domingo, 5 de junio de 2016

RENÉ GOLDMAN -DIONISIO TRUJILLO- [18.833]


René Goldman

(Puerto Rico, 1912-1985) Su verdadero nombre era Dionisio Trujillo Betancourt. De oficio linotipista. Autor del poemario Atalayando vibraciones (1931).



EL POEMA ATALAYISTA

Fue una tarde roja, cuando en pugilato vermillón
se combate el horizonte con los postreros rayos del astro rey.
Era una tarde, atalayísticamente bella.
La musa del poeta, se enrosca en el humo del cigarrillo, que en una laxitud fuma éste, que mide cual agrimensor, las distancias de lo ignoto...

Êl está sentado en el último piso de El Atalaya de su inspiración y desde allí canta, y su canción causa estupefacción a sus oyentes.

De pronto cayó pesadamente la pared oscura de la noche sobre la impoluta hoja de papel del día que contempla el poeta...

El poeta está viajando por sus interiores indescifrables, incomprensibles.

¡Luz! ¡Chispazo! ¡Estridencia! Nunca en éxtasis de pose romántico. ¡El poema atalayista está creado!

El sol me ahoga con sus rayos enroscados en mi cuello,
se desprenden cuando me tomo un refresco.
 
El viento abofetea mi cara,
y me consume el bochorno.
 
Revienta el proyectil del ocaso y el horizonte se esparce,
la sangre de los muertos.
 
Los lampos
corazones abiertos
del fin del cielo.
El crepúsculo,
danza de ninfas en gasas rojas,
bailando al son de las flautas,
panidas.
Se fueron los carmines,
viene la opacidad: la noche...
La noche embrea las calles
y yo le doy luz con mis ojos.

La Linterna, 1929

 

VERANO
 
En la ducha solar he tomado un baño
de calor.
Esas puras linfas, sonoramente
cruzaron el arco del triunfo del verano
Grita mi alma que tiene calor
Y el poema azul del cielo mitiga 
su desespero.
Busca aire refrescante por los caminos
olorosos a arcaísmos españoles:
La Puerta de San Juan.
El sol se aleja en carrera Marathon
Llegando jadeante y sudoroso a la meta
vermillón del ocaso.
Atracción sideral para el calor:
El sol en su agonía cósmica



La crisis del panorama

Máquina:  tizne, bronce, música.

Se abrió la ventana
y entró alegre el paisaje
como una mariposa.

Se aplasta el proletario
con el peso de sus penas
y se cae de sus labios la risa.

Vaho repugnante de agrio sudor.

Las doce meridiano.

Un silbido parte en dos el espacio.

Caravanas de hombres fornidos
parten a la Siberia de sus hogares.

Jornal mínimo ¡pan negro, desesperación
hecho sollozo acostado en el panorama.

La fábrica cierra sus puertas
como el final de una carcajada.

Máquina ¡silencio, desempleo;

Poleas ¡moho, silencio...



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