Tao Yuanming
陶淵明 Tao Yuanming (365 o 372 - 427) o Tao Qian (陶潛) fue un escritor chino de inspiración taoísta. Celebró la vida campesina y el vino. La fuente de las flores del pescador (桃花源) es una obra representativa, cuya temática es una sociedad sin estado ni jerarquía ubicada en un valle oculto.
Fue el primer poeta en imponer su voz natural a la poesía que escribía, luego tan emulada. Fue muy admirado durante la dinastía Tang y, en particular, en la Song, en la cual se consolidó su imagen de intachable y modelo a seguir.
En sus poemas siempre puede percibirse la maravilla ante el acto de conciencia, el darse cuenta de pertenecer a esta tierra en la que vivimos, formando parte del todo en trasformación constante. Para Tao, desarrollarse por completo como persona era devenir una parte indistinguible de la tierra, de su Gran Transformación.
La inactividad de la Gran Transformación
Tao vivía acorde con el Ta Hua (Gran Transformación), el proceso terrenal mediante el cual todo cambio es espontáneo, que proviene de manera natural. Postulaba que la vida debía vivirse sin mediatizaciones ni preferencias. El autor afirmaba, incluso, que quería retornar al Tzu-jan, el ser propio de la naturaleza.
Tao se dedicó por completo a cultivar la inactividad, Hsien, 閑 carácter que, etimológicamente, nos muestra un árbol 木 entre las puertas de un jardín 門, o, en su otra forma de ser escrito, 閒, la luna brillando a través de una puerta entreabierta. Se trata de una inactividad de estado meditativo, un estado en el que la vida diaria deviene la esencia de la práctica espiritual. Tao fue el primero en llevar una vida de monje laico, es decir, no en una comunidad religiosa, sino en la vida diaria y hogareña.
Tao vivía en la ladera sur del monte Lu, 庐山, famoso por ser uno de los lugares que los eremitas elegían para vivir por su belleza y condiciones naturales privilegiadas para tal vida. Allí había, asimismo, un templo budista, cuyo abad, Hui-yüan, intentó varias veces convencerle para que se uniera a ellos, pero sin lograrlo, entre otros motivos por su gusto por el vino. El autor no fue reconocido en su época, y la dinastía Tang lo rescató del olvido. Fue la influencia reconocida de Wang Wei, Li Po, Du Fu y los poetas que los siguieron en la dinastía Song, como el famoso Su Shi, lo que hizo de Tao un icono. Pese a tal reverencia, no se sabe gran cosa sobre el hombre que dio lugar a la leyenda.
La vida de Tao Yuanming
Los puntos principales de la vida de Tao - sus intentos por librarse de las luchas en su trabajo como funcionario público y su eventual compromiso con la vida de recluso granjero, a pesar de las penalidades - devinieron uno de los mitos típicos de la tradición literaria china. Hay muy poca información fidedigna acerca de su vida. Tan solo la mitad de los ciento veinticinco poemas que quedan pueden datarse, de modo que ordenarlos cronológicamente es difícil.
Nació en uno de los momentos más caóticos y violentos de la historia de China. Cuando la dinastía Han colapsó en 220, China cayó en una desfragmentación e inestabilidad que duró hasta que el país volvió a ser reunificado por los Sui, tres siglos y medio después.
Fue en 317 en que, por primera vez, los bárbaros tomaron el control del norte de China, y la corte de la dinastía Qin, que el tatarabuelo de Yuanming, Tao Kan, había contribuido a fundar, se vio obligada a huir hacia el sur, una región poblada por indígenas no chinos. Estas familias, que huían del norte, tomaron el control del lugar y crearon una especie de micro edad dorada en cuanto a cultura y refinamiento, a costa de sumir al campesinado nativo a una virtual esclavitud, provocando un creciente descontento que estalló en varias revueltas, la más violenta de todas durante los años de servicio de Tao. De hecho, el trabajo de funcionario era muy delicado y hasta peligroso, pues a los esfuerzos por sofocar las rebeliones o frenar los avances de los bárbaros del norte se sumaban las luchas internas por el control del gobierno.
Si bien provenía de una familia muy prestigiosa, con el paso del tiempo habían perdido poder. Tao se crió en un ambiente sofisticado y estaba destinado a formar parte del gobierno, igual que su abuelo y su padre. Entró a trabajar en la administración en 393, a los 29 años, en un pueblo cercano vecino, aunque no está claro qué puesto tenía ni qué papel jugó en las revueltas del momento.
En 396 el emperador fue estrangulado, y ocupó su lugar uno de sus hijos, de cinco años de edad, controlado por la familia que realmente tenía el poder. Al tiempo, uno de los generales, Huan Hsuan, se fue haciendo cada vez más poderoso en su territorio, y en 399 controlaba casi toda la región oeste.
Debido a las peleas por el control del gobierno, la posición de Tao se volvió peligrosa y decidió dejar su cargo, por primera vez, para volver a su granja. Allí estuvo durante un lapso de tiempo, hasta que una mala cosecha le hizo tener que regresar. A finales de año renunció de nuevo.
En 402 se dedicó por entero a la granja. En 405 la pelea entre los generales llegó a la zona donde vivía, y si bien el general Huan Hsuan parecía llevar las de ganar, terminó siendo derrotado por Liu Yu, tras tomar la capital y, en últimas, China.
Los Tao quedaron fuera de juego y otra vez las cosas en la granja no iban bien. Una vez más, el autor tuvo que buscar trabajo en la administración pública, esta vez bajo el mando del enemigo de su anterior patrón. Fue designado como magistrado en Peng-tse, pero renunció algunas semanas más tarde.
Sus veintidós años de vida restantes los dedicó a las actividades agrícolas.
El maestro de los cinco sauces, poemas de Tao Yuanming (Antología), traducción del chino, selección y notas de Guillermo Dañino, Colección Orientalia, Centro de Estudios Orientales, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 2005.
El cuerpo se dirige a la sombra
Cielos y tierras por siempre permanecen,
montañas y ríos en ningún instante cambian.
Hierbas y árboles siguen las leyes naturales;
escarchas y rocíos los fecundan o marchitan.
El hombre, se dice, es más inteligente
y sólo para él las cosas no son así.
Se lo ve un momento en este mundo;
de pronto desaparece sin fecha de retorno.
¿Se nota alguna vez su ausencia?
¿Parientes y amigos lo siguen recordando?
Sólo quedan los objetos de su vida
y a su vista fluyen lágrimas tristes.
No poseo el arte de convertirme en inmortal,
de esto puedo estar seguro. Ninguna duda.
Escucha, pues, mi mejor consejo:
Si te llega el buen vino, no lo menosprecies.
La sombra responde al cuerpo
Sobre vidas eternas no me atrevo a opinar;
para proteger la mía no puedo hacer nada.
Me gustaría viajar por los montes Kun y Hua;
quedan muy lejos y los caminos son malos.
Desde que nos hemos encontrado,
tristezas y alegrías no son las mismas.
Si descansas en los oscuro, parecemos distantes;
caminas bajo el sol y no nos separamos.
Esta compañía no durará para siempre;
juntos un día entraremos en las tinieblas.
Con tu muerte se perderá tu nombre;
recordarlo me atormenta sin medida.
Quien obra el bien deja un buen recuerdo;
en buscártelo emplea todas tus energías.
Se dice que el vino disipa las tristezas,
pero, en verdad, su virtud no es tan grande.
El alma explica
La gran naturaleza es imparcial;
todo por sí mismo crece y se distingue.
Si el hombre es uno de los Tres Poderes,
de esto yo soy la única causa.
Aunque en esencia diferentes,
nacimos estrechamente unidos.
Ligados por los mismos gustos,
¿por qué no aconsejarnos?
Grandes y santos fueron los Tres Supremos.
¿Hoy en dónde se encuentran?
El anciano Peng deseaba los años extremos,
quiso permanecer y no lo obtuvo.
Viejos y jóvenes todos mueren;
sabios y tontos van al mismo destino.
Cada día ebrio se puede lograr el olvido.
¿No es acortar así el curso de los años?
Las obras buenas dan alegría,
pero, ¿quién podrá elogiarlas?
Tales reflexiones afectan la vida;
más vale dejarse llevar a destino.
Abandonarse al proceso del Gran Cambio,
sin grandes entusiasmos ni temores.
Si hay que terminar, terminemos;
no hay por qué inquietarse demasiado.
El espíritu explica:
El gran dios no tiene poder propio,
y diez mil casas surgen espontáneamente.
El hombre, entre el cielo y la tierra,
¿no le debe su existencia?
Aunque tú y yo somos diferentes,
dependemos el uno del otro;
compartimos el bien y el mal.
Entonces, ¿por qué no hemos de hablarnos?
¿Dónde están ahora
los tres sabios emperadores?
P’eng quiso ser eterno
y no lo consiguió.
El joven y el viejo son iguales ante la muerte;
entre el sabio y el necio no hay diferencia.
El vino puede hacerte olvidar,
pero, ¿no te anticipa la vejez?
Si hacer el bien te place,
¿quién te lo alabará después de muerto?
Pensar seriamente me abruma.
Más vale entregar tu vida al Destino.
Si te entregas a la gran rueda de la fortuna,
no hay alegría ni temor.
Cuando llega la hora, has de irte y te vas;
¿a qué, pues, preocuparse?
Bebiendo vino
En pleno mundo humano he construido mi cabaña
y no escucho el barullo de caballos y carrozas.
¿Me preguntas cómo puede ser esto?
Si tu corazón está lejos, vives aparte.
Recojo crisantemos bajo el seto del este,
contemplo sereno las cumbres del sur.
Magnífico el aire de la montaña por la tarde,
revolotean las aves regresando en bandadas.
Todo esto tiene un sentido profundo;
iba a explicártelo, pero olvidé las palabras.
Crisantemos (para cantar bebiendo)
Construir una casa en el mundo de los hombres
y no oír el ruido del caballo y el carruaje,
¿cómo se puede lograr esto?
Cuando la mente está desapegada, el lugar es tranquilo.
Junto crisantemos bajo el seto del Este
y miro silenciosamente las montañas del Sur.
El aire de la montaña es hermoso al crepúsculo,
y los pájaros en bandadas vuelven juntos a sus hogares.
En todas estas cosas hay un significado verdadero,
pero cuando quiero expresarlo, quedo perdido sin palabras.
Traducción de Roberto Curto
Borracho y Sobrio
Un huésped reside en mí,
nuestros intereses no son completamente los mismos.
Uno de nosotros está borracho,
el otro está siempre despierto.
Despierto y sobrio
nos reímos el uno del otro,
y no comprendemos el mundo del otro.
Propiedades y convenciones,
qué tontería seguirlas muy seriamente.
Sé orgulloso, no estés involucrado,
entonces te acercarás a la sabiduría.
Escucha tú, viejo borracho,
cuando el día muere,
enciende una vela.
Traducción de Roberto Curto
Los Estudiosos Pobres
Todas las cosas tienen su propio abrigo,
pero la nube solitaria no tiene nada en que apoyarse:
vagamente se desvanece en el cielo.
¿Cuándo veré nuevamente la luz que emite?
La mañana rosada abre la niebla de la noche,
innumerables pájaros remontan vuelo.
Un pájaro sale lentamente del bosque
y regresa al caer la noche.
Guardar mesura y mantenerse en los viejos senderos
significaría pasar frío y hambre.
Si nadie conoce mi carácter,
que así sea, ¿por qué debería lamentarlo?
Traducción de Roberto Curto
Leyendo el Libro de Lugares y Mares Raros
A comienzos del verano los bosques y hierbas prosperan,
alrededor de mi cabaña abundan las ramas y las sombras.
Numerosos pájaros se deleitan en sus santuarios,
y yo también amo mi cabaña.
Después que he arado y sembrado,
vuelvo y leo mis libros.
El sendero estrecho sin huellas profundas,
frecuentemente ha hecho regresar el carruaje de un amigo.
Alegremente sirvo mi vino de primavera,
y junto la lechuga que crece en mi huerta.
Una lluvia fina llega desde el Este,
y la sigue un dulce viento.
Ociosamente leo las leyendas del rey Chou,
y miro el mapa de los lugares raros.
En un momento estoy volando a través del Universo.
¿Cómo un hombre así podría ser infeliz?
Traducción de Roberto Curto
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