Luis Reyes Rivera
1945-2012
Luis Reyes Rivera nació en Brooklyn, Nueva York, de padres puertorriqueños. Obtuvo su licenciatura en el City College de Nueva York
US Latino Poets en español
Por Xánath Caraza
Louis Reyes Rivera fue un poeta que se desplazó entre lo afrolatino y lo afroamericano en la ciudad de Nueva York. Sus raíces fueron puertorriqueñas, boricuas, como él mismo las identificaba. Reyes Rivera fue de los primeros poetas en explorar esa parte de la diáspora, tanto latina como afroamericana, en los Estados Unidos, en un momento donde poco se reconocía la parte afrolatina y automáticamente se asimilaba a lo afroamericano. Sus reflexiones sobre el contexto tanto racial como social abrieron camino a nuevas generaciones. Reyes Rivera se movía entre idiomas y ritmos también. Mucha de su poesía refleja compases caribeños, tanto en la selección de vocabulario como en el ritmo mismo de los poemas. Escribió principalmente en inglés, aunque existen algunos poemas suyos escritos originalmente en español y otros en los que usó cambios de código lingüístico. El comentario social siempre estuvo presente en sus versos y, por lo tanto, el hecho de validar las raíces afrolatinas.
Como profesor y activista social, Reyes Rivera fue instrumental en la creación de las primeras facultades de Estudios Étnicos en los Estados Unidos. Recibió varios reconocimientos por su trayectoria como poeta y educador. Sus poemarios son Who Pays the Cost (1977), This One for You (1983), In Control of English (1988, 1992) y Scattered Scripture (1996).
Conocí a Reyes Rivera en la Ciudad de Kansas, Missouri, el 9 de febrero de 2012, cuando fue invitado al American Jazz Museum y al Gem Theater para una presentación.
Si recuerdo correctamente, ocho poetas de la ciudad de Kansas, incluyéndome a mí, nos reunimos con Reyes Rivera un viernes por la tarde para una plática casi privada. Literalmente quedé hipnotizada por él, por su manera de presentar su poesía y sus contenidos.
A pesar de que sabía quién era, ver en persona a la leyenda fue una historia diferente. Reyes Rivera era una persona con los pies bien puestos en la tierra, sencillo y amigable. Algo importante de mencionar es que era, además de profesor, un excelente performero, latino puertorriqueño y afrolatino. Esa combinación me impactó positivamente. Recuerdo que Reyes Rivera insistía en decirnos: “Nunca tengas miedo de los sonidos internos que escuches”, repitió esto en varias ocasiones durante esa reunión; usaba una camisa Kente con diseños Dashiki, barba larga y canosa, bastón en mano. Reyes Rivera murió aproximadamente un mes después de que lo conocí; involuntariamente, me ayudó a encontrar ritmos que no había podido producir en mi propia poesía. “Never be afraid of the inner sounds you hear” fueron, literalmente, sus palabras.
Para esta ocasión he seleccionado de su poemario Scattered Scripture, “(por donde me encuentro)”, originalmente escrito en español, y mi traducción de “(serie de la tierra cultivada: entrada 3)”.
(por donde me encuentro)
el mundo entero me mira
y entre sí dice
ves, ahí va un puertorriqueño
un boricua de allá
uno de esos malcriados
engañados, desterrados
anda por ahí como quiere
lo ves
así son los boriqueños de aquí
y aunque anden acompañados
por encima la miseria
en el fondo muy por dentro
todavía, siempre con vida
en el alma de su propio cuerpo
y vuelvo a mi misma tierra
: ese pueblo de exilios
donde botaron a mis únicas abuelas
de su ponce y su río piedras
: esa isla de Betances, de Lola y Pachín
donde nacieron mis abuelos en un fajardo
enclavado por encima y por el lado
en un río de yunque y de yauco
en ese rincón de este mundo
en esa patria de aviso y Albizu
en ese mismo corazón
ardiente y corriente
de un Antonio y un Clemente
es donde a veces se pierde
la voz apesadumbrada
con la quemadura del esclavista
y con las llamaduras de un yo-yo-ismo colonial
ahí algunos se destierran
me oyen y me dicen…
pero tú no eres de aquí
tú vienes de allá
de lo que dices no cuenta
de lo que hagas cabe duda
de lo que quieres no debes…
y me dejan.
y luego lentamente yo los miro
con los ojos plenamente sudados
por los cuales veo también
al mundo que me mira
y con la pena del poeta
como la de Burgos
destejada por las calles
invernadas con la nieve
enterrando su dolor
me caigo tiernamente
silencioso y pienso…
tanta, tanta juventud
y tanta lucha todavía
sin semillas en el campo del sudor
sin raíces en la vida del amor
sin sonrisas alzando su aurora
sobre la cual aún tenemos que crecer
pero no…no hemos crecido
y sigo
y sigo por donde me encuentro.
(serie de la tierra cultivada: entrada 3)
hoy
la tierra ruega ser tomada en el pecho
consolada con susurros de preocupación cariñosa
criada por la mano
mientras se le canta una y otra vez
como cada
línea voluptuosa por cada curva que ágilmente
nos llama más de cerca a la visión en el sonido:
bloques de piedra
jalados en paja esclava
hechos de arena de lodo
que se recuestan en la base de fulminantes miradas ambiguas
el Pi del ritmo de la respiración
cazando los secretos
guardados por los sacerdotes
uno encima de la otra piedra
espíritus que golpean
deportados por las hermandades
multiplicar muros que sofocan los gritos de la tierra
un desierto grita,
“¡No Más Agua!”
tantos campos
una vez amplios & florecientes
ahora quemados & desperdiciados
hundirse en pantanos
con lágrimas temblorosas que suplican
una oreja más
reclinarse más cerca a los poros de los reclamos de la tierra:
“Te Pertenecemos…
te pertenecemos…”
.
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