César Bringas
(Puebla, México 1990) Traductor y narrador, estudiante de la licenciatura en Lingüística y Literatura Hispánica en la BUAP. Ha sido ponente en diversos congresos a lo largo del país, en 2007 quedó en la lista de honor del Premio Jordi Sierra i Fabra para Jóvenes Escritores. En 2013 algunos de sus cuentos aparecieron en la “Antología Necesaria”.
El tabú femenino:
lo que oculta la mantilla, separa y corta;
llega cada mes
la mujer que complementa al monstruo
la trasgresión ¿Lilith? ¿Medea?
Medea yo tampoco quiero justicia yo también quiero venganza.
Sylvia creía que un poeta es una suerte de médium
por eso sabía del tarot por eso sabía de la güija por eso sabía de las amantes de Ted y por eso la segunda mujer de Hughes después de saber que él le era infiel, como antes lo fue con ella a Sylvia, se suicidó imitando a la primera esposa y afirmando en una nota que el fantasma de Plath las miraba a ella y a su hija de cuatro años mientras el gas las alcanzaba, entonces lo que queda es:
Liquidarnos: volvernos agua: tanta agua hasta evaporarse, liquidarnos, hasta ser el gas que se llevó a Sylvia.
SALIDA DE EMERGENCIA
I
El tiempo es violento
En su lentitud las uñas de los muertos crecen
Podría ser
madurar
esto:
poner o que te pongan en cuatro
vigor o violencia
depende de cada quién
Madurar era
esperar en la infancia el descuido
saber que eras el único
que comía los dulces en la casa de los abuelos
Esto es
un acto de violencia
recordar que guardaste la juventud
en los recuerdos
ahora puedo ser inocente
a la Dorian Grey
conozco lo infantil de mis facciones
Un acto de violencia se divide en placer
(que sadomaso son algunos)
o en un acto de dolor / que sado son algunos por gustos sangrientos
Qué intensa la sangre ¿recuerdas tus primeras pláticas con tus amigas, amiga?
“un día llegó la Luna y
hasta que seas una pasa no se va a ir” dijeron
desde entonces recuerdas a la Luna como violenta:
La Reina de Espadas la completamente ella misma siempre
II
En el sueño de los corderos Señor uno nunca está más solo
que cuando está bajo el cielo
porque
todo hombre camina hacía la tumba que otros cavaron para él de forma
anónima. Señor, que sado eres
ten piedad de nosotros.
Señor:
Cuento tres cerdos en un corral. Hay una mancha de sangre en una esquina, y los pájaros ya no vuelan. Señor, ¿tantas oraciones te saciaron? ¿Ya no te da la sed para una más? Soy el Rey de Copas, beodo que canta a la orilla del árbol. El completamente él mismo. Señor, los pájaros han dejado mi jardín, ¿qué será de mí? Cuántas veces no viste al príncipe, la “J” de espadas, atravesado por el placer de sus amantes enhiestos. Dijiste Yo soy el Rey de Corazones el eterno caníbal que anida en tu pecho Dijiste. Señor, ¿qué será de mí? “quizá/ tal vez/ quizá/ llegará una apariencia que calmará la sed/ misma de ti a ti que te bebe”. Señor, ¿no te queda sed para una plegaria más?
¿Qué será de mí?
III
Torsos de cuerpos en trozos de cuerpos en trozos de recuerdos
Una línea que parte en dos. Toda línea es una victimaria, que parte en dos el blanco del papel o línea de coca que parte en dos la mente o línea de sangre (qué intensa la sangre) que parte en dos el cuerpo.
Mi cuerpo
o
la salida de emergencia.
El tiempo es violento
en su lentitud las uñas de los muertos crecen.
En su lentitud
Teseo llegará al Minotauro al centro
del laberinto
en la laxitud del tiempo
mi cuerpo laberíntico desmadeja en lo rojo de mis arterías
el camino que Teseo
sigue para matar al monstruo
y dejar mi cuerpo exánime.
¿Señor
no te alcanza la sed para una plegaria más?
¿Qué será de mí?
LOS NOMBRES
Ernesto:
recuerdos de un abuelo muerto al que la sangre se le hizo agua en un hospital florido de avenidas de polvo y aire.
César:
ese ser imperfecto, solo.
Yo: soy el que cerró las puertas de la casa el último en venir
con el temor de que eso pudiera venir
el agua que antes fue sangre que antes fue hombre que antes fue abuelo del que saqué el nombre del saqué el miedo
yo: ese ser imperfecto sólo dueño de mis diez años dueño de los pájaros dueño de una pequeña casa cerrada por mí.
Una línea
entre la locura y lo divino
ninfas desatadas o encerradas en la modernidad.
Un mecanismo de división
dospuntos
nosotrosnosotrosnosotros dospuntos lo normal
Losotroslosotroslosotros
dospuntos
los ellos exagerados no nosotros los monstruos
el trabajo os hará libres monstruos míos.
Los que las ninfas guardas entre las piernas
(mis, los, nuestros)
monstruos.
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