miércoles, 10 de noviembre de 2010

1800.- JOSÉ ÁNGEL BARRUECO


José Ángel Barrueco (Zamora, España, 17 de noviembre de 1972)
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca. Colaborador de El Adelanto de Zamora, Culturamas y Divertinajes, entre otros. Fue columnista diario del periódico La Opinión de Zamora desde enero de 2001 hasta septiembre de 2009. Colaboraciones semanales durante el año 2000. Con 3.187 artículos publicados hasta la fecha. Habitualmente colabora con distintos medios. Ha publicado novelas, cuentos y microrrelatos. Su obra aparece en diversas antologías.

Obras
-NARRATIVA / POESÍA:
-Recuerdos de un cine de barrio (Tecum Editores, Barcelona, 1999 / Baile del Sol, Tenerife, 2009). Novela
-Monólogo de un canalla (Ediciones de La Tempestad, Barcelona, 2002). Novela
-Te escribiré una novela (La Opinión – El Correo de Zamora, 2003). Novela corta por entregas
-El hilo de la ficción (Editorial Celya, Salamanca, 2004). Cuentos hiperbreves
-Vengo de matar a un hombre (Editorial Celya, Salamanca, 2004). Monólogo teatral
-No hay camino al paraíso (Editorial Ya lo dijo Casimiro Parker, Madrid, 2009). Poemario; autoría compartida con Javier Das
-Para esas noches de insomnio (Ateneo Obrero de Gijón, 2009). Cuentos, poemas y artículos
-Asco (en preparación: 2011). Novela
-Vivir y morir en Lavapiés (en preparación: 2011). Novela
-Los viajeros de la noche (en preparación: 2012). Poemario





FINGIR EL SUEÑO

leía mucho por las noches
como ahora, como siempre

al oir el portazo de mi padre
tras regresar a casa del trabajo,
cerraba el libro, apagaba la luz y fingía el sueño

unos minutos después sentía
el movimiento de la manija de la puerta
una mano giraba el pomo:
despacio
muy despacio
en silencio casi absoluto

abría un ojo y notaba la luz filtrándose
en el cuarto desde el exterior

en la rendija entre la puerta y la jamba
asomaba su cara como una aparición fantasmagórica

¿estás dormido?

pero yo no contestaba
fingía un sueño profundo
aguantaba la respiración

alguna vez respondí,
y eso supuso varas horas
de monólodo o, lo que era peor,
alguna bronca, algún desahogo
sobre su trabajo, su madre o la mía
y los disgustos que le daban

en la distancia,
ahora veo que
no hay nada
tan triste en la noche
como un hijo fingiendo
su sueño para no hablar con su padre.

(Incluido en el poemario inédito
Le aplastaré con mis versos)






ESO ERA LA FELICIDAD

Nosotros en la cocina,
riendo y conspirando
contra el tirano

Un vinilo despidiendo rock a todo volumen
en el salón lleno de antigüedades

La lectura sobre una mecedora,
con el gato sentado en las piernas,
ronroneando feliz, como nosotros

Las películas y las series y los dibujos animados,
compartidos entre los hermanos y a veces la madre

La visita de mis primos,
que se iban antes de su aparición,
y nuestras conversaciones trufadas de bromas

La libertad del felino, que rondaba sin miedo por casa
mientras nosotros disfrutábamos de su compañía y del sosiego

Pero entonces llegaba él.






TENEMOS QUE IRNOS

Sobremesa tras la cena
estamos los cuatro
él no ha llegado aún
noto inquietud y temblor

Mi madre dice:
tenemos que irnos
de esta casa

La aceptación
en nuestros ojos
el temor a la intemperie
en nuestros corazones
el vacío en el alma
al saber que tu vida
se disuelve y muta

Decidimos marcharnos
pero regresamos
un año después,
o así, cuando a mi madre
él la sedujo de nuevo
cuando la convenció
con palabras envenenadas
de mentiras y falsas promesas

Cometimos el error de volver,
amigo, el error de confiar
en el beso de judas.





BENIDORM

Somos niños
viajamos a Benidorm
en verano
partimos de madrugada
nuestra madre se santigua
ponemos casetes de Walt Disney:
Peter Pan y Pinocho
y cintas de Parchís y Rafaella Carrá,
que le gusta a mi hermana.
El viaje es largo y hace calor

Benidorm.
Nos compran
collares de marfil
bañadores que marcan paquete
artículos de broma
y gofres con chocolate.
Mi padre pasea por la playa
para ver a las chicas en top less
aunque él no lo dice
mi hermano señala a una mujer:
—¡hala, vaya tetas más grandes!
—jaja, no señales –ríe mi padre
alguna noche vamos al autocine.
En el aparthotel en el que nos alojamos
comemos alubias con vinagre
y ensalada de patatas

Benidorm.
Senos al viento
aire salado y risas
hermanos que juegan
tiendas con olor a cuero
padres que se miran y se aman
Benidorm, Benidorm, Benidorm.
Estamos unidos, somos felices
sí, fuimos felices entonces.




LA FUENTE DE LA VIDA

lluvia, frío, viento
y a veces algo de nieve

ese era el panorama
del que disfrutamos
hace poco en Praga,
mi chica y yo

errábamos por
calles con aristas kafkianas
y yo iba hundido:
las noticias no eran buenas

durante aquellos paseos
luchaba por no desmoronarme

sólo podía pensar en
algunos versos sueltos
de javier das y de
ana pérez cañamares

no dejaba de imaginar
qué aspecto tendría ella
cuando se quedara sin pelo
y sin fuerzas por la quimio

ella:
me refiero a mi madre,
la que me dio la vida

esta vida que aún sufre,
este corazón hecho jirones
allá, perdido en algún rincón
de las calles grises de Praga.

1 comentario:

  1. Nada mejor para el 1800. Me gusta cómo escribe JAB. Y admiro tu tenacidad y tu sensibilidad.

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