Lauri Otonkoski
(Helsinki, Finlandia, 1959). Poeta, ensayista, dramaturgo y músico.
Producción
Poesía
Mutta kukaan ei enää tiedä. Porvoo, Helsinki, Juva: WSOY, 1990. ISBN 951-0-16731-2.
Harmaan koiran rondo. Porvoo, Helsinki, Juva: WSOY, 1992. ISBN 951-0-17891-8.
Paossa. Porvoo, Helsinki, Juva: WSOY, 1993. ISBN 951-0-18972-3.
Musta oli valkoinen. Porvoo: WSOY, 1995. ISBN 951-0-20485-4.
Ahava. Porvoo, Helsinki, Juva: WSOY, 1998. ISBN 951-0-22935-0.
Olo. Helsinki: WSOY, 2002. ISBN 951-0-27473-9.
Cameo. Sinfoninen runo. Helsinki: WSOY, 2005. ISBN 951-0-30754-8.
Harmi!. Helsinki: WSOY, 2009. ISBN 978-951-0-35623-4.
Origami. Helsinki: WSOY, 2012. ISBN 978-951-0-39429-8.
Libros para niños
Otto... hänen merkilliset vaiheensa ihmisten parissa.... Kuvitus Tarja Lapintie. Porvoo: WSOY, 1997. ISBN 951-0-21645-3.
Otros trabajos
Salonen, Esa-Pekka & Otonkoski, Lauri: Kirja: Puhetta musiikitta. Helsinki: Tammi, 1987. ISBN 951-30-6599-5.
Otonkoski, Lauri (toim.): Klang: Uusin musiikki. Helsinki: Gaudeamus, 1991. ISBN 951-662-531-2.
Kiiskinen, Jyrki & Otonkoski, Lauri (toim.): Motmot: Elävien runoilijoiden klubin vuosikirja 1994. Helsinki: WSOY, 1994. ISBN 951-0-20129-4.
Aarre Merikanto. Helsinki: Finnish Music Information Centre, 1997. ISBN 952-5076-00-8.
Kuultavaa luettavaa: Kirjoituksia vuosilta 1980−1999. Helsinki: WSOY, 2000. ISBN 951-0-24487-2.
Otonkoski, Lauri (toim.): Ilon ja kivun kääntöpiiri: Afrikkalaisia novelleja Saharasta etelään. Helsinki: WSOY, 2004. ISBN 951-0-29029-7.
Traducciones
Raymond Carver: Rivi riviltä, lyönti lyönniltä: Valikoima runoja. Suom. Lauri Otonkoski ja Esko Virtanen. Porvoo Helsinki Juva: WSOY, 1994. ISBN 951-0-19350-X.
Premios
Nuoren taiteen Suomi-palkinto 1995
Tanssiva karhu -runopalkinto 1996
Pekkas-palkinto 1999
Kirkkotaiteen Engel-palkinto 2001
Tanssiva karhu -palkinto 2003
¿Qué queremos decir?
¿Qué quiere decir en realidad el sol, cuando sale? ¿Haría un
ejercicio tan solemne, tan arqueado, prescrito sólo por alguna
costumbre vetusta?
¿Cómo escoge la hierba el lugar de su marchitamiento, o el
hombre?
¿Qué dijiste; o sólo hablaste?
Es un alivio acordarse, a la vez, de cuán poco puede significar el
lenguaje. No está de guardia el escritor como un policía tiritando
en el frío. No gesticula en la encrucijada. El escritor es una anciana
afable, que invita a la posibilidad de ir en busca de hongos o tomar
una cerveza. Y cómo no.
Pero desde luego. Por supuesto. También sucede que si el poeta
ve a los niños del kínder agrupados en la esquina, hace todo lo
posible para que puedan cruzar sin peligro.
Y cuando los niños se han ido y ya están junto al parque, se
apresura el poeta tras el grupo y se une, sin sentir, a la fila.
Se ha enfrascado en todas las edades.
Pero
Piensa audazmente: el cielo es de vidrio
Piensa más audazmente: el cielo es de vidrio
pero las piedras son livianas
Lo que se dice al niño
Cuando se quita la primera certeza en ciernes,
o las primeras zapatillas de terciopelo:
echa una mirada a la iglesia y al puerto. Tienes ojos.
Hay la vida piélica de la manzana, hay el lema cereal del pan.
Hay un viaje largo que emprende el agua
desde el frío de la cavidad
hasta el calor del vino y el tiempo
está medido en los mapas, no hay fiesta demasiado
pequeña
como para no celebrarse.
Y aún:
piensa más audazmente
y duerme en esos brazos
ya que se exige audacia
cuando lluevan añicos
Alguien ha encontrado
La diafanidad de la noche: alguien ha encontrado quien
lo escuche,
a quien describirle la transparencia de la noche.
La cúpula de su alegría crece hasta queda esmaltada
de estrellas,
le da la mano a unos dioses, mas ellos
tampoco quieren nada y nada saben.
¿De verdad piensas pisotear el silencio?
Él los sostiene a ellos y en secreto llevan
de la colina al pueblo
la fruta profunda del mañana.
Memorias apócrifas
(Fragmentos)
6
Mañana probablemente estaré en esta misma habitación, que
se inunda del ayer y el anteayer.
Niños en el jardín del colegio entre una clase de
francés y la vida. La imagen se
complementa con una estación del año, cuando empiezan a
llover gotas parecidas a uñas
revestidas de plomo.
Y aún no quisiera revelarles cómo es:
cómo al menos es:
cómo en el peor de los casos es:
cómo de verdad es:
cómo es lo absurdo que hay:
cómo es lo oculto que hay:
cómo es cuando una aeronave se enamora de las
naves submarinas.
12
El tren nocturno para Moscú sale por el andén cuatro para
transportar en el morro flores de plástico e insomnios hacia
el sureste. El tren nocturno a Moscú como una novela de
espionaje empastada en rústica. Como la expresión en la cara
de un poeta novato en la escalera de la editorial.
En el restaurante amistad a bocanadas, alegría que se
balancea a cien kilómetros por hora, aunque el tren esté en
camino hacia Moscú. El paisaje desaparece horizontalmente
hacia alguna parte. ¿Allá también vive gente? Un vaso de vodka
a la vez: tal es mi táctica individual de la tierra arrasada.
Cerca del pueblo, cuatro ovejas, contadas muy pronto, el
cielo que llovizna matiza la taiga como un calcetín mojado,
y qué pensaría yo esta noche:
-¿es posible, haciendo cosquilla, espantar la depresión?
-¿nacen esquimales de la unión entre un saami y una mulata?
-si el domador tiene éxito, ¿le toca volver salvajes a los hombres?
-¿se produce algo auténtico cuando uno falsifica una falsificación?
¿Ya entienden ustedes?: traigan una copa de sosiego. ¡O sigo
pensando!
15
La noche en la isla Boskär. Julio.
No puede entenderse todo eso, si no se cree todo lo que
cabe en un instante: todo lo que hay, todo lo que no hay.
Un bramido pagano cuando la luna, teñida por la sal, se
remolca desde su descanso marítimo: una sandalia fugitiva
choca proféticamente con la baliza en las cercanías de un
bajo invisible.
Una confesión interrumpida por la risa del cura sentado
en el confesionario. Una confesión hace llorar hasta a un
policía. Continuación del viaje en las dos direcciones del cruce.
Reunión de todos los sentidos en torno a la hoguera. Hombre
que se agazapa en su crisálida de cuatro extremidades.
Un bosque que suspira un himno verde:
Una flauta está siendo enterrada en un lugar secreto.
Memoria del Primer Festival Internacional de Poesía de Lima (FIPLIMA) 2012
Poems from Ahava (WSOY, 1998)
And life went on, went on as a kind of weird fugue,
a forked path that drops across your eyes,
rejecting simple questions.
Which summer was that,
I ask in December,
in a high room, with a tiled stove, a bricked up
nostalgic sentence about the warmth of other times,
a crossing where all the world's words
discover the the comparative degree of silence,
the one with meaning.
Should I peep across a couple of cloudy stanzas to get a better view,
but again my eye conjures up a medieval constricted soul.
All that's left is a thirst of all the senses, a frigid study of sentences,
of bones.
Yes, even if speech
is like trying to master a hundred-string guitar with ten fingers.
Even if stories
masked in words are no longer enough
for a time drowned in virtual dreams.
Even though, day and night,
the same perpetual dusk drifts a continent of ice over the city.
Nevertheless
I do think of something, with clenched hands,
when I come to the edge of the park.
That park is just a slice of the city,
humming nostalgia for the forest.
Under a tree a dog, its ears wearing
the same look as when
perpetual motion's being invented.
A tree's armpit
is singing three bought vowels,
and there's something else in the air,
some thread unwinding from the eye
of a winged being that's crashed into winter.
Christmas morning and the voice of a decomposing year:
this way too one can arrive at a fifth season.
And environing the park a church resting on darkness,
a library, a mental hospital:
yes, all life's here except for the pub.
That soundless park, that Christmasless dog,
and a break of day suddenly so draughty.
As if the world had left the back door open,
and, bent like a question mark
I push my face out of it:
What expression could you wear today
for denying written history?
What's the great instrument
that even today is passing across the heavens
and again playing an inconceivable scale?
How is it that a star still crowns the tree of memory today
though the roots' production-chain
was put on a sound basis trade-cycles ago?
But the door's still open and closed,
it's a revolving door,
glass and wood and motion like memory,
or the caprice of dream.
And again the park's there
and the edge of the park's morning.
But I'm coming from a direction
that's no longer describable.
As a messenger
of so much good and bad will
I travel under the stars,
towards Christmas and the millennium.
A hundred black specks
on the sooty snow, the first Christians,
their feet splayed and frozen,
trail a corridor across an iced landscape.
Asking no questions, singing no songs.
Is it I
or some foredoomed will
that casts a stone at that innocent congregation of ducks?
That trade union struggling to escape.
But I called the stone Luke
and so I know
the deed was stupid
but apostolic.
And, at last, the stone's been cleansed,
once Luke's
water, grit
and all its interpretations are scrubbed off,
the Christmas evangelist in my pocket,
I'm truly at one in spirit with the wind and the rain.
'Eyeless, wingless stone,
why did you call her sinner
who watered the feet of Jesus with her tears,
dried them with her hair
and finally anointed them with odorous spikenard?'
'Perhaps that sinner's trade was not healthy,
but an old trade it was
and a merciful one.
If she did cherish only the palest slice of love,
yet a slice it was.'
'She that was called a sinner knew
that only eyes are needed for speech.
For touch, just the smoothness of skin
and the silvering of another's skin.'
But Luke, the all-knowing, in my pocket
again remembers
that a stone's only skill is its weightiness.
It wants to take wing and fly again
with no repetition of its five theses:
1. If you don't know which sense to knock on the labyrinth door with today, you're already on the verge of speech.
2. If you don't remember that Easter has Christmas in view, you've neglected your homework.
3. If you touch, touch totally.
4. If you speak, say it all, and out loud.
5. If you don't realise how frail the substance is
on which you should draw the heart line of your questions
you're richer by many stinging silences.
The dog with the sad posture has already gone its way,
the stone's stone again,
and no door's open any more or closed.
And now like then
November was the month of death,
but after November came December
and Christmas
and life went on,
it went on like a weird fugue....
Translated by Herbert Lomas
Ahava
- a cool dry spring wind
- (Bibl.) a place name in Babylonia, also a moving stream or canal
No one can tell from the clench of a hand
whether it's closing into a fist or a prayer.
The stone can't tell, hidden in a policeman's shoe,
a child can't tell,
nor the granite smile grown pale in the embrace of salt water.
And he can't tell, the one who's spent 38 years
in the first grade.
The one who doesn't know mathematics,
and mathematics doesn't know him.
But the family tree whispering inside him knows:
'Man wasn't made to know
but to roam free and curious
like a trail of smoke
round and through
phenomena, love and horror.'
This is the voice today too, this voice,
curious,
curious and free.
Translated by Herbert Lomas
As for a person who's full of Barabbas's bewildered silence and stands at the devastating intersection of frost, a phone booth and an unhoped-for message, who yet suddenly opens his senses to a world seen as flowing, as if a polyphonic motet were part of a triumphal procession to some winter day's matinee,
what if I should dedicate this poem to him?
Translated by Herbert Lomas
Observations on true voluptuousness
Mornings he ends up
putting on his clothes.
In his profession
he works.
On his way to work he sees an incident
and decides to tell his nearest about it that night,
employing a few colloquial expressions.
He has a mood
but the weather's outside.
From the lunch menu he does select
some food and a little drink.
In his free time he loves
works made by artists
and compositions composed by composers.
In the bus, he directs his gaze at a person (female).
'Subject, predicate, object!'
he admits.
'Expletive, giggle!'
She turns to look
at the view through the window.
But when saw-souled sun and contemplative moon
changed places
and day swooned into the weave of night
the world's engine
it, it just went on purring.
Translated by Anselm Hollo
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