Martha Rodríguez Mega
(Ciudad de México, 1991), estudió Literatura Dramática y Teatro en la UNAM. Es actriz, dramaturga y directora de la compañía Sí o Sí Teatro. Fue becaria de la FLM en los talleres de creación literaria en Monterrey 2013 y Xalapa 2014. Ha obtenido reconocimientos en concursos literarios organizados por la UNAM y la SEP en poesía, cuento y ensayo. Fue incluida en las antologías La semilla desnuda –90 poetas mexicanos, editada por el gobierno del Estado de México y Poetas Parricidas –Generación entre siglos, de la Editorial Cuadrivio.
Vergüenza de los apelativos
cuando te dejé marcarme la espalda con un cigarro
que habíamos liado los dos
no me viste llorar
tenía 18 años y el cabello rojo
me llamaban flor de azalea la vida en su avalancha
diosita primitiva
de las que se adoran fecundándolas
me acariciabas el cabello nunca dormías y eras dulce entonces
tenía 20 años y el cabello negro
siempre te llamé por tu apellido
no recuerdo cómo me llamabas
escuchábamos cantar a Daniel Johnston
pero tú no eras el final donde el amor verdadero me encontraría
me llamaban
paz sólo tú corazón si recuerdas mi amor
pero me sembraste de minas
me pediste que no hablara de ti pero aquí estoy
yo no quiero tu versión de los hechos
me llamaban mar donde navegan
Perseos, Príapos, Ulises
pero yo era el mar
solamente
y todo eso
nunca fue suficiente
tengo 22 años el pelo castaño
una cicatriz que no puedo ver
a veces alguien lía un cigarro
y pienso
yo tenía el cabello rojo negro castaño
como fuera me hubieras llamado
liábamos cigarros que se apagaban todo el tiempo
me llamaban amor pero tú
nunca
Maldición
cuando me odie usaré tu nombre de travesti
tu número quedará grabado
en todos los baños públicos
te ofrecerán hacer un reality sobre tu vida
lo cancelarán tras el capítulo piloto
tu nombre aparecerá un solo día
en todas las primeras planas
y desaparecerá para siempre
vas a perder la voz como José José
te destrozarás el rostro como Mickey Rourke
te cambiarás el nombre
tendrás un trasplante de corazón
tu vida amorosa seguirá siendo una mierda
vas a escuchar de mí en todas partes
te tropezarás conmigo en los espectaculares
tu mujer querrá nombrar a tu hija como yo
te preguntarás cada noche qué hiciste
para merecerme
porque ignoras que
hay cosas que no se perdonan
ni siquiera a los inocentes
y cuando ya sea una anciana inmunda
seguirás recordando mis caderas
habrá leyendas africanas que cuenten tu historia
para advertir a los malos hombres
conjuros vudús invocarán tu nombre
como prueba de su efectividad
entonces una noche
aterrado
y con verdaderas ganas de morirte
entenderás lo que quería decir realmente Foster Wallace
cuando decía que toda historia de amor
es una historia de fantasmas
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