martes, 7 de febrero de 2017

RIKARDO PANTOJA M. [19.917]


Rikardo Pantoja M.

Rikardo Pantoja M. Poeta y ensayista colombiano, nacido en la ciudad de Pasto, Colombia, en 1977. Ha trabajado desde finales de 1996, desarrollando un estilo propio, su prosa ha llevado a la filosofía a incluirse dentro de la poesía, un humanismo poético. Sus obras son: A través del tiempo, ESTRUCTURAS (Poemario) y su actual poemario “CUMBRES”. Ha participado en eventos locales como: El 1er Concurso Departamental Cuento Ecológico -Oso de anteojos- Nariño 2013,  Encuentro de poesía y cuento corto lecturas para la paz, Recital hojas de la tarde verde, Poetas en carnaval versión 2016, Encuentro literario “CONVERSEMOS” de la fundación Qilqay, Encuentros apoyados por el programa nacional de concertación cultural del Ministerio de Cultura, con apariciones en la Revista Paranoia de Pereira y Letanías Paganas de la ciudad de Medellín. 




Parafraseando

Bienaventurada la vida, en su eco nos muestra un coro a dos voces, sístole y diástole.
Bienaventurados los muertos, dejando su vida a quienes la niegan, la pudren, la consumen.
Bienaventurado el amor, alistando en cada puerto, nuevos rumbos, con nuevos marinos, en un mismo y placentero mar.
Bienaventurados los hombres que destruyen el mundo, facilitando el trabajo al caos.
Bienaventurados los poetas, en sus horizontes, podrán ver por fin sus mágicas palabras haciendo la vida menos fría, mucho más pura.
Bienaventurados los musulmanes, los católicos, los de reinos lejanos, los de fe en el más allá, han sembrado lejos de su propia tierra, sus raíces se pudrirán en la costumbre.
Bienaventurados en ésta vida, los que nunca mueren y a diario hacen nacer soles de una sonrisa, de un solo abrazo.
Bienaventurados aquellos que entre sus miedos, dejan lo poco que conocen y se permiten volar hacía ellos mismos.
Bienaventurados los unos y los otros, los malos, los enemigos, por ser también una partícula del universo, bendecidos todos por sobrevivir al mismo error que hizo del olvido una palabra definitiva.




Advertencia

Tengo pensado escribirte de a dos en dos latidos, aquellos que me impulsan siempre sobre las orillas de tus ojos, para perdurar un poco más entre tus párpados.

Y no sé sí te guste, o sea la misma sensación de ayer al leer mis escritos, la que te permita seguir la misma dirección de tu navío.

Yo te observo desde mis necedades y en cada una tu nombre o tu figura me condensan a llover sobre tus tierras.

Busco entonces como caer, quizá como lluvia, como nieve, como poesía, o como una dulce autopista, antes de que llegues a mundos oníricos e impenetrables, y me abandones hasta un nuevo latido, que te una entre sus destellos otra vez a mí.
Pienso que ciclo será el nuestro, que privilegio tendré por culminar hasta la última visión de tus sentidos, atrapado entre un mar que siendo luz, me tentó a ser parte de sus profundas aguas, aún sin saber nadar.
Yo, que sobre tus playas aun merodeo, designo tiempos exactos, para hacer de tu sonrisa un muelle perfecto para mis palabras.
Una poesía navegante.




Destino

Me sugerí muchos besos tuyos, todo a raíz de investigar sí dentro de tus ojos cabían más tardes conmigo.

Mis latidos fueron aumentando debido a tu órbita de octubre,

La luz de tu aroma había penetrado los oscuros rasgos de un barrio muy criminal, allí aprendiste a caminar, para llegar a tiempo y alcanzar a observar un verano en nueva york.
Yo te seguí hasta donde más pude y hoy habito en todos tus puntos cardinales.
Sé de donde vienen tus episodios y me esmero en escribir con las dos manos, para que tu espalda cuente más historias que los testigos.
Ahora, el tren que nos dio su pasaje, vuelve a encontrarnos y nosotros reconocemos su número para llamarlo tiempo.

Y el decidió fijar nuevos destinos donde los dos volveremos a partir juntos.




Epitafio

Sin saber dejamos nuestra piel sobre la vida,
Luchar contra el tiempo que nos sumerge en ese inmenso abismo de los recuerdos.
De a una en una, nuestras opiniones se aglomeran a la entrada o salida de nosotros mismos.
Heredamos una parte del pasado,
Y son nuestras huellas las que determinan como llamarnos,
Bestias,
Humanos,
Errores,
Conquistas,
Hijos y atardeceres.
Hemos venido desde tan lejos,
Y es esa chispa divina e interpretable la que sostiene nuestro mundo.
Poco importa que en nuestro egoísmo, lo creamos solo nuestro.
A la soledad la domestico la fe.
Mientras pululan los amigos muy detrás de nuestros aciertos.
Nos aprisionan los detalles y tenemos la conciencia tranquila y a la venta.
Muy buenos días mundo.
Donde nuestras estructuras livianas, moldeables, sobretodo injustas,
Son una balanza que determina el peso absoluto de nuestro más íntimo yo,
Aquel que reina fingiendo ser luz.
Aquel que muere pretendiendo ser vida.




14.233

Si fuera necesario comenzar por algo, diría que han sido más días,

Aunque el tiempo se derrame en gritos locos, sus desesperados tic-tac-tic-tac-tic-tac…
Hay una pausa donde uno termina por hablar con sigo mismo

Dejar atrás tantas consideraciones, enfermedad que llaman conciencia.
Restos de mundos paralelos nos atan a altares.

Gritos que son parte del recuerdo, al ser una parte desintegrada de tu fuerza.
Le hablo a la nada como si me conociera.

Como si al saber mi nombre, entendiera mis luchas y aquellos diálogos, entre mi locura y la tosca imagen que todos tienen de mí.
Me atrevo a utilizar una imagen que no me merezca,

Atraer tantas manos para el último invento que ha creado el hombre,

Espejo de Dios.

Aquel que en su infinita grandeza entregó un teatro repleto con todas las máscaras posibles.

Un lugar donde flotan tantos aplausos que al cruzarse con los espíritus, terminan por engrandecer el enigma de porqué el mundo busca a diario tener tantos reflejos,

Olvidarse de que el universo no conoce un segmento que se repita y que cuente la misma trágica historia.





Para terminar

Los domingos es cuando más lento escribo,
Cuando todo sucede.
Cuando un instante, se trasforma en un segundo.
Y la tarde se cree con el derecho de expiarme, de opinar, incluso de morir.
Sucede también que dibujo veranos,
Partes de un clima,
Donde se propicien espacios
Donde las aves, los cerdos y los pensamientos lleguen con sus divinas intenciones.
Un día vale todo.
El viento de otros lugares es invitado de honor.
Se sienta muy cerca y habla con vos propia,
Habla entonces de los viajes sobre el cemento.
Sobre ese tiempo, al cual lo llamo destino.
Me viene la alegría de todos los caminos.
No quiero uno, los quiero todos.
Es por eso la envidia de las partículas, del sol.
Mientras ellas buscan donde ubicarme,
Yo espero su luz desde todos los precipicios.
También los domingos me visto de blanco,
No busco otro sistema al cual adherirme.
Si soy un punto de tantos que hacen una línea.
Y soy yo quien traza su recorrido.




El paso del tiempo no cura

La guerra estalló en la hora indicada,
Su furia también necesita un sol radiante.
Los panfletos golpearon las paredes,
Un día exacto puede ser el miércoles.
Mientras el olor a recuerdo, despertó los muertos al filo del cañón.
Memoria que alista su artillería.
Poco importa que los blancos, se puedan alcanzar con la mano.
Los ejércitos en plural.
Las armas brillan, cuando caen de lo más profundo de los ojos.
Los puños se arman con letras que muy pocos entienden.
Y la paz?
O la quietud, o el descanso.
Acaso perdieron el valor cuando las palabras disfrazaron sus verdades?
Fueron las mismas desde que el cielo fue azul?
La primavera luminosa?
La esperanza más que un sueño?
El silencio toco la primera trompeta.
La distancia bruscamente cerro todas las ventanas.
Retumban tantas opiniones, que algunas fueron guardadas bajo llave.
El profeta despertó al monstruo,
Sus cinco cabezas iluminan en lo alto,
Mundo femenino.
Vistiendo al desierto con imágenes tan claras,
Que los oasis dejaron de ser nómadas,
Pesadillas de fantasmas que murieron, al despertar las promesas.




Testamento

Las estrellas rasgan la noche,
Géminis dejo un poco de sueño para el día siguiente.
Los héroes llenan el cielo con sus poderes, el teatro vacío sus graderías.
Pocos leyeron la noticia del periódico, muchos bendijeron la canción de la radio.
Se recogieron tantas hojas del piso, solo por el capricho de un libro.
Las calles de mayo, se pintaron de nubes verdes,
Un completo ataque de risa, fulmino a todos los resistentes.
El mal del siglo no encontró su tiquete de regreso.
Los días tenían un precio.
Las canciones sonaron a bajo volumen,
Las manos se soltaron, reconocieron no tener las mismas huellas
Los fantasmas heredaron las sabanas de satín
Se debería leer más a Pessoa, que aprender a sumar.
Igual, el resultado siempre va a ser el mismo, no se altera.
Uno termina la oración, donde comienza la pregunta.
Por eso existen los puntos finales, pero no los finales felices.
A baja temperatura se congelan las opiniones
El calor de la discusión hiere la memoria.
Tengo por testigo a Walt.
Quiero beber más café de costumbre,
Les tengo miedo a las arañas Y me atrapan telarañas invisibles
Fui yo quien dio el primer paso
Por eso salí corriendo en busca de piscis.
Ella sabe nadar en su más profundo silencio,
Espero que el último verano, escoja sus ríos más caudalosos.
Tengo fe en el destino.
No creo en el más allá.
Prefiero un libro de segunda mano,
A ensuciarme las manos por aparentar ser libre.
Busco las montañas más empinadas,
Tal vez mi baja estatura eleve mi conocimiento.
Debo tanto a mi zodiaco, nunca he visto su constelación.
Disfruto de la vida, pero escribo más sobre la muerte.
Quien puede salvarme,
Si escribo para salvar a todos.
Pongo un punto final a este libro, mientras abro el siguiente.
Tengo libre el día de mi muerte
Y trabajo de lunes a viernes.



ELLA

Pareciera que ella viviera tan cerca de mí; que escucho su cansado corazón latir, para despertarme justo antes del día lunes.

Escuchar su voz me entrega una dosis del cristal más puro, lo guardo porque es mío, soy adicto desde 1977.
Es ella mi heroína, mi primer paso, mi sonido.
Ella a duras penas se rodea de sí misma, poder esconder sus secretos, sentirse bendecida, por eso fue encontrada por los dioses que la escogieron para ser mi madre y a mí para ser su espejo.

Fue entonces cuando renuncie a mi miedo, al pasado, a ese alejarse poco a poco, todo por el tiempo, también porque dejé un poco de mi hoy para mañana.
Ella se acuerda de mí, lo sentí cuando brillé sus zapatos y caminó descalza entre mi memoria.

Supe reconocer sus acertijos; fue la única que pudo disfrazar sus palabras con un tsunami de historias que aun siendo de ella quiso que fueran mías. No importa si estas lejos porque te veo y tú me miras, te siento y también ríes.





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