miércoles, 4 de noviembre de 2015

FERNANDA ROMAGNOLI [17.358] Poeta de Italia


Fernanda Romagnoli 

(Roma, 5 -11 -1.916 - Roma, 9 -6 -1,986) fue una poeta italiana.

Se graduó en Roma especializada en piano, terminando al mismo tiempo en la escuela secundaria estudios sociales de psicología educativa.

Poco antes del final de la Segunda Guerra Mundial, en 1943, compuso su primera colección de poesía titulada "Capriccio". Con su familia se escapa al campo el año siguiente, de regreso en la ciudad natal dos años más tarde. Se casó con un militar Vittorio, lo que le permite vivir en varias ciudades italianas (Florencia, Pinerolo, Caserta) hasta los años sesenta. Es en estos años, su segundo trabajo, "Red Cap" en 1965. 

Enfermó de hepatitis durante la guerra,  en 1977 se complicó la enfermedad, todavía se las arregla para publicar una última colección de poesía, hasta que se apagó en el hospital romano de San Eugenio, en 1986,  de edad de 70 años.

Obras 

Capriccio, Roma 1943
Berretto rosso, Roma 1965
Confiteor, Guanda, Parma 1973
Il tredicesimo invitato , Garzanti, Milano 1980

Póstumas

Mar Rosso. Il Labirinto , Roma 1997
Il tredicesimo invitato e altre poesie , Scheiwiller, Milano 2003





DOLOR A DOS

Sí, nosotros nos detestamos con amor
en esta luz de abril que nos acusa
abiertamente de todo eso que está en nosotros
efímero, o en vilo, o ya gastado:
de arrugas y de ojos que pierden esplendor
y de todos los desgastes registrados
en nosotros a nuestra espalda, con engaños:
mientras nos preocupábamos de los críos,
de las cosas, y el mundo ocupaba los años
de la existencia – salvo alguna fisura
del alma.

De repente con angustia
te asomas a la calle, las casas: intentas
aferrarte al semblante de las cosas.

Yo no me muevo: tengo en el regazo
este dolor a dos, este misterio
de una llama que más se agita en cantos
cuanto más se apaga. Y en el silencio “intenta
a deshacer lo ya hecho”
te reto –aprovechando
que me das la espalda, para sonreírte.

Traducción de Encarny Romero




DOLORE A DUE

Sì, noi ci detestiamo con amore
in questa luce d’aprile che ci accusa
apertamente di tutto ciò ch’è in noi
non durevole, o in bilico, o già guasto:
di rughe e d’occhi che perdono splendore,
e di tutte le usure registrate
su noi a nostra insaputa, con inganni:
mentre ci affannavamo con creature,
con cose, e il mondo ci occupava gli anni
dell’esistere – tranne qualche feritoia
per l’anima.

Di repente in una angoscia
ti sporgi verso la via, le case: tenti
un ormeggio nel volto delle cose.

Io non mi muovo: ho in grembo
questo dolore a due, questo mistero
d’una fiamma che più s’agita in canti
quanto più affioca. Ed in silenzio “provati
a disfare il già fatto”
ti sfido – approfittando
che mi volgi la nuca, per sorriderti.





SI TÚ SUPIERAS

Tú, que sin sospecha eres mi amigo,
no oses buscarme. Si tú supieras.
Este amor que se abre a traición
dentro de mí – esta navaja,
afilada en tabernas de insomnio
y de vergüenza, sepultada en la almohada
atormentada de los sueños – te busca.

Me embriago con el golpe que te asestaría
a la altura del alma. Me embriaga
pensar cómo el rostro
te palidecería, y perdida
la honradez de la mirada.
Clara mirada – ofuscada.
Animo – mordido. Por mi culpa.
Tu Eva, convertid

Traducción de Encarny Romero





TU SAPESSI

Tu, che senza sospetto mi sei amico,
non osare cercarmi. Tu sapessi.
Quest’amore che s’apre a tradimento
dentro di me – questo coltello a scatto,
affilato in cantine d’insonnia
e di vergogna, sepolto nel cuscino
a tormento dei sogni – cerca te.

M’inebrio al colpo che t’assalirebbe
all’altezza dell’anima. M’inebria
pensare come il volto
ti si farebbe pallido, e smarrita
l’onestà dello sguardo.
Chiaro sguardo – offuscato.
Animo – morsicato. Per mia colpa.
Tua Eva, divenuta, tuo serpente –
io – battezzata!







E fra tutti che parlano – lui ascolta.
Fra tante risa cerca di sorridere.
Inetto, benché arda,
a sostenere quel peso di splendori,
si sente grato se qualcuno casualmente
lo guarda. Quando in cuore
si smarrisce atterrito: sto per piangere!
E all’improvviso capisce
che siede un’ombra al suo posto,
che – entrando – lui è rimasto chiuso fuori.

(da: Fernanda Romagnoli, Il tredicesimo invitato, Scheiwiller, Milano 2003)












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