sábado, 12 de abril de 2014

JOSÉ RAMÓN MERCADO VEGA "MOMO" [11.521] Poeta de Puerto Rico



José Ramón Mercado Vega (Momo) 

(1863-1911). Poeta y periodista puertorriqueño.
Fue bautizado en la iglesia de Caguas el 23 de noviembre de 1863 con el nombre de José Ramón Mercado Vega, y en la fe de bautismo consta que nació el 7 de octubre, seguramente de ese mismo año. Provino de un hogar humilde y su madre, única familia con la que contó en su vida, se llamaba Ramona Mercado;  José Ramón era de padre desconocido. Fue descrito por Manuel Fernández Junco como un muchacho de tez blanca, pelirrojo, risueño, vivaracho, de fisonomía simpática e inteligente.

Durante sus primeros años de niñez fue poco a la escuela. Cuando contaba con catorce años de edad, conjuntamente con su madre en precario de salud de su madre, se trasladó a la casa un pariente. Retornó a Caguas y sirvió como dependiente y mandadero en una tienda de comestibles de don Eusebio Lasanta, comerciante de la ciudad. Su vida, en este período se resume en Caguas de 1863 a 1877, en Cayey de 1877 a 1880 y de 1880 a 1888 en su pueblo natal.

En sus primeros años de vida escribió Las Candeladas, el primer poema de su obra, redactado en 1880 y publicado años más tarde en La Araña. En 1888 se trasladó en su juventud a San Juan, donde se valió de sus amistades en este lugar para trabajar en la imprenta de El Boletín Mercantil, y después ocupó un puesto en La Balanza (1891). En esta ciudad permaneció por siete años (de 1888 a 1905), aunque viajó al extranjero en más de una ocasión. Se ocupó de llevar los libros de la casa comercial de don Manuel Ezózcue Cintrón, y después en la de Izquierdo y Compañía.

El 10 de marzo de 1901 por su poema “Mi equipaje”, recitado en el teatro Tapia con motivo de una velada que realizó la pianista Elisa Sicardó, tuvo que refugiarse en el estado de Carolina, en los Estados Unidos. Varias personas se sintieron aludidas en la composición del maestro y se propusieron agredirlo. Después de algunos meses, regresó para fundar La Araña el 2 de febrero de 1902, aunque esta publicación finalizó en su entrega séptima por una amenaza de muerte. También trabajó, transformó y le infundió su espíritu y sello a El Ideal Latino que dirigió Cecilio Andino de Gales.

Siguiendo sus inquietudes culturales inició el plan de la Asociación de Prensa aunque no se consolidó el proyecto. Otra idea no realizada fue El Cascabel, lo cual marca la caída del periódico de Andino y del que solo circuló el proyecto. Continuó colaborando con otros periódicos como El Boletín y Heraldo Español.

En el periódico local La Balanza, a escondida del editor en jefe, escribía y cambiaba el contenido de los artículos. El mismo Mercado se creó el seudónimo de Momo para despojarse del apellido de su madre soltera. Fue un gran periodista y poeta. Su producción literaria se marca en un período de cinco años en la que publicó su libro Virutas (1900), creó La Araña en 1902 y, junto a su amigo Rodríguez Cabrero, El Perro Amarillo (1904), publicaciones donde dio muestras de su ingenio con versos epigramáticos.

A fines de septiembre de 1905 se embarcó para La Habana, vivió como bohemio, se relacionó con la intelectualidad y con la redacción de algunos periódicos. Con poco dinero sobrevivió hasta el 8 marzo de 1911, cuando muere en aquella ciudad a los cuarenta y cuatro años de edad, soltero y con asistolia y miocarditis. Algunos de los amigos que le sobrevivieron apoyaron los trámites para trasladar de regreso los restos del poeta, otros ayudaron a la conformación de su obra literaria dispersa. Carlos Conde, Romualdo Real, Guillermo Cintrón, Emigdio S. Ginorio, Pablo Héreter, Adolfo Vilar y Quevedo Báez fueron sus compañeros más cercanos.

Después de cinco años en Cuba, el domingo 16 de abril de 1916 a bordo del barco “Santiago de Cuba”, acompañado por el periodista portorriqueño Canales Corzo y una delegación de la prensa cubana, arribaron con los restos mortales de José Ramón Mercado a Puerto Rico. Recibido por una comisión del Ateneo, de la Cámara de Delegado, de la Casa de España, y por el buen amigo Carlos Conde, fue velado hasta el 17 de abril y enterrado en el cementerio de Santa Magdalena de Pazzis.

Tuvo una vida azarosa y descuidada, fue un poeta de gran espontaneidad, de noble pensamiento y fácil vena cómica. Estas cualidades le permitieron trabajar en la caricatura literaria y en la sátira periodística. Tenía habilidades para el dibujo lo cual usó para ilustrar poemas y periódicos. Nunca fue a la universidad y era una persona autodidacta y amante de los libros, lo que le permitió tener un gran bagaje cultural y facilidades para la escritura.

Militó bajo el Partido Autonomista (1887), el Republicano (1899) y el Unionista (1902). Nunca renunció a España, pero prefería la liberación del país. Estuvo en contra de la intervención norteamericana el 25 de julio de 1898 y el cambio en el gobierno, por lo que apoyó a Matienzo cuando se habló de la unión de todos los portorriqueños por el ideal de concordia y de independencia. Se exilió voluntariamente a La Habana y luchó porque España tomara nuevamente a Puerto Rico como colonia como alternativa al dominio imperialista yanqui.

El momento de mayor fervor literario se considera en 1889 con la improvisación de versos dedicados a las damas que asistieron al baile celebrado en la casa de Nicolás Quiñones el 13 de septiembre de 1889. Un grupo de espectadores de La Liga Recreativa recopilaron los versos y lo publicaron en la imprenta El Comercio, de J. Anfossi y Cía. Esta impresión constituye la primera publicación de Momo.

Componía versos para complacer a los que se lo pedían, animaba las fiestas con versos improvisados, se distinguía en el grupo de bohemios intelectuales. Cultivó también la poesía solemne y seria. Como autor de poesía humorística o satírica, criticaba a la sociedad puertorriqueña en la que le correspondió vivir teniendo siempre como ideas centrales la defensa de los valores nacionales frente a los valores extranjeros. Para él lo extranjero era lo estadounidense, porque lo español era parte de la identidad puertorriqueña. En su literatura puede percibirse un estilo propio del modernismo, como en su artículo “Japonerías”.

Según P. Vieta de Miranda su obra se puede organizar cronológicamente en Virutas (1889 a 1818) y en otras composiciones del mismo poemario, periódicos y revistas de época (1898 a 1904). La producción del primer momento no es auténtica y tiene una influencia delicada, con cierto grado de galantería y halagos a la mujer. En esta etapa se inserta la literatura infantil con “Carta de Pepito” y “¡Qué libre el niño!”. Algunos de sus poemas publicados en revistas son “Amparo”, “Puerilidad”, “Septiembre”, “Para Adelita Burillo”, “Cascabeles”, “¡Pobre Pierrot!”, “¡Absuelta!”.

Los temas que están presentes en su obra son la pobreza, la corrupción moral, los defectos y valores nacionales, España, la colonia y la patria. Algunos secundarios son la religión, el amor, la mujer y la concordia. Otras categorías son los problemas sociales, defectos o valores nacionales, cualidades de carácter, cultura, la lengua y la invocación al pasado.

Utiliza como estilo para sus poemas, de forma general, los versos de arte mayor aunque no desecha los del arte menor, interrogaciones y exclamaciones afectivas, contrastes, uso de la primera persona, apóstrofes y dramatismo, finales imprevistos, imágenes sensoriales, palabras populares y otros recursos con igual de importancia en su obra.

Su poema más reconocido fue “La lengua castellana” y se cree que la primera estrofa es dedicada a su madre. Dentro de su primera producción se conoce “¡A la fiesta!”, “¡Sálvanos, Madre!”, “Lázaro” y “La Redención”. Creó seguidillas para las compañías de zarzuelas que estaban de paso por la ciudad, décimas, redondillas, peteneras y coplas para aquellos que se las pedían. Nunca renunció a expresar lo que sentía.  

Bibliografía

Virutas. Editorial J. F. Marxuach, San Juan, 1900.
“Las candeladas”. La Araña, año 1, 1902, p. 3.
“Recuerdo del baile celebrado en la casa morada de Nicola Quiñones”, El Comercio, San Juan, número 7, 1889, p. 5.
 “Poema publicado bajo el seudónimo Momo”, Almanaques del boletín, 1994.
“¡Pobre Pierrot!”, La Araña, año 1 número 3, 1992, p. 3.
“¡Qué no llore el niño!”, Domingo de boletín, año 1, número 22, 1993, p. 8.
“Absuelta”, Domingo de boletín, año1, número 1, 1993, p. 2.
“Oro, mucho oro”, Domingo de boletín, año 1, número 2, 1903 p. 7.
“Para Adelita Burillo”, Domingo de boletín, año 1, número 3, 1903, p. 3.
“Mi equipaje”, Puerto Rico ilustrado, año 3, número 134, 1903 p. 8.
“Carta a Pepito”, Domingo de boletín, año 2, número 24, 1904 p. 3.
“Puerilidades”, Domingo de boletín, año 1, número 45, 1904 p. 1.
“El cuatro de Julio”, El carnaval, año 4, número 1, 1904 p. 4.
“Pero nunca muerta”, Domingo de boletín, año 73, número 64, 1911, p. 2.
“A Amparo”. Puerto Rico Ilustrado, año 2, número 56,1911, p. 12.
“Cascabeles”. Puerto rico Ilustrado, año 3, número 126, 1912, p. 3.
“Curso extraordinario”. Boletín Mercantil, 1904.





Conocido como "Momo". Las ideas centrales de sus obras las son : la defensa de los valores nacionales frente a los valores extranjeros. Lo extranjero es lo estadounidense, porque lo español para el es parte de la identidad Puertorriqueña.






Lázaro!

Presto el palmar sus verdes abanicos,
y duros troncos y rugosas yaguas,
y las manos callosas del colono
alzaron en el monte la cabaña.

Y dio el maguey su fibra resistente,
y su dura corteza la emajagua,
y la anémica y triste compañera
del colono infeliz labro la hamaca.

Sucedieron los años a los años,
e igual que siempre, en la choza hospitalaria
sonó con grave acento la vihuela,
que murmura al compás de la maraca,
y, al son de guiro, que estridente cruje,
del triple alegre la sonora charla.

:a paz diosa bendita que en los pueblos
bienes sin cuento prodiga derrama,
huyo una tarde del terruño hermoso;
trono el canon, y al brillo de las armas,
de una turba cobarde y parricida
se pudo ver la faz desencajada.

Y todo cede ante la fuerza aquella,
que el miedo los ojos agigantan!

Y entonces el colono, esclavo siempre
de quien comercia en nombre de la patria,
vio también su mísera cabaña
cambiar de dueño. y escucho en sus montes
el ruido sordo de extraña planta.

Tu ere, mi tierra, pájaro sin plumas
al que el destino le cambio la jaula,
y eres hermosa y bella, tan hermosa
como la faz de la mujer amada.

Y orgía de luz, derroche de colores,
hay en tus verdes valles y montañas,
y es tu seno fecundo y generoso
y hay en tus venas poderosa savia
y en el concierto de los pueblos cultos
quien te quiera humillar no te aventaja,
porque buscas lo bello y porque tiene
tu pensamiento deslumbrantes alas.

No ere fuerte? Pues vamos a la lucha:
mas no esgrimiendo la traidora daga
en liza estéril, ni puñal que aleve
el cobarde en las sombras desenvaina.

No busques el suicidio en los combates,
mientras brille a lo lejos la esperanza.

Lucha en el noble campo del trabajo,
por todos, por tu Dios y por tu raza,
por la santa memoria de tus muertos,
por tus hijos, los hombres del mañana.

Pobre de ti , mi pueblo, si tranquilo
dejas que el invasor reine en tu casa,
mientras oyes del triple el ruido alegre
tendido entre los hilos de la hamaca!

Deje el rencor su puesto a la concordia,
y ante el yugo fatal que nos amaga,
juntos caigamos o venzamos juntos
sin que el odio destroce nuestras almas.

Arriba, pueblo, corazón de niño,
que puedes verte convertido en paria!

Y tu, Dios de los justos y los buenos,
si tanto es tu poder, si en ti se encarna
de la justicia y del amor el verbo,
haz que, inspirado en ti, surja mañana
un nuevo Cristo, generoso y grande,
que así nos diga: Lázaro, levanta!








La lengua Castellana

Virgen de Nazareh, dulce Maria
al hijo de mi amor clemente ampara.

Así, con triste acento, que aún escucho
vibrar en lo recóndito del alma,
teniéndome en sus brazos prisionero
y mi rostro bañando con sus lágrimas,
la mártir infeliz que me dio vida
alzaba su oración. ¡Y su plegaria
iba hasta el cielo, envuelta en el ropaje
de la armoniosa lengua castellana!

Para civilizar un nuevo mundo,
su sangre y su cultura le dio España.

Así, con grave acento, que aún conmueve
mi corazón, sonaron las palabras
del noble anciano que prestó a mi cuna
su decidida y cariñosa guarda,
y del severo libro de la historia
abrió ante mi las inmortales páginas.
¡ Y aquella frase la expresó el anciano
en la sonora lengua castellana!


Colono: ese terruño en que has nacido
y morirás tal vez, ese es tu patria.

Así, con duro acento, que aún resuena y
dentro de mi, donde jamas se apaga,
me dijo un preceptor; y desde entonces
idolatro la islilla desgraciada;
que un sol de fuego con su lumbre alegra,
que el Mar Caribe con sus ondas baña.
¡ Y fue dicha la frase del maestro
en la sonora lengua castellana!

Rota ya la cadena del esclavo,
reina en el mundo libertad sagrada.

Así con voz enérgica, que aun vibra;
en el altar de la conciencia humana,
dijeron unos hombres de mi tierra;
y, desde entonces, la oprimida raza
que fue despojo de la vil codicia,
alzó la frente redimida canta.
¡ Y aquellos hombres justos, la sentencia
proclamaron en lengua castellana!

No es eterno el sufrir. La fe consuela,
y es raro de la vida la esperanza.

Así, como dulce acento, que aún rceurdo,
y conmueve mi ser, y llena el alma
de indifenible gozo, así me dijo
de mis sueños la hurí, la niña casta,
que destellos de sol tiene en sus ojos
y la bondad angélica en el alma.

¡ Y brotó de sus labios la promesa
en la divina lengua castellana!

II

Lengua inmortal que hablaron mis abuelos
un bardo triste tu hermosura canta.

Tú me recuerdas el amante arrullo
de una madre infeliz, tú de mi infancia
evocas el recuerdo; tú revives
de mi niñez sin sol vagos fantasmas,
mis horas de placer, que fueron cortas,
mis horas de dolor, que fueron largas,
mi titánica lucha por la vida,
mis triunfos breves, mis derrotas vastas.

Lengua inmortal que hablaron mis mayores,
tan bella como tú no hay lengua humana.

Por tus frases enérgicas obtuve
el hermoso concepto de la patria,
y se por ti que Dios, bondad suprema,
sobre los hombres su piedad derrama;
y al abrir de la historia el libro inmenso,
supe que fueron tuyas las palabras
que pronunció Colón, mirando al cielo,
al descubrir la tierra americana.

Lengua inmortal, idioma de Cervantes,
el colono de ayer tu gloria canta.

Eres raudo torrente. Te despeñas
y caes en deslumbrante catarata,
llenando de sonidos el espacio
y de notas de fuego, que se apagan
con este ritmo vago y misterioso
de un suspiro de amor. Sonora y clara,
expresas la pasión; y el pensamiento
por ti se viste con brillantes galas.

¡ Lengua inmortal, tesoro de armonías,
honor a ti, del mundo soberana!

Son tuyos el apóstrofe vibrante
que hiere con el filo de la espada,
y la frase de célica ternura
con que forma la virgen su plegaria,
y el acento melódico que tiene
la dulce voz de la mujer amada,
la que rayos de sol lleva en los ojos,
nieve en la frente, y en los labios grana.

Lengua inmortal, a tu existencia unida
por siempre está mi tierra borincana.

Tronó el cañón, soldados extranjeros
aquí pusieron su atrevida planta,
y se cumplió una ley inexorable,
y su gran infortunio lloró España
con la misma amargura y la tristeza,
llena de luto y de dolor el alma,
que otro gran infortunio lloró un día
el último rey moro de Granada.

III

Ese lazo que ayer rompió la fuerza,
átalo  tú, mi lengua castellana.

Mensajera perenne de concordia,
cruza el inmenso mar que nos separa
y lleva de la América Latina
a la nación que puebla nuestra raza,
con el pobre cantar del bardo triste,
el beso fraternal de nuestras almas,
¡ Que se puede cambiar una bandera,
pero los sentimientos no se cambian!





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