Humberto Mariotti
(1905 - 1982) Argentina
Nació Humberto Mariotti el 11 de junio de 1905 en la ciudad de Zárate (a orillas del río Paraná), Buenos Aires, Argentina. Fueron sus padres Nicolás Mariotti y Julia del Ré, inmigrantes italianos provenientes de la provincia de Bari, situada en la zona peninsular de Italia; quienes se dedicaron como tantos compatriotas al cultivo de la tierra y la crianza de animales.
Fue el segundo de cinco hermanos: Domingo, el mayor; Olimpia, Amadeo y María (Maruca) los cuales compartieron con él las ideas de la Doctrina Espírita. Formaron hogares donde el estudio del espiritismo y las practicas mediúmnicas eran desarrolladas por varios de sus integrantes, puesto que María fue la esposa de Santiago A. Bossero, distinguido escritor y orador de nuestro medio; Domingo, padre de Rada y Onelia, todos integrantes activos en su momento de la sociedad Víctor Hugo de esta capital; madre de tres hijos espíritas también, emparentada con Antonio Melo, militante de la Confederación Espírita Argentina y de la Sociedad La Fraternidad a través del matrimonio de su hija Elma con Ernesto Melo, hermano de Antonio, y socio de la misma institución, y por ultimo Amadeo que, sin tener participación activa, publicó en varias oportunidades poemas en diversas revistas espíritas, entre ellas, Constancia.
Con referencia a sus estudios, diremos que cursó hasta el cuarto grado de la escuela primaria, ya que por razones económicas sus padres debieron interrumpirle los mismos. A pesar de ello su infancia transcurrió ávida de conocimientos y de invenciones tratando de descubrir los misterios de la salvaje naturaleza que conforman las barrancas producidas en la tierra por las corrientes continuas de las aguas del río Paraná y que fueron una constante en su poesía intimista. Ahí, en ese entorno, su mente dispuesta a la aventura y amante de todo lo desconocido, imaginó y organizó con amigos de su edad, un “ejercito libertador” semejante al del General Don José de San Martín (por quien poseía una entrañable admiración), y cuyo jefe, sin lugar a duda, fue él.
Como vemos, estos juegos infantiles, ya iban perfilando en Mariotti su futura personalidad de militante activo y dinámico de un movimiento progresista y de avanzada como lo fue, lo es y será el del Ideal Espírita.
Sus comienzos en la militancia espírita
Y los años continúan… y en 1925, contando ya con 18 años, se produce un hecho trascendente para su existencia. José Grillo, íntimo amigo de la familia y asiduo concurrente al Centro Espiritualista Luz, Caridad y Progreso, de la calle Gral. Paz 310, de Zárate, impresionado por la facilidad con que el joven asimilaba los temas de la filosofía y metafísica le prestó un libro. Pero este no fue como tantos otros, puesto que contenía en sí los principios de una doctrina que transponía los umbrales de lo humano para llegar al Mundo del Espíritu: El Libro de los Espíritus de Allan Kardec, editado en Barcelona, España, en 1904, era el ejemplar que José Grillo prestó a Humberto Mariotti (actualmente se encuentra en nuestra biblioteca). Leerlo y “enamorarse” de su contenido, de sus ideas, en fin de su Doctrina no fue casual; él debía conocer ese libro porque a partir de ese día penetraría en el realismo del Mundo Espiritual del cual no se apartaría jamás.
De su existencia terrenal solo dieciocho años no fueron vividos para la Doctrina Espírita, ya que sus cincuenta y nueve restantes los dedicó con amor y desinterés a través de libros, conferencias, poemas etcétera, a la práctica del Ideal que fue su Todo: el Espiritismo de Allan Kardec.
En el año 1926 siempre en Zárate y ya consustanciado con el Espiritismo, en un febril impulso juvenil escribe en forma manuscrita dos carillas sobre temas espíritas, a las que titula Revista Amor y Estudio, informando a sus lectores que próximamente aparecería impresa.
Alrededor de 1929 la familia se traslada a la Capital Federal y estudia y trabaja durante algunos años como Idóneo en Veterinaria en el desaparecido Frigorífico Anglo de Avellaneda. Simultáneamente se inicia en las actividades doctrinarias en la Sociedad Camilo Flammarion donde conoce a Luis Di Cristóforo Postiglioni, también destacado militante espírita. Años después ingresa a la Sociedad Víctor Hugo desarrollando en ella trabajos mediúmnicos, de investigación, etcétera.
Hechos Fundamentales de su Actividad Espírita
Del 1 a 10 de septiembre de 1934, junto con ese gran luchador que fuera Manuel S. Porteiro, concurren como delegados de la Argentina al V Congreso Espírita Internacional realizado en Barcelona, España, donde presentaron y defendieron ardorosamente la Memoria de la Confederación Espiritista Argentina, ya que en ella se proponía, entre otros puntos, “una mayor capacidad y desprejuiciamiento para la comprensión de los fenómenos y problemas sociales, que reclaman de los espiritistas un mayor conocimiento objetivo y una actividad franca y decidida que oriente su finalidad social y encauce la acción y la propaganda de acuerdo con la esencia de la moral espírita, que Kardec condensó en estos tres postulados: Libertad, Igualdad y Fraternidad”, etcétera. Constituyó, tanto para Mariotti como para Porteiro, la participación en este evento espírita internacional, un hecho de relevancia para sus futuras actuaciones doctrinarias al poder relacionarse con espíritas de renombre mundial. Los días vividos en Barcelona fueron recordados por ambos en muchas oportunidades, ya sea a través de escritos o de conferencias con profundo sentimiento.
Fue nombrado Presidente de la Confederación Espiritista Argentina en dos oportunidades, en 1936 y en 1966. En su primera presidencia, entre otros asuntos, se destaca el envío de una Carta Abierta al Jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, señor Casas Peralta en relación a “practicas absurdas, como ser arte adivinatorio, explotación curanderil, arreglos de casamientos, tarifas para las consultas que se efectúen”, etcétera, advirtiendo a dicha repartición que “la Confederación Espiritista Argentina es una institución que agrupa en su seno más de treinta sociedades legalmente constituidas, y que vela por el prestigio de una doctrina superior, como lo es la Doctrina Espírita”. Así fue, desde muy joven, el temperamento de Mariotti: apasionado defensor de los auténticos principios y prácticas de las ideas kardecianas.
Y su militancia espírita continúa, pero también llega a su vida el amor… Era integrante de la Federación Juvenil Espiritista Argentina una joven inquieta y emprendedora de nombre Ana Huici, que por extraña “causalidad” estaba emparentada con Doña Aurora Gálvez, fundadora de la sociedad Víctor Hugo. A través de sucesivos encuentros en reuniones campestres, conciertos, actos culturales se fueron revelando en ellos afinidades y sentimientos que culminaron con la unión de ambos el 22 de diciembre de 1937. De la misma, nació su única hija, Hebe Iris.
Ese hogar cimentado en el cariño, el compañerismo y por sobre todo en el amor a la luz del Espiritismo fue testigo de innumerables reuniones doctrinarias de las que surgieron y organizaron asambleas y congresos espíritas y espiritualistas nacionales e internacionales como lo fueron la Confederación Espírita Panamericana (CEPA); el Congreso Internacional para el estudio de la Reencarnación; el Movimiento por la Fraternidad Universal y tantos otros.
Humberto y Anita Mariotti vivieron 45 años juntos, unidos por su amor y por el servicio que ambos ofrecieron al Ideal del cual no se apartaron nunca. Ella fue la compañera constante de un hombre que dedicó su existencia a la difusión de una doctrina y él constituyo para ella el apoyo espiritual de un ser ávido de enseñanza y pensamientos que traspasaban el realismo material.
Fuente constultada:Hebe Iris Mariotti de Bellido, en el libro "El Realismo Espiritual en la Revelación Espírita" FEHAK - Buenos Aires, 2000
CAMINOS
Mi voz es flor de caminos,
caminos de vida clara,
caminos con luz de estrellas,
caminos con voz de agua.
Me voy por ellos cantando,
por ellos grabo mis lpantas:
al árbol le hablo del nido,
al hombre le hablo del alma.
Caminos con mi luceros
son mis caminos que cantan:
no quiero caminos flacos
¡quiero caminos que aman!
Un camino te regalo:
quiero que cantando salgas
con una flor en la boca
y en el pecho una guitarra.
La Tierra tiene mil penas,
la sangre su luz apaga:
un camino te regalo
con mil caminos del alma.
Al Cristo de Unamuno
Tú me haces, Señor, y me rehaces,
carne me das como oscura venda,
tierra de amargo abrojo, oscura senda
para verte cómo eres y qué haces.
Lago de hiel es esto que deshaces
en este laberinto -duda horrenda-,
que me llenas de luz en la contienda
y me revives el alma con tus paces.
Estoy lleno de agria mansedumbre
y busco sangres de dura maestría
y anhelo, en Ti, volverme ardiente cumbre.
Tú me deshaces esta débil cota,
yo te persigo como estrella fría
y llego a Ti, bramando en la derrota.
Poema del buen saludo
Cuando los hombres se saluden al amanecer,
al mediodía y al anochecer
habrá paz en las almas, en las palabras, en la canción,
habrá alegrías en las honduras de tu corazón.
Saluda siempre, amigo mío,
saluda al pobre, al rico, al desconocido,
saluda en el júbilo y la tristeza
y será feliz el árbol, el agua y el nido.
Saluda a todos los que encuentres en la ciudad,
en los campos, en las fábricas, en las calles,
saluda sonriente a todos y no estarás en soledad.
Saluda al soldado y al trabajador,
saluda al humilde y al doctor,
saluda al viento, a la nube, al extranjero
y habrá siempre una estrella en tu sendero.
Cuando todos se saluden reinará Jesús,
cuando todos sepamos saludar el alma de la tierra
imperará la luz.
Saluda, amigo, desde el aurora al ocaso
a todos los hombres y mujeres.
Saluda sonriendo a cada paso
que des y no habrá más padeceres,
y no habrá más carnes destrozadas,
y verás que todo es bello y sonoro
y todo brillará feliz como el oro.
Un saludo mejorará el planeta,
un saludo te convertirá en poeta,
un saludo creará una flor,
un saludo te traerá el amor.
(“Anales Pitagóricos”- Año XVIII-Tomo 14 – 1979)
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