lunes, 25 de julio de 2016

DANIEL GONZÁLEZ ORONÓ [18.967]


DANIEL GONZÁLEZ ORONÓ

Escritor, poeta, pintor, músico, letrista, compositor y actor argentino nacido en Dolores, provincia de Buenos Aires, en 1962. Vive en Quilmes. Es docente de literatura en establecimientos públicos y privados y coordinador de Talleres Literarios. Ha sido seleccionado en diversos anuarios y antologías poéticas bonaerenses. Letrista de canciones folclóricas ha ganado el Premio Cosquín 1985 en el rubro tema inédito y obtuvo la mención especial en el Primer Premio Astor Piazzolla Mar del Plata 1994. Su obra «La inundada» cantata sureña Dolores 1995, fue declarada de interés cultural y obtuvo una mención especial «Compromiso Histórico» en los  Torneos Provinciales Bonaerenses. Como músico, compuso más de 70 canciones con cuentos y poemas de E. Bornemann 1990-1994. Compuso la música del CD «Palabracadabra» con textos de E. Bornemann – 1996. Compuso la letra y música del CD de «La Magia de Amapola & Mascaró», 1998 (Varieté infantil mágico ecológico) – declarado de interés legislativo por la Honorable Cámara de Diputados en 1999, y de Interés Ecológico por la Fundación Vida Silvestre – Argentina. Compuso la letra y música del CD: «Los clásicos en desconcierto para chicos bien despiertos», 1999. Como pintor ha realizado diversas exposiciones y obtenido varias recompensas. Como actor ha participado en las siguientes puestas: Romeo y Julieta (1983); Así es la vida (1984); Chumbale (1987);  El Principito —realiza la adaptación para muñecos y teatro negro– (1986); Palabracadabra (Teatro Infantil) (1996); La Magia de Amapola y Mascaró (Varieté Infantil Mágico- Ecológico) (1998-2000) y Shows De Magia Infantil Como El Mago Mascaró (1990-2000). En poesìa ha publicado Pingo Tecleteo (1987) y Retórica Incierta (2008). La mayor parte de su producción literaria permanece inédita.



Daniel González Oronó
In Poesía by Analecta Literaria // 15:33 //

Poemas



AL GARETE

Insomnio 
es que le dicen a eso
de pensarse en la hondura del Cosmos
mirando a un techo oscuro
cuando dormir a todos los descansa.
Pensarse polvo del infinito 
sin arribar a dónde.
Incalculable de cielo arriba, 
abajo, todo.
Y estarse así 
acostado inmerso en el misterio 
en tan pequeña cama de lo vivo, solo,
enredado a las sábanas del nunca
acabar con esta cosa
de flotar perdido.
Y siempre
la esperanza de llegar a un cuándo 
bajo la almohada 
del soñar despierto.


IMPOSIBLE

Decido y trepo 
para caer del otro lado de este.
Muro que me separa 
de las primaverales mocedades.
Andar por la foresta colorida de esos años
esquivando promesas en flor,
sueños de juventud, reminiscencias 
que inundan mi distraído corazón
y dan sabor y tacto de reales.
Y ahí es cuando vienen a mí
también palabras de pensarlo
para decir aquello 
con claridad de vivo.
Pero imposible. Nunca.
La escritura
jamás, jamás, jamás
coincide con la sangre.


INCÓMODO

Para mí 
que en algún lugar estoy ausente.
Debiera de volver a donde nunca he ido.
¿ Pero hacia dónde el rumbo,
el sentido, la dirección precisa ?
La cuestión 
es que nadie me puede responder
tales obligaciones misteriosas de regreso
cuando me extraño así
en el acá de siempre.
Y es incómodo
estar fuera de sitio
aunque todo me indica
que en la quietud aún 
me acerco
poco a poco.
Y peor todavía es presentir
el temor paradojal ,cada momento.
Ese, 
el de encontrar así 
aquel lugar definitivo.


TROPIEZO

Me desconoce la que amé alguna vez
en su pasar de amnesia.
Pareciera que va hacia otro planeta en este.
La sonámbula feliz por la vereda,
lleva como una lejanía sin destino ,
tras sus ojos vacíos.
Suelta de mi atención o mi congoja 
se apura y pasa como si nada fue.
No debí reconocerla - me reprocho.
Además por mirarla tropecé
con un escombro peligroso
que habrá caído 
sin querer 
desde las ruinas del presente.


LO QUE SE CALLA EL VIEJO

Habla la juventud sin ton ni son,
les sobra música de errores.
Total ! vuelven a abrir la boca
y cambian para mejor 
o empeoran.
Ruido les sobra, 
ganas, futuros a enmendar
con la alegría del olvido 
todo curan.
Ya habrá tiempo 
después.
Que se equivoquen a destajo ahora,
que desperdicien cascabeles y tambores.
Aún les falta un rato 
para entregarse a la cautela de lo añejo.
Después 
ya no habrá yerro ni equívoco imprudente,
se entra con precisión al hueso del sonido
sin poder dar con la palabra nunca
y es donde estas a un paso
de la común mudez, 
misterio sin lugar,
todo silencio.


TESTIGO

De manera fortuita en aquella esquina
la coalición de dos autos 
envueltos en el furor 
de la inútil  frenada
me sorprendió en la vereda.

Al unísono 
el estallido de los vidrios 
y el grito de la mujer sentada
en el centro de su pesadilla
manifestaron la dislocada realidad.

Algo parecía haber roto y retorcido
el orden de las apariencias:
                                              la irresponsable papilla 
                                              del material mecánico disperso
                                              como escenografía sobre el pavimento
                                              y los dos hombres nerviosos e  ilesos
                                              buscando luego intercambiar
                                              papeles personales como insultos.

En el vulgar diseño de un día
vislumbre un punto 
sorpresivamente mortal
para que el sinsentido urbano
fecunde un degradado milagro.


RÉQUIEM  MECÁNICO

He asistido sin querer al despiece 
de un vencido motor de auto 
en un oscuro taller.

Los hombres excitados y ansiosos
identificaban con aplicación y esmero
las partes como joyas sucesivas.

En aquellas ásperas manos
parecían desmembrarse poco a poco
duros ejemplos de una ciega y pura voluntad.

Así  fui observando extrañado
como alguna vez la metafísica de la velocidad
en las tripas de su secreto, 
había pulido infructuosamente
sobre la retórica de la materia
el inamovible deseo de llegar a todas partes.


EN  LA  AUTOPISTA

El perro destrozado 
sobre el brillo de la autopista
no parece alarmar a ninguno 
   de los condenados por la velocidad   
que nunca dejan de pasar. 

Apenas un detalle en disolución
que queda atrás en la corriente,
una malformación 
en la precipitada perspectiva del asfalto.

La realidad no puede así conspirar
con desprolijidades naturales como estas.

Por eso el sol
desde su más ígnea verdad
irá secando la carroña
para pulirle al esquemático futuro
esas  accidentales aristas que entorpecen
el ilimitado desarrollo del vacío.


HIPÓTESIS  SONORA 

En el atardecer 
escuchando a Bach:
                                    la maraña  transparente
                                    de una de sus fugas
                                    imponiéndome un cielo
                                    en donde hay Dios
                                    y es absolutamente cierto
                                    un orden universal
                                   como andamiaje de esta vida.

Hasta que concluye la música
y quedo nuevamente solo
con la tragedia privada de un silencio irreal
y son visibles todas las especulaciones
del pensamiento contemporáneo
posible manicomio de seres racionales.


ORO NO

«nomen est omen» 
(proverbio latino)

…ni plata 
ni posible esperanza
de mejoría o cambio
por azar macerado 
en un punto de suerte.

Yo que soy mi fortuna 
y vengo desahuciado desde el vamos
al final de apellido. Apenas 
la miserable osadía de andar 
con los bolsillos rotos
poniéndole palabras. 

Y esa tendencia estoica 
de aceptar los designios 
del castellano al uso
o la pura desgracia 
de mi escala social
y el porvenir  ahí,
siempre al final 
de todos los mandatos:
                                      con duro y anónimo cincel
                                      bordándome una lápida a futuro
                                       para usura del tiempo
                                      donde las nombradías
                                       ya ni cuentan.


AVISO DE RETORNO

A orillas del Lago Lacar
El viento hostil de las ocho
Empuja a la pequeña familia
a ir juntando las cosas del atardecer.

Mientras él limpia el mate
Y va plegando sillas
Ella se abriga y llama
A los niños que traen felices
Algún insecto muerto.
El murmullo del bosque 
se precipita sobre ellos, se enrarece
 Y un oleaje de espuma ostenta indiferencia.
Se repite la monótona ley
De una naturaleza fría.

Porque en la agreste soledad que asedia
Todo evidencia el claro
Dictamen de las piedras:
Absurdo es persistir
Donde nada los necesita.


GOLPEAN

Alguien golpea la puerta
al final del pasillo 
del PH en que vivo.

¿Un vendedor de escobas y plumeros ?
¿la limosna cotidiana 
que crispa la conciencia ?
¿O la palabra de Dios a domicilio?

A intervalos persiste 
y no claudica.

Al íntimo sosiego
pareciera advertirle 
del clamor desolado 
de un mundo que hay afuera.

Un exhausto residuo 
de todos contra todos
pretendiendo explicarse 
sin remedio,
en el reverso oscuro 
de una puerta.






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