SERGIO DAVID LARA
Sergio D. Lara (México 1992) es poeta y editor. Estudia Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Dos veces ganador del primer lugar en el Concurso Nacional de Creación Literaria del ITESM y la Cátedra de Alfonso Reyes (2009, 2010), así como segundo lugar en los Juegos Florales de Cuernavaca en 2012. Beneficiario del PECDA Morelos en 2011. Es fundador y director de la editorial, Ediciones Simiente. Ha publicado el poemario Ciudades bajo la lluvia (ritual para conjurarte) (EdicioneZetina, 2011) y Génesis (Apuntes para una teoría sobre la imagen y el sonido) (ICM, 2013), este último ganador de la Convocatoria para Publicación de Obra Inédita del Instituto de Cultura de Morelos. Muestras de su trabajo aparecen en la antología Cruce de peatones. Estaciones presentidas (Proyecto Diorama 20 12), así como en las revistas y periódicos: Orla, La piedra y La Jornada Morelos. En 2013 su poemario Las máscaras resultó ganador del Premio Nacional de Poesía Joven “Josué Mirlo”.
[Un árbol para tallar en la corteza]
Un árbol para tallar en la corteza
el sabor de tu entrepierna
la huella del ojo que me mira —cardumen de víboras sin nombre
escamas de una piel que se ha mudado—
la mano izquierda que mira hacia el oriente
Nos falla la memoria dice la madera que se pudre
bacteria que nace de mi lengua y todo lo convierte en polvo
Bosque entero de sal petrificada como en el pasaje bíblico pero sin miedo
Bosque de jaguares y de jades de rimas que estorban en el habla
Tenemos que venir acompañados para que no falle la memoria y confundamos esto
con lo dicho.
[Llevas un sol bajo la falda]
Llevas un sol bajo la falda
las ansias rotas de un árbol
el quehacer oscuro de una muchacha al medio día
—nada empieza con A cuando estás lejos—
llevas en el tobillo un ramo de menta o de romero
la vida te florece por doquier
como el pasillo de la casa en Tlayacapan a donde no he vuelto
—quizá nunca existió e imaginé sus puertas el pasto y los insectos quizás imaginé el sudor en las paredes el sonido de la vecina en la mañanas—
Llevas un sol bajo la falda
Las máscaras
(fragmentos)
Del amor (o A la caza de la cierva)
IV
Un mirlo se posó sobre la cierva
dotándola de alas
*
una cierva y un mirlo levedad
y pesadez al mismo tiempo.
Un mirlo
*
fractura en la certeza,
aleteo violento que trastoca
las fibras que conectan
el mundo con los sueños.
De la memoria
Nos falla la memoria
El cuerpo falla nos falla la memoria
esguince de la mano ningún hueso roto
Palabras grandes impronunciables
misexonoesmisexonosfallalamemoria
El invierno congela mis testículos y no respiro bien sin aire tibio
Debí ser ambidiestro pero Dios no está para cumplir caprichos
La ventana mira hacia una puerta que no abre no pronuncies mi nombre
La mano la costilla ningún hueso roto
¿cómo termina este poema?
II
Pero lamer la sombra en tu costado es aspirar el polen morder el tallo
Amarilla es la luz con que me miras
Tus piernas casi abiertas con sus paredes de ladrillo
su techo de lámina o de palma
tus piernas casi abiertas son un salmo que comulga con el hambre herida de mi
sexo
Del dolor
[El día 28 de marzo de 2011 Juan Francisco Sicilia fue encontrado muerto en Temixco, Morelos, ésta es mi forma de recordarlo.]
II
Escribir es estar lejos
intentar regresarles a las cosas el pedazo de alma que han perdido
acortar la distancia entre mi cuerpo y otro cuerpo
ya sin vida
sin sus domingos a la mesa de la casa compartiendo el pan entre los suyos
VI
Ha quedado rota la hoja de este día
que se repetirá sin fin hasta el cansancio
porque apareció ahí cerca de casa
reclamando de nosotros esta ausencia
de no haber estado ahí para esperarlo
Grabado por el hierro ya caliente
grabado por la luz que nos persigue
buscamos una esquina o un reposo
pero todo es hambre y sed y abismo
todo es ausencia y es distancia
y un cuerpo en la cajuela de un automóvil diciendo
estoy aquí y tú estás lejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario