Stephanie Lenox
Poeta de EE.UU.
Escribo sobre lo que me obsesiona, ya sea los caracteres extraños en el Libro Guinness, la persona que habla en voz alta en el cubículo vecino en el trabajo o mis dos hijas jóvenes que pasan sus días corriendo a toda velocidad. Me gusta compartir mi trabajo con audiencias y lectores, así que por favor eche un vistazo a mis próximas apariciones y publicaciones.
Yo vivo en Salem, Oregon, con mi familia. Mi chapbook, The Heart That Lies Outside the Body, fue seleccionado por Denise Duhamel como el ganador de la Slapering Hol Chapbook Concurso 2007. Tengo la suerte de tener becas recibidas de la Comisión de Arizona para las Artes y de la Comisión Oregón Artes que me han permitido concentrarme en mi poesía.
Mi primera colección de longitud completa de la poesía, Congress of Strange People, fue publicado por Airlie Press en octubre 2012. Mi segunda colección de larga duración, The Business, será publicado por el Center for Literary Publishing en noviembre de 2015.
Mi libro, The Business, acaba de ser seleccionado por Laura Kasischke como el ganador del Premio de Poesía Colorado 2015. Será publicado por el Center for Literary Publishing en noviembre de 2015.
DISFRUTO CON EL ROBO MENOR
DE MATERIAL DE OFICINA
(después de Christopher Smart)
Porque no eres el primero en coger lo que no es suyo.
Porque la empuñadura del bolígrafo se adapta perfectamente a tu mano.
Porque la cadena de clips se transforma un accesorio elegante.
Porque el trabajo engendra más trabajo, y mientras tanto, necesitas una caja de grapas.
Porque hay grapadoras y luego están las grapadoras RESISTENTES.
Porque nunca puedes tener suficientes post-it.
Porque el stock de tarjetas es magnífico y abundante y merece un destino más elevado.
Porque tienes un deseo insaciable de productos de papel.
Porque la oficina recibe una increíble oferta para compras al por mayor.
Porque eres el que realiza todo el pedido.
Porque tus hijos regresan a la escuela y esta es una manera de ayudar a la matrícula.
Porque que no habrá ningún aumento este año.
Porque el gerente te obligó a hacer horas extras tres días seguidos para revisar el presupuesto que debería haberse cerrado el mes pasado, y la compensación fueron unas [carpetas de manila.
Porque el abrecartas rasga con esmero.
Porque todas las plumas Pilot Precise V5 Retractable Rollerball de casa se han secado.
Porque tu hijo está haciendo un proyecto de ciencias y precisa transparencias.
Porque es sólo una pluma, no una pensión.
Porque coger lo que te hace falta es una recompensa implícita del trabajo.
Porque todo el mundo comete errores y necesita un corrector.
Porque uno de cada doce sobres te pertenece.
Porque uno de cada doce archivadores de anillas de cada tamaño te pertenece.
Porque te adeudan una resma en cada caja de papel.
Porque te has dejado los ojos en la pantalla del ordenador.
Porque las muñecas te duelen por la noche por la tendinitis.
Porque han maltratado tus manos montones de expedientes.
Porque tu manuscrito ha sido impreso y copiado a expensas de tu jefe.
Porque tu jefe es un generoso mecenas de las artes y la educación, aunque no lo sepa.
Porque tu jefe tiene un portafolios de cuero con sus iniciales grabadas, y tu calendario de mesa es un pedazo de mierda.
Porque tu jefe ni siquiera sabe cómo poner en marcha el fax.
Por la deferencia del jefe hacia ti considerándote su compañero de trabajo.
Porque has prestado tus oídos a diario a las triviales letras de la radio local que escucha [tu querido compañero de oficina.
Porque has soportado el olor de la trucha recalentada en la sala de descanso.
Porque eres el único que vuelve a llenar la cafetera cuando se ha vaciado.
Porque hay una sobreabundancia de rotuladores fluorescentes, y tú sólo estás
[echando una mano.
Porque tu trituradora de papel favorita es demasiado grande para llevártela a casa.
Porque nadie sabe qué pasa con todos los lápices mecánicos.
Porque has escrito un manual que nadie leerá.
Porque la tinta es cara y apreciada.
Porque indexar facturas y deudas, aún se considera trabajo.
Porque has entregado tu vida a esta empresa, y a cambio nunca tendrás que comprar [otro portafolios doble.
Porque hay un precio que pagar.
Por lo que se llama desgaste.
Por lo que se denomina rendimientos decrecientes.
Por lo que se llama un sustituto para la moral de los empleados.
Porque pasas más tiempo en tu silla con ruedas que en tu propia cama.
Porque esto es lo esperable y parte del presupuesto anual.
Porque los sobres con cierres pequeños sujetan firmemente su contenido.
Porque los sobres con ventanas no son baratos.
Porque reciclar es mostrar respeto por el planeta.
Porque no puedes vivir sin una perforadora de tres agujeros.
Porque los blocs de notas legales han demostrado su valía.
Porque, en primer lugar, llevarás el trabajo a casa de cualquier manera, en espíritu o en [el maletín.
Porque, en segundo lugar, temes que bolígrafos recargables se conviertan en reliquias [del pasado.
Porque, en tercer lugar, estás reduciendo la oficina del excedente de existencias.
Porque, en cuarto lugar, has sacado punta a tus lápices con precisión.
Porque, en quinto lugar, siempre has querido un sello con la fecha.
Porque, en sexto lugar, estás liberando las bandas elásticas y las chinchetas de su [inutilidad.
Porque, en séptimo lugar, podrías ser despedido en cualquier momento, y es bueno tener [reservas.
Porque, en octavo lugar, estás preparando un expediente con tu excelente rendimiento.
Porque, en noveno lugar, serás acusado de cogerlos, tanto si lo has hecho como si no.
Porque, en décimo lugar, es trabajo para abastecer a tu familia.
Porque habrías considerado abandonar la empresa si no fuera por las 20 libras de papel [blanco premium de fibra de algodón con marca de agua.
Porque un hombre o una mujer pueden ser medidos por su surtido de utensilios de [escritura.
Porque sólo el armario de suministros tiene tanto espacio.
Porque la calculadora de energía solar no puede funcionar en interiores.
Porque el cuaderno de mensajes resulta útil en la comunicación con tu cónyuge.
Porque rebanarías el mundo.
Porque adoras a todas las provisiones de oficina por igual.
Porque nadie más que tú sabe realmente lo que valen.
Versión de Carlos Alcorta
Aceptar este trabajo y a la mierda el poema
Pronto los niños vendrán a casa habiendo aprendido
nuevas obscenidades arrojándoselas el uno al otro
a través de un cul-de-sac, que significa «callejón sin salida,
fondo de la bolsa que es tu cuerpo».
División y subdivisión, cada fin de semana
hay una nueva valla tallada en madera en bruto
que atrae a más avispones, demasiados tubos de viento
a merced del clima. Tu hijo tiene un rompecabezas
en un marco con una pieza perdida
que ubica a diestro y siniestro
tratando de completarlo. Tu perro carece de control
y te saluda tan ferozmente que temes
que un día se acalore y te muerda la cara.
¿Pensaste qué otra forma de vida era posible?
Siéntate, tienes espaguetis de nuevo, y sí,
debes terminarlos. Hay días en que eres el mejor humano
humanamente posible. Y luego están todos los demás.
Si fracasas dirás que es una oportunidad,
en tu próxima entrevista. Como la ventana abierta por la que voló el pájaro
fue una oportunidad para el perezoso gato doméstico.
Quieres gritar, ¡Por tu culpa estoy arruinado!
No has dormido bien esta última década.
En la oficina, hay un pastel que dice Adiós.
Está adornado con rosas glaseadas
y sería una pena no compartirlo.
Un compañero de trabajo, confiesa: Sólo la primera y la última
semana te tienen en cuenta.
Ellos, la dirección, te entregan una notificación
y una pluma grabada, sonriendo.
Estás más cerca de la última semana de tu vida
que de la primera, así que vociferar desnudo en una habitación atestada
ahora sería poco apropiado.
Tu jefe te lo dijo una vez: ¿Tú no piensas nunca?
Y tú pensaste, tendré mi venganza,
no como los otros. Me jubilaré
no sabré más de estos hijas e hijos
de puta. No tiene sentido explicar
a un escarabajo lo que significa ser tú,
para obtener tu puesto, para sentir la electricidad
que asoma en las articulaciones cada vez que te levantas de la cama.
El sol se pone y todo el mundo se encamina a
salas de estar independientes para ver diferentes espectáculos.
Con semejantes luces intermitentes, podrías pensar
que tenemos algo en común. Oh, pero disimulamos.
El jefe es el mismo en todas partes y para todos,
un gilipollas con traje negro, sosteniendo un pastel flameado,
acercándose cada vez más, y más allá de eso, la puerta.
Versión: Carlos Alcorta
Fuente: https://carlosalcorta.wordpress.com/2015/04/24/stephanie-lenox-aceptar-este-trabajo-y-a-la-mierda-el-poema/
de The Business
The Take This Job and Shove It Ode
Soon the children will come home having learned
new obscenities to hurl at each other
across the cul-de-sac, meaning “end of the road,
bottom of the sack that is your body.”
Division and subdivision, each weekend
there is a new fence hewn from raw wood
that draws more hornets, too many wind-chimes
at the mercy of weather. Your son has a puzzle
in a frame with one piece missing
that he pushes around and around
trying to make a picture. Your dog lacks control
and greets you so ferociously you fear
one day he will turn on you and eat your face.
What other life did you think was possible?
Sit down, you’re having spaghetti again, and yes,
you must finish it. There are days when you are the best human
humanly possible. And then there are all the others.
Failure, you will say in your next interview,
is an opportunity. Like the open window a bird flew in
was an opportunity for the lazy housecat.
You want to scream, Because of you I’m ruined!
You have not slept well this past decade.
At the office, there is a cake that says Farewell.
It is loaded with frosted roses
and it would be a shame not to partake.
A co-worker confides: It’s only the first and last
weeks that they even take note of you.
They, meaning management, handing you a balloon
and an engraved pen, smiling.
You are closer to the last week of your life
than the first, so squalling naked in a crowded room
would be hardly appropriate now.
Your boss once said, Don’t you ever think?
And you thought, I will have my revenge,
not like the others. I will take retirement
from these sons and daughters of bitches and never
look back. There is no sense explaining
to a beetle what it means to be you,
to get your kind of mail, to feel the electricity
up-surging through joints every time you rise from bed.
The sun goes down and everyone heads into
separate living rooms to watch different shows.
With such flickering, you might think
we have something in common. Oh, but we do.
The boss is the same everywhere and for everyone,
an asshole in a black suit holding a flaming cake,
coming closer and closer, and beyond that, the door.
“ I owe a debt of gratitude to my former co-worker Carla, who inspired this poem and others like it when she snuck into my cubicle, lowered her voice, and said conspiratorially, 'You’re a writer, right? Write about this.' ”
REJOICE IN THE PETTY THIEVERY
OF OFFICE SUPPLIES
(after Christopher Smart)
For you are not the first to take what is not yours.
For the ballpoint's grip aligns perfectly to your hand.
For the string of paperclips makes an elegant accessory.
For work begets more work, and in the meantime, you need a box of staples.
For there are staplers and then there are HEAVY-DUTY staplers.
For you can never have enough Post-its.
For the card stock is beautiful and thick and deserves a higher purpose.
For you have an insatiable desire for paper products.
For the office receives an unbelievable deal for ordering in bulk.
For you are the one who does all the ordering.
For your children are returning to school and this is a form of tuition assistance.
For there will be no raises this year.
For the manager kept you after hours three days in a row to review the budget that should have been completed last month, and your compensation is manila folders.
For the letter opener sings with meaning.
For all the Pilot Precise V5 Retractable Rollerball pens at home have gone dry.
For your son is doing a science project and requires transparencies.
For it is just a pen, not a pension.
For to take what you need is an implicit reward of work.
For everyone makes mistakes and has need for whiteout.
For one in every dozen envelopes belongs to you.
For one in every dozen binder clips of every size belongs to you.
For one ream in every box of paper is owed to you.
For you have given your eyes over to the computer monitor.
For your wrists ache at night with tendonitis.
For your hands have been lacerated by the filing stack.
For your manuscript has been printed and copied at the boss's expense.
For the boss is a generous patron of the arts and education, though unwittingly.
For the boss has a leather portfolio with her initials engraved, and this desk calendar, it's a piece of crap.
For your boss does not even know how to turn on the fax machine.
For having considered the boss and yourself, you will consider your coworker.
For you have given your ears daily to the inane lyrics of your officemate's beloved country station.
For you have endured the smell of trout being reheated in the break room.
For you are the only one to refill the pot of coffee once it has been emptied.
For there is an overabundance of highlighters, and you are just helping out.
For your favorite cross-cut shredder is too large to carry home.
For no one knows what happened to all the mechanical pencils.
For you have written the manual that no one will read.
For ink is costly and dear.
For the indexing of bills and debts, which is still considered work.
For you have given your life to this company, and in return you should never have to buy another two-pocket portfolio.
For there is a price to pay.
For it is called attrition.
For it is called diminishing returns.
For it is called a substitute for employee morale.
For you spend more time in your roller chair than in your own bed.
For this is expected and part of the annual budget.
For the envelopes with small clasps hold their contents firmly.
For the envelopes with windows do not come cheap.
For to recycle is to show your respect for the planet.
For you cannot live without a three-hole punch.
For the legal pads have proved their worth.
For firstly work will come home with you either way, in spirit or in satchel.
For secondly you fear that erasable pens will become relics of the past.
For thirdly you are relieving the office of overstock.
For fourthly you have sharpened your pencils to the finest point.
For fifthly you have always wanted a date stamp.
For sixthly you are liberating the rubber bands and pushpins from their uselessness.
For seventhly you could be downsized at any time, and it is good to have reserves.
For eighthly you are assembling a portfolio of your outstanding performances.
For ninthly you will be blamed for taking them whether you have or not.
For tenthly it is your job to supply for your family.
For you have considered leaving the company if it weren't for their 20 lb. cotton fiber premium white paper with watermark.
For a man or woman can be measured by their assortment of writing utensils.
For the supply closet only has so much space.
For the solar-powered calculator cannot function indoors.
For the message pads come in useful when communicating with your spouse.
For you would laminate the world.
For you love all office supplies equally.
For no one but you really knows what they're worth.
_
Christopher Smart's Jubilate Agno has always been a favorite of mine. I've read Smart's reverential scrutiny of his cat Jeoffrey so often that the anaphora and rhythm of his lines feel inevitable. When I first encountered his work, it intrigued me that he wrote this poem while imprisoned in a madhouse, apparently for being a public nuisance and praying (sometimes naked) in the streets. From Smart's prison cell and mangy cell-mate, fast-forward to the modern cubicle, and you'll see that I've shamelessly stolen from the original in order to write "Rejoice in the Petty Thievery of Office Supplies."
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