martes, 3 de febrero de 2015

JUANY ROJAS [14.681] Poeta de Chile



Juany Rojas Castro

JUANY ROJAS CASTRO nace en 1953 en Pedro de Valdivia, poblado del Desierto de Atacama,  CHILE, hoy deshabitado y declarado monumento nacional, en el cual reside hasta los 11 años de edad.  Posteriormente vive algunos años en Curicó, ciudad ubicada en la zona central de Chile. Actualmente reside en Santiago.

Es Terapeuta Ocupacional, profesión que ha desarrollado paralelamente a su quehacer literario

Su  poesía tiene entonces, influencia de su vida en el norte de Chile ( …el desierto, es un diamante herido…), del campo y la provincia  (Con la intuición de la tierra/reencontrar el bienestar/en la agreste humildad del verde…) así como del vértigo de la gran ciudad( de cartón piedra/se va haciendo el hombre/en la indiferencia de la calle).

Ha participado en múltiples encuentros de poesía tanto en Chile como en el extranjero. El año 2014 asistió como poeta invitada al IX  Festival Internacional de Poesía que se desarrolla dentro del marco de la Feria Internacional del libro de Buenos Aires, Argentina.

Poemas suyos han sido parcialmente traducidos al catalán y al portugués.

Ha publicado los siguientes libros de poesía:

Las magias perdidas (Ed. La Trastienda, 1994, Santiago, Chile) 
Quehaceres (Ed. La Trastienda, 2006, Santiago, Chile)
Espejismos en la Pampa ( Ed. Semejanza, 2007, Santiago, Chile)
Quehaceres (Reedición aumentada. Ed. Semejanza, 2010 Santiago, Chile)
Ofidios ( Ed. Semejanza 2013, Santiago, Chile)

Reconocimientos:

Mención honrosa Concurso literario nacional Stella Corvalán 2004 (Quehaceres) Mención honrosa Concurso literario nacional Stella Corvalán 2008 (Retratos de la calle)
Segundo premio Encuentro internacional de poesía Reunión de voces, B.Aires , 2010
Primer premio Concurso de poesía Tegualda Pino Berríos, Curicó, 2013.




Del libro “LAS MAGIAS PERDIDAS”  (1994)



CUENTOS

Y vi los cuentos
caminar en puntillas
hasta la memoria de los niños
Llevaban luces
y canastas con polen
que esparcían en  las almohadas




PADRE

Estás esfumado de olores a tiempo
prendido en el espejo
Te veo indagar qué será de los hechizos 
que plantamos en canciones
en sombras de trigo
en páramos

Tejo tu aliento
 con el trémulo circular
de mi risa en tu guitarra

Me miras
desde el mar descansado en tus ojos
plasmándote difuso en la acera vertical
de mis sueños

Apresurada
te enseño los reflejos
de espirales con apellidos comunes
las zarzamoras oblicuas de lágrimas

Por último
saco un duelo en sepia desde el armario
y brotan las petunias
desde tu auto
modelo Chevrolet cincuenta y tres






Del libro “ESPEJISMOS EN LA PAMPA” (2007)


ESPEJISMOS 

Húmedo en mi cara el viento salobre
susurra lejanas voces
remotos espejismos en mi oído
No sé qué hace el canto de un gallo
en esta mortandad
en este salitre que carcome
Será que escapó de mi infancia
o que ahora yo anido en páramos irreales

Quizás ambos sólo seamos
sueños sobrepuestos
dibujos
sobre sal




CASAS OBRERAS

De cáscaras iguales
amarilleando en la juntura fraterna
tan ordenadas
de a diez

Yo sé que tenían pechos
que sin tregua amamantaron
la tierra seca en brazos del tornado
el firme tejido que unió a la familia
la sábana de niebla que protegió los sueños

De los alambres en los patios
blanca y tibia leche
escurriendo
silenciosa
hasta mi boca niña

Casi sin estatura
apenas con dos habitaciones
algunas con tres
Enrejados los ojos
enrejados para guardar
las estampas de los santos
el olor de los domingos

Y ahora      solas
en chales de cal arrebozadas
sus corazones cargan un llanto
un llanto de calaminas en mi pecho



CEMENTERIOS 

¿Y quién escucha  tus cementerios?
¿El crujir de tantos huesos?
Sólo mis oídos desquiciados
mi insolente memoria
que parlotea sin respeto sobre las tumbas
tumbas
apenas trizaduras en la tierra
apenas coronas de alambre y papel crepé
desteñidos nombres
sin epitafio
apenas llanto desgarrado
en la soledad más bella
y más sola




DESIERTO DE ATACAMA

Mi amado 
no olvides que en la ausencia  
mi obstinado espíritu deambulará tus soledades
Me sentirás por las noches
camanchaca apegada a tu piel
largo y húmedo beso bajo sábanas negras
El frío más frío sellando nuestras bocas

En la insolencia de tus mañanas estaré desnuda
extasiada y fundida en cada sinuosa línea 
que da relieve a tu cuerpo
y define la intención de tu mirada

Mis ojos serán pájaros sobrevolando tus eriales
aves de rapiña escudriñando la muerte :
no vaya a ser que también pretenda los recuerdos
que aún ríen en tu memoria

En el triste mecer de tus pimientos
cantaré mi llanto
sembraré  ánimas vivas  en sus venas
y seré el más largo
y desconsolado
grito

Y en tus cementerios
desteñida flor de papel crepé
recostada en cada tumba
abrazada a cada muerte






Del libro “QUEHACERES” ( 2006 y 2010)


TEJER

Un punto al derecho
otro al revés
ahora cambio 
hago entrecruces       lazadas
dejo un pequeño espacio
intento cerrar
vuelvo al revés

Malla del tiempo
transcurrir de labores hechas a mano
y a sangre

Y ese nudo
que quedó ahí oscureciéndonos
para siempre
aunque lo dejemos hacia atrás
aunque digamos 
que ya no nos hiere

Y esa hebra suelta
ese hilo que se fue
dejándonos 
un ojal involuntario
Y el aprendizaje de distintos puntos
a medida de los años
las equivocaciones
el ensayo en el amor    
en la difícil medida de la serenidad

El arte de cerrar las orillas deshechas
de urdir alegría en los pequeños contornos
del gran tejido



BOTONES         
                               
Hoy no correspondo
a la premura de los tiempos
me detengo en lo mínimo:
la caja de botones
albergue de tantas formas
de abroche

porque no vamos desprendidos
porque necesitamos
apegos
enlaces
en el ropaje de las emociones

porque  llevamos el mismo lenguaje
de circulares aberturas en el centro
y los mismos
hilos
que nos unen




MÁQUINA DE COSER  
                                  
Cose que cose 
la costurera
Ella y su máquina
una sola en los hilos y en la aguja
en el pedal y en la correa
de la costura que va encorvando
tiempo y espalda

Costurea mi madre
en el desierto más desierto
y hace florecer vestidos y pantalones
y pinta de seda
y de tac tac tac
toda la casa

de colorida franela
y de tac tac tac
toda la infancia
toda la vida

ella
de tan niña
y ahora 
de tan ochenta y dos
con sus manos de tan dedal
de tan quehacer
de tan vivir

ella
que me ha costureado
de tan amar




OVILLAR

Desde un extremo al otro
en medio de una conversación
o de una soledad
ovillar madejas como al azar

Bajo el desgarro        encogerse
acurrucarse en la tibieza de un regazo
extasiarse en la curvatura
que enrolla dos cuerpos

Ovillarse para nacer
a cada respiro tirar la hebra
imperceptible
desovillándose
para morir




AGUITA DE YERBAS 
                                
Con la intuición de la tierra
reencontrar el bienestar
en la silvestre humildad del verde
en su infusión que nos bautiza
liberándonos

Medicinarnos
con la oleosa esencia del paico  
en la vecindad de la casa
con la serenidad del boldo
curtida en soledades y montañas

con la sacra imposición de manos del llantén

Para que no falte alivio al cuerpo ni al alma
matico y toronjil
han de verdear tristezas
cicatrizar
la angustia

 Escarbar en la memoria antigua
de las abuelas
de la madre
de las tías
de la yerbatera
de las machis





Del libro “OFIDIOS”    (2013)


OFIDIO Y TIEMPO 

¿Qué soy en el tiempo imaginario?
¿un vuelo        un impulso de luz lanzado al infinito
desde un arco sin memoria?
¿Y mi cuerpo       qué?
¿un acierto o un error?
vulnerable
incapaz de resarcir sus plumas
desgastadas en un tiempo paralelo        real
¿Dónde mi primera piel?
¿el gozoso serpenteo de mis piernas en la cuerda?
¿la risa universitaria?
¿dónde   nada más ayer   viernes?

Tiempo mío
finito y sin bordes
universo que llevo con asombro
en el alma y en las manos
Carcajada de luz
Inevitablemente emplumada
hacia un agujero negro




OFIDIO MUERTA

Hoy he amanecido muerta
ovillo mustio sobre mi cama
De nada me sirven  los salmos
el cantar de mis andares

mi carne
vacía




OFIDIO Y ESCULAPIO
                                                                   

a las curanderas de Chile
A tantas divinidades he acompañado
pero a ninguna
como a Esculapio


Fiel
me entrelazó a  su vara
siglos antes de Cristo
Fiel 
guió mi aprendizaje
en las pócimas sanadoras
de las curanderas de esta América
Fiel
sanador de los hombres
sobrevive a todos los dioses
en la risa 
el conocimiento
la imposición de manos
la oración
las hierbas medicinales
el amor




OFIDIO MADRE

Recogida en el tibio matorral de mi madriguera
desenvuelvo el ovillo
con el que he tejido mi maternidad
Ha llegado la hora
mi cría mayor repta hacia otro nido

Serpentino derrotero de luz y sombra
nos asalta en viraje brusco
y como si todo hubiera transcurrido
tan solo ayer
nos deja otra vez 
a solas

Nunca serán suficientes las escamas lloradas
ni el insomnio que surcó su adolescencia
los cuentos que leí para él
las veces que me enrollé a su cuerpo
para entibiarlo

Le nacieron pieles que no conozco
ímpetu de vuelo
un aire de aventura le dibuja otros mapas
Se va
como antes yo me fui
sin irse de mí



1 comentario:

  1. Fernando, muchas gracias por esta bella sorpresa al incluirme en esta antología.
    Agradezco en forma especial tu generosidad y el gran trabajo que estás haciendo al dejar un registro de tantos autores contemporáneos de distintas voces y nacionalidad. Juany Rojas

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