Temsula Ao
(India, 1945). Escritora, catedrática universitaria en Literatura Inglesa, gestora e investigadora socio-cultural. Obra publicada: cinco poemarios; las investigaciones The Ao-Naga oral tradition y Henry James and the search for an Ideal Heroine“, los libros de cuento These Hills Called Home y Laburnum for my Head, el de sus memorias –Once Upon a Life- y la antología poética [1988-2007], Book of Songs. Traducida al inglés, alemán y varias lenguas de India. Premios: Padma Sri (2007), Gobierno de Nagaland (2009); Academia Sahitya (2013).
Versiones del inglés de Héctor Ortiz Partida
Cielo y tierra
Palabras vacías éstas,
alardeadas denominaciones sin localización
y destinos declarados
sin mapas carreteros.
No pueden llamar suya ninguna geografía,
no pueden corroborar ninguna historia,
sólo astutas insinuaciones
que juegan en las mentes ingenuas.
El cielo es para mí
donde mi corazón palpita
y la tierra, ese ambiente
donde debería crecer.
Pero el cielo, tú dices
es donde no es tierra
porque tú insistes
que no van juntos.
Y entonces, ¿quién identifica el espacio
y distribuye el tiempo
para los des-ubicados
cielo y tierra?
¿Es la geografía o la historia,
o los mismos viejos vendedores de palabras
que escupen más sofistería
para acosar,
y perseguir
a caminantes aturdidos
como tú y yo, que buscan
el cielo en la tierra vacía?
Heaven and Earth
Empty words these,
vaunted designations without locations
and avowed destinations
without road-maps.
No geography is theirs to claim
or history to affirm,
only clever innuendoes
that play on gullible minds.
Heaven for me is
where my heart throbs
and earth that clime
where it ought to thrive.
But heaven, you say
is where earth is not
because you insist,
they do not belong.
So then, who identifies the space
and apportions the time
for the mis-located
heaven and earth?
Is it geography or history,
or the same old word-vendors
spewing more sophistry
to harass,
and hound
befuddled wayfarers
like you and me, seeking
heaven on a vacuous earth?
No hay palabras adornadas para esto
No puedes ni empezar a articular
lo que pasa entre ellos en la noche oscura
sobre las duras tablas del catre
apostado junto al fogón central
que acumula hollín, y es anfitrión
de ritos primordiales.
Él la monta en la humeante oscuridad
para poder enfrentar a sus colegas
ante la dura luz del día,
para ella, el peso sobre su cansada complexión
es su única confirmación
del eterno plan.
El lenguaje,
y su palabrería,
no alcanza para explicar
el encanto de la médula melosa
que ha poblado al planeta y
propulsado sus vidas por milenios.
Las ejecuciones de la urgencia innata
se logran con espontánea complicidad
cada una en la agonía
de mundos separados
como actores que ensayan
gesticulando sus papeles.
No busques palabras adornadas,
ni siquiera amor, para colgarle
a esta antigua obra,
pues ninguna lengua puede explicar nunca
esta innata esencia
y su compulsiva insistencia
En el encuentro que los mezcla
en la acogedora oscuridad de las noches
sin rostro sobre las duras tablas
del antiguo y enhollinado catre
que se mece mudo con el llamado
de la irresistible certidumbre.
No Fancy Word For This
You cannot even begin to articulate
what passes between them in the dark night
on the hard planks of the cot
stationed by the central hearth
gathering soot, and hosting the performance
of primordial rites.
He rides her in the smoky darkness
so that he can face his peers
in the harsh light of day,
for her, his weight on her tired frame
is her only validation
in the eternal scheme.
Language,
and its verbiage,
is inadequate to explicate
the lure of the honeyed marrow
that has peopled the planet and
propelled their lives over millennia.
The enactments of instinctual urgency
are achieved with effortless complicity
each in the throes
of separate worlds
like some practised actors
miming through their roles.
Do not look for any fancy word,
not even LOVE, to hang
on this ancient play,
for no tongue can ever explain
this innate essence
and its compulsive insistence
On the tryst that melds them
in the cosy darkness of faceless
nights on the hard planks
of the ancient soot-encrusted cot
mutely swaying with the call
of the irresistible thrall.
Palabras al muerto
Últimamente, mi muerto ha invadido el espacio de mis sueños
asaltando mi plácida vida con recuerdos
de vieja traición e incesante furia.
Recuerdo que la abuela dijo alguna vez, «no es bueno
soñar con los muertos», «por qué», pregunté, «porque», dijo,
«algo malo les ocurre a los vivos».
Pero no es por esta razón que resiento
esta intrusión: es la simple audacia de que él
aparezca y se vea tan joven y cortés como lo era entonces.
Cuando él sabe que ahora las arrugas reinan en mi cara,
una conmoción de gris blancuzco adorna mi cabeza
y otro duerme a mi lado.
¿Cómo puedo dirigir mi furia hirviente
a la evocadora imagen de su confianza masculina
que en mi juventud siempre había prevalecido?
Entonces recuerdo que la abuela también dijo
«las palabras invariablemente encuentran sus blancos porque
ellas tienen también un espíritu propio».
Así que mando estas palabras a este espectro, esperando que
sus espíritus también atraviesen la brecha
y le digan al muerto que se mantenga fuera de mi vida.
Tal como lo hice ese día de primavera cuando
lo ahuyenté de mi puerta
donde se paró con un ramo en las manos
y la traición regodeándose en su cara sonriente,
pero mi determinación se mantuvo constante
porque el perdón se había ido de mi corazón.
Él se quedó afuera, no sólo de mi vida,
sino también de la vida en sí, dejándome
una patética nota acusatoria.
Y esa engañosa cara de antaño
ahora debe ser desterrada de nuevo
y el espíritu de mis palabras deberá insistir.
Que no puede haber transporte entre los vivos y los muertos;
que espere mi turno en la eternidad, y entonces si lo desea
que se atreva a proferir su voluble corazón
a esta despiadada nueva entrante
en la tierra de todos los muertos
cargada de recuerdos.
Words to the Dead
Of late my dead has invaded my dream-space,
assaulting my placid life with reminders
of old betrayal and unceasing rage.
I remember grandmother once saying, ‘it is not good
to dream of the dead’, ‘why’ I’d asked, ‘because’ she said
something bad happens to the living’.
But it is not for this reason that I resent
this intrusion: it is the sheer audacity that he
should appear looking as young and suave as he was then,
When he knows that now wrinkles reign on my face,
a shock of grey-white adorns my head
and another sleeps by my side.
How can I direct my seething anger
at the haunting image of his male confidence
which in my youth had always prevailed?
Then I remember grandmother also said
‘words invariably find their targets because
they too have a spirit of their own’.
So I send these words to this spectre, hoping that
their spirit will somehow traverse the divide
and tell the dead to stay out of my life.
As I did on that spring day when I
turned him away from my door
where he’d stood with a bouquet in his hand
and treachery gloating in his smiling face;
but my resolve had stood unrelenting
because forgiveness had fled my heart.
He did stay out, not only of my life,
but out of life altogether, leaving me
a pathetic accusatory note.
And that specious face of old
has now to be banished once again,
and the spirit of my words will have to insist
There can be no truck between the living and the dead;
let him await my turn at eternity, then if he so desires
let him dare proffer his fickle heart
to this unforgiving new entrant
into the land of all the dead
burdened with memories.
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