Bella Clara Ventura
Colombo- mexicana, de padre surafricano, madre mexicana, abuelos turcos y griegos, judía, nace en Bogotá con la furia de los vientos en un agosto de cometas. Estudia en París. Directora, guionista y productora de cine durante largos años, con premios a bordo, hace 15 se dedica de lleno a la literatura con 10 poemarios publicados. Antologada y traducida en varias partes del mundo, con múltiples reconocimientos es invitada a encuentros literarios por el mundo.
Desde su Almamocha (novela), pasando por Diáspora y Asombro (Poesía), Lo que la vida quiera (novela), Hechizos del Bosque (Poesía), Huésped de la Luz (Poesía), A lo lejos (Poesía), Armando Fuego (novela), Niña de adentro. hasta Magias y retablos (Poesía) entre otras obras, Bella Clara ha demostrado ser un caso único en su género dentro de la literatura latinoamericana. Creadora de un estilo propio, que no es mancillado por el adjetivo inútil, que no se afana en eufemismos vanos, ha ingresado con el pie derecho a un territorio que siempre fue vedado injustamente para las damas creadoras, pero que ahora las reconoce en ellas y se congracia con sus maneras y sus formas.
Su Obra, reconocida en Suecia, Estados Unidos, Puerto Rico, México, Brasil, Ecuador, Uruguay, Perú, Cuba y Francia, es relativamente nueva; pero retumba como una voz autorizada de antigua data, publicada por importantes sellos como Oveja Negra y se apresta a caminar el camino de un reconocimiento total que ni ella misma seguramnte soñó, pero que es un paso justo a su calidad y potencia creadora, y a esa búsqueda, muy suya, de definiciones que retumban como campanas de Iglesia en nuestros corazones. Es Embajadora por Colombia de Poetas del Mundo, proyecto coordinado por el poeta Chileno Luis Arias Manzo. (Fuente: (Carlos Garrido ChalénPoeta peruano, abogado y Periodista nacido en Zorritos (Tumbes - Perú) en 1951.Premio Nacional de Poesía"Patrimonio Cultural Vivo de la Nación")
ALMA
Busco mi alma.
Quién la habrá visto en el confín del Universo?
Se orquestan todas al unísono
en la danza celestial.
Perdí mi pareja en un horizonte confuso
donde se mezclan diablos y ángeles
a la sombra de una música,
batuta de los descontentos.
El carné de baile se llena de nombres.
No aparecen la Felicidad, la Armonía y menos la Paz.
Anheladas en corazones.
El alma se la juegan en cada paso por la vida
para descubrirlas en seres limpios y evolucionados
dispuestos a la entrega,
a servir al otro
como se atiende al propio,
al hijo enfermo o discapacitado.
Al necesitado echado a la calle
cuando el bolsillo se le allana.
Al hambriento que mira con los ojos desorbitados.
Espíritus inquietos.
Caminantes de la existencia
que se hacen maestros
en el trecho andado y desandado
por una luz tenue.
Pronta a encenderse
cuando la unidad se manifieste
como necesidad vital
en la senda de la Humanidad.
Entonces encontraré la mejor pareja
para bailarme las horas
sin dejar de gozarme las notas en el cuerpo,
respuesta a la Felicidad, la Armonía y a la Paz.
Habitantes de la nueva búsqueda
donde alzo la pierna
para dejarla en alto
como bailarina cósmica
rozando un cielo a mi alcance,
bajo el brillo de una estrella
en la que me convierto yo.
Bailarina de primera.
Dueña del espacio donde mi hermano
me enseña el paso risueño para dibujarle la sonrisa
al planeta Tierra,
pletórica de personas buenas en el andar
tomadas de la mano en saludo al sol interior de cada uno.
EL LLAMADO DE LA ENTREGA
A riesgo de parecer
atrevida,
quiero hacerle el amor a Dios.
Acariciar sus infinitos,
palpar sus humedades anhelo,
penetrar los océanos
al secar sus sudores.
Estar presente en su lecho de sueños
y albergar su corazón en el mío.
Ser luz de sus ojos,
cuando al oído me murmure
que me ama.
Deseo reconocer en su voz
el llamado de la entrega.
Aplaudir con ambas manos
en alto
la belleza de su geografía,
amplia como el Universo
que me regala cuando suspiro.
Me unjo de sol con
el beso ardiente
de la mejor pasión.
Me deja seca,
desierta
como las arenas mansas
que callan la agonía.
Quiero hacerle el amor a Dios
a riesgo
de ser atrevida.
Mis toques serán de sabios murmullos
y de dulce proximidad
a la Energía,
Huésped de un nuevo estado de conciencia
donde Dios me hace suya.
NAUFRAGIOS
Desde una mirada traidora,
me rebusco el equilibrio
de mis ojos,
balanza de sueños y olvidos.
La vista se escapa del afuera.
Regresa con la calma,
vestida de ignotos sabores,
mandarinas dulces y limones de primavera.
Recorre el mapa interior
con pupilas de aventura,
versos de cabo roto
a la deriva.
Forman vanguardia de miradas.
Reclama el clima del yo,
Aniversario de toda una vida.
Se atiene a los fantoches,
fantasmas
Cuando la imagen se despoja
De San Benitos
Y el cuerpo de la vista
Se hace instrumento de
Naufragios interiores.
A HUAMANGA - PERU
AYACUCHO
Te haces tierno,
niño de ojos negros,
grandes como el alma,
tez de indio de los ancestros.
Sombrero de pariguana
abre alas,
alaza amistades.
Palabras de adobe curten
la batalla.
Bolívar regresa,
lluvia de honores,
jinete de sueños.
Yo, desde mi colombianidad,
hija de Simón,
de sol me baño,
anfitrión de mañanas sonrientes.
Hoy entre ustedes,
huamanginos de estirpe y fuerza,
me bebo vuestra tierra.
Una comida con las manos,
manjar de costumbres del lugar
entrelaza puentes,
ayeres de amor,
de patria fértil,
unificada.
Plumas de luna bajo la mirada
del Inca dibujan
el quechua de mis infinitos,
donde se posan nuevas querencias.
Ayacucho de huella hidalga
en el corazón ajeno,
susurro de historia
en mi canto hermano.
PERFIL DE UNA SONRISA
La lluvia resbala sobre
los problemas,
moja la letra de los gemidos
mientras cruza el agua
de los llantos.
Barre la lágrima impresa.
Nos deja a sol abierto
cuando sacudimos los trapitos
que despojan las ataduras
de las vestimentas.
Se deja el pasado
en la caneca,
como se abandona
la mortaja en la tierra.
Y un clamor de viento
regresa con gotas de sangre.
Inmortalizan el nombre
de un héroe.
Supo vivir sin pasado ni futuro,
sólo con ese presente
que lo hace del aquí
de nuevos rumbos
con el perfil de una sonrisa.
Se estrena en cada paso.
LLANTO
Me desenfreno en mi llanto.
Gotas de sal salpican
la mañana,
aturden la luz con sus
manos enguantadas.
Buscan el perfil
de la noche para sofocar
en un silbido
la miseria del mundo.
Ahogo por un instante
la mención del paraíso.
Naufraga en un arcoiris
sin colores,
fantasma del abuso
de los gemidos
de la jauría humana.
Me visto de loca.
Grito a los vientos,
a los tsunamis mi dolor de ausencia,
diluvio de emociones.
En un tobogán de luz,
regresa la voz del niño.
Augura un nuevo amanecer
sin lluvia,
donde el clamor
del hombre corre el telón
del escenario para ubicar
la viva caricia
de las aguas en calma.
TRIBUTO A LA VIDA
Tributo a la vida
se empeña
en la divina gracia.
Recorre mares indómitos,
al alcance
de lobos hambrientos
de fauces de amor.
Pasión sin frenos
se monta en la cresta de ola
donde el grito del mal
canta su victoria.
Crepusculea la oscuridad.
Estalla la cólera
de un invierno
en los brazos desnudos
de los árboles.
Manotean al vacío su desespero.
Un viento de muerte
consigna en su boca
la hiel.
Desierto el aire,
se respira pesado.
Atraganta cruces,
martillan el ayer
mientras ondea la bandera
de los mil colores
en un firmamento vestido
de nuevas hojas.
Florece el canto
de la rama
en el mar de las flores.
MASCOTA
Desde mis entonces
se fraguan anturios en el alma,
crecen bajo la bebida sagrada,
agua que se despeña cada tarde
en la cresta del sol.
Hoy despiertan ignotas ansias
de tambores de luz.
Se enmudecen con el canto del gallo,
pronto a dejar al perro
en libertad.
Menea su cola
bajo la dicha de ser mascota.
Un amo le tiende la mano
y los sacrificios de la humildad
se tornan caricias.
El asno ya no rebuzna,
aprendió la lección
bajo el látigo del amor.
El camello se traga el desierto
y el león cambia de rumbo,
permite a la cachorra
buscar en sus sienes
el esplendor de la selva humana.
Desperté con un zoológico a mi manera,
tal como la canción de Sinatra...
A mi manera,
esa que se antoja animal y hembra
cuando sacude
su pelambre de mosquita muerta.
LA PINTURA
Desliza su color
sobre la vida,
en el claro oscuro
martilla el punto
mientras devuelve la luz
de abanicos en llamas.
Ofrece un tinte en el cuerpo nudo.
Arranca en la silueta
la maroma del amor,
invierte la sombra en el galope
de un animal salvaje
cuando en franca derrota
se impone el trono
del violeta.
Transmuta cada paso de la bestia
en vuelos de mariposa
en su morada.
Un alcance de rojos
pinta el cielo
en el ocaso.
La tierra estremece sus raíces
en un café de ladrillos rotos.
Y en el centro del cuatro
un hombre le clava el puñal
a la melancolía.
Renace con el pico del cóndor
que sostiene
la alegría de su pueblo.
Dios se dibuja de Inca,
en plumaje de pavo real,
pronto a buscar en el horizonte
el matiz de la existencia.
CADENCIA
A Matilde Espinosa
Guardas tu alma niña
en el cuerpo de los mil deseos
sobre la vida.
La muerte te deja sin cuidado.
Te animas a verle
el matiz al verso.
Silencias la batuta
de los ruidos.
Te enconchas en ti misma.
Viajas por el universo
de tus recuerdos.
Topas el secreto de los días
y en un poema
describes el sótano del mundo
cuando arrastra en la entraña
la sombra del hombre
buscando la silueta de la luz.
Nada te es extraño.
A todo le pusiste el bisturí de la inteligencia.
Disecaste la condición humana
para entender al prójimo
como al hijo de un vientre en aguas.
En una maroma de letras
creas la conciencia
de las cosas.
Hablan a través de tu música.
Envuelve la nota
para entregar en concierto vivo
el ritmo de la existencia.
Matilde Espinosa,
se estrena con corazón sabio
y le devuelve al sol
su materia,
el rayo de fuerza
que todavía se instala en su morada
de vientos huérfanos
de alegría.
La tristeza se acopla al violín
que resuena en su montaña
de palabras,
Mujer intensa de equilibrios a su medida.
Afana el diario vivir
Con su acento,
Cadencia infinita de ternuras.
PASO DE FUEGO
Me envuelvo en una danza de humos,
llamaradas salen del cuerpo
como un diablo sin olvido
cuando ataca.
Me unjo de sales preciosas.
Me dejo llevar por mi propio ritmo
y en una vuelta
se me antoja ser mujer
de pies a cabeza,
gemido de los infinitos.
Sin pensarlo
le doy un nuevo comienzo
a la bocanada.
Siembro mis besos
de deseos
en labios del amado.
Anhelos de caricias
se apoderan de mí.
Un latido se une en el reencuentro,
paso de fuego.
Somos uno en el baile
cuando sabemos de amores
sin ocaso.
DIOSA DE LOS VIENTOS
Me dispongo a alinear mis dolores,
festejar la mortaja
donde acueste cada vivencia,
desde la más ofensiva
hasta la más penosa.
Olvidaré por un momento
que soy mujer de partos.
Retomaré bienestares
bajo la cobija
de mis logros.
Seré yo misma.
Despuntaré de la tierra
como diosa de los vientos,
Abriré mis alas
Al costado de los ángeles
Mientras en una maroma
de circo,
construiré nuevamente
una carpa donde alojar
mis votos de alegría.
Haré la balanza,
De izquierda a derecha
Y me quedaré en medio,
Soy equilibrio,
Diosa de los vientos.
ESCALA SIN RETORNO
Te propones descomponer
cada molécula de mi cuerpo.
Arrinconar el éxtasis en cualquier lugar
mientras mis labios
pronuncian tu nombre en mayúscula.
Nos acariciamos hasta el cansancio.
Los besos sellan la mirada.
Un transatlántico cruza
el cauce de nuestro amor.
Penetra mis oquedades.
Los pasajeros,
esos deseos a la deriva festejan
el arribo a las orillas.
En marcha recoge de las playas
el fruto de una aventura
hecha a la medida de ambos.
En el faro de una escala sin retorno,
la sirena calla su voz.
Me acerca a la muerte,
resucito entre tus brazos.
Tánatos y Eros se funden
en la misma agua.
Le pertenecemos a la vida
cuando
remontamos el río
en nuestra propia barca.
El amor rema sus desafíos.
LA DESPEDIDA
Me esculco
antes de abrazar la noche.
En cada diente me detengo
para afilarlo en bondades.
Una muela, foco de infección,
como los males que aquejan a la patria
con quebrantos de boca, de pierna,
de cuerpo entero.
Le hago duelo a mi mal.
Significa abandono.
Me desprendo y me despido
de la muela.
Otra vendrá en su lugar.
Esta me deja el sabor
de cada bocado
que probó su esmalte.
Me dejó triturar la esencia
y devolverle
a la vida, gasolina,
alimento de bienes
y de afectos por
una existencia,
amalgama de necesidades
como saber que las muelas
son tan indispensables
como el puente al agua
y la manzana al pecado,
muela de infinitos remordimientos.
MACONDO
Todavía con calor de infierno,
guarda en sus calles el polvo
del ayer enroscado
en el tiempo.
Cruce de trenes fantasmas,
recrea la imagen de un Gabo
en el árbol de la infancia.
En cada elemento el museo trae
recuerdos de familia.
Nos dejan herencia.
Colombia aclama a Macondo,
en la grandeza de patria del Nobel,
guardián de los intereses
de una Tierra en el olvido
donde la violencia
se instala
mientras sueños e ilusiones
caminan por el aire.
Personajes de novela
habitan Macondo.
Cada esquina aspira el aliento
de Remedios la Bella, El coronel Buendía,
y la comensal de tierra.
Entregan
a la Historia
las vivencias de un pueblo sembrado
de imaginación,
gestor de Novelas y fantasías
de alma universal.
SOL DE FILIGRANA
La noche se denuda frente al espejo.
De soslayo pinta en el centro
una boca de luz.
Asisten a la ceremonia los sueños,
vestidos de auroras
mientras el clima se acomoda.
Al paso de las estrellas
una luna atrevida
muerde el cielo
con su labio inferior.
Dibuja la sonrisa de la noche,
nuda de todo propósito.
Sólo la habita la oscuridad
donde se acuesta
su silueta
para mecer las deudas
con la mañana,
lista a cobrar sus beneficios
al calor de un sol
de filigrana.
de dolor.
ROSTRO AL NORTE
Voy con el rostro al Norte,
tiznado de ocasos.
Se pintan verdes
al son del papagayo.
Cantan en su regazo
el ataúd de tierras
que ya no son mías.
Las he dejado en el olvido.
Me encamino hacia el Norte
con la faz puesta al sol
cuando gotea su primer rayo
por mi piel de mujer
de cinco continentes y astros lejanos
en sincronía con el olfato
de perfumes en flor.
Ya nadie sostiene mi alma,
sólo Dios me dirige
hacia su Norte.
LENGUAS
Rostro al viento,
lenguas de océano bajo
el cuerpo,
movimientos en cadencia
con los azules intensos.
Ritmo desbocado,
pelícanos pescando
con el ojo de águila
mientras el pescado
navega el aire.
De regreso a mí misma
con el sol en el pecho,
vuelvo desde un viaje
con retorno al agua,
a la esencia,
meteorito de luna,
espectro de olas en destello,
rotas en mi alma
en el alfabeto ciego
de un cielo con visos de mar.
Cantan la desesperanza
de las gotas
de todo sudor
en el vaivén de mis entrañas.
MI PROPIA PELICULA
La banda sonora
de mis años mozos,
música
para hacer de mí
la mujer que soy.
Retazos de película,
escenas de amor,
cortes de dolor y violencia,
fotogramas de fotos fijas
de un ayer que entrego hoy.
Proyección de un mañana
en movimiento
donde se plasma
la tristeza de no saber quién
soy?
JARDÍN DE NUBARRONES
Tambalea la hiedra en mi jardín
de nubarrones.
Me siento sobre el césped.
Quieta.
Bucólica
como el despertar
de la hierba.
Acaricia mi alma
con su verde de aguas,
rocío de una primavera
que ahuyenta los sentidos
sobre la lápida
de los osos polares.
Cae nieve
sobre mis labios.
Blancos, transparentan
la vida en rosa.
Se pierde
tras bambalinas.
Va dejando rastro
en la morisqueta de la muerte.
Ensimismada en la locura
de los vientos que asfixian
cuando llega la tarde
en la sonrisa de la luna.
.
LABERINTO DE SUEÑOS
Montaje de vidas en paralelo
escudriñan la paz
de mis ancestros.
Suben y bajan
por laberintos de sueños.
Urden la filigrana
de mis días.
Como perlas se ensartan
en un collar de amor.
Me niego a seguir creyendo
que sólo somos una existencia.
Nos curtimos en la cadena
de los escalones de Jacob.
En la piel de la ternura
vislumbro el ayer.
Soy leyenda viva.
Esquivos, los genes
bailan los sueños
y contemplan mi sonrisa
cuando creo en un universo
sin letargos,
un mundo de tantos yo
de mano cogida.
FUEGO EXTINGUIDO
Soy tu pedazo de olvido.
Algún día el encuentro
Se hizo cielo
mientras nubes corrían
de prisa para alcanzar
la memoria de los muertos.
De las garras del recuerdo,
huía en un tapete volante.
Entre los fastidios de la noche
anudaba otras vivencias.
Un fantasma similar a tu andar
me trajo entre las sienes
el movimiento
de una relación sin cuerpo.
Parecida a la tuya y la mía
enterrada en el cementerio
de los vivos
que aún danzan
tu nombre
con el fuego extinguido.
FE CIEGA
A mi hermanita Ana Mercedes Vivas
Sin temor a lo desconocido,
asumí riesgos
tantos como posibles.
Y a riesgo que me llamen
bruta o crédula,
confieso que confío en el día a día.
El de Arriba conoce lo que me espera.
Regala a cómodas cuotas
el valor de un crecimiento
que si bien me llena de dolores
al final sabré que he cumplido
al aprender del aquí y del ahora
el verdadero sentido de la vida,
la fluidez en su máxima expresión
como canal de bienaventuranza
en los recodos de los líos.
Desbaratan la existencia
para volver a armar
la fe ciega
cuando el ojo ve
con un corazón sin fronteras.
IDENTIDAD
¿De qué sirve tanta identidad
sin saber operar
en lo cotidiano?
Esperando recompensas
en el más allá
que jamás vendrán
si el día a día
se hace esquivo
bajo argumentos de elevación.
Se interponen en terreno firme.
La Tierra reclama.
Soy su huésped de honor.
Y mientras la habite
me debo a sus normas,
a sus raíces,
a la exigencia de cultivar al hermano
como el espejo más preciado
de mí mismo.
Recupero mi figura andante
por rumbos
que dificultan mis pasos,
pero al final habré vencido
el camino de la gloria
cuando abrace al prójimo
con la mirada
sin equivocaciones.
A plena luz de soles mutantes
y de un ojo que estremezca
la cosecha de mis acciones.
ROCAS DE AUSENCIA
Hace poco empecé
a ser rica.
Me llovieron sentimientos
de agua dulce sobre el pecho,
caricias de hombre lobo
en la sombra de la espalda,
besos de ventosa
en el hombro,
cosquillas de arena
en el punto G.
Las ternuras se sumaron
en mis tiempos.
Se me apretó el alma.
Hice el punto
con amores de desecho.
Recordé que aún anhelo
la presencia
de un fantasma
hecho al encanto de mis medidas
con el manto
a mis pies
y el rugir del primer león
que me hizo mujer
sobre rocas de ausencia.
PRISMA DE UN RUMOR
Me aqueja la marea de los vientos.
Confunde territorios desenfundados
en el prisma de un rumor.
Se posan mariposas de filigrana
mientras en la caída del techo
se cuelan cisnes
tan enfermos
como el hombre frente a su dolor.
Trasmutaciones obedecen
al desequilibrio
de la nieve en el sol.
Y desde un Planeta nuevo
saltan niños cristales,
alfombras de helechos
y un bosque de recuerdos.
Se abre el telón.
Aparece otro hombre
con la sonrisa de la cima
convertida en aliada
de viajes
al fin del mundo
donde en la esquina me encuentro yo,
acurrucada en la memoria
clamando ignota voz.
EL EROTISMO EN LA POESÍA DE
BELLA CLARA VENTURA
Por Carlos Garrido Chalén
Hace algunos años escribí que Bella Clara Ventura, judía de madre mexicana y padre sudafricano, nacida en Bogotá (Colombia), es una escritora y poeta extraordinaria. Y dije que para llegar a ella no había que hacerlo a través de las alegorías hieráticas y místicas de los antiguos dogmas de su pueblo.
Convencido de las posibilidades increíbles de su litratura. Anoté que la suya, sin embargo, no tenía el sello de las escrituras sagradas, ni había sido reproducida de las ruinas de Nínive o de Tebas o puesta sobre las carcomidas piedras de los antiguos templos o esfinges de Asiria o Egipto o de las páginas sagradas de los vedas o de los antiguos libros de alquimia; y anoté – subyugado por su suficiencia verbal - que su potencia creadora podía hacer palidecer a los tiranos o derrumbar imperios con su genio, mandar a los elementos, discernir con limpia omnisciencia, el lenguaje de los astros. Y aunque no puede – señalé - dar a su antojo el paraíso o el infierno, o presumir que es dueña del amor o el odio, ha conseguido en la última década situarse en una posición de excelencia dentro del panorama de la literatura hispanoamericana.
Desde su caminata por Almamocha (novela), pasando por Diáspora y Asombro (Poesía), Lo que la vida quiera (novela), Hechizos del Bosque (Poesía), Huésped de la Luz (Poesía), A lo lejos (Poesía), Armando Fuego (novela), Niña de adentro, hasta Magias y retablos (Poesía) entre otras obras, Bella Clara ha demostrado ser un caso único en su género dentro de la literatura mundial. Su nuevo libro, orquestado bajo un erotismo que ella misma ha inventado,, permite inferir con ventaja que no nos habíamos equivocado.
Bella Clara Ventura regresa ahora, remontándose en la historia "para retomar los viejos mitos,/ de monstruos y dioses" y pasar días de gloria en brazos que "ya no serán dos de hombre/ sino cien de leyenda". "Acariciarán con esmero cada uno de mis poros / sin dejar ninguno sin tus dedos,/ yemas dulces de otros tiempos,/ sacadas del Manual del tacto / en deleites y lunas en pavo real./ A mi cuerpo devolverán / el deseo de compartir contigo / fuegos de relámpago, de rayos y centellas./ Como nuevo amante, hecatónquiro,/ salido del Tártaros / donde gotea Amaltea sus leches / para dejar en claro el fruto de Eros.
Abro mis piernas de mujer, ansiosa de recibir cada chispa
en mi regazo
y regresar cada sensación a mis pupilas en llamas
donde el gemido se unirá al destello
de todos los vientos y sus truenos
a favor del Cielo y de la Tierra.
Unidos en el abrazo de tantos brazos
y certeros besos
bajo el silencio del Olimpo
y el aplauso de Zeus.
En esta nueva poesía que invita al amor carnal y al otro que se hace en la melodía de las almas, y es carnal también por que se formula en el calor de la inteligencia humana, Bella Clara es "De arriba abajo… un crucigrama" de aciertos y acertijos."Vertical encuentras las claves,/ horizontal las poses / cada noche inventadas / para hacer del juego / la mejor respuesta a las caricias" dice. Por eso para ella: "En cada rectángulo de nuestros cuerpos / se escribe de derecha hacia izquierda / el nombre de todo mimo./ Con el uno se empieza / y se termina con sus múltiplos / a la potencia infinita / .entre ríos a la deriva,/ entintados de fuegos"." "De letras nos llenamos,/ formando la palabra amor/ a lo largo y a lo ancho,/ resuelta en el
crucigrama / de salvajes pasiones./ Líneas repletas de notas ardientes / en la mitad del cuadro, Sonoro lenguaje en la piel /con borrones y cuentas por
renovar. Y es que la poeta colombo mejicana es capaz de dar en el blanco de los besos cuando abraza la puntería del amado
Soy esa que espera
nuevamente el dardo en el centro,
sin dolor de sufrimiento,
el gozo perfecto de quien entiende
que dar en el blanco
nos conduce al éxtasis.
Mujer de placeres infinitos / cuando la curiosidad se fija / en el punto G… en cada acto lanzado al desafío" encuentra una respuesta y "su piel se
renueva en la sonrisa del encierro" como una yegua de amor, potra salvaje que olfatea la llegada del amado "con pasos de deseo sin freno".
Y yo al alcance de tu cuerpo,
pronta al reto de ser tu poseída
al pie de tus manos
bajo el movimiento de nuestras colas,
al aire danzando
la propuesta de ser tuya.
Zaina, potra, salvaje,
yegua de la comarca en su despertar de rocíos
mientras tu cuerpo y el mío
se transforman en mujer caballo
al galope de las ganas.
Relincho en calor.
Crines en danza del vientre
al ritmo del trote
en lujuriosas praderas
donde pelo dibuje el amor
y los belfos se hagan a los besos
de animales en llamas.
Con esta poesía que es difícil escribir, porque no cualquiera es capaz de llevar a la palabra por los linderos de un erotismo de lujo sin caer en la
procacidad, Bella Clara Ventura versifica con ese que "De mañana penetra sus auroras/ de rocíos y de ansias/ de tener su rayo / metido en sus
meteoritos" y termina obligándonos a mirar boyeristas hasta el éxtasis como "Se descuelgan con el gemido / del irrefrenable orgasmo" sus anhelos; y es
cielo "aún en la distancia" abierta a sus "riegos de nubes".
Sólo conozco sus aguas,
parecidas a las tuyas
cuando en tormento y centellas
colmas mis orillas.
Estrella me siento
al mirarme desde tu telescopio.
Lo percibo en mis adentros
admirando cada partícula de mi piel.
Soy tierra regada
por tus mieles
al despojar los párpados del planeta
de toda capa.
Me miras y soy admirada.
Me hago tuya en copiosos desvelos.
En este nuevo libro, vemos a una poeta que le apetece ser alimento del amado, "maíz tierno,/ chocolate caliente,/ carne al rojo vivo,/ durazno de
tersuras,/ pasta de pierna ancha / entrelazada en tu boca./ Recibo el banano en mis caricias/ para ofrendar mis mimos / a tu levadura / de hombre crecido
devaneos".
Regados mis apetitos
por tus aguas de horchata de almendra,
leche espesa, olorosa a mieles.
Esponjan mis deseos,
mis caprichos,
mi palpitante anhelo.
Soy manzana prohibida.
Mordisco a mordisco
chupas mi esencia
de mujer pecadora
al arrimar tus manos
al donaire del juego
Entonces me convierto en tu plato favorito,
adornado de colores
e ignotas sensaciones
en la exquisitez de nuestro paladar.
Pero no sólo eso. También quiere ser el foro que demarca todo, que necesita ser el reloj del amado para marcar sus horas. Pero no por que intenta
omnímoda apoderarse del territorio del otro, sino simplemente "para anunciar el minuto exacto del orgasmo".
Las horas pasan a nuestra ventaja.
dejan al desnudo nuestros cuerpos.
al compás del movimiento
y de picosos besos
de aceleración de pulso y de ritmos del corazón.
Ofrenda del espacio
en cada lúdico momento.
Atrevidos con el tiempo seremos.
Le buscaremos el encanto al Kama Sutra
mientras golondrinas crean el verano
y nosotros con nuestras humedades
marcaremos las horas de pasiones de invierno,
torrenciales descargas.
Primavera encontrada en la unión
de nuestra carne.
Piel del reloj anfitriona de
su mejor inclinación.
Campanario sincronizado
con la voz de las caricias.
Tic tac de otras sensaciones
en el presente de cada instante
donde nuevamente nos fundimos
sin distancia ni tiempo
al alcance de Eros y de Afrodita
en los laberintos del amor.
Adónde quiere llegar nos preguntamos ya frenéticos, si también quiere ser la mosca viva que ronda los sueños de su contra parte – por que no siempre el otro puede ser amado – que se mete en su piel como un vértigo acuoso; que inventa maneras para enternecerse. Mi deseo es picarte de amor, dejarte en la piel / el veneno de mis mimos, seré tuya. De pies a cabeza, apasionada en mis ternuras y gemidos. Mosquita muerta prometo no ser. Alcanzaremos inalcanzables vuelos. Volveré a rondar tus sueños, tus obsesiones, tus fantasías sexuales hasta imprimir en los desvelos mi canto de de mosca en leche, en tus leches de hombre en rutas de reinventada lujuria.
Descubrimos entonces a una nueva Bella Clara Ventura. O a la misma, pero desatada: sacadas las caretas de una moralidad que en poesía equivale a
inconciencia y a vacío. Es esa misma poeta que ayer caminaba al filo del abismo, la que ahora se apea para ser la dueña de sus propias hondonadas.
Pero también de las de su otro yo que prefiere enroscarse en su cuerpo
como cuerda al cuello
en un collar de besos. Hacer de tu piel la mía
y volver a retomar las maromas
de los lazos para abrazarte
sin dejar milímetro sin cordel
mientras mimos y chupos se ensartan
en tu punto G,
como en nuevos puntos
por descubrir y nombrar.
Sin cabo suelto amarraré tu soga
a mis sombras.
Ligaré todos los cables del amor
al orgasmo.
A cada momento del enlace sentiré
cuán cuerda puedo ser en la ebriedad
de tus caricias.
Me permiten ser látigo de tu deseo
para ahogar en tus labios
mis gemidos
y hacer del acto
lía de palabras en la correa que aprieta.
Y ella misma lo dice, relevándonos de toda prueba: "Soy cuerda y loca,/ articulación de sentimientos / en el ir y venir de nuestras humedades,/ océanos,/ hermanos de un bramante ramal/ de suspiros en el pecho de mis oleajes. /Música en clave /a mi puerto anclada.
Ahora que la miramos bien, la vemos deslizarse con destreza sobre nuevas palabras encantadas, haciendo burbujas de placer, mientras toca la flauta y la "fragancia de un orgasmo" que se repite en el tiempo y en sus versos como una letanía de amor inacabable, y la hace caer extasiada sobre un vacío que tiene de todo: ternuras y truculencias, que se dan como se entregan los amantes.
Seré jabón perfumado
para que olfatees mis esencias.
Aromas a sexo
en la ducha de las emociones.
Limpiaré tus humedades
para que nuevamente te ensucies
y mañana vuelva a frotarme contra tus muslos,
tus venas, tus vellos
y sobre tu pecho
como un tobogán que cae
mojado hasta los pies.
Recogeré mis espumas.
Identificarás que en todo momento
soy jabón perfecto.
Me adhiero al poro exacto
de la excitación de las aguas
y a la suavidad que produzco al ser
jabón de tocador,
al tocarte de arriba abajo
con el éxtasis que me produce tu cuerpo
en la desnudez de mis caricias
y en la efervescencia
de las pompas.
Es difícil leerla sin pedirle que nos permita entrar en sus historias. No hacerlo es hipocresía. Ella "muñeca de amor… piel de durazno, muñeca de
porcelana abierta a las caricias", es también "muñeca de trapo" desde cuyas carnes invita hasta el antojo, y se declara al final
la del comercio que se
vende/ por mimos y por plata"
Estelas dejo en los hábitos
al saber armar al hombre de mi caos
cuando duermo o cuando me hacen el amor
de mañana, de tarde o de noche
al regresar del trabajo
y al tomarnos un vino tinto
para calentar las entrañas.
Soy tu muñeca de viva voz
y de estampa florecida en tus sábanas,
pronta a secar tus sudores con la falda
recién planchada
y recibir en mis labios el color
que el tiempo borra
cuando la pasión apaga sus motores.
Me declaro tu muñeca para convertirme
en muñequita linda entre tus brazos.
Hasta dónde llegan sus entregas no lo sabe nadie. Por que a veces se convierte en "limosnera de caricias" y aumentan sus urgencias de lujuria
entre las sábanas. Y dice: " Relucientes espejos guardados para la carne./ Con creces respondiste a mi mano tendida./ En desierto me convertiste / para rociar de humedades / mis caminos". Y "odas de amor" marcan "los pliegues de arenas encendidas"; y ella se declara
mendiga de nuevos actos de fé y de
erotismo/ en medio de la tierra prometida".
Bestia en celo me escogiste
entre el llanto de la noche
y la oscuridad del deseo,
sentí tu hechura
cuando tus labios acercabas a los míos.
Llamas confluyeron en las bocas de dinosaurios
a la deriva…
Echamos fuego
en el resurgimiento de los sentidos.
Reviví el sueño del animal en su hábitat.
hombre bestia
que fumas el deseo
y yo sin desespero
articulo mi mirada
en tus muslos al trote del amor
sin orientes ni nortes a la vista,
sólo un sur de melodías
entre las patas de animal salvaje,
depredador de mimos,
laborioso en encontrar los puntos en flama.
En esta poesía Bella Clara Ventura adereza nuevos despertares y en sus sortilegios se mecen como aguas desvividas los líquidos que acaricia, "como
húmedo elemento / de mi cuerpo los cristales".
Aguas arriba.
Aguas abajo
miman mis entrepiernas,
mis muslos,
tu aliento.
Algarabía de sentidos.
Navegan por las olas mis maravillas.
La desnudez del deseo mojan
cuando
toco en brazadas tus adoquines..
Chasquido de sonidos
dialogan con nuevas sensaciones.
Estallan aromas
por las espumas bogan.
En mariposas convierten las nadadas
y en torbellinos mis anhelos
de seguir húmeda,
tan protegida por los influjos de la vida.
Como en las aguas del vientre de la madre,
atenta a los insomnios debido al mañana de amor.
Soy laguna, lago, charco,
cascada, cataratas, alberca de tus sueños,
vasija de emociones.
Me transformo en baño sagrado de tus caricias,
aguamanil de bendiciones.
mientras avanzo por tus viscosos líquidos,
manantial de nuestro amor,
lujuria en remojo.
En este libro, la poeta colombo mejicana rompe viejos paradigmas y le pone batidora al estropicio. Como si no creyera más que en ese amor que agita sus ventanas, se entrega a contar lo sucedido. Sin importarle que afuera merodean los canallas. Es eso mismo lo que le hace decir : "Prefiero ser libro que libre./ Pertenecerte es mi lema./ Hacer de cada página / nuestra historia de amor anhelo./ Un deseo de ir leyendo entre líneas / la
intensidad de las caricias / y el alba de los sentimientos./ Abrir cada texto en las mayúsculas / donde tu nombre sobre mis letras / aparezca en
grande./ La A de Amar, la b de besar,/la C del cuerpo / cortado a tu medida / La CH de chinada o rareza por ser libro viejo,/ conocedor de tantos
saberes. / La D de dedo para tocar el dorso tu lomo./ Y así seguir con el alfabeto sobre tus párrafos./ Efectivamente eres erótico en excelencia. /
Fundido en mis fantasías / cuando gotea tu espíritu sobre mi piel./ Hueles a imprenta,/ donde dejé mi refinada huella".
Lamento no haberte conocido antes.
Olor a ensueño.
Abarcas mi orilla.
Nadie como tú en mi camino.
Obsesionada vivo contigo
porque trasnochas cada poro del amor.
Que más te digo: Quédate conmigo para siempre.
Reducirás mis riesgos de infarto
al mantener el corazón alentado por tus abrazos.
Siempre en mi regazo al gemir
con la satisfacción del ave fénix.
Todavía en alturas cuando aterrizo entre tus lagos.
Únicamente vertida en ti, en tu humor
y en tus rumores de un más y más.
Vendrás una y otra vez a recibir mis pupilas fijas
en tus prendidos watios,
xilografía de la felicidad
yugo de mis mimos.
Zapato del mismo cuero del libro
que calce mi pasión por ti.
Los que seguimos su carrera dentro de la literatura preguntamos quién es esa Bella Clara que ahora reconoce el Kama Sutra / en los reflejos de la nieve"; que quiere ser "chimenea encendida a cualquier hora"; estar apretada u amado "sin saber qué ocurre en" su "entorno"; quién la ganó en las humedades de esas entregas prolongadas. Ella que se proclama "vehiculo de luz", "carro de fuego en los cielos" del amante; que como "motor de arranque" "pulsa lluvias y relámpagos/ entre las ruedas de la carne; quién la llevó a acelerar sus impulsos "cuando en llanto gimo de placer", a recargarse de combustible, "por las autopistas de los infinitos". Ella que anhela que su palabra bendiga su cuerpo y que necesita esa voz en sus orillas, mientras su "traviesas humedades / riegan el aparato de la comunicación" y la parte en dos, en tres y en cuatro, la lujuria desatada. Soy tuya aún en la distancia, sin la frontera de la ilusión. Aló, aló. Por favor no te vayas aún…Redime la voz del amor”.
Por eso y por todo lo que esa poesía traduce, presentimos que somos testigos de un nuevo tiempo para la obra de Bella Clara Ventura "Digital de arriba a
bajo"."Cualquier tecla – dice - me recuerda / que la pasión me habita./ Tus dedos recorren mi teclado/ como el pianista sus notas./ Y me hago a tu
música/ en clave mayor / cuando tus yemas me sensibilizan./ Atrevida arrojo respuestas al rojo vivo./ Me hago pantalla encendida,/ con el enter para tu
cuerpo / y un deleite para el tiempo. / Me tabulas con las manos./ Me desbloqueas viejos romances / que he escrito y desescrito en la memoria./ En
la pausa de tu aliento / me insertas en tu vida sexual./ Imprimo tus besos / en cada wake up de mi piel./ Toco la tecla del inicio / y empiezas
nuevamente a acariciarme / como si fuese por vez primera./ Me gozo tu poder / cuando prendes nuevamente/ la tecla del escape".
Nos escapamos a los lugares inconfesables
donde el mimo se plasma en cada desbloqueo,
dispuesto al recomienzo del abrazo
y al olvido de otras manos.
Me penetras al despertar cuando tabulas
mis deseos.
Y duermo el cansancio
de una tocata de amor en la fuga de la pausa.
Entre tus brazos de hombre
de mil teclas y de tantas posibilidades
permanezco en la impresora
con la indeleble huella de tu control.
Se multiplica en mi ser
de ventanas abiertas.
Soy icono de amor.
Si, por supuesto: "ícono de amor" y de lujuria desatada, a la que a veces las palabras faltan para recomponer asaz todo lo vivido. Y olvidar. Por que
para ella un amor mata a otro amor cundo lo emboca al anterior el infortunio. Y en ese maremagnum se olvidan las manos recorridas. No como el
ave fénix que se levanta de sus cenizas, sino como el adalid que lo recompone todo: para ella allí donde hubo fuego puede levantarse con
facilidad otro fuego diferente. Lo que falta por entender es si es ella misma la protagonista o la que le gustaría ser para gozar la vida. Es esa
otra la que le permite anhelar un "beso de araña" y buscar en "el panal de sus deseos"" hilos de oro entre lenguas de fuego" y descender vestida de
tules en los besos del cielo.
A tus manos soy
la precisa medida de tu amor
en barro, bronce, acero
o en carne y hueso.
Me esculpes con tus besos,
cincelas mi silueta con tus caricias.
En las alturas de los mimos
moldeas el busto
con tu permanencia.
Trazas triángulos en mi cuerpo.
Cuidadosamente recorres cada parte
añadiéndole la visión exacta
de tu pasión
de artista profuso de ternuras.
Yo me dejo.
Fiel a tus maromas de acróbata
mientras por los aires
fijas el acomodo de mis formas.
Trepito.
Me regresas a mi estampa
de inconfesables vibraciones.
Y yo entrego mis gemidos
a la broca.
Penetra mis contornos.
En una vuelta creas otra forma.
La forma de amarme.
Todo eso lleva a la Poeta a "formatearse" "como una carta de amor", mientras "la luna se apaga/ para crear la intimidad del abrazo", a querer
ser "maniquí de Dior,/ de Givenchy o de Carolina Herrera / y de otros nombres que aún resuenan".
Desplayaré movimientos
hacia el cielo.
Y a la tierra le daré mis pies
para fijar mi pisada hacia tu aliento.
Exhibiré mi silueta.
Finalmente abriré mis labios
para decirte un te quiero
pintada de rumores
Y volveré a lucirme
con prendas íntimas hasta dejar en el suelo
el peso del deseo.
Seré tu maniquí en el lecho
para vestir tu cuerpo con el mío.
O a "herramientarse" en otro cuerpo "como serpiente viva"
Atornillaré mis caricias a tus muslos,
Mi voz de amor
a tu regazo martillaré.
Con la espátula esparciré
Humedades nunca vistas.
La broca servirá para ahondar el sentimiento.
El cincel en cada boca
dejará la huella de la pasión
que taladre el infinito del placer.
a sierra será maestra en cortar
cualquier descontento
para soldar
en el alma la furia del orgasmo.
"Prendida a cada instante / Recordando el fervor de un coito iluminado/ Por bombillos de colores", Bella Clara llega a ser "lámpara" que refulge: "La
lámpara que soy entre tus brazos,/ Yo tu lámpara de Aladino / Accediendo a tus irrefutables deseos m/ y tu frotándome / Con el cariño / De quien sabe lo que recibe.
Seré la mujer lámpara,
La diosa Aladino,
La magia de tus dedos
Cuando tus yemas
Hagan de su tacto
El relamido de nuestros gemidos,
Boca grande en la pantalla
Que alumbra el abrazo
hasta sumergirnos
en un alarido de corto circuito.
Seré tu ardiente musa durante la vida,
Enredaderas en tu aliento
hablarán de aquellos instantes
donde fui inspiración divina
y en tu regazo.
Humedades regué en lagos de la ilusión
de sexos compartidos.
Me hice de carne, hueso y sangre
para que bebieras de mies pieles
Tan humanas como
Las tuyas en el encuentro de los fuegos.
Y descubrí en tus sienes
El valor de las Castálidas,
Llamadas también
Helicónides,
nombres complejos sacados de la Historia
para repetir en mi cuerpo sutil
el abrazo cósmico del deseo.
Soy yo veladora de tus sueños
de cuerpo y alma
en la cascada de los mimos
y apretón de las humedades,
ríos de Pimpleides
detrás de todo velo
vasallando nuevas luces
en crujir de los desvelos.
Ella deberá entonces responder por qué anhela ser su sol en sus mejillas, "hacer de ti ese hombre / en apoteósica virilidad/ sin nubarrones"
Me dejó preñada de luces
en el devenir de mi gesta de mujer
libidinosa y sensual
en brazos del astro
que me devolvió la esencia de la maternidad
en su primer orgasmo
y mi último gemido de cósmico placer
cuando el gallo lanzó la nota en sol mayor.
El cielo se hizo naranja
Y yo, fuego.
Y también desde cuándo se convirtió en esa "misteriosa luna" que se inclina con su "redondez del mes,/ sin menguar anhelos."
Unidos en el CASTILLO DE ARENA.
me hago mujer luna.
Y tú, hombre del océano
en mareas de sortilegios.
Olas gigantes hablan del orgasmo,
Anuncian nuestra unión
sobre un tapete de cristales.
Humedecida en tus ganas
de convertirme en duna en movimiento,
dócil y entregada me dejo
asir por tus embrujos.
Y es que cuando ella, "Amiga de los astros y de los sabios," es "un mujer anhelante de cumplidos" y también la Paz que se conquista. ("Mujer de paz en las orillas de los huracanes / mientras se suma al éxtasis de la paz/ el coito del Universo / en concierto de luces / y la insinuante pipa de blancos humos"; pero también la guerra ("Guerrera de tus carnes me declaro./La primera batalla en tu cuerpo." Soy pasión de lunas y de soles./ En tu piel tatúo / la venganza de saberme mujer / en las andazas, Ya con el derecho al grito de independencia Sobre mis orgasmos,Regados por tus sonidos...”
Carlos Garrido Chalén´
Presidente Ejecutivo Fundador de la UHE
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