Paloma Castro Leal
(1942-2009)
Ciudad de México. Poeta.
LIBROS DE POESÍA: A la sombra de Dios (1958), Ecos del silencio (1989) y Entre la tierra y el cielo (1996).
De el libro Ecos del silencio de Paloma Castro Leal
In memoriam
Poemas de mi madre
Estoy ya por salir
y no te veo
y sin embargo
es como si estuvieras
más aquí que nunca.
Te siento como una oleada
de viento fresco
que con cariño me hiciera descansar.
La vida mia
la tengo para amarte
con más que palabras
y silencio
con esta alma
que no pudiendo contenerte toda entera
se estremece por ti
y en tu distancia.
Pienso en tu perfil excelente
que como medallón me ha robado el alma
tu perfil de mujer
en que se aúnan la belleza y la calma.
Pronto lo miraré
completaré en él
tu cordura y tu sabiduría
y su sombra será mi nido
y mi refugio.
El amor que te tengo
es como una ola
que va creciendo
hasta llegar al cielo de mi dicha
por tenerte
y esta ausencia
que parte mis sentidos
no es distancia
porque te tengo dentro
en mi corazón
que es la corola de tu perfume.
Contemplo tu recuerdo
como un día
en el que no anochece,
cuyo sol eres tú.
Y ese sol tan cercano
calienta el frío
de mis noches en las que sola
pienso en él
y en tu figura excelsa.
Quisiera yo escribir
con mil latidos
que todos te repitan,
susurrantes,
para que estés aquí.
¡Madre!
De tus entrañas salí
y vuelvo a tus entrañas
en esta oscura noche
de Nueva York.
Ya todo está tranquilo
menos mi corazón
que palpita por ti
con la esperanza
de verte
y de tenerte cerca.
Toda esta oscuridad
es como un camino
que me lleva hacia ti.
Pronto, muy pronto
para estar contigo
cerca de tu largueza
y hermosura.
¡Ya no tengo palabras!
y te extraño
y ya mi corazón está contigo.
No en vano
No en vano
te he llamado desde mi recuerdo,
linderos vastos dond epasta tu alma
-siempre gemela-.
No en vano
te perfilas
en este horizonte
donde las llamas
de mi amor te cercan.
No en vano
te he esperado
fantasma enamorado
de tu aquí
que confirmo
y persevero.
No me deje
tu nombre,
no me dejen tus huellas
no me deje tu sombra
incalculable,
oasis temblorosos de silencio.
Perdúrenme tus quejas,
tus dolencias,
tus ausencias
los gemidos de tu alma que nos une.
Sobreviva tu voz
en estos cantos
tu porte
en estos versos
tu amor
que nunca es ido.
En los límites
ciertos de mi dicha
estás tú.
Ausencia inenarrable.
cerca de este sendero
en que me asomo
corre el caudal
de tus aguas solemnes.
Es un sueño
que te has ido,
es una pesadilla
el que no volverás.
Pero te ciñe
el anillo impertérrito
de mi anhelo infinito
de mi intensa ternura
disecada.
Cerca de mí estarás
hasta la muerte
mi muerte
que también será la tuya,
nuestra muerte
conjunta.
Y mientras viva
exaltará mi seno
su dolencia,
sensata y plañidera,
como canciones buenas.
Difúndese tu eco,
tu aureola de santo,
vio la luz en mí,
¡estoy transida!
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