Adrian Kasnitz
(1974) Queetz, ALEMANIA. Estudió en Köln y Praga. Se desenvuelve como escritor y editor en Köln. Publica poesía lírica, prosa y ensayo, que aparecen regularmente en compartimentos de internet. Su trabajo fue distinguido con la beca de Brinkmann del Dieter de Rolf (2005) y una beca del trabajo del país North-Rhine/Westphalia (2001). Fue invitado dos veces a la marcha literaria "vuelta final" en Darmstad.
(1974) Queetz, ALEMANIA. Estudió en Köln y Praga. Se desenvuelve como escritor y editor en Köln. Publica poesía lírica, prosa y ensayo, que aparecen regularmente en compartimentos de internet. Su trabajo fue distinguido con la beca de Brinkmann del Dieter de Rolf (2005) y una beca del trabajo del país North-Rhine/Westphalia (2001). Fue invitado dos veces a la marcha literaria "vuelta final" en Darmstad.
http://adriankasnitz.kulturserver-nrw.de
Adrian Kasnitz. Es el anfitrión del club de literatura en Die Wohngemeinschaft (Piso Compartido) y director de la edición Parasitenpresse (Prensa parásita). Su última publicación como escritor fue la compilación de poemas “Schrumpfende Städte” (Ciudades encogedoras, Luxbooks 2011) y por ello recibió el premio GWK-Förderpreis. Además de esto es activo en la política comunal, con el grupo de electores DEINE FREUNDE (tus amigos), que en 2009 obtuvo una curul en el consejo de la ciudad de Colonia.
Colonia de Noche
La noche
una luz parpadeante
que cambia posición
al rostro de la televisión
Veo el lago
como un charco cuadrado y ciego
y en el césped
los chicos sentados escuchan
una música de cinta
antes de iniciar el rito de afeitarse
La vecina del frente
regresa caminando
viene de estudiar pedagogía
y cierra sus cortinas
a las diez cuarenta y cinco
como siempre
A la derecha
tengo el último trago de cerveza
Saludo de pie a la larga noche
sin tan solo la brisa
se llevara el recuerdo amarillo
hacia el Este.
(este poema fue traducido al español por Stefan Kaltenhäuser para su publicación en 1997 en Calíope, una revista española. Esta última versión es una adaptación mía a un "ritmo" más hispano).
Alambre
Todo lo que conocía: lentamente
oxidándose las bobinas, los rodillos
de un tiempo en su imparable marcha.
Afuera se asomaba ya el pasado
golpeando sobre el techo carcomido.
Adentro habitaban los ruidos metálicos
de los obreros, quienes sacaban el día
inútil en largos alambres. Eso era
todo lo que conocían. Y a veces se sentaban
al sol, comiendo sus rebanadas de pan bien untadas
(basado en Seamus Heaney)
Versión de José Molina
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