jueves, 5 de febrero de 2015

QU YUAN [14.711] Poeta de China


Qu Yuan

Qu Yuan (chino: 屈原, pinyin: Qū Yuán, Wade-Giles: Ch'ü Yüan, c. 340 a. C. - 278 a. C.) fue un poeta chino del sur del Estado de Chu durante el periodo de los Reinos Combatientes. Su obra se encuentra principalmente recopilada en una antología poética denominada Elegías de Chu. Fue el primer poeta chino importante en la historia de la literatura del país.

Nacido en una familia de linaje noble, contó con la confianza del rey de Chu en los primeros años de su carrera y ocupó el cargo de ministro y luego el del zoutu (viceprimer ministro). Sin embargo, sus ideas políticas, su capacidad y su empeño en una rigurosa aplicación de las leyes chocó con las fuerzas conservadoras de la nobleza. Debido a las intrigas de éstas, Qu Yuan cayó en desgracia del rey y más tarde fue desterrados dos veces a lejanas tierras salvajes4 , donde escribió la mayoría de sus obras. En 278 a.C., viendo que el reino iba a ser conquistado por tropas de Qin y él no podía hacer nada para impedirlo, cayó en profunda desesperación y se suicidó arrojándose al río Miluo, de la actual provincia de Hunan. Se cuenta que al enterarse de la noticia, la gente se congregó en barcas en el río tocando gongs y tambores para espantar a los peces y lanzó tamales al agua para que éstos, hartos de comerlos, no tocaran el cuerpo del poeta. Así fue el origen de una fiesta tradicional china, la de la Barca del Dragón Fiesta de Duan Wu (端午节/端午節), que se celebra todos los años el día cinco de mayo, según el calendario lunar.



La diosa de la montaña

Entre las montañas, ora aparece,
ora se esfuma, misteriosamente,
vestida de hiedras, con cinturón de cuscuta.
Una leve sonrisa en los labios,
y los ojos llenos de amor.
«¡Cómo no me va a adorar mi novio,
si soy tan bella y esbelta!»
Trenzada la bandera de ramas de canela,
va en un carruaje de magnolias,
tirado por un leopardo color escarlata,
acompañado de zorritas.
Adornada de orquídeas, coge flores
de todos los perfumes para su amor.

«Vivo en lo más hondo
de un bosque de bambúes,
desde el cual no se atisba el cielo.
El camino es dificilísimo,
y vengo deprisa a la cita.
Sola, en la cumbre del monte,
veo flotar lentamente
las nubes bajo mis pies.
Ocultan el sol, y parece de noche.
Sopla el viento del este.
Caen gotas de lluvia.
Espero a mi amor lejano,
sin pensar en regresar.
El año toca a su fin.
¿Me adornará la florida primavera?
En el Monte de Divinidades,
recogiendo las Plantas de Vida,
espero impaciente, entre las hiedras.
¿Por qué tardas tanto?
¿Es que no me quieres?
¿O te retienen tus asuntos?
Soy tan pura como la fuente de la que bebo,
bajo los pinos y cipreses.
De mí no podrás tener
ni un asomo de duda.

Truenos y relámpagos.
Lluvias torrenciales.
Noche totalmente negra.
Están gimiendo los monos.
Ruge el viento, golpeando la hojarasca.
Pienso en ti, pero en vano.
No me traes más que cuitas.»

Qu Yuan, incluido en Poesía clásica china (Ediciones Cátedra, Madrid, 2002, ed. y trad. de Guojian Chen).





EL LAMENTO POR LA SEPARACIÓN DE QU YUAN

Casi todo el mundo ha oído hablar de los guerreros de terracota de Xian encontrados en la tumba del primer emperador de China. Este ejército compuesto por cerca de 8.000 figuras a tamaño natural es tan sorprendente que cualquiera pensaría que la historia de China comienza en la época en la que se construyó este mausoleo para el emperador Qin Shihuang. Es cierto es que durante su reinado el territorio se unificó y se inició lo que hoy entendemos por China. Pero, antes de que sucediera, ya habían ocurrido muchas de las cosas que los chinos consideran más importantes de su historia. Por poner un ejemplo, los filósofos más influyentes y conocidos, Konfuzi (Confucio), Laozi y Zhuangzi., llevaban bastante tiempo enterrados antes de la llegada al trono del emperador Qin.

Pero no quiero entretener al lector con un preámbulo demasiado largo, así que situémonos en el año 278 antes de nuestra era. Faltaban cerca de sesenta años para la unificación definitiva: los reinos chinos estaban en lucha y ese año el Reino de Chu desapareció para formar parte de Qin. En aquel momento, el poeta Qu Yuan se arrojó al río Miliu y desapareció para siempre.

Qu Yuan es el primer poeta conocido por su propio nombre de China. Es uno de los autores que aparecen en la antología de poemas Chu ci conocida como “Los cantos del Sur”. Al hablar de este libro, los historiadores de la época Han (dinastía inmediatamente posterior a la Qin) describen a más de cien poetas y más de mil composiciones, si bien, lo que se ha conservado son cincuenta y ocho poemas cortos y seis poemas largos y sólo son conocidos unos cuantos autores.

Dentro de la antología, uno de los poemas más célebres de Qu Yuan es el Lisao traducido como “Encuentro con el sufrimiento” o, mejor,“Lamento por la separación”. El poema tiene que ver con la caída del reino de Chu, aunque más que una descripción auténtica, lo que parece es una premonición. Enseguida vamos a entender por qué.

En “Lamento por la separación” se cuenta la historia de un poeta que es enviado al exilio y que decide suicidarse ante la desesperación que le produce la vergüenza y la impotencia de estar alejado de la corte. Todo parece indicar que Qu Yuan hablaba de sí mismo, ya que fue condenado al ostracismo en dos ocasiones. Durante la primera vez, escribió el poema mencionado, que resultó tan conmovedor que el rey se compadeció y le permitió volver a su lado. En su segundo exilio, Qu Yuan se quitó la vida tirándose al río Miliu. El suicidio del poeta creó tan conmoción que actualmente en China se conmemora su muerte con una fiesta en la que las gentes salen en barca y echan comida a los ríos porque se dice que eso hicieron los contemporáneos de Qu Yuan para evitar que los peces se comieran el cuerpo del poeta.

El crítico Xie Liu, que escribió en el siglo quinto la poética El corazón de la literatura y el cincelado de dragones califica el poema de Saojing, lo que significa que lo eleva a jing es decir a clásico esta composición. Se debe advertir al lector que este término se usa para los clásicos confucianos, como el Shijing, que es el primer libro de poesía de la antigüedad china.

Después de este pequeño comentario, dejo al lector con algunos fragmentos del Lisao en los que se muestra la pena de Qu Yuan y el triste descubrimiento de que puede no servir para nada ser un buen consejero. Es bastante significativo que el poeta llegue a esta conclusión ya que según la doctrina confuciana la virtud del buen gobernador significa tener el Mandato del cielo (Tianming), es decir, el cielo (Tian) permite a los reyes gobernar si ejercen de forma acertada el poder.



“De la semilla del soberano Gaoyang,
mi augusto padre se llamaba Boyong.
[La constelación] Sheti iluminaba la primera luna del año
el día gengyin en que nací.


Mi padre observó y calculó el momento de mi nacimiento,
consultó el oráculo y eligió para mí un nombre fasto.
El nombre que me dio fue “Modelo de Rectitud”,
y el nombre social “Equilibrio divino”.


A la belleza interior que me había sido otorgada,
añadí el adorno exterior.
Me cubrí con celinda y aromática angélica,
trencé orquídeas de otoño para mi cinturón.
Impetuoso, me lancé en persecución ansiosa,
pues temía que el tiempo, corriendo, me sobrepasara.
Por la mañana recogía magnolias en la falda de la montaña,
por la tarde, juncias en el cañaveral.
Días y meses proseguían su curso sin descanso,
primaveras y otoños se sucedían.
Y entonces vi hierbas y árboles marchitarse,
y temí que también los dignos se sumieran en la oscuridad. […]”
(versos 1-20)


“Las camarillas se abandonan a los placeres,
su camino es sombrío y los conduce a la perdición.
¿Y yo? ¿Acaso me asusta el peligro?
Mi sólo temor es el daño al carro imperial.
Me apresuro para adelantarlo,
para guiarlo por las huellas de los antiguos reyes.
Mas Aquel que es Aroma no vio la lealtad en mí,
prestó oído a calumnias, se enfureció. […]”
(versos 33-40)


“Enfermo y triste, estoy perdido;
estoy solo en el límite de la miseria en este tiempo.
Más me vale morir de pronto y diluirme en la nada,
no soportaría imitar su conducta.
El águila no vive con otras aves.
Ha sido así desde antiguo […]”
(versos 93-98)


“Uncí dragones de jade a un carro de fénix;
esperé un instante al viento para seguir su estela.
Al alba partí del monte Cangwu,
y al atardecer llegué a Xiangpu.
Hubiera permanecido un instante en este sagrado lugar,
pero el sol corría a punto de oscurecer.
Ordené a Xihe detener su galope
que al ver el monte Yanzi no se acelerara.
El camino era largo, lejana la distancia;
Y yo subía y bajaba buscando lo que ansiaba.
Abrevé mis caballos en el lago Xianchi;
até las riendas en el árbol Fusang;
quebré una rama del árbol Ruo para fustigar al sol,
y para poder así vagar un tiempo.
Ordené a Wangshu que me abriera camino
y a Feilian que cubriera la retaguardia.
El fénix luan se adelantó para anunciar mi llegada,
pero el señor del Trueno advirtió que aún no estaba preparado. […]”
(versos 182-199)


“¡Todo ha terminado!
Nadie hay en mi reino que me entienda.
¿Por qué, pues, tanta nostalgia por la ciudad donde nací?
No hay con quien trabajar por un buen gobierno
Sólo me resta seguir a Peng Xian, y retirarme a su hogar.”
(versos 369-373)

https://anaarandavasserot.wordpress.com/



LOS COMETAS EN LA POESÍA CHINA. 
LAS CANCIONES DE QU YUAN

Debo al estupendo y bello libro “El cometa” de Carl Sagan conocer la existencia de las enigmáticas poesías del más grande poeta chino, Qu Yuan, que refieren, aparentemente, a un cometa. Son las composiciones 6 y 7 de una colección de poemas llamada “Jiu Ge”, o “Nueve Canciones”.
El pobre Carl sabía de muchas cosas, pero decididamente nada de literatura. No sabemos cómo era la versión inglesa que era parte del libro original, tenemos la versión castellana de la versión inglesa, traducción de una traducción seguramente bastante libre del poema 7. Es muy bella, por más que tenga según Sagan este presunto defecto: “Muchas de las imágenes que parecen inútiles, como “bandera de nubes” y “bandera azul”, son en realidad alusiones a los numerosos nombres chinos de los cometas”. ¿Cuáles serán las “imágenes útiles”, entonces, en una poesía?:



Pequeño árbitro del destino humano

Orquídeas de otoño, jungla exuberante
Que despliega la vida debajo del patio.
Hojas verdes, flores blancas:
Nos alcanza un aroma rico y fragrante.
De cada persona salen niños preciosos.
¿Por qué tantas tristezas, señor mío?

Orquídeas de otoño, frescas y lozanas
Hojas verdes, tallos púrpura.
El patio está lleno de gente encantadora.
De repente, sólo conmigo, una mirada significativa.

Llegó sin hablar, se fue sin despedirse
Cabalgando el torbellino, con su bandera de nubes.
Las separaciones de la vida son una pena superior a la pena.
Un nuevo amigo es una alegría que supera la alegría.

Vestiduras de loto, cintura de dulce albahaca:
Llegó repentinamente, se fue con prisas.
Sus alojamientos vespertinos son la frontera de los dioses.
¿a quién esperáis en el borde de las nubes?

Os bañáis con vuestra dama en el Estanque de la Unión.
Y secáis su pelo bajo el sol.
Busco a mi amado en el cielo: ¿por qué no ha llegado todavía?
Encarado al viento e indistinto levanto mi vos en un canto.

Dosel de plumas de pavo, bandera azul de martín pescador,
escalad el Noveno Cielo, calmad el cometa.
Él, con su larga espada, protege y alimenta a los jóvenes.
Mi Señor es el único que puede llevar la justicia al mundo.

(Carl Sagan y Ann Druyan: El cometa, Ed. Planeta, Barcelona, 1985, pág.17)




En Wikipedia (http://en.wikipedia.org/wiki/Jiu_Ge) hay una traducción al inglés de los poemas 6 y 7 que se adivina bastante literal y mucho más bella todavía. Para el lector no familiarizado con el inglés va una traducción:



6.-

Amo del Destino

Un resplandor en el cielo y súbitamente te levantas,
la noche palidece y el día empieza  a brillar.
Corres con ruedas de trueno y banderas de nubes desplegadas,
grandes suspiros mientras observas anhelante
la belleza de la tierra en llamas.
Observa y márchate, olvida tu camino.
Estiro un arco largo y disparo al Lobo del Cielo,
y luego al Mirlo, y me sumerjo en el blanco vacío.



7.-

Joven Amo del Destino

El patio está lleno de gente encantadora
pero tienes ojos sólo para mí,
cabalgando un remolino, una nube como bandera.
Llegaste repentinamente y repentinamente te fuiste,
y sólo tuviste ojos para mí.
Me bañé contigo en el Estanque Celestial
y sequé tu cabello en la soleada ladera de una colina.
Ahora soy yo quien llora y canta con desesperación.
Bajo un dosel de plumas de pavo real y halcyón
Trepas nuevamente al Noveno Cielo.


La versión literal suprime casi por completo el aspecto erótico de la versión saganiana, seguramente una occidentalización de la versión china. Nunca había leído una pieza literaria en la que el autor  estableciera una relación tan directa con un cometa, en este caso (arriesgo) como símbolo de lo impredeciblemente bello o terrible que es el universo.

Publicado por Alberto Anunziato 

http://cometasentrerios.blogspot.com.es/2015/01/los-cometas-en-la-poesia-china-las.html




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