Kim Chun-Su
Kim Chun-Su (Nació el 25 noviembre 1922 y murió el 29 noviembre 2004), fue uno de los poetas líderes de Corea del Sur de finales del siglo XX. Ganó numerosos premios literarios y fue profesor de literatura coreana. Sus obras han sido traducidas al inglés, alemán y español.
Kim nació en Chungmu (actual Tongyeong). Estudió Literatura en la Universidad de Nihon en Japón desde 1940 hasta 1943, momento en el que fue expulsado y encarcelado por hablar en contra del Imperio Japonés. Después de su liberación, volvió a Corea y enseña en las escuelas intermedias y secundarias. Empezó a publicar poesía en 1946. Se unió a la facultad de la Universidad Nacional de Kyungpook en 1965, y se convirtió en Decano de la Facultad de Literatura de la Universidad de Yeungnam en 1978. En 1981 fue elegido miembro de la Asamblea Nacional.
Bibliografía:
Kim Ch'un-Su, The Snow Falling on Chagall's Village: Selected Poems. Translated from Korean into English by Kim Jong-Gil. Cornell East Asia Series, 93. Ithaca, NY: East Asia Program, Cornell University, 1998.
Chun su Kim, poseído por Dostoievsky
Chun Su Kim es un poeta coreano que murió hace dos años. Se le considera el poeta contemporáneo más importante de Corea. Le interesaba mucho la literatura europea, por ejemplo la fenomenología de Husserl, pero también se sentía dividido entre Marx y Freud, entre el ser individual y el ser social. Este conflicto me resulta curioso, porque yo también me hallo a menudo dividido entre las dos cosas, pero yo las identifico con el confucionismo (ser social) y el taoísmo (ser individual), o con el gran camino (mahayana) y el pequeño camino (hinayana) budistas. A veces es más fácil encontrar algo próximo a la intimidad mental en lo distante que en lo cercano, posiblemente porque lo cercano está lleno de ruido mediático y es difícil llegar a escucharlo con atención. Chun-Su Kim buscaba en Europa y yo busco en Asia. También Goethe encontró en el persa Hafiz esa voz cercana.
CON TODO MI RESPETO A MI MAESTRO STAVROGIN
Con una planchuela enrojecida al fuego
puebo achicharrarme el costado.
Con un cuchillo me levanto las uñas de la mano
y también las uñas de los pies.
¿Cuánto podré aguantar?,
mido la altura de mi imaginación.
Demasiadas palabras y demasiados problemas,
es la metafísica de la torre de babel
que yo sacudo.
Digo derrúmbate, derrúmbate
hasta que se derrumbe.
Sin embargo, como le sucedió a un poeta,
una espina verde de la primavera tardía
se me clava. Finalmente me mata.
Esta es la realidad.
Un corpezuelo físico compuesto de siete partes de agua,
¿qué haré con esta vergüenza,
maestro?
A punto de suicidarse,
su estúpido discípulo Kirilov.
A NATASHA
Natasha,
el crimen
es un escabeche
que se hace poniendo carne y sangre en sal.
El setenta por ciento es sal.
Petersburgo, como un poema de Baudelaire,
huele a sodio por todas partes.
Después de lanzarme a las ruedas de un coche de caballos,
yo también pude saberlo:
aún en el dolor de muelas hay placer.
¿Por qué Sonia, pese a que vendió su cuerpo,
se convirtió en un ángel?
Añorando la luz,
esperamos ahora la noche.
El príncipe Valkovski,
un holgazán que no hizo nada en esta vida.
El Pintor Lee Jung Sup que yo conocí.
Encontré a Lee Jung Sup en el barrio Kwang Bok Dong.
Llevaba el mar sobre la cabeza.
Decía que volvía su mujer de Tokyo
y se perdía
en el azul más intenso que el mar.
No pude verle nunca
por más esfuerzos que hice:
no había ninguna huella en las calles.
Tras algún tiempo
le encontré una vez más
en un salón de té en el barrio Nam Po Dong.
Estaba sentado junto a la ventana des de donde se veía el mar
que aparecía cubierto por una espesa sombra,
y él borraba el mar palmo a palmo.
Dice que no vuelve su mujer de Tokyo.
Poesía coreana actual. Adonais. Ed. Rialp. Madrid 1983 (selección, traducción
e introducción de Yong Tae Min)
Flor
Antes de pronunciar su nombre
no era más que un gesto.
Cuando lo pronuncié
vino a mí,
se convirtió en flor.
Ahora dame un nombre.
Uno apropiado a mi color y aroma,
así como yo le nombré,
de modo que vaya
y me convierta en tu flor.
Todos anhelamos
convertirnos en algo.
Tu para mí y yo para ti
ansiamos convertirnos
en un gesto inolvidable.
Trad. Ada Pantoja.
Poesía en prosa e intensificación del lenguaje poético: Kim Chunsu
por Alejandro Zenker
Kim Chunsu (1922-2005) buscaba ante todo la puridad del lenguaje poético y adoptó para ello la poesía simbólica de Occidente. Su obsesión por la puridad se manifiesta en la exploración del infinito en sus primeros poemas, y del sinsentido en los posteriores. Influenciado por Rilke, sus comienzos poéticos, recogidos en colecciones como Nube y rosas (1948), La marisma (1950), La bandera (1951), Un vecino (1953), Un bosquejo floral (1959) y La muerte de una muchacha en Budapest (1959), tratan de la soledad existencial y de la condición trágica de vida, expresadas en forma de ansias o esperanza de un mundo absoluto más allá del poder del lenguaje.
Prólogo a una flor
Ahora soy un animal peligroso.
El momento en que mis manos te tocan,
Te vuelves oscuridad, desconocida y remota.
En la punta de la rama temblorosa del ser
Floreces y caes sin nombre.
Lloro toda la noche
En esta oscuridad sin nombre que rezuma a través de mis párpados,
Enciendo luces de un plato de memorias.
En este poema, el objeto poético de la flor no es una entidad real que se capte a través de los sentidos, sino una imagen conceptual empleada para representar la conciencia que comprende el secreto de la existencia. Sin embargo, en sus poemas posteriores, Kim Chunsu tratará de borrar toda huella de dicha conceptualización. A partir de finales de los sesenta, se casará ideológicamente con la poesía del sinsentido, articulando una visión poética singular en colecciones como Tono de romance y otros poemas (1969), Chuyong (1974), Nandin (1977), La Luna empapada de lluvia (1980), y Después de Chuyong (1982).
Hojas de madreselva
En la nieve madura
El fruto rojo del invierno temprano.
Un pájaro pequeño de cola blanca,
Que nunca vi en los suburbios de Seúl,
Lo picotea.
El color de las hojas de madreselva en invierno
Está más triste que los sueños humanos
Nunca realizados.
En este poema, las imágenes no pertenecen a un molde lógico común que produzca un sentido inteligible o muestre un tema identificable. La hermosa imagen del invierno tempranero queda grabada en la retina del lector; el poeta recurre a descripciones sucintas del paisaje y deja a un lado el mundo trivial de la vida diaria, construyendo un mundo estético que consiste únicamente en limpias imágenes.
Lágrimas
Un hombre y una mujer
Mojados por la cintura.
Un árbol de ginseng que veo en la noche
Está mojado por la cintura.
Quien cruzó el mar andando descalzo,
Dicen, se convirtió en pájaro.
Dicen que solo las plantas de sus pies estaban mojadas.
Este poema es uno de los ejemplos más claros de la visión poética buscada en Hojas de madreselva; resulta imposible saber cuál es el sujeto o el objeto del mismo. Se yuxtaponen las imágenes disonantes y espontáneas, carentes de conexión lógica. Sin objeto concreto ni tema identificable, las imágenes flotan en el espacio como abstracciones, como entidades autónomas no subordinadas a una idea. Así, composiciones líricas como Poesía sin sentido realzan el valor existencial absoluto del lenguaje poético.
Eliminar por completo el sentido de la poesía sería imposible. Tal esfuerzo sería criticado también como lo sería intentar eliminar la vida y las preocupaciones sociales del reino poético. No obstante, las obras de Kim Chunsu sirvieron para plantear una cuestión fundamental sobre el valor existencial del lenguaje poético y dejaron una fuerte impronta en las generaciones venideras.
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