viernes, 13 de febrero de 2015

GONZALO DE BERCEO [14.848]


Gonzalo de Berceo


(Berceo, Logroño, hacia 1195 - Monasterio de San Millán de la Cogolla, hacia 1268) Escritor medieval que fue el primer poeta en lengua castellana con nombre conocido.

Fue clérigo y vivió en el monasterio de San Millán de la Cogolla (Logroño), donde se ordenó sacerdote, y en el de Santo Domingo de Silos (Burgos). En el monasterio de San Millán de la Cogolla ofició como clérigo secular, y llegó a ocupar los cargos de diácono (hacia 1120) y presbítero (hacia 1237).

Es el primer representante del llamado «mester de clerecía», escuela medieval de hombres de letras (una calificación que en aquella época casi coincidía con la de sacerdote) cuya principal aportación fue la difusión de la cultura latina. Berceo inauguró la senda de la poesía erudita, en contraposición con la desarrollada por la poesía épica popular y la de los juglares.

Sus obras, escritas en cuaderna vía (estrofa de cuatro versos alejandrinos monorrimos) como era habitual en el «mester», son estrictamente religiosas y se suelen clasificar en tres grupos: vidas de santos, obras marianas y obras de temática religiosa más amplia, de tipo doctrinal. Los poemas hagiográficos, sobre santos locales (Vida de San Millán, Vida de Santo Domingo de Silos y Vida de Santa Oria), se basan en fuentes latinas y en tradiciones del propio monasterio.

Las dos primeras siguen una idéntica estructura tripartita: la primera parte cuenta la vida del santo, la segunda relata los milagros que el santo realizó en vida y la tercera los realizados tras su muerte a personas que rogaron su favor. No hay duda de que, además de la finalidad moral del conjunto, las terceras partes obedecían al propósito de atraer peregrinos a los monasterios de San Millán de la Cogolla y de Santo Domingo de Silos, donde se hallaban enterrados los santos.

El grupo de obras marianas cuenta con tres títulos fundamentales: Loores de Nuestra Señora, Milagros de Nuestra Señora y Duelo de la Virgen. Los poemas religiosos de naturaleza doctrinal son El martirio de San Lorenzo, El sacrificio de la misa y Los signos que aparecerán antes del Juicio.

Destaca entre sus obras los Milagros de Nuestra Señora, llena de notas folclóricas y detalles cómicos. Inspirada por una colección de milagros en latín, está compuesta por una introducción alegórica y veinticinco poemas que cuentan milagros atribuidos a la Virgen, descrita como un personaje cercano que ampara a los fieles. Berceo, en su ánimo de acercarse al pueblo, se hizo portavoz de una religiosidad emotiva y llena de sucesos con la que fácilmente podían identificarse sus oyentes, alejándose así de la aridez teológica propia de los tratados latinos.

Probablemente difundida de forma oral por los juglares, su obra tiene un claro objetivo didáctico y moral, y se caracteriza por un tratamiento sencillo y popular del lenguaje. A menudo Berceo hace referencia a sus propios avatares biográficos y da muestras, con su expresión realista y auténtica, de su gusto por la recreación de detalles pintorescos y cotidianos. Su forma de narrar los sucesos religiosos y de intentar acercarlos al pueblo mediante un estilo y una forma de sentir humilde y sencilla hizo de Berceo un autor de gran valor simbólico para la Generación del 98.





Milagros de Nuestra Señora
Gonzalo de Berceo

[Nota preliminar: edición digital a partir de la de Florencio Janer, en Biblioteca de Autores Españoles, vol. 57, pp. 103-131 (Madrid, Real Academia, 1852), cotejada con las ediciones críticas de Antonio García Solalinde (Madrid, Espasa Calpe, 1964, reimpresión), Daniel Devoto (Valencia, Castalia, 1967) y Michael Gerli (Madrid, Cátedra, 1997). Asumimos la numeración de las cuadernas propuesta por Gerli.]



1 Amigos e vassallos          de Dios omnipotent,
si vos me escuchássedes          por vuestro consiment,
querríavos contar          un buen aveniment:
terrédeslo en cabo          por bueno verament.

2 Yo maestro Gonçalvo          de Verceo nomnado,
yendo en romería          caeçí en un prado,
verde e bien sençido,          de flores bien poblado,
logar cobdiçiaduero          pora omne cansado.

3 Davan olor sovejo          las flores bien olientes,
refrescavan en omne          las carnes e las mientes;
manavan cada canto          fuentes claras corrientes,
en verano bien frías,          en ivierno calientes.

4 Avién y grand abondo          de buenas arboledas,
milgranos e figueras,          peros e mazanedas,
e muchas otras fructas          de diversas monedas,
mas non avié ningunas          podridas nin azedas.

5 La verdura del prado,          la olor de las flores,
las sombras de los árbores          de temprados savores,
resfrescáronme todo          e perdí los sudores:
podrié vevir el omne          con aquellos olores.

6 Nunqua trobé en sieglo          logar tan deleitoso,
nin sombra tan temprada          nin olor tan sabroso;
descargué mi ropiella          por yazer más viçioso,
poséme a la sombra          de un árbor fermoso.

7 Yaziendo a la sombra          perdí todos cuidados,
odí sonos de aves,          dulces e modulados:
nunqua udieron omnes          órganos más temprados,
nin que formar pudiessen          sones más acordados.

8 Unas tenién la quinta,          e las otras doblavan,
otras tenién el punto,          errar no las dexavan:
al posar e al mover,          todas se esperavan,
aves torpes nin roncas          non se acostavan.

9 Non serié organista          nin serié vïolero,
nin giga nin salterio          nin mano de rotero,
nin estrument nin lengua          nin tan claro vocero
cuyo canto valiesse          con esto un dinero.

10 Peroque nos dissiemos          todas estas bondades,
non contamos las diezmas,          esto bien lo creades:
que avié de noblezas          tantas diversidades
que no las contarien          priores nin abbades.

11 El prado que vos digo          avié otra bondat:
por calor nin por frío          non perdié su beltat,
siempre estava verde          en su entegredat,
non perdié la verdura          por nulla tempestat.

12 Manamano que fui          en tierra acostado,
de todo el lazerio          fui luego folgado;
oblidé toda cuita          e lazerio passado:
¡Qui allí se morasse          serié bienventurado!

13 Los omnes e las aves,          quantos acaecién,
levavan de las flores          quantas levar querién,
mas mengua en el prado          ninguna non façién:
por una que levavan          tres e quatro nacién.

14 Semeja esti prado          egual de Paraíso,
en qui Dios tan grand graçia,          tan grand bendiçión miso;
él que crió tal cosa          maestro fue anviso:
omne que ý morasse          nunqua perdrié el viso.

15 El fructo de los árbores          era dulz e sabrido,
si don Adám oviesse          de tal fructo comido,
de tan mala manera          non serié decibido,
ni tomarién tal danno          Eva nin so marido.

16 Sennores e amigos,          lo que dicho avemos
palavra es oscura,          esponerla queremos:
tolgamos la corteza,          al meollo entremos,
prendamos lo de dentro,          lo de fuera dessemos.

17 Todos quantos vevimos,          que en piedes andamos,
siquiere en presión          o en lecho yagamos,
todos somos romeos          que camino pasamos,
San Peidro lo diz esto,          por él vos lo provamos.

18 Quanto aquí vivimos          en ageno moramos;
la ficança durable          suso la esperamos;
la nuestra romería          estonz la acabamos,
quando a Paraíso          las álmas envïamos.

19 En esta romería          avemos un buen prado
en qui trova repaire          tot romeo cansado:
la Virgin Glorïosa,          madre del buen Criado,
del qual otro ninguno          egual non fue trobado.

20 Esti prado fue siempre          verde en onestat,
ca nunca ovo mácula          la su virginidat,
post partum et in partu          fue virgin de verdat,
illesa, incorrupta          en su entegredat.

21 Las quatro fuentes claras          que del prado manavan,
los quatro evangelios,          esso significavan,
ca los evangelistas          quatro que los dictavan,
quando los escrivién,          con ella se fablavan.

22 Quanto escrivién ellos,          ella lo emendava,
esso era bien firme          lo que ella laudava;
parece que el riego          todo d'ella manava
quando a menos d'ella          nada non se guiava.

23 La sombra de los árbores,          buena, dulz e sanía,
en qui ave repaire          toda la romería,
sí son las oraciones          que faz Santa María
que por los peccadores          ruega noch e día.

24 Quantos que son en mundo,          justos e peccadores,
coronados e legos,          reys e emperadores,
allí corremos todos,          vassallos e sennores,
todos a la su sombra          imos coger las flores.

25 Los árbores que facen          sombra dulz e donosa
son los santos miraclos          que faz la Glorïosa,
ca son mucho más dulzes          que azúcar sabrosa,
la que dan al enfermo          en la cuita raviosa.

26 Las aves que organan          entre essos fructales,
que han las dulzes vozes,          dizen cantos leales,
estos son Agustino,          Gregorio, otros tales,
quantos que escrivieron          los sos fechos reales.

27 Estos avién con ella          amor e atenencia,
en laudar los sos fechos          metién toda femencia;
todos fablavan d'ella,          cascuno su sentencia,
pero tenién por todo          todos una creencia.

28 El rosennor que canta          por fin maestría,
siquiere la calandria          que faz grand melodía,
mucho cantó mejor          el barón Isaía
e los otros prophetas,          onrrada compannía.

29 Cantaron los apóstolos          muedo muy natural,
confessores e mártires          facién otro tal;
las vírgenes siguieron          la gran Madre caudal,
cantan delante d'ella          canto bien festival.

30 Por todas las eglesias,          esto es cada día,
cantan laudes ant ella          toda la clerecía:
todos li façen cort          a la Virgo María;
estos son rossennoles          de gran placentería.

31 Tornemos ennas flores          que componen el prado,
que lo façen fermoso,          apuesto e temprado;
las flores son los nomnes          que li da el dictado
a la Virgo María,          madre del buen Criado.

32 La benedicta Virgen          es estrella clamada,
estrella de los mares,          guïona deseada,
es de los marineros          en las cuitas guardada,
ca quando éssa veden          es la nave guiada.

33 Es clamada, y éslo          de los cielos, reína,
tiemplo de Jesu Christo,          estrella matutina,
sennora natural,          pïadosa vezina,
de cuerpos e de almas          salud e medicina.

34 Ella es vellocino          que fue de Gedeón,
en qui vino la pluvia,          una grand vissïón;
ella es dicha fonda          de David el varón
con la qual confondió          al gigant tan fellón.

35 Ella es dicha fuent          de qui todos bevemos,
ella nos dio el cevo          de qui todos comemos;
ella es dicha puerto          a qui todos corremos,
e puerta por la qual          entrada atendemos.

36 Ella es dicha puerta          en sí bien encerrada,
pora nos es abierta          pora darnos la entrada;
ella es la palomba          de fiel bien esmerada,
en qui non cae ira,          siempre está pagada.

37 Ella con grand derecho          es clamada Sïón,
ca es nuestra talaya,          nuestra defensïón:
ella es dicha trono          del reï Salomón,
reï de grand justicia,          sabio por mirazón.

38 Non es nomne ninguno          que bien derecho venga
que en alguna guisa          a ella non avenga;
non ha tal que raíz          en ella no la tenga,
nin Sancho nin Domingo,          nin Sancha nin Domenga.

39 Es dicha vid, es uva,          almendra, malgranada,
que de granos de graçia          está toda calcada,
oliva, cedro, bálssamo,          palma bien ajumada,
piértega en que sovo          la serpiente alzada.

40 El fust que Moïsés          enna mano portava
que confondió los sabios          que Faraón preciava,
el que abrió los mares          e depués los cerrava,
si non a la Gloriosa          ál non significava.

41 Si metiéremos mientes          en ell otro bastón
que partió la contienda          que fue por Aarón,
ál non significava,          como diz la lectión,
si non a la Gloriosa,          esto bien con razón.

42 Sennores e amigos,          en vano contendemos,
entramos en grand pozo,          fondo no'l trovaremos;
más serién los sus nomnes          que nos d'ella leemos
que las flores del campo,          del más grand que savemos.

43 Desuso lo dissiemos          que eran los fructales
en qui facién las aves          los cantos generales,
los sus sanctos miraclos,          grandes e principales,
los quales organamos          ennas fiestas caubdales.

44 Quiero dexar con tanto          las aves cantadores,
las sombras e las aguas,          las devantdichas flores;
quiero d'estos fructales          tan plenos de dulzores
fer unos pocos viessos,          amigos e sennores.

45 Quiero en estos árbores          un ratiello sobir
e de los sos miraclos          algunos escrivir;
la Gloriosa me guíe          que lo pueda complir,
ca yo non me trevría          en ello a venir.

46 Terrélo por miráculo          que lo faz la Gloriosa
si guiarme quisiere          a mí en esta cosa;
Madre, plena de gracia,          reína poderosa,
tú me guía en ello,          ca eres pïadosa.

- I -

La casulla de san Ildefonso


47 En España cobdicio          de luego empezar,
en Toledo la magna,          un famado logar,
ca non sé de qual cabo          empieze a contar
ca más son que arenas          en riba de la mar.

48 En Toledo la buena,          essa villa real,
que yaze sobre Tajo,          essa agua cabdal,
ovo un arzobispo,          coronado leal,
que fue de la Gloriosa          amigo natural.

49 Diziénli Ildefonsso,          dizlo la escriptura,
pastor que a su grey          dava buena pastura,
omne de sancta vida          que trasco grand cordura,
que nos mucho digamos,          so fecho lo mestura.

50 Siempre con la Gloriosa          ovo su atenencia,
nunqua varón en duenna          metió mayor querencia;
en buscarli servicio          metié toda femencia,
facié en ello seso          e buena providencia.

51 Sin los otros servicios,          muchos e muy granados,
dos yazen en escripto,          éstos son más notados,
fizo d'ella un libro          de dichos colorados
de su virginidat          contra tres renegados.

52 Fizo'l otro servicio          el leal coronado,
fízoli una fiesta          en deciembre mediado.
La que cae en marzo,          día muy sennalado,
quando Gabrïel vino          con el rico mandado,

53 Quando Gabrïel vino          con la messagería,
quando sabrosamientre          disso «Ave María»,
e díssoli por nuevas          que parrié a Messía
estando tan entrega          como era al día.

54 Estonz cae un tiempo,          esto por connocía,
non canta la eglesia          canto de alegría,
non lieva so derecho          tan sennalado día.
Si bien lo comediéremos,          fizo grand cortesía.

55 Fizo grand providencia          el amigo leal,
que puso essa festa          cerca de la Natal;
asentó buena vinna          cerca de buen parral,
la Madre con el Fijo,          par que non á egual.

56 Tiempo de quaresma          es de afflictión,
nin cantan «Aleluya»          nin facen processión;
todo esto asmava          el anviso varón,
ovo luego por ello          onrrado gualardón.

57 Sennor sant Illefonsso,          coronado leal,
fazié a la Gloriosa          festa muy general;
fincaron en Toledo          pocos en su ostal
que non fueron a Missa          a la sied obispal.

58 El sancto arzobispo,          un leal coronado,
por entrar a la Missa          estava aguisado,
en su preciosa cátedra          se sedié asentado;
adusso la Gloriosa          un present muy onrrado.

59 Apareció'l la Madre          del Rey de Magestat,
con un libro en mano          de muy grand claridat:
el que él avié fecho          de la virginidat;
plogo'l a Illefonsso          de toda voluntat.

60 Fízoli otra gracia          qual nunqua fue oída:
dioli una casulla          sin aguja cosida;
obra era angélica,          non de omne texida,
fablóli pocos vierbos,          razón buena, complida.

61 «Amigo, -dísso'l- sepas          que só de ti pagada,
ásme buscada onrra          non simple, ca doblada:
fecist de mí buen libro,          ásme bien alavada,
fecístme nueva festa          que non era usada.

62 A la tu Missa nueva          d'esta festividat,
adúgote ofrenda          de grand auctoridat:
cassulla con que cantes,          preciosa de verdat,
oy en el día sancto          de Navidat.

63 De seer en la cátedra          que tú estás posado,
al tu cuerpo sennero          es esto condonado;
de vestir esta alva          a ti es otorgado,
otro que la vistiere          non será bien hallado.»

64 Dichas estas palabras,          la Madre glorïosa
tollióseli de ojos,          non vío nulla cosa;
acabó su officio          la persona preciosa
de la Madre de Christo,          crïada e esposa.

65 Esta festa preciosa          que avemos contada
en general concilio          fue luego confirmada:
es por muchas eglesias          fecha e celebrada,
mientre el sieglo fuere          non será oblidada.

66 Quando plogo a Christo,          al celestial Sennor,
finó Sant Illefonsso,          precioso confessor;
onrrólo la Gloriosa,          Madre del Crïador,
dio'l gran onrra al cuerpo,          a la alma muy mejor.

67 Alzaron arzobispo          un calonge lozano,
era muy sovervio          e de seso liviano;
quiso eguar al otro,          fue en ello villano,
por bien non gelo tovo          el pueblo toledano.

68 Posóse enna cátedra          del su antecessor,
demandó la cassulla          que'l dio el Crïador;
disso palabras locas          el torpe peccador,
pesaron a la Madre          de Dios Nuestro Sennor.

69 Disso unas palavras          de muy grand liviandat:
«Nunqua fue Illefonsso          de mayor dignidat,
tan bien so consegrado          como él por verdat,
todos somos eguales          enna umanidat.»

70 Si non fuesse Sïagrio          tan adelante ido,
si oviesse su lengua          un poco retenido,
non serié enna ira          del Crïador caído,
ond dubdamos que es          ¡mal peccado! perdido.

71 Mandó a los ministros          la casulla traer
por entrar a la Missa,          la confessión fazer,
mas non li fo sofrido          ni ovo él poder,
ca lo que Dios non quiere          nunqua puede seer.

72 Pero que ampla era          la sancta vestidura,
issióli a Sïagrio          angosta sin mesura:
prísoli la garganta          como cadena dura,
fue luego enfogado          por la su grand locura.

73 La Virgen glorïosa,          estrella de la mar,
sabe a sus amigos          gualardón bueno dar:
bien sabe a los buenos          el bien gualardonar,
a los que la dessierven          sábelos mal curar.

74 Amigos, a tal Madre          aguardarla devemos:
si a ella sirviéremos          nuestra pro buscaremos,
onrraremos los cuerpos,          las almas salvaremos,
por pocco de servicio          grand gualardón prendremos.


- II -

El sacristán fornicario


75 Amigos, si quisiéssedes          un pocco esperar,
aun otro miraclo          vos querría contar,
que por Sancta María          dennó Dios demostrar,
de cuya lege quiso          con su boca mamar.

76 Un monge beneíto          fue en una mongía,
el logar no lo leo,          decir no lo sabría,
querié de corazón          bien a Sancta María,
facié a la su statua          el enclín cada día.

77 Facié a la su statua          el enclín cada día,
fincava los enojos,          dicié: «Ave María»;
el abbat de la casa          dio'l la sacristanía,
ca teniélo por cuerdo          e quito de follía.

78 El enemigo malo,          de Belzebud vicario,
que siempre fue e éslo          de los buenos contrario,
tanto pudió bullir          el sotil aversario
que corrompió al monge,          fízolo fornicario.

79 Priso un uso malo          el locco peccador,
de noche, quando era          echado el prior,
issié por la eglesia          fuera del dormitor,
corrié el entorpado          a la mala lavor.

80 Siquier a la exida,          siquier a la entrada,
delante del altar          li cadié la passada;
el enclín e la Ave          teniéla bien usada,
non se li oblidava          en ninguna vegada.

81 Corrié un río bono          de la mongía,
aviélo de passar          el monge todavía;
do se vinié el loco          de complir su follía,
cadió e enfogóse          fuera de la freiría.

82 Quando vino la ora          de matines cantar,
non avié sacristano          que podiesse sonar:
levantáronse todos,          quisque de su logar;
fueron a la eglesia          al fraire despertar.

83 Abrieron la eglesia          como mejor sopieron,
buscaron al clavero,          trobar no lo podieron;
buscando suso e yuso          atanto andidieron,
do yazié enfogado,          allá lo enfirieron.

84 Qué podrié seer esto          no lo podién asmar,
si's murió o'l mataron          no lo sabién judgar;
era muy grand la basca          e mayor el pesar,
ca cadié en mal precio          por esto el logar.

85 Mientre yazié en vanno          el cuerpo en el río,
digamos de la alma          en qual pleito se vío:
vinieron de dïablos          por ella grand gentío,
por levarla al váratro,          de deleit bien vazío.

86 Mientre que los dïablos          la trayén com a pella,
vidiéronla los ángeles,          descendieron a ella,
ficieron los dïablos          luego muy grand querella,
que suya era quita,          que se partiessen d'ella.

87 Non ovieron los ángeles          razón de vozealla,
ca ovo la fin mala          e asín sin falla;
tirar no lis podieron          valient una agalla,
ovieron a partirse          tristes de la vatalla.

88 Acorrió'l la Gloriosa,          reína general,
ca tenién los dïablos          mientes a todo mal;
mandólis atender,          non osaron fer ál,
moviólis pletesía          firme e muy cabdal.

89 Propuso la Gloriosa          palabra colorada,
«Con esta alma, foles,          -diz- non avedes nada;
mientre fue en el cuerpo          fue mi acomendada,
agora prendrié tuerto          por ir desamparada.»

90 De la otra partida          recudió el vozero,
un savidor dïablo,          sotil e muy puntero:
«Madre eres de Fijo,          alcalde derechero,
que no'l plaze la fuerza          nin es end plazentero.

91 Escripto es que el omne          allí do es fallado
o en bien o en mal,          por ello es judgado:
si esti tal decreto          por ti fuere falssado,
el pleit del Evangelio          todo es descuiado.»

92 «Fablas -diz la Gloriosa-          a guis de cosa nescia,
non te riepto, ca eres          una cativa bestia;
quando ixió de casa,          de mí priso licencia,
el peccado que fizo          yo'l daré penitencia.

93 Serié en fervos fuerza          non buena parecencia;
mas apello a Christo,          a la su audïencia,
el que es poderoso,          pleno de sapiencia,
de la su boca quiero          oír esta sentencia.»

94 El Reï de los Cielos,          alcalde savidor,
partió esta contienda,          non vidiestes mejor:
mandó tornar la alma          al cuerpo el Sennor,
dessent qual mereciesse,          recibrié tal onor.

95 Estava el convento          triste e desarrado,
por esti mal exiemplo          que lis era uviado;
resuscitó el fraire          que era ya passado,
espantáronse todos          ca era aguisado.

96 Fablólis el buen omne,          díssolis: «Companneros,
muerto fui e so vivo,          d'esto seet bien certeros,
¡Grado a la Gloriosa          que salva sos obreros,
que me libró de manos          de los malos guerreros!»

97 Contólis por su lengua          toda la ledanía,
qué dizien los dïablos          e qué Sancta María;
cómo lo quitó ella          de su podestadía,
si por ella non fuesse,          serié en negro día.

98 Rendieron a Dios gracias          de buena boluntat,
a la sancta reína,          madre de pïadat,
que fizo tal miraclo          por su benignidat,
por qui está más firme          toda la christiandat.

99 Confessóse el monge          e fizo penitencia,
mejoróse de toda          su mala contenencia,
sirvió a la Gloriosa          mientre ovo potencia,
finó quando Dios quiso          sin mala repindencia,
requiescat in pace          cum divina clemencia.

100 Muchos tales miraclos          e muchos más granados
fizo Sancta María          sobre sos aclamados;
non serién los millésimos          por nul omne contados,
mas de lo que sopiéremos,          seed nuestros pagados.


- III -

El clérigo y la flor


101 Leemos de un clérigo          que era tiestherido,
ennos vicios seglares          ferament embevido;
peroque era locco,          avié un buen sentido,
amava la Gloriosa          de corazón complido.

102 Comoquiere que era          en ál malcostumnado,
en saludar a ella          era bien acordado;
nin irié a la eglesia          nin a ningún mandado,
que el su nomne ante          non fuesse aclamado.

103 Dezir no lo sabría          sobre quál ocasión
ca nos no lo sabemos          si lo buscó o non,
diéronli enemigos          salto a est varón,
ovieron a matarlo:          ¡Domne Dios lo perdón!

104 Los omnes de la villa          e los sus companneros
esto como cuntiera          com non eran certeros,
defuera de la villa          entre unos riberos,
allá lo soterraron,          non entre los dezmeros.

105 Pesó'l a la Gloriosa          con est enterramiento,
que yazié el su siervo          fuera de su conviento;
apareció'l a un clérigo          de buen entendimiento,
díssoli que fizieran          en ello fallimiento.

106 Bien avié treinta días          que era soterrado:
en término tan luengo          podié seer dannado;
dísso'l Sancta María:          «Fiziestes desguissado,
que yaz el mi notario          de vos tan apartado.

107 Mándote que lo digas:          que el mi cancellario
non merecié seer          echado del sagrario;
dilis que no lo dexen          ý otro trentanario,
métanlo con los otros          en el buen fossalario.»

108 Demandóli el clérigo          que yazié dormitado,
«¿Quí eres tú que fablas?          Dime de ti mandado,
ca quando lo dissiero          seráme demandado
quí es el querelloso          o quí el soterrado».

109 Díssoli la Gloriosa:          «Yo so Sancta María
madre de Jesu Christo          que mamó leche mía;
el que vos desechastes          de vuestra compannía,
por cancellario mío          yo a éssi tenía.

110 El que vos soterrastes          luenne del cimiterio,
al que vos non quisiestes          fazer nul ministerio,
yo por ésti te fago          todo est reguncerio:
si bien no lo recabdas,          tente por en lazerio.»

111 El dicho de la duenna          fue luego recabdado,
abrieron el sepulcro          apriesa e privado;
vidieron un miraclo          non simple ca doblado,
el uno e el otro,          fue luego bien notado.

112 Issiéli por la boca          una fermosa flor
de muy grand fermosura,          de muy fresca color;
inchié toda la plaza          de sabrosa olor,
que non sentién del cuerpo          un punto de pudor.

113 Trobáronli la lengua          tan fresca e tan sana
qual parece de dentro          la fermosa mazana;
no la tenié más fresca          a la meredïana
quando sedié fablando          en media la quintana.

114 Vidieron que viniera          esto por la Gloriosa,
ca otri non podrié          fazer tamanna cosa;
transladaron el cuerpo,          cantando «Specïosa»,
aprés de la eglesia          en tumba más preciosa.

115 Todo omne del mundo          fará grand cortesía
qui fiziere servicio          a la Virgo María;
mientre que fuere vivo          verá plazentería,
e salvará la alma          al postremero día.


- IV -

El galardón de la virgen


116 D'un clérigo otro          nos diz la escriptura
que de Sancta María          amava su figura:
siempre se inclinava          contra la su pintura,
avié muy grand vergüenza          de la su catadura.

117 Amava al so Fijo          e amava a ella,
tenié por sol al Fijo,          la Madre por estrella;
querié bien al Fijuelo,          e bien a la ponzella,
porquelos servié poco          estava con grant querella.

118 Apriso cinco motes,          motes de alegría
que fablan de los gozos          de la Virgo María;
diziégelos el clérigo          delante cada día,
avié ella con ellos          muy grand placentería.

119 «Gozo ayas, María,          que el ángel credist,
gozo ayas, María,          que virgo conçebist;
gozo ayas, María,          que a Christo parist,
la ley vieja çerresti          e la nueva abrist.»

120 Quantas fueron las plagas          que el Fijo sufrió,
dizié él tantos gozos          a la que lo parió;
sí bono fo el clérigo          e bien lo mereció,
ovo gualardón bueno,          buen grado reçibió.

121 Por estos cinco gozos          devemos ál catar:
cinco sesos del cuerpo          que nos facen peccar,
el ver, el oír,          el oler, el gostar,
el prender de las manos          que dizimos tastar.

122 Si estos cinco gozos          que dichos vos avemos
a la Madre gloriosa          bien gelos ofrecemos,
del yerro que por estos          cinco sesos facemos,
por el so sancto ruego          grand perdón ganaremos.

123 Enfermó esti clérigo          de muy fuert manera,
que li querién los ojos          essir de la mollera;
tenié que era toda          complida la carrera,
e que li venié cerca          la ora postremera.

124 Aparació'l la Madre          del Reï celestial
que en misericordia          nunqua ovo egual;
«Amigo -dísso'l-          sálvete el Sennor spirital,
de cuya Madre fust          tú amigo leal.

125 Afuérzate, non temas,          non seas desmarrido,
sepas serás aína          d'esti dolor guarido;
tente con Dios aúna          por de cuita essido,
ca dizlo el tu pulso          que es bueno complido.

126 Yo cerca ti estando,          tú non ayas pavor,
tente por mejorado          de toda la dolor;
recebí de ti siempre          servicio e amor,
darte quiero el precio          de essa tu lavor».

127 Bien se cuidó el clérigo          del lecho levantar,
e que podrié por campo          en sos piedes andar,
mas ha grand diferencia          de saver a cuidar:
óvose otra guisa          esto a terminar.

128 Bien se cuidó el clérigo          de la presón essir
e con sus connocientes          deportar e reír;
mas non podió la alma          tal plazo reçebir,
desamparó el cuerpo,          ovo end a essir.

129 Prísola la Gloriosa,          de los cielos Reína,
fuese la afijada          con la buena madrina;
prisiéronla los ángeles          con la gracia divina,
leváronla al Cielo          do el bien nunqua fina.

130 La Madre glorïosa          lo que li prometió,
benedicta sea ella          que bien gelo cumplió;
como lo dizié ella          él no lo entendió,
mas en quanto que disso          verdadera issió.

131 Quantos la voz udieron          e vidieron la cosa,
todos tenién que fizo          miráculo la Gloriosa;
tenién que fue el clérigo          de ventura donosa,
glorificavan todos          a la Virgo preciosa.


- V -

El pobre caritativo


132 Era un omne pobre          que vivié de raziones,
non avié otras rendas          nin otras furcïones
fuera quando lavrava,          esto poccas sazones:
tenié en su alzado          bien poccos pepïones.

133 Por ganar la Gloriosa          que él mucho amava,
partiélo con los pobres          todo quanto ganava;
en esto contendié          e en esto punnava,
por aver la su gracia          su mengua oblidava.

134 Quando ovo est pobre          d'est mundo a passar,
fablóli muy sabroso,          queriélo falagar,
udieron la palavra          todos los del logar.

135 «Tú mucho cobdiciest          la nuestra compannía,
sopist pora ganarla          bien buena maestría,
ca partiés tus almosnas,          diziés 'Ave María',
por qué lo faziés todo          yo bien lo entendía.

136 Sepas que es tu cosa          toda bien acabada,
ésta es en que somos          la cabera jornada;
el 'Ite missa est',          conta que es cantada,
venida es la ora          de prender la soldada.

137 Yo so aquí venida          por levarte comigo,
al regno de mi Fijo          que es bien tu amigo,
do se ceban los ángeles          del buen candïal trigo;
a las Sanctas Virtutes          plazerlis há contigo.»

138 Quando ovo la Gloriosa          el sermón acabado,
desamparó la alma          al cuerpo venturado,
prisiéronla de ángeles,          un convento onrrado,
leváronla al Cielo,          ¡Dios sea end laudado!

139 Los omnes que avién          la voz ante oída,
tan aína vidieron          la promesa complida;
a la Madre gloriosa          que es tan comedida,
todos li rendién gracias,          quisque de su partida.

140 Qui tal cosa udiesse          serié malventurado
si de Sancta María          non fuesse muy pagado,
si más no la onrrasse          serié desmesurado,
qui de ella se parte          es muy mal engannado.

141 Aun más adelante          queremos aguijar:
tal razón como ésta          non es de destajar,
ca éstos son los árbores          do devemos folgar,
en cuya sombra suelen          las aves organar.



- VI -

El ladrón devoto


142 Era un ladrón malo          que más querié furtar
que ir a la eglesia          nin a puentes alzar;
sabié de mal porcalzo          su casa governar,
uso malo que priso,          no lo podié dexar.

143 Si facié otros males,          esto no lo leemos,
serié mal condempnarlo          por lo que non savemos,
mas abóndenos esto          que dicho vos a vemos,
si ál fizo, perdóneli          Christus en qui creemos.

144 Entre las otras malas,          avié una bondat
que li vahó en cabo          e dioli salvedat;
credié en la Gloriosa          de toda voluntat,
saludávala siempre          contra la su magestat.

145 Si fuesse a furtar,          o a otra locura,
siempre se inclinava          contra la su figura,
dizié «Ave María»          e más de escriptura,
tenié su voluntad          con esto más segura.

146 Como qui en mal anda          en mal á a caer,
oviéronlo con furto          est ladrón a prender;
non ovo nul consejo          con qué se defender,
judgaron que lo fuessen          en la forca poner.

147 Levólo la justicia          pora la crucejada,
do estava la forca          por concejo alzada;
prisiéronli los ojos          con toca bien atada,
alzáronlo de tierra          con soga bien tirada.

148 Alzáronlo de tierra          quanto alzar quisieron,
quantos cerca estavan          por muerto lo tovieron:
si ante lo sopiessen          lo que depués sopieron,
no li ovieran fecho          esso que li fizieron.

149 La Madre glorïosa,          duecha de acorrer,
que suele a sus siervos          ennas cuitas valer,
a esti condempnado          quísoli pro tener,
membróli del servicio          que li solié fer.

150 Metióli so los piedes          do estava colgado
las sus manos preciosas,          tóvolo alleviado:
non se sintió de cosa          ninguna embargado,
non sovo plus vicioso          nunqua nin más pagado.

151 Ende al día terzero          vinieron los parientes,
vinieron los amigos          e los sus connocientes,
vinién por descolgallo          rascados e dolientes,
sedié mejor la cosa          que metién ellos mientes.

152 Trobáronlo con alma          alegre e sin danno,
non serié tan vicioso          si yoguiesse en vanno;
dizié que so los piedes          tenié un tal escanno,
non sintrié mal ninguno          si colgasse un anno.

153 Quando lo entendieron          los que lo enforcaron,
tovieron que el lazo          falsso gelo dexaron;
fueron mal rependidos          que no lo degollaron,
tanto gozarién d'esso          quanto depués gozaron.

154 Fueron en un acuerdo          toda essa mesnada,
que fueron engannados          enna mala lazada,
mas que lo degollassen          con foz o con espada;
por un ladrón non fuesse          tal villa afontada.

155 Fueron por degollarlo          los mancebos más livianos,
con buenos seraniles          grandes e adïanos;
metió Sancta María          entre medio las manos,
fincaron los gorgueros          de la golliella sanos.

156 Quando esto vidieron          que no'l podién nocir,
que la Madre gloriosa          lo querié encobrir,
oviéronse con tanto          del pleito a partir,
hasta que Dios quisiesse          dexáronlo vevir.

157 Dexáronlo en paz          que se fuesse su vía,
ca ellos non querién ir          contra Sancta María,
mejoró en su vida,          partióse de follía:
quando cumplió so corso          murióse de su día.

158 Madre tan pïadosa,          de tal benignidat,
que en buenos e en malos          face su pïadat,
devemos bendicirla          de toda voluntat:
los que la bendissieron          ganaron grand rictat.

159 Las mannas de la Madre          con las d'El que parió
semejan bien calannas          qui bien las connoció;
Él por bonos e malos,          por todos descendió,
Ella, si la rogaron,          a todos acorrió.


- VII -

San Pedro y el monje mal ordenado


160 En Colonna la rica,          cabeza de regnado,
avié un monesterio          de Sant Peidro clamado;
avié en él un monge          assaz mal ordenado,
de lo que diz la regla          avié pocco cuidado.

161 Era de pocco seso,          facié mucha locura,
porque lo castigavan          non avié nulla cura;
cuntió'l en est comedio          muy grand desaventura:
parió una bagassa          d'él una creatura.

162 Por salud de su cuerpo          e por vevir más sano,
usava lectüarios          apriesa e cutiano,
en ivierno calientes,          e fríos en verano,
devrié andar devoto          e andava lozano.

163 Vivié en esta vida          en grand tribulación,
murió por sus peccados          por fiera ocasión,
nin priso Corpus Dómini          nin fizo confessión,
levaron los dïablos          la alma en presón.

164 San Peidro el apóstol          ovo d'él compassión,
ca en su monesterio          fiziera professión:
rogó a Jesu Christo          con grand devoción
de su misericordia          que'l ficiesse ración.

165 Dísso'l Jesu Christo:          «Peidro, el mi amado,
bien sabes tú qué disso          David en su dictado,
que essi folgarié          en el monte sagrado
que entró sin mançiella          e quito de peccado.

166 Essi por qui tú ruegas,          fincada tu rodiella,
nin obrava justicia          nin vivié sin manciella;
por la su compannía          non valió más la ciella:
¿En quál él mereció          posara en tal siella?»

167 Rogó a las Vertutes          Sant Peidro celestiales,
que rogassen al Padre          de los penitenciales,
que quitassen est omne          de los lazos mortales,
recudióli palavras          como las otras tales.

168 Tornó en la Gloriosa,          Madre del Nuestro Don,
e en las otras vírgenes          que de su casa son;
fueron ellas a Christo          con gran suplicación,
por la alma del monge          ficieron oración.

169 Quando vío don Christo          la Madre glorïosa,
e de las sus amigas          processión tan preciosa,
issió a recebirlas          de manera fermosa:
¡Alma que lo vidiesse          serié bien venturosa!

170 «Madre -dixo don Christo-          yo saberlo querría,
¿qué negocio vos trae          con esta compannía?»
«Fijo -disso la Madre-          a rogarvos venía
por alma de un monge          de fulana mongía.»

171 «Madre -dixo el Fijo-          non serié derechura,
tal alma de tal omne          entrar en tal folgura:
serié menoscabada          toda la escriptura;
mas por el vuestro ruego          faremos ý mesura.

172 Quiero fazer atanto          por el vuestro amor:
torne aún al cuerpo          en qui fo morador;
faga su penitencia          como faz peccador,
e puede seer salvo          por manera mejor.»

173 Quando udió Sant Peidro          esti tan dulz mandado,
vío que su negocio          era bien recabdado;
tornó a los dïablos,          concejo enconado:
la alma que levavan,          tolliógela sin grado.

174 Diógela a dos ninnos          de muy grant claridat,
creaturas angélicas          de muy grant sanctidat;
diógela en comienda          de toda voluntat
por tornarla al cuerpo          con grand seguridat.

175 Diérongela los ninnos          a un fradre onrrado
que fuera en su orden          de chiquinez criado;
levóla él al cuerpo          que yaçié mortajado,
resuscitó el monge,          ¡Dios sea end laudado!

176 A la alma del monge          díxoli la su guía,
el fraire, omne bueno,          que ante vos dizía:
«Yo te ruego por Dios          e por Sancta María,
que tengas un clamor          tú por mí cada día.

177 Otra cosa te ruego:          que la mi sepultura
que yaz toda cubierta          de suso de vasura,
tú la hagas varrer          por tu buena mesura;
tú lo cumpli, ¡sí Dios          te dé buena ventura!»

178 Resuscitó el monge,          el que era transido,
pero por un grand día          sovo fuert estordido;
maguer tornó en cabo          en todo so sentido,
regunzó al convento          por qué avié trocido.

179 Rendieron a Dios gracias,          a la Virgo real,
e al sancto apóstolo,          clavero celestial
que por salvar su monge          sufrió porfazo tal;
non fue esti miraclo          de precio sivuelqual.

180 Non aya nadi dubda          entre su corazón
nin diga esta cosa          podrié seer o non;
ponga enna Gloriosa          bien su entencïón,
entendrá que non viene          esto contra razón.

181 Como es la Gloriosa          plena de bendición,
es plena de gracia,          e quita de dicïón;
no'l serié negada          ninguna petición,
no li diçrié tal Fijo          a tal Madre de non.



- VIII -

El romero engañado por el enemigo malo


182 Sennores e amigos,          por Dios e caridat,
oíd otro miraclo,          fermoso por verdat;
Sant Ugo lo escripso,          de Grunniego abbat,
que cuntió a un monge          de su socïedat.

183 Un fraire de su casa,          Guiralt era clamado,
ante que fuesse monge          era non bien senado:
facié a las debeces          follía e peccado,
como omne soltero          que non es apremiado.

184 Víno'l en corazón          do se sedié un día
al apóstol de Espanna          de ir en romería;
aguisó su facienda,          buscó su compannía,
destajaron el término          cómo fuessen su vía.

185 Quando a essir ovieron          fizo una nemiga:
en logar de vigilia          yogó con su amiga.
Non tomó penitencia          como la ley prediga,
metióse al camino          con su mala hortiga.

186 Pocco avié andado          aún de la carrera,
avés podrié seer          la jornada tercera,
ovo un encontrado          cabo una carrera,
mostrávase por bueno,          en berdat no lo era.

187 El dïablo antigo          siempre fo traïdor,
es de toda nemiga          maestro sabidor;
semeja a las vezes          ángel del Crïador
e es dïablo fino,          de mal sosacador.

188 Transformóse el falso          en ángel verdadero,
paróseli delante          en medio un sendero:
«Bien seas tú venido          -díssoli al romero-
seméjasme cossiella          simple como cordero.

189 Essisti de tu casa          por venir a la mía;
quando essir quisisti          fizist una follía:
cuidas sin penitencia          complir tal romería;
non te lo gradirá          esto Sancta María.»

190 «¿Quién sodes vos, sennor?»          díssoli el romero;
Recudió'l: «Yo so Jácobo,          fijo de Zebedeo;
sépaslo bien, amigo,          andas en devaneo,
semeja que non aves          de salvarte deseo.»

191 Disso Guirald: «Sennor,          pues vos ¿qué me mandades?
Complirlo quiero todo,          quequier que me digades,
ca veo lo que fizi,          grandes iniquitades,
non prisi el castigo          que diçen los abbades.»

192 Disso el falso Jácob:          «Esti es el judicio:
que te cortes los miembros          que facen el fornicio;
dessent que te degüelles:          farás a Dios servicio,
que de tu carne misma          li farás sacrificio.»

193 Crediólo el astroso,          locco e desessado,
sacó su cuchellijo          que tenié amolado;
cortó sus genitales,          el fol malventurado:
dessende degollóse,          murió descomulgado.

194 Quando los companneros          que con elli isieron
plegaron a Guiraldo          e tal lo vidieron,
fueron en fiera cuita          en qual nunqua sovieron;
esto cómo avino          asmar no lo pudieron.

195 Vidién que de ladrones          non era degollado,
ca no'l tollieran nada          ni'l avién ren robado;
non era de ninguno          omne desafïado,
non sabién de quál guisa          fuera ocasionado.

196 Fussieron luego todos          e fueron derramados,
teniénse d'esta muerte          que serién sospechados;
porque ellos non eran          enna cosa culpados,
que serién por ventura          presos e achacados.

197 El que dio el consejo          con sus atenedores,
los grandes e los chicos,          menudos e mayores,
travaron de la alma          los falsos traïdores,
levávanla al fuego,          a los malos suores.

198 Ellos que la levavan          non de buena manera,
víolo Sanctïago          cuyo romeo era;
issiólis a grand priessa          luego a la carrera,
paróselis delante          enna az delantera.

199 «Dessad -disso- maliellos          la preda que levades,
non vos yaz tan en salvo          como vos lo cuidades;
tenedla a derecho,          fuerza no li fagades,
creo que non podredes,          maguer que lo querades.»

200 Recudióli un dïablo,          paróseli refacio:
«Yago, ¿quiéreste fer          de todos nos escarnio?
¿A la razón derecha          quieres venir contrario?
¡Traes mala cubierta          so el escapulario!

201 Guirald fizo nemiga,          matóse con su mano,
deve seer judgado          por de Judas ermano;
es por todas las guisas          nuestro parroquïano;
¡Non quieras contra nos,          Yago, seer villano!»

202 Díssoli Sanctïago:          «¡Don traïdor palavrero!
Non vos puet vuestra parla          valer un mal dinero;
trayendo la mi voz          como falsso vozero,
disti consejo malo,          matest al mi romero.

203 Si tú no li dissiesses          que Sanctïago eras,
tú no li demostrasses          sennal de mis veneras,
non dannarié su cuerpo          con sus mismes tiseras,
nin yazdrié como yaze          fuera por las carreras.

204 Prisi muy grand superbia          de la vuestra partida,
tengo que la mi forma          es de vos escarnida,
matastes mi romeo,          con mentira sabida,
demás veo agora          la alma maltraída.

205 Seedme a judicio          de la Virgo María,
yo a ella me clamo          en esta pleitesía;
otra guisa de vos          yo non me quitaría,
ca veo que traedes          muy grand alevosía.»

206 Propusieron sus vozes          ante la Glorïosa;
fo bien de cada parte          afincada la cosa;
entendió las razones          la reína preciosa,
terminó la varaja          de manera sabrosa:

207 «El enganno que priso,          pro li devié tener,
elli a Sanctïago          cuidó obedecer,
ca tenié que por esso          podrié salvo seer;
más el engannador          lo devié padeçer.»

208 Disso: «Yo esto mando          e dólo por sentencia:
la alma sobre quien          avedes la entencia,
que torne en el cuerpo,          faga su penitencia,
desend qual mereciere,          avrá tal audïencia.»

209 Valió esta sentencia,          fue de Dios otorgada,
fue la alma mesquina          en el cuerpo tornada,
que pesó al dïablo,          a toda su mesnada,
a tornar fo la alma          a la vieja posada.

210 Levantóse el cuerpo          que yazié trastornado,
alimpiava su cara          Guirald el degollado;
estido un ratiello          como qui descordado,
como omne que duerme          e despierta irado.

211 La plaga que oviera          de la degolladura
abés parecié d'ella          la sobresanadura;
perdió él la dolor          e toda la cochura,
todos dizién: «Est omne          fue de buena ventura.»

212 Era de lo ál todo          sano e mejorado,
fuera de un filiello          que tenié travesado;
mas lo de la natura          quanto que fo cortado,
non li creció un punto,          fincó en su estado.

213 De todo era sano,          todo bien encorado,
pora verter su agua          fincóli el forado;
requirió su repuesto,          lo que trayé trossado,
pensó de ir su vía          alegre e pagado.

214 Rendió gracias a Dios          e a Sancta María,
e al sancto apóstolo          do va la romería;
cueitóse de andar,          trobó la compannía,
avién esti miraclo          por solaz cada día.

215 Sonó por Compostela          esta grand maravilla,
viniénlo a veer          todos los de la villa;
dicién: «Esta tal cosa,          deviemos escrivilla;
los que son por venir,          plazrális de oílla.»

216 Quando fo en su tierra,          la carrera complida,
e udieron la cosa          que avié contecida,
tenié grandes clamores,          era la gent movida
por veer esti Lázaro          dado de muert a vida.

217 Metió en su facienda          esti romeo mientes,
cómo lo quitó Dios          de maleítos dientes;
desemparó el mundo,          amigos e parientes,
metióse en Grunniego,          vistió pannos punientes.

218 Don Ugo, omne bueno,          de Grunniego abbat
varón religïoso,          de muy grand sanctidat,
contava est miraclo          que cuntió en verdat,
metiólo en escripto,          fizo grand onestat.

219 Guirad finó en orden          vida buena faciendo,
en dichos e en fechos          al Criador sirviendo,
en bien perseverando,          del mal se repindiendo,
el enemigo malo          non se fo d'él ridiendo.
De quanto que peccara,          dio a Dios buen emiendo.



- IX -

El clérigo simple


220 Era un simple clérigo,          pobre de clerecía
dicié cutiano missa          de la Sancta María;
non sabié decir otra,          diciéla cada día,
más la sabié por uso          que por sabiduría.

221 Fo est missacantano          al bispo acusado,
que era idïota,          mal clérigo provado;
«Salve Sancta Parens»          sólo tenié usado,
non sabié otra missa          el torpe embargado.

222 Fo durament movido          el obispo a sanna,
dicié: «Nunqua de preste          oí atal hazanna.»
Disso: «Diçit al fijo          de la mala putanna
que venga ante mí,          no lo pare por manna.»

223 Vino ante el obispo          el preste peccador,
avié con el grand miedo          perdida la color,
non podíe de vergüenza          catar contra'l sennor,
nunqua fo el mesquino          en tan mala sudor.

224 Díssoli el obispo:          «Preste, dime la verdat,
si es tal como dizen          la tu necïedat.»
Díssoli el buen omne,          «Sennor, por caridat,
si disiesse que non,          dizría falsedat».

225 Díssoli el obispo:          «Quando non as cïencia
de cantar otra missa          nin as sen nin potencia,
viédote que non cantes,          métote en sentencia,
vivi como merezes          por otra agudencia.»

226 Fo el preste su vía          triste e dessarrado,
avié muy grand vergüenza,          el danno muy granado;
tornó en la Gloriosa,          ploroso e quesado,
que li diesse consejo          ca era aterrado.

227 La madre pïadosa          que nunqua falleció
a qui de corazón          a piedes li cadió,
el ruego del su clérigo          luego gelo udió:
no lo metió por plazo,          luego li acorrió.

228 La Virgo glorïosa,          madre sin dicïón,
apareció'l al obispo          luego en visïon;
díxoli fuertes dichos,          un brabiello sermón,
descubrióli en ello          todo su corazón.

229 Díxoli brabamientre:          «Don obispo lozano,
¿contra mí por qué fust          tan fuert e tan villano?
Yo nunqua te tollí          valía de un grano,
e tú ásme tollido          a mí un capellano.

230 El que a mí cantava          la missa cada día,
tú tovist que facié          yerro de eresía;
judguéstilo por bestia          e por cosa radía,
tollisteli la orden          de la capellanía.

231 Si tú no li mandares          decir la missa mía
como solié decirla,          grand querella avría,
e tú serás finado          hasta el trenteno día,
¡Desend verás qué vale          la sanna de María!»

232 Fo con estas menazas          el bispo espantado,
mandó envïar luego          por el preste vedado;
rogó'l que'l perdonasse          lo que avié errado,
ca fo él en su pleito          durament engannado.

233 Mandólo que cantasse          como solié cantar,
fuesse de la Gloriosa          siervo del su altar;
si algo li menguasse          en vestir o calzar,
él gelo mandarié          del suyo mismo dar.

234 Tornó el omne bueno          en su capellanía,
sirvió a la Gloriosa,          madre Sancta María;
finó en su oficio          de fin qual yo querría,
fue la alma a gloria          a la dulz cofradría.

235 Non podriemos nos tanto          escrivir nin rezar,
aun porque podiéssemos          muchos annos durar,
que los diezmos miraclos          podiéssemos contar,
los que por la Gloriosa          denna Dios demostrar.


- X -

Los dos hermanos


236 Enna villa de Roma,          essa noble cibdat,
maestra e sennora          de toda christiandat,
avié ý dos ermanos          de grant auctoridat,
el uno era clérigo,          el otro podestat.

237 Peidro'l dizién al clérigo,          avié nomne atal,
varón sabio e noble,          del papa cardenal;
entre las otras mannas          avié una sin sal,
avié grand avaricia,          un peccado mortal.

238 Estevan avié nomne          el secundo ermano,
entre los senadores          non avié más lozano;
era muy poderoso          en el pueblo romano,
avié en «prendo prendis»          bien usada la mano.

239 Era muy cobdicioso,          querié mucho prender,
falssava los judizios          por gana de aver;
tolliélis a los omnes          lo que lis podié toller,
más preciava dineros          que justicia tener.

240 Con sus judicios falsos          de los sus paladares,
a Sant Laurent el mártir          tollióli tres casares;
perdió Sancta Agnés          por él bonos logares,
un uerto que valié          de sueldos muchos pares.

241 Murió el cardenal          don Peidro el onrrado,
fo a los purgatorios,          do merecié seer levado;
ante de poccos días          fo Estevan finado,
atendié tal judizio          qual él lo avié dado.

242 Víolo San Laurencio,          católo feamientre,
primió'l en el brazo          tres vezes duramientre;
quessóse don Estevan          bien entro en el bientre,
no'l primiren tenazas          de fierro tan fuertmientre.

243 Vío'l Sancta Agnés          a qui tollió el uerto,
tornóli las espaldas,          cató'l con rostro tuerto;
estonz dixo Estevan:          «Esto es mal confuerto,
toda nuestra ganancia          ixiónos a mal puerto.»

244 Dios el nuestro Sennor,          alcalde derechero,
al que non se encubre          bodega nin cellero,
dixo que esti omne          fuera mal ballestero,
cegó a muchos omnes,          non a uno sennero:

245 «Deseredó a muchos          por mala vozería,
siempre por sus peccados          asmó alevosía.
Non mereze entrar          en nuestra compannía,
¡vaya yacer con Judas          en essa fermería!»

246 Prisiéronlo por tienllas          los guerreros antigos
los que siempre nos fueron          mortales enemigos,
dávanli por pitanza          non mazanas nin figos,
mas fumo e vinagre,          feridas e pelcigos.

247 Vío a su ermano          con otros peccadores,
do sedié el mesquino          en muy malos sudores;
metié vozes e gritos,          lágrimas e plangores,
avié grand abundancia          de malos servidores.

248 Aviénla ya levada          cerca de la posada,
do nunqua verié cosa          de que fuesse pagada,
nin verié sol ni luna          nin buena rucïada,
e serié en tiniebra          como emparedada.

249 Díxo'l: «Decit, ermano,          preguntárvoslo quiero,
¿por quál culpa yaçedes,          en lazerio tan fiero?
ca si Dios lo quisiere          e yo ferlo podiero,
buscarvos é acorro          en quanto que sopiero.»

250 Dixo Peidro: «En vida          trasqui grand avaricia,
óvila por amiga          abueltas con cobdicia;
por esso so agora          puesto en tan mala tristicia;
qui tal faze, tal prenda,          fuero es e justicia.

251 Mas si el apostóligo          con la su clerecía
cantasse por mí missa          solamientre un día,
fío en la Gloriosa,          madre Sancta María,
que me darié Dios luego          alguna mejoría.»

252 D'est varón don Estevan          de qui fablamos tanto,
porque muchas maldades          trayé so el su manto,
avié una bondat,          amava a un sancto,
tanto que non podriémos          demostrarvos nos quanto.

253 Amava a Proyecto,          mártir de grand valor,
guardava'l bien la festa          como al Buen Sennor,
facié'l rico officio          e muy grand onor,
de pobres e de clérigos,          quanto podié mejor.

254 Laurencio e Agnés,          maguer que despechados,
porque los ovo elli          ante deseredados,
moviólos pïadad          e fueron amanssados,
cataron más a Dios          que a los sos peccados.

255 Fueron pora Proyecto,          fuera cuyo rendido,
dissiéronli: Proyecto,          non seas adormido,
piensa del tu Estevan          que anda escarnido,
réndili gualardón          ca óvote servido.»

256 Fue pora la Gloriosa          que luz más que estrella,
movióla con grand ruego,          fue ante Dios con ella,
rogó por esta alma          que trayén como a pella,
que non fuesse judgada          secundo la querella.

257 Disso a esti ruego          Dios el nuestro Sennor:
«Faré tanta de gracia          por el vuestro amor;
torne aún al cuerpo          la alma peccador,
desend qual mereciere,          recibrá tal onor.

258 Aya tanto de plazo          hasta los treynta días,
que pueda mejorar          todas sus malfetrías;
mas bien gelo afirmo          par las palavras mías,
ý serán rematadas          todas sus maestrías.»

259 Rendieron «Gratias multas»          a Dios los rogadores,
porque empïadava          a los sos peccadores,
que libró esta alma          de manos de traïdores,
que son de los fideles          siempre engannadores.

260 Quando lo entendió          la gent adïablada,
quitóse de la alma,          que tenié legada;
prísola Sant Proyecto          que la avié ganada,
guïóla pora'l cuerpo,          a essa su posada.

261 Díssoli la Gloriosa,          madre del Crïador,
«Estevan, rendi gracias          a Dios el buen Sennor:
gran gracia te á fecha          que non podrié mayor;
del mal, si non te guardas,          caerás en peor.

262 Estevan, un consejo          te quiero aún dar,
Estevan, es consejo          que deves tú tomar:
mándote cada día          un salmo recitar,
«Beati inmaculati...»          bien bueno de rezar.

263 Si tú cada mannana          esti salmo rezares,
e tú a las eglesias          los tuertos enmendares,
ganará la tu alma          Gloria quando finares,
escusarás las penas          e los graves logares».

264 Resuscitó Estevan,          ¡grado a Jesu Christo!
Regunzóli al Papa          quanto que avié visto,
lo que li disso Peidro,          su ermano bienquisto,
que yazié en grand pena,          lazrado e muy tristo.

265 Demostrava el brazo          que tenié livorado,
en el que Sant Laurent          lo ovo apretado,
pidié merced al Papa          con el cuerpo prostrado,
que cantasse la missa          por Peidro el lazrado.

266 Por ferlis bien creencia,          por seer bien creído,
disso que a los treynta          días serié transido;
dissieron todos: «Esto          signo es connocido,
si diz verdat o non          será bien entendido.»

267 Entregó ricamientre          a los deseredados,
a los que tuerto tovo          fízolos bien pagados,
confessóse al preste          de todos sos peccados,
de quantos avié fechos          e dichos e asmados.

268 Ya andava en cabo          de las quatro semanas,
hasta los treynta días          avié poccas mannanas,
despidióse Estevan          de las yentes romanas,
sabié que las palabras          de Dios non serién vanas.

269 En el día trenteno          fizo su confessión,
recibió Corpus Dómini          con grand devocïón;
echóse en su lecho,          fizo su oración,
tendió a Dios la alma,          finó con bendición.


- XI -

El labrador avaro


270 Era en una tierra          un omne labrador
que usava la reja          más que otra lavor;
más amava la tierra          que non al Crïador,
era de muchas guisas          omne revolvedor.

271 Fazié una nemiga,          suziela por verdat,
cambiava los mojones          por ganar eredat,
façié a todas guisas          tuerto e falsedat,
avié mal testimonio          entre su vecindat.

272 Querié, peroque malo,          bien a Sancta María,
udié los sus miráculos,          dávalis acogía;
saludávala siempre,          diciéli cada día:
«Ave gratïa plena          que parist a Messía.»

273 Finó el rastrapaja          de tierra bien cargado,
en soga de dïablos          fue luego cativado,
rastrávanlo por tienllas,          de cozes bien sovado,
pechávanli a duplo          el pan que dio mudado.

274 Doliéronse los ángeles          d'esta alma mesquina,
por quanto la levavan          dïablos en rapina;
quisieron acorrelli,          ganarla por vecina,
mas pora fer tal pasta          menguavalis farina.

275 Si lis dizién los ángeles          de bien una razón,
ciento dicién los otros,          malas que buenas non;
los malos a los bonos          teniénlos en rencón,
la alma por peccados          non issié de presón.

276 Levantóse un ángel,          disso: «Yo so testigo,
verdat es, non mentira          esto que yo vos digo:
el cuerpo, el que trasco          esta alma consigo,
fue de Sancta María          vassallo e amigo.

277 Siempre la ementava          a yantar e a cena,
diziéli tres palabras:          'Ave gratïa plena';
la boca por qui essié          tan sancta cantilena
non merecié yazer          en tan mala cadena.»

278 Luego que esti nomne          de la Sancta Reína
udieron los dïablos          cogieron's de ý aína;
derramáronse todos          como una neblina,
desampararon todos          a la alma mesquina.

279 Vidiéronla los ángeles          seer desemparada,
de piedes e de manos          con sogas bien atada;
sedié como oveja          que yaze ensarzada,
fueron e adussiéronla          pora la su majada.

280 Nomne tan adonado          e de vertut atanta,
que a los enemigos          seguda e espanta,
non nos deve doler          nin lengua nin garganta
que non digamos todos:          «Salve Regina Sancta.»



- XII -

El prior de san Salvador y el sacristán Uberto


281 En una villa bona          que la claman Pavía,
cibdat de grand facienda,          yaze en Lombardía,
avié dentro en ella          una rica mongía,
de muy bonos omnes,          muy sancta compannía.

282 Era el monesterio          alzado en onor
del que salvó el mundo,          sennor Sant Salvador;
avié por aventura          en elli un prior
que non querié vevir          si non a su sabor.

283 Avié el bon omne          una lengua errada,
dizié mucha orrura          de la regla vedada;
fazié una tal vida          non mucho ordenada,
pero dicié sus oras          en manera temprada.

284 Avié una costumne          que li ovo provecho,
dizié todas sus oras          como monge derecho,
a las de la Gloriosa          siempre sedié erecho,
aviéli el dïablo          por ello grand despecho.

285 Peroque semejava          en unas cosas boto
e como vos dissiemos          que era bocarroto,
en amar la Gloriosa          era muy devoto,
dizié el su oficio          de suo corde toto.

286 Ovo quando Dios quiso          est prior a finar,
cadió en un exilio,          en un áspero logar,
non vos podrié nul omne          el lazerio contar
que el prior levava,          ni lo podrié asmar.

287 Avié un sacristano          en essa abadía
que guardava las cosas          de la sacristanía;
Uberto avié nomne,          cuerdo e sin follía,
valié más ca non menos          por elli la mongía.

288 Ante de los matines,          una grand madrugada,
levantóse est monge          rezar la matinada,
tanner a los matines,          despertar la mesnada,
enderezar las lámpadas,          allumnar la posada.

289 El prior de la casa,          de suso ementado,
anno avié complido          deque fuera finado,
pero fue el su pleito          en cabo rezentado,
tan bien como al día          quando fo soterrado.

290 El monge de la casa          que sacristano era,
ante que empezasse          tanner la monedera,
alimpiava las lámpadas          por fer mejor lumnera,
priso un grand espanto          de estranna manera.

291 Udió una voz d'omne,          flaquiella e cansada,
disso: «Fraire Ubert»,          non sola una vegada;
connocióla Ubert          e non dubdó en nada
que la del prior era;          priso grand espantada.

292 Salió de la eglesia,          fo a la fermería,
non levava de miedo          la voluntat vazía,
non irié tan apriesa          yendo en romería,
¡don Bildur lo levava          par la cabeza mía!

293 Estando de tal guisa          fuera de las vertudes,
udió «Ubert, Ubert,          ¿por qué me non recudes?
Cata, non ayas miedo,          por ren non te demudes,
piensa cómo me fables          e cómo me pescudes».

294 Estonz dixo Ubert:          «Prior, ¡fe que devedes!
de vos como estades,          vos me lo regunzedes,
que sepa el cabildo          de vos como seedes,
en quál estado sodes          o quál lo atendedes.»

295 Díssoli el prior:          «Ubert, el mió crïado,
sepas hasta aquí          mal á de mi estado;
cadí en un exilio          crudo e destemprado:
el príncep de la tierra          Smirna era clamado.

296 Sufrí mucho lazerio,          passé mucho mal día,
el mal que he passado          contar no lo podría,
mas ovo a passar          por ý Sancta María,
ovo pesar e duelo          del mal que yo sufría.

297 Prísome por la mano          e levóme consigo,
levóme al logar          temprado e abrigo;
tollióme de la premia          del mortal enemigo,
púsome en logar          do vivré sin peligro.

298 ¡Grado a la Gloriosa          que es de gracia plena!
fuera só del lazerio,          essido só de pena;
caí en dulz vergel          cerca de dulz colmena,
do nunqua veré mengua          de yantar nin de cena.»

299 Calló la voz con tanto,          despertó el conviento,
fueron a la eglesia          todos de buen taliento;
dissieron los matines,          ficieron complimiento,
de guisa que podrié          Dios aver pagamiento.

300 Los matines cantados,          esclareció el día,
dissieron luego prima,          desend la ledanía,
fueron a su capítulo          la sancta compannía,
ca esto es de regla,          costumne de mongía.

301 Estando en capítulo,          leída la lectión,
fizo el sacristano          su genuflexïón;
contólis al conviento          toda la visïón,
plorando de los ojos          a muy grant missïón.

302 Rendieron todos gracias          a la Madre gloriosa,
que sobre sos vassallos          es siempre pïadosa;
fueron a la eglesia          cantando rica prosa,
fizieron en escripto          meter toda la cosa.

303 End a poco de tiempo          murió el sacristano,
murió de fin qual dé          Dios a tot christiano,
issió de mal ivierno,          entró en buen verano,
fo pora paraíso          do será siempre sano.

304 Esto es sumum bonum          servir atal Sennora,
que save a sus siervos          acorrer en tal ora;
ésta es buena tienda,          ésta buena pastora,
que bale a tot omne          que de buen cor la ora.

305 Quantos que la udieron          esta tal visïón
cogieron en sus almas          mayor devocïón,
en amar la Gloriosa          de mayor corazón,
aclamarse a ella          en su tribulación.



- XIII -

El nuevo obispo de Pavía


306 En essa misme cibdat          avié un buen christiano,
avié nombre Jerónimo,          era missacantano;
fazié a la Gloriosa          servicio muy cutiano,
los días e las noches,          ivierno e verano.

307 Finó por aventura          el bispo del logar,
non se podién por nada          en otro acordar;
tovieron tridüano,          querién a Dios rogar,
que Elli lis mostrasse          quál deviessen alzar.

308 A un omne católico,          bien de religïón,
fablóli la Gloriosa,          disso'l en visïón:
«¿Varón, por qué estades          en tal dissensïón?
Dad al mi creendero          esta electïón.»

309 Disso'l el omne bono          por seer bien certero:
«¿Quí eres tú qui fablas          o quí el creendero?»
«Yo so -li disso ella-          la Madre de Dios vero,
Jerónimo li dizen          a essi mi clavero.

310 Seï mi mensagero,          lieba esti mandado,
yo te mando que sea          aína recabdado;
si ál faz el cabillo          será mal engannado,
non será el mi Fijo          del su fecho pagado.»

311 Díssolo e crediéronlo          esto los electores,
mas quí era Jerónimo          non eran sabidores;
metieron por la villa          omnes barruntadores,
darién buen alvrizia          a los demostradores.

312 Trobaron a Jerónimo          preste parroquïal,
omne sin grandes nuevas,          sabié pocco de mal,
leváronlo por mano          a la siet catedral,
diéronli por pitanza          la siella obispal.

313 Siguiendo el message,          él de Sancta María,
ficiéronlo obispo          e sennor de Pavía;
ovieron ende todos          savor e alegría,
qua vidién que la cosa          vinié por buena vía.

314 Fue muy buen obispo          e pastor derechero,
león pora los bravos,          a los mansos cordero;
guïava bien su grei          non como soldadero
mas como pastor firme          que está bien façero.

315 Guïóli su fazienda          Dios nuestro Sennor,
fizo buena la vida,          la fin mucho mejor;
quando issió d'est sieglo          fue al otro mayor,
guïólo la Gloriosa,          madre del Crïador.

316 Madre tan pïadosa          siempre sea laudada,
siempre sea bendicha          e siempre adorada,
que pone sus amigos          en onrra tan granada,
la su misericordia          nunqua serié asmada.



- XIV -

La imagen respetada por el incendio


317 San Miguel de la Tumba          es un grand monesterio,
el mar lo cerca todo,          elli yaze en medio,
el logar perigloso          do sufren grand lazerio
los monges que ý viven          en essi cimiterio.

318 En esti monesterio          que avemos nomnado,
avié de buenos monges          buen convento provado,
altar de la Gloriosa          rico e muy onrrado,
en él rica imagen          de precio muy granado.

319 Estava la imagen          en su trono posada,
so fijo en sus brazos,          cosa es costumnada,
los reïs redor ella,          sedié bien compannada,
como rica reína          de Dios santificada.

320 Tenié rica corona          como rica reína,
de suso rica impla          en logar de cortina,
era bien entallada,          de lavor muy fina,
valié más essi pueblo          que la avié vezina.

321 Colgava delant ella          un buen aventadero,
en el seglar lenguaje          dízenli moscadero;
de alas de pavones          lo fizo el obrero,
luzié como estrellas,          semejant de luzero.

322 Cadió rayo del cielo          por los graves peccados,
encendió la eglesia          de todos quatro cabos,
quemó todos los libros          e los pannos sagrados,
por pocco que los monges          que non foron quemados.

323 Ardieron los armarios          e todos los frontales,
las vigas, las gateras,          los cabrios, los cumbrales,
ardieron las ampollas,          cálizes e ciriales,
sufrió Dios essa cosa          como faz otras tales.

324 Maguer que fue el fuego          tan fuert e tan quemant,
nin plegó a la duenna          nin plegó al ifant,
nin plegó al flabello          que colgava delant,
ni li fizo de danno          un dinero pesant.

325 Nin ardió la imagen          nin ardió el flabello,
nin prisieron de danno          quanto val un cabello;
solamiente el fumo          non se llegó a ello,
ni'l nució más que nuzo          yo al obispo don Tello.

326 Continens e contentu          fue todo astragado
tornó todo carbones,          fo todo asolado,
mas redor de la imagen,          quanto es un estado,
non fizo mal el fuego          ca non era osado.

327 Esto tovieron todos          por fiera maravella,
que nin fumo nin fuego          non se llegó a ella,
que sedié el flabello          más claro que estrella,
el ninno muy fermoso,          fermosa la ponzella.

328 El precioso miraclo          non cadió en oblido,
fue luego bien dictado,          en escripto metido;
mientre el mundo sea          será él retraído;
algún malo por ello          fo a bien combertido.

329 La Virgo benedicta,          reína general,
como libró su toca          de esti fuego tal,
asín libra sus siervos          del fuego perennal,
liévalos a la Gloria          do nunqua vean mal.


- XV -

El novio y la virgen


330 Enna villa de Pisa,          cibdat bien cabdalera,
en puerto de mar yaze          rica de grand manera,
avié ý un calonge          de buena alcavera,
dizién Sant Cassïán          ond el calonge era.

331 Como fizieron otros          que de suso contamos,
que de Sancta María          fueron sos capellanos,
ésti amóla mucho,          más que muchos christianos,
e faziéli servicio          de piedes e de manos.

332 Non avié essi tiempo          uso la clerecía
dezir ningunas oras          a ti, Virgo María,
pero elli diziélas          siempre e cada día,
avié en la Gloriosa          sabor e alegría.

333 Avién los sos parientes          esti fijo sennero,
quando ellos finassen          era buen eredero;
dessávanli de mueble          assaz rico cellero,
tenié buen casamiento,          assaz cobdiziadero.

334 El padre e la madre          quando fueron finados,
vinieron los parientes          tristes e desarrados:
diziénli que fiziesse          algunos engendrados,
que non fincassen yermos          logares tan preciados.

335 Cambióse del propósito,          del que ante tenié,
moviólo la ley del sieglo,          dixo que lo farié;
buscáronli esposa          qual a él convenié,
destajaron el día          que las bodas farié.

336 Quando vino el día          de las bodas correr,
iva con sos parientes          la esposa prender;
tan bien en la Gloriosa          non podié entender,
como lo solié ante          otro tiempo fazer.

337 Yendo por la carrera          a complir el so depuerto,
membró'l de la Gloriosa,          que li yazié en tuerto,
tóvose por errado          e tóvose por muerto,
asmó bien esta cosa          que'l istrié a mal puerto.

338 Asmando esta cosa          de corazón cambiado,
halló una eglesia,          lugar a Dios sagrado,
dessó las otras yentes          fuera del portegado,
entró fer oración          el novio refrescado.

339 Entró en la eglesia          al cabero rencón,
inclinó los enojos          fazié su oración,
vínoli la Gloriosa,          plena de bendición,
como qui sannosamientre,          dissoli tal razón:

340 «Don fol malastrugado,          torpe e enloquido,
¿en qué roídos andas?          ¿en qué eres caído?
Semejas ervolado,          que as yervas bevido,
o que eres del blago          de Sant Martín tannido.

341 Assaz eras varón          bien casado comigo,
yo mucho te quería          como a buen amigo;
mas tú andas buscando          mejor de pan de trigo,
non valdrás más por esso          quanto vale un figo.

342 Si tú a mí quisieres          escuchar e creer,
de la vida primera          non te querrás toller:
a mí non dessarás          por con otra tener,
si non, avrás la lenna          a cuestas a traer.»

343 Issió de la eglesia          el novio maestrado,
todos avién querella          que avié tardado,
fueron cabadelante          recabdar su mandado,
fo todo el negocio          aína recabdado.

344 Fizieron ricas bodas,          la esposa ganada,
ca serié lo ál fonta          si fuesse desdennada;
era con esti novio          la novia bien pagada,
mas non entendié ella          do yazié la celada.

345 Supo bien encobrirse          el de suso varón,
la lengua poridat          tovo al corazón;
ridié e deportava          todo bien por razón,
mas aviélo turrado          mucho la visïón.

346 Ovieron ricas bodas          e muy grand alegría,
nunqua mayor siquiere          ovieron en un día;
mas echó la redmanga          por ý Sancta María
e fizo en sequero          una grand pesquería.

347 Quando veno la noche,          la ora que dormiessen,
fizieron a los novios          lecho en que yoguiessen;
ante que entre sí          ningún solaz oviessen,
los brazos de la novia          non tenién qué prisiessen.

348 Issióseli de manos,          fússoli el marido,
nunqua saber podieron          omnes dó fo caído,
sópolo la Gloriosa          tener bien escondido,
no lo consintió ella          que fuesse corrompido.

349 Dessó mugier fermosa          e muy grand posesión,
lo que farién bien poccos          de los que oï son;
nunqua lo entendieron          do cadió, o do non:
qui por Dios tanto faze,          aya su bendición.

350 Creemos e asmamos          que esti buen varón
buscó algún lugar          de grand religïón,
y sovo escondido          faciendo oración,
por ond ganó la alma          de Dios buen gualardón.

351 Bien devemos creer          que la Madre gloriosa,
porque fizo est omne          esta tamanna cosa,
no lo oblidarié,          como es pïadosa,
bien allá lo farié          posar do ella posa.



- XVI -

El judezno


352 Enna villa de Borges          una cibdat estranna,
cuntió en essi tiempo          una buena hazanna;
sonada es en Francia,          sí faz en Alemanna,
bien es de los miraclos          semejant e calanna.

353 Un monge la escripso,          omne bien verdadero,
de Sant Miguel era          de la Clusa claustero,
era en essi tiempo          en Borges ostalero,
Peidro era su nomne,          fo ende bien certero.

354 Tenié en essa villa,          ca era menester,
un clérigo escuela          de cantar e leer;
tenié muchos crïados          a letras aprender,
fijos de bonos omnes          que querién más valer.

355 Venié un judezno,          natural del logar,
por savor de los ninnos,          por con ellos jogar;
acogiénlo los otros,          no li fazién pesar,
avién con él todos          savor de deportar.

356 En el día de Pascua,          domingo grand mannana,
quando van Corpus Dómini          prender la yent christiana,
priso'l al judezno          de comulgar grand gana,
comulgó con los otros          el cordero sin lana.

357 Mientre que comulgavan          a muy grand presura
el ninno judezno          alzó la catadura,
vío sobre'l altar          una bella figura,
una fermosa duenna          con genta creatura.

358 Vío que esta duenna          que posada estava,
a grandes e a chicos          ella los comulgava;
pagóse d'ella mucho,          quando más la catava
de la su fermosura          más se enamorava.

359 Issió de la eglesia          alegre e pagado,
fue luego a su casa          como era vezado,
menazólo el padre          porque avié tardado,
que mereciente era          de seer fostigado.

360 «Padre -dixo el ninno-          non vos negaré nada,
ca con los christianiellos          fui grand madurgada;
con ellos odí missa          ricamientre cantada,
e comulgué con ellos          de la ostia sagrada.»

361 Pesóli esto mucho          al malaventurado,
como si lo toviesse          muerto o degollado;
non sabié con grand ira          qué fer el dïablado,
fazié figuras malas          como demonïado.

362 Avié dentro en casa          esti can traïdor
un forno grand e fiero          que fazié grand pavor;
fízolo encender          el locco peccador,
de guisa que echava          sovejo grand calor.

363 Priso esti ninnuelo          el falso descreído,
asín como estava,          calzado e vestido,
dio con él en el fuego          bravament encendido:
¡mal venga a tal padre          que tal faze a fijo!

364 Metió la madre vozes          e grandes carpellidas,
tenié con sus onçejas          las massiellas rompidas,
ovo muchas de yentes          en un rato venidas,
de tan fiera quessa          estavan estordidas.

365 El fuego porque bravo          fue de grand cosiment,
no li nuzió nin punto,          mostróli buen talent;
el ninnuelo del fuego          estorció bien gent,
fizo un grand miraclo          el Rey omnipotent.

366 Yazié en paz el ninno          en media la fornaz,
en brazos de su madre          non yazrié más en paz,
non preciava el fuego          más que a un rapaz,
ca'l fazié la Gloriosa          companna e solaz.

367 Issió de la foguera          sin toda lissïón,
non sintió calentura          más que otra sazón;
non priso nulla tacha,          nulla tribulación,
ca pusiera en elli          Dios la su bendición.

368 Preguntáronli todos,          judíos e christianos
cómo podió venzer          fuegos tan sobranzanos,
quando él non mandava          los piedes ni las manos
quí lo cabtenié entro,          fiziésselos certanos.

369 Recudiólis el ninno          palavra sennalada:
«La duenna que estava          enna siella orada
con su fijo en brazos          sobre'l altar posada,
éssa me defendié          que non sintié nada.»

370 Entendieron que era          Sancta María ésta,
que lo defendió ella          de tan fiera tempesta;
cantaron grandes laudes,          fizieron rica festa,
metieron esti miraclo          entre la otra gesta.

371 Prisieron al judío,          al falsso desleal,
al que a su fijuelo          fiziera tan grand mal,
legáronli las manos          con un fuerte dogal,
dieron con elli entro          en el fuego cabdal.

372 Quanto contarié omne          poccos de pipïones,
en tanto fo tornado          cenisa e carbones,
non dizién por su alma          salmos nin oraciones,
mas dizién denosteos          e grandes maldiziones.

373 Diziénli mal oficio,          faciénli mala ofrenda,
dizién por «Pater noster»,          «Qual fizo, atal prenda».
De la comunicanda          Domni Dios nos defenda,
pora'l dïablo sea          tan maleíta renda.

374 Tal es Sancta María          que es de gracia plena,
por servicio da Gloria,          por deservicio pena;
a los bonos da trigo,          a los malos avena,
los unos van en Gloria,          los otros en cadena.

375 Qui servicio li faze          es de buena ventura,
qui'l fizo deservicio          nació en ora dura,
los unos ganan gracia          e los otros rencura,
a bonos e a malos          so fecho los mestura.

376 Los que tuerto li tienen          o que la desirvieron,
d'ella mercet ganaron          si bien gela pidieron;
nunca repoyó ella          a los que la quisieron,
ni lis dio en refierta          el mal que li fizieron.

377 Por provar esta cosa          que dicha vos avemos,
digamos un exiemplo          fermoso que leemos;
quando fuere contado          mejor lo creeremos,
de buscarli pesar          más nos aguardaremos.



- XVII -

La iglesia de la Gloriosa profanada


378 Tres cavalleros eran          de una atenencia,
con otro so veçino          avién grant malquerencia;
matariénlo de grado          si oviessen potencia,
en buscarli muerte mala          metién toda femencia.

379 Tanto podieron ellos          rebolver e buscar,
oviéronlo un día          solo a varruntar;
echáronli celada          ca queriénlo matar,
más lo querién tener          que grand aver ganar.

380 Entendiólos el otro          que lo querién matar,
non se osó por nada          con ellos acampar,
empezó a foír          qua querié escapar,
movieron luego ellos,          fuéronlo encalzar.

381 El que iva fuyendo          con muy grand pavor,
trovó una eglesia,          ovo end grand savor,
era de la Gloriosa,          fecha en su onor,
escondióse en ella,          mesquino peccador.

382 Los que lo segudavan          que lo querién matar,
non ovieron vergüenza          del sagrado logar;
quísolo la Gloriosa          e Dios desamparar,
oviéronli la alma          del cuerpo a sacar.

383 Dentro enna eglesia          de la Virgo sagrada,
ý fue esta persona          muerta e livorada:
tóvose la Gloriosa          mucho por afontada,
los que la afontaron          non ganaron ý nada.

384 La Reína de Gloria          tóvose por prendada,
porque la su eglesia          fincava vïolada;
pesó'l de corazón,          fo ende despechada,
demostrógelo luego          que lis era irada.

385 Embïó Dios en ellos          un fuego infernal,
non ardié e quemaya          como el de San Marzal,
quemávalis los miembros          de manera mortal,
dizién a grandes voces:          «¡Sancta María, val!»

386 Con esta majadura          eran muy maltrechos,
perdién piedes e manos          e fincavan contrechos,
las piernas e los brazos          bien cerca de los pechos,
iva Sancta María          prendiendo sus derechos.

387 Entendiénlo los pueblos,          ellos no lo negavan,
que ellos merecieron,          por ond tanto lazravan
las virtudes sannosas          que ellas los majavan
no lo asmavan ellos          quando las vïolavan.

388 Los sanctos ni las sanctas          no lis querién valer,
peoravan cutiano          a muy grant poder;
prisieron un consejo,          ante fuera a prender,
tornar enna Gloriosa          que los fazié arder.

389 Cadiéronli a prezes          delant el su altar,
plorando de sus ojos          quanto podién plorar,
dizién: «Madre gloriosa,          dénnanos perdonar,
ca non trobamos otro          que nos pueda prestar.

390 Si nos mal mereciemos,          ricament lo lazramos,
bien nos verrá emiente          mientre vivos seamos;
Madre, si nos perdonas          bien te lo otorgamos
que enna tu eglesia          fuerza nunqua fagamos.

391 Madre, dánte buen preçio          que eres pïadosa,
siempre pïadat traes          maguer eres sannosa;
Madre plena de gracia,          perdona esta cosa,
dános buena respuesta,          temprada e sabrosa.

392 Madre, repisos somos          del yerro que fiziemos,
erramos duramiente,          grand locura trasquiemos,
prisiemos grand quebranto,          mayor lo mereciemos,
pechado lo avemos          el escot que comiemos.

393 Madre, si non nos vales,          de ti non nos partremos,
si tú non nos perdonas          d'aquende nos iremos,
si tú non nos acorres          a nada nos tenemos,
sin ti d'esta fiebre          terminar non podremos.»

394 La Madre glorïosa,          solaz de los cuitados,
non desdennó los gémitos          de los omnes lazrados;
non cató al su mérito          nin a los sus peccados,
mas cató su mesura,          valió a los quemados.

395 La duenna pïadosa          que fue ante irada
fue perdiendo la ira          e fue más amansada;
perdonólis la sanna          que lis tenié alzada,
toda la malatía          fue luego acabada.

396 Amansaron los fuegos          que los fazién arder,
avién mayor remedio          que non solién aver,
sintién que la Gloriosa          pro lis querié tener,
ploravan con grand gozo,          non se savién qué fer.

397 Amansaron los fuegos,          perdieron los dolores,
mas nunqua de los miembros          non fueron bien sennores,
siempre fueron contrechos,          siempre mendigadores,
siempre se aclamavan          por mucho peccadores.

398 Con esta mejoría          que Dios lis quiso dar,
fueron luego al bispo          absolución ganar;
fizieron confessión          como la devién far,
plorando de los ojos,          mostrando grand pesar.

399 Maestrólos el bispo,          udió su confessión,
entendió que vinién          con buena contrición,
diólis su penitencia          e la absolución,
todo lo ál passado,          diólis su bendición.

400 Sin muchas romerías          que lis mandó andar,
sin muchas oraciones          que lis mandó rezar,
las armas con que fueron          la eglesia quebrantar,
mandógelas por siempre          a sus cuestas levar.

401 Estos penitenciales          quando fueron maestrados
e fueron absolvidos          de todos sos peccados,
departiéronse luego          tristes e desarrados,
fueron a sendas partes          de sus armas cargados.

402 A sendas partes fueron,          en uno non tovieron,
como es mi creencia          nunqua más se vidieron,
nunqua más so un techo          todos tres non yoguieron,
lo que mandó el bispo          bien e gent lo cumplieron.

403 Si en fer la nemiga          fueron bien denodados,
en fer la penitencia          fueron bien aspirados,
no lis dolién los miembros,          andavan bien lazrados,
prendiendo malas noches          e días denegrados.

404 Si en fer el peccado          fueron ciegos e botos,
fueron en emendarlo          firmes e muy devotos;
quantos días visquieron,          fueron muchos o poccos,
dieron sobre sos carnes          lazerio e corrotos.

405 De todos tres el uno,          flaco e muy lazrado,
vino en Anifridi          como diz el dictado,
alvergó enna villa,          diéronli ospedado
con una sancta femna          do fue bien albergado.

406 Contólis a los uéspedes          toda su aventura,
cómo enna eglesia          fizieron desmesura,
cómo Sancta María          ovo d'ellos rencura,
e cómo se perdieron          de mala calentura.

407 Teniendo que su dicho          no li serié creído,
delante muchos omnes          tollióse el vestido,
demostrólis un fierro          que trayé escondido,
cinto a la carona,          correón desabrido.

408 Podié aver en ancho          quanto media palmada,
era cerca del fierro          la carne muy inchada;
la que yazié de yuso          era toda quemada,
fuése end otro día          de buena madurgada.

409 Fiziéronse los omnes          todos maravillados,
ca udién fuertes dichos,          vedién miembros dannados,
doquier que se juntavan          mancebos o casados,
d'esso fablavan todos,          mozos e ajumados.

410 Fue luego est miraclo          escripto e notado,
por amor que non fuesse          en oblido echado,
cogieron muchos miedo          de facer tal peccado,
de quebrantar eglesia          e logar consegrado.

411 Tal es Sancta María          qual entender podedes,
a los que en mal andan          échalis malas redes;
sobre los convertidos          faze grandes mercedes,
muchos son los exiemplos          que d'esto trovaredes.

412 Tantos son los exiemplos          que non serién contados,
ca crecen cada día,          dízenlo los dictados.
éstos con ciento tantos          diezmos serién echados,
ella ruegue a Christo          por los pueblos errados.



- XVIII -

Cristo y los judíos de Toledo


413 En Toledo la noble,          que es arzobispado,
un día de grand festa          por agosto mediado,
festa de la Gloriosa,          Madre del buen Criado,
conteció un miraclo          grand e muy sennalado.

414 Sedié el arzobispo,          un leal coronado,
en medio de la missa          sobre'l altar sagrado,
udiéndola grand pueblo,          pueblo bien adobado,
la eglesia bien plena,          el coro bien poblado.

415 Las gentes muy devotas          sedién en oración,
como omnes que quieren          ganar de Dios perdón,
udieron una voz          de grand tribulación,
por ond fo perturbada          toda la processión.

416 Fablólis voz del cielo,          dolient e querellosa,
«Oíd -dixo- christianos          una estranna cosa,
la gent de judaísmo,          sorda e cegajosa,
nunqua contra don Christo          non fo más porfïosa.

417 Secundo que nos dizen          las sanctas escripturas,
fizieron en don Christo          muy grandes travesuras;
tajava essa cuita          a mí las assaduras,
mas en ellos quebraron          todas las sus locuras.

418 Nin se dolién del Fijo          que mal non merecié,
nin de la Madre suya          que tal cuita vidié:
pueblo tan descosido,          que tal mal comedié,
qui ál tal li fiziesse          nul tuerto non farié.

419 Los que mala nazieron,          falssos e traïdores,
agora me renuevan          los antigos dolores;
en grand priesa me tienen          e en malos sudores,
en cruz está mi Fijo,          luz de los peccadores.

420 Otra vez crucifigan          al mi caro Fijuelo,
non entendrié ninguno          quant grand es el mi duelo,
críase en Toledo          un amargo majuelo,
non se crïó tan malo          nunqua en esti suelo».

421 Udieron esta voz          toda la clereçía,
e muchos de los legos          de la mozaravía;
entendieron que era          voz de Sancta María,
que façién contra ella          los judíos follía.

422 Fabló el arzobispo          que la missa cantava,
escuchólo el pueblo          que cerca li estava,
«Creed -disso- concejo          que la voz que fablava
prende muy grand superbia,          por en se querellava.

423 Sepades que judíos          fazen alguna cosa
en contra Jesu Christo,          Fijo de la Gloriosa,
por essa cuita anda          la Madre querellosa,
non es esta querella          baldrera nin mintrosa.

424 Conviento e concejo,          quantos aquí seedes,
meted mientes en esto          e no lo desdennedes,
si la cosa buscáredes,          batuda hallaredes,
d'esta malfetría          derecho tomaredes.

425 Vayamos a las casas,          esto no lo tardemos,
de los rabís mayores          ca algo hallaremos;
desemos las yantares          ca bien las cobraremos,
si non, de la Gloriosa          mal rebtados seremos».

426 Moviéronse los pueblos,          toda la clereçía,
fueron a muy grand priessa          pora la judería;
guïólos Jesu Christo          e la Virgo María,
fo luego escubierta          la su alevosía.

427 Fallaron enna casa          del raví más onrado
un grand cuerpo de cera          como omne formado,
como don Christo sovo,          sedié crucifigado,
con grandes clavos preso,          grand plaga al costado.

428 Quanta fonta fizieron          en el nuestro Sennor
allí la fazién toda          por nuestra desonor,
recabdáronlos luego,          mas non con grand savor,
qual fazién tal prisieron,          ¡grado al Criador!

429 Fueron bien recabdados          los que prender podieron,
diéronlis yantar mala          qual ellos merecieron,
ý fizieron «Tu autem»,          mala muerte prisieron,
depués lo entendieron          que mal seso fiçieron.

430 Qui a Sancta María          quisiere afontar,
como estos ganaron          assín deven ganar;
mas pensémosla nos          de servir e onrrar,
ca nos á el su ruego          en cabo a prestar.

- XIX -

El parto maravilloso


431 De un otro miraclo          vos queremos contar
que cuntió otro tiempo          en un puerto de mar;
estonz lo entendredes          e podredes jurar
la virtud de María          que es cada logar.

432 Entendredes en ello          cómo es la Gloriosa,
en mar e en terreno,          por todo poderosa,
cómo vale aína,          ca non es perezosa,
e nunqua trovó omne          madre tan pïadosa.

433 Cerca una marisma,          Tumba era clamada,
faziése una isla          cavo la orellada;
fazié la mar por ella          essida e tornada,
dos vezes en el día          o tres a la vegada.

434 Bien dentro enna isla,          de las ondas cerquiella,
de Sant Miguel era,          avié una capiella;
cuntién grandes virtutes          siempre en essa ciella,
mas era la entrada          un pocco asperiella.

435 Quando querié el mar          contra fuera essir,
isié a fiera priessa,          non se savié sofrir;
omne maguer ligero          no li podrié foír,
si ante non issiesse,          ý avrié a perir,

436 El día de la festa          del arcángel precioso,
era el mar más quedo,          yazié más espacioso,
udié el pueblo missa          non a son vagaroso,
fuyén luego a salvo          a corso presuroso.

437 Un día por ventura,          con la otra mesnada,
metióse una femna          flaquiella e prennada,
non podió aguardarse          tan bien a la tornada,
tóvose por repisa          porque era entrada.

438 Las ondas vinién cerca,          las gentes alongadas,
avié con el desarro          las piernas embargadas;
las compannas non eran          de valerli osadas,
en poquiello de término          yazién muchas jornadas.

439 Quando ál non podién          las gentes con ardura,
«¡Válasli Sancta María!»          dizién a grand pressura;
la prennada mesquina,          cargada de rencura,
fincó entre las ondas          en fiera angostura.

440 Los que eran essidos,          como non vedién nada,
cuidavan bien sin dubda          que era enfogada;
dizién: «Esta mesquina          fue desaventurada,
sos peccados toviéronli          una mala celada.»

441 Ellos esto diziendo,          encogióse la mar,
en pocco de ratiello          tornó en su logar;
quísolis don Christo          grand miraclo demostrar,
por ond de la su Madre          oviessen qué fablar.

442 Ellos que se querién          todos ir su carrera,
estendieron los ojos          cataron a la glera,
vidieron que vinié          una mugier sennera,
con so fijo en brazos          en contra la ribera.

443 Fiziéronse las gentes          todas maravilladas,
tenién que fantasía          las avié engannadas,
pero a pocca d'ora          fueron certifigadas,
rendién gracias a Christo          todas manos alzadas.

444 Dissieron: «Dezit, duenna,          por Dios e caridat,
por Dios vos conjuramos,          dezitnos la verdat;
dezitnos de la cosa          toda certenedat,
e cómo vos livrastes          de vuestra prennedat.

445 Por Dios avino esto,          en ello non dubdamos,
e por Sancta María          a la que nos rogamos,
e por Sant Miguel          en cuya voz andamos,
es esti tal miraclo          bien que lo escrivamos.»

446 «Oíd -disso la duenna-          la mi buena companna,
creo que non udiestes          nunqua mejor hazanna,
será bien retraída          por la tierra estranna,
en Grecia e en Africa          e en toda Espanna.

447 Quando vi que de muert          estorcer non podía,
que de las fieras ondas          circundada sedía,
comendéme a Christo          e a Sancta María,
ca pora mí consejo          otro non entendía.

448 Yo en esto estando,          vino Sancta María,
cubrióme con la manga          de la su almexía;
non sentía nul periglo          más que quando dormía,
si yoguiesse en vanno          más leida non sería.

449 Sin cuita e sin pena,          sin ninguna dolor,
parí esti fijuelo,          ¡grado al Criador!
Ovi buena madrina,          non podría mejor,
fizo misericordia          sobre mí, peccador.

450 Fizo en mí grand gracia,          non una ca doblada,
si por ella non fuesse,          sería enfogada,
valióme en el parto,          si non, sería dannada,
nunqua mugier non ovo          madrina tan onrrada.

451 Assín fo mi façienda          como yo vos predigo,
fizo Sancta María          grand pïadat comigo,
onde todos devemos          prender ende castigo,
pregarla que nos libre          del mortal enemigo.»

452 Ovieron del miraclo          todos grand alegría,
tendieron a Dios gracias          e a Sancta María,
ficieron un buen cántico          toda la confradía,
podriélo en la eglesia          cantar la clerecía:

453 Christo, sennor e padre,          del mundo redentor,
que por salvar el mundo          sofrist muert e dolor,
tú seas beneíto          ca eres buen sennor,
nunca te priso asco          del omne peccador.

454 Tú librest a Jonás          del vientre del pescado,
que lo tovo tres días          en el vientre cerrado,
non priso lisïón          ca fue de ti guardado,
el miráculo viejo          oï es renovado.

455 Fijos de Isrraël          quando la mar passaron,
que por tu mandamiento          tras Moïsés guïaron,
yaciendo so las ondas          nul danno non tomaron,
mas los persecutores          todos se enfogaron.

456 Los antigos miraclos,          preciosos e onrrados,
por ojo los veemos          agora renovados;
Sennor, los tos amigos          en el mar fallan vados,
a los otros en seco          los troban enfogados.

457 Sennor, la tu potentia,          grand e marabillosa,
éssa salvó a Peidro          enna mar periglosa;
Sennor, que encarnesti          enna Virgo gloriosa,
en ti sólo fiamos          ca non en otra cosa.

458 Sennor, benedicta sea          la tu virtut sagrada,
benedicta la tu Madre,          reína coronada,
tú seas bendicto,          ella sea laudada,
Sennor, ovist en ella          benedicta posada.

459 Sennor, que sin fin eres          e sin empezamiento,
en cuya mano yazen          los mares e el viento,
denna tu bendición          dar en esti conviento,
que laudarte podamos          todos de un taliento.

460 Varones e mugieres,          quantos aquí estamos,
todos en ti creemos,          e a ti adoramos,
e ti e a tu Madre          todos glorificamos,
cantemos en tu nomne          el «Te Deüm laudamus».



- XX -

El monje embriagado


461 De un otro miraclo          vos querría contar
que cuntió en un monge          de ábito reglar;
quísolo el dïablo          durament espantar,
mas la Madre gloriosa          sópogelo vedar.

462 Deque fo enna orden,          bien deque fo novicio,
amó a la Gloriosa          siempre facer servicio;
guardóse de follía,          de fablar en fornicio,
pero ovo en cabo          de caer en un vicio.

463 Entró enna bodega          un día por ventura,
bebió mucho del vino,          esto fo sin mesura,
embebdóse el locco,          issió de su cordura,
yogó hasta las viésperas          sobre la tierra dura.

464 Bien a ora de viésperas,          el sol bien enflaquido,
recordó malamientre,          andava estordido,
issió contra la claustra          hascas sin nul sentido,
entendiéngelo todos          que bien avié bevido.

465 Peroque en sus piedes          non se podié tener,
iva a la eglesia          como solié facer;
quísoli el dïablo          zancajada poner,
ca bien se lo cuidava          rehezmientre vencer.

466 En figura de toro          que es escalentado,
cavando con los piedes,          el cejo demudado,
con fiera cornadura,          sannoso e irado,
paróseli delante          el traïdor provado.

467 Faciéli gestos malos          la cosa dïablada,
que li metrié los cuernos          por media la corada;
priso el omne bueno          muy mala espantada,
mas valió'l la Gloriosa,          reína coronada.

468 Vino Sancta María          con ábito onrrado,
tal que de omne vivo          non serié apreciado,
metióselis en medio          a él e al Peccado,
el toro tan superbio          fue luego amansado.

469 Menazóli la duenna          con la falda del manto,
esto fo pora elli          un muy mal quebranto;
fusso e desterróse          faziendo muy grand planto,
fincó en paz el monge          ¡gracias al Padre Sancto!

470 Luego a poco rato,          a pocas de passadas,
ante que empezasse          a sobir ennas gradas,
cometiólo de cabo          con figuras pesadas,
en manera de can          firiendo colmelladas.

471 Vinié de mala guisa,          los dientes regannados,
el cejo muy turbio,          los ojos remellados,
por ferlo todo pieças,          espaldas e costados,
«Mesiello -dizié elli-          graves son mis peccados».

472 Vien se cuidó el monge          seer despedaçado,
sedié en fiera cueta,          era mal desarrado,
mas valió'l la Gloriosa,          ess cuerpo adonado,
como fizo el toro          fo el can segudado.

473 Entrante de la eglesia          enna somera grada,
cometiólo de cabo          la tercera vegada,
en forma de león,          una bestia dubdada,
que trayé tal fereza          que non serié asmada.

474 Allí cuidó el monge          que era devorado,
ca vidié por verdat          un fiero encontrado:
peor li era esto          que todo lo passado,
entre su voluntat          maldizié al Peccado.

475 Diçié: «Valme, Gloriosa,          Madre Sancta María,
válame la tu gracia          oï en esti día,
ca só en grand afruento,          en mayor non podría,
Madre non pares mientes          a la mi grand follía.»

476 Abés podió el monge          la palavra complir,
veno Sancta María          como solié venir,
con un palo en mano          pora'l león ferir,
metióselis delante,          empeçó a dezir:

477 «¿Don falso alevoso,          non vos escarmentades?
mas yo vos daré oy          lo que vos demandades;
ante lo compraredes          que d'aquend vos vayades,
con quien volvistes guerra          quiero que lo sepades.»

478 Empezóli a dar          de grandes palancadas,
non podién las menudas          escuchar las granadas,
lazrava el león          a buenas dinaradas,
non ovo en sus días          las cuestas tan sovadas.

479 Diçié'l la buena duenna:          «¡Don falso traïdor,
que siempre en mal andas,          eres de mal sennor,
si más aquí te prendo          en esti derredor,
de lo que oï prendes,          aún prendrás peor!»

480 Desfizo la figura,          empezó a foír,
nunqua más fo osado          al monge escarnir,
ante passó grand tiempo          que podiesse guarir,
plógoli al dïablo          quando lo mandó ir.

481 El monge que por todo          esto avié pasado,
de la carga del vino          non era bien folgado,
que vino e que miedo          aviénlo tan sovado
que tornar non podió          a su lecho usado.

482 La reína preciosa          e de precioso fecho
prísolo por la mano,          levólo pora'l lecho,
cubriólo con la manta          e con el sobrelecho,
púso'l so la cabeza          el cabezal derecho.

483 Demás, quando lo ovo          en su lecho echado,
sanctiguó'l con su diestra          e fo bien sanctiguado;
«Amigo -dísso'l- fuelga,          ca eres muy lazrado,
con un pocco que duermas          luego serás folgado.

484 Pero esto te mando,          a firmes te lo digo,
cras mannana demanda          a fulán mi amigo;
confiéssate con elli          e serás bien comigo,
ca es muy buen omne          e dart't á buen castigo.

485 Quiero yo que mi vían          salvar algún cuitado,
esso es mi delicio,          mi officio usado,
tu finca bendicho          a Dios acomendado,
mas non se te oblide          lo que te é mandado.»

486 Díxo'l el omne bueno:          «Duenna, fe que devedes,
vos que en mí fiziestes          tan granadas mercedes,
quiero saber quí sodes          o qué nomne avedes,
ca yo gano en ello,          vos nada non perdedes.»

487 Disso la buena duenna:          «Seas bien sabidor,
yo só la que parí          al vero Salvador,
que por salvar el mundo          sufrió muert e dolor,
al que façen los ángeles          servicio e onor.»

488 Disso el omne bono:          «Esto es de creer,
de ti podrié, Sennora,          esta cosa nacer;
déssateme, Sennora,          los tus piedes tanner.
nunqua en esti sieglo          veré tan grand plazer.»

489 Contendié el bon omne,          queriése levantar,
por fincar los inojos,          los piedes li besar;
mas la Virgo gloriosa          no'l quiso esperar,
tollióseli de ojos,          ovo él grand pesar.

490 No la podié a ella          por do iva veer,
mas vedié grandes lumnes          redor ella arder;
no la podié por nada          de voluntat toller,
facié muy grand derecho          ca fízo'l grand placer.

491 Otro día mannana,          venida la luz clara,
buscó al omne bono          que ella li mandara,
fizo su confessión          con umildosa cara,
no li celó un punto          de quanto que passara.

492 El maestro al monge,          fecha la confessión,
dióli consejo bueno,          dióli absolución,
metió Sancta María          en él tal bendición
que valió más por elli          essa congregación.

493 Si ante fora bono,          fo desende mejor;
a la Sancta Reína,          Madre del Criador,
amóla siempre mucho,          fízo'l siempre onor,
feliz fo él que ella          cogió en su amor.

494 El otro omne bono,          no'l sabría nomnar,
al que Sancta María          lo mandó maestrar,
cogió amor tan firme          de tanto la amar
que dessar's ié por ella          la cabeza cortar.

495 Todas las otras gentes,          legos e coronados,
clérigos e canonges          e los escapulados,
fueron de la Gloriosa          todos enamorados,
que save acorrer          tan bien a los cuitados.

496 Todos la bendiçién          e todos la laudavan,
las manos e los ojos          a ella los alçavan,
retrayén los sos fechos,          las sos laudes cantavan,
los días e las noches          en esso los passavan.

497 Sennores e amigos,          muévanos esta cosa,
amemos e laudemos          todos a la Gloriosa,
non echaremos mano          en cosa tan preciosa,
que tan bien nos acorra          en ora periglosa.

498 Si nos bien la sirviéremos,          quequiere que'l pidamos,
todo lo ganaremos,          bien seguros seamos,
aquí lo entendremos          bien ante que muramos,
lo que allí metiéremos          que bien lo empleamos.

499 Ella nos dé su gracia          e su bendición,
guárdenos de peccado          e de tribulación,
de nuestras liviandades          gánenos remissión,
que non vayan las almas          nuestras en perdición.



- XXI -

De cómo una Abbadesa fue prennada et por su conbento fue acusada et después por la virgen librada


500 Sennores e amigos,          companna de prestar,
deque Dios se vos quiso          traer a est logar,
aún si me quissiéssedes          un poco esperar,
en un otro miraclo          vos querría fablar.

501 De un otro miraclo          vos querría contar,
que fizo la Gloriosa,          estrella de la mar,
si oírme quisiéredes          bien podedes jurar
que de mejor boccado          non podriédes tastar.

502 Ennos tiempos derechos          que corrié la verdat,
que non dicién por nada          los omnes falsedat,
estonz vivién a buenas,          vinién a vegedat,
vedién a sus trasnietos          en séptima edat.

503 Facié Dios por los omnes          miráculos cutiano,
ca non querié ninguno          mentir a su christiano,
avién tiempos derechos          ivierno e verano,
semejava el sieglo          que todo era plano.

504 Si pecavan los omnes,          fazién bien penitencia,
perdonávalis luego          Dios toda malquerencia,
avién con Jesu Christo          toda su atenencia;
quiérovos dar a esto          una buena sentencia.

505 De una abbatissa          vos quiero fer conseja,
que peccó en buen punto          como a mí semeja,
quissiéronli sus duennas          revolver mala ceja,
mas no'l empedecieron          valient una erveja.

506 En esta abbadessa          yazié mucha bondat,
era de grand recabdo          e de grand caridat,
guïava su conviento          de toda boluntat,
vivién segund regla          en toda onestat.

507 Pero la abbadessa          cadió una vegada,
fizo una locura          que es mucho vedada;
pisó por su ventura          yerva fuert enconada,
quando bien se catido          fallóse embargada.

508 Fo'l creciendo el vientre          en contra las terniellas,
fuéronseli faciendo          peccas ennas masiellas,
las unas eran grandes,          las otras más poquiellas,
ca ennas primerizas          caen estas cosiellas.

509 Fo de las companneras          la cosa entendida,
non se podié celar          la flama encendida,
pesava a las unas          que era mal caída,
mas plaçiélis sobejo          a la otra partida.

510 Apremiávalas mucho,          teniélas encerradas,
e non lis consintié          fer las cosas vedadas;
querién veerla muerta          las locas malfadadas,
cunte a los prelados          esto a las vegadas.

511 Vidieron que non era          cosa de encobrir,
si non podrié de todas          el dïablo reír;
embïaron al bispo          por su carta deçir
que non las visitava          e deviélo padir.

512 Entendió el bispo          enna mesagería
o que avién contienda          o fizieron follía;
vino fer su officio,          visitar la mongía,
ovo a entender          toda la pletesía.

513 Dessemos al obispo          folgar en su posada,
finque en paz e duerma          elli con su mesnada,
digamos nos qué fizo          la duenna embargada,
ca savié que otro día          serié porfazada.

514 Cerca de la su cámara          do solié albergar,
tenié un apartado,          un apuesto logar,
era su oratorio          en que solié orar,
de la Gloriosa era          vocación el altar.

515 Ý tenié la imagen          de la Sancta Reígna,
la que fue para el mundo          salut e medicina,
teniéla afeitada          de codrada cortina,
ca por todos en cabo          éssa fue su madrina.

516 Savié que otro día          serié mal porfazada,
non avié nul' escusa          a la cosa provada;
tomó un buen consejo          la bienaventurada,
esto fue maravilla          como fue acordada.

517 Entró al oratorio          ella sola, sennera,
non demandó consigo          ninguna compannera,
paróse desarrada          luego de la primera,
mas Dios e su ventura          abriéronli carrera.

518 Devatióse en tierra          delante el altar,
cató a la imagen,          empeçó de llorar:
«¡Valme -disso- Gloriosa,          estrella de la mar,
ca non é nul consejo          que me pueda prestar.

519 Madre, bien lo leemos,          dízelo la escriptura,
que eres de tal gracia          e de tan grant mesura,
que qui de voluntad          te dice su rencura,
tú luego li acorres          en toda su ardura.

520 Tu accoriste, Sennora, a Theóphilo          que era desesperado,
que de su sangre fizo          carta con el Peccado,
por el tu buen consejo          fue reconcilïado,
onde todos los omnes          te lo tienen a grado.

521 Tú acorrist, Sennora,          a la Egiptïana,
que fue peccador mucho          ca fue muger liviana;
Sennora benedicta,          de qui todo bien mana,
dáme algún consejo          ante de la mannana.

522 Sennora benedicta,          non te podí servir,
pero améte siempre          laudar e bendezir;
Sennora, verdat digo          e non cuido mentir,
querría seer muerta          si podiesse morir.

523 Madre del Rey de Gloria,          de los Cielos Reígna
mane de la tu gracia          alguna medicina;
libra de mal porfazo          una muger mezquina,
esto si tú lo quieres          puede seer aína.

524 Madre, por el amor          del tu Fijo querido,
Fijo tan sin embargo,          tan dulze e tan cumplido,
non finque repoyada,          esta merced te pido,
ca veo que me segudan          sobre grant apellido.

525 Si non prendes, Sennora,          de mí algún consejo,
seo mal aguisada          de sallir a concejo;
aquí quiero morir          en esti logarejo,
ca si allá salliero          ferme án mal trebejo.

526 Reígna coronada,          templo de castidat,
fuent de misericordia,          torre de salvedat,
fes en aquesta cuita          alguna pïadat
en mí non se agote          la tu grant pïadat.

527 Quiero contra tu Fijo          dar a ti por fianza,
que nunca más non torne          en aquesta erranza,
Madre, si fallesciero,          fes en mí tal venganza
que todo el mundo fable          de la mi malandanza.»

528 Tan afincadamente          fizo su oración
que la oyó la Madre          llena de bendición;
como qui amodorrida          vío grant visïón,
tal que devié en omne          façer edifficación.

529 Traspúsose la duenna          con la grant cansedat,
Dios lo obrava todo          por la su pïadat;
apareció'l la Madre          del Rey de magestat,
dos ángeles con ella          de muy grant claridat.

530 Ovo pavor la duenna          e fo mal espantada,
ca de tal visïón          nunqua era usada,
de la grant claridat          fo mucho embargada,
pero de la su cuita          fo mucho alleviada.

531 Díssoli la Gloriosa:          «Aforzad, abbadessa,
bien estades comigo,          non vos pongades quessa,
sepades que vos trayo          muy buena promessa,
mejor que non querrié          la vuestra prioressa.

532 Non ayades nul miedo          de caer en porfazo,
bien vos á Dios guardada          de caer en ess lazo,
bien lis id a osadas          a tenerlis el plazo,
non lazrará por esso          el vuestro espinazo.»

533 Al sabor del solaz          de la Virgo glorïosa
non sintiendo la madre          de dolor nulla cosa,
nació la creatura          cosiella muy fermosa,
mandóla a los ángeles          prender la Glorïosa.

534 Díssolis a los ángeles:          «A vos ambos castigo,
levad esti ninnuelo          a fulán mi amigo;
dezidli que'm lo críe,          yo asín gelo digo,
ca bien os creerá,          luego seed comigo.»

535 Moviéronse los ángeles          a muy grand ligereza,
recabdaron la cosa          sin ninguna pereza,
plógo'l al ermitanno          más que con grand riqueza,
ca de verdad bien era          una rica nobleza.

536 Recudió la parida,          fízose sanctiguada,
dizié: «¡Valme, Glorïosa,          reína coronada!
¿si es esto verdad          o si só engannada?
Sennora beneíta          ¡val a esta errada!»

537 Palpóse con sus manos          quando fo recordada,
por ventre, por costados          e por cada ijada,
trobó so vientre llacio,          la cinta muy delgada,
como muger que es          de tal cosa librada.

538 No lo podié creer          por ninguna manera,
cuidava que fo suenno,          non cosa verdadera;
palpóse e catóse          la begada tercera,
fízose de la dubda          en cabo bien certera.

539 Quando se sintió delivre          la prennada mesquina,
fo el saco vaçío          de la mala farina,
empezó con gran gozo          cantar «Salve Regina»
que es de los cuitados          solaz e medicina.

540 Plorava de los ojos          de muy grand alegría,
dicié laudes preciosas          a laVirgo María,
non se temié del bispo          nin de su cofradría,
ca terminada era          de la fuert malatía.

541 Plorava de los ojos          e façié oraciones,
diçié a la Glorïosa          laudes e bendiciones,
dicié: «Laudada seas,          Madre, todas sazones,
laudarte deben siempre          mugieres e barones.

542 Era en fiera cuita          e en fiera pavura,
caí a los tos piedes,          díssite mi ardura,
acorrióme, Sennora,          la tu buena mesura:
deves laudada seer          de toda creatura.

543 Madre, yo sobre todos          te devo bendezir
laudar, magnificar,          adorar e servir,
que de tan grand infamia          me dennesti guarir,
que podrié tod el mundo          siempre de mí reír.

544 Si esta mi nemiga          issiesse a concejo,
de todas las mugieres          serié riso sobejo;
quant grand es e quant bono,          Madre, el to consejo,
no lo asmarié omne          nin grand ni poquellejo.

545 La merced e la gracia          que me dennesti fer,
no lo sabría, Madre,          yo a ti gradecer
ni lo podrié, Sennora,          yo nunqua merecer,
mas non cessaré nunqua          gracias a ti render.»

546 Bien fincarié la duenna          en su contemplación,
laudando la Glorïosa,          faziendo oración,
mas vínoli mandado          de la congregación
que fuesse a cabillo          facer responsïón.

547 Como en el porfazo          non se temié caer,
fo luego a los piedes          del obispo seer;
quíso'l besar las manos,          ca lo devié fer,
mas él non gelas quiso          a ella ofrecer.

548 Empezóla el bispo          luego a increpar
que avié fecha cosa          por que devié lazrar,
e non devié por nada          abadessa estar,
nin entre otras monjas          non devié abitar:

549 «Toda monja que façe          tan grand desonestat,
que non guarda so cuerpo          nin tiene castidat,
devié seer echada          de la socïedat,
allá por do quisiere          faga tal suciedat.»

550 «Sennor -díssoli ella-          ¿por qué me maltraedes?
Non só por aventura          tal como vos tenedes.»
«Duenna -disso el bispo-          ¿por qué vos lo neguedes?
Non seredes creída          ca a provar seredes.»

551 «Duenna -disso el bispo-          essit vos al ostal,
nos avremos consejo,          depués faremos ál.»
«Sennor -disso la duenna-          non decides nul mal,
yo a Dios me acomiendo,          al que puede e val.»

552 Issió la abbadessa          fuera del consistorio,
como mandó el bispo          fo pora'l diversorio;
fizieron su cabillo          la ira e el odio,
amasaron su massa          de farina de ordio.

553 Díssolis el obispo:          «Amigas, non podemos
condepnar esta duenna          menos que la provemos.»
Díssoli el conviento:          «De lo que bien savemos,
sennor, en otra prueva          nos ¿por qué entraremos?»

554 Díssolis el obispo:          «Quando fuere vencida,
vos seredes más salvas,          ella más confondida,
si non, nuestra sentencia          serié mal retraída,
no li puede en cabo          prestar nulla guarida.»

555 Envïó de sos clérigos          en qui él más fïava,
que provassen la cosa          de quál guisa estava;
tolliéronli la saya          maguer que li pesava,
falláronla tan secca          que tabla semejava.

556 Non trovaron en ella          signo de prennedat,
nin leche nin batuda          de nulla malveztat;
dissieron: «Non es esto          fuera grand vanidat,
nunqua fo lebantada          tan fiera falsedat.»

557 Tornaron al obispo,          dissiéronli: «Sennor
savet que es culpada          de valde la seror;
quiquier que ál vos diga,          salva vuestra onor,
dizvos tan grand mentira          que non podrié mayor.»

558 Cuidóse el obispo          que eran decebidos,
que lis avié la duenna          dineros prometidos;
dixo: «Domnos maliellos,          non seredes creídos,
ca otra quilma tiene          de yuso los vestidos.»

559 Disso: «Non vos lo quiero          tan aína creer,
o sodes vergonçosos          o prisiestes aver:
yo quiero esta cosa          por mis ojos veer,
si non, qui lo apuso          lo deve padecer.»

560 Levantóse el bispo          onde estava assentado,
fo pora la abbadessa          sannoso e irado;
fízoli despujar          la cogulla sin grado,
provó que'l aponién          crimen falso provado.

561 Tornóse al conviento,          bravo e muy fellón,
«Duennas -disso- fiziestes          una grand traïción;
pusiestes la sennora          en tal mala razón
que es muy despreciada          vuestra religïón.

562 Esta cosa non puede          sin justicia passar,
la culpa que quissiestes          vos a ella echar,
el Decreto lo manda,          en vos deve tornar,
que devedes seer          echadas d'est logar».

563 Vío la abbadessa          las duennas mal judgadas,
que avién a seer          de la casa echadas;
sacó apart al bispo,          bien a quinze passadas,
«Sennor -disso- las duennas          non son mucho culpadas».

564 Díssoli su façienda          por que era pasada,
por sos graves peccados          cómo fo engannada;
cómo la acorrió          la Virgo coronada,
si por ella non fuesse,          fuera mal porfazada.

565 E cómo mandó ella          el ninnuelo levar,
cómo al ermitanno          gelo mandó criar:
-«Sennor, si vos quisiéredes          podédeslo provar:
¡Por caridat, non pierdan          las duennas el logar!

566 Más quiero yo sennera          seer embergonzada
que tanta buena duenna          sea desemparada.
Sennor, merced vos pido,          parcid esta vegada,
por todas a mí sea          la penitencia dada.»

567 Espantóse el bispo,          fo todo demudado,
disso: «Duenna, si esto          puede seer provado,
veré don Jesu Christo          que es vuestro pagado,
yo mientre fuero vivo          faré vuestro mandado.»

568 Envïó dos calonges          luego al ermitanno,
provar esto si era          o verdat o enganno;
trovaron al bon omne          con ábito estranno,
teniendo el ninnuelo          envuelto en un panno.

569 Mostrólis el infant          rezién nado del día,
disso que lo mandara          criar Sancta María;
qui en esto dubdasse          farié grant bavequía,
ca era verdat pura          ca non vallitanía.

570 Tornaron al obispo          luego con el mandado,
dissiéronli por nuevas          lo que avién provado:
«Sennor -dissieron- d'esto          seï certificado,
si non, farás grand yerro,          ganarás grand peccado.»

571 Tóvose enna duenna          el obispo por errado,
cadióli a los piedes          en el suelo postrado,
«Duenna -disso- mercet,          ca mucho só errado,
ruégovos que me sea          el yerro perdonado».

572 «¡Sennor -disso la duenna-          por Dios e la Gloriosa,
catat vuestra mesura,          non fagades tal cosa!
Vos sodes omne sancto,          yo peccadriz doliosa,
si en ál non tornades          seré de vos sannosa.»

573 La duenna con el bispo          avié esta entencia,
mas fináronlo todo          en buena abenencia.
Jamás ovieron ambos          amor e bienquerencia,
encerraron su vida          en buena pacïencia.

574 Metió paz el obispo          enna congregación,
amató la contienda          e la dissensïón,
quand quiso despedirse,          diólis su bendición,
fo bona pora todos          essa visitación.

575 Embïó sus saludes          al sancto ermitanno,
como a buen amigo,          a cuempadre fontano,
que criasse el ninno          hasta'l seteno anno,
desende él pensarié          de ferlo buen christiano.

576 Quando vino el término,          los siet annos passados,
envïó de sos clérigos,          dos de los más onrrados,
que trasquisiessen el ninno          del mont a los poblados;
recabdáronlo ellos          como bien castigados.

577 Adussieron el ninno          en el yermo criado,
de los días que era,          era bien ensennado;
plógoli al obispo,          fo ende muy pagado,
mandó'l poner a letras          con maestro letrado.

578 Issió muy bon omne          en todo mesurado,
parecié bien que fuera          de bon amo criado.
Era el pueblo todo          d'elli mucho pagado,
quando murió el bispo,          diéronli el bispado.

579 Guïólo la Gloriosa          que lo dio a criar,
savié su obispado          con Dios bien governar;
güiava bien las almas          como devié guiar,
sabié en todas cosas          mesura bien catar.

580 Amávanlo los pueblos          e las sus clerezías,
amávanlo calonges          e todas las mongías,
todos por ond estavan          rogavan por sos días,
fuera algunos foles          que amavan follías.

581 Quando vino el término          que ovo de finar,
no lo dessó su ama          luengamientre lazrar;
levólo a la gloria,          a seguro logar
do ladrón nin merino          nunqua puede entrar.

582 A la Virgo gloriosa          todos gracias rendamos,
de qui tantos miraclos          leemos e provamos;
ella nos dé su gracia          que servirla podamos,
e nos guíe fer cosas          por ond salvos seamos. (Amen.)



- XXII -

El romero naufragado


583 Sennores, si quisiéssedes          mientre dura el día,
d'estos tales miraclos          aún más vos dizría;
si vos non vos quessássedes          yo non me quessaría,
ca como pozo fondo,          tal es Sancta María.

584 Tal es Sancta María          como el cabdal río,
que todos beven d'elli,          bestias e el gentío,
tan grand es cras como eri,          e non es más vazío,
en todo tiempo corre,          en caliente e en frío.

585 Siempre acorre ella          en todos los lugares,
por valles e por montes,          por tierras e por mares;
qui rogarla sopiesse          con limpios paladares,
no lo podrién torzones          prender a los ijares.

586 Leemos un miraclo          de la su santidat
que cuntió a un bispo,          omne de caridat,
que fo omne católico          de grand autoridat,
víolo por sus ojos,          bien sabié la verdat.

587 Assín como lo vío,          assín lo escribió,
non menguó d'ello nada,          nada non ennadió;
Dios li dé paraíso          ca bien lo mereció,
alguna missa disso          que tanto no'l valió.

588 Cruzáronse romeos          por ir en Ultramar,
saludar el Sepulcro,          la Vera Cruz orar;
metiéronse ennas naves          pora Acre passar,
si el Padre del Cielo          los quisiesse guiar.

589 Ovieron vientos bonos          luego de la entrada,
oraje muy sabroso,          toda la mar pagada;
avién grand alegría          la alegre mesnada:
con tal tiempo aína          avrién la mar passada.

590 Avién buena partida          de la mar travessada,
que la avrién aína          a l'otra part passada,
mas tóvolis su fado          una mala celada,
fo la grand alegría          en tristicia tornada.

591 Movióse la tempesta,          una oriella brava,
desarró el maestro          que la nave guïava;
nin a sí nin a otri          nul consejo non dava,
toda su maestría          non valié una hava.

592 Cuntiólis otra cosa,          otra grand ocasión:
rompióselis la nave          yuso en el fondón:
vedién entrar grand agua,          rompié cada rencón,
avié a ir la cosa          toda a perdición.

593 Cerca la mayor nave          trayén otra pocaza,
non sé si li dizién          galea o pinaza,
que si fuessen cuitados          de oriella malvaza,
en ésa estorciessen          de la mala pelaza.

594 Fizo el marinero          como leal christiano,
a su sennor el bispo          tomólo por la mano;
con otros, bonos omnes          de pleito más lozano,
metiólos en la barca,          priso consejo sano.

595 Un de los peregrinos          cuidó seer artero,
dio salto de la nave          ca era bien ligero;
cuidó enna galea          entrar por compannero,
enfogóse en la agua,          murió mas non sennero.

596 Abés podrié seer          media ora complida,
quísolo Dios sofrir,          fo la nave somida;
de la turma que era          entro remanecida,
por medicina uno          non escapó a vida.

597 El bispo e los otros          que con elli issieron,
issieron a terreno          do más cerca podieron;
fizieron muy grand duelo          por los que perecieron,
pesávanlis porqué          con ellos non murieron.

598 Aviendo de los muertos          duelo grand e pesar,
estendieron los ojos,          catavan a la mar,
si verién de los muertos          algunos arribar,
ca el mar nunqua quiere          cosa muerta celar.

599 Catando si algunos          muertos podrién veer,
por darlis cimiterio,          so tierra los meter,
vidieron palombiellas          de so la mar nacer,
quantos fueron los muertos          tantas podrién seer.

600 Vidieron palombiellas          essir de so la mar,
más blancas que las nieves          contra'l cielo volar;
credién que eran almas          que querié Dios levar
al sancto paraíso,          un glorioso logar.

601 De derecha envidia          se querién desquizar,
porque fincaron vivos          avién un grand pesar,
ca credién bien afirmes,          non era de dubdar
que almas eran d'éssos,          los que sumió la mar.

602 Dicién: «¡Aï, romeos!          fuestes venturados,
que ya sodes 'per ignem          et per aquam' passados;
nos fincamos en yermo          como desamparados,
nos velamos, ca vos          dormides segurados.

603 Grado al Padre Sancto          e a Sancta María,
ya vestides la palma          de vuestra romería;
nos somos en tristicia          e vos en alegría,
nos cuidamos fer seso          e fiziemos follía.»

604 Aviendo grand quebranto          del danno que lis vino,
querién prender carrera,          entrar en su camino;
vidieron de la mar          essir un peregrino,
semejava que era          romeruelo mesquino.

605 Quando vino a ellos,          que fue en la ribera,
conociéronlo todos          que el que salió era;
sanctiguáronse todos:          «¿Cómo, por quál manera
fincó en el mar vivo          una ora sennera?»

606 Disso el peregrino:          «Oídme, ¡sí vivades!
Yo vos faré certeros          en esso que dubdades,
cómo escapé vivo          quiero que lo sepades,
dizredes 'Deo gratias'          luego que lo udades.

607 Quando de la grand nave          quisi fuera salir,
ca parecié por ojo          que se querié somir,
vedía que de muerte          non podía guarir:
'¡Valme Sancta María!'          empecé a decir.

608 Dissi esta palabra:          '¡Valme Sancta María!'
Non podí más dizir          ca vagar non avía;
fue luego ella presta          por su placentería,
si non fuesse por ella          enfogado sería.

609 Luego fo ella presta,          adusso un buen panno,
panno era de precio,          nunqua vid su calanno;
echómelo de suso,          disso: 'Non prendrás danno,
cuenta que te dormisti          o que yoguist en vanno.'

610 Nunqua tan rica obra          vío omne carnal.
obra era angélica,          ca non materïal;
tan folgado yacía          como so un tendal,
o como qui se duerme          en un verde pradal.

611 Feliz será la alma          e bienaventurada,
que so tan rica sombra          fuere asolazada;
nin frío nin calura          nin viento nin elada
non li fará enojo          que sea embargada.

612 So esti panno folgan,          alegres e pagadas,
las vírgenes gloriosas          de don Christo amadas,
que cantan a su Madre          laudes multiplicadas,
e tienen las coronas          preciosas e onrradas.

613 La sombra d'aquel panno          trae tal tempradura,
omne con el ardor          trova so él fridura;
trova el fridoliento          temprada calentura,
¡Dios, qué rico consejo          en ora de ardura!

614 Tantas son sus merçedes,          tantas sus caridades,
tantas las sus virtudes,          tantas las sus vondades,
que non las contarién          obispos nin abades,
nin las podrién asmar          reïs nin podestades.»

615 El pesar que ovieron          de los que periglaron,
con sabor del miraclo          todo lo oblidaron;
tendieron a Dios gracias,          el «Te Deum» cantaron,
desend «Salve Regina»          dulzement la finaron.

616 Cumplieron los romeos          desend su romería,
plegaron al Sepulcro          con muy grand alegría;
adoraron la Cruz          del Fijo de María,
¡Nunqua en esti sieglo          vidieron tan buen día!

617 Contaron el miraclo          de la Madre gloriosa,
cómo livró al omne          de la mar periglosa,
dizién todos que fuera          una estranna cosa,
fizieron end escripto,          leyenda muy sabrosa.

618 Quantos que la udieron          esta sancta razón,
todos a la Gloriosa          dizién grant bendición,
avién pora servirla          mejor devocïón,
ca esperavan d'ella          mercet e gualardón.

619 La fama d'esti fecho          voló sobre los mares,
no la retovo viento,          pobló muchos solares;
metiéronla en libros          por diversos lugares,
ond es oï bendicha          de muchos paladares.

620 Quantos que la bendizen          a la Madre gloriosa,
¡par el Reï de Gloria          facen derecha cosa!
ca por ella issiemos          de la cárcel penosa,
en que todos yaziemos,          foya muy periglosa.

621 Los que por Eva fuemos          en perdición caídos,
por ella recombramos          los solares perdidos;
si por ella non fuesse          yazriémos amortidos,
mas el so sancto fructo          nos ovo redemidos.

622 Por el so sancto fructo          que ella concibió,
que por salud del mundo          passión e muert sufrió,
issiemos de la foya          que Adán nos abrió,
quando sobre deviedo          del mal muesso mordió.

623 Desend siempre contiende          de valer a cuitados,
governar los mesquinos,          revocar los errados,
por tierras e por mares          fer miraclos granados,
tales e muy mayores          de los que son contados.

624 Ella que es de gracia          plena e avondada,
guíe nuestra fazienda,          nuestra vida lazrada,
guárdenos en est mundo          de mala sorrostrada,
gánenos en el otro          con los sanctos posada. (Amen).





- XXIII -

El mercader fiado


625 Amigos, si quissiéssedes          un poco atender,
un precioso miraclo          vos querría leer;
quando fuere leído          avredes grand placer,
preciarlo edes más          que mediano comer.

626 Enna cibdat que es          de Costantín nomnada,
ca Costantín la ovo          otro tiempo poblada,
el que dio a Sant Peidro          Roma pora posada,
avié ý un bon omne          de fazienda granada.

627 Era esti burgés          de muy grand corazón,
por sobir en grand precio          fazié grand missïón;
espendié sos averes,          dávalos en baldón,
quiquier que li pidiesse          él non dizrié de non.

628 Por exaltar su fama,          el su precio crecer,
derramava sin duelo          quanto podié aver;
si'l menguava lo suyo,          aún por más valer
prendié de sus veçinos          mudado volunter.

629 Derramava lo suyo          largament e sin tiento,
menguava los averes          mas non el buen taliento;
siempre trovarié omne          en su casa conviento,
quando veinte quando treinta          a las vegadas ciento.

630 Como fazié grand gasto,          espensa sin mesura,
falleció la pecunia,          paróse en ardura;
non trovava mudado          nin fallava usura,
ni entre los estrannos          ni entre su natura.

631 Entendiéngelo todos          que era empobrido,
non trovava mudado          nin aver encreído;
era en grand porfazo          el bon omne caído,
tenié que lo passado          todo era perdido.

632 El varón con grand quessa          fo ante los altares,
facié su oración          entre los paladares,
«Sennor, que un Dios eres          e tres personas pares,
sea tu pïadat          e non me desempares.

633 Sennor, hasta agora          tú me ás cabtenido,
só ya por mis peccados          en falliment caído;
el precio que avía          todo lo é perdido.
mucho más me valiera          que non fuesse nacido.

634 Sennor, dame consejo          por alguna manera,
embíame tu gracia          por alguna carrera;
es pora ti tal fecho          cosa assaz ligera,
nadé todo el mar,          ¿morré enna ribera?».

635 Demientre que orava,          quísoli Dios prestar,
ovo un buen consejo          el burgés a asmar;
non vino por su seso,          mas quísolo guiar
el que el mundo todo          ave de gobernar.

636 Un judío bien rico          avié enna cibdat,
non avié d'él más rico          en essa vezindat:
asmó de ir a elli          entre su voluntat,
demandarli consejo          por Dios a caridat.

637 Fo luego al judío          e fo bien recibido,
demandó'l cómo andava,          por qué era venido,
ca de otras sazones          lo avié conocido
e todo el su pleito          bien lo avié oído.

638 Díssoli su fazienda          el burgés al ebreo:
«Don fulán, bien savedes          mi pleito como creo,
ganar de vos empresto          avría grand deseo,
ca non cuidé veerme          en esto que me veo.

639 Quando Dios lo querié,          que yo algo avía,
sávenlo mis vezinos,          yo a todos valía;
las puertas de mi casa          aviertas las tenía,
quanto que Dios me dava          con todos lo partía.

640 Querría, si podiesse,          en esso contender,
mas só muy decaído,          menguado del aver;
mas si tú me quissiesses          del tuyo acreer,
bien te lo cuidava          a un plazo render.»

641 Díssoli el judío:          «Ferlo é de buen grado,
dar't é quanto quisieres          de mi aver prestado;
mas dame fïador          que sea segurado,
si non, pavor avría          de seer engannado.»

642 Díssoli el christiano,          fablóli a savor:
«Don fulán, non te puedo          dar otro fïador,
mas daréte a Christo,          mi Dios e mi Sennor,
Fijo de la Gloriosa,          del mundo Salvador.»

643 Díssoli el judío:          «Yo creer non podría
que éssi que tú dizes,          que nació de María,
que Dios es; mas fo omne          cuerdo e sin follía,
profeta verdadero          -yo ál non creería.

644 Si él te enfïare,          yo por el su amor
acreer't é lo mío          sin otro fiador;
mas seméjame cosa          esquiva sin color
e seméjasme hascas          omne escarnidor.

645 Yo non sé de quál guisa          lo podiesse aver,
ca non es en est mundo          secúnd el mi creer;
non esperes que venga          pora ti acorrer,
onde otro consejo          te conviene prender.»

646 Respondió el christiano,          díssoli al judío:
«Entiendo que me tienes          por loco e sendío,
que non trayo consejo          e ando en radío,
mas ál verás tras esto          secundo que yo fío.»

647 Díssoli el judío:          «Si tal cosa mostrares,
yo te daré empresto          quanto tú demandares,
mas por otras pastrijas          lo que de mí levares,
non pagarás con ello          caçurros nin joglares.»

648 Díssoli el burgés          al trufán renegado,
«Sólo que tú comigo          vengas al mi sagrado,
mostrar't é a María          con el su buen Criado.»
Díssoli el judío:          «Facerlo é de grado.»

649 Levólo a la eglesia          con Dios e con su guía,
mostróli la imagen,          la de Sancta María,
con su Fijo en brazos,          la su dulz compannía,
fueron embergonzados          los de la judería.

650 Disso el omne bono          a los de la aljama:
«Esti es nuestro Sire,          e ésta nuestra Dama,
siempre es bien apreso          qui a ellos se clama,
qui en ellos non cree          bevrá fuego e flama.»

651 Díssoli al judío          que era mayoral,
al que li prometió          que'l prestarié cabdal:
«Estos son mis sennores          e yo su servicial:
éstos sean fianzas          ca non puedo fer ál.»

652 Díssoli el judío:          «Yo bien los tomaré,
yo otros fiadores          non te demandaré;
mas si tú me fallieres          a ellos reptaré,
e qual lealtad traes          sabiente la faré.»

653 Dióli los fiadores          al trufán el christiano,
a Madre e a Fijo          metiógelos por mano;
pusieron de su paga          su término certano,
recivió la pecunia          el burgés cibdadano.

654 Quando el aver ovo          el burgés recibido,
ovo grand alegría          tóvose por guarido,
tornó a la Gloriosa,          fo ý de buen sentido,
fo render a Dios gracias          de corazón complido.

655 Abassó los enojos          ante la magestat,
erzió a Dios los ojos          con grant umilidat:
«Sennor -disso- fezístme          mercet e caridat,
ásme oï sacado          de muy gran pobredat.

656 Sennor, andava eri          pobre e adebdado,
só oï por tu gracia          rico e abondado;
a ti di por fiança          mas fízilo sin grado,
por mí serié grand tuerto          que tú fuesses reptado.

657 Sennor, yo non querría          de mi vierbo fallir,
lo que ante ti pusi          bien lo querré complir;
pero si non podiero          yo al plazo venir,
el aver ante ti          lo querré aducir.

658 Sennor si por ventura          fuero yo alongado,
que non pueda venir          a término tajado,
porrélo ante ti          que me ás enfiado,
e tú comoquequiere          féslo a él pagado.

659 Reína de los cielos,          Madre del pan de trigo,
por que fo confondido          el mortal enemigo,
tú eres mi fianza,          esso misme te digo,
lo que é regunzado          al que tienes contigo.»

660 Quando el burgés ovo          fecha su oración,
e con el trufán ovo          puesta su condición,
aguissó su facienda          e toda su missión,
fo a tierras estrannas          a luenga regïón.

661 Fo a tierras estrannas,          a Flandes e a Francia,
con grandes mercaduras          e fizo grand ganancia;
con Dios e la Gloriosa          creció la su substancia,
pujó en grand riqueza          e en grand alavancia.

662 Con las grandes façiendas          que era façendado
e era de la tierra          ferament alongado,
non recudió al término          que ovo asentado,
por sus peccados graves          aviélo oblidado.

663 Cerca vinié el día          que avié a pagar,
más de un día solo          non avié a passar,
óvose el burgés          del pleit a remembrar,
queriése el bon omne          con sus manos matar.

664 Dizié: «Mal so fallido,          mesquino peccador,
por nada no li puedo          valer al fïador,
será por mí reptado          el mi redimidor,
e la su madre sancta,          la de Rocamador.

665 Sennor, tú lo entiendes          e sabes la verdat,
como só tan pesant          entre mi voluntat;
Sennor, dáme consejo          por la tu pïadat,
que non sea reptada          la tu grand magestat.»

666 Priso el aver todo          en un sacco atado,
non fallié de la suma          un pujés foradado;
levólo a la isla          en sus cuestas troxado,
echólo a las ondas          do non avié nul vado.

667 Tornó en Jesu Christo          con grand devocïón,
plorando gravemientre          fizo su oración:
«Sennor -disso- tú saves          toda esta razón,
ca tú eres fiança          de nuestra condición.

668 Sennor, quando no puedo          yo pagar al marquero,
ca nos yaçe en medio          mucho bravo sendero,
Sennor, que eres dicho          Salvador verdadero,
tú pon esta pecunia          cras en el su cellero.

669 Sennora glorïosa,          mienna Sancta María,
tú bien en medio yazes          en esta pleitesía;
quando bien la catares          tuya es más que mía,
a ti do la pecunia,          Sennora tú la guía.

670 Ambos, tú et tu Fijo          fuestes en el mercado,
ambos sodes fianzas          al trufán renegado;
sea la mercet vuestra          e sea cras pagado,
por mal siervo non sea          el buen Sennor reptado.

671 Yo a vos lo comiendo,          cuento que é pagado,
yo por quito me tengo          ca a vos lo é dado;
yo Madre a ti ruego,          tú ruega al Criado,
comoquiere, cras sea          el trufán entergado.»

672 Plogo a la Gloriosa,          al su Fijo querido,
otro día mannana,          el sol bien esclarido,
el bassel que levava          el aver encreído
nadava a la puerta          del trufán descreído.

673 La villa do fazié          el judío morada,
el que al burgés ovo          la pecunia prestada,
yazié como leemos          cerca la mar poblada,
las ondas ennos muros          batién a la vegada.

674 En essa matinada,          cerca de prima era,
los omnes del judío,          compannuela baldera,
issieron deportarse          fuera a la ribera,
vidieron est estui          nadar sobre la glera.

675 Fueron pora prenderlo          mancebiellos livianos,
éstos muchas de vezes          fazién ensayos vanos;
encogiése a entro,          fuyélis de las manos,
esto vidiénlo muchos,          judíos e christianos.

676 Vinieron al roído          christianos sabidores,
con grafios, con guizquios,          galeas valedores;
todo non valió nada          ca eran trufadores,
nunqua omnes vertieron          más valderos sudores.

677 Vino por aventura          el sennor verdadero,
vínoli a las manos          adiesso el tablero;
levólo a so cassa,          entro en so cellero,
de oro e de plata          fizo una grand rimero.

678 Quando el trufán ovo,          el aver recabdado,
el vaso en que vino          fo bien escodrinnado;
echólo so su lecho          riccament alleviado,
avién todos envidia          del trufán renegado.

679 El trufán alevoso,          natura cobdiciosa,
non metié el astroso          mientes en otra cosa;
tenié que su ventura          era maravillosa,
púsoli al burgés          nomne 'boca mintrosa'.

680 Reptávalo la aljama,          essa mala natura,
que perdió so aver          por su mala locura;
nunqua omne non fizo          tan loca fiadura,
que priso por fianza          una imagen dura.

681 Dessemos al judío,          goloso e logrero,
no lo saque Dios ende,          aguarde so cellero,
fablemos su vegada          del pleit del mercadero,
levémosli las nuevas          do ribó el tablero.

682 El burgés de Bizancio          vivié con grand pesar,
que non podió al plazo          al judío pagar;
non podié el bon omne          la cara alegrar,
ni lo podién por nada          sos omnes confortar.

683 Andido un gran tiempo,          ganó muchos dineros,
comprando e vendiendo          a ley de mercaderos;
quando su ora vio          dessó essos senderos,
tornó a su provincia          con otros companneros.

684 Fo por Constantinopla          semnado el roído,
el burgés don Valerio          como era venido;
plógoli al judío,          tóvose por guarido,
cuydó que doblarié          el aver acreído.

685 Fue luego a la casa,          ca savié do morava,
púsolo en porfazo          porque lo non pagaya;
díssoli el bon omne          que locura buscava,
ca nada no'l devié          de lo que demandava.

686 Díssoli el judío:          «Yo con derecho ando,
ca buenos testes tengo          de lo que te demando;
si dices que paguesti,          demuestra dó o quándo,
ca en cabo bien creo          que non iré cantando.

687 Fié en el tu Christo,          un grand galeador,
e en su madreziella          que fo poco mejor;
levaré tal derecho          qual prisi fiador,
qui más en vos crediere          tal prenda o peor.»

688 Díssoli el christiano:          «Dizes palabra loca,
buena Madre, buen Fijo,          áslis bergüenza poca;
nunqua en esti sieglo          tal mugier cubrió toca,
ni nació nunqua ninno          de tan donosa boca.

689 El aver que me disti,          bien seo segurado,
buenos testigos tengo,          bien te lo é pagado;
aún si de non dices,          fer't é mayor mercado,
díganlo las fianzas          que ovisti tomado.»

690 Fo el trufán alegre,          tóvose por guarido,
disso: «Judizio prendo,          non serás desmentido.»
Cuidó que la imagen          que non avié sentido,
non fablarié palabra          por que fuese vencido.

691 Fueron a la eglesia          estos ambos guerreros,
facer esta pesquisa          quál avié los dineros;
fueron tras ellos muchos          e muchos delanteros,
ver si avrién seso          de fablar los maderos.

692 Paráronse delante          al Ninno coronado,
el que tenié la Madre          dulzement abrazado;
díssoli el burgés:          «Sennor tan acabado,
departi esti pleito          ca só yo mal reptado.

693 De cómo yo lo fizi          tú eres sabidor,
si lo ovo o non          tú lo sabes, Sennor;
Sennor, fas tanta graçia          sobre mí peccador
que digas si lo ovo,          ca tú fust fiador.»

694 Fabló el crucifixo,          díxoli buen mandado:
«Miente, ca paga priso          en el día tajado;
el cesto en que vino          el aver bien contado,
so el so lecho misme          lo tiene condesado.»

695 Movióse el pueblo todo,          como estava plecho,
fuéronli a la casa,          fizieron grand derecho;
trovaron el escrinno          do yazié so el lecho,
fincó el trufán malo          confuso e maltrecho.

696 Si'l pesó o si'l plogo,          triste e desmedrido,
ovo del pleito todo          a venir connocido,
elli con sus compannas          fo luego convertido,
murió enna fe buena,          de la mala tollido.

697 Siempre en essi día          que cuntió esta cosa,
que fabló la imagen,          la su vertud preciosa,
fazien muy alta festa          con quirios e con prosa,
con grandes alegrías          a Dios e a la Gloriosa.

698 Los pueblos de la villa,          páuperes e potentes,
fazién grand alegría          todos con instrumentes;
adobavan convivios,          davan ad non habentes
sus carnes, sos pescados          salpresos e recentes.

699 Andavan las redomas          con el vino piment,
conduchos adobados          maravillosament;
qui prenderlo quisiese          non avrié falliment,
non trayén en su pleito          ningún escarniment.

700 Un rico arcidiano,          bien de tierras estrannas,
caeció esta festa          entre essas compannas;
vío grandes quirolas,          processiones tamannas
que nin udió nin vío          otras d'ésta calannas.

701 Preguntó esta festa          cómo fo levantada,
ca era grand fazienda,          noblement celebrada;
díssoli un latino          la raíz profundada
e sopiesse que ésta          era verdat provada.

702 Plógo'l al arcidiano,          tóvolo por grand cosa,
disso: «Laudetur Deus          e la Virgo gloriosa.»
Metiólo en escripto          la su mano cabosa,
déli Dios paraíso          e folganza sabrosa. (Amen.)



- XXIV -

La iglesia despojada


703 Aún otro miraclo          vos querría contar,
que fizo la Gloriosa,          non es de oblidar,
fuent perenal es Ella          de qui mana la mar,
que en sazón ninguna          non cessa de manar.

704 Bien creo que qui esti          miráculo oyere
no li querrá toller          la toca que cubriere,
ni li querrá por fuerça          toller lo que toviere,
membrarli deve esto          demientre que visquiere.

705 En el tiempo del Rey          de la buena ventura,
don Fernando por nomne,          sennor de Estremadura,
nieto del rey Alfonso,          cuerpo de grand mesura,
cuntió esti miraclo          de muy grand apostura.

706 Moviéronse ladrones          de parte de León,
de essa bispalía,          de essa regïón,
vinieron a Castiella          por su grand confusión,
guïólos el dïablo          que es un mal guïón.

707 El uno era lego          en duro punto nado,
el otro era clérigo          del bispo ordenado;
llegaron en Çohinos,          guïólos el Peccado,
el que guïó a Judas          fazer el mal mercado.

708 Defuera de la villa          en una rellanada,
sedié una eglesia          non mucho aredrada,
cerca de la eglesia          una ciella poblada,
morava en la ciella          una tocanegrada.

709 Barruntaron la cosa          estos ambos ladrones,
moviéronse de noche          con sennos açadones;
desquizaron las puertas,          buscaron los rencones,
bien entendién que era          la ciella sin varones.

710 Pobre era la freira          que mantenié la ciella,
avié magra sustancia,          assaz poca ropiella,
pero avié un panno,          era cosa boniella,
pora mugier de orden          cubierta apostiella.

711 Lo que fue en la ciella          fue todo abarrido,
malamient maneado,          en un saco metido;
assaz era el lego          omne de mal sentido,
mas de peor el clérigo          que más avié leído.

712 Quando lo de la ciella          todo fue embasado,
todo valdrié bien poco          de aver monedado,
asmaron los astrosos,          ministros del Peccado,
que yazié el pro todo          en la iglesia cerrado.

713 Fue con los azadones          la cerraja rancada,
desquizadas las puertas,          la eglesia robada,
de quanto que ý era          non remaneció nada:
fazién grand sacrilegio          por ganancia delgada.

714 Despojaron las sábanas          que cubrién el altar,
libros e vestimentas          con que solién cantar;
fue mal desvaratado          el precioso lugar
do solién pecadores          al Criador rogar.

715 Quando ovieron fecha          esta tan grant locura,
alçaron contra suso          amos la catadura;
de la Virgo gloriosa          vidieron la su figura
con su ninno en brazos,          la su dulz creatura.

716 Tenié en la cabeza          corona muy onrrada,
de suso una impla,          blanca e muy delgada,
a diestro e a siniestro          la tenié bien colgada,
asmaron de tollérgela          mas non ganaron nada.

717 Argudóse el clérigo          e fízose más osado,
ca en cosas de eglesia          él era más usado;
fue travar de la toca          el malaventurado,
ca con esso avrién          su pleito acabado.

718 Tóvose la Gloriosa          que era afontada,
que tan villanamientre          la avién despojada;
mostró que del servicio          non era muy pagada,
nunqua veyeron omnes          toca tan querellada.

719 Luego que de la toca          travó el malfadado,
pegóseli tan firme          en el punno cerrado
que con englut ninguno          no serié tan travado,
nin con clavo que fuesse          con martiello calcado.

720 Perdieron la memoria          ca bien lo merecieron,
el lego e el clérigo          tod el seso perdieron;
fueron pora la puerta,          fallar no la podieron,
andavan en radío          los que por mal nacieron.

721 De lo que avién priso          non se podién quitar,
ya lo querrién de grado,          si podiessen, dexar,
dexarlo ién de grado,          no lo querrién levar,
mas do era la puerta          no lo sabién asmar.

722 Andavan tanteando          de rencón en rencón,
como fazié Sisinnio          el celoso varón,
marido de Teôdora,          mugier de grand canción,
la que por Clemens papa          priso religïón,

723 Los locos malastrugos,          de Dios desemparados,
andavan como beudos,          todos descalavrados,
oras davan de rostros,          oras de los costados,
de ir en romería          estavan mal guisados.

724 La freyra con la pérdida          que avié recibida
issió como que pudo          ont yazié escondida;
metió voces e gritos,          fue luego acorrida,
la gente más liviana          adiesso fue venida.

725 Fueron luego venidos          grand turma de peones,
entraron en la eglesia,          trovaron los ladrones;
manentráronlos luego          como vinién fellones,
darlis grandes feridas          con muy grandes bastones.

726 Dávanlis grandes palos          e grandes carrelladas,
coces muchas sobejo          e muchas palancadas;
levavan por los cuerpos          tantas de las granadas
que todas las menudas          lis eran oblidadas.

727 Fiziéronlis dezir          toda la pleytesía,
de quál tierra vinieron          o por quál romería,
e cómo los avié          presos Sancta María,
por qué li avién fecha          ellos grand villanía.

728 Ante de los albores          fueron bien recabdados,
quando el sol isió          fallólos bien domados;
clamávanlis los omnes          traïdores provados,
que contra la Gloriosa          fueron tan denodados.

729 Luego las misas dichas          plegóse el concejo,
todos avién sabor          de ferlis mal trevejo;
sobre'l lego cativo          prisieron mal consejo:
alçáronlo de tierra          con un duro vencejo.

730 Un calonge devoto,          omne de sancta vida,
que tenié so amor          en Dios bien encendida,
quando vío la toca          con la mano cosida,
dizié que tal justicia          nunqua non fue oída.

731 Quiso el omne bono          de la toca travar,
en vez de la Gloriosa          el su velo besar,
mas al christiano bono          quísolo Dios onrrar:
despegóse la toca          adiesso del pulgar.

732 End a poccos de días,          Dios lo quiso guiar,
acaeció que vino          el bispo al logar;
aduxieron el clérigo          por gelo presentar,
veer si'l mandarié          o tener o soltar.

733 Adussieron el clérigo          las manos bien legadas,
los ombros bien sovados          de buenas palancadas,
dixiéronli las nuevas          de las sus trasnochadas,
cómo facié las cosas          que Dios avié vedadas.

734 Confessóse el misme          con la su misme boca,
toda su pleitesía,          su mantenencia loca;
como a la Gloriosa          despojaron la toca,
nunqua fizieron cosa          de ganancia tan poca.

735 Prísolo el obispo,          levólo a León,
manos atrás atadas          a leï de ladrón;
quantos que lo vedién          e sabién la razón
dizién «¡Dios lo confonda          atan loco varón!».

736 Non se trovo el bispo          livrar la pleytesía,
demandó al concilio,          toda la clerecía;
quando fueron plegados          al asignado día,
presentólis el clérigo,          díssolis su follía.

737 Demandólis consejo:          ¿qué li debién fazer?
No li sopo ninguno          a ello responder;
sabié bien el obispo          derecho conocer,
quísolo por su boca          al clérigo vencer.

738 Dísso'l el bispo: «Clérigo,          ¿tú feziste tal mal
o qual todos te fazen          otórgaste por tal?»
«Sennor -disso el clérigo-          mi padre spirital,
contra la mi maleza          nunqua fallé egual.

739 Quanto de mí te dizen,          todo es grand verdat,
non te dizen el diezmo          de la mi malveztat;
sennor, por Dios te sea          e por la caridat,
non cates a mi mérito          mas cata tu bondat».

740 «Amigos -diz el bispo-          esto es aguisado,
non es nuestro el clérigo,          nin de nuestro bispado;
por nos non es derecho          que sea condenado:
júdguelo su obispo          su mercet, su peccado.

741 Por del obispo de Avila          se es él aclamado,
clámase por su clérigo          e de su obispado;
judgar ageno clérigo          por leï es vedado,
podría yo por ello          después seer reptado.

742 Mas pongo tal sentencia          que sea acotado,
que si trovado fuere          en todo est bispado,
sea luego pendudo,          en un árbol colgado;
el qui lo perdonare          sea descomulgado.»

743 Nunqua más lo veyeron          desque lo envïaron,
en todo el bispado          nunqua lo testiguaron;
el miráculo nuevo          fuertment lo recabdaron,
con los otros miraclos          en libro lo echaron.

744 Tú, Madre Glorïosa,          siempre seas laudada,
que saves a los malos          dar mala sorrostrada;
sabes onrrar los buenos          como bien ensennada,
Madre de gracia plena          por ent eres clamada.

745 Los malos que vinieron          afontar la tu ciella,
bien los tovisti presos          dentro en tu capiella;
al bon omne que quiso          vesar la tu toquiella,
bien suelta gela disti,          como diz la cartiella.

746 Sennora benedicta,          reína acabada,
por mano del tu fijo          don Christo coronada,
líbranos del dïablo,          de la su çancajada,
que tiene a las almas          siempre mala celada.

747 Tú nos guía, Sennora,          enna derecha vida,
tú nos gana en cabo          fin buena e complida,
guárdanos de mal colpe          e de mala caída,
que las almas en cabo          ayan buena essida. (Amen.)


- XXV -

De cómo Teófilo fizo carta con el diablo de su ánima et después fue convertido e salvo


748 Del pleito de Teófilo          vos querría fablar,
tan precioso miraclo          non es de oblidar,
ca en esso podremos          entender e asmar
que vale la Gloriosa          qui la sabe rogar.

749 Non querré, si podiero,          la razón alongar
ca vos avriédes tedio,          yo podría peccar;
de la oración breve          se suele Dios pagar,
a nos éssa nos desse          el Criador usar.

750 Era un omne bono          de granada fazienda,
avié nomne Teófilo          como diz la leyenda,
omne era pacífico,          non amava contienda,
bien sabié a sus carnes          tenerlas so su rienda.

751 En el logar do era          contenié grand bailía,
de su sennor el bispo          tenié la vicaría;
de los de la eglesia          avié la mejoría,
fuera que el obispo          avié la nomnadía.

752 Era en sí misme          de buena contenencia,
sabié aver con todos          paz e grand abenencia;
omne era temprado,          de buena conocencia,
era muy bien condido          de sen e de cïencia.

753 Vistié a los desnudos,          apacié los famnientos,
acogié los romeos          que vinién fridolientos;
dava a los errados          buenos castigamientos,
que se penitenciassen          de todos fallimientos.

754 Non avié el obispo          embargo nin lazerio,
fuera cantar su misa          e rezar so salterio;
elli lo escusava          de todo ministerio,
contar las sus bondades          serié grand reguncerio.

755 Amávalo el bispo          mucho de grand manera,
porque lo escusava          de toda facendera;
los pueblos e las gentes          aviénlo por lumnera,
que él era de todos          cabdiello e carrera.

756 Quando vino el término          que ovo de finar,
non podió el obispo          el punto traspassar;
enfermó e murió,          fo con Dios a folgar:
déli Dios paraíso,          si se quiere rogar.

757 Los pueblos de la tierra,          toda la clerecía,
todos diçién: «Teófilo          aya la bispalía,
entendemos que yaze          en él la mejoría,
él conviene que aya          la adelantadía.»

758 Embïaron sos cartas          al metropolitano
por Dios que de Teófilo          non mudasse la mano;
ca esso tenién todos          por consejo más sano,
lo ál serié ivierno,          esto serié verano.

759 Embïaron por elli          los del arzobispado,
dissiéronli: «Teófilo,          prendi esti bispado,
ca todo el cabillo          en ti es otorgado,
e de todos los pueblos          eres tú postulado.»

760 Recudiólis Teófilo          con grand simplicidat:
«Sennores, mudat mano          por Dios e caridat,
ca non só yo tan digno          pora tal dignidat,
en fer tal electïón          serié gran ceguedat.»

761 Disso el arzobispo:          «Quiero que vos fabledes,
esta electïón          quiero que la tomedes.»
Díssoli don Teófilo:          «Tanto non contendredes
que a todo mi grado          a ello me levedes.»

762 Los de la canongía,          si lis plogo o non,
ovieron a facer          otra electïón;
el bispo que pusieron          enna ordinación
metió otro vicario          enna ministración.

763 Corrién los pleitos todos          al vicario novel,
serviénlo a Teófilo          mas plus servién a él;
cogió zelo Teófilo,          cempelló el donzel,
cambióse en Caín          el que fuera Avel.

764 En casa del obispo          non era tan privado,
como solié seer          con el otro passado;
fo en so voluntat          fierament conturbado,
aviélo la envidia          de su siesto sacado.

765 Teniése por maltrecho          e por ocasionado,
de grandes e de chicos          vediése desdennado;
cegó con grand despecho          e fo mal trastornado,
asmó fiera locura,          yerro grand desguisado.

766 Do morava Teófilo,          en essa bispalía,
avié y un judío          en essa judería;
sabié él cosa mala,          toda alevosía,
ca con la uestantigua          avié su cofradría.

767 Era el trufán falsso          pleno de malos vicios,
savié encantamientos          e muchos maleficios;
fazié el malo cercos          e otros artificios,
Belzebud lo guïava          en todos sus oficios.

768 En dar consejos malos          era muy sabidor,
matava muchas almas          el falsso traïdor;
como era basallo          de muy mal sennor
si él mal lo mandava          él faziélo peor.

769 Cuidávanse los omnes          que con seso quebrava,
non entendién que todo          Satanás lo guïava;
quando por aventura          en algo acertava,
por poco la gent loca          que no lo adorava.

770 Aviélo el dïablo          puesto en grand logar,
todos a él vinién          consejo demandar;
lo que lis él dizié,          faziégelo provar,
sabié de mala guisa          los omnes engannar.

771 Teniénlo por profeta          todos, chicos e grandes,
todos corrién a elli          como puercos a landes;
los que enfermos eran          levávanlos en andes,
todos dizién: «Faremos          quequier que tú nos mandes.»

772 Teófilo mesquino,          de Dios desamparado,
venciólo so lucura          e mueda del Peccado;
fo demandar consejo          al trufán dïablado,
cómo podrié tornar          al antigo estado.

773 Díssoli el judío:          «Si creerme quisieres,
rehez puedes tornar          en esso que tú quieres;
non ayas nulla dubda,          si tú firme sovieres
todo es recabdado,          si non te repindieres.»

774 Recudióli Teófilo          como embellinnado:
«Por esso vin a ti          por seguir tu mandado.»
Díssoli el judío:          «Seï asegurado,
cuenta que el tu pleito          todo es recabdado.

775 Ve folgar a tu lecho,          torna a tu posada,
cras al suenno primero,          la gente aquedada,
fúrtate de tus omnes,          de toda tu mesnada,
ven tastar a la puerta          e non fagas ál nada.»

776 Fo con esto Teófilo          alegre e pagado,
tovo todo so pleito          que era bien parado;
tornó a su posada          durament engannado,
mucho más li valiera          si se fuesse quedado.

777 Luego la otra nochi,          la gente aquedada,
furtóse de sus omnes,          issió de su posada;
fo tastar a la puerta,          ca sabié la entrada,
el trufán sovo presto,          abrióli sin soldada.

778 Prísolo por la mano,          la nochi bien mediada,
sacólo de la villa          a una cruzejada;
dísso'l: «Non te sanctigues          nin te temas de nada,
ca toda tu fazienda          será cras mejorada.»

779 Vío a poca de ora          venir muy grandes yentes
con ciriales en manos          e con cirios ardientes,
con su reï en medio,          feos, ca non luzientes:
¡Ya querrié don Teófilo          seer con sus parientes!

780 Prísolo por la mano          el trufán traïdor,
levólo a la tienda          do sedié el sennor;
recibiólo el rei          asaz a grand onor,
sí fizieron los prínçipes          que'l sedién derredor.

781 Dísso'l luego el rei          «Don fulán, ¿qué buscades?
¿Qué present me traedes?          Quiero que lo digades,
o ¿qué omne es ésti          que vos me presentades?
Saberlo quiero luego          -esto bien lo creades.»

782 Díssoli el judío:          «Sennor, rey coronado,
ésti solié seer          vicario del bispado,
queriénlo todos mucho,          era omne onrrado,
tolliéronlo agora,          ond es menoscavado.

783 Por esso es venido          a tos pies caer,
que li fagas cobrar          lo que solié aver;
él fágate servicio          a todo so poder,
avrás en él bassallo          bueno a mi creer.»

784 Díssoli el dïablo:          «Non serié buen derecho
a bassallo ageno          yo buscar tal provecho;
mas deniegue a Christo          que nos faz muy despecho,
facerli é que torne          en todo so bienfecho.

785 Deniegue al so Christo          e a Sancta María,
fágame carta firme          a mi placentería;
ponga ý su seyello          a la postremería,
tornará en su grado          con muy grand mejoría.»

786 Teófilo con gana          de en precio sobir,
al placer del dïablo          ovo a consintir;
fizo con él su carta          e fízola guarnir
de su seyello misme          que no'l podié mentir.

787 Partióse d'él con esto,          tornó a su posada,
cerca era de gallos          quando fizo tornada;
no la entendió nadi          esta so cavalgada
fuera Dios a qual sólo          non se encubre nada.

788 Pero perdió la sombra,          siempre fo desombrado,
perdió la color buena,          fincó descolorado;
pero Dios se lo quiso,          non por poder del Peccado,
tornó el malastrugo          en todo su estado.

789 Tornó el fementido          en todo so estado,
connocióse el bispo          que avié mal errado,
que de la vicaría          lo avié demudado,
«Sennor -disso Teófilo-          séavos perdonado».

790 Si ante fo Teófilo          bien quisto e amado
fo depués más servido          e mucho más preciado;
Dios sennero lo sabe,          que es bien decorado,
si li vinié por Dios          o si por el Peccado.

791 Visco algunos días          en esta bienandança,
aviendo con el bispo          amor e grand privança,
recibiendo del pueblo          mucha buena pitança,
mas en cabo firiólo          Christo con la su lança.

792 Estando est vicario          en esta vicaría,
cogió muy gran jactancia          e grand vallitanía;
concibió vanagloria          e grand eufanía
entendiéngelo todos          que trayé loçanía.

793 El Sennor que non quiere          muerte de peccadores
mas que salven las almas,          emienden los errores,
tornó en est enfermo          de mortales dolores,
que era decebido          de malos traïdores.

794 Los vienes que fiziera          ennos tiempos trocidos,
el buen Sennor non quiso          que li fuessen perdidos;
reviscló los sus sesos          que yazién amortidos,
abrió luego los ojos          que tenié adormidos.

795 Respiró un poquiello,          tornó en so sentido,
comidió su fazienda,          víose mal tannido;
comidió más adentro          qué avié prometido,
allí cadió Teófilo          en tierra amortido.

796 Disso entre sí misme:          «Mesquino, malfadado,
del otero que sovi          ¿quí me ha derribado?
La alma é perdida,          el cuerpo despreciado,
el bien que é perdido          no lo veré cobrado.

797 Mesquino peccador,          non veo do ribar,
non trovaré qui quiera          por mí a Dios rogar;
morré como qui yaze          en medio de la mar,
que non vede terrenno          do pueda escapar.

798 Mesquino ¡aï mí!          Nasqui en ora dura,
matéme con mis manos,          matóme mi locura;
aviéme assentado          Dios en buena mesura:
agora é perdida          toda buena ventura.

799 Mesquino, porque quiera          tornar enna Gloriosa,
que diz la escriptura          que es tan pïadosa,
non me querrá oír          ca es de mi sannosa,
porque la denegué,          fiz tan esquiva cosa.

800 Non ovo mayor culpa          Judás el traïdor
que por poccos dineros          vendió a su sennor;
yo pequé sobre todos,          mesquino peccador,
que por mí non será          ninguno rogador.

801 So perdido con Dios          e con Sancta María,
perdido con los sanctos          por mi alebosía;
corté todas las cimas          do los piedes tenía,
si nacido non fuesse          mucho mejor avría.

802 El día del judizio,          yo, falsso traïdor,
¿con quál cara verré          ant el nuestro Sennor?
De mí fablarán todos,          mesquino peccador,
non verrá a la junta          de mí otro peor.

803 Vidi en ora mala          aquella vicaría,
escuché al dïablo,          busqué mi negro día;
matóme el trufán,          él de la judería,
que mató otros muchos          con mala maestría.

804 Yo non avía mengua          nin andava mendigo,
todos me fazién onrra          e plaziélis comigo;
mas fui demandar          mejor de pan de trigo,
yo busqué mi cuchiello:          fui mi enemigo.

805 Avía qué vistir,          avía qué calzar,
avía pora mí,          avía pora dar;
fui pora mercado          día negro buscar,
devríame yo misme          con mis manos matar.

806 Bien sé que d'esta fiebre          non podré terminar,
non á menge nin físico          que me pueda prestar
si non Sancta María,          estrella de la mar,
mas ¿quí será osado          que la vaya rogar?

807 Yo mesquino fediondo          que fiedo más que can,
can que yace podrido,          non él que come pan,
non me querrá oír,          esto sélo de plan,
ca fui contra ella          torpe e muy villán.

808 Que a los sanctos quiera          meter por rogadores,
como del mi mal pleito          todos son sabidores,
sannosos me son mártires,          todos los confesores,
mucho más los apóstolos          que son mucho mayores.

809 Non quiero por los piedes          la cabeza desar,
a la Madre gloriosa          me quiero acostar;
cadré a los sos piedes          delante so altar,
atendiendo su gracia,          allí quiero finar.

810 Allí terré ieiunios,          faré aflictïones,
ploraré de los ojos,          rezaré oraciones,
martiriaré las carnes,          cevo de vervenzones,
ca metrá en mí mientes          en algunas sazones.

811 Maguer la denegué          como loco sendío,
que fui engannado          por un falso judío,
firmemientre lo creo,          enna su mercet fío,
que d'Ella nació Christus          que fue Salvador mío.

812 Que vaya al su tiemplo          cras de buena mannana,
venir'm á lo que veno          a la egiptïana,
que priso grand porfazo          como mala villana,
fasta que la Gloriosa          li fo entremediana.

813 Aunque me lo sufra          Dios por su pïadat,
que pueda entrar entro          veer la magestat,
verrá rayo o fuego          o otra tempestat,
fará danno a muchos          por la mi malveztat.

814 Aunque todo esto          me quiera Dios sofrir,
que me dexe en paz          mi rencura dezir,
en quál razón empieze          non puedo comedir,
nin asmo cómo pueda          la mi boca abrir.»

815 Desemparó su casa          e quanto que avié,
non disso a ninguno          lo que facer querié;
fue pora la eglesia          del logar do seyé,
plorando de los ojos          quanto más se podié.

816 Echóseli a piedes          a la Sancta Reína,
que es de peccadores          consejo e madrina:
«Sennora -disso- valas          a la alma mesquina,
a la tu merced vengo          buscarli medicina.

817 Sennora, só perdudo          e só desemparado,
fiz mal encartamiento          e só mal engannado,
dí non sé por quál guisa          la alma al Peccado,
agora lo entiendo          que fizi mal mercado.

818 Sennora benedicta,          reína coronada,
que siempre fazes preces          por la gent desbïada,
non vaya repoyado          yo de la tu posada,
si non dizrán algunos          que ya non puedes nada.

819 Sennora, tú que eres          puerta de paraísso,
en qui el Rey de Gloria          tantas bondades miso,
torna en mí, Sennora,          el to precioso viso,
ca so sobeja guisa          del mercado repiso.

820 Torna contra mí, Madre,          la tu cara preciosa,
fáceslo con derecho          si me eres sannosa;
non vaya más a mal          que es ida la cosa,
torna sobre Teófilo,          Reína glorïosa.»

821 Quarenta días sobo          en esta contención,
sufrié días e noches          fiera tribulación;
de ál no li membrava          si d'esto sólo non:
clamar a la Gloriosa          de firme corazón.

822 Plógo'l al Rey del Cielo          al quarenteno día,
contendiendo Teófilo          en su tesurería,
apareció'l de noche          Sancta Virgo María,
díssoli fuertes bierbos          com qui con fellonía.

823 Díssoli: «¿En qué andas,          omne de auze dura?
Sobre yelo escribes,          contiendes en locura;
harta só de tu pleito,          dasme grand amargura,
eres muy porfidioso,          enojas sin mesura.

824 Fazes peticïones          locas e sin color,
a nos ás denegados,          busquest otro sennor;
don renegado malo,          de Judas muy peor,
non sé por ti quí quiera          rogar al Criador.

825 Yo vergüenza avría          al mi Fijo rogar,
non sería osada          la razón empezar:
el que tú deneguesti          e busquesti pesar,
non nos querrá oír          nin a ti perdonar.»

826 «Madre -disso Teófilo-          por Dios e caridat,
non cates al mi mérito,          cata a tu bondat;
de quanto que tú dizes,          todo dizes verdat,
ca só suzio e falso,          pleno de malveztat.

827 Repiso só, Sennora,          válame penitencia,
éssa salva las almas,          tal es nuestra creencia,
éssa salvó a Peidro          que fizo grand fallencia,
e lavó a Longino          de muy grand vïolencia.

828 La sancta Magdalena,          de Lázaro ermana,
peccadriz sin mesura,          ca fue muger liviana,
esso misme te digo          de la egipcïana,
éssa sanó a ambas,          la que todo mal sana.

829 Davit a colpe fizo          tres peccados mortales,
todos feos e sucios          e todos principales;
fizo su penitencia          con gémitos corales,
perdonóli el Padre          de los penitenciales.

830 Pueblos de Ninivé          que eran condenados
fizieron penitencia,          plorando sus peccados;
los fallimentes todos          fuéronlis perdonados,
muchos serién destructos          que fueron escusados.

831 Esta razón, Sennora,          tuya es de veer,
faziendo penitencia          si me deve valer;
Madre, si tú quisiesses          e fuesse tu plaçer,
en mí esti judizio          non devié perecer.»

832 Calló elli con tanto,          fabló Sancta María,
disso: «Traes, Teófilo,          rebuelta pleitesía;
bien lieve la mi fonta,          bien la perdonaría,
mas a lo de mi Fijo          bien non me trevería.

833 Maguer que me neguesti,          fezisti sucio fecho,
quiérote consejar          de consejo derecho:
torna en el mi Fijo,          ca te tiene despecho,
ca se tiene de ti          que fue muy maltrecho.

834 Ruégalo bien de firme          con muy grant femencia,
deniega al dïablo,          confirma tu creencia;
mucho es pïadoso          e de grand conocencia,
él mata, él vivifica          ca es de tal potencia.»

835 «Madre -disso Teófilo-          siempre seas laudada,
Pascua fue e grand día          quando tú fuisti nada;
mucho es la mi alma          con esto confortada,
trae la tu palavra          melezina provada.

836 Yo no lo osaría          al tu Fijo rogar,
por mi ventura mala          busquéli grand pesar;
pero fío en Elli          como devo fiar,
e quiero mi creencia          a ti la demostrar.

837 Creo que un Dios es          e que es Trinidat,
Trinidat en personas,          una la deïdat;
non á ennas personas          nulla diversidat,
Padre, Fijo e Spíritu,          uno son de verdat.

838 Creo de Jesu Christo          enna encarnación,
que nació de ti, Madre,          por nuestra redención;
predicó el Evangelio,          dessent priso passión,
en el día tercero          fizo resurectión.

839 Creo bien firmemientre          la su ascensïón,
que envïó la gracia,          la de consolación;
creo la postremera          regeneracïón
quando buenos e malos          prendan el gualardón.

840 Madre, todo lo creo,          só ende bien certano,
quanto que Christo manda          creer a su christiano;
mas só en grand vergüenza,          en miedo sovejano,
ca fui, mi Sennora,          contra Él muy villano.

841 A mal omne e suçio          e mal testimoniado,
non me querrá oír,          ca non es aguisado;
Madre, tanto lo temo,          iría repoyado,
fincarié nuestro pleito          mucho empeorado.

842 Si bien á de seer          o me quieres prestar,
tú ás en esti pleito,          Madre, a travajar;
otro procurador          non me mandes buscar,
ca porque lo buscasse          no lo podría trovar.

843 Tú eres pora todo          ¡grado al Criador!
por rogar al tu Fijo,          tu Padre, tu Sennor;
quequiere que tú mandes          e ovieres sabor,
todo lo fará Elli          de muy buen amor.

844 Lo que nunqua fezist          en otro peccador,
non sea en Teófilo,          por el Nuestro Sennor;
tórname en la gracia          de la tu sancta flor,
la Flor que tú pariste          sin tacha, sin dolor.

845 Sennora benedicta,          Reína principal,
aún en tu osança          quiérote dezir ál;
si non cobro la carta          que fici por mi mal,
contaré que non só          quito del mal dogal.»

846 Disso Sancta María:          «Don suçio, don maliello,
la carta que fecisti          el tu mal cabdiello,
e dessent la seelleste          de tu proprio seyello,
en el infierno yaze          en chico reconciello.

847 Non querrié el mi Fijo          por la tu pleitesía
descender al infierno,          prender tal romería,
ca es logar fediondo,          fedionda confradría,
sólo en sometérgelo          serié grand osadía.»

848 «Sennora benedicta          entre todas mugieres,
bien lo querrá tu Fijo          lo que tú bien quisieres;
todo te lo dará          lo que tú bien pidieres,
a mí verná la carta          si tú savor ovieres.

849 Doquiere que la tenga          el dïablo metida,
sólo que Él lo quiera,          luego será rendida;
Sennora, que de todos          eres salut e vida,
non puedo más rogarte          nin sé más qué te pida.»

850 Disso'l Sancta María          buen confuerto provado:
«Finca en paz, Teófilo,          véote bien lazrado;
iré yo si pudiero          recabdar el mandado,
¡Dios lo mande que sea          aína recabdado!»

851 La Madre benedicta,          esta razón tractada,
tollióseli delante,          non pudió veer nada;
pero la voluntat          teniéla confortada,
ca es el solaz suyo          melezina provada.

852 Si ante fue Teófilo          de grand devocïón,
mucho fue depués ende          de mayor compunción;
tres días e tres noches          sovo en oración,
nin comió nin bebió          nin exió de lectión.

853 Semejavan sus ojos          dos fuentes perennales,
ferié con su cabeça          en los duros cantales;
sus punnos en sus pechos          davan colpes capdales,
dizié: «¡Válasme, Madre,          como a otros vales!

854 Válasme, Madre Sancta,          óï los mis clamores,
que fazes cosas tales          e otras más mayores;
tú sabes la mi cuita,          entiendes mis dolores,
non me oblides, Madre,          solaz de peccadores.»

855 Mucho lazró Teófilo          en esti tridüano,
yaziendo en la tierra          orando muy cutiano;
nunqua en tantos días          lazró más nul christiano,
en cabo su lazerio          non li cayó en vano.

856 La Reína de Gloria,          Madre Sancta María,
visitólo de cabo          en el tercero día;
adússoli saludes,          nuevas de alegría,
quales querrié tod omne          que yaz en fermería.

857 «Sepas -disso-,Teófilo,          que las tus oraciones,
los tus gémitos grandes,          las tus afflictïones,
levadas son al cielo          con grandes processiones,
leváronlas los ángeles          cantando dulzes sones.

858 Es de la tu fazienda          el mi Fijo pagado,
el tuerto que fizisti          áslo bien emendado;
si bien perseverares          como ás empezado,
tu pleito es bien puesto,          e muy bien recabdado.

859 Yo fablé en tu pleito          de toda voluntat,
finqué los mis enojos          ante la magestat;
áte Dios perdonado,          fecha grand caridat,
conviene tú que seas          firme en tu bondat.»

860 «Madre -disso Teófilo-          de Dios, Nuestro Sennor,
por ti me viene esto,          bien só ent sabidor;
quitas de mal judizio          un alma pecador,
que yazrié en infierno          con Judas el traidor.

861 Pero con todo esto          que tú ás recabdado,
aún non me seguro          nin seo bien pagado,
hasta vea la carta          e cobre el dictado,
la que fiz quando ovi          al tu Fijo negado.

862 Madre, si yo oviesse          la cartiella cobrada,
e dentro en un fuego          la vidiesse quemada,
siquier luego muriesse          yo non daría nada,
ca mal está mi alma,          Sennora, enredada.

863 Madre, bien sé que eres          d'est pleito enojada,
mas si tú me falleces          non me tengo a nada;
Sennora, tú que esta          cosa ás empeçada,
fázme render la carta,          será bien recabdada.»

864 «Non fincará por eso          -disso la Glorïosa-
non finque por tan poco          empeçada la cosa.»
Tollióseli delante          la Reína preciosa,
fue buscar esta carta          de guisa presurosa.

865 Alegróse Teófilo          que yazié quebrantado,
non era maravella          ca yazié muy lazrado;
tornó en su estudio,          el que avié usado,
nunqua fue en est sieglo          confesor más penado.

866 Tornó en su estudio,          en fer su penitencia,
en comer, en bever          tener grand abstenencia;
tenié enna Gloriosa          toda la su creencia,
que li darié por Ella          Dios la su bienquerencia.

867 En la noche tercera          yazié él adormido,
ca sufrié grand martirio,          avié poco sentido;
vínoli la Gloriosa          con recabdo complido,
con su carta en mano,          queda e sin roído.

868 La esposa de Christo,          ponçella e parida,
echógela de suso,          dióli una ferida;
recudió don Teófilo,          tornó de muert a vida,
trovó en su regaço          la carta malmetida.

869 Con esto fue Teófilo          alegre e loçano,
que veyé la cartiella          tornada en su mano;
allí tovo que era          de la fiebre bien sano,
apretó bien la carta,          cumplió su tridüano.

870 El confessor Teófilo          ovo grand alegría,
quando tovo la carta          en su podestadía;
rendió gracias a Christo          e a Sancta María,
ca Ella adovara          toda su pleitesía.

871 Dizié: «Sennora buena,          siempre seas laudada,
siempre seas bendicha,          siempre glorificada;
pora los peccadores          eres buena provada,
qual nunqua nació otra          tan dulz nin tan uviada.

872 Siempre seas bendicha,          el tu Fructo laudado,
sancto es el tu nomne,          más el suyo medrado;
tú me saquesti, Madre,          del pozo dïablado,
do siempre sine fine          yazría enfogado.

873 Sennora benedicta,          Madre Sancta María,
quánto te lo gradesco          dezir no lo podría;
Madre, tú me da seso,          saber e connocía
por ond laudarte pueda,          ca mucho lo querría.

874 Reína poderosa          de los fechos onrrados,
que siempre te travajas          en salvar los errados,
tú me gana, Sennora,          perdón de los peccados,
que laude dignamientre          los tus bienes granados.

875 Madre del Rey de Gloria,          por la tu pïadat,
alimpia los mis labros          e la mi voluntat,
que pueda dignamientre          laudar la tu bondat,
ca ás sobre mí fecha          sobra grand caridat.»

876 Otro día mannana          que cuntió esta cosa,
que adusso la carta          la Madre glorïosa,
era día domingo,          una feria sabrosa,
en qui la gent christiana          toda anda gradosa.

877 Vino el pueblo todo          a la misa oír,
prender pan bendicto          la agua recebir;
queriéla el obispo          de la villa dezir,
querié el omne bono          so ofizio complir.

878 El confesor Teófilo,          un lazrado christiano,
fue pora la eglesia          con su carta en mano;
posóse a los piedes          del buen missacantano,
confessó su proceso          tardío e temprano.

879 Fizo su confessión          pura e verdadera,
cómo fizo su vida          de la edat primera,
desend cómo envidia          lo sacó de carrera,
que lo fizo cegar          de estranna manera.

880 Cómo fue al judío,          un trufán renegado,
cómo li dio consejo          suzio e desguisado,
cómo con el dïablo          ovo pleito tajado
e cómo fue por carta          el pleito confirmado.

881 Cómo por la Gloriosa          cobró aquel dictado,
el que con su seyello          oviera seellado;
non dessó de dezir          menudo nin granado,
que no lo disso todo          por qué avié pasado.

882 Demostróli la carta          que en punno tenié,
en que toda la fuerça          del mal pleito yazié;
sanctigóse el bispo          que tal cosa veyé,
tanto era grand cosa          que abés lo creyé.

883 «Ite missa est» dicha,          la missa acabada,
era toda la gent          por irse saborgada,
fizo signo el bispo          con su mano sagrada,
fincó la gent toda          como seyé posada.

884 «Oíd -dixo- varones          una fiera azanna,
nunqua en est sieglo          la oyestes tamanna;
veredes el dïablo          que trae mala manna,
los que non se li guardan,          tan mal que los enganna.

885 Esti nuestro canónigo          e nuestro compannero,
moviólo su locura,          un falso consejero,
fue buscar al dïablo          sabidor e artero,
por cobrar un officio          que toviera primero.

886 Sópolo engannar          el falso traïdor,
díssoli que negasse          a Christo su Sennor
e a Sancta María          que fue buena seror
e tornar lo yé luego          en toda su onor.

887 Otorgógelo esti          mesquino peccador,
fizo con él su carta,          esto fue lo peor;
con su seyello misme          robró essa lavor,
de tal amigo guárdenos          Dios Nuestro Sennor.

888 Dios que siempre desea          salut de peccadores,
que por salvar a nos          sufrió grandes dolores,
non quisso que granassen          esas tales lavores,
ca eran barvechadas          de malos lavradores.

889 Si la Virgo gloriosa          no'l oviesse valido,
era el azedoso          fieramientre torcido;
mas la su sancta gracia          á lo ya acorrido,
á cobrada la carta,          si non, fuera perdido.

890 Yo la tengo en punno,          podédesla veer,
esto non yaze en dubda,          devédeslo creer,
onde debemos todos          a Dios gracias render
e a la Sancta Virgo          que li dennó valer.»

891 Rendieron todos gracias,          mugieres e varones,
fizieron grandes laudes          e grandes processiones,
plorando de los ojos,          diziendo oraciones
a la Madre gloriosa,          buena todas sazones.

892 El «Te Deüm laudamus»          fue altament cantado,
«Tibi laus, tibi gloria»          fue bien reïterado;
dizién «Salve Regina»,          cantávanla de grado
e otros cantos dulzes          de son e de dictado.

893 Desent mandó el bispo          fazer muy grand foguera,
veyéndolo el pueblo          que en la eglesia era;
echó aquesta carta          dentro en la calera,
ardió, tornó cenisa          pargamino e cera.

894 Desque el pueblo ovo          tenido su clamor,
la carta fo quemada,          ¡gracias al Criador!
Reçibió Corpus Dómini          el sancto confessor,
veyéndolo el pueblo          que seyé derredor.

895 Adiesso que Teófilo,          un cuerpo martiriado,
reçibió Corpus Dómini          e fue bien confessado,
fue a ojo del pueblo          de claridat cercado,
un resplendor tan fiero          que non serié asmado.

896 Fue el pueblo certero          que era omne santo,
e era de grand mérito          por qui fazié Dios tanto,
e Dios que lo cubrié          de tan precioso manto
e prendió el dïablo          en ello grand quebranto.

897 Reluzié la su cara,          tales rayos echava,
com la de Moïsés          quando la ley portava,
o como San Andrés          quando en la cruz estava;
el Criador en esto          pocca onrra no'l dava.

898 Quanto esto veyeron          los pueblos e las yentes,
que ixién de su cara          tales rayos luzientes,
cantaron otras laudes,          otros cantos rezientes,
en laudar la Gloriosa          todos eran ardientes.

899 Aturó bien Teófilo          en su contemplaçión,
no'l movió vanagloria          nin cogió elación;
tornó a la eglesia          do vío la visïón,
nunqua fue más devoto          en ninguna sazón.

900 Entendió el bon omne,          Dios lo fizo certero,
que li vinié bien cerca          el día postremero;
partió quanto avié,          no li fincó dinero,
diólo todo a pobres,          fizo buen semencero.

901 Pidió culpa a todos          los de la vezindat,
perdonáronli todos          de buena voluntat;
besó mano al bispo,          fizo grand onestat,
finó al terçer día,          fizo'l Dios pïadat.

902 Tres días solos visco          desque fue comulgado,
desque el cartelario          fue cenisa tornado;
murió enna eglesia          do fuera visitado,
fue en est logar misme          el cuerpo soterrado.

903 Assín finó Teófilo,          el bienaventurado,
el yerro que fiziera,          Dios sea ent laudado,
bien lo emendó todo,          fizo a Dios pagado,
valiéndo'l la Gloriosa,          la que aya buen grado.

904 Sennores, tal miraclo          qual avemos oído,
non debemos por nada          echarlo en oblido,
si non, seremos todos          omnes de mal sentido,
que non avemos seso          natural nin complido.

905 Assí lo diz Sant Paulo,          el buen predicador,
que fue leal vasallo          de Dios, Nuestro Sennor,
que todas las leyendas          que son del Criador,
todas salut predigan          del omne peccador.

906 Nos en esto podemos          entender e asmar
quánto val penitencia          a qui la save guardar;
si non fuesse por ella,          podédeslo jurar,
que fuera don Teófilo          ido a mal logar.

907 Si la Madre gloriosa,          que li dennó valer,
éssa no'l entendiesse,          no lo vernié veer;
mas qui a mí quisiere          escuchar e creer,
viva en penitencia,          puede salvo seer.

908 Amigos, si quisiésedes          vuestras almas salvar,
si vos el mi consejo          quisiéredes tomar,
fech confessión vera          non querades tardar,
e prendet penitencia,          pensátla de guardar.

909 Quiéralo Jesu Christo          e la Virgo gloriosa,
sin la qual non se faze          ninguna buena cosa,
que assí mantengamos          esta vida lazrosa,
que ganemos la otra          durable e lumnosa. (Amen.)

910 La Madre glorïosa,          de los çielos Reína,
la que fue a Teófilo          tan prestable madrina,
Ella nos sea guarda          en esta luz mezquina
que caer non podamos          en la mala rüína. (Amen.)

911 Madre del tu Golzalvo          seï remembrador
que de los tos miraclos          fue enterpretador;
tú fes por él, Sennora,          prezes al Criador,
ca el tu privilegio          vale a peccador,
tú li gana la gracia          de Dios, Nuestro Sennor. (Amen.)










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