se colapsa encima de él, se 
[frota a sí mismo,
mientras otros gritos que no alcanzan a proteger a ese grito
se apilan detrás de los gritos.

Los gritos están cayendo
en la tierra donde nadie escucha.
Caen como puños, sin ruido, detrás de esos gritos.

Los ojos negros de alguien están buscando otros ojos
en la tierra donde nada puede verse.
Ojos que brillan, que no pueden ver a aquellos ojos,
y los ojos que alguna vez brillaron detrás de los ojos
en busca de los ojos que hacían falta
desaparecen en la oscuridad.

Las manos de alguien son llevadas en grilletes
en la tierra que nadie encuentra.
Las manos que llevan a esas manos tiemblan
y luego pierden sus propias manos.
En los corazones de aquellos que las han perdido
las manos carnosas están cayendo.


Versiones del inglés de Eduardo Padilla




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